El SEÑOR Y LOS SACERDOTES DEL TEMPLO
1. Cura de un enfermo al lado del lago de Bethesda evangelio de Juan (jn 5, 1-13)
2. El Señor da testimonio de sí y de su misión
3. El Señor habla del testimonio de sus obras (jn 5, 28-39)
4. La testarudez de los templarios
6. La confesión de los fariseos
7. El Señor en compañía de los suyos en una colina cerca de Betania
8. MoisÉs y elÍas aparecen a la llamada del Señor. Moisés acusa a los judíos templarios
9. Acusación por parte de elías
10. Autoacusación de los templarios
11. Buenos propósitos de los sacerdotes templarios convertidos
13. La estrella nueva con la nueva jerusalén. Condiciones para la Vida Eterna
14 Confesión de un sacerdote judaico
15. Los sacerdotes judíos llegan a ser adeptos al Señor
16. Los sacerdotes convertidos renuncian al templo
17. Actitud egoísta de los sacerdotes en el templo
18. El evangelio de la alegría
19. La purificación del pecado
20. La transitoriedad de la materia
21. El vino milagroso. El trabajo en la viña del Señor
22. Los falsos doctrinadores del evangelio
23. El Señor y los suyos en belén. curación de muchos enfermos
24. Las curaciones del Señor, en las proximidades de belén
25. El Señor viaja para kisiona
26. Las indagaciones filosóficas de filopoldo
27. La maduración del ser humano
31. La naturaleza divina y la humana del Señor
32. Lo espiritual dentro de lo natural
35. Judas Iscariote en la casa de Kisiona
36. Partida de kis y llegada en la hospedería de Lázaro
38. Las facultades de los tres sabios y sus efectos surtidos
39. Una buena finalidad no justifica los medios nocivos
40. La influencia de los espíritus de luz
41. La alimentación de las cinco mil personas
42. Los discípulos navegan para cafarnaúm (jn 6, 16-21)
44. La misión del Señor en la tierra.
45. Opiniones del pueblo en cuanto al discurso del Señor
46. Una prueba para los apóstoles del Señor (jn 6, 65-70)
48. En el albergue del hospedero de cafarnaúm
49. Paciencia del Señor para con judas Iscariote
51. Ayuno y penitencia. la parábola del fariseo y del publicano (lc 18, 9-14)
52. Sobre tentaciones y debilidades.
53. El destino de las criaturas
54. La resurrección de la carne
55. Enfermedades y muertes prematuras
56. Las causas principales de las enfermedades
58. Pedro y el rico ciudadano de cafarnaúm
59. Índole de los hombres mundanos
60. La indiferencia de los comerciantes referente a la esfera espiritual
61. La reencarnación. la tierra, una escuela para los hijos de Dios
63. El motivo de la encarnación de Dios
66. El principal codicioso de cafarnaum
67. La inmortalidad del alma humana
68. La razón del pavor a la muerte
69. El amor divino, su caridad y su sabiduría
71. La Índole de los malos espíritus
72. Influencia de espíritus en procesos naturales con permiso de la divina providencia
73. La hija del hospedero, ahogada, y su resurrección
74. El barco fariseo en alta mar agitada
75. La justa observación de la naturaleza
76. Motivo de la decadencia humana.
77. En los alrededores de Cafarnaúm
78. Conversación entre el hospedero y el prefecto
79. La despedida del Señor del hospedero en cafarnaúm.
80. Visita al hospedero en caná. curación de un bebe.
81. El Señor en el norte de galilea
82. Los apóstoles y el publicano severo
83. El Señor resucita el hijo del publicano
84. La paliza para los tres médicos
86. Jesús, profesor del arte de la vida
87. Desarrollo interno de un ser humano espiritual
88. La base para el perfeccionamiento espiritual.
89. Conversación entre el médico y el hospedero sobre el Señor
90. Lo humano y lo divino en el Señor
91. El médico recibe del Señor el poder de sanar enfermos,
92. El cristiano como hombre de negocios.
93. La visita al bosque sagrado.
94. El sacerdote alega en favor de la restauración de los ídolos.
95. El almuerzo en la casa de jored el publicano.
97. El Señor cura enfermos en una aldea de pescadores
98. Discurso ágil de defensa del sacerdote pagano
99. El Señor bendice milagrosamente la pobre aldea de pescadores de Jored
101. El Señor explica las visiones de daniel
102. Las astutas mujeres de los sacerdotes paganos
103. Buen testimonio de las mujeres de los sacerdotes acerca del Señor
104. Dudas de las mujeres sabias en cuanto al mÁs allá
105. El Señor crítica a las mujeres orgullosas y criticonas
106. Un escriba apoye a las sacerdotisas
107. Intercambio con el más allá.
108. Discurso ateísta de la sacerdotisa elocuente
109. Intercambio de opiniones entre el escriba y la sacerdotisa
110. El escriba habla del ser divino
111. El camino para el conocimiento y el amor de Dios
112. El pescador supersticioso del Éufrates
113. La manera conveniente de la enseñanza religiosa
116. Los propietarios de las balsas y el Señor
117. La historia del hombre rico y sus empleados
118. La culpa de los dueños de las balsas
119. Profundo respeto de las sacerdotisas hacia el Señor
120. El Señor explica el mundo de la luna y la naturaleza del sonambulismo
121. Peculiaridades de las almas de la luna encarnadas en la tierra
122. El Señor advierte del peligro de la recaída en lo material.
123. Plegaria y oficio religioso
124. La formación del ser humano
125. Aparición del mentor de las sacerdotisas
126. La importancia del pueblo judío frente a los paganos
127. El Señor somete a los piratas
129. La cura del hijo del comandante de su alta fiebre
130. Conversión de los sacerdotes paganos
131. El capitán romano encuentra sus hermanos
132. Queja del comandante respecto a las guerras en el reino de los animales
133. Enseñanza acerca del alma.
134. El relato del comandante acerca del ilírio sabio
136. El sentido de la belleza,
137. Visita al templo de la sabiduría
138. La comida milagrosa en casa del comandante. naturaleza y efecto del amor
141. Ataque fracasado del superior de la sinagoda
142. El comandante solicita al gigante y sus hermanos para la cooperación con Roma.
144. La dependencia de la actividad humana de la gracia de Dios
145. Los reproches y las dudas de los discípulos
147. El Señor en el templo. Trama de los templarios fracasado (Jn 7, 14-36)
148. Jesús se hospeda en Betania en casa de Lázaro
149. El Señor predice la época actual. la necesidad de revelaciones divinas
150. Revelaciones y profetas, genuinos y falsos
151. Las pruebas del anticristo
152. La variedad de las criaturas y su finalidad
153. El Señor predice el juicio sobre el pueblo judaico. la transitoriedad de la materia
154. El porqué de la transitoriedad de la materia
155. Enfermedades y desgracias por propia culpa o inmerecidas
156. El eclipse lunar inminente
157. Estudio de la luna mediante la visión interior
158. Las consecuencia del eclipse lunar. el renacimiento y dones espirituales
159. Las experiencias de los discípulos durante la fiesta en jerusalén
160. Los siete perros perdigueros de Lázaro.
161. La acción ejemplar como mejor enseñanza y advertencia
162. Causas y finalidades de las enfermedades
163. El destino de los suicidas.
164. Posición de Lázaro en cuanto al templo. el enojo y sus efectos perjudiciales
165. Influencia por parte de espíritus.
166. La naturaleza de los meteoros y cometas
167. Lázaro llega a ser propietario de un pozo de petróleo
168. Lázaro y los espías del templo
169. Referencia del Señor en cuanto a su crucifixión
170. El Señor doctrina en el templo (jn 7, 37-49)
171. Los fariseos y nicodemo (jn 7, 50-53)
172. El Señor y los suyos en el albergue de Lázaro en el monte de los olivos (jn 8,1)
173. Reflexiones del Señor al ver Jerusalén. el juicio sobre Jerusalén
174. Predicción del gran juicio del tiempo actual
175. Las dudas de Lázaro en la conducción divina de la humanidad
176. Los labradores en la viña. naturaleza, destino y efecto de las revelaciones
177. Los profetas como portadores de las revelaciones. Fe lucida y fe ciega
180. La bendición y la oración justas
181. La llegada de los forasteros romanos en el albergue
182. Conversación entre la judía y los romanos acerca del Señor
183. El romano pregunta al posadero y a Lázaro por Jesús,
184. Lázaro conversa con el romano acerca del Señor
185. La cura de la marÍa magdalena que estaba poseída
186. Los romanos y la joven dan honras al Señor
188. El valor del pensamiento y de la fe verdadera
189. Visión del mundo angelical. diferencia entre ángeles y seres humanos
190. La diferencia de las tareas entre los ángeles y los hombres
191. La segunda y la tercera visión
192. Una visita en el universo
194. El Señor caracteriza los treinta romanos
195. Los treinta romanos buscan al Señor
196. El Señor doctrina en el templo
198. Confesión del Señor en el templo (jn 8, 12-29)
199. El Señor y sus adversarios
200. La naturaleza del Señor (jn 8, 50-59)
201. El descubrimiento del seductor de la adúltera
202. Labradores buscan al Señor en el monte de los olivos
203. El motivo de la incredulidad de los templarios
204. La educación de la humanidad en el conocimiento de Dios
205. La libre voluntad y la misión espiritual del ser humano en la tierra
208. Relato de Lázaro referente a los fariseos incrédulos
209. El milagro en el albergue
210. Dudas de los fariseos referente el Señor como mesías
211. Una apuesta entre agrícola y un fariseo
212. AgrÍcola interpreta profecÍas de isaías
213. Ignorancia del fariseo en cuanto al conocimiento del sol y del diluvio
214. El libro de job y el templo de jabusimbil
215. El oráculo de delfos. la vida después de la muerte
216. Los siete libros de Moisés
218. Agrícola habla acerca del ser del alma
220. La renuncia al mundo y el reino de Dios
221. Guiada divina de los seres humanos
222. Alimentos puros e impuros
223. Verdadera y errÓnea consideración del sábado
227. No el saber, sino la acción caritativa trae la bienaventuranza.
228. El amor al prójimo. conocimiento y amor divinos
229. Dios-padre, Dios-hijo y Dios-espíritu-santo
230. La trinidad en Dios y en el hombre
232. La naturaleza de los cometas
233. La importancia de la comprensión
236. La omnipresencia del Señor.
238. Las luchas en el infierno
239. La segunda creación de Dios
240. La relación entre el infierno y el mundo
241. Lázaro quiere socorrer a los pecadores
242. Tres parábolas en cuanto a la misericordia de Dios.
243. Consecuencias de la comprensiÓn errónea del mÁs allá
245. El gran hombre de la creación en el universo
246. La liberaciÓn del gran hombre cósmico
247. Jesús, salvador del gran hombre cósmico.
GRANDEZA ESPIRITUAL DEL SER HUMANO
248. El movimiento del gran hombre cósmico y de sus cúmulos cósmicos globulares. los soles dobles
1. En aquel día caminé con mis discípulos hasta los alrededores de Jerusalén, pernoctando en un hospedaje bien conocido a Mí y mis discípulos. Satisfecho con nuestra llegada, el hospedero mandó a preparar una buena cena y relató varios acontecimientos chocantes en aquella ciudad.
2. Entonces Yo le dije: «¡Ve mañana al Templo y verás mi Actitud para con los fariseos, que sabrán sin restricciones con Quien están lidiando!».
3. El hospedero se alegró con tal perspectiva y nos sirvió más pan y vino. No obstante haber oído muchos comentarios sobre mi Persona, ignoraba mi verdadera Identidad, motivo por el que los discípulos le orientaron, lo que él apreció. - En seguida nos acostamos.
4. En la mañana del sábado subimos a Jerusalén (Jn 5,1), situada en una ladera rocosa, así como el propio Templo con sus bastos atrios, los muros cerrados y terrazas. Se sobreentiende, éramos acompañados por el hospedero.
5. En las proximidades del Templo pasamos por el charco Bethesda (Vedesda = produce el despertar o la cura), al lado del establo de ovejas del Templo que poseían cinco salas (Jn 5,2). En esos recintos siempre había gran número de enfermos, como eran: ciegos, cojos, paralíticos etc., esperando que el agua se moviese (Jn 5,3), pues de acuerdo con un viejo mito de la época de Melquisedec, y según la creencia firme mayormente de los pobres, un ángel de vez en cuando descendía del Cielo para mover el agua. Ninguno había visto al ángel; más se suponía su presencia por el movimiento extraño del agua.
6. Los propios fariseos eruditos no creían en el fenómeno del descenso de un ángel, considerando el charco apenas como fuente de aguas medicinales, siendo también esta la opinión de los romanos y los griegos; no obstante, los templarios sabían mantener al pueblo en esa antigua creencia, en beneficio del Templo.
7. Tan pronto el agua se movía -lo que se daba unas dos veces por semana- transmitía un poder de cura tan formidable, al punto de curar a quien tuviese la suerte de ser el primero (Jn 5,4) al entrar en ella, no obstante su enfermedad. Es natural haber tenido los ricos y adinerados el privilegio, mientras los pobres, imposibilitados de pagar, esperaban años afuera hasta que un guardia más bondadoso sumergiese primero a un, a lo que este también se sanaba en el mismo momento.
8. El hospedero criticó mucho tal organización, clasificándola de injusta e inmoral. Me señaló enseguida un viejo pobre a la espera de la cura desde hace treinta y ocho años, sin que los guardias le hubiesen consentido el privilegio (Jn 5,5) de entrar como primero en el agua movida del charco.
9. Yo me alteré evidentemente mucho, por lo que dije al hospedero: «Aunque hoy sea sábado, ¡este hombre debe ser socorrido inmediatamente!».
10. Como Yo primero lo sabía, y como también lo había oído del hospedero severo, en seguida Yo me dirigí al doliente y le pregunté: «¿Quieres curarte?» (Jn 5,6).
11. Con tristeza él dijo: «Buen Señor, no tengo quién me haga entrar en el agua cuando esta empieza a moverse. Y cuando yo mismo me acerque, ya habrá otro favorecido que toma la delantera (Jn 5,7). ¿Cómo podría curarme de este modo?».
12. Es así que Yo le dije: «¡Entonces levántate, recoge tu lecho y ve de donde viniste!» (Jn 5,8).
13. En el mismo instante él recuperó la salud, tomó su escasa litera y, de acuerdo con el hábito, como costumbre se aproximó a un sacerdote para presentarse como curado - y eso en un sábado en que según la experiencia el agua nunca se había movido (Jn 5,9). Por eso a los judíos les había llamado mucho la atención que este hombre se había curado en un sábado.
14. Consta los judíos no habrían criticado la curación; más el hecho de cargarse con su litera en un sábado ya fue un traspié (Jn 5,10).
15. Pero el curado les contestó: «¡Aquel que me curó mandó que me cargara con la litera y que vaya por mi camino! (Jn 5,11). Poseyendo tamaño poder y habiéndome hecho tan grande beneficio, ¡también le obedezco en un sábado! Pues durante treinta y ocho años nadie me hizo un favor tan grande como Él».
16. Los judíos le preguntaron: «Entonces, ¿quién es aquel hombre que te dijo esto?» (Jn 5,12).
17. Pero el curado no sabía Quien soy y cómo es mi Nombre. Por eso no pudo responder y tampoco señalar hacia Mí porque me había alejado rápidamente del lugar, por causa de la gran aglomeración del pueblo (Jn 5,13).
1. Trascurrida una hora, fui con los apóstoles al Templo, después de haber conversado acerca de mi Doctrina con la familia de Lázaro de Betania que ya me conocía desde mis doce años y a la que Yo acostumbraba visitar anualmente durante nuestras peregrinaciones a Jerusalén; pues conversábamos mucho acerca de mi Doctrinado. - Todos nos acompañaron, y cuando entramos en el atrio del Templo encontramos al curado. Cuando este me descubrió se abrió paso hacia Mí y, de nuevo, empezó a alabarme y agradecerme.
2. Entonces Yo le dije: «Como adquiriste la salud, ¡trata de no pecar en el futuro, para que no te suceda cosa peor!» (Jn 5,14).
3. El lo prometió, y en esta ocasión se enteró mi Nombre, porque muchos me conocían de épocas pasadas. Así informado, el curado visitó a los judíos enraizados y les comunicó que he sido Yo, Jesús, El que le había curado (Jn 5,15).
4. Enfurecidos por Yo haber hecho esto en un sábado tan importante, ellos se dirigieron hacia Mí para prenderme y matarme (Jn 5,16).
5. El hospedero, percibiendo este momento de peligro, me aconsejó huir cuanto antes de esos judíos que él odiaba tanto; porque demasiado fácilmente Yo podría sufrir una desgracia.
6. Yo le calmé diciendo: «¡Nada temáis, pues no me podrán atacar mientras Yo mismo no lo quiera así! Les diré indudablemente Quién soy, y ya podrás ver su verdadero odio, que nadie necesita temer».
7. En cuanto así hablé a solas con el hospedero, los judíos enrabiados ya estaban delante de Mí y me increparon: «¿Porqué hiciste esto en un sagrado día de sábado tan importante, ultrajándolo delante del pueblo? ¿No podrías haber esperado hasta mañana?».
8. Mirándolos con rigor, Yo les dije simplemente: «¡Hasta ahora actúa mi Padre en el Cielo, y Yo también lo hago!» (Jn 5,17).
9. Aún más irritados, los judíos templarios procuraron prender y matarme en el acto, pues clamaron al pueblo: «¡Ya basta conque él haya vilipendiado el sábado! Y ahora, además, ¡también ultraja a Dios, pues Le llama de Padre, igualándose a Él! Por eso, ¡maniatadle para estrangularle inmediatamente!» (Jn 5,18).
10. El tumulto en el Templo era enorme y muchos intentaron a agredirme. Pero Yo me impuse e hice que se callasen.
11. De modo que en seguida hubo silencio y Yo dije a los judíos enfurecidos: «En verdad os digo: ¡Yo como Hijo nada puedo hacer por Mí mismo - a no ser aquello que Yo veo hacer al Padre! ¡De modo que lo que hace mi Padre, lo mismo hago también Yo! (Jn 5,19). ¡El Padre ama al Hijo y Le demuestra todo lo que hace El mismo, pues Le demostrará obras aún más importantes, de modo que os quedaréis sumamente maravillados! (Jn 5,20) Así como el Padre despierta a los muertos, dándoles Vida, también el Hijo resucita a los que Él quiere (Jn 5,21). -¡Ciegos!, os digo: Ahora el Padre en el Cielo no juzga porque todo poder de juzgar lo ha entregado a Mí, Su Hijo (Jn 4,22), a fin de que todos seres humanos -judíos y paganos-honrasen al Hijo como honran al Padre. ¡Pero el que no honra al Hijo tampoco honra al Padre que Le ha enviado!» (Jn 5,23).
12. En cuanto Yo hablé así, el silencio era total, pues Yo quería que los judíos enfurecidos callasen.
13. Por eso proseguí y dije: «Realmente, quién oye mi Verbo y cree convencidamente en Aquel que me envió a vosotros los seres humanos en esta Tierra, él ya posee la Vida eterna. Porque en lo que se refiere a su alma, él nunca caerá en juicio -que resulta en la muerte de la materia- ¡pues en virtud de su fe viva y vigorosa ya ha pasado de la muerte a la verdadera Vida eterna! (Jn 5,24).
14. Además, os digo: Vendrá la hora -y ya ha llegado- en que los muertos en cuerpo y alma oirán la Voz del Hijo de Dios; y los que la escuchan con fe, en virtud de esto vivirán eternamente (Jn 5,25). Pues como el Padre tiene la Vida en Sí mismo, así dio también al Hijo tenerla en Sí mismo, desde toda eternidad (Jn 5,26). Además, Le legó el Poder de hacer juicio sobre todos los seres humanos, ¡y esto porque el eterno Hijo de Dios en esta época actual también es un Hijo del hombre!» (Jn 5,27).
1. Algunos miraban con ojos de estupefacción, en cuanto otros opinaban que estas Palabras mías eran un ultraje nunca habido.
2. Otros afirmaban que debía haber algo de verídico en eso, pues nunca alguien había dicho cosas semejantes de sí mismo.
3. Yo, sin embargo, les dije: «La hora vendrá en que todos, incluso los que están en las tumbas (esto se refiere a los paganos, lo que los judíos no comprendieron) oirán mi Voz. Los que conformemente habrán obrado el bien, estos saldrán a la verdadera resurrección de la Vida, pero los que han obrado el mal, estos saldrán a la resurrección del juicio, o sea, la muerte verdadera del alma» (Jn 5,29).
4. Entonces algunos comenzaron a murmurar, diciendo: «¡Este hombre se excede y comienza a delirar, pues habla como si él y Dios fuesen idénticos! ¡¿Quién jamás habrá oído algo así?!».
5. Pero Yo les dije: «Con este criterio sobre Mí estáis muy equivocados. Porque incluso como ser humano nada consigo hacer de Mí mismo. Oigo entretanto, continuamente la Voz de mi Padre en Mí, y tal como la oigo, tal también hago, hablo y juzgo - con lo que mi Juicio es cierto, porque no cumplo con mi voluntad humana sino sí, con la Voluntad de mi Padre que me ha enviado a este mundo (Jn 5,30). Si Yo como hombre fuese a testimoniar de Mí, tal testimonio sería falso (Jn 5,31). Pero existe Otro, al que desconocéis y jamás conocisteis, que a través de mis Acciones conocidas por todos atestigua de Mí. razón por la cual sé de sobra que el Testimonio que siempre me dio y sigue dándome es totalmente verdadero (Jn 5,32).
6. Enviasteis mensajeros para Juan el Bautista, y os fijasteis que él daba testimonio de la Verdad (Jn 5,33). Como veis, no acepto testimonio por parte de hombres: pues atestiguo de Mí mismo por parte del Padre - y esto para que realmente todos lleguéis a ser bienaventurados (Jn 5,34). ¿Por qué esto no iba a agradaros?».
7. Algunos respondieron: «Si Juan a juzgar por tus palabras, probó la verdad, su testimonio de todos modos ya era suficiente. ¿Para qué fin nos iba a servir tu testimonio especial? Porque de acuerdo con las palabras de Juan, ¡de todos modos ya podremos llegar a ser bienaventurados!».
8. Dije Yo: «No queda duda haber sido Juan una luz flameante e iluminadora, entre tanto, apenas le buscasteis para animaros un poco (Jn 5,35). Pero Yo tengo un testimonio más poderoso a mi favor que él de Juan. Porque las Obras que el Padre me encargó para que únicamente Yo cumpliese con ellas ante todo el mundo, manifiestan con toda claridad que el Padre me ha enviado a vosotros - como Hijo suyo (Jn 5,36).
9. Este mismo Padre que ahora me ha enviado junto a vosotros, desde hace mucho por la boca de los profetas ya a dado testimonio de Mí; no obstante, ninguno de vosotros ha oído su Voz ni a visto su Persona (Jn 5,37). Bien que recibisteis su Verbo por las Escrituras de los profetas; sin embargo, no Le tenéis dentro de vosotros porque no creéis en Aquel al que Él os ha enviado (Jn 5,38).
10. ¡Escudriñad las Escrituras!, ya que estas según vosotros, contienen vuestra Vida eterna; y justamente estas dan testimonio de Mí, ¡centenas y millares de veces! (Jn 5,39).
11. ¿Que tenéis en contra de Mí? ¿Acaso no es conveniente que Yo haya venido a vosotros sin pompa externa, para no dejaros acobardados y atemorizados? Cuando Elías en el espíritu recibió una profecía de mi Venida espiritual -de modo que también espiritualmente-, y cuando él se hallaba escondido en la gruta, ¿acaso vio a Jehová pasar en la tempestad o en el fuego? Pues no, ¡porque Jehová pasó en un susurro delicado!... Y ved, ¡esto ahora se está realizando ante vuestros ojos! ¿Y por qué no ibais a creerlo? ¿Acaso mis Hechos realizados ante millares de testigos no dan el testimonio más auténtico? ¿Acaso alguna vez en el mundo alguien ha realizado obras semejantes?».
1. Dijeron algunos judíos: «Tus acciones son realmente extraordinarios, pero tú no tienes la menor personalidad para tanto. Además, los esenios realizan lo mismo, y a pesar de ser nuestros enemigos, insinúan a los judíos que el Mesías surgiría de su medio».
2. Dije Yo: «¡Os conozco de sobra! Pues no es desde hoy que sabéis cómo los esenios producen sus milagros. Pues con toda razón ya os habéis opuesto a todo eso y, con buen éxito, muchas veces ya habéis descubierto al pueblo esos espejismos esenios. Vosotros sois tan entendidos en tales artes y trucos como ellos mismos, y en vuestro medio incluso la consideración de mi Persona ni siquiera es de lo peor. De modo que esto no es el motivo por el que no queráis reconocerme como El que soy en Verdad, y aceptarme. ¡Pues simplemente no queréis venir a Mí para recibir de Mí y por Mí la Vida eterna! (Jn 5,40).
3. ¡No acepto honra de los hombres en virtud de una consideración externa y elevada (Jn 5,41), porque a Mí jamás me pueden dar una más sublime que Aquella que habita en Mí! ¡Pero Yo os conozco de un lado bien diferente! Porque desde hace mucho tiempo el Amor de Dios ya no existe en vosotros por causa de vuestra soberbia, de vuestro amor propio y vuestra tendencia mundana. ¡Pues es por eso que no me aceptáis! (Jn 5,42).
4. Y otra vez algunos judíos contestaron: «Proferiste palabras finas e inteligentes, ¡pero estas no aprueban ni mucho menos que tú de repente eres el Mesías prometido! A lo sumo -si quisiéramos- también podríamos aceptar que tú eres un profeta en Nombre de Él, aunque conste que no surgirá profeta alguno de Galilea; además, ¡de un Mesías verdadero no tienes el menor vestigio! ¿Acaso no tenemos razón?».
5. Dije Yo: «¡De ningún modo! ¡Pero voy a aclararos la verdadera situación! De modo que oídme: Yo no he venido a vosotros como profeta en Nombre del Mesías venidero, sino Yo mismo, como Mesías prometido, vine a vosotros en Nombre de mi Padre, con El que Yo soy completamente uno. de lo que mis Obras y Acciones que realizo dan el Testimonio más verdadero. ¡Y a pesar de eso no me aceptáis! Pero si viniera otro con gran pompa, y en su propio egoísmo usurparía el Nombre de Dios, ¡a este seguramente le aceptaríais sin escrúpulos! (Jn 5,43). Además, ¿cómo sería posible que creyerais en Mí, estando habituados a recibir toda honra y consideración de todo el mundo, sin haber jamás procurado la honra modesta de Dios?» (Jn 5,44).
6. Respondieron los judíos: «Muy bien, ¡pues dices abiertamente que el Dios todopoderoso es tu padre! Si cometiésemos una injusticia por no darte crédito, ¡haz una queja ante tu padre y ya veremos la suerte que por eso nos tocará!».
7. Dije Yo: «Oh, ¡no creáis que Yo os denunciaré ante mi Padre! Habrá otro que os acusará, pues será Moisés, en quién vosotros tenéis puesta la esperanza que él antes aún volvería una vez con Elías (Jn 5,45). El ya vino, pero vosotros le habéis reconocido tan poco como ahora a Mí mismo (Nota: El espíritu de Moisés estaba en Zacarías, y él de Elías en Juan).
8. Si en vuestro sentido mundano hubieseis creído en Moisés, también daríais crédito en Mí, porque él dio testimonio de Mí (Jn 5,46). Pero como jamás habéis creído en sus profecías, ¡¿cómo ibais poder creer en mis Palabras?!» (Jn 5,47).
9. Observaron los judíos: «¡¿Cómo puedes tú decir que nosotros, que ocupamos su sede, no hayamos creído en Moisés?!».
10. Dije Yo: «Es preciso que el hombre sepa primero para después creer. Afirmo que os hicisteis sacerdotes por causa del dinero, y desde vuestra infancia no hallasteis necesario hacer la lectura de los libros de Moisés. Además, ¿para qué?, ¡porque siempre lo pasasteis bien sin tal esfuerzo! ¿Sabéis quienes en todos los tiempos fueron el Moisés y los profetas para vosotros? Os lo digo: ¡Pues siempre fue vuestra barriga!».
11. A eso los sacerdotes judaicos demostraron perplejidad, y uno de ellos dijo: «¿No es que cada semana a cierta hora y en voz alta se nos lee la Escritura? Tenemos solamente cinco ejemplares más el original de la Escritura. Esta, como Santuario, únicamente el Sumo sacerdote la puede tocar; y nadie más sin sufrir la pena capital. ¡¿Cómo puedes pretender que nosotros no conocemos lo que los profetas escribieron?! Personalmente no podemos hacer la lectura, ¡pero la oímos cuando se nos la lee!».
12. A eso Yo les dije: «Con las orejas sí que oís, ¡si no os dormís a causa de vuestras barrigas llenas! Pero nunca oísteis las Escrituras con el corazón, ¡porque este está disperso por el mundo a causa de sus codicias! ¡Los Mandamientos de todos modos sólo los respetáis por la apariencia ante los ojos del mundo - andando de vestidos religiosos. pero a vosotros mismos estos os importan un rábano! Os digo esto porque os conozco mucho mejor que cualquiera en este mundo».
13. A esta altura muchos entre el pueblo presente comenzaron a murmurar y criticar los templarios, los que se veían obligados a retirarse a sus aposentos. También Yo salí del Templo, junto con los míos y el hospedero y, siguiendo a la invitación de Lázaro, nos fuimos a Betania, comarca distante de Jerusalén a unos siete cuartos de hora de camino. - Consta que allí éramos óptimamente recibidos.
1. Pero esta vez no podía quedarme allí por mucho tiempo, porque desde Jerusalén siempre acudieron muchos judíos conceptuados y entre ellos también tales que no creían en Mí. Por eso allí acepté la hospitalidad por apenas tres días, sin adoctrinar y dar pruebas a causa de los judíos incrédulos.
2. Algunos sí que me habían abordado para sonsacarme, pero Yo simplemente les dije: «¡Para eso aquí no hay lugar ni tiempo! Lo que os hace falta saber, esto ya se lo he dicho a todos en el Templo, ¡y de momento no necesitáis más!».
3. A eso les volví la espalda, y con Lázaro y el hospedero salí al aire libre dónde hablamos mucho al respecto de los desatinos y de las actitudes de los templarios para con el pueblo. El hospedero que ya tenía mucha fe y no paró de elogiarme por Yo haber dicho las verdades a esos hipócritas del Templo. También Lázaro se alegraba mucho porque desde hace muchos años ya sabía Quien soy.
4. Cuando paseábamos en el aire libre se aproximó Juan, mi discípulo amado, y dijo: «Señor, ¿qué vamos a hacer ahora? Los judíos a los que tratasteis con indiferencia volviéndoles las espaldas están ahora muy irritados y piensan en vengarse, pues dicen: “Esperad, ¡ya expulsaremos a vuestro Mesías orgulloso!”. ¡Procuramos apaciguarlos pero la situación sólo se tornó peor y ellos amenazaron pedir refuerzos a Jerusalén!».
5. Dije Yo: «¡Ve y diles que mi Tiempo -que os predije tantas veces en Galilea- todavía no ha llegado! Por eso, si quieren llamar la guardia, ¡que la llamen!, ¡y en esa ocasión conocerán aún más el Poder y la Honra del Hijo de Dios! - ¡Anda ahí y transmíteselo!».
6. Lleno de alegría Juan repitió verbalmente mi recado a los judíos orgullosos y atrevidos que, entretanto, se incendiaban de rabia gritando: «¡Ya veremos hasta dónde va el poder de ese Nazareno!».
7. En seguida unos veinte corrieron puerta afuera para buscar la guardia de Jerusalén.
8. Pero Yo no quería que algo así sucediese a la amable familia de Lázaro. Por esto los dejé que se acercasen hasta unos cien pasos de la casa, donde súbitamente encontraron sus miembros paralizados. Hicieron todos esfuerzos para salir del sitio en que estaban, ¡pero esto les resultaba totalmente imposible porque habría sido contrario a mi Voluntad! De modo que comenzaron a gritar y pedir socorro. Esto percibieron también aquellos que en el Templo ya se habían adherido a Mí. Pues se aproximaron a los paralizados y les preguntaron por qué estaban ahí parados, gritando hechos una lástima.».
9. Crujiendo los dientes, los paralizados gritaron: «¡No podemos movernos porque estamos retenidos en el suelo; pues de repente nuestras piernas se han hecho duras como el acero! ¿Qué espíritu malvado nos habrá hecho esto? - ¡Ayudadnos en esta aflicción horrorosa!».
10. Pero los buenos observaron: «A aquel que hoy, en sábado, ha curado a un enfermo, le calumniasteis de vilipendiador y ultrajador de Dios - ¡lo que no merece! ¡¿Acaso vosotros no os hubierais hecho ultrajadores mil veces peores si a causa de vuestra altanería malvada como sacerdotes incluso vosotros mismos hubierais traído la guardia para prender a un inocente, provocando así mala fama a la familia honrada de Lázaro?! Como ciudadanos -y no sacerdotes de Jerusalén- afirmamos ante vosotros los sacerdotes malvados: ¡El castigo de Dios os alcanzó manifiestamente! ¡Sólo ahora acreditamos convencidamente que el Galileo sublime es evidentemente lo que Él hoy en el Templo dijo verdaderamente de sí mismo! ¡Únicamente Él os podrá socorrer - como Hijo de Aquel que os castigó, y nadie más en todo el mundo! ¡Dirigíos a Él y convertíos al Bien y a la Verdad, porque de lo contrario es posible que os quedéis aquí paralizados hasta el día del juicio final, como la mujer de Lot!».
11. Esta sugerencia no dejaba de producir efecto, pues los paralizados gritaron: «¡Traedle aquí y ya haremos lo que exige de nosotros!».
12. A eso los ciudadanos volvieron a la casa de Lázaro donde en seguida se dirigieron a Mí para contarme rápidamente lo sucedido.
13. Entonces Yo les dije: «Aquellos que por mi causa querían buscar la guardia de la ciudad, ¡que ellos mismos durante algún tiempo hagan la guardia, y en el futuro ya se les pasarán las ganas de abandonarse de esa manera a su altanería! - Aún tomaremos una comida fortificante antes de la puesta del Sol, y sólo después vamos a ver lo que se podrá hacer con los afligidos por Dios. El hombre también debe comer un sábado cuando tiene hambre y no sólo después del crepúsculo. ¡¿Qué podría tener que ver el Sol con el sábado, y qué el sábado absurdo de los judíos con el Sol?! ¡¿Podría ser este astro mejor y más honrado en un sábado, ante el hecho que cada día es un día del Señor, y no solamente el sábado?! - ¡Vamos pues a la mesa para pasarlo bien!».
14. Lázaro y sus dos hermanas estaban muy contentos y en seguida mandaron a servir una buena cena, pues empezamos a comer y beber con buenos ánimos.
15. Sólo después de algunas horas, cuando estábamos bien saciados, Yo dije a Lázaro: «Hermano, ¡ahora ha venido el momento a acercarnos a los paralizados para ver lo que se puede hacer con ellos! Realmente, si demuestran la menor obstinación quedarán allí hasta la salida del Sol, ¡para que se den cuenta que el Hijo de Dios no necesita testimonios y honras humanos!».
16. De modo que nos levantamos y nos dirigimos a ellos.
1. Cuando los fariseos paralizados me vieron llegar, comenzaron a gritar: «Señor, ¡ayúdanos para salir de esta aflicción extraña, y vamos a tener plena fe en tu Nombre y tu Misión divina! ¡Hemos pecado contra Dios cuando queríamos atentar contra el Santificado de Él! Reconocemos francamente que en nuestra gran ceguera hemos pecado. Por eso, Señor, ¡líbranos de este mal!».
2. «Vuestras palabras suenan bien», les respondí, «¡pero en vuestros corazones suena muy diferente!».
3. Preguntaron los castigados: «¿Cuál es entonces el lenguaje de nuestros corazones?».
4. Dije Yo: «¡Si confesáis dentro de la Verdad, seréis socorridos, y eso inmediatamente después de la confesión plena; pero si negáis, tendréis que esperar hasta mañana!».
5. Dijo uno de ellos: «¿Cómo podemos saber de los pensamientos de cada uno?».
6. Repliqué Yo: «¡En este punto no existe divergencia entre vosotros! ¡Hablad si queréis!».
7. A eso uno de ellos empezó a hablar, pues dijo: «Señor, Tú sabes que en este mundo por prudencia frecuentemente se debe hablar de modo diferente de lo que piensa. Se puede expresarse de una u otra manera, mientras los pensamientos quedan ocultos y, como se dice, “exentos de aduana”. Pero si también en nuestros corazones sabes leer lo que pensamos, entonces no nos quedará otro remedio sino hablarte correctamente conforme nuestros pensamientos. Ya nos perdonarás que en nuestros pensamientos te tomábamos por un hechicero formidable y te lanzábamos las maldiciones más viles por habernos hecho esto. Pues resulta que hace diez años ya observamos a un hindú que incluso tumbaba los animales al suelo. Ante tantas experiencias hechas en esta vida es realmente difícil distinguir un milagro verdadero de uno ficticio; por esto debes comprender la razón por qué no te reconocimos como Aquel como te representaste en el Templo.
8. Además de esto consta en las Escrituras que sólo se debe creer en un solo Dios, pues no se debe considerar otros tantos dioses al lado de Él. Tú, sin embargo, te nos presentaste como un Dios auténtico e idéntico del antiguo Dios, dado que abiertamente dices que eres su Hijo, con el mismo Poder de Él, y con el pleno derecho de juzgamiento. Aun con tus palabras más refinadas, ¡¿Quien podría enseguida creerte -de aspecto sólo un ser humano, y por colmo de Galilea donde existen más paganos que judíos- que tú eres realmente aquel como el que tú te has presentado?! No conseguimos creerlo, a pesar de la prueba milagrosa que realizaste en un sábado - un hecho que aumentó la gran duda en tu supuesta divinidad. Ahora, por supuesto, se nos está encendiendo una otra Luz que traerá aún más claridad si ahora, ojala, nos liberas de esta gran plaga, ¡lo que te pedimos con sinceridad!».
9. A eso Yo les dije: «Entonces, ¡sed libres!».
10. En el mismo instante recuperaron su movilidad y me lo agradecieron.
11. Pero Yo los advertí: «Ahora sois libres. Sin embargo, os aviso a todos: ¡De lo que sucedió aquí nadie debe revelar a nadie ni una sola palabra! Pues, a veces hago Milagros que cada uno puede ver y saber; y en otras ocasiones también realizo Milagros que sólo sirven para pocos, y estos Milagros, de momento, deben quedar ocultos ante la comunidad. El motivo importante de esta medida me está bien conocido. Y además de esto, hoy no debéis volver a Jerusalén porque tengo varios asuntos que tratar con vosotros.
12. Aquel que en otros tiempos en Sinaí con rayos y truenos trasmitió sus Leyes a Moisés, y cuyo Espíritu ante Adán flotaba sobre las aguas, Este se encuentra ahora delante de vosotros en esta Persona tan humilde. ¡El futuro demostrará si seréis capaces de creerlo íntegramente o no! ¡Pero volvamos ahora a la casa para que vosotros veinte que todavía estáis en ayunas podáis tomar alimento!».
13. Todos se callaron pues no se atrevían intercambiar palabra alguna.
14. Al llegar a la casa, Pedro me dijo: «¡Señor, a nosotros que somos tus discípulos permanentes aún no nos dijiste esto!».
15. «Muchas veces os hablé de esto de manera palpable, ¡pero hasta ahora vuestra comprensión siempre era muy corta, y aún lo seguirá siendo durante cierto tiempo!», le respondí. «Pero ahora ocupaos con otra cosa, porque Yo tengo que tratar de ciertos problemas con los judíos».
16. Los discípulos estaban conformes y salieron de la casa al aire libre.
17. La comida para los veinte templarios ya estaba en la mesa, sin que estos se atreviesen a tocarla porque el Sol todavía era visible. Por eso lo observaron, a ver, si pronto iba a ponerse.
18. Por esto les dije: «¡Oídme! ¿Quién es más: el Sol, el sábado o Yo, que en Espíritu soy Señor de ambos y lo fui desde todas Eternidades?».
19. A eso ellos respondieron: «¡Si realmente eres lo que afirmas, evidentemente eres mucho más que el Sol y el sábado!».
20. Dije Yo: «¡Sentaos pues, y comed y bebed! - En épocas atrás constaba: “¡Nadie puede ver a Dios y continuar vivo, porque Dios es un Fuego que destruye todo!”. ¡Pero ahora podéis verle y comer y beber; y al mismo tiempo podéis ganaros la Vida eterna!».
21. A eso alegaron: «Esto sería muy bien, ¡si no existiese la Ley de Moisés!».
22. Pero Yo les respondí: «Donde estoy Yo, también se hallan Moisés y todos los profetas; por eso, ¡haced lo que quiere el Señor!».
23. Finalmente se sentaron a la mesa y se alimentaron antes de ponerse el Sol. - Luego los llevé a una pequeña colina detrás de la casa de Lázaro donde continuamos con la conversación.
1. Cuando estábamos todos reunidos en la colina -la cual, como ya dicho, se encontraba detrás de la casa de Lázaro, y en la que había un precioso altiplano con muchos bancos- allí nos sentamos en Luna llena en número de cincuenta y cinco personas. Pero a pesar de que todos se habían bien acomodado y que sobraba espacio, algunos judíos empezaron a criticar que el orden de los asientos no correspondía bien a la jerarquía.
2. A eso Lázaro observó: «Amigos míos, según lo que hemos oído, visto y experimentado, ¡la primacía corresponde únicamente a Uno, El que precisamente escogió el lugar inferior! ¡¿Cómo es posible que aspiremos tanto por tener prioridad, dado que como criaturas mortales nada somos ante Él?!».
3. Estas palabras de Lázaro, como dueño de la casa respetado por todas partes, surtieron un buen efecto y terminaron con el fútil verbalismo.
4. Después de establecer calma y orden, Yo dije: «Ante todo os ordeno mantener silencio sobre todo lo que vais a ver y oír, a fin de que nadie por una cuestión de conciencia se encuentre obligado a creer en Mí y mi Misión - a no ser únicamente por la Nueva Revelación determinada a tal fin y las Pruebas escogidas para esta por mi Sabiduría.
5. Toda coerción moral de por sí ya es un juicio; porque aquello que el hombre no acepta y hace por libre y espontánea voluntad, de convicción y conocimiento propios, esto no le sirve para la Vida sino solamente para el juicio. Para que el hombre llegue a ser bueno y lleno de la verdadera Vida espiritual, entonces para esto no debe ser obligado por otro medio sino únicamente por su muy propia voluntad totalmente libre y firme.
6. Ni la ley, ni un premio o castigo deben determinarle para tanto, sino únicamente su fe libre, su convicción interna y el conocimiento puro; luego la obediencia de su ser exterior y su libre voluntad que deben surgir del puro amor a Dios y a todo lo bueno y verdadero.
7. Os afirmo una Verdad más clara: Habría sido igual de fácil -o aun más fácil- si Yo hubiera descendido a la Tierra en forma humana colosal, acompañado de innumerables falanges de ángeles, y con fuego, rayos, truenos y tempestades, trasmitiéndoos el Nuevo Verbo de la Gracia, y eso con una voz tronante que destruye montañas. y no habría ni uno solo entre vosotros que habría permitido que en su interior se produjera la menor duda. Eso porque el susto y el pavor le habrían coartado de una manera que ni siquiera habría sido capaz de concebir un pensamiento más limitado. ¿Acaso esto habría ayudado a alguien para adelantar en su emancipación interna y real? ¡En absoluto, porque esto resultaría en un juicio para todas las almas humanas y en un aprisionamiento de todas las índoles, de manera que estas se habrían convertido en verdaderas piedras!
8. Por eso Yo vine a este mundo en esta Simplicidad y totalmente desapercibido, tal como me hice anunciar por la boca de los profetas, para que ningún corazón humano fuera coaccionado. y para que los seres humanos únicamente por el Poder benefactor de la Verdad de mis Palabras y Enseñanzas me reconozcan con Amor. y para que luego puedan organizar su vida de modo totalmente independiente .
9. Mis Milagros deben sólo servir para la confirmación que realmente soy Aquel como El que Yo me presento a los seres humanos. ¡Por eso, una vez más, os advierto que nada relatéis de lo que aquí va a pasar en esta noche, para no cohibir el corazón de quienquiera en su mente!
Pero incluso vosotros mismos en vuestro corazón no debéis agobiaros por ello, sino dejaros guiar únicamente por mi Verbo y su Verdad.
10. Porque si con toda vuestra libre voluntad y llevado por vuestro propio interior os rebelarais abiertamente contra todas mis Señales, pero libremente hicierais caso a la Verdad de mis Palabras, entonces aun así incubaríais en vosotros la Vida eterna y su plena libertad; pero si permitierais que sólo las Señales determinasen vuestra convicción sin considerar la Verdad que Yo profiero, entonces estaríais aprisionados y os encontraríais en el juicio, pues no seríais sino meras máquinas, sin vida interior y verdaderamente espiritual, por lo tanto, muertas como piedras.
11. Como Señor y Maestro único de todo ser y de toda Vida Yo os he presagiado esto para que en vuestro interior podáis comportaros correspondientemente. ¡Haced caso y viviréis!».
12. Estas Palabras mías inquietaron a todos, y muchos comenzaron a temer lo que iba a suceder.
13. Pero Yo les dije: «Mis queridos niños, si ahora ya empieza a venceros el miedo, ¡entonces poco podré realizar ante vuestros ojos!».
14. Dijo Lázaro: «Señor, ni yo ni tus apóstoles tenemos miedo, ¡pero quien lo tuviera, tampoco llevaría perjuicio!».
15. Dije Yo: «Muy bien, pues ¡prestad atención!».
1. Acto seguido Yo me dirigí a los judíos y les dije: «Vosotros no queréis dar crédito a que Moisés y Elías hayan venido antes de mi Llegada; por eso ¡que ellos mismos se presenten aquí bien reconocibles y que os digan de qué índole sois!».
2. En el mismo instante los dos profetas se presentaron, inclinándose con respeto delante de Mí.
3. Y Elías dijo en voz alta: «¡Delante de Ti y de tu Nombre deben doblegarse todas rodillas y todos corazones en el Cielo, sobre la Tierra y dentro de la Tierra!».
4. Acto seguido Moisés se dirigió a los judíos: «Vosotros que sois unos sacrílegos en el Templo de Salomón. y que sois hijos de la serpiente. ¡¿Qué demonio os ha engendrado para que podáis pretender que Abraham es vuestro padre, y que vosotros ocupáis mi asiento y él de Aarón?! Pero ya que los ocupáis de manera totalmente ilegal para propagar en ellas la Ley que Dios me ha dado a mí para su propagación a los pueblos. Entonces, ¿cómo es posible que no reconozcáis al Sumo Supremo que en el monte Sinaí me dio la Ley en dos tablas de piedra?
5. Vosotros alegáis que yo y Elías habríamos debido venir antes del Señor; pero ved, ¡ya estuvimos aquí! ¿Pero quién de vosotros nos reconoció y creyó en nosotros? ¿Y no nos hicisteis lo mismo que aplicasteis a casi todos los profetas y santos del Señor? ¿Qué significa entonces si vosotros os inclináis ante mi nombre, mientras que a mí mismo me perseguís y finalmente me asesinaréis entre el Altar y el Santísimo? ¡Hablad y respondedme!».
6. A eso dijo uno con voz trémula: «Oh, gran profeta, ¡aquel que fue amordazado se llamaba Zacarías!».
7. Dijo Moisés: «Viejo malvado, ¡en el momento en que yo regresé del Santísimo tú mismo eras testigo presencial y auricular de aquello que yo dije en la reunión sacerdotal! Fueron las siguientes palabras: “¡Oíd, hermanos! En su gran Gracia y Misericordia Dios el Señor me abrió mi interior más profundo y el espíritu de Moisés entró en mí. De modo que ahora mi alma y el espíritu de Moisés son un solo ser humano como ahora se encuentra delante de vosotros, del mismo modo como en otros tiempos se hallaba delante el faraón y en el Sinaí delante de Dios. Yo fui el primero que ha establecido este asiento, ocupándolo al Mando de Dios - y ahora soy el último en tomar posesión de él, ¡porque en el futuro únicamente el Señor -que en este mundo milagrosamente aceptó la carne de los hombres- hará con esta Sede lo que corresponde a su Voluntad eternamente inescrutable!”. - Esta profecía mía os irritó hasta el extremo que me arrojasteis de la silla y estrangulasteis mi cuerpo. ¿Acaso no fue así?».
8. Dijo otro judío, algo apocado: «Pues sí. Realmente fue así, pero ¿quién habría podido creer algo así?».
9. Pero Moisés opuso: «¿Por qué lo creyeron algunos devotos a los que por esto expulsasteis del Templo a países lejanos donde viven paganos - unos devotos de los cuales todavía existen algunos con vida, de modo que podrían testimoniar contra vosotros?».
10. Y otro judío anciano dijo: «Esto puede ser posible, pues para eso deben haber tenido alguna visión como prueba, ¡pero nosotros nunca teníamos visión alguna!».
11. «¡Tú hablas de manera tramposa y mientes incluso a ti mismo!», le contestó Moisés. «Porque eso os lo fue demostrado a todos siete seguidas veces clara y comprensiblemente en el espíritu, en sueños clarividentes, incluso a los siervos más ínfimos del Templo. Además, en la época de mí mudez, aún glosasteis sobre el tema durante varias semanas. ¿Cómo puedes ahora alegar que no hayáis tenido visión alguna de ello?».
12. Respondió el mismo judío: «Ah, ¡¿entonces el sueño también era una visión?! Vaya, en aquellos tiempos, ¡¿quién habría podido suponerlo?!».
13. Prosiguió Moisés: «Vosotros, zorros ladinos mundanos, ¡por muchos ejemplos de la Escritura sabíais muy bien lo que significaban los sueños clarividentes! Pues ahí figuran los sueños de José, el sueño de Jacob, él del faraón, y muchos otros que os han hecho entender el significado de las siete visiones; pero vuestra inclinación al mundo, el orgullo sacerdotal, la pasión por el bienestar, por el ocio asqueroso y la voluptuosidad de toda clase os cegaron y perturbaron. Por esto teníais miedo que a causa de mis profecías ibais a perder todos vuestros placeres de la vida mundana y hasta el momento, en vez de someteros a la Voluntad de Dios, hicisteis todo lo posible en contra de Él, demostrándoos como auténticos amotinadores contra Dios... A vosotros que sois unos gusanos del polvo, ¿cómo os parece esta historia verídica?
14. Ved, el Señor más Supremo y Magno cuyo Rostro, yo, Moisés, nunca tendré mérito de contemplar, Él mismo os dijo en el Templo: “¡No Yo, sino Moisés a quién esperáis, os acusará ante el Padre!”. ¡Y veis, aún no pasó un día que dijo esto, y la Advertencia del Sumo Señor se cumple; pues yo, Moisés, principal profeta en Nombre del Señor, os acuso delante de su Rostro santo de todo lo escandaloso que practicasteis de modo horrendo! - ¿Qué vais a decir para vuestra justificación?».
15. A eso los judíos por pavor y miedo totalmente acorralados se quedaron sin habla, pues sólo consiguieron balbucear sin que pasara alguna palabra entendible por sus labios desgraciados.
16. Apenas uno, algo más joven, dijo atemorizado: «Mi Dios y Señor, ¿acaso es esto el inicio del día del horroroso juicio final?».
17. Dijo Moisés: «En mis manos mi acusación está continuamente a la disposición, ¡pero la Ira y la Venganza están en la Mano del Señor todopoderoso! Vuestro día del juicio final ya se ha acercado considerablemente; sin embargo, todo depende únicamente del Señor. Ahora hablad, cómo interpretáis todo esto».
18. Dijo un viejo judío, con temor dando diente con diente: «Oh, gran profeta, ¡dinos si iremos al infierno, irremediablemente perdidos, y si por ventura cada uno tiene su propio día final!».
19. Respondió Moisés: «En vuestro modo de vida que lleváis, en lo que se refiere al infierno ni siquiera tenéis que preguntar si aún os tocará. Porque vuestra manera de pensar y actuar ya desde hace mucho tiempo es tal que hasta ahora ya os encontrasteis en el infierno; y también todo lo que hicisteis fue oportuno para él. Por eso ya no os espera el infierno porque, en realidad, ya os encontráis en él.
20. En cuanto al día final, después de dejar el cuerpo físico atrás, también en el Más Allá os esperará un día más reciente, como en este mundo tendréis uno último y postrero. Pero mientras todavía viváis en este mundo aún podréis fácilmente encontrar salida del infierno - caso que lo queráis, porque aquí entre vosotros está el Gran Guía y Salvador. ¡Oídle y hacedle caso! - He hablado ante Ti, Seño. ¡Que ahora venga Elías y tome la palabra!».
1. Dije Yo: «Elías, tú que eres predecesor y aplanador de mis Caminos, ¿qué tienes a exponer contra esos siervos del Templo?».
2. «Señor, ¡Moisés ha dicho todo!», respondió Elías. «Con él, el Templo ha dejado de ser una Casa de Dios, pues llegó a ser un antro de asesinos y ladrones. Eso se lo demostré a estos siervos minuciosamente en el Jordán, probándoles incluso mi afirmativa. Cuando notaron que no tenían algo sustentable a contraponer, y cuando se dieron cuenta que por eso quedaron denunciados de modo incisivo ante el pueblo, acusados de toda clase posible de injusticia contra Ti, Señor, y contra el pueblo, entonces se pusieron a reír abiertamente y me declararon un beato tonto a quién se podría oír durante algunas horas por simple diversión. Pero en secreto amenazaron al pueblo de tomar mi Doctrina por algo más que un delirio ridículo.
3. Y en secreto se hincharon de rabia, dado que se dieron cuenta que el pueblo a pesar de todo me consideraba y honraba como profeta, pues hacía penitencia y se dejó bautizar. Esos sacrilegos malvados en el Santuario de Dios pronto percibieron que conmigo el hacha ya estaba junto a sus raíces, trayéndoles el fin de su dominio vergonzoso. Por esto asediaban a Herodes, probándole con falsas pruebas y tramas inauditas que su reinado estaba seriamente amenazado por mí. El Tetrarca no se lo podía imaginar porque tenía relaciones sólidas con Roma, con las que él siempre cumplía puntualmente, por lo que en caso de cualquier acontecimiento adverso siempre podía contar con la protección incondicional por parte del Imperio Romano. - Pero con todo esto nada se adelantó, pues estos sacrílegos instigaron tanto a Herodes, hasta que este me tomó preso (Mt 14, 3-5).
4. Una vez que yo estaba preso -pero aun así mis discípulos tenían libre acceso a mí- los fariseos ya no podían importunar a Herodes; sin embargo notaron que por mis discípulos mi doctrina se difundió considerablemente. Esto aumentó el rencor y la furia de los sacrilegos de una hora a otra, y se pusieron a intrigar mediante la malvada madre de la hermosa Herodias, que esta, cuando Herodes iba a solicitar una gracia de ella, para eso debía dar la noble palabra de honra de no pedir en compensa otra cosa que mi cabeza1 Y como compensa en secreto la madre iba a recibir diez mil libras de oro del tesoro del Templo... A la bella Herodias esta exigencia parecía exagerada -sabiendo que Herodes en secreto me apreciaba-, pero un espíritu maligno hizo que la vieja se pusiera poseída y descubrió a ella que yo no estaba de acuerdo con la relación ilícita de Herodes, y que yo en este sentido intentaba a influir sobre él. Esto causó que también Herodias finalmente se pusiera contra mí. De modo que en una fiesta de cumpleaños de Herodes -y por repetida insistencia de la madre secretamente sobornada-, Herodias exigió mi cabeza. Aunque esto entristeció mucho a Herodes, pero ya que una vez había prestado el juramento también tenía que cumplir con él; de modo que en la prisión me decapitaron (Mt 14,6-12).
1. Véase también Jakob Lorber: Gran Evangelio de Juan t.02 cap.082. (Muñoz Moya Editores)
5. Cuando los templarios se enteraron de lo ocurrido celebraron el triunfo, y comenzaron a perseguir en lo posible al pueblo que creía en mí. ¡He aquí, Señor, el concepto básico de su corrupción total, sin contar las minucias que te están conocidas! - ¡De modo que los acuso ante Ti! Entretanto, ¡Tú eres el Señor desde todas eternidades!... ¡Júzgalos dentro de tu Poder, tu Sabiduría y tu Justicia infinitos!... ¡Que se haga tu santa Voluntad!».
6. En seguida Yo confirmé: «Sí, fue tal como dijiste. ¡Pero junto con esto aún existen algunas cuantas más circunstancias en otras ocasiones por Mí mencionadas y ante mi Semblante confirmadas por testimonios oculares; sin embargo, esto aquí ya señala el quid de la maldad infernal de esa ralea! Dado que vosotros sois mis fieles profetas y ahora ángeles de mis Cielos, os pregunto, si a esos sacrílegos de mi Santuario podéis perdonar el crimen horrendo que han cometido en vosotros».
7. «¡Sí, Señor!», respondieron ambos. «¡Porque únicamente Tú eres la Reconciliación de todos nosotros! ¡Que a estos quieras iluminarlos de acuerdo con tu inmensa Misericordia para que ellos reconozcan su gran depravación!».
8. A una señal Mía ambos desaparecieron, dejándonos solos.
1. Se pasó cierto tiempo sin que alguien se atreviese a decir una sola palabra, porque la aparición de los dos profetas había conmovido a todos, y los judíos presentes se quedaron profundamente trastornados.
2. Apenas el hospedero que se encontraba a mi lado y que también estaba profundamente impresionado me dijo en voz baja: «Señor, ¡este hecho demuestra más que todo lo demás que Tú eres en verdad Aquel como El que te representaste en el Templo ante todo el pueblo!
3. Ahora evidentemente ha llegado el gran Tiempo de los tiempos con todas sus Gracias, pero también con todos los Juicios emitidos por los Cielos. ¡Ay, si yo tan sólo fuese digno de participar en una mínima parte de estas Gracias!».
4. «¡No sólo una mínima parte sino una sumamente grande te puedes llevar!», le respondí. «Eso depende únicamente de tu voluntad de vivir y actuar con alegría conforme a mi Doctrina, con la que dentro de poco estarás perfectamente familiar. - ¡Pero ahora vamos a preguntar a los judíos cómo les ha gustado esta verdadera aparición!».
5. En seguida Yo me dirigí a los veinte judíos templarios diciéndoles que ahora se expresen sobre la impresión que les ha causado esta aparición.
6. A eso uno de ellos se levantó y dijo: «Todos nosotros estamos plenamente convencidos de que todo lo que vimos no ha sido fraude, porque apariciones ficticias -que tuve ocasiones de apreciar en Damasco- no hablan e ignoran datos recientes y pasados. Pero precisamente como esta aparición no era ficticia, nos tenía que impresionar horriblemente, porque vimos con nitidez que por los grandes pecados que cometimos jamás ya podríamos contar con un perdón por parte de Dios.
7. ¡Es realmente un asunto sumamente difícil ser un ser humano en el mundo! Porque la persona está expuesta a toda clase de tentaciones del mundo y del diablo - dos enemigos de la vida humana, de los cuales el primero es el menos perjudicial, pues se le ve perfectamente. Pero el segundo, el que seduce al hombre y le atrae a toda fuerza al mundo, ¡a este nadie le ve, con lo que difícilmente alguien puede ofrecerle resistencia!
8. Nos consta que nos hemos hecho grandes pecadores, ¡esto ahora lo vemos con toda claridad! Pero lo que no comprendemos en absoluto es cómo, poco a poco, llegamos a ser así.... de modo que sólo podemos decir: ¡Señor, si en Ti todavía hay un poco de Misericordia para con nosotros, entonces apiádate de nosotros y por lo menos no nos condenes demasiado duramente!
9. ¡Si en aquel tiempo hubiéramos reconocido esto como ahora, seguro que Zacarías y más tarde Juan no habrían sufrido semejante tratamiento! Pero todos nosotros éramos totalmente cegados por el mundo y el diablo, con lo que también actuábamos dentro de nuestra ceguera verdaderamente diabólica y la voluntad del diablo.
10. ¡Así como Moisés y Elías nos acusaron delante de Ti -con toda Justicia-, hacemos lo mismo contra el diablo, el mayor enemigo de la humanidad, rogándote que le reclames a tu Trono Justiciero!».
11. Dije Yo: «Lo que en vosotros forma parte del diablo, desde hace mucho ya le fue acreditado. Os afirmo, sin embargo, que en el Templo ahora ya hay algunos cuantos que en mucho superan al príncipe de las tinieblas, pues actúan con la humanidad de una manera que no hay diablo que aún podría superarlos en su actitud.
12. Además, os digo que precisamente en las tentaciones por parte de los diablos no hay ni mucho menos tanta culpa como pensáis en vuestra creencia insensata. ¡Pues en el fondo el diablo es el hombre mismo con sus tendencias mundanas! De estas surge el amor propio -que es un diablo-, la vida holgada -otro diablo-, luego hay orgullo, vanidad, dominio, ira, venganza, envidia, codicia, altivez, impudicia y menosprecio al prójimo -todos estos son diablos-cultivados en el propio suelo del individuo. No debéis, por esto, tener tanto miedo del diablo, ni tanpoco acusarle. ¡Pero acusaos a vosotros mismos en vuestra conciencia, y arrepentios verdaderamente, tomando la firme decisión de haceros otras criaturas, comenzando ya por vuestra regeneración!
13. Amad a Dios verdaderamente por encima de todo y al prójimo como a vosotros mismos, ¡entonces también seréis redimidos de vuestros grandes pecados incontables! Pero mientras los seres humanos no dejen de pecar tampoco pueden ser redimidos, dado que el pecado es obra del hombre mismo surgida de su carne y de la voluntad de su alma.
14. Las buenas obras conformes a la Voluntad y la Palabra de Dios -aunque el hombre los haga por libre autodeterminación- en realidad siguen siendo una Gracia de lo Alto . un merito del Espíritu Divino en el corazón humano . de lo que el hombre se hace partícipe precisamente por la Gracia de Dios. - Ahora conocéis vuestra situación, ¡pues sois libres y podéis hacer lo que os parezca bien!».
1. Dijo el judío: «Oh Señor, ¡en este mundo nunca nos abandones, porque Contigo todos estaremos abrigados! Bien que el Templo todavía cuente con cerca de setecientos sacerdotes semejantes a nosotros, pero ellos son aún más perniciosos que nosotros. ¡Pues que estos cuiden de sí mismos como lo han hecho hasta hoy! Nosotros, entretanto, mañana recogeremos nuestras cosas y lo que sobra distribuiremos entre los pobres. Luego también cambiaremos de vestimenta para seguirte, ¡aunque Tú mismo nos hagas retroceder con rayos y truenos! Una vez que hayamos reconocido tu Voluntad del todo, aun como judíos ancianos probaremos que es bien posible enderezar árboles envejecidos. ¡Ahora nos ha quedado claro que fuera de Ti no puede haber Vida ni Salvación; por esto nada ya nos apartará de Ti!
2. Señor, en el comienzo no éramos ni tan malos, ¡porque cuando solicitamos que nos incorporasen en el Templo buscábamos únicamente la Verdad original! Pero ¿qué hallamos entre sus paredes? ¡Secretos y más secretos! Cuando preguntamos a alguien por una Luz, nos decía: “¡Necesitáis la fe y nada más! Lo que el Templo os presenta para creer, ¡en esto creed, aunque os parezca absurdo, irrazonable y contradictorio; porque únicamente el Sumo Sacerdote tiene la llave de todos los secretos divinos! ¡Y con esto debéis conformaros! ¡Unicamente él hace los sacrificios para vosotros y para todo el pueblo!”. Bueno, palabras como estas eran bien favorables, pero para nuestro ánimo desgraciadamente fueron violentamente abaladas por el homicidio de Zacarías; pues para nosotros quedó claro que no podía haber base real ni en Moisés, ni en los profetas, ni tampoco en toda la Escritura. Pues si hubiera alguna realidad en todo esto, ¡nuestros superiores de ninguna manera podrían actuar tan inescrupulosamente!
3. Cuando de esta manera quedamos convencidos de que en la Escritura no hay ni rastro de una palabra de verdad, entonces también se desenfrenaron todas nuestras pasiones viles, de modo que llegamos a ser peores que toda una legión de diablos malvados; pues estos aún huyen ante el Nombre del Altísimo, pero nosotros no le rehuimos, sino cada vez nos pusimos aún más violentos y malvados. Pues mira, Maestro lleno de Amor, Sabiduría, Justicia y Bondad, como ha sido sobre todo por el mal ejemplo de nuestros superiores que hemos sido llevados al estado en que ahora nos encontramos, esperamos de Ti la remisión de nuestros pecados, y eso tanto más que ahora nos hemos propuesto firmemente de vivir dentro de tus Leyes, ¡aunque nos cueste la propia vida!».
4. Dije Yo: «Pues bien, ¡de modo que ahora todos vuestros pecados os estén perdonados, pero solamente durante tanto tiempo que ninguno de vosotros vuelva a pecar! Si queréis seguirme en verdad como discípulos míos, ¡sed precavidos que esos zorros astutos en el Templo no se enteren de vuestras intensiones! Pues aún no ha llegado mi tiempo en que permitiré que estos zorros ladinos me persigan por la causa de los pecados del mundo, pues es preciso que aún suceda lo que colmará su medida. - Pero ahora poned atención al acontecimiento que se aproxima, para que lo percibáis de corazones abiertos».
1. En este momento se levantó un fuerte viento, y en el Oeste surgieron nubes pesadas, de aspecto incandescente. Esta aparición causó admiración a todos porque eso era raro en aquella zona. Ya se veía muchos rayos cruzando las nubes en todas las direcciones, y se notaba un fuerte fragor de los truenos.
2. De todos se apoderó un poco de miedo, y Lázaro me dijo: «Señor, ¡mira este temporal que parece dirigirse hacia nosotros! ¿No sería recomendable volver a entrar en la casa? ¡Porque tales temporales nocturnos frecuentemente son muy conflictivos!».
3. «¡Calma, Lázaro!», le dije. «¡Porque este temporal no vendría sin ser mi Voluntad - y luego ya sabrás el porqué!».
4. A eso Lázaro se calmó. Pero los judíos se desanimaron en la medida en que la tempestad se estaba aproximando y, secretamente, preguntaron a los discípulos si el desencadenar de los elementos no me intranquilizaba a Mí.
5. Pero los discípulos respondieron: «Él es también un Señor de las tempestades y las tormentas, y todos elementos deben obedecer a su Voluntad. Por eso, en su Presencia, tampoco necesitamos preocuparnos por tormentas».
6. Los judíos aceptaron este consuelo y se tranquilizaron. Pero los veinte sacerdotes templarios se llenaron de miedo, sobre todo cuando un rayo con gran estruendo estaba seguido por otro. Por eso se levantaron de sus asientos y se aproximaron a Mí, con las palabras: «Señor, a Quién todas las cosas son posibles, ¡manda a este temporal fatal, porque de lo contrario sucumbiremos todos! En nuestra vida ya pasamos por tres tempestades como estas, que también a la noche provocaron la muerte de muchos hombres y animales. Llovía rayos y truenos, y cada uno que fuese alcanzado perdía la vida. Sobrevivieron apenas los que se refugiaron en las casas. Especialmente violenta fue una tempestad ocurrida en Damasco, hace veinte años, en que murieron todos que no estaban abrigados... Lo mismo podría suceder aquí, por lo que sería mejor si entrásemos en la casa. ¡Pues el viento ya es tan fuerte que mal nos aguantamos de pié!».
7. Dije Yo: «¡No os preocupéis, porque también en esta tempestad vais a conocer el Poder y la Fuerza del Hijo de Dios!».
8. Nada más pronunciar estas Palabras, y la tormenta llegó justamente encima de nosotros, extendida a todas direcciones, y en cada momento cayeron miles de rayos de los nubarrones pesados. Con un fuerte estruendo varios rayos cayeron también a nuestra colina.
9. A eso los judíos comenzaron a gritar: «Oh Señor, ¡socórrenos, porque de lo contrario estaremos perdidos!».
10. Pero Yo los pregunté: «¿Acaso alguno de vosotros ya fue alcanzado por un rayo? ¡De los que están Conmigo nadie corre peligro! ¡Y ahora conoced el Poder del Padre en el Hijo, pues esta tormenta es también un juicio que forma parte de mi Poder! Yo hice que surgiese y puedo hacer que desaparezca cuando y como Yo quiera. Para vosotros -los veinte templarios-es un símbolo de vuestro estado de ánimo; pues precisamente así y aún peor era la situación en vuestros corazones hasta hace tres horas atrás. ¡y aun peor de lo que ahora se presenta encima de nosotros!
11. ¡Creedme que para Mí es cosa mucho más fácil mandar que se calme esta tormenta incluso su tempestad que de influir en vuestros corazones llenos de pasiones malvadas! Ahí hacían falta mucha habla y grandes señales para dominar la tormenta en vuestro interior. ¡Pero para esta tempestad “natural”, simple pero fuerte, basta con una sola Palabra para que desaparezca!
12. Así como después de la expulsión de vuestra maligna tempestad interior mi Gracia empezó a lucir para vosotros, también aquí después de haber ahuyentado esta tempestad esta será presentada simbólicamente en el firmamento. Ved, ya se desprende una gran cantidad de rayos de las nubes negras muy extensas, y sin embargo, ¡aun así no llegan ni lejanamente al número de vuestros pecados! De ahí podéis deducir cual era vuestra índole... ¡Yo tendría que dejar continuar la tormenta por una hora más para que el número de relámpagos corresponda al número de vuestros pecados cometidos! ¡Pero como para vuestro interior esto no sería de utilidad, haré que se serene esta tormenta que os resulta tan alarmante! - Por eso, elemento del mal, ¡te ordeno que te disuelvas y te disipes en nada! ¡Amen!».
13. En el mismo momento todo se silenció, pues las nubes se disolvieron, las estrellas volvieron a irradiar su belleza y majestad, y precisamente encima de nosotros se veía una gran estrella desconocida a todos.
1. Observó Lázaro: «Señor, ¡he ahí una estrella nueva que nunca he visto! ¿Qué estrella es, y qué significa?».
2. Yo le respondí: «¡Tranquilo, Lázaro, porque todos vosotros en seguida iréis a conocerla más detalladamente!».
3. Acto seguido, durante algunos momentos, a todos los presentes les abrí la visión interior, y la estrella se presentó como un mundo lleno de luz. En su centro estaba una Nueva Jerusalén provista de doce portales, y las murallas en cuadrado estaban construidas de piedras preciosas en número idéntico a los portales de la ciudad. Por todos estos portales entraban y salían ángeles, y también volvieron a mostrarse Moisés y Elías y muchos otros profetas. -Admirados sobremanera, los judíos comenzaron a alabarme por haberles concedido la Gracia de esta visión. Pero Yo hice que volviesen al estado normal, con lo que ellos ya no veían más que la estrella luminosa que, poco a poco disminuyendo se perdió en el espacio.
4. Nada más terminar toda esta escena, casi todos me preguntaron a la vez qué significaba todo esto.
5. «¡Visteis la Nueva Doctrina mía que Yo os doy de los Cielos!», les expliqué. «Es la verdadera Nueva Jerusalén Celestial, porque la antigua ya no sirve. Los doce portales representan las verdaderas doce tribus de Israel; las doce especies de piedras preciosas de las murallas representan las diez leyes de Moisés, y las dos filas encima de estas en diamante y rubí representan mis dos Mandamientos del Amor a Dios y al prójimo. Los ángeles que pasaban por los portales significan las innumerables Verdades que serán reveladas a los hombres mediante el fiel cumplimiento con mi Doctrina. Los que salían de la ciudad señalan la gran Sabiduría de esta Doctrina mía, y los muchos que entraban, demuestran como los seres humanos esta Doctrina mía -por ser puro Amor- también la dejen penetrar en sus corazones y actuar conformemente, pues de esta manera también llegarán al verdadero renacimiento en el espíritu, donde estarán conducidos a toda Sabiduría y Verdad.
6. He ahí el significado de la visión obtenida. un verdadero Sol de Gracia para cada uno que oye mi Palabra y que actúa conforme a ella. Pues en este Sol de Gracia todos los que creen y creerán en Mí, estarán y vivirán eternamente Conmigo. y junto Conmigo guiarán todo lo que está creado en el espacio eterno.
7. Esto por ahora no lo comprendéis ni puede ser que lo comprendáis; pero si permanecéis en la fe en Mí y actuáis dentro de esta Doctrina mía, entonces en la madurez de vuestra fe y vuestro amor vais a ser bautizados por el Espíritu Santo al que Yo mandaré a todos que tienen una fe viva en Mí y en Aquel que de Sí me envió como Hijo del hombre en la carne a este mundo. Pues la auténtica Vida eterna y real consiste en que tengáis fe en Mí como verdadero Padre en el Cielo, y que viváis conforme a su Doctrina.
8. Pero cuando el Espíritu Santo del cual acabo de hablaros vendrá a vosotros y os penetrará, entonces por vosotros mismos seréis capaces de comprender todo lo que ahora veis y oís - lo que ahora dentro de vuestra condición puramente natural no podéis asimilar. Porque la carne no puede concebir el espíritu, pues no posee vida a no ser en una convivencia pasajera, surgida de la fuerza vital del alma que es afín con el espíritu. pues el alma puede llegar a ser semejante y uno con el espíritu, tan pronto que se aparte enteramente del mundo, dirigiendo sus sentidos únicamente hacia lo interior, lo espiritual, según el Orden y la manera que os demuestran mi Doctrina y mi Ejemplo particular.
9. Por eso cada uno de vosotros trate de salvar su alma por la propia fuerza de esta misma, porque si el alma en el Más Allá cae en juicio, ¿acaso podrá salvarse sin recursos, cuando aquí, con tantos medios que tiene a su disposición, no se salvó?. Y eso sin tener en cuenta que el alma para sí misma debería ser un bien incalculable - un bien que, una vez que esté perdido, de por sí ya no puede ser recuperado .
10. Y por eso, antes de nada, ¡cada uno intente a salvar su alma! Porque en el Más Allá la situación será la siguiente: Aquel que tiene el amor, la verdad y con estos el Orden justo de Dios en sí, allá inmediatamente recibirá mucho por añadido; pero aquel que tiene nada de esto o demasiado poco, a él también será quitado lo poco que todavía había tenido, para que no le quede nada y se quede desnudo, sin medios y sin ayuda alguna. ¡¿Quien tendría piedad de él y le facilitaría un rescate?! En Verdad os digo: ¡Aquí una hora cuenta más que mil años allá! -¡Gravad estas palabras profundamente en vuestro corazón; pero actualmente cada uno las guarde para si!».
1. Dijo un judío de la clase del sacerdocio: «Oh Señor, lleno de Amor, Misericordia, Justicia y Sabiduría, ¡todo lo que dices e inclusive piensas, ya es hecho consumado para siempre, y por eso a un ser humano le resulta difícil el hablar Contigo! ¡Aun así hablaré alguna palabra Contigo por la causa de los hermanos, y por eso te ruego que me escuches! Mira, Señor, el que conoce perfectamente el camino que lleva a determinada meta comprobadamente segura, -que al caminante puede y debe dar el mayor beneficio en la vida- todo hará para iniciarlo; pues solamente un tonto insensato se arriesgaría a ir por atajos desconocidos.
2. ¡Bueno, a partir de ahora nosotros conocemos camino y destino, y con facilidad podemos dar las espaldas al mundo y sus placeres, siguiendo también en este camino como héroes por encima de cardos y serpientes; pues lucharíamos incluso incesantemente ante un ejercito de demonios para llegar a la meta! Ahora a todos nosotros nos resulta fácil seguir este camino porque no sólo lo hemos oído sino también lo hemos visto y percibido con todos nuestros sentidos que así es y que eternamente nunca puede ser diferente. Pero ¡¿cuán pocos estamos nosotros aquí, a los que estaba concedida esta Gracia indescriptible de tu Convivencia?!
3. ¿Qué será de los demás seres humanos incontables que después de Adán habían vivido dispersos en todas partes de esta Tierra en la mayor ceguera espiritual. y los que ahora viven y los que aún vendrán después de nosotros? ¿Quién les abrirá los ojos, y quién les liberará sus almas en el Más Allá? También nosotros los judíos, como sacerdotes y guías del pueblo, poseemos los Libros proféticos. Pero ¿para qué estos nos sirven? ¿Dónde estaban las pruebas que aquellos iluminados verdaderamente habían existido alguna vez? Pues ¡sólo existían en una fe ciega! Porque los concienzudamente piadosos en muchos casos se murieron de una muerte amarga e infame, delante de nuestros ojos. y jamás volvía el alma de algún profeta - con lo piadoso que haya sido, para darnos cualquier información acerca del Más Allá... Todo lo que sabíamos de ello era apenas un mito vago, incomprensible y opuesto a los principios de la razón - un mito con el cual se podía apenas contener la plebe más inculta.
4. ¡Por eso no sorprende que nosotros y muchos otros hayamos enlazado contacto con los sabios de Grecia, y que después predicábamos el judaísmo, y eso a pesar de que nosotros mismos vivíamos como epicúreos2! Consta que todo ser humano tiene una tendencia inapagable para la felicidad o, al menos, para cierta satisfacción. De una Bienaventuranza eterna más allá de la tumba no nos fue posible enterarnos de la menor probabilidad de su existencia, y menos aún de conocer pruebas de cualquier especie sostenible. Éramos gente de constitución fuerte y de salud robusta, y delante de nosotros se manifestaba el mundo con todos sus placeres y exuberancias. ¿Cómo no íbamos a codiciarlo todo y disfrutar de todo ello? Pues, ¿por qué no íbamos a preparar también para nosotros una bienaventuranza como recompensa por tomarnos el trabajo de arrastrar al pueblo con todos medios a una creencia ciega en Dios y en una inmortalidad, dado que para una Bienaventuranza en un Más Allá no había pruebas en nuestro alcance?
5. Esta, Señor, fue la doctrina secreta para nosotros mismos, semejante a la de los esenios, aunque no mantuviésemos relaciones con ellos por motivos conocidos. Perseguimos también a los saduceos por su cinismo; pero eso no por nuestra causa sino por la del pueblo creyente. Porque si el pueblo se hubiera adherido a la secta de los saduceos, entonces nuestra bienaventuranza terrenal pronto habría llegado a su fin. Ahora, después de haber obtenido pruebas muy convincentes acerca del Más Allá, ¡gracias a Ti para nosotros todo lo material se volvió un verdadero asco! ¿Pero qué pasará con todos aquellos a quienes no llegó esta Gracia y difícilmente aún les llegará?».
2. Seguidores de Epicuro, filósofo griego.
6. «¡No os preocupéis de esto!», le dije Yo. «Vosotros, ante todo, ¡preocupaos de vuestra propia salvación, porque los otros no serán olvidados! Quién quiera como vosotros, será a salvo de la misma forma; pero el que no tenga esta voluntad, él tendrá que imputar su perdición a sí mismo.
7. Cada alma continuará viviendo en el Más Allá dentro de su amor y su fe, por tanto de acuerdo con su libre voluntad. Si el amor es puro y bueno, también en el Más Allá su vida será pura, buena y bienaventurada; pero si su amor es malo e impuro, y no considera la felicidad del prójimo, entonces su vida en el Más Allá también será mala, impura e desgraciada.
8. Quitar a un alma el amor y reemplazarlo por otro, sería lo mismo que destruir el alma para reemplazarla por una completamente nueva. Pero esto sería totalmente contrario al Orden eterno, ¡porque todo aquello que Dios una vez ha creado, esto jamás podrá perecer, sino si, tendrá que pasar por estados cada vez más nobles y sublimes! De modo que también en el Más Allá, por tanto, habrá cuidados para cada alma perdida. Pero, como ya os dije: ¡Aquí una hora cuenta más que mil años allá!».
9. Aun así a ninguna alma está hecha injusticia. Pues dejándole su inclinación y su libre voluntad -sin interferir en ellas- y aislándola solamente en una medida necesaria para que no pueda perjudicar a las buenas, pero por lo demás permitiéndole que dentro de la esfera de su mundo espiritual que le corresponde totalmente, pueda hacer todo lo que su amor vital y su inteligencia le induzcan, ¡seguro que de esta manera no se comete la menor injusticia - aunque sólo fuera aparentemente!
10. Así como habéis vivido hasta ahora, así viven todas las almas diabólicas en el infierno, cuyo fuego horrendo es precisamente su egoísmo y despotismo insaciable - sin embargo, vosotros mismos decís que lo habéis pasado bien... Pero aun así, ¡día a día el gusano de la muerte roía dentro de vosotros, amargándoos indeciblemente vuestra existencia! Siendo así, ¿qué resultado os produjo vuestra vida holgada?
11. En el Más Allá lo mismo aún pasará a muchos y durante mucho tiempo, de lo que ellos mismos tienen la culpa. Allá pasarán no solamente una vez por el terror de la muerte, sino sí, tendrán que sufrir sus horrores innumerables veces - un hecho que es indispensable, porque sin él todas las almas de esta especie estarían eternamente perdidas...
12. Por hoy sabéis lo suficiente. Y como falta poco para medianoche, ya podemos volver a la casa para descansar; y ya veremos lo que el día de mañana nos traerá. ¡Vamos pues!».
13. Volvimos a la casa donde los lechos ya estaban preparados. Los judíos tenían su propio cuarto reservado donde, sentados a la mesa, se consultaron casi toda la noche de qué manera podrían librarse del Templo. Finalmente decidieron que el rescate iba a ser el medio más seguro. Y con eso también hubo silencio con ellos.
1. Por la mañana, aún antes de la salida del Sol, Yo, los discípulos, Bernabé y Lázaro con toda la familia ya estábamos de pie. Marta, la hermana de Lázaro, ya estaba en plena actividad con sus ayudantes en la preparación de un desayuno abundante y bueno. Pero María, también hermana de Lázaro, nos acompañó como siempre, al aire libre, toda atenta para recibir algo de Mí para el corazón y el alma.
2. Pasada una hora, también los judíos se despertaron y se lavaron conforme su costumbre; y en seguida preguntaron si Yo todavía estaba durmiendo.
3. Dijo Marta: «Oh, ¡el Señor está ahí afuera con todos los amigos, hace más de una hora, y ciertamente volverá dentro de poco porque el desayuno ya está casi listo!».
4. Preguntó un sacerdote judaico: «¿Qué dirección ha tomado, para que podamos correr detrás de Él y avisarle que el desayuno ya está listo?».
5. Respondió Marta: «¡Con el Señor esto no hace falta, porque Él sabe el momento preciso cuando el desayuno estará listo!».
6. Cuando los judíos oyeron esto, otro de ellos se dirigió a Marta: «¡Debes conocerle hace mucho tiempo, por ser tan familiar con sus Facultades divinas!».
7. Dijo Marta: «¡Así es! ¡Pero lo que es poco loable de vuestra parte es que hasta ahora aún no le hayáis reconocido!».
8. Respondieron los judíos: «Tu reprimenda es justa; y ahora nosotros mismos lamentamos que en nuestro tumulto mundano nunca nos hayamos informado sobre Él, a pesar de que nos habíamos enterado de ciertas Actividades suyas en Galilea. También nos suena que en la Pascua haya estado aquí en Jerusalén y que en el Templo de una manera muy extraña haya expulsado todos los vendedores y comerciantes, y que a los cambistas les haya derribado las casetas (Mt 21,12).
9. Confirmó Marta: «¡Fue Él mismo! ¡Pero en aquella ocasión vuestros ojos estaban todavía muy cegados, y vuestros corazones y oídos muy obstruidos! ¡Es por eso que no Le reconocisteis!».
10. «Tienes razón», dijeron los judíos. «Pero como ahora Le hemos reconocido, por lo menos los veinte ya no nos apartaremos de Él. Pues tomamos la firme decisión de acompañarle como discípulos, vestidos de otra manera, a fin de que los templarios, fariseos, escribas y otros sacerdotes judíos dispersos, no pudieran acusarnos que hayamos permitido que Él como fundador de una nueva secta y seductor del pueblo también a nosotros nos haya seducido. Aún hoy partiremos para Jerusalén, a fin de prepararnos para un viaje pretendido a Persia e India, lo que nos será concedido con placer. Si hemos arreglado esto en pocas horas, ¡entonces volveremos aún hoy para seguirle a todas partes como discípulos suyos, y eso a nuestra propia expensa!».
11. «¡Esta solución es loable y os traerá sus Bendiciones!», dijo Marta. «Pero ahora mirad afuera, ¡pues Él ya volvió, dado que sabe que el desayuno ya está listo! Recibámosle con todo respeto y amor y agradezcámosle nuevamente por los grandes consuelos que ayer nos ha preparado. Y luego le rogaremos que tenga la Bondad de bendecir este desayuno y que lo consuma junto con nosotros».
12. Mientras Marta así habla a los judíos -los que la escucharon con toda atención- Yo ya entré en el cuarto y dije: «Mi querida Marta, ¡no hace falta hacerlo con la boca donde uno lo hace con el corazón! Entonces el saludo oral es dispensable, porque Yo sólo miro el corazón y sus pensamientos íntimos. ¡Aun así, tus palabras tienen un valor justo para Mí porque surgen directamente de tu corazón!».
13. Con esto Marta se quedó tranquilizada y toda contenta.
14. A eso Yo me dirigí a los judíos y los pregunté: «¿De modo que queréis realmente llegar a ser discípulos míos?».
15. Respondieron todos, inclusivo los no-sacerdotes que simplemente eran ciudadanos bien acomodados de Jerusalén: «¡Sí, Señor, caso que tan sólo nos halles con mérito para ser discípulos tuyos! ¡Entonces incluso nos desprenderemos de todo lo posible para que tanto más tranquila y seguramente podamos seguirte en todos tus Caminos!».
16. A eso Yo les dije: «¡Así haréis muy bien! Pero todavía tengo que agregar una observación significativa: Los pájaros tienen sus nidos y los zorros sus cuevas; ¡pero Yo como Hijo del hombre -en lo que se refiere a mi Cuerpo- no poseo ni una piedra como propiedad terrenal para recostar mi Cabeza sobre ella!».
17. «¡Aun así el Cielo y toda la Tierra son Propiedad tuya!», observaron los judíos. «¡Y materialmente para Ti, tus discípulos y nosotros mismos tenemos lo suficiente para más de diez años! ¡Permítenos tan sólo que te sigamos y que podamos oír tus Palabras de Vida; el resto -si es de tu Voluntad- estará por nuestra cuenta!».
18. Dije Yo: «Pues muy bien. ¡Después de la comida id a vuestros hogares y organizad vuestros asuntos! ¡Luego volved aquí y ya os diré lo que vamos a emprender! - ¡Pero ahora vamos a comer!».
19. A eso todos se sentaron a las mesas, dieron las gracias, y comieron y bebieron igual que Yo.
1. Cuando terminamos todos agradecieron de nuevo, y los judíos se fueron a Jerusalén. Allí los templarios e incluso el Sumo Sacerdote se admiraron cuando los veinte templarios ya ancianos pretendieron que ahora iban a emprender un viaje lejano. Pero como los veinte, además, iban a compensar su ausencia con grandes sumas en oro y plata, finalmente los templarios consintieron en el pacto deseándoles feliz viaje. De modo que los veinte se despidieron rápidamente y se fueron escondidos por la metrópoli por caminos en que no se les podía espiar tan fácilmente el camino que habían elegido. En las afueras de la ciudad conocían a un griego, comerciante de ropas de su patria, las que siempre tenía en muchas existencias. Allí se fueron y le compraron ropa griega, dejando su propia ropa allí, lo que al griego sorprendió, por lo que comenzó a indagar en el motivo de semejante disfraz.
2. Pero los judíos le respondieron: «Amigo, es más fácil que emprendamos negocios estando vestidos a la griega. Y como el Templo los últimos años cada vez tenía menos ingresos, conviene que un comercio prudente con pueblos paganos sustituya las entradas deficientes».
3. Satisfecho con esta explicación, nuestro griego obtuvo su dinero y, además, aún se quedó con la vestidura sacerdotal, bien conservada. Y después ya no dijo nada. Los veinte le avisaron de mantener silencio absoluto, porque de lo contrario podría incurrir en problemas futuros - con lo que el griego nunca dijo palabra alguna al respecto.
4. De modo que los judíos volvieron a nosotros como griegos, por un desvío considerable, unas dos horas después del mediodía. Cuando llegaron a nosotros -que todavía estábamos sentados a la mesa apenas habiendo consumido el almuerzo-, Lázaro el hospedero y también mis discípulos quedaron admirados de la rapidez con la que estos habían realizado su desenlace.
5. A eso uno de los judíos dijo: «Apreciados amigos, ¡con nosotros con dinero todo está rápidamente solucionado, pero sin dinero o con demasiado poco, hace falta esperar un tiempo inmenso y el resultado es escaso! Dado que nosotros les hemos entregado una considerable cantidad de oro y de plata, nuestro negocio estaba concluido rápidamente. - Ahora el Templo ya no tiene los ingresos como antes cuando los samaritanos, saduceos y un gran número de esenios -a los que al comienzo ni siquiera se había prestado atención- aun no estaban separados de nosotros . de modo que ahora los templarios principales son bien contentos si de vez en cuando se reduce el número de pensionistas de su servicio interior.
6. Así nuestra huida resultó muy fácil; pero aun así estamos convencidos de que el Señor que ayer había vuelto a soltar nuestras ataduras, conforme a su santa Voluntad seguramente nos ayudará a realizar nuestro propósito con los menos contratiempos posibles. Y ved, todo se realizó tal como habíamos pensado, ¡y por eso te rendimos toda nuestra gratitud más íntima a Ti, Señor! - Pero ¿dónde se han quedado nuestros ciudadanos? ¡Contamos unos doce o trece! ¿Acaso la despedida de sus familias les resulta más difícil que a nosotros ha resultado la nuestra del Templo?».
7. Dije Yo: «Exactamente, porque son padres de familia. Pero dentro de poco vendrán porque son verdaderos hombres de honor de Jerusalén, de los que hay pocos. Pero ahora sentaos con nosotros y comed y bebed, ahora como griegos, ¡y sed de buenos ánimos!».
8. Los veinte seudo-griegos agradecieron y se sentaron a la mesa, junto con nosotros. Empezaron a comer y beber con mucho gusto, y luego comenzaron a contarnos algunos hechos curiosos acerca del estado actual en el Templo, por ejemplo, acerca de la nueva y falsa Arca de Alianza. Pues dijeron: «¡Cosa más extraña que desde el homicidio cruel del Sumo Sacerdote Zacarías la genuina ha perdido totalmente su Poder milagroso! Pues la nueva, con sus casi treinta años, no había hecho milagro alguno, y aun así el pueblo ignorante adora la nueva en lugar de la antigua original».
9. También dijeron que en el Templo se hablaba mucho de una posible abolición de las Leyes de Moisés, sustituyéndolas por otras, absurdas, con castigos y penitencias. y que en vez de los antiguos verdaderos Milagros de Dios se estaban difundiendo falsos milagros hindúes, persas y egipcios; pero eso con poca suerte, porque por todas partes los esenios camuflados, a su vez, explicaban al pueblo tales magias de modo muy natural, de modo que incluso el más ignorante tenía que descubrir que se trataba de un fraude bastante torpe. - Pues dijeron los seudo-griegos: «Todo esto contribuirá para que el descrédito del Templo aumente de un día a otro, de lo que los templarios son bien conscientes. ¿Pero qué de bien puede producir esto? Pues si hoy un sumo sacerdote ante el pueblo diera la visión a un ciego fingido muy bien pagado -cuya visión en realidad es tan perfecta como la nuestra-, dentro de poco, en los callejones, los canallas imitarían semejantes milagros pretendidos a docenas.
10. Por eso habíamos hecho una petición al sanedrín que a causa de la continua profanación de tales desempeños, precisamente a estos mismos habría que ponerles freno durante cierta temporada, pues para esto ya habría manera de encontrar cualquier motivo razonable y creíble... ¡Pero todo esto fue hablado a oídos sordos! Porque dicen que hay que realizar milagros, por lo menos por la causa de la plebe - ¡y eso a pesar de que muchas veces ya en el Templo esto llevó al escarnio ridículo! ¿De qué pues sirven un prestigio sacerdotal, una cara seria, y la falsa vara de Aarón, si el milagro en sí es tan estúpido que ya los pícaros callejeros más ordinarios empiezan a carcajearse de él?».
11. Y así nuestros seudo-griegos nos contaron muchas cosas que asombraron a Lázaro y sus dos hermanas, y a veces incluso a nuestro propio hospedero que hace tiempo ya no tenía fe alguna en el Templo. Por eso Lázaro, que todavía tenía una buena opinión del Templo, dijo: «Vaya, ¡esto nunca habría pensado del Templo! Pues confieso que siempre he visitado el Templo como judío íntegro, y cuando a veces me visitaron sus señores, nada podía oponer a sus buenas pláticas. Y frecuentemente reconocí ante mí mismo que sería deseable si todos los seres humanos vivieran conforme tales principios.
11. ¡Ahora todo cambia de aspecto! ¿De qué sirven palabras y doctrinas cuando son una mera hipocresía y el autor aparentemente piadoso en sí mismo es un granuja despreciable? Doctrinadores como estos asemejan a la antigua fábula del lobo voraz en piel de cordero, a la caza de ovejas inocentes, ¡pues así a los lobos les cuesta mucho menos el cazar y despedazar un cordero! ¡Esto, por lo menos íntimamente, no lo olvidaré! - Señor, ¿qué dices Tú a esto?».
1. Dije Yo: «¿Acaso te parece que estos seudo-griegos nos han relatado algo nuevo? ¡Eso de ninguna manera! Yo, incluso como Hijo del hombre, ¡ya desde hace mucho estoy al tanto de todo esto! ¿Recuerdas todavía cuando Yo como Niño de doce años el Templo discutí con los fariseos, doctores de la ley y escribas, durante tres días? Entonces la situación en el Templo ya era idéntica a la de hoy, y también antes ya. Pero por lo menos todavía había algunos sucesores dignos y sinceros de Moisés y Aarón del tronco de Leví, ocupando sus sedes. Zacarías fue el último. Y actualmente todas las tribus son representadas en el Templo, porque por dinero cualquiera puede comprar a discreción un puesto templario.
2. En suma, es tal como dice el profeta: “¡Transformaron mi Casa en un antro de asesinos!”, de modo que en esta ya no vale buscar la Salvación. Aun así Yo os digo a todos:
¡Todavía podéis escuchar muy bien el Verbo de Dios cuando lo predican aquellos que ahora ocupan las sedes de Moisés y Aarón; pero no observéis sus obras nefastas y mucho menos aun las imitéis porque son un fraude infame!
3. El hecho de ser como son se deriva del Juicio de Dios sobre ellos, porque se han apartado de Él, apegándose al dinero que ahora es su dios. ¿Quién no sabe que antiguamente los primogénitos de todas las familias -como ofrenda a Dios- eran educados dentro del Templo de óptima manera, hasta a los catorce años? ¡Y no pocas veces tales jóvenes estaban visiblemente formados, enseñados y servidos por los Ángeles de los Cielos!».
4. Todos confirmaron: «¡Esto es una verdad palpable!».
5. «¿Y dónde se considera tal práctica hoy en día?», pregunté Yo.
6. Respondió uno de los judíos: «Que sí, esto todavía se practica hoy día, ¡pero ciertamente de manera totalmente distinta! En vez de los primogénitos como sacrificio al Señor, el Templo prefiere dinero; pero todo aquel que no tiene dinero, sin dificultad se puede quedar con el primogénito. Y por el futuro bien del niño, por algunas pocas monedas depositadas en la caja de limosnas, se balbucea algunas oraciones hacia el interior de la caja. O, si los padres del primogénito como verdaderos fieles insisten en los antiguos estatutos, el niño es aceptado con la ceremonia prescrita, y luego lo entregan a cualquier nodriza, por muy poco dinero. Si el lactante continúa con vida, será vendido por un buen importe a un labrador, como criado, donde crece sin educación y enseñanza - como un animal. Y cuando los padres después de los catorce años pasados reclaman al hijo, se asombran mucho que este en el Templo haya recibido una atención tan deficiente, pues la convivencia con el joven les resulta en un gran conflicto.
7. Por eso los padres ya no entregan sus hijos al Templo, pues prefieren atenerse a los nuevos estatutos de los que ya hemos hablado antes. Con los ricos -por supuesto por el dinero-la situación es distinta, porque los primogénitos son bien mantenidos, y de vez en cuando los visitan seudo-ángeles que les sirven y les enseñan algunos textos de las Escrituras aprendidos de memoria - las que estos no comprenden mejor que sus pupilos piadosos».
8. «Ahora ya vale de esos relatos desgraciadamente verídicos», dije Yo, «porque ahí vuelven nuestros ciudadanos judíos de Jerusalén, y no conviene provocarlos más de lo debido. Son conocedores de muchos detalles del Templo, pero todo esto aún no lo saben. De modo que de momento aún no vamos a ponerlos al corriente de los íntimos secretos malvados. Incluso vosotros, ¡no hagáis comentarios al respecto porque os podríais meter en grandes embarazos terrenos que después también podrían dañar vuestra alma! Vale más que penséis lo siguiente: “¡En nuestros corazones somos libres y ya hemos encontrado la Luz y el camino justo a la Vida!”. Mientras Yo todavía los tolere para que se colme su medida, ¡haced lo mismo, aceptando sus buenas enseñanzas; pero de las malas conviene que apartéis oídos y ojos! Y basta ya de este asunto. Como los ciudadanos acaban de llegar sin haber desayunado, ¡que aquí tengan alga para comer y beber!».
1. Atentas, Marta y María fueron a la despensa y trajeron pan, vino y carne de carnero asada, juntando todo en una mesa de al lado por no haber espacio suficiente en la que nosotros ocupamos.
2. Cuando los ciudadanos entraron en nuestra sala demostraron una gran veneración ante nosotros, por lo que Yo en seguida les dije con toda amabilidad: «¡Olvidaos ahora de vuestra veneración superflua! Dado que tenéis hambre y sed, ¡comed y bebed ahora con buenos ánimos! Porque si los hijos de las tinieblas, del juicio y de la muerte en sus banquetes son alegres, ¡¿por qué no lo iban a ser también los “niños” de la Luz y de la Vida en presencia de su Padre Celestial?! - Pues os afirmo: ¡Donde estoy Yo, también está el Padre! ¡Servíos pues y sed alegres y contentos!».
3. Agradeciendo, los ciudadanos de Jerusalén se sentaron y empezaron a comer y beber valientemente. Luego nos contaron la manera por la cual consiguieron ausentarse de las familias por algunos meses. Yo los elogié y les recomendé valor y perseverancia, porque sin estos habría poco éxito incluso como discípulos míos. Ellos lo prometieron y también cumplían con ello, conforme posteriormente ya se comprobará.
4. Durante la conversación con estos ciudadanos de Jerusalén, Marta se dirigió en voz baja a Lázaro: «Oye, hermano, ¡se dio otro milagro! Ayer y hoy nuestros gastos fueron enormes con tantas personas; ¡y ahora resulta que en la gran despensa las provisiones no sólo no han disminuido, sino que han aumentado diez veces más! Pues también en la bodega pequeña como en la grande ¡todos los odres están llenos de vino! ¡Esto sólo puede ser Obra de Amor y Bondad del Señor, de suerte que nos saciamos a la mesa Suya y no Él a la nuestra!».
5. Las palabras de la hermana desconcertaron a Lázaro, de modo que no sabía qué responderle.
6. Observando su embarazo, también Yo le dije a media voz: «¡No te incomodes! Pensamos pasar aquí la mitad del invierno en pleno sosiego. cuando seremos ora tus huéspedes, ora los de Bernabé. En tal temporada habrá muchos enfermos por estos alrededores de Jerusalén, a los que en estas ocasiones curaré para que se enteren de la Ayuda del Mesías que ahora ha llegado - hecho que los llevará a creer en el Nombre de Él.
7. Después del medio invierno visitaré por algún tiempo al honesto Kisiona, iré algunos días a Galilea para volver aquí antes de la Pascua. Pero aún antes de las fiestas volveré a Galilea. Ya ves que durante mucho tiempo nos quedaremos en tu compañía, por lo que también precisaremos mucho de ti. ¡Es por eso que bendije tus despensas y bodegas tan abundantemente! - ¡Pero no decid nada a nadie al respecto!».
8. Lázaro me agradeció en silencio y tranquilizó a sus hermanas. Estas se quedaban tan conmovidas por alegría que casi empezaban a llorar, por lo que se vieron obligadas a salir por algunos momentos al jardín para descargarse de sus lágrimas sin despertar la atención. Después volvieron a juntarse con nosotros y se alegraron junto con nosotros. Mientras tanto los ciudadanos de Jerusalén se habían saciado y agradecieron, haciendo mención de levantarse.
9. Pero Yo les dije: «Si no tenéis que cumplir con algún compromiso, entonces quedaos sentados con nosotros para ser alegres, ¡porque el tiempo para tristezas temporales de todos modos no demorará!
10. Mis discípulos no deben andar cabizbajo y tampoco deben caminar fingiendo de ser beatos y devotos para que la gente tenga la impresión que ellos pisan el suelo apenas con los pies, mientras que el resto del cuerpo ya se halle en los Cielos totalmente colmado con el Espíritu de Dios... Os digo que ante todo el mundo debéis andar francamente con cara alegre para que cada uno pueda ganar confianza en vosotros. De esta manera propagaréis mucha Bendición de los Cielos entre los seres humanos.
11. Ved, ¡en Mí habita la Plenitud del Espíritu verdadero de Dios, y jamás me visteis caminar cabizbajo o de mirada beata, sino siempre me veis con expresión natural y sincera! Mi Camino siempre es recto y mi Actitud ante los honestos y felices es amable y alegre, y a los tristes y afligidos los hago alegres y valientes. Y vosotros, siendo discípulos míos, debéis ser totalmente idénticos, y eso llevados por vuestra propia voluntad completamente libre.
12. Por eso repito ante vosotros: debéis andar por el mundo de ánimo abierto, alegres y felices, sin apegaros a él. Porque como Yo mismo vine de los Cielos más sublimes al mundo, sólo para traer a todos los seres humanos una buena Nueva de regocijo y de felicidad sublimes, capaz de proporcionar a cada uno el mayor consuelo, incluso hasta el extremo de no entristecer ante la muerte más cruel -porque ve, y lo debe ver, que para él ya no existe muerte alguna, y que para él, en mi Reino eterno, no se pierden ni esta Tierra, ni el cielo visible sino, además, aun le está otorgado un gran dominio sobre muchas cosas-, así, si llegáis a ser muy activos en el Espíritu y en la Fuerza de mi Doctrina, también os enviaré a vosotros en mi Nombre para que divulguéis esta buena Nueva de los Cielos a todos los pueblos de la Tierra.
13. ¿Quién pudiera o quisiera divulgar una Nueva tan sumamente feliz con un semblante triste, tímido, medroso y cabizbajo? Por eso, ¡apartad todo esto de vosotros, incluso toda reverencia exagerada ante Mí mismo, porque con todo esto nunca seríais aptos para ser convocados para algo grandioso, y mucho menos aun para la realización de cualquier cosa importante y sublime!
14. Si me amáis desde el fondo de vuestros corazones, ¡esto me basta completamente! Pues todo que pasa de ahí es tonto y inútil, ¡porque del hombre que es mi semejante, hace una criatura cobarde e inútil para las cosas grandiosas!».
1. Dijo un ciudadano: «Oh Señor, ¡todo esto sería óptimo si nunca hubiésemos pecado en toda nuestra vida! ¡Pero delante de Ti nuestros pecados arden en nuestros corazones porque Tú, que conoces su interior del todo, eres Santo - mientras nosotros somos precisamente lo contrario! ¡Por eso ahora nos resulta difícil ser alegres y felices!».
2. Dije Yo: «¿Acaso piensas que Yo no he notado esto antes de aceptaros como discípulos? ¡Yo os perdoné vuestros pecados porque vosotros mismos os habéis apartado de ellos y os propusisteis ya no pecar más - con lo que por cierto también cumpliréis! Siendo así, ¡sois totalmente libres de todo pecado, con lo que Yo diría que tenéis motivo de sobra para una alegría verdadera!».
3. Preguntó uno de los ciudadanos: «Señor, ¿qué vienen a ser las máculas pecaminosas del alma? Tenemos entendido que, una vez que un hombre haya pecado, y aunque por obras de penitencia su pecado le haya sido absuelto, en su alma todavía persistirá una mancha negra con la que esta quedará marcada. De suerte que en el Más Allá toda otra alma que sea enteramente pura se aparta de ella, evitando todo contacto con ella. De modo que tal alma manchada en el Más Allá no podrá llegar a ver el Semblante de Dios, antes de que en el fuego fatal del Hades se haya borrado del todo la mácula».
4. Dije Yo: «Pues sí, ¡la mancha perdura en el alma hasta que la criatura desista plenamente del pecado! Pero aquel que ha renunciado al pecado seriamente porque es nocivo -pues pervierte al hombre apartándole de Dios y de todo lo bueno y verdadero-, él tampoco ya tiene que temer cualquier mácula en su alma, de modo que tampoco el fuego infernal del Hades.
- Pero si ante las máculas de pecados de vuestras almas aún tenéis tanto respeto, ¡¿cómo podíais mirarme a Mí, ahora concientes de Quién se halla detrás de Mí y, en realidad, dentro de Mí?! -¿Os dais cuenta de lo flacos y tontos que todavía sois?
5. Os afirmo: Si queréis ser discípulos míos, es preciso que despidáis vuestro antiguo yo, como el que tira una ropa vieja y se viste de una completamente nueva; pues Yo y los principios andrajosos y podridos del Templo de la época actual ya no combinamos en absoluto. ¡Considerad esto, sed razonables, nobles, alegres y llenos de ánimo!».
6. Esta enseñanza consoladora produjo un efecto benéfico en nuestros ciudadanos de Jerusalén, pues acudieron valientemente al vino. De modo que pronto se pusieron bastante alegres y comenzaron a relatar un montón de historias animadas, en lo que los seudo-griegos los animaron hasta la puesta del Sol.
7. En esta ocasión Lázaro llegó a enterarse de ciertos hechos que le dejaron boquiabierto, con lo que perdió todo aprecio al Templo. Por esto me dijo en voz baja: «Señor, ¡ahora estoy curado hasta las fibras más íntimas y reduciré cada vez más mis visitas al sanedrín!».
8. Y Yo le respondí: «Harás bien de este modo; sin embargo, hazlo más bien en el corazón que en actividad exterior, a fin de no despertar desconfianza en los zorros astutos, dado que hasta ahora en el Templo disfrutas todavía de un considerable prestigio. Ahí un retraimiento repentino sería nada de favorable para ti, ni para mi Causa. Además de esto, Yo considero sólo lo interior del hombre, porque el hombre exterior no sirve».
. (El Señor:) «¡Ahora tráeme una piedra dura y tan grande que justamente puedas llevar su peso, y luego os voy a hacer una demostración!».
2. Ágilmente Lázaro escogió en el terreno una piedra de cuarzo que pesaba aproximadamente diez libras, la dejó sobre la mesa y dijo: «Señor, ¡es una piedra durísima!».
3. Y Yo le respondí: «Pues me sirve muy bien para la presentación, precisamente por ser tan dura como los corazones de los templarios y las viejas murallas del Templo, de modo que me sirve muy bien».
4. Todos estaban atentos a mi Actitud, qué iba Yo a hacer con este pedrusco.
5. Entonces dije: «¡Oídme! ¡Estamos reunidos en un post-sábado, llenos de alegría y satisfacción!... ¿y por qué no serlo? ¡Como vosotros me habéis comprendido y asimilado -aunque sea después de mucho trabajo y gran sacrificio- también Yo os he reconocido! Vosotros os habéis liberado de todo juicio, por el simple hecho de haberos dirigido a la Verdad y al Bien, y eso por vuestra libre voluntad espontánea. Siendo así, ahora puedo continuar dándoos aquí una prueba de mi íntima Divinidad, ¡sin perjudicar vuestro conocimiento y vuestra voluntad totalmente libres! ¡De modo que pongáis atención en todo! - Pues pregunto qué sería más fácil: ¿destruir en un momento esta piedra a través de mi Voluntad, o de la misma manera diezmar el Templo con todo lo que contiene en objetos y criaturas? Pero antes de responderme, ¡analizad la piedra, para que nadie pueda pretender que haya sido preparada para tal fin!».
6. Respondieron todos: «¡No es preciso, Señor, porque la conocemos desde hace mucho! ¡La trajo un pescador del río Jordán por su preciosa forma redonda!».
7. Dije Yo: «Pues bien, decidme ahora qué os parece que me resultaría más fácil, ¿destruir esta piedra o el Templo?».
8. Respondió uno de los neo-griegos: «Señor, ¡suponemos que esto te dará más bien lo mismo; porque tanto lo uno como lo otro sería imposible para la mera fuerza humana! Ya vimos varias veces que magos egipcios también hicieron que desapareciesen piedras. Pero cuando después volvimos a ver las mismas piedras, pronto percibimos el truco, y no nos costó mucho adquirir la misma destreza, burlándonos de nosotros mismos y preguntándonos cómo podíamos inicialmente creer en que se trataba de un verdadero milagro.
9. Pero aquí la cosa es totalmente diferente, porque se trata de una piedra real y la más dura que se encuentra por aquí. Los griegos saben derretirla en el fuego para preparar el vidrio valioso -arte, donde se dice, que los fenicios en épocas de los primeros faraones ya se entendían-, ¡pero con esto sólo alteran el estado de la materia del cuarzo! - Pero aniquilar tal piedra simplemente por la voluntad, ¡para eso es preciso que se tenga poder divino, factor del cual nosotros, flacas criaturas, jamás conseguiremos una noción verdadera y clara!».
10. Dije Yo: «Pues bien, y fijaos bien que no toco la piedra, sino que sólo la digo: “¡Desaparece, viejo juicio!”».
11. Nada más Yo pronunciar esto, y en el mismo momento ya no hubo rastro de la piedra.
12. Extasiados, todos exclamaron: «¡Esto sólo es posible al Poder puramente divino! ¡Porque nunca se ha visto algo parecido!».
13. Y Yo agregué: «Del mismo modo que a través de mi Voluntad disolví esta piedra en sus elementos originales, también podría proceder con el Templo, con todas las montañas, con la propia Tierra, el Sol, la Luna y las estrellas, y desintegrarlos en su primitiva nada, sin forma; es decir, en puros Pensamientos divinos, que no tienen realidad antes de que reciban forma y consistencia reales por el Amor y la Voluntad omnipotentes de Dios. Pero en Dios no reina el principio de la destrucción y disolución, sino la conservación de todas las cosas creadas dentro de su Orden - por supuesto no en el juicio continuo de la materia, sino en la existencia totalmente libre en el espíritu y la vida - motivo, por el que ninguna materia en este mundo en juicio tiene consistencia ni debe tenerla, pues todo perdura solamente durante cierto tiempo, para luego disolverse paulatinamente y, conforme el Orden, transitar al elemento espiritual, constante e imperecedero.
14. La materia es el cúmulo del juicio y de la muerte temporal; y los espíritus muertos en estos cúmulos también tienen que oír mi Voz y obedecer a mi Voluntad, conforme acabasteis de enteraros. Y tal como esta piedra fue disuelta súbitamente, poco a poco lo mismo sucederá con toda la Tierra, y luego de esta surgirá una nueva, espiritual e imperecedera, llena de Vida y felicidad para sus habitantes espirituales, y ya no habrá juicio ni muerte en sus campos celestiales; pues ella surgirá de la Vida de todos que surgieron de ella. los que nacieron en ella."
15. Acabasteis de ver el Poder de la Voluntad divina en Mí, y Jerusalén y el Templo desde hace mucho habrían merecido que Yo les hubiera hecho lo mismo como a esta piedra. Pero no, ¡el Templo debe existir y hacer lo que le place hasta que llegue su final! Por su propia manera de proceder, él mismo se destruirá, pero no de la manera como Yo ahora destruí esta piedra -la que por la destrucción de su antiguo juicio solamente pasó a una existencia más libre, de potencia psico-espiritual-, sino como se aniquila un suicida, cuya alma por eso cae en un juicio aún más duro y en una muerte múltiple. Por eso dejemos Jerusalén y el Templo hasta el tiempo en que sus medidas se hayan colmado, para que no puedan venir y decir: “¡No nos informasteis, y aun así nos destruisteis!”. - ¿Comprendéis ahora la señal que Yo realicé ante vuestros ojos?».
16. Respondieron los griegos: «Señor, aquí se trata de una indicación profunda que en parte, sí, comprendemos. Pero asimilarlo desde el fondo, ¡esto lo podrás únicamente Tú!... ¡Pero tal vez lo conseguiremos una vez que estemos en el Más Allá, por tu Gracia! ¡ Su sentido es muy sabio y tiene una importancia infinita, a pesar de lo insignificante que parecía al principio! -Pero viendo tu buena Disposición, Señor, ¡te pedimos que nos expliques cómo lo haces para crear algo de la nada!».
1. Dije Yo: «Parece que os gustaría deleitaros con mis Milagros. Pero resulta que Yo no soy como un mago cualquiera que produce sus señales falsas de manera que se asombren las personas ciegas y necias. Yo realizo mis Hechos únicamente dentro de la Voluntad de Aquel que me envió a este mundo como hombre de carne y sangre, y que ahora también habita en Mí.
De modo que si realizo un Milagro, tiene que servir de orientación espiritual íntima del alma y, además, para las criaturas debe tener utilidad de la clase que sea. Como la prueba por vosotros deseada no tiene finalidad ni beneficio -aunque no tenga una mala intención-, por eso conviene no efectuarla. - Con todo ya sabéis, que para Dios todas las cosas son posibles».
2. Dijo el mismo neo-griego: «Señor, ¡ya deberías perdonarnos nuestra gran ignorancia que nos llevó a pedirte un milagro! ¡Por eso te rogamos que nos perdones nuestro descaro tan indiscreto!».
3. «¡Que no, amigos míos!», le respondí. «¡Dentro del Orden natural vuestro pedido fue totalmente justo! Porque El que puede reducir algo completamente a la nada material, ¡obligatoriamente también debe poder hacer lo contrario! Así os lo habéis pensado y así lo habéis exteriorizado, ¡de modo que fue justo y bueno! Sólo habría sido injusto caso que hubieseis pensado y hablado de modo diferente. Vosotros no podíais saber que no habría sido completamente dentro del Orden si la prueba deseada hubiera sido realizada demasiado inmediata a la primera - ¡lo que únicamente Yo podía saber! Siendo así, no errasteis, y tampoco Yo por no haber cedido a vuestro deseo. Pero como ahora en vuestros corazones habéis desistido completamente de vuestra petición, y aun así creéis sin señal alguna que Yo también puedo realizar una prueba contraria, ¡la haré ahora mismo! - ¡Verificad pues si todavía hay algo de vino en los cántaros!».
4. Ellos constataron que no había vino en los cántaros.
5. En seguida el orador dijo: «Señor, ¡todos cántaros están completamente vacíos!».
6. «Bueno», dije Yo. «¡Que todos en seguida estén llenos!».
7. Y véase, ¡todos los cántaros estaban llenos del mejor vino!
8. Admirados, los seudo-griegos afirmaron: «¡He aquí el Poder milagroso del Señor!
¡Apenas las Palabras están pronunciadas, y los jarros ya están llenos del mejor vino! ¡Señor, si a través de tus Palabras de Vida también nosotros llegásemos a ser tan llenos de tu Luz y de tu Gracia! ¡Te rogamos que tengas paciencia con nuestra gran flaqueza, Señor!».
9. «Esto no puedo ni debo hacerlo con los seres humanos como lo hice con estos cántaros», dije Yo. «Porque todo esto depende de vuestro celo y vuestra propia voluntad totalmente libre. ¡Pero no os faltará mi Ayuda! Tendréis que hacer lo que podáis en la medida de vuestras fuerzas; pues lo demás será de mi Incumbencia. En verdad os digo: Lo que pidáis al Padre en mi Nombre y dentro de mi Orden que os está bien conocido, esto también os será dado en la medida en que pueda servir a vuestras almas. - ¡Pero ahora bebed, porque ya se ha hecho noche!».
10. Los seudo-griegos levantaron las jarras, agradecieron y dijeron: «¡Brindemos por el progreso general de la inmensa felicidad que ayer encontramos - para todos los judíos y todos los pueblos de la Tierra! ¡Puedan tu Doctrina y Gracia penetrarlos a todos como este vino delicioso recién creado ahora penetra nuestras entrañas y las vivificará! Señor ¡que se haga tu Voluntad!».
11. Todos respondieron: «Amen», y Yo me puse de pie y dije: «Esto fue un deseo justo y bueno. Por eso, bebamos ahora de esta Dádiva divina, brindando a que este deseo prospere, e incluso Yo añado mi “¡Que así sea!”. Todavía costará muchos esfuerzos y habrá mucho trabajo porque la Viña del Señor es grande y aún tiene poca vid. Por eso hace falta labrar el suelo y plantar nuevas vides, sin parar, para que el viñedo se llene de vides nobles y fértiles. ¡Entonces la cosecha abundante nos dará un premio mil veces mayor por nuestro esfuerzo!
12. Con este trabajo tendremos que soportar muchas desgracias de toda clase. Porque tanto mayores como menores nos perseguirán con exageración, nos difamarán y se burlarán de nosotros. Pero como sabemos muy bien lo que tenemos y lo que damos, ya soportaremos con toda paciencia, humildad y mansedumbre la maldad ignorante del mundo, porque el Padre lo quiere así que los suyos en este mundo antes estén humillados al extremo - antes de ser elevados a la honra imperecedera que jamás les podrá ser quitada.
13. Tampoco mi propio Cuerpo de carne ahí hará una excepción - como ya dije y demostré a mis discípulos. Aun así alcanzaremos la Gran Meta porque venceremos sobre todo juicio, todo infierno y toda muerte. Y una vez lograda la victoria, ¡las Puertas celestiales desde hace tanto tiempo cerradas, serán abiertas a los nuevos “niños” de Dios para siempre, eternizando la victoria!
14. Bien que los adversarios continúen aumentando en diversas formas y de diversas maneras -pues entre el trigo también prosperará la cizaña, y en la Viña también se producirán y prosperarán plantas silvestres- lo harán apenas hasta cierta época; porque después serán arrancados y tirados al fuego del juicio, donde habrá mucho clamor y crujir de dientes».
15. Como algunos no entendieron mis Palabras, me preguntaron: «Señor, ¿qué querías decir con esto?».
16. Pues Yo les respondí: «Así como la Doctrina pura de Moisés con el tiempo fue tergiversada por la codicia de los hombres y por su tendencia mundana, así también sucederá con esta Buena Nueva mía, totalmente pura. Pues los hombres mundanos volverán a construir templos, usándolos para recaudaciones de dinero y otros bienes terrenos, sin servirse de ellos para ganarse mi Reino. Se comportarán con más orgullo que los príncipes más ilustres y los propios reyes de la Tierra, colmados de oro y piedras preciosas. ¡Esta será la mala hierba entre el trigo, y también serán las plantas silvestres en mi Viña!».
1. Preguntaron los discípulos: «Señor, ¿cómo podrá ser esto posible? Porque nosotros lo trasmitiremos como lo hemos recibido, y los que lo recibirán de nosotros tampoco lo tergiversarán. Y para que así sea, ¡tu Ayuda de los Cielos ya hará todo lo posible!».
2. Respondí Yo: «¡Eso por ahora aún no lo comprendéis! Pues existen en la Tierra y en el aire espíritus malos y aún no fermentados, ávidos por apropiarse de la carne humana. Son engendros inevitables del antiguo juicio de la Tierra, a la procura de semejantes entre los hijos de este mundo y se entremeten en sus sentidos. Esto agrada a los hijos del mundo, por lo que hacen caso a las tentaciones ocultas de tales espíritus.
3. Entonces tales hijos del mundo se apoderan de todo que en el mundano llame la atención. Pero como ellos no tienen el verdadero espíritu -precisamente por ser hijos de este mundo-, todo con lo que les parece que ganan muchas posesiones terrenas, lo organizan dentro de su ignorancia espiritual e inteligencia mundana, con pompa externa y gran dignidad y majestad, seduciendo muchos espíritus incluso de buena índole.
4. ¡Tal hecho ya es una tergiversación vasta y ruda de una Doctrina, por más pura que esta sea! Y como la Doctrina pura sólo ofrece pocos privilegios terrenales sino solamente espirituales, mientras que la religión distorsionada aparte de los bienes espirituales pretendidos promete a sus confesores sobre todo grandes ventajas terrenas, con esto ya podréis comprender la manera por la cual la Doctrina más pura con el tiempo puede llegar a ser vilipendiada.
5. Por eso, ¡sed precavidos! Porque con el tiempo -aun durante vuestra presencia en la Tierra- aún surgirán muchos falsos profetas y doctrinadores que, metiendo mucha bulla, dirán: “Ved, ¡aquí está el Cristo (la Verdad de Dios), y acá está Él!”. Pues estos doctrinadores presentarán importantes milagros a la manera de los esenios, a veces de una manera que -si Yo lo permitiera- podrían ofuscar incluso a vosotros que sois los primeros discípulos convocados. ¡Pero no les prestéis oídos, sino por causa de su mentira castigadlos en mi Nombre, y remitidlos a la humildad y a la aceptación de la Verdad de Dios, con lo que vosotros y vuestros adeptos verdaderos caminaréis por una senda sana!
6. Los señales en que los reconoceréis fácilmente son la fanfarronada, la usurpación desmedida de Poderes divinos que en este mundo nunca tenían y nunca tendrán; aparte de esto un gran esplendor y una pompa mística como en el caso de los paganos, y la excesiva tendencia del despotismo, secundada por la codicia insaciable de tesoros y riquezas de este mundo. ¡Por cierto, en estas señales palpables no será difícil reconocerlos!».
7. Exclamaron todos, inclusive los discípulos: «Señor, ¡siendo así, mientras todavía estemos en este mundo, ya los reconoceremos! Pero que entonces ellos mismos clasifiquen a nuestros adeptos posteriores del mismo modo - ¡y Tú no abandonarás a tus verdaderos seguidores!».
8. Dije Yo: «¡Yo, en el Espíritu, me quedaré con ellos hasta el fin de este mundo! - Pero por hoy basta de señales y enseñanzas.
9. A partir de ahora Yo ya no realizaré más señales, con excepción de la curación de enfermos. Y durante el invierno tampoco daré nuevas Enseñanzas, porque por el momento con lo que recibisteis ya tenéis bastante, y caso que haya algo que aún no entendéis, ¡Yo estoy con vosotros! En el entretanto, vosotros que sois mis discípulos, instruiréis ocasionalmente a estos nuevos discípulos.
10. Mañana y los demás días que quedan hasta el sábado descansaremos en este hogar. El mismo sábado iremos a Belén para allí curar algunos enfermos. Hecho esto, pasaremos algunos días con nuestro hospedero y también con mi Lázaro, alternadamente, hasta mitad del invierno. Luego visitaremos a Kisiona, para volver aquí antes de la Pascua. Y sólo después volveremos a Galilea, con muchos acompañantes y nuevos discípulos, donde de nuevo comenzaré a adoctrinar y actuar.
11. ¡Ahora traed lamparitas, pues vamos a ser alegres con pan y vino; y aquí mismo también tomaremos nuestro reposo nocturno!
12. A todos esta propuesta les parecía muy bien - sólo que nadie sintió el menor sueño. Por eso, hasta más que a la medianoche, hubo mucha charla sobre temáticas que no tenían importancia pública para la humanidad general - ni podían tenerla. Incluso Yo mismo frecuentemente consultaba mucha cosa con seres humanos a los que Yo quería. Porque incluso les daba consejos caseros -que por supuesto no tenían que ver con el Evangelio- lo que también hicieron mis discípulos, con lo que frecuentemente se ganaban el afecto de los hombres; pues también lo de ayudar a personas afligidas e inexpertas en cosas útiles es cosa del amor al prójimo.
13. Nos levantamos media hora antes de salir el Sol. Tomamos un pequeño desayuno y, en seguida, fuimos al aire libre en conversación amistosa. Así continuamos hasta el sábado.
14. También visitamos varios vecinos de Lázaro, contentísimos por ver y hablarme; y no había un sólo amigo del Templo entre ellos.
15. Los veinte seudo-griegos no fueron descubiertos, aunque hayan comentado mucho sobre las intrigas del Templo, con lo que se ganaron todo el afecto de los vecinos.
1. La mañana del sábado partimos para Belén - precisamente en un día de fiesta, donde una gran cantidad de personas afectadas de diversas enfermedades se habían acampado delante los portales de la ciudad, pidiendo limosnas.
2. Lázaro, que nos había acompañado, observó: «Señor, fíjate de estas pobres criaturas, ¡el aspecto miserable que tienen!».
3. A eso Yo respondí: «Hay muchos entre ellos tirados a esa miseria y pobreza por culpa de los fariseos, con lo que ahora pueden ponerse a mendigar... Castigos, tristezas, enojos, y en secreto también ira y alborotos, finalmente han hecho de ellos unas criaturas inválidas; razón por la que Yo viene aquí, para socorrerles físicamente, dándoles oportunidad de ganarse su propio sustento».
4. Había algunos que nos pidieron una limosna.
5. Pero Yo les respondí: «¿No os gustaría más ganaros vuestro pan diario con vuestras propias manos en vez de mendigar aquí tan miserablemente?».
6. Todos respondieron: «Señor, sea quién fueras, ¡esto nos gustaría mil veces más - si fuéramos sanos como en otros tiempos! ¡Pero basta con que mires nuestros pies y nuestras manos para juzgar si somos capaces de cualquier trabajo!».
7. Dije Yo: «¡Consta que lo veo!, ¡pues sólo quería saber si deseáis recuperar vuestra salud y trabajar, en vez de vivir de la misericordia ajena!».
8. Exclamaron todos: «Oh, amigo, ¡si esto fuese posible, iríamos ahora mismo a la procura del trabajo y del pan!».
9. «¡Tened en cuenta que hoy es sábado», dije Yo, «de modo que no sería muy adecuado curaros de todos vuestros antiguos males!».
10. Respondieron los pobres: «Señor, somos judíos bien orientados, ¡y aun así nunca nos ha llegado una información que Moisés o cualquier otro profeta jamás hayan prohibido realizar una buena obra en el día del sábado! Si es posible socorrer a un animal doliente sin profanar el sábado, ¿por qué no iba a ser permitido hacerlo también a una persona, caso que todavía hubiera remedio? ¿Por qué motivo los fariseos, caso que sean médicos, visitan en un sábado enfermos adinerados? ¡Porque ellos deberían ser los primeros que saben que con esto profanan el sábado!».
11. Entonces Yo les dije: «Vuestra respuesta es bastante acertada. Por eso Yo ahora quiero y digo: “¡Volved todos a tener toda salud!”».
12. En este instante percibieron que sus miembros atrofiados se habían quedado completamente rectos y curados, y uno entre ellos que estaba privado de la mano derecha a partir del codo, también recuperó esta mano... Esto, para los curados, era más milagroso de lo que podían asimilar. Por eso uno de ellos preguntó quien soy, para que mi Palabra consiga algo donde toda arte medicinal ya falla.
13. A eso Yo le respondí: «¡De esto aún os enteraréis oportunamente, pero por hoy levantaos y procuraos trabajo y pan!».
14. Y Lázaro les dijo: «¡Si no encontráis el trabajo que buscáis, entonces id a Betania; el propietario de aquellas tierras tiene trabajo para cientos!».
15. Todos agradecieron y se encaminaron para allí.
16. El mismo milagro de curación aún fue realizado delante los demás seis portales de la ciudad; porque la vieja ciudad de David tenía siete portales, es decir, tres grandes y cuatro pequeños. Delante el último portal grande nos pararon tres fariseos que pasaban por allí, y pusieron reparos porque nuestra actitud no era apropiada en un sábado.
17. En seguida los curados, de un salto, se pusieron de pie y dijeron con gestos amenazantes: «Durante diez años ocupamos la entrada de la ciudad y jamás alguno de vosotros se informó de nuestros padecimientos, y mucho menos aún nos dio una limosna, - ¡¿y ahora queréis poner reparos a este verdadero Salvador milagroso por el simple motivo de habernos enderezado nuestros miembros mutilados y, en parte, perdidos?!
18. ¡¿Acaso no fue instituido por Moisés socorrer a un animal enfermo, incluso en un sábado?! Entonces, ¡cuanto más tendrá que ser obligatorio socorrer también en un sábado a un ser humano que está sufriendo! - Pero ahora tratad de largaros de aquí, ¡porque de lo contrario os enseñaremos comprender y percibir las Leyes mosaicas más palpablemente!».
19. A eso a los tres fariseos les quedaba claro que no les convenía continuar el altercado con los curados, y por eso se esfumaron rápidamente entre la multitud. Los otros, agradecidos por la curación, también se dirigieron a Betania. De este modo Lázaro -para sus extensas propiedades- consiguió ciento veinte obreros de los que desde hace mucho precisaba, y con los que no corría el peligro que los templarios se los iban a sonsacar, como ya había ocurrido en otras ocasiones.
20. Nosotros también nos alejamos rápidamente en dirección de otro lugar que tenía una distancia de unas dos horas de Belén, habitado sobre todo por griegos y romanos. Allí buscamos un buen albergue y entramos.
1. El hospedero, un romano honesto que también hablaba el hebreo, nos dijo: «Mis queridos huéspedes, consta que vuestra visita numerosa me alegra mucho, pero en mi albergue espacioso y bien provisto de todo se ha producido un verdadero presagio. Acontece que mi mujer y mis dos hijas mayores -todas bien entendidas en asuntos domésticos- hace ocho días están en cama con una fiebre violenta. ¡Y no hay médico griego o judío que las pudiera curar! ¡Por eso mi cocina ahora es un desastre! Tengo suficiente pan y vino, pero con los demás alimentos -incluso para mí mismo- la cocina está en apuros».
2. Dijo Lázaro, que conocía al romano desde hace mucho tiempo: «¡No te preocupes por tu desgracia casera, porque tu casa es objeto de una gran Gracia! ¡Que sepas que está entre nosotros el famoso Salvador de quien oíste hablar por viajantes que llegaron de Galilea! ¡A Este ruégaselo, y las enfermas mejorarán instantáneamente!».
3. «¿Cuál es?», preguntó el hospedero. «¡Ya he oído varias veces de Él, pues me contaron cosas fantásticas acerca de su Persona!».
4. Lázaro se le señaló y dijo: «¡Es Aquel que se encuentra aquí mismo a mi lado!».
5. Cuando el hospedero oyó esto de Lázaro, se arrojó prácticamente a mis Pies, pidiéndome que ayudara a sus tres dolientes, pues creía firmemente en lo que Lázaro le había señalado.
6. Yo, entonces, le afirmé: «¡Levántate y verifica el estado de las enfermas ya mejoradas! ¡De modo que ya pueden prepararnos una buena comida!».
7. Con un salto el hospedero se levantó y, corriendo, se fue a las tres enfermas. Estas ya le recibieron con los mejores ánimos: «Fíjate, ¡de repente nos encontramos más sanas que nunca antes! De modo que si te parece bien, ¡nos levantamos para atender la cocina!».
8. «¡Hacedlo!», dijo el hospedero, «¡porque sé muy bien que estáis completamente sanas -y de todo lo demás ya os enteraréis después!».
9. Aun así las tres mujeres le rogaron que les dijera en pocas palabras quién era el gran bienhechor para que pudieran dirigirse a él y darle las gracias debidas.
10. Pero el hospedero les dijo: «Este bienhechor ha venido aquí con unos cincuenta invitados, y todos ellos, ante todo, tienen ganas de una buena comida. Ya es la quinta hora después del mediodía, y yo no puedo darles más que pan, vino y sal. Por eso conviene que vosotras manifestéis vuestra gratitud al gran bienhechor sobre todo con vuestra actividad en la cocina; para todo lo demás hay mucho tiempo después de la comida».
11. Estas palabras tenían un buen efecto, pues las tres cocineras fueron a toda prisa a la cocina donde repartieron el trabajo entre los muchos servidores. - Luego el hospedero romano volvió a juntarse con nosotros y, conmovido por la gran Gracia recibida, me agradeció de todo corazón.
12. Pero Yo le paré y le dije: «¡No metas mucho ruido por eso; pues tú quedas socorrido, y algo más no hace falta!».
13. Opuso el hospedero: «Oh, Maestro y amigo, ¡que sí hace falta algo más, y eso de mucha importancia! Porque ante todo soy tu evidente deudor y, además de esto, tengo que confesarte francamente que te considero por más que un simple ser humano. Siendo así, ¡seguro que no sería fuera del buen orden hacer una ofrenda a tal verdadero hombre divino!».
14. «¡Déjalo estar así! Pues ahora soy un hombre de carne y sangre como cualquiera; y de todo lo demás ya te enterarás en su tiempo. Por eso, ¡sé alegre y feliz como todos nosotros!».
15. De esto el hospedero se alegró mucho, y en seguida nos trajo unos cántaros del mejor vino que guardaba en la bodega, el que normalmente sólo ofrecía a la nobleza romana cuando viajaba por esta región - lo que en esta ruta estratégica no sucedió pocas veces.
16. Sin vacilar, nuestro Judas levantó un cántaro y, de pocos sorbos, lo vació casi del todo. A eso los demás discípulos le preguntaron, a quién dentro de ellos correspondía el derecho de tomar el primer trago del mejor vino del hospedero.
17. A eso Judas Iscariote respondió: «¡Pues yo tenía sed, y el vino anterior me parecía demasiado flojo! Y si actué mal, entonces ya habrá Quien me recrimine, ¡de modo que nada tenéis que ver con el caso!».
18. Pero Yo volví la Cabeza y me dirigí a los discípulos: «¡Dejadle! ¡Porque mejorar a éste costaría más que lavar a un negro a toda costa hasta que esté blanco!».
19. Oyendo esto, Judas se avergonzó hasta el punto que salió; y, durante tres días, anduvo perdido en cualquier parte. De modo que durante tres días no llegamos a verle. Pues se hospedó en otro albergue donde se quedó, pagando por todo. Porque sabía ganar secretamente algún dinero durante los viajes.
2a Todos se sentían aliviados con la ausencia de él... Aún pasamos ocho días en la casa del hospedero romano, perfectamente agasajados. Y en el mismo lugar Yo aún curé varios enfermos.
21. Como pronto la afluencia de gente vino a ser demasiado fuerte, partimos muy de mañana para otra región donde también éramos bien recibidos e, igualmente, curamos a los enfermos. Allí, con excepción de Judas, también los discípulos tenían que imponer las manos en los dolientes que así se curaron. Yo mismo di pocas demostraciones de mi Poder, pues hablaba mucho con Lázaro que todavía nos acompañaba, y con el hospedero romano.
22. En este plan volvimos a Betania, a los hogares de Lázaro y de nuestro hospedero; y ambos, a pesar de nuestra ausencia de cuatro semanas, encontraron todo en el mejor orden. Nos quedamos ocho días con este hospedero y después otros con Lázaro, el que tenía una gran satisfacción con sus labradores aceptados en Belén - los que también estaban bien atendidos.
23. Cuando los curados me vieron, cayeron de rodillas para adorarme; pues Marta y María los habían esclarecido en cuanto a la Persona mía.
24. Pero Yo les dije: «¡Por ahora callaos! ¡Pues en breve también vosotros tendréis la ocasión para hablar!».
25. A eso se levantaron y prometieron a callarse; y así regresaron a las tareas que les estaban asignadas.
1. Marta nos dijo que durante mi ausencia la habían visitado varios templarios, informándose exhaustivamente del paradero de Lázaro, y dónde tan repente él había conseguido tantos trabajadores tan aplicados. Entonces ella nos dijo que les había respondido que su hermano Lázaro habrá hecho un viaje de negocios, tal vez incluso para Egipto, y que en el camino posiblemente habrá encontrado aquellos hombres, los habrá contratado y los habrá mandado para Betania.
2. Dijo Marta que a eso un fariseo la haya preguntado: «¿No nos podrías ceder unos veinte de estos trabajadores?».
3. Dijo ella que les haya dicho: «¡Dirigíos a ellos mismos, porque no sé si son judíos, griegos o romanos, pues entre ellos hablan en varios idiomas!».
4. Acto seguido el fariseo haya salido y conversado con algunos trabajadores. Pero evidentemente estos le conocían, con lo que le hayan dicho que, en primer lugar, ya no eran judíos. Y caso que aún lo fuesen, él podría estar seguro de que ya no iban a servir a templario alguno.
5. Con eso los fariseos se hayan regresado, y desde entonces ya no se haya visto alguno en Betania. Pues ciertamente estaban esperando el regreso del hermano de ella.
6. A eso Lázaro me preguntó qué convendría hacer en tal caso.
7. Y Yo le expliqué: «¡Haz lo mismo que tu hermana! Porque nada alcanzarán con los labradores, y no podrán echar la culpa a ti».
8. Y así estaba bien, porque Lázaro tenía mas calma en su organización doméstica.
9. Como ya había entrado el invierno y me quedaban pocos enfermos a curar, hasta la mitad del invierno nos quedamos alternativamente ora con Lázaro, ora con nuestro hospedero -una temporada en que los nuevos adeptos de los discípulos aceptaron la Buena Nueva con mucho amor y fe segura, e incluso solicitaron el nuevo bautismo.
10. Pero Yo les dije: «Por ahora es suficiente que hayáis aceptado el Bautismo de la Verdad; pero cuando recibáis el Bautismo verdadero y vivo -si os quedáis dentro de la Doctrina y vivís y actuáis conforme esta enseña-, entonces también podréis recibir él de Juan. Pero en breve vendrá una época en que muchos recibirán el verdadero Bautismo del Fuego de Vida que emana del Espíritu santo - en vez del Bautismo con el agua».
11. Con esto los nuevos discípulos se quedaron satisfechos.
12. Fue un lunes en que con Bendición partimos de Betania y de nuestro hospedero, y con buenos ánimos tomamos el camino para el Mar de Galilea, donde contratamos un buen navío para que nos llevara a Kis. Como ya era tarde, los remadores no se atrevían ha hacer la travesía, pues alegaron que en esa época a la media noche el mar era muy borrascoso.
13. Pero los discípulos observaron: «Vosotros que seguramente sois de Genesaret, ¿cómo es posible que ignoráis el Poder del Señor Jesús de Nazaret?».
14. Exclamaron los navegantes: «¿Qué? ¡¿Jesús de Nazaret está aquí?!».
15. Yo respondí: «¡Que sí, Yo mismo lo soy!».
16. Concluyeron los navegantes: «Ah, ¡en este caso las olas pueden subir a las nubes, y aun así emprenderemos el viaje! El navío tiene espacio seguro para doscientas personas, ¡embarcad pues!».
17. De modo que nos embarcamos y partimos con un viento favorable, y aunque hacia Kis las olas se alzaban mucho, los marineros no se preocuparon. Y a una luz lunar modesta pronto alcanzamos la bahía serena de Kis.
18. Nada más atracar en el puerto del aduanero Kisiona, en seguida acudieron sus empleados y ayudantes con las preguntas de costumbre sobre el motivo de nuestra venida, lo que intentábamos hacer, adonde íbamos a dirigirnos después, y si éramos sujetos a la tasa.
19. Y Yo les dije: «¡Llamad a Kisiona que venga a Mí, y en seguida sabréis lo que intentamos a hacer aquí!».
2a En seguida se fueron para llamarle.
21. Sin demora él vino a la playa, con luz de antorchas. Cuando me vio soltó un grito de alegría: «Oh Señor, ¿que mérito tengo yo, pecador, que Tú me visites a estas horas de la noche? Oh, Tú y todos que estén contigo, ¡sed todos mil veces bien venidos! ¡Venid y entrad todos en mi gran casa, incluso los navegantes, porque hoy no continuaréis vuestro viaje! ¡Vamos pues a mi casa donde os serviré de todo y de lo mejor! Oh, ¡esta suma alegría inesperada que me está concedida me resulta verdaderamente indescriptible! - Oh ¡venid, venid, venid!».
22. Descendimos rápidamente de abordo y fuimos a la residencia de Kisiona, cuyo salón estaba bien calentado mediante cuatro chimeneas en que ardía un fuego bien animado. Todos los empleados se pusieron a plena actividad, con lo que dentro de media hora había una gran cantidad de pescado noble en la mesa, y también pan y vino de suprema calidad. Esto era del agrado de todos, porque desde la mañana en la casa de Lázaro ya no habíamos comido ni bebido nada.
23. Después de un viaje tan largo también Yo mismo sentía la necesidad de una confortación de manera natural, y tanto más los discípulos - una confortación que allí se nos concedió en gran medida. Comimos y bebimos de buenos ánimos, y durante casi toda la noche hablamos de nuestros viajes y de los acontecimientos, lo que interesaba mucho a Kisiona y su familia - sobre lo que expresaba su admiración y alabanza en suma medida. Sólo lamentaba que María -la que casi durante todo el verano había estado con él- ahora por pocos días había viajado a Nazaret, aunque dentro de poco iba a volver. Dijo Kisiona que aun así ella había sido informada sobre mi Peregrinación y mis Acciones, pero que ella no podía comprender como Dios la había considerado digna de tamaña Gracia. Pues ella era consciente de los Acontecimientos milagrosos, pero antes nunca había podido hacerse un concepto claro sobre lo que iba a seguir a estos Procesos.
24. De este modo Kisiona habló mucho sobre el comportamiento de María durante mi Ausencia, como también sobre los dos hijos de José, Joel y Joses, que quedaban en casa para continuar con el trabajo de su padre. Pero como es inútil reproducir aquí todos estos detalles, vamos a dejarlo...
25. En aquella noche no nos acostamos descansando en camas normales sino en el aposento bien caldeado nos quedamos sentados en canapés muy cómodos. Y, además, pasamos la hora del desayuno, por lo que tampoco desayunamos. En compensación, el almuerzo era aún más abundante... Para este también estaban invitados nuestro conocido Filopoldo de Caná -cerca de la frontera de Samaria- y algunos amigos de Mí y de Kisiona.
26. Bueno, todo eso era accesorio. Pero a esta ocasión Yo expliqué claramente algunos problemas que Filopoldo había abordado: lo del Origen del Espíritu de Dios en comparación con toda criatura. lo del Tiempo y el Espacio, y lo de la Infinitud y la Eternidad. lo de la Existencia de Dios y su Ser. y lo de la existencia y el ser de toda criatura dentro del Espacio y del Tiempo - explicación que se extendía hasta altas horas de la noche, con lo que se juntaron el almuerzo y la cena, de modo que esta deliberación puede muy bien ser incluida porque a cada pensador puede dar una elucidación completa acerca de la vida material y espiritual del hombre, y la Existencia Primaria y puramente espiritual de Dios.
1. Nuestro Filopoldo -el que junto con Kisiona me había visitado en la casa del anciano Marco- ya había oído diversas disertaciones respecto a este asunto y también estaba convencido que fue así; pero ya que él era un intelectual -aunque sea de buena índole- no se satisfacía con la mera fe, sino quería obtener pruebas como por principios matemáticos.
2. De modo que expresando su deficiencia en la comprensión, dijo después del almuerzo: «Señor, creo firmemente en todo que experimenté, que vi y que oí. Pero aun con toda mi agudeza intelectual comprendo y asimilo sólo la menor parte, ¡lo que muchas veces hace que mi alma se sienta oprimida! Por esto me he presupuesto firmemente que a la primera oportunidad dichosa que se preste -y la que acaba de prestarse- te abordara y sacara este tema, suponiendo que no te resulte inoportuno. De modo que me gustaría si Tú ahora mismo me enseñaras más detallada y comprensiblemente».
3. Dije Yo: «Consta que a todos vosotros os prometí enviar y derramar mi Espíritu sobre vosotros, en un futuro cercano, el que luego os conducirá a toda Verdad y Sabiduría. y también os dije que hasta entonces tengáis paciencia. Pero ante un celo virtuoso como el tuyo Yo también quiero ayudar con mi propia Boca - y esto tanto más que en esta temporada de invierno por la calma invernal, como prometido, me quedaré aquí hasta la Pascua. De modo que ya puedes presentar tus dudas, y todo que no llegamos a aclarar hoy, para esto en adelante ya encontraremos más tiempo que necesario. De modo que después de la comida, como de todos modos volveremos a quedar sentados a la mesa, ya podrás formular tus deseos.
4. Mañana, caso que mis discípulos ellos mismos lo deseen, por algunos días podrán visitar sus familias. Los que no tienen familia se quedarán aquí, sobre todo Juan y Mateo, dado que tienen que anotar varias enseñanzas».
5. A esta altura también Judas preguntó qué debía hacer.
6. Y yo le dí el siguiente consejo: «¡Tú tienes la mayor propiedad entre todos y, además, tienes mujer, niños y varios empleados; por tanto tu necesidad de ir a la casa es preeminente y, si quieres, puedes volver para la Pascua!».
7. Mi sugerencia no era precisamente del agrado de Judas; pero como nadie le insistió que se quedara, el día siguiente hizo caso a mi propuesta. Los demás discípulos también se fueron, pero todos regresaron pocos días después para quedarse Conmigo - con pocas interrupciones.
8. Después de la comida Kisiona, personalmente, ofreció aún a cada uno un vino especial, por él denominado “Amado de Noé”. Este entusiasmó a Filopoldo de una manera que comenzó a soltar sus consideraciones, aunque sea con la mayor modestia y en el mayor orden.
9. ¿Qué es lo que preguntó? Pues presentó una pregunta tras otra.
10. «Señor», dijo Filopoldo, «si después de tus Enseñanzas en casa del anciano Marco medito bien, entonces llego a la conclusión que tiempo y espacio son limitados y mensurables -como aquí en la Tierra tras ciertos períodos y hechos, más según las formas que existen en el espacio- aunque, propiamente dicho, tiempo y espacio sean eternos e infinitos, lo que en el fondo termina en lo mismo.
11. Siendo tiempo y espacio así, entonces de ninguna manera entiendo los escritos de los antiguos sabios y teósofos que afirman que Dios, como Origen de toda Vida y existencia, se halle fuera del tiempo y del espacio.
12. ¿Cómo puede ser esto posible ante una eterna duración del tiempo sin comienzo y sin fin, y una existencia de un espacio infinito en las mismas condiciones, que por ninguna parte empieza ni termina?
13. Si, por tanto, Dios existe fuera del espacio y del tiempo, la razón humana más lógica sólo puede tener la siguiente noción de Él: o Dios no existe por el motivo de no haber posibilidades de Vida fuera de la eternidad y del espacio infinito, o Dios vive como todos nosotros dentro de ambas definiciones, ¡con lo que los antiguos sabios religiosos con sus definiciones han redactado la mayor locura!
14. Tú mismo ahora me das tal prueba; pues nadie puede negar que en Ti que abrigas la Plenitud de a Divinidad, después de haber oído tus Palabras y haber asistido a tus Acciones. ¿Cuál sería el teósofo capaz de afirmar que no te encontrares con nosotros dentro del Espacio y Tiempo?
15. Y caso lo hiciera, habrías perdido tu Entidad divina: pues dejarías de ser Dios, porque resultarías ser un hombre excepcional que por nacimiento consiguió un genio tutelar, un talento extraordinario, muy práctico en la formación de la Voluntad. Y, finalmente por el aprendizaje de artes y ciencias ocultas, los hombres de buena índole necesariamente tienen que tomarte por un dios.
16.- Pero tus facultades -sobre todo tu Modo de surtir efecto- son así que de ninguna manera se puede lograrlos por las condiciones antes nombradas. ¡De modo que siendo así, yo desearía oír de tu Boca lo que realmente es conveniente!».
1. Dije Yo: «Has formulado tu pregunta muy bien y dentro de la capacidad intelectual, en la medida en que un hombre lúcido pueda formularla; ¡pero aun así te afirmo que los antiguos sabios todavía tienen más razón que tú!
2. ¿Acaso dudas que se pueda existir perfectamente en tiempo y espacio y, al mismo tiempo, también fuera de ellos?».
3. «Pues sí, se puede creerlo, ¡sobre todo si Tú mismo lo afirmas!», respondió Filopoldo. «Pues al principio de mi pregunta y mi solicitud yo ya había reconocido que contra todo lo que Tú dijiste o mostraste de ninguna manera iba a poner objeciones, ¡porque en mi caso sólo se trata de mi comprensión! Pues una mera “fe religiosa” es para mí un ultraje contra toda razón, lógica y reflexión humanas, las que por cierto también nos fueron dadas por Dios, como Luz espiritual - única facultad por la cual el hombre consigue reconocerse a sí mismo, al mundo exterior y finalmente a Dios.
4. Siendo así, tengo la firme convicción que un ser humano serio no debe conformarse simplemente con una fe ciega en lo que algún sabio o cualquier otra persona dotada de conocimiento en todas las esferas le haya dicho, sino sí, con la mayor aplicación, debe lograr una comprensión justa de aquello que ha aceptado por la creencia.
5. Y otra vez tienes toda razón, ¡sólo que ahí hay unos cuantos inconvenientes a los que hay que considerar con mucha atención!
6. Ve, ¡para todo lo que existe en esta Tierra e incluso en el mundo de los espíritus, es precisa una cierta maduración, y para la maduración hace falta determinado tiempo!
7.- ¡Observa en invierno un manzano o una vid! ¿Dónde está el fruto maduro y sabroso?... Pero ya vendrá la primavera... Cuando la luz y el calor del Sol resultan más intensos, los brotes comienzan a crecer y son más suculentos, y dentro de poco verás hojas y flores. Poco después caerán las flores porque son innecesarias en la obtención de la finalidad más elevada, con lo que pronto verás los comienzos de un fruto que se está formando.
8.- Ahora indagas en tu interior: “¿Qué comparación más extraña es esta?”. Pero te digo que los capullos con su proceso de hacerse jugosos, sus primeros brotes, hojas y flores, y su primera fructificación, ¡todos estos corresponden a la fe infantil y religiosa del ser humano! ¡Sólo que de una madurez aún ni hablar! Porque Dios es el Máximo Orden mismo, y todo lo que sucede en el mundo de una u otra manera, debe requerir su tiempo que corresponde al Orden divino.
9. En el inicio la criatura sólo balbucea, pero poco a poco surge el habla, y cuando la criatura llega a ser algo más desenvuelta, los adultos la enseñan ciertas palabras, y ella pronto las acuerda y las repite. Cree casi incondicionalmente en todo lo que se le dice, y aún no pregunta por el “cómo” y “porqué”. Más tarde, a base de la fe religiosa, hasta el final de la adolescencia aprende una gran cantidad de cosas, y frecuentemente ya en esta edad comienza a razonar buscando la razón de aquello que aprendió - pero todavía tiene demasiado poco del pleno calor de la Vida psíquica, por lo que se asemeja al mero principio de una fructificación.
10. Cuando en pleno verano se producen la plena fuerza de la luz y del calor solar, entonces también el primer comienzo de la base del fruto llega a su calor interior que vivifica todo. Este calor luego hace que el fruto joven se dilate cada vez más, y hace que los humores proyectados reaccionen. De esta manera esta base del fruto crece y se llena de líquidos cada vez más puros. Esto facilita la penetración de la luz, lo que realiza el proceso de la maduración.
11. Y fíjate, ¡lo mismo se da en el hombre!: Antes de que el calor de su amor interno no haya alcanzado el grado más elevado posible, y la luz de este calor no le haya penetrado enteramente, entonces aun con las mejores explicaciones externas comprenderá las internas Verdades espirituales difícilmente o, finalmente, en absoluto. Pero si llega a ser penetrado por el calor vital creciente y la Luz interna de la Vida -como uva madura- entonces estará apto, y ya tendrá dentro de sí la Explicación más extensa de todas sus dudas anteriores.
12. Como tú ya te acercas sensiblemente a la madurez, ya se te puede hacer llegar un poco más de Luz y de calor del inmenso Sol de la Gracia, del cual todos los Cielos y sus habitantes -como también todos los mundos materiales y lo que vive y aspira en, sobre, y encima de estos-tienen su Vida y existencia. - ¡De modo que prestad atención!».
1. (El Señor:) «Mira, hace medio año Yo te puse psíquicamente en un estado mediante el cual de aquí fuiste trasladado a un mundo solar muy lejano, señal como también las realicé más tarde en otras ocasiones y otros lugares - de lo que todos mis discípulos son fieles testigos. Luego tú mismo también estuviste presente cuando el ángel fue a buscar la preciosa esfera luminosa de África Central...
2. ¡Aunque disparases de esta Tierra una flecha con su mayor velocidad, y aun siendo un eminente matemático, no tendrías a la mano la cifra correspondiente con la que podrías definir el nombre de años terrestres necesarios para que la flecha alcanzara aquel mundo solar; entre tanto, tu transición de aquí para allá fue una sola cosa! Siendo así, nada tuviste que ver con el espacio terrestre, con lo que tú -según tu alma animada- te hallabas fuera de espacio y de tiempo...
3. Desde la casa de Marco hasta África, por un camino bien trazado, habrías necesitado dos años para llegar allí donde el ángel había buscado la esfera luminosa. Para él ida y vuelta eran uno y lo mismo, por tanto, ¡tiempo y espacio nada le representaban!
4. ¡Y más! - Imagínate la enorme velocidad de un objeto terrestre que, por ejemplo, hiciese un trayecto de la distancia de esta Tierra hasta el mencionado mundo solar en un sólo instante, entonces un espíritu en tal momento podría atravesar una distancia mil veces mayor, ¡y eso, para vosotros, por innumerables veces! Yo digo “innumerables veces” porque para semejante multitud de idas y vueltas no conoces una cifra suficientemente grande.
5. De ahí se deduce claramente que incluso la mayor velocidad terrenal eternamente nunca puede entrar en una relación con la espiritual, dado que lo terrenalmente material es una propiedad muy peculiar, pero también todo lo espiritual por su parte lo es. Porque ambas sólo tienen relaciones correspondientes entre sí, pero en cuanto a la propiedad del modo sustancial se distinguen infinitamente.
6. Como ahora habrás percibido tan claramente esta diferencia entre todo lo que sea terreno y espiritual, la misma diferencia existente en este mundo del acá entre todo que es comprensible, sensible, audible y contemplativo.
7. Con respecto al movimiento espiritual que no considera el espacio, como ejemplo óptimo aún puedo señalarte la rapidez del vuelo del pensamiento de tu alma. Imagínate ahora la ciudad de Roma donde ya estuviste, pues conoces muy bien su distancia como también la forma de esta metrópoli pagana. Pues con el pensamiento en un solo instante ya estás allí y, en cierto sentido, ves la ciudad, sus plazas, sus calles y sus alrededores. De modo que para llegar a Roma tu pensamiento no ha necesitado tiempo alguno, porque para él el espacio no existía.
8. Esto te permite otra confirmación que tu alma -como ser espiritual- incluso con toda su actividad también se halla fuera del tiempo y del espacio; por eso en tu pensamiento puedes muy bien proyectarte al Sol mencionado y volver con la misma rapidez, sin que necesites más tiempo para la proyección por tal espacio enorme.
9.- Siendo así, ¡se supone que reconocerás que para el espíritu puro no pueden existir el tiempo ni el espacio!
10.- Por supuesto, el Espíritu de Dios y todos los Ángeles también se hallan en el espacio infinito y perdurarán por todas las épocas eternas, porque sin el Espíritu de Dios no habría criatura alguna, ni un espacio terrenal, ni tampoco un tiempo terrenal. Entre tanto, estos Poderes puramente espirituales e Inteligencias más elevadas preceden en todo infinitamente al tiempo y espacio».
1. (El Señor:) «Observemos, más allá de esto, la medida de una fuerza puramente espiritual en comparación con la mayor fuerza terrenal. ¿Qué será el resultado? Ve, ¡en el espacio infinito existen mundos solares tan colosales que nuestra gran Tierra al lado de estos parecería como un grano de arena ante el tamaño de toda la Tierra! Cuando aquí en las estepas arenosas sopla un viento, con facilidad esta arma un revuelo de la arena movediza y la dispersa en grandes cantidades. ¡Y ahora imagínate un viento correspondientemente fuerte en mencionado sol gigantesco; pues para este Tierras como la nuestra no serían más que un juguete! A eso, en tu intelecto mundano, dirás: “Si allí soplan vientos tan poderosos, ¡entonces se debe sentir su efecto incluso hasta aquí en la Tierra!”. - Y Yo te afirmo que no pocas veces este es el caso, ¡y aún hay mucho más!
2.- Ya habrás visto estrellas fugaces. Hay las que son tan grandes que se podría considerarlas como pequeños mundos terrenales. En realidad se trata de polvo cósmico producido por violentos tifones subterráneos en estos enormes cuerpos solares, los que estos mediante repetidas erupciones han expulsado al amplio espacio. Resulta que a causa del fuerte poder de atracción de tales cuerpos solares este polvo cósmico poco a poco vuelve a caer allí de donde había sido expulsado; a no ser que se haya acercado demasiado a otro cuerpo cósmico con que éste lo haya atraído - lo que no deja de ser un caso excepcional.
3. Ves ahí la potenciación colosal de las así llamadas fuerzas de la naturaleza -las del mundo de acá- que surten efecto en el espacio infinito. Estas y otras fuerzas de la naturaleza que te son conocidas, las puedes potenciar ininterrumpidamente durante millones de años, y aun así la máxima potencia de energía que habrás logrado, comparada con la Omnipotencia divina, siempre resultará en una nada al lado de algo real, o sea, una mentira frente a la Verdad.
4. Y del mismo modo como toda fuerza natural, con lo potenciada que fuera, no está relacionada con la divina, tampoco lo es con la fuerza de cada espíritu angélico absolutamente puro.
5. Como, por lo tanto, en el espacio y en el tiempo nunca puede haber una fuerza que tan sólo pudiera competir con la fuerza de un ángel, para eso tal fuerza tiene que ser espiritual y estar fuera o por encima de todo el espacio y de todo el tiempo. Y eso a pesar de que esta fuerza en sí perfectamente realizada, también se halle independientemente en el espacio y en el tiempo; pero totalmente independiente de ambos, pues sólo puede estar en relación con estos vía una analogía íntima y viva que dirige todo.
6. A fin de demostrar más claramente la infinita predominancia de la Fuerza divino-espiritual sobre todas las demás fuerzas de la naturaleza, basta con que Yo te diga: Aunque todas las mayores fuerzas poderosas del lado de acá de la Tierra durante miríadas de millones de años terrestres se proyectasen impetuosamente por el espacio infinito, contrario a la Fuerza de Voluntad divina en toda la Creación no serían capaces de destruir un solo átomo. Sin embargo, con la autorización de Dios, un espíritu angélico podría realizar esto en un solo instante, pues sólo tendría que quererlo y todo el espacio infinito se quedaría exento de criaturas materiales -de modo que ya no existirían ni un solo Sol ni una sola Tierra en él.
7. Ahora, Filopoldo, dime si empiezas a percibir cómo Dios, todo lo Celestial y todo lo puramente espiritual pueden y deben hallarse fuera del espacio y del tiempo, y eso en su Existencia particular; porque de lo contrario eternamente nunca habría podido producirse la creación material».
1. Dijo Filopoldo: «Señor, se está haciendo en mí una pequeña Luz, ¡pero a la vez ante tu inmensa Sabiduría empiezo a marearme; sin embargo, te pido que continúes así!».
2. «Esto ya lo haré», le respondí. «¡Pero presta toda atención, para que también lo asimiles y grabes debidamente en tu alma!
3. ¡Pero pasemos ahora a lo de la Luz! - Observa la luz de esta lamparita de nafta: su luz aclara este gran cuarto de manera que todos nosotros nos vemos y reconocemos perfectamente. Qué te parece: ¿No sería que cien lamparitas de estas difundirían una luz también cien veces más fuerte? Tú dices: “¡Por supuesto, porque en ocasiones festivas se puede convencerse de ello perfectamente!”. Pues bien, digo Yo, ¡y ahora imagínate millones de estas luces encima de una montaña! En su conjunto, ¿no iluminarían ellas abundantemente una zona extensa? Y aun así no podrían ser comparadas con la luz de la luna llena que, aunque a nuestra visión no parezca ni tan grande, consigue iluminar al mismo tiempo la mitad de la Tierra. Y luego, ¡¿qué es la luz de la luna llena comparada con la del Sol?!
4. ¡Ahora imagínate todo el firmamento de la Tierra en la luz solar! ¿Habría un mortal capaz de soportar su totalidad por un solo momento, sin instantáneamente quedarse disuelto como una gota de agua encima del acero incandescente? ¡Te digo que el efecto de la luz y de su calor indescriptible sería tan enorme que incluso toda la Tierra en pocos momentos sufriría la misma suerte - y también muchos cientos de miles de tales Tierras!
5. ¿Percibes la colosal diferencia entre la luz de esta lamparita y la luz tan extensiva de un sol?
6. Pero en el gran espacio de la Creación existen soles centrales primordiales miríadas de veces mayores que nuestro Sol -que es de sistema planetario- ¡y eso a pesar de que el tamaño del nuestro excede a aquel de la Tierra por más de un millón de veces! Y consta que tales soles centrales primordiales también irradian una luz proporcionalmente mucho más intensa y fuerte, en cuya cercanía soles como el nuestro en un solo instante quedarían disueltos como una gota de agua sobre un hierro incandescente.
7. Ahora, eleva esta intensidad lumínica terrenal hasta donde quieras -hasta casi infinitamente-, y con tal luz potenciada de los soles que se hallan en espacio y tiempo, en comparación con la Luz divina encontrarás la misma relación que habías encontrado referente el movimiento3 y la fuerza.
8. Como, por lo tanto, la Luz divina eternamente nunca podrá ser obtenida en espacio y tiempo, se deduce claramente que la Luz puramente espiritual de Dios -como también el Calor Vital del Amor que surge de esta Luz nunca conmensurable- no puede hallarse en tiempo y espacio, sino únicamente fuera de ambos.
9. Que aun así existe una correspondencia llena de Vida y continuamente activa entre la Luz Primordial de Dios y la luz del Sol sólo parcialmente creada, esto lo puedes deducir fácilmente del hecho que también la luz del Sol posee la fuerza vital para toda criatura en los cuerpos cósmicos y en las Tierras, lo que nos prueba la primavera de todos los años. - ¿Ya te orientas algo mejor cómo y de qué manera muy necesaria todo lo que es puramente espiritual sólo puede estar fuera del espacio y del tiempo?».
1. Dijo Filopoldo: «El ejemplo de la luz me elucidó bastante; pero aun así en el fondo todavía queda mucha cosa oculta, donde sobre todo forma parte tu perfecta Presencia actual, tan sumamente divina... Pues referente a esta evidentemente sólo puedo decir: Si Tú antes de tu Encarnación habitabas en alguna parte como Jehová junto con tus ángeles puros en un Cielo sublime fuera del tiempo y del espacio, ¡entonces actualmente este Cielo debe haberse quedado desprovisto de tu Presencia en cierto modo humanamente personal, dado que Tú ahora te encuentras entre nosotros dentro del espacio y tiempo! ¿Cómo puedes Tú ahora existir como Hombre dentro de estas definiciones, y a la vez como Dios, fuera del tiempo y del espacio? Señor, ¡para mi intelecto esto es todavía un abismo insuperable, por lo que te pido que también me des una Luz al respecto!».
2. Yo le respondí: «Dado que tú eres un auténtico sabio mundano dentro de la filosofía de Platón, Sócrates y Aristóteles, tendré que hablarte en parte con la terminología de estos para que me comprendas mejor.
3. Mira. entre “desde eternidades”, “antiguamente” y “ahora”, en mi Existencia como también en mi Ser, en realidad no existe diferencia alguna en lo que se refiere a mi Yo puramente divino. Y si no fuese así, de veras, en este cuerpo humano Yo no tendría Poder ni Fuerza sobre la entera Creación natural material; porque toda criatura dentro de su tiempo y espacio sólo tiene relación subjetiva para Conmigo, su Objeto. pues todo surgió de Mí, ¡y no viceversa!
4. Por esto Yo soy siempre lo Unico que precede y que es Original, de modo que el Objeto eterno. y ante cualquier criatura nunca y por ninguna parte podré entrar en una relación subjetiva.
5. Como todo ha surgido de Mí, y como mediante mi Voluntad en todo soy lo más Intrínseco -por ser el Principio que conserva, guía, orienta, equilibra y vivifica todo-, dentro
3. Cap. 28,4.
del Poder de mi Voluntad y de mi Sabiduría también soy un Sujeto. Por tanto, soy el Alfa y la Omega, o sea, el Principio y el Fin - de modo que también soy el Comienzo y el Final en toda criatura. En virtud de esta mi Facultad objetiva y al mismo tiempo subjetiva, aquí Yo puedo muy bien existir como Hombre, entre vosotros, por el Poder de mi Voluntad y mi Sabiduría, y aun así al mismo tiempo ante toda criatura ser el único Objeto Vivo y Creador eterno.
6. Como Sujeto actualmente en forma humana de carne, Yo mismo soy inferior y sumiso al propio Objeto eterno dentro de Mí, a pesar de que precisamente por mi rigurosa Sumisión en realidad soy perfectamente Uno con el eterno Objeto, porque sin tal Subjetividad rigurosa de mi Personalidad ahora exterior, tal unión íntima tan estrecha nunca sería posible.
7. Esto consigue mi Amor inconmensurable para con el Objeto e igualmente su Amor inconmensurable para Mí, de modo que Yo y el Padre somos Un Amor, Una Sabiduría, Una Voluntad, Una Vida y Un Poder fuera del cual en toda infinitud eterna no existe ni puede existir otro.
8. De modo que aquí me encuentro igualmente presente en el tiempo y el espacio, como también fuera del tiempo y del espacio.
9. Que Yo ahora existo junto con vosotros dentro del espacio y del tiempo, esto ya lo veis.
Y que a la vez, en lo que se refiere a mi Interior, también existo fuera de ambos, esto os lo prueban mis Obras, las que Yo no sería capaz de realizar si también con mi Espíritu Divino me encontrase en el espacio y el tiempo. Pues lo temporal y lo espacial, ambos son y siguen siendo eternamente limitados, por tanto no son perfectos ni completos; solamente aquello que existe fuera del espacio y tiempo es en todo ilimitado, perfecto y completo. Que las cosas son así y que nunca podrán ser de otra manera, esto aún te lo aclararé con varios ejemplos. ¡De modo que presta atención!».
1. (El Señor:) «Tomemos un grano de trigo en su unidad y simplicidad: Evidentemente tiene dos funciones. Primero sirve de alimento a las criaturas y, segundo, como semilla, sirve para su propia reproducción y multiplicación. Como alimento proporciona al cuerpo humano -y a través de éste también al cuerpo sustancial del alma- sus múltiples específicas, difundiéndose así a una existencia más elevada y libre. Cómo se da tal proceso, esto lo sabréis íntegramente tras vuestro renacimiento en el espíritu, aunque en parte también aquí pero no de modo completo. Pues bajo la influencia de este Sol nada perfecto puede existir, y todo saber y reconocimiento más o menos sólo puede ser obra imperfecta. Pero tanto más perfecto resultará todo en el Más Allá, dónde también vosotros en lo que se refiere a vuestro espíritu os encontraréis fuera de la influencia del espacio y del tiempo; y vuestra visión, vuestro reconocimiento y vuestro saber ya no serán chapucería.
2. Analicemos este grano de trigo un poco más de cerca, pero solamente en su calidad de semilla, para corroborar que lo Espiritual divino se halla perfectamente en este grano - aunque en cierto sentido parezca como subjetivo, pero en el fondo aun así se encuentra objetivamente fuera del tiempo y del espacio.
3. Mira, un tallo de trigo produce generalmente tres espigas, cada una con treinta granos. De modo que si depositas un grano en un buen suelo, en el año siguiente te recompensará el trabajo realizado con cerca de cien granos de la misma especie. Si ahora tomas esta cosecha y la plantas en un suelo fértil, el año siguiente obtendrás evidentemente diez mil granos idénticos. En el año siguiente ya obtendrás cien veces diez mil granos, es decir, un millón de granos, lo que ya es una considerable cantidad de trigo.
4. A fin de sembrar esta cantidad de granos ya necesitarás un campo considerable, y la cosecha te dará cien veces más que la última. En el año siguiente precisarás de un campo cien veces mayor, recogiendo diez trillones de granos. Y si así continuaras durante diez años, obtendrías cantidades tan colosales que para su siembra necesitaría un campo del tamaño de la mitad del globo terrestre.
5. La multiplicación de los granos, repitiéndola en la misma relación procediendo hacia lo infinito, también la podrías extender a cien, mil y más años, y tras los cálculos te darías cuenta que después de algunos siglos, ni siquiera un millón de Tierras bastarían para servir de campo, tratándose de una cantidad de trigo tan colosal. Y ves, así se podría continuar con tal aumento hasta a la infinitud. ¿Acaso esto sería posible si en este y todos los demás granos esta cantidad infinita no existiese ya a través del Elemento espiritual divino inherente, fuera de espacio y tiempo? - ¡Por cierto que no!
6. Lo que existe en este grano, esto también se encuentra en todas las semillas y plantas, en todos los animales y, sobre todo, en el ser humano, dado que este es lo más parecido a lo Divino
- razón por la que el hombre puede llegar a ser inteligente y comprensivo, pues posee el don del habla; y como en el inicio intuitivamente ya siente a su Creador, más tarde también consigue asimilar y amarle cada vez con mayor integridad; de modo que el hombre puede subordinar su voluntad totalmente a la Voluntad divina reconocida.
7. De modo que esto, por ser lo puramente espiritual en el hombre y por tener semejanza a lo Divino, se halla igualmente fuera del espacio y del tiempo; porque si fuese algo sujeto a estos, el hombre no sería capaz de tener noción alguna de sí mismo ni de Dios, con lo que sería completamente inepto a cualquier formación. Pues nunca llegaría a razonar, ni a presentir la menor vislumbre de Dios. Y mucho menos aún podría reconocerle, amarle y someterse a la Voluntad de Él, pues sería simplemente como la cáscara muerta de un huevo que no tiene vida en sí misma - y mucho menos aún Vida espiritual y eterna, fuera de espacio y tiempo.
8. Supongo haberte explicado suficientemente este asunto que tanto te preocupó - eso en la medida en que esté explicable para el intelecto humano... Ahora depende de tu criterio si realmente crees haber asimilado todo en la comprensión justa, o si todavía perdura alguna duda. En este caso puedes expresarte. Pero si todo has comprendido bien, ¡entonces dejaremos de lado las explicaciones al respecto y tomemos vino con algo de pan!».
1. Respondió Filopoldo: «Señor, yo y por cierto todos los demás te agradecemos en el fondo del corazón por esta explicación tan admirable y maravillosa, acerca de las enseñanzas de los sabios de la antigüedad. Pues sí, ahora este asunto me resulta evidente, ¡mientras que antiguamente me tenía que parecer un mero disparate! Por supuesto, podré comprenderlo aún mejor una vez que esté liberado de todos los elementos materiales.
2. Basta con que ahora reconozco cómo, a pesar de vivir dentro del tiempo y del espacio, aun así se puede hallarse completamente fuera del espacio y del tiempo - y eso en todo sentido de la verdad. Sólo quisiera aún oír de Ti en pocas palabras dónde se hallan el Cielo y el infierno enojoso. Porque consta: “.¡éstos ascenderán al Cielo, y aquéllos serán arrojados al infierno!”. ¿Pero dónde y cómo se realiza lo de ascender, y dónde y cómo lo de arrojar tan desgraciadamente?».
3. Y Yo le respondí: «Ve, ¡en esta silla que ocupas, terrenalmente pueden encontrarse firmemente el Cielo y el infierno, bien juntos; pero en el Reino de los espíritus los separa un abismo infranqueable! Y te digo más:
4. Aquí, dónde Yo ahora me encuentro con vosotros, está el Cielo más sublime, lo que quiere decir “arriba”, y al mismo tiempo aquí también se encuentra el infierno más profundo y vil, lo que quiere decir “abajo”.
5. El espacio material no produce diferencia, sino únicamente el estado espiritual que -como has visto- nada tiene en común con lo material; porque en el Reino de los espíritus únicamente las condiciones de la Vida producen una verdadera distancia. Ahí, lo terrenalmente espacial nunca podrá ejercer importancia - Pues para hacéroslo aún más comprensible e ilustrativo, aún os voy a presentar algunas más imágenes...
6.- Supongamos que aquí haya un banco en que estén sentados dos hombres: el uno es un sabio piadoso cuyo espíritu lúcido es conocedor de muchos secretos acerca de los efectos de las Fuerzas divinas en el mundo de la naturaleza; pero el otro es un malvado incorregible que descansa sus miembros en el mismo banco, y se deja servir con pan y vino como un hombre honesto por el fortalecimiento de sus fuerzas, para que después al aire libre pueda tanto más fácilmente volver a practicar sus maldades. ¡Lo cercanos que estos dos hombres se encuentran físicamente en el mismo banco, pero lo infinitamente lejanos que se encuentran el uno del otro en el espíritu!
7. Y ahora supongamos que nuestro sabio en este banco aquí haya quedado solo, pero que haya otro igual a una distancia de mil días de viaje, entonces consta que estos dos igual de sabios físicamente se encontrarían muy lejanos el uno del otro, pero aun así en el Reino espiritual se encontrarían completamente unidos - como, literalmente, también es el caso en mi Reino.
8.- De esto se deduce claramente que para todo hombre bueno el Cielo se encontrará precisamente allí dónde está él mismo, y todos los buenos y puros parecidos a él en seguida estarán bien cercanos de él. De modo que no se podrá decir: “¡El Cielo está acá o allá, más allá encima de las estrellas. y el infierno está en alguna parte profundamente debajo de esta Tierra!”. Todo esto no depende de este tiempo y espacio, y tampoco conoce ceremonias externas como el Templo, porque esto sólo existe dentro del ser humano mismo, en su interior más profundo.
9. De modo que conforme el hombre ha organizado su vida íntima, así también será su mundo en el Más Allá - creado por él mismo, y donde vivirá de buena o mala manera.
10. De todos aquellos que se hallan en la Verdad -por tanto en la Luz verdadera provenida de mi Verbo a través de su fe viva y su actividad conforme a esta fe-, su mundo en mi Reino -que es perfectamente idéntico a su mundo en la Tierra- también será Luz y Verdad para relaciones eternamente progresivas. Pero de los tercos que se hallan en el error y en el mal, su mundo corresponderá a su interior, también en relación creciente. Pues así como un hombre bueno siempre llega a ser mejor, un malo será cada vez peor, alejándose del bien - hecho que ya se puede observar claramente en este mundo.
11. ¡Observad a aquellos hombres cuyo orgullo los llena más y más con la inclinación para el bruto despotismo! Tan pronto que a través de su poder tiránico hayan convertido millones de criaturas en los esclavos más desgraciados, ya reúnen aún mayores hordas guerreras e invadan otros reinados, los vencen y les quitan sus tierras, pueblos y tesoros. Si de esta manera han conseguido conquistar la mitad de la Tierra y sembrar la desgraciada, entonces ya se consideran semejantes a Dios, elevándose encima de Él. Exigirán que los adoren, y amenazarán con castigos horrendos a aquellos que se atrevieran a venerar y a hacer ofrendas y sacrificios a otro dios que no sea el emperador mismo. Ahí tenemos como ejemplo concreto al Rey de Babilonia Ne bouch kaduc zcar4; y ahora nuestros sumos-sacerdotes, fariseos y escribas que también se toman por dioses únicos. Pues procuran a matarme - hecho que les será concedido pero solamente por tres días, porque en seguida resucitaré por mi propio Poder, en cuanto ellos caerán en el juicio y en su propio fin.
12. De ahí podéis percibir palpablemente que el malvado siempre llega a ser peor y el bueno continuamente mejora, con la única diferencia que al malvado están puesto límites dónde consta: “¡Hasta aquí, y nada más!”. Luego siempre tiene que seguir un gran juicio de penitencia
4. Nabucodonosor (=no existe otro dios aparte de mí, el Rey).
para facilitar a los malvados la reflexión, por si acaso estén dispuestos a tomar una mejor dirección.
13. Tal como sucede en este mundo -como acabo de demostrároslo- tal sucede también en el “infierno”, con la diferencia que allá en el Reino espiritual común los bondadosos, humildes, pacientes y los que tienen fe en Dios se han apartado para siempre. De modo que allá quedan únicamente los malos con su tejemaneje hipócrita y perverso totalmente vano; porque su luz es falsedad, engaño y apariencia completamente ficticia, parecido al sueño de un borracho rico que vive una vida disipada.
14. Supongo que ahora todos estáis orientados en este punto, de suerte que podemos pasar el resto de la noche alegres y felices. Caso que alguien tenga un pedido para hacer, ahora tenemos tiempo hasta la Pascua, porque hasta entonces deseo quedar con mi amigo Kisiona. -Ahora, Filopoldo, ¿todo te ha quedado claro?».
15.- Este respondió: «Ahora, ¡por supuesto, que sí! Porque hiciste lo incomprensible tan accesible que en este sentido ya no me queda pregunta alguna, y supongo que también los demás presentes han comprendido todo. ¡Esto sólo te resultaba posible a Ti, porque todos los sabios de este mundo se habrían roto los cuernos en tal tentativa! - Nuestro agradecimiento de todos modos lo puedes leer en nuestros corazones».
16. A eso los neo-griegos observaron: «Realmente, esto sólo puede explicar tan claramente Aquel que todo penetra con su Espíritu - El que, en realidad, ¡es Todo en todo! Para nosotros esta es la prueba más contundente para tu Misión puramente divina. Cuando los milagros están realizados a tu Modo, por supuesto, surten mucho efecto. Pero eso sólo para seres humanos bien experimentados, porque aun así los milagros producen cierto impedimento a la evolución. No obstante, la Palabra vivifica y libera al alma, por lo que vale más que mil pruebas que sólo cautivan el ánimo y lo llenan de pavor. - Por esto, acepta también nuestra gratitud por tus Enseñanzas tan sabias.
17. «¡Muy bien observado!», respondí Yo. «¡De modo que mañana aún descubriremos algo más! Pero ahora bebed y sed alegres hasta el amanecer. ¡Pues nadie de nosotros necesitará dormir esta noche!».
1. Los varios discípulos que se habían quedado, más los neo-griegos y Filopoldo aún continuaban charlando mucho, y también Yo hablaba con Kisiona. Hablamos acerca del antiguo sacerdocio y acerca de las antiguas formas como gobernaban los patriarcas, que eran mejor en comparación con las maneras de la época en que Yo estaba en la Tierra. Así se presentó la mañana sin que alguien hubiese tenido la impresión de haber dormido demasiado poco. De buenos ánimos todos nos fuimos a la playa donde durante un buen rato observamos a los pescadores que, a pesar de estar muy aplicados con sus barcas, tenían poco éxito con la pesca.
2. Algunos de los pescadores volvieron a la costa donde dijeron a Kisiona: «Señor, ¡hoy tenemos una pesca muy escasa! Porque ya estamos pescando desde la media noche, pero el viento del este tan fatal empuja los peces hacia el fondo del mar, ¡y ahí no hay remedio!».
3. A eso Kisiona los preguntó cuánto ya habían pescado.
4. «Algunos pequeños barriles ya habremos llenado, pero ¿qué significa esto para cuarenta barcas de pesca?», respondieron los preguntados.
5. «Volved a salir y tirad nuevamente las redes», les respondí, «¡porque vale más pescar cuando sale el Sol!».
6. Como estos hombres no me conocían, dijeron: «Amigo, ¡esto lo sabemos muy bien! Pero aun así con este viento del este tan violento ahí no conseguiremos mucho. Aunque para nuestro trabajo todos los vientos sean adversos, pero el viento del este es el más desfavorable, ¡sobre todo en el invierno!».
7. Pero Yo les insistí: «¡Haced lo que os dije, porque haréis una pesca abundante!».
8. A eso volvieron a salir con sus barcas y dijeron esto a los otros pescadores. Estos se encogieron de hombros, pero cuando se enteraron que así también era la voluntad de Kisiona, de todos modos hicieron la redada - y consiguieron una cantidad de los mejores peces más preciosos que casi se rompieron las redes; de modo que necesitaban tener mucho cuidado para llevarlos todos a los grandes depósitos. Se comprende que los pescadores se admiraron mucho porque nunca habían hecho una pesca tan abundante. Más tarde Kisiona los informó Quién había dado motivo para esto. Y todos acabaron por tener fe en mi Nombre, aunque algunos de los pescadores ya me reconocieron como Hijo del carpintero José.
9. Y así se pasó la mitad del invierno con varias enseñanzas y pequeñas acciones útiles, donde no vale la pena mencionarlas porque generalmente se referían al bien de la vida terrenal común.
10. Cuando algunos días después llegó María -la madre de mi Cuerpo-, sucedió poco que habría sido conveniente anotarlo, aparte de que ella era sumamente feliz por volver a verme personalmente, y porque los discípulos le contaban mucho de lo que Yo había hecho y hablado. Pero todo esto ella lo grabó profundamente en su corazón, pues pensaba, quería y actuaba de acuerdo con ello. También los dos hijos mayores de José vinieron a Kis, para construir una casa, en lo que Yo mismo naturalmente los apoyé con Palabras y Hechos.
11. De esta manera se acercaban las fiestas de la Pascua, por lo que muchos comenzaron con los preparativos para visitar Jerusalén.
12. Kisiona me preguntó si también Yo iba a visitar Jerusalén.
13. Y Yo le respondí: «Conforme mi Promesa iré allí sin dejarme ver en las festividades, y mucho menos aún en el Templo; y en breve volveré a Galilea para reiniciar mi Misión».
14. Dijeron los neo-griegos: «Si Tú, Señor, a pesar de todo te dejaras ver en el Templo para hacer un discurso idéntico al aquel del año pasado, ¡tal vez muchos templarios aguzarían el oído y creerían en Ti - como nosotros!».
15. «¡No os preocupéis de esto!», les respondí, «porque aún enseñaré muchas veces en el Templo. Pero de los fariseos, escribas y doctores de la ley actuales, ninguno aguzará el oído a favor de su propia bienaventuranza. Al contrario, ¡todos intentarán a prender y matarme! Pero para esto aún no ha llegado mi hora; pues sé muy bien lo que debo hacer».
16. Con esta explicación todos estaban contentos, y por eso ya no hicieron más preguntas en este sentido.
17. Antes de nuestra salida a Jerusalén había apenas un episodio que aún merece ser mencionado: la vuelta de Judas Iscariote.
1. Todos estaban confiados que este discípulo ya no iba a volver, dado que durante la mitad del invierno no había hecho acto de presencia a los conocidos. Pero de repente se presentó, precisamente cuando nosotros estábamos almorzando con buenos ánimos. Nos saludó a todos muy cordialmente, y Kisiona enseguida le invitó a la mesa, lo que el discípulo aceptó con mucho gusto.
2. Kisiona, hombre muy amable y sincero con cada uno, se dirigió a él preguntándole por su familia y lo que había hecho en casa.
3. Y el discípulo se puso a explicarse acerca de las ventajas que había obtenido para sus familiares a través de los trabajos artesanos de él -en tan poco tiempo- sobre todo por haber elaborado para unos señores de renombre varios encargos de bajillas para la cocina y la mesa, y que estos le han pagado de manera tan abundante que su casa y su familia estaban muy bien abastecidos durante varios años. - Y contó aún más cuentos inimaginables.
4. A eso los demás discípulos perdieron la paciencia, y el propio Pedro, en general muy callado, al final le dijo: «Oye, si de tu relato sólo la mitad fuera verídica -lo que dudo- entonces deberías ser casi tan rico como nuestro amigo Kisiona, ¡y no veo cómo es posible que te hayas decidido a volver a nosotros e igual pretendes a continuar en nuestra compañía! ¿No sería más conveniente si te quedaras en tu casa para hacerte aún más rico?».
5. «¡Esto no lo comprendes!», respondió Judas Iscariote. «Una vez que estoy con el trabajo, ¡me gusta estar muy aplicado! Sin embargo, ¡no puedo evitar que a pesar de toda mi aplicación al trabajo el recuerdo de los hechos experimentados aquí me aparte del taller y me empuje hacia vosotros para ahí oír y ver aún más! ¡Pues no soy tan ignorante como vosotros, hermanos, juzgáis! Y si lo fuera, ¡seguro que ahora no me encontraría entre vosotros! Pero se me antojaba mucho estar con vosotros, ¡y más aún con nuestro Señor! De modo que tenía que marcharme porque me sentía como atraído por un poder invisible... ¡He aquí estoy! Pero si os caigo intempestivo sólo hace falta que me lo digáis - sobre todo el Señor, y ya volveré allí de donde acabo de venir. ¡Y aun así continuaremos siendo los mismos buenos amigos!».
6. «Oh no, ¡esto nunca lo haremos!», dijo Pedro. «¡Porque si quieres, puedes quedarte con nosotros como antes! Lo que te reprendemos es tu falta de consideración en cuanto a la Omnisciencia manifiesta de Dios. Pues nos plantas una gruesa mentira referente a tus grandes lucros obtenidos, sabiendo por el Señor que jamás una mentira debería pasar por nuestros labios. Como esto no te puede resultar desconocido, ¿cómo puedes mentir con toda la barba, dado que igual que nosotros eres elegido por el Señor, como apóstol, como nosotros?».
7. Dijo Judas Iscariote: «¿Cómo me puedes probar que yo haya mentido?».
8. ¡Muy fácilmente!», respondió Pedro. «¡Primero, mi alma fue iluminada por la Gracia del Señor, hasta el punto de saber si alguien falta a la verdad o no. Y segundo -lo que ahora mismo acabo de percibir por la Gracia del Señor-, dentro de poco se presentará una prueba palpable de tu mentira, tras la cual todos que ahora acaban de oírte verán confirmados claramente lo mucho que nos has mentido a todos nosotros - lo que por tu parte ha sido poco loable! Aun así tu bazofia no nos beneficia, ni nos perjudica. Conviene en tanto, que tú mismo reflexiones si tal actitud se justifica en la Presencia del Señor, ¡en el cual tú pretendías creer con fe como nosotros!».
9. A eso nuestro Judas se quedó desconcertado y ya no sabía qué responder a Pedro, pues se sentía afectado profundamente.
10. No tardó mucho y acudieron cuatro jóvenes a la casa de Kisiona para pedir limosnas. Según la costumbre de él, los hizo entrar en la sala. Se trataba de jóvenes casi adultos, vestidos de trapos miserables. Pero cuando Judas los divisó, giró su rostro para que no le reconocieran, porque se trataba de sus hijos más mayores: una niña y tres muchachos.
11. En seguida Kisiona los preguntó, quiénes son, de dónde vienen, quién es su padre y cómo se llama.
12. Los niños le dieron toda información, con lo que de su padre dieron un testimonio poco bueno.
13. Kisiona, entonces, les dijo que había oído que en este invierno precisamente su padre Judas había ganado mucho dinero por el celo en su oficio.
14. Pero los jóvenes lo negaron y respondieron: «Nuestro padre había preparado unas cuantas cosas para un mercado. Pero nada más llegar allí, fue enredado en una gran riña entre comerciantes griegos y judíos, en la que le rompieron toda la loza y vajilla. De modo que hemos vuelto a casa como mendigos desgraciados. Por eso nuestro padre se puso muy triste y nos abandonó con las palabras: ‘Niños, ¡ya no puedo hacer nada para vosotros! ¡Dirigíos a la gente misericordiosa y ya obtendréis algún apoyo! Yo volveré a juntarme con el Maestro milagroso del cual ya os he hablado tanto. Tal vez le conmoveré para que por lo menos os ayude a vosotros y a vuestra pobre madre - caso que ya no hubiera medio para ayudarme a mí’. Con estas palabras se fue, y también nosotros nos fuimos tal como nos ves aquí, para buscar una limosna para nosotros, para la madre y para nuestros hermanos todavía más jóvenes. Pero hasta ahora hemos conseguido muy poco. Por esto te rogamos a ti que te compadezcas de nosotros».
15. A eso Kisiona los preguntó: «¿Hace cuanto tiempo vuestro padre os abandonó?».
16. Y los niños le dijeron: «Ya deben haber pasado unos ocho días que ya no hemos visto al padre».
17. Acto seguido, Kisiona los llevó a otro cuarto donde hizo que les cambiaran la ropa, que se lavaran y que se les dieran a comer y a beber. Cuando los cuatro de momento estaban bien atendidos, daban a entender su aflicción por la miseria de su padre, por lo que en casa también la madre estaba muy triste, porque ignoraban el paradero de Judas.
18. Pero Kisiona los tranquilizó, afirmando que su padre de momento también se encuentra en la casa de él, bien atendido, y que dentro de poco iban a verle.
19. A eso los niños se quedaron sumamente felices y se quedaron tranquilos en su cuarto.
20. Pero Kisiona salió y se aproximó a Judas Iscariote para decirle: «Amigo, está lejos de mí el querer hacerte la menor reprimenda por tu fanfarronada -ya que eres un discípulo elegido del Señor-, pero suponiendo que tú me conoces como a lo largo y ancho todos que son pobres me conocen, ¿por qué no te dirigiste directamente a mí para explicarme tu situación tan afligida? Mira, ¡ahí tus hijos son mucho más sinceros que tú, pues son muy preocupados por ti -mientras que tú cuando ellos entraron, les volviste la espalda para que de ninguna manera te reconociesen los que te estaban buscando con tristeza! Yo, por lo menos, encuentro esto bastante extraño por tu parte. ¿Pero qué dices tú mismo ahora a todo eso?».
21. Con un suspiro profundo, Judas Iscariote dijo: «Ah, amigo, ¡con mis fanfarronerías por supuesto bastante inoportunos sólo quería adormecer mi corazón totalmente oprimido! Sólo que esto me ha causado un resultado perjudicial, pues el castigo acompañó mi maldad como una serpiente veloz, con lo que ahora me hallo cubierto de vergüenza ante todos... ¡Por eso, déjame ahora ir a mis hijos para que pueda consolarlos, y para que junto con ellos yo pueda desahogar mi dolor llorando!
22. Pero Yo le dije: «¡Ahora aún no! Confórtate primero y, en el futuro, ya no pronuncies mentiras ¡porque de lo contrario te sucederán cosas aún peores!».
23. A eso Judas Iscariote siguió mi Consejo, pues empezó a comer y beber. Todos volvieron a hablar amablemente con él y Kisiona le prometió cuidar de los hijos. Pues estos no tenían culpa de la desdicha de él, sino más bien él como padre tenía la culpa de la miseria de sus hijos.
24. Así este asunto quedó resuelto de buena manera, y aquí sólo fue mencionado para demostrar la verdadera índole del apóstol Judas Iscariote.
1. También mi propia Madre terrenal pronto se dirigió a Judas Iscariote y le dijo: «Si tú continúas así y nunca cambias tu ánimo, entonces tu fin será un horror para muchos, perdurando en el recuerdo hasta la época final de esta Tierra. ¡Por eso cuida para que en el porvenir puedas perdurar ante los Ojos del Señor! ¡Nunca tuve buenos sueños con tu persona y ahora también sé el porqué! Por eso te repito: ¡Cuida que perdures ante los Ojos del Señor!».
Todos los discípulos grabaron estas palabras profundamente en sus corazones.
3. Después del almuerzo visitamos aún el hogar de María y su vivienda establecida por Kisiona; y todo se hallaba en el mejor orden. Allí había también una pequeña escuela donde María enseñaba cosas útiles a los niños pobres, motivo por el que era muy apreciada por todo el alrededor. También curaba muchos dolientes imponiéndoles las manos en mi Nombre y rezando por ellos. De modo que ella también era una Bendición para la región, y para Kisiona era una verdadera joya.
4. El día siguiente, un jueves unas tres semanas antes de la Pascua, nos despedimos de Kisiona con la promesa de volver a visitarle pronto. En seguida él mandó que nos preparasen uno de sus mejores navíos, en el que después del desayuno partimos con un viento favorable. Kisiona, Filopoldo y María nos acompañaron más allá del mar hasta la costa del Mar de Galilea, donde el Jordán desemboca para el lado izquierdo, para dirigirse al Mar Muerto a través de un largo valle en dirección del Éste. De allí se sigue por una buena entrada para Jerusalén, de la cual hoy en día no se descubre nada más, lo que también ocurre con todos los lugarejos de aquella zona, por cuanto el Mar de Galilea hoy está reducido por más de una tercia parte.
5. En el desembarcadero había un puesto de aduana donde se debía pagar una pequeña tasa, pero eso sólo cuando se llevaba algo para vender. De modo que desembarcamos, bendijimos a los que nos habían acompañado y proseguimos nuestro camino, ligeros, sin parar hasta altas horas de la noche. Alcanzamos por fin la casa del conocido hospedero que todavía despierto porque tenía algunos huéspedes.
6. Cuando llegamos y el hospedero nos reconoció, él estaba lleno de alegría y puso toda la casa en movimiento para que nos sirvieran, pues nada habíamos comido desde la mañana. Como también estábamos bastante cansados por la caminada, ya teníamos ganas de descansar. Por eso, sin demora, el hospedero mandó a sus empleados que nos preparasen una cena; y mientras estábamos esperando, nos relató muchas historias acerca de lo que había sucedido durante mi Ausencia - entre otras cosas también que el buen Lázaro, había tenido un fuerte enfrentamiento con los templarios, por lo de los labradores que Yo le había encaminado desde Belén.
7. Dijo el anfitrión: «Los fariseos aún insistieron e hicieron todo lo posible para conquistar los labradores a su favor, pero estos se enfrentaron a los templarios incluso con amenazas - caso que no los dejasen en paz. Sorprendidos con esta actitud, los del Templo acusaron a Lázaro de haber instigado sus labradores secretamente contra los templarios, ¡con lo que estos denunciaron a Lázaro formalmente ante el gobernador romano! Este convocó a Lázaro para averiguar qué, en realidad, había sucedido; y después el gobernador abrió el interrogatorio con todos los trabajadores, y eso uno por uno, individualmente. Ahí se demostró que Lázaro y los labradores eran exentos de toda culpa. Y, en secreto, los templarios fueron avisados que en adelante a Lázaro y sus labradores los dejen en paz porque Lázaro ahora era ciudadano predilecto de Roma. Caso esas ordenes no fuesen respetadas, él recibiría un pelotón de soldados para su protección... Esto surtió su efecto; pues ya hace seis semanas que los templarios han dejado a Lázaro en paz; sin embargo, que íntimamente se hayan hecho amigos suyos, ¡esto lo dudo!, aunque siempre le ponen una cara amable, asegurándole que este asunto tan amenazador para ellos sólo lo habían presentado al gobernador por estos labradores y de ninguna manera por él. De modo que Lázaro ahora por lo menos está de buenas con los templarios, por lo menos aparentemente».
8. Dije Yo: «Yo sabía muy bien que esto iba a suceder, pues también podría haber sido más conflictivo, caso que la situación hubiese perdurado por algunas semanas más. Porque entonces entre los templarios y los labradores habría estallado mucha violencia; pero como Yo lo vi venir, por mi Voluntad lo evité. Por supuesto, los siervos del Templo alimentan ahora un rencor oculto contra Lázaro; pero esto no importa, pues alimentan el mismo rencor para con todos los romanos, griegos, esenios, samaritanos y saduceos - un rencor que es semejante a un tonto que se indigna frente a un gran río porque no encuentra un puente para cruzar el río para llegar a la otra orilla mucho más preciosa. Pero a pesar de toda rabia del hombre ignorante, el río continúa siendo el mismo... Y la misma situación se da con la ira y el rencor de los templarios, pues estos parecen al retorcimiento de un gusano en el polvo en contra de los pasos de los camellos que pasan. - ¡Pero ahora dejemos este asunto y tú, caro amigo, ve si pronto nos llegará algo para cenar!».
1. Con toda prisa el hospedero se fue a la cocina. Como todo ya estaba listo, en seguida lo sirvieron y comimos y bebimos con gran satisfacción.
2. Los demás viajantes venidos de Galilea, Grecia, Samaria y otros países -acostumbrados a pernoctar en este albergue por ser su dueño muy concienzudo- en seguida se enteraron de mi Presencia, pues ya habían oído mucho de Mí. Por esto se dirigieron a la servidumbre y preguntaron si era posible hablar Conmigo. De modo que uno de los servidores presentó este pedido al patrón que estaba conversando con nosotros.
3. Pero el hospedero respondió al servidor: «A eso no puedo responder ni con sí ni con no, porque este Señor es un Señor Único, y sólo debe suceder lo que corresponde a su Voluntad».
4. Pero Yo respondí al hospedero: «Entre los viajantes también se encuentran cuatro magos de Egipto, nacidos en Persia cerca de la frontera de la India. Tres de ellos son maestros en la magia, ya ancianos, mientras que el cuarto es apenas un discípulo. Su gran séquito se encuentra en otros albergues, pues sólo trajeron algunos sirvientes con ellos. Hace varios años que estos magos en Egipto hacen de las suyas. A estos les podéis permitir que entren, para tantearles el vado y descubrir de qué índole son».
5. En seguida el hospedero se fue al cuarto en que se encontraban los magos y les transmitió este recado.
6. Estos se mostraron muy contentos con esta invitación, porque ya habían oído hablar de Mí más allá de las fronteras de Canaán. Acto seguido se levantaron y siguieron al anfitrión. Como ya eran ancianos respetables, cuando llegaron a Mí se inclinaron con mucho respeto y me saludaron respetuosamente según su hábito. Como sabían el hebreo, también los discípulos los comprendieron muy bien.
7. En seguida Yo les dije: «Yo mismo soy Aquel a quien deseáis conocer de cerca. Pues, ¡sentaos juntos con nosotros y sólo entonces ya nos entenderemos un poco más de cerca!».
8. De modo que los magos se sentaron a la mesa juntos a Mí, y Yo les dije: «Ahora decidme francamente cuáles son vuestras magias y hechicerías, entonces también Yo os diré lo que hago. ¡Tal vez nos podremos ser muy útiles mutuamente!».
9. Acto seguido los magos se inclinaron, y uno de ellos dijo: «Maestro, ¡he aquí nuestro sabio más anciano y más sabio, cuyo nombre es Hahasvar (Protector de los astros)! ¡Él hablará por nosotros! Ya cumple tres veces treinta años. Yo sólo cuento ochenta y el que está a mi lado tiene setenta años. Y en los astros está escrito que a partir de ahora, cada uno de los tres aún tendrá que vivir treinta años más. Yo me llamo Meilizechiori (Tengo la facultad de medir el tiempo), y el nombre de este vecino mío es Oulitesar (Tiene el poder de imponer su voluntad). El cuarto de nosotros es todavía muy joven y no tiene nombre determinado; pues todavía es un apóstol... Bueno, ¡paso la palabra a nuestro más anciano!».
10. Entonces este comenzó: «Hace treinta años que los tres ya habíamos estado una vez aquí, llegando del Extremo Oriente por un camino muy lejano. Nos había despertado una estrella especial, pues en la escritura de los astros constaba escrito: “En el Extremo Occidente al pervertido pueblo de Dios ha nacido un nuevo Rey. Su madre carnal es virgen y jamás fue tocada por hombre alguno; porque el Niño en ella fue engendrado por el Poder del Gran Dios. Y su Nombre será grande entre todos los pueblos de la Tierra. Él fundará un Reino en el que reinará eternamente como Rey todopoderoso. ¡Y felices serán todos los que vivirán en su Reino porque la muerte ya no tendrá poder sobre ellos!”.
11. Así informados, partimos, siguiendo la trayectoria de la estrella. Y, realmente, en Belén en un viejo corral de ovejas encontramos una criatura recién nacida en sorprendentes condiciones, a la cual ofrecimos nuestras dádivas. Como planificado, queríamos volver a nuestra patria vía Jerusalén. Pero en el sueño un espíritu luminoso nos advirtió que siguiésemos por otro camino y que al maldadoso soberano tampoco descubriésemos la presencia del nuevo Rey recién nacido. Con eso también cumplimos. Pero todavía hasta hoy, a pesar de todas nuestras indagaciones, ignoramos lo que sucedió a aquella criatura milagrosa.
12. De personas mayores aprendimos que por parte del cruel tetrarca Herodes en Belén había sido organizado un enorme infanticidio por lo de aquel Rey recién nacido, donde todos los niños entre uno y dos años de edad fueron asesinados por la espada. Pero entendimos que los padres con el niño prodigioso, a tiempo, habían huido para Egipto, escapando de la furia sanguinaria del tetrarca loco. Durante varios años procuramos conocer el paradero del mismo Niño y Rey, pero sin el menor éxito...
13. Sólo hace bien poco nos enteramos en Memphis, que en Galilea haya surgido un gran taumaturgo que realiza milagros nunca observados en esta Tierra, y que a la vez profiere enseñanzas tan extraordinarias, que ante estas los más sabios del mundo deberían esconderse. Dicen que mucha gente le aprecia pues supone que Él evidentemente debe ser Dios mismo, porque de lo contrario, sus acciones serían totalmente inexplicables.
14. Llevados por estas noticias, volvimos precisamente a aquí a Canaán, o a toda la Judea, para coincidir con tal Hombre extraordinario, y esto por dos motivos: primero, para asegurarnos personalmente de todo. Y, segundo, para escudriñar si existe una relación entre tal Hombre y aquella criatura de Belén.
15.- Aunque este Hombre milagroso aún no sea un Rey, poca importancia tiene; pues somos apenas sabios, astrónomos y magos especiales por el conocimiento de las fuerzas de la naturaleza, pero ante los ojos ciegos de la humanidad constamos como magos extraordinarios -con lo que también somos regentes con tierras y muchos pueblos en las altiplanicies extensas de Persia; con lo que no tenemos que temer enemigos pues somos respetados por todos los soberanos vecinos que nos tratan con gran deferencia, en vista de nuestro poder oculto. ¡Aún así nuestro poder es totalmente natural que cualquiera podría aprender; tanto más este hombre tan famoso de la Judea podría ser un Rey, dado que por la simple Voluntad, puede diezmar montañas y rocas, resucitar los muertos y mandar a los elementos!
16.- Esta mañana llegamos aquí en esta región, y ya preguntamos por aquel Hombre. Nos informaron que Él hace poco tiempo ya actuaba en esta zona, y que evidentemente dentro de poco debía volver. Y ahora, ya de noche, corre de boca a boca el rumor de su llegada con los discípulos.
17. Ahora, buen Maestro, podrás imaginarte con qué ansias hemos deseado poder reconocer en Ti a aquel Hombre del cual hemos oído tantos prodigios, ¡y luego preguntarte con máxima sumisión si realmente has surgido de aquel niño prodigioso que nació en Belén!».
1. Dije Yo: «Todo esto está muy bien y loable de vuestra parte. Pero por otra parte se decía que los mencionados sabios que habían visitado aquel Niño milagrosa en Belén, unos quince años después ya hayan muerto. ¿Cómo es posible que vosotros que sois estos sabios todavía viváis y en todo el mundo hacéis de las vuestras?».
2. Respondió el mayor de ellos: «Noble amigo, con nosotros en nuestro país se puede morir hasta siete veces y, en seguida, ser reavivado y continuar viviendo. Esto es posible en virtud del aire, de la Tierra y de sus espíritus, y también de las hierbas milagrosas en conjunto con nuestro poder, extraído de las fuerzas ocultas de la naturaleza.
3. Cuando en aquella época estuvimos en Belén abrigábamos tres espíritus de la era primitiva de esta Tierra. Estos ahora ya no están en nosotros y tampoco ya están en contacto con nosotros, pues somos totalmente solos y libres.
4. En el momento en que estos espíritus nos abandonaron, dábamos la impresión de haber fallecido; no obstante, nuestros propios espíritus volvieron a vivificarnos, con lo que por algún tiempo aún volvemos a vivir por nosotros mismos. Incluso cuando nuestro cuerpo se haya quedado totalmente inutilizable, no moriremos como las pobres criaturas de este país, sino que en plena consciencia saldremos voluntariamente de nuestros cuerpos físicos para continuar viviendo y, como espíritus, surtir efecto entre nuestros semejantes. Ves, noble y gran Maestro, ¡así están las cosas con nosotros, dado que todavía somos un pueblo natural primitivo e incorrupto!».
5. Dije Yo: «Esto lo sé muy bien, y también sé que en esta Tierra aun existen algunos más pueblos como el vuestro. Y tengo absolutamente nada en contra. Pues incluso admito que vosotros seáis aquellos tres sabios del Lejano Oriente que en Belén habían visitado a aquel Niño milagroso recién nacido en un viejo corral de ovejas. Y que ahora hayáis venido aquí para volver a ver al Rey surgido de este Niño milagroso para demostrarle vuestro respeto, ¡esto es un acto indudablemente muy loable de vuestra parte!
6. Pero también os pregunté qué artes y obras acostumbráis hacer en vuestros largos viajes y qué beneficios os producen. Es preciso relatarlo para que al menos estos discípulos míos también puedan aprender algo lucrativo de vuestra parte. ¡Y después ya os comunicaré algunos detalles acerca de Mí mismo!».
7. Dijo el más anciano: «Gran Maestro, si realizas todo lo que hemos oído de Ti, tus alumnos no podrán aprovechar mucho de nuestra parte; pero ya que lo deseas así, te puedo comunicar la cuestión principal. Lo más importante consiste en que de las estrellas predecimos cosas útiles a los seres humanos, las que en la mayoría también suceden. Pero para hablar con sinceridad, la cuestión depende más de la construcción artística de las palabras que de la posición de las mismas estrellas que, con excepción de los pocos planetas, siempre es la misma.
8.- Solamente cuando se trataba del nacimiento de la milagrosa criatura judaica -cuando nosotros aún nos hallábamos en cierta medida ocupados por los mencionados espíritus-, en dirección del Occidente descubrimos estrellas de posiciones muy extrañas, y una estrella de tamaño especial provista de una gran cola. Percibiendo que su movimiento hacia el Occidente era más rápido que él de las demás estrellas, presumimos que debía haber sucedido algo extraordinario en el Occidente. Y pronto lo leímos en las estrellas como en una escritura: “¡Nació un nuevo Rey para los judíos que fundará un Reino eterno que nunca tendrá un fin; y Él reinará sobre todos los pueblos de la Tierra!”.
9. De modo que esta escritura era absolutamente verídica, por lo que nos pusimos en el camino, siguiendo el movimiento de la estrella que nos parecía pararse en determinado punto, donde encontramos realmente un nacimiento destacado de mucha clase de milagros, de modo que no podíamos tener la menor duda de haber llegado al lugar correcto. Allí, evidente, nuestra astrología era llena de verdad; pero hasta qué punto las posteriores interpretaciones eran verídicas o no, francamente, esto no podemos confirmar. - De modo que así van las cosas de nuestra sabiduría acerca de la astrología.
10.- Y en lo que se refiere a nuestra magia, esta está dividida en tres partes: la primera resulta del conocimiento obtenido por muchos ensayos y experiencias a base de la naturaleza. Esto nos facilita realizar miles de cosas que a la humanidad ciega e ignorante tienen que despertar una gran admiración y proporcionarnos una buena ganancia.
11. Actualmente poseemos un secreto para producir una especie de granos fácilmente incendiables. Al encender estos granos en un lugar cerrado, estos producen una fuerza espontánea que hace que la roca más rígida se estalle en mil fragmentos, produciendo un enorme estruendo - eso, si en esta roca por un orificio antes preparado se ha colocado varias libras de mencionados granos, y si luego se las ha encendido mediante un pabilo no visible. Ahí, ante el pueblo, damos a entender que ordenamos a la roca que se diezmara; pero en realidad esto sólo lo produce la carga explosiva que algunos días antes depositamos en un lugar adecuado, a escondidas.
12. De este género aún tenemos cantidad de cosas que despiertan estupefacción entre los incautos. Ahí forman parte los fuegos artificiales, donde sabemos imitar perfectamente los rayos y sus efectos.
13. La segunda parte es simplemente cosa de mecánica, pero lleva a los legos a la admiración por los efectos de los mecanismos cuya causa está desconocida, y aparte de nosotros nadie es capaz de explicarlos.
14. La tercera parte de nuestra magia es realmente fútil, dado que está realizada por convenios secretos previamente establecidos; y aun así ante el pueblo ciego causa casi la mayor sensación, a pesar de que detrás de todo esto en realidad sólo se oculta cierta habilidad y soltura de la habla. - He aquí nuestras tres partes mágicas...
15. Pero al fin de las cuentas también somos médicos y, con la mejor conciencia, podemos curar muchas molestias por medio de remedios ocultos. Podemos exterminar toda especie de insectos nocivos, y todos los animales feroces tienen que huir delante de nosotros. o sea que se dejen domesticar por nosotros - una facultad con la que ya hemos hecho grandes servicios a los seres humanos. Gran Maestro, ¡de modo que este es el resumen de nuestras artes, totalmente descubierto ante Ti! Con lo que ahora también te pedimos que nos des una información más detallada sobre Ti».
1. Dije Yo: «Vuestro arte -en la medida en que para los experimentos os sirváis de las fuerzas de la naturaleza, de la mecánica y de remedios curativos- en sí es bastante bueno; y con el tiempo allí pueden producirse grandes ventajas mundanas para los seres humanos. Pero todo lo que ahí se produce en el ámbito de los hombres más bien como artificio lucrativo, ¡es malo y no es del agrado de Dios, el único Señor ante todo mundo y toda criatura - como en cierta ocasión ya se lo había dicho y demostrado a los esenios que practican algo muy parecido! Aun si la finalidad fuese buena, pero si sólo se pudiera conseguirla mediante mentiras y medios tramposos, por tanto nocivos, jamás podrá ser bendecida y benéfica.
2. Demos un ejemplo: Existe un hombre gravemente enfermo y los mejores médicos no son capaces de aliviarle sus dolores. Uno de ellos sugiere a los demás dar al enfermo una dosis de veneno de acción rápida, para librarle de su sufrimiento. Dicho y hecho, y el enfermo muere instantáneamente. Pues sí, los médicos consiguieron liberarle realmente de todos sus dolores, pero le habían matado sin deliberar por qué Dios le habrá mandado tal enfermedad, y cuál será ahora la situación de su alma en el Más Allá. Siendo así, ¡el medio fue nocivo, con lo que ahí nunca podrá surgir un efecto realmente bueno!
3. Ved, ¡lo mismo sucede con todos los milagros ficticios declarados como efectos divinos! Y aunque estos estén acompañados de buenas enseñanzas morales para el bien del prójimo, en el fondo no intentan algo de bueno. Además, en el ánimo del pueblo despiertan la credulidad inevitable, a base de esta toda clase de superstición y, al final, el odio fanático a todos que tengan una creencia distinta. Y caso que mediante alguien de un poco más de clarividencia llegasen a descubrir el fraude, probando que el supuesto milagro divino no ha sido más que un torpe proceso natural, entonces también apostataran de todas las enseñanzas ahí basadas - en si benéficas. Pero como ya no creen nada, ante sus profesores y taumaturgos se convierten en tigres e hienas.
4. De ahí se puede fácilmente deducir que a través de un medio nocivo nunca puede ser posible lograr un buen efecto. Porque si el soporte es débil y frágil, ¡¿cómo podrá perdurar sobre él un edificio perfectamente sólido?!
5. En un suelo arenoso y suelto no es posible construir un castillo poderoso. Y del mismo modo, sirviéndose de medios falsos, nunca se podrá lograr una verdadera educación cada vez mejor y más viva del ser humano.
6. Incluso los estados mayores de esta Tierra5, delante de los cuales en otros tiempos se estremecía la mitad del orbe, finalmente se deshicieron como paja frágil, porque el fundamento sobre el que estaban construidos en sí no era más que un artificio fútil y frágil.
7. Por esto descendí de lo Alto a esta Tierra, a fin de demostrar y dar a los hombres la plena Verdad en todo. Y aquel que permanecerá y vivirá en esta Verdad aceptándola como norma de Vida, él será realmente libre y llevará en sí la Vida Eterna que nunca podrá ser lograda por cualquier artificio fútil y frágil, sino únicamente por la Verdad más pura e íntegra.
8. Y precisamente en esto consiste el Reino que Yo ahora estoy fundando: Es un Reino del Amor, de la Luz y, como efecto de ambos, de la Verdad más pura e íntegra. Se supone que su soberano nunca ocupará un trono terrenal, y tampoco llevará en su mano un cetro de oro. Y nunca llevará otra arma que únicamente la Verdad, pero aun así esta le proporcionará la victoria mas gloriosa y eterna sobre todos los pueblos y las criaturas de la Tierra. ¡De modo que feliz aquel que se dejara vencer por esta arma pura y celestial!
9. Y sólo ahora también os digo que Yo soy el mismo a quien buscáis, a quien como Niño recién nacido ya le habéis rendido honra.
10. Pero más allá de esto también afirmo que a partir de ahora ya no aceptaré homenajes por parte de los seres humanos, porque existe Uno que es Uno conmigo, y únicamente Él me honra -pues se llama: Amor, Luz, Verdad y Vida. Él es la Base original de todas las cosas, es el Ser eterno y la Vida misma, y todo lo que existe surgió de Él. - ¿Sabéis ahora a qué ateneros?».
1. Dijo el mayor de los ancianos, compenetrado de la Verdad de mis Palabras: «¡Gran Maestro! Mediante tu elucidación llena de Luz deducimos nítidamente que debes ser más que simplemente un ser humano: pues nunca oímos a nadie hablar de una manera así de convincente, pues estas Palabras surten más efecto que mil de los milagros más maravillosos, los que seducen por cierto tiempo, pero pronto endurecen y ciegan los corazones. Es por eso que tampoco ya te pedimos otra prueba. ¡Para nosotros tu Palabra es suficiente, pues sabemos lo que nos conviene hacer en el futuro. y en adelante nuestro pueblo ya no andará en tinieblas!».
2. Dije Yo: «Esto, de vuestra parte, estará bien hecho; pero aun así todo lo Bueno y Verdadero requiere su tiempo. ¡Por eso, en vuestras actividades honestas debéis actuar con la debida prudencia! Porque una vez que un pueblo esté ofuscado, no puede soportar una súbita Luz deslumbrante sin que esta cause daño a su vista. Pues el pueblo llega a hacerse como maniático, huyendo toda Luz y buscando sombra y noche. Por esto, al inicio, la Luz debe ser aplicada poco a poco, a fin de que las criaturas se acostumbren a la misma. Y, en la medida en que pase el tiempo, ya soportarán incluso la misma Luz tan intensa delante de sus ojos. Ya que sois reyes sabios del Oriente, también tenéis que respetar fielmente esta enseñanza, ¡caso que realmente queráis llegar a ser verdaderos benefactores para vuestros pueblos!».
3. Dijo el anciano: «También esto nosotros y nuestros discípulos lo observaremos fielmente, porque vemos que en todo tienes toda razón. Pero lo que todavía quisiéramos saber
5. Atlántida de Ti es qué ocurre con aquellos espíritus que nos guiaron a la ocasión de tu Nacimiento milagroso, porque percibimos nítidamente que nosotros no éramos ellos, y ellos no eran nosotros. En cuanto ellos nos dominaban en nuestro interior, no era posible actuar dentro de nuestra voluntad, sino sólo podíamos hacer aquello que ellos querían, y a veces teníamos la impresión como si ellos fuesen nuestro propio “yo” más noble. En tales momentos, también éramos muy sabios y sólo así pudimos también conocer las fuerzas íntimas de la naturaleza y su aplicación. Pero tan pronto que estos espíritus volvieron a abandonarnos nos quedamos tontos como antes, sin comprender cómo llegamos a tales conocimientos. Todo conocimiento actual más profundo nos fue trasmitido por aquellos espíritus, los que también veíamos en sueños videntes. - Según tu Sabiduría, ¿cuál es tu Parecer al respecto?».
4. Respondí Yo: «Por eso, en vuestro caso, esto es nada de especial. Porque todas las personas ya de por sí de una índole algo mejor, por parte de espíritus a veces reciben instrucciones en diversas ciencias espirituales y naturales, de manera más o menos perceptible. De modo que esto también era el caso con vosotros - ya algo más perceptiblemente .
5. Cuanto más simples, más de manera natural y más introvertidos vivan los seres humanos donde sea en el mundo, tanto más intensivamente también estarán en contacto con los buenos espíritus del Más Allá. De modo que esto también era el caso con vosotros.
6. Pero cuando más tarde por vuestros muchos viajes emprendidos os hicisteis más mundanos, vuestros espíritus que os enseñaban y guiaban finalmente os abandonaron, y os entregaron al criterio de vuestro propio reconocimiento, vuestra razón, vuestro intelecto y vuestra voluntad totalmente libre. Aun así ahora aún despertaron en vosotros las ansias de buscarme, con lo que también me encontrasteis. Pues de esta manera los tres espíritus se han ocupado muy bien para vosotros mismos, para vuestros hijos y vuestros pueblos.
7. En otros tiempos estos espíritus también habían vivido en esta Tierra, representando una gran importancia para la humanidad actual; pero en el Más Allá todas estas diferencias terrenales como “grande” y “pequeño” dejan de existir totalmente. y también el último hombre de esta Tierra será igual al primero, dando por hecho que haya reconocido la Voluntad de Dios y que haya actuado dentro de sus Mandamientos y su Orden.
8. La Voluntad de Dios para todos los seres humanos reza: ¡Reconoce a Dios, ámale por encima de todo, y ama a tu prójimo como a ti mismo! Sé verídico y fiel ante cada uno, y lo que tú quisieras que se te haga con razón, esto hazlo también a tu semejante. ¡Entonces habrá paz y unión entre vosotros, y la Bendición de Dios se extenderá sobre vosotros como una auténtica Luz de Vida!
9. ¡Que esto de momento os baste, porque de esto ya os resultará todo lo demás y también más sabiduría! Ahora podéis ir a descansar porque ya es más de medianoche».
10. Los magos me agradecieron y me pidieron permanecer el día siguiente en mi Compañía, lo que les concedí de buen grado. Y en seguida todos fuimos a descansar.
11. Cuando a la mañana nos despertamos muy temprano, un buen desayuno estaba ya preparado; y nuestros tres sabios ya me esperaban con las mayores ansias del mundo para volver a ver y también a hablarme, porque habían tomado mis Palabras muy a pecho.
12. Cuando con todos mis discípulos estaba tomando el desayuno, y Yo estaba charlando lo uno y lo otro con el anfitrión, entonces los sabios ya estaban escuchando en la puerta. Pero como sólo oían hablar de cosas terrenas de menor importancia, conjeturaron entre ellos: «¡Hoy Él no da muestras de Sabiduría divina, pues Él debe ser polifacético en su Saber! De modo que ahora mismo ahí no demuestra mucha Sabiduría divina».
13. Cuando todavía estaban deliberando de esta manera, de repente entró un hombre gravemente enfermo en la antesala. Se trataba de un vecino del hospedero cuyos empleados le informaron de mi Llegada. Cuando me vio por la puerta abierta gritó: «¡Oh Jesús de Nazaret, verdadero Salvador! ¡Apiádate de mi y cúrame también a mí, porque ya lo hiciste a muchos!».
14. Entonces Yo salí y le pregunté: «¿Desde cuando ya sufres de tu artritis?».
15. Respondió el enfermo: «Señor, ¡desde hace siete años! Soportaba los dolores cuando aún no eran tan atroces, pero ahora han llegado a ser insoportables, por lo que pedí que me trajesen aquí».
16. A eso me dirigí a los sabios: «Bueno, dado que también sois médicos, ¿no pensáis a socorrer a este hombre mediante vuestra ciencia?».
17. Dijo el mayor: «Maestro, tales enfermos para nosotros constan incurables y no existe remedio que los aliviara. Si el Sol no puede curar a un artrítico, ¡entonces en todo el mundo no habrá recurso alguno!».
18. Dije Yo: «¡De modo que voy a ver Yo si realmente ya no hay manera de curarle!».
19. Acto seguido Yo dije al enfermo: «¡Queda curado y camina! ¡Pero no peques más, para que no te suceda cosa peor!».
20. A eso en el mismo instante el enfermo se curó, y sus miembros torcidos quedaron enderezados. - Lleno de alegría dio las gracias y se fue.
21. Los tres sabios se llevaron un gran susto e hicieron mención de adorarme de manera formal; pero Yo se lo inhibí. Después Yo y los discípulos fuimos a Betania, y los sabios a su vez se pusieron en el camino a su patria lejana.
1. No es preciso hacer mención de la alegría inmensa de Lázaro con mi Llegada. Pero ni siquiera pasaron tres días, y por los labradores todo el alrededor se enteró de mi Presencia, de modo que de día a día se presentó más gente que trajo enfermos que en seguida quedaron curados. Esto causó una gran sensación en los alrededores de Jerusalén, con lo que también llegó a los oídos de los fariseos, que pronto se pusieron a cavilar cómo pudieran capturarme y acabar conmigo.
2. Conciente de esto, el décimo día de mi Estancia en Betania dije a Lázaro y a los discípulos: «Volveremos a Galilea, porque los templarios traman contra Mí; y no quiero provocar escándalo, para que tu familia tenga la necesaria tranquilidad durante las fiestas. ¡Por eso aún hoy me iré de aquí!».
3. Decepcionado, Lázaro dijo: «Pero Señor, Tú que eres omnipotente, ¡también eres capaz de acabar con esta gentuza malvada con un solo pensamiento, lo que traería una gran satisfacción para los judíos de buena índole!».
4. «Esto Yo podría hacerlo fácilmente», le respondí. «Pero la Voluntad del Padre no es así, ¡porque estos deben actuar hasta que su medida malvada se haya colmado! Entonces es cuando el gran juicio caerá el sobre ellos; porque a causa de su despotismo que desborda todas barrieras, ellos mismos se clavarán la espada en el propio cuerpo. Pues en su orgullo se rebelarán contra los romanos que acabarán con ellos completamente. Te digo que no quedará ni una piedra sobre la otra, y sus descendientes no hallarán el lugar donde se encontraba Jerusalén.
Y aunque encontrasen algún rastro, no podrían asignarlo con certeza. Esto lo provocará el mundo - por causa del mundo... Pero aún no ha llegado el momento, y Yo tampoco he venido para destruir, sino únicamente para restablecer lo fracasado y buscar y encontrar lo perdido. Por eso vale más que durante una temporada me aleje de aquí, para que tú y Yo tengamos paz; pues pronto me buscarán aquí, pero vale más que no me encuentren».
5. A eso desayunamos y nos fuimos. Lázaro nos acompañó hasta a la oradilla del Mar de Galilea, seguido de una gran multitud. Como ya era muy tarde cuando llegamos allí,
pernoctamos en un albergue. El día siguiente Lázaro se despidió y, con su personal, regresó a su hogar.
6. Con los discípulos cuyo número ya llegó a más de setenta, Yo monté en un barco muy grande y crucé el mar, cerca de la ciudad de Tiberíades (Jn 6,1). Como el pueblo vio que Yo me fui, en seguida alquiló una gran cantidad de barcas para seguirme incesantemente, dado que se había fijado de los prodigios que Yo realicé en numerosos enfermos (Jn 6,2). Atracamos, pues, con todos los navíos que nos acompañaban, a una hora de distancia de aquella ciudad de Tiberíades, en un lugar despoblado, donde se elevaba una gran montaña.
7. Y Yo dije a los discípulos: «¡Subamos a este monte!, y a media altura voy a tomar un descanso sin que los que nos están siguiendo no descubran. Porque la gente de esta ciudad es de poco buena índole y aún menos tiene alguna fe, dado que son hombres de negocio, y lo único que les importa son el dinero y el lucro».
8. Acto seguido subimos al monte al lugar mencionado, muy pintoresco y cubierto de hierbas, óptimo para reposar. Allí Yo y los discípulos acampamos (Jn 6,3), y también las muchas personas que nos habían seguido cargadas con sus cestos de pan. La Pascua, fiesta principal de los judíos (Jn 6,4), ya estaba próxima, y era costumbre llevarse pan fresco, no fermentado, pescado frito, huevos y carne de carnero.
9. Allí me quedé durante 5 días, y durante estos teníamos comida y bebida suficiente; pues en nuestro lugar de descanso también había una fuente de agua buena y fresca. Pero cuando el quinto día la provisión quedó consumida, Pedro me llamó la atención la aglomeración creciente de personas y que estas ya no tenían para comer.
10. A eso alcé mi Mirada sobre la multitud y vi que muchos habían venido por Mí. Por eso a Felipe - griego convertido al judaísmo que generalmente era nuestro administrador de vez en cuando todavía un poco flaco en la fe, y le pregunté tanteándole: «¿Dónde vamos a comprar pan para tanta gente?» (Jn 6,5). Hablé de este modo para probar a este discípulo de poca fe, a pesar de que Yo sabía muy bien lo que Yo quería hacer (Jn 6,6).
11. Y nuestro discípulo mordió el anzuelo, pues me respondió con las palabras: «Nuestra fortuna consiste en doscientos peniques, y el pan que se consigue con esto no es suficiente para que a cada uno llegue un trozo» (Jn 6,7).
12. Dijo otro igualmente poco héroe en la fe, aunque sea hermano de Simón Pedro (Jn 6,8): «Señor, se halla aquí un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿que representa esto para tanta gente?» (Jn 6,9).
13. Dije Yo: «¡Traedme a este niño y procurad que el pueblo se agrupe en buen orden!».
14. Como había mucha hierba, en breve se acomodaron cerca de cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños (Jn 6,10). A eso tomé los panes, agradecí al Padre y los bendije. En seguida entregué los panes y pescados a los discípulos, avisándolos que a todos los que se habían acampado les dieran tanto pan y pescado como necesitaban para saciarse (Jn 6,11). Y todos comieron y se saciaron.
15. Como no podían comerse todo, dije nuevamente a los discípulos: «¡Id a recoger las sobras para que nada se eche a perder!» (Jn 6,12).
16. De modo que los discípulos tomaron los mayores cestos y recogieron lo que a los saciados había sobrado, es decir, lo que había sobrado de cinco pequeños panes y de los dos pescados (Jn 6,13).
17. Admirados, los discípulos exclamaron: «Realmente, ¡este alimento público sobrepasa los dos precedentes! - ¿Pero qué habrá que hacer con los doce cestos repletos?».
18. A eso Yo respondí: «Estos cestos pertenecen al pueblo que ya sabrá qué hacer con ellos. Nosotros no los necesitamos porque ya estamos saciados; y, aparte de esto, partiremos aún hoy para Cafarnaúm».
19. De modo que los discípulos entregaron los cestos a la multitud, y cada uno se llevó una parte. De modo que nadie podía quejarse de haberse quedado corto.
20. Como los hombres se enteraron del Milagro que Yo había realizado, dijeron: «¡Este es en realidad el profeta que debe venir al mundo (Jn 6,14)!. Si él es más poderoso que cualquier otro poder del mundo y más sabio que Salomón, ¡entonces parece que, sí, ha llegado el tiempo para que a la fuerza le coronásemos como rey nuestro!».
21. Como Yo, por supuesto, me enteré de su intención de convertirme en su rey, dije en silencio a Juan: «Ya has oído lo que el pueblo pretende; por esto, sin que me vieran, en seguida voy a subir algo más cerro arriba (Jn 6,15). Vosotros quedaréis aquí hasta la noche. Si la multitud se dispersa, volveré junto a vosotros; de lo contrario, dirigíos al mar. ¡Allí os esperará un navío que os llevará a Cafarnaúm, donde ya os alcanzaré!».
1. Todo esto Juan se lo tomó a pecho. Pero como sobre todo se ocupaba con las correspondencias espirituales, y en todas partes quería averiguar la causa, el efecto y la finalidad, aún me preguntó por el porqué de este milagro.
2. Y Yo le dije: «Que ante todo percibas profundamente el secreto del Reino de Dios. Por eso toma nota: Estas personas representan el mundo que había consumido toda su provisión de alimento espiritual. Únicamente con un muchacho sencillo todavía había una índole inocente y algo de una fe infantil - razón por la que con él había cinco panes de cebada y dos pescados.
3. Los cinco panes señalaban que sus cinco sentidos todavía eran puros e ingenuos, y por eso también su índole y su alma. lo que en seguida se manifestó por la gran alegría que le produjo el poder satisfacer mi Deseo. Los dos pescados -que representaban lo bueno del Amor y lo verdadero de la Fe. parecido al Calor vital del Amor, a un Fuego y una Luz de la Sabiduría vital- demostraban su fe infantil, su confianza y su dedicación. Al mismo tiempo su unidad y su pequeñez personal demuestran lo pobre que ahora entre los hombres mundanos está representado lo Bueno y lo Verdadero venidero de los Cielos.
4. Además, los cinco panes significan mi Doctrina para con los seres humanos. Parece ser mucho demasiado poca para toda la humanidad de la Tierra; sin embargo, ¡se multiplicará como estos panes! Pero aun así incluso para los más sabios por Mí adoctrinados y saciados en el espíritu, durante toda la eternidad continuamente sobrarán sabidurías cada vez más profundas a explorar y reconocer. Los doce cestos corresponden a las doce tribus de Israel, y estos a la Perfección Divina nunca alcanzable en todo.
5.- Esta, mi querido Juan, es la interpretación de este Milagro. Pues la voluntad de aquellas personas en querer hacerme un rey mundano, demuestra su tendencia verdadera, malvada y pervertida, porque desean llegar a ser un pueblo poderoso y temido, para abatir todos sus pretendidos enemigos - lo que sería totalmente contrario a la tendencia de mi Doctrina. Por eso me apartaré de prisa, ¡y vosotros haréis lo que os dije!».
6. De modo que detrás los discípulos me escondí en una arboleda, por la cual en seguida subí a la cumbre de la montaña; pues para Mí, enseguida hubo un camino bien arreglado, pero no para los que intentaban perseguirme. A eso el pueblo se dirigió a los discípulos, con la intención de responsabilizarlos de mi alejamiento.
7. Es así que Juan se adelantó y dijo: «Ya que vosotros sois muchos más que nosotros, ¿por qué no parasteis vosotros mismos al Señor? ¡Parad la tempestad y el rayo! ¡Ordenad las olas del mar cuando, revueltas, comienzan a tragaros! Yo que simplemente soy un discípulo, os transmito: ¡Más fácil sería imponer calma a los elementos en furia, que doblar la Voluntad del Hombre-Dios! ¡Por eso vale más que os dejéis orientar y no seáis tontos! Pues, ¿cómo pretendéis hacer rey mundano para los judíos a Aquel cuyo Espíritu es Señor eterno sobre todo lo que hay en el Cielo y en la Tierra? ¡A esta conclusión habríais podido llegar muy bien delante los muchos milagros que Él realizó ante vosotros! Sólo hace falta que Él quiera, y ya se realiza lo que es de su Voluntad. ¡Su Omnipresencia y su Omnipotencia no sólo llegan hasta aquí, sino que abarcan toda la infinitud; por esto no seáis insensatos sino recogeos, a fin de que no os suceda algo desagradable!».
8. Con estas palabras de Juan muchos se entregaron al reposo. Pero algunos gruñeron pues querían buscarme en la montaña, cueste lo que cueste. Pero en seguida se encontraron con tantos impedimentos insuperables que, agotados, tenían que regresar sin comprender cómo Yo podría haber escalado aquellas rocas escarpadas. Hacia abajo Yo no podría haberme escapado porque todas las posibles salidas estaban ocupadas por ellos, por lo que habrían debido descubrirme. Percibiendo que nada podrían conseguir, conjeturaron las medidas a tomar, y algunos preguntaron a los discípulos qué iban a hacer sin el Maestro, o si él iba a volver.
9. Pero los discípulos respondieron: «¿Qué más podremos hacer a no ser regresar a nuestra patria en dirección de Cafarnaúm? ¡Allí ciertamente Él nos encontrará cuándo y cómo quiera!».
10. A eso los más revoltosos ya se retiraron, pero muchos esperaron todavía porque aún querían observar la actitud de los discípulos. Pero cuando empezó a anochecer, estos se dirigieron espontáneamente al mar (Jn 6,16), donde los esperaba un gran navío para llevarlos hacia Cafarnaúm, como ya les había dicho antes. Embarcaron aún antes de que la multitud consiguiera seguirles, porque para personas no entrenadas el descenso de la montaña era difícil y sólo podía ser hecho con mucho cuidado. - Por eso todos se fueron a la ciudad de Tiberíades, donde muchos alquilaron barcas para Cafarnaúm. Algunos embarcaron en seguida, mientras otros aún esperaron mi descenso para que luego pudieran acompañarme a Cafarnaúm. Pero como no aparecí, sólo llegaron allí por la mañana siguiente.
11. Los discípulos navegaron con buen viento al otro lado del mar (Jn 6,17) hacia Cafarnaúm, suponiendo que Yo iba a alcanzarlos con otra embarcación. Pero el trayecto era considerable, de modo que ya llegó la noche, cuando aún luchaban contra el fuerte viento. Estaban siempre mirando en su alrededor, a ver, si me acercaba por alguna parte. De modo que su gran anhelo de verme quedó decepcionado, con lo que se entristecieron, pues se imaginaban que Yo seguramente iba a venir por la mañana.
12. Cuando cavilaban de esta manera, de repente surgió un fuerte viento y el mar comenzó a levantar olas enormes (Jn 6,18).
13. Por eso los marineros resolvieron recoger las velas y usar solamente los remos para llegar lo antes posible en el puerto, a fin de evitar accidentes.
14. Cuando habían remado unos veinticinco a treinta estadios6, me vieron caminar sobre el mar revuelto, aproximándome al barco. Y a pesar de que esto ya había sucedido en otra ocasión parecida, se apoderó de ellos un gran miedo (Jn 6,19).
15.- Como me di cuenta de esto, dije a todos: «¿Qué es lo que teméis, todos vosotros?
¿Acaso no veis que lo soy Yo mismo?» (Jn 6,20).
16. A eso querían recogerme en el navío, porque aún quedaba una gran distancia hasta la costa; pero nada más quererlo, en el mismo momento la embarcación se hallaba en la ribera (Jn
6,21).
17. Esto, naturalmente, produjo una gran sensación entre los nuevos adeptos que nunca habían experimentado algo parecido. Incluso los marineros estaban desconcertados pues suponían que Yo debía haberme muerto en alguna parte y que ahora me manifestaba visiblemente como espíritu, tal vez al mando de un hechicero -o tal vez Yo mismo haya sido uno-, y que ahora haya mandado a los espíritus del agua que me llevasen sobre el mar. - Estos marineros eran griegos, por tanto paganos, con lo que su criterio no podía ser otro; pues poco o
6. 1 estadio = 1 camino vecinal = 95. 133m nada sabían del verdadero judaísmo, razón por la cual los dejé en esta idea para más tarde, para una ocasión más oportuna.
18. Luego nos dirigimos a un albergue al que conocíamos muy bien, porque allí Yo ya había curado a un paralítico que, para este fin, desde el tejado fue bajado por una claraboya, para colocarle delante de Mí en mi habitación. - Pues allí estábamos recibido muy bien y también muy bien atendidos.
(Jn 6, 22-35)
1. El día siguiente cuando después del desayuno salimos al aire libre para ver lo que pasaba, encontramos en la playa una gran multitud que durante la noche con grandes dificultades nos había seguido desde Tiberíades. Se trataba de las mismas personas que en la víspera habían quedado al otro lado del mar donde observaron la partida de los discípulos, sin Mí. Con lo que les quedó claro que aparte de sus propias barcas a las que conocían muy bien tampoco había otra embarcación sino la que usaron los discípulos (Jn 6,22), de modo que el pueblo mismo veía confirmado que Yo no había montado y que los discípulos habían salido solos, sin Mí.
2. Cuando paseamos por la costa, aún llegaron otros navíos que habían dejado Tiberíades por la madrugada. Pero antes sus pasajeros aún habían desembarcado para ir al lugar donde Yo había bendecido el pan, para verificar si Yo me encontraba allí (Jn 6,23). Pero como no me encontraron ni tampoco a los discípulos, regresaron de prisa a los navíos que los estaban esperando. Como sabían que los discípulos se habían dirigido a Cafarnaúm, se dirigieron allí, y tenían un viento favorable. Y cuando unos a mediodía llegaron a Cafarnaúm, en seguida buscaron a los discípulos y sobre todo a Mí, a ver, si hubiera manera de encontrarme (Jn 6,24).
3. Cuando después de una gran búsqueda me hallaron en una escuela en Cafarnaúm -lo que posteriormente aún será mencionado más detalladamente-, evidentemente se convencieron que Yo de Tiberíades a Cafarnaúm también debía haber hecho la travesía marítima. Porque el rodeo del mar a pie por las muchas montañas y las muchas fosas me habría costado varios días hasta que haya llegado a Cafarnaúm. Por eso los posteriormente llegados me preguntaron: «Maestro, ¿cómo has cruzado el mar?» (Jn 6,25).
4. Rápidamente hice una señal a los discípulos para que no me delatasen, porque Yo tenía la intención de dar una lección a esa gente, a fin de separar la cizaña del trigo.
5. Por eso dije a los interrogadores: «En verdad os digo: Andáis buscándome no por causa de los muchos milagros que Yo he realizado y que habéis visto, sino únicamente porque os habéis bien hartado con los panes que habéis comido (Jn 6,26). Por eso, por gratitud, también me nombrasteis un gran profeta y finalmente queréis declararme rey vuestro porque pensáis: ‘¡Ved, este tiene poder suficiente contra nuestros enemigos que son los que nos hacen trabajar tanto; de modo que él nos podría procurar el pan de esta manera, y ya no nos tocaría trabajar! ’.
6. Pero Yo os digo: la comida no surte efecto sobre la Vida espiritual del alma, sino únicamente sobre la vida perecedera del cuerpo físico. Yo, sin embargo, actualmente también como Hijo del hombre, os presentaré y os daré otro alimento que perdura, y que actuará eternamente dentro del alma. Para tal fin el Padre en el Cielo me ha sellado y determinado (Jn 6,27). Y este alimento consiste en que realmente cumpláis con la Voluntad de Dios, con lo que también realizáis Obras de Dios».
7. Entonces los interrogadores me dijeron: «Dinos pues lo que debemos hacer para que efectuemos obras divinas, de acuerdo con tus palabras (Jn 6,28). Somos hombres simples y no profetas, y sólo entendemos vivir dentro de la Ley de Moisés».
88. Dije Yo: «Si vosotros respetarais la Ley de Moisés, desde hace mucho ya me habríais reconocido. Pero por miedo de sanciones mundanas con rabia secreta cumplís con los estatutos del mundo, y por eso no me reconocéis, ¡a pesar de que ante vosotros he realizado Milagros que antes de Mí nunca un ser humano ha realizado!
9. Ahora os diré lo que desde ahora será la Obra de Dios: ¡Pues desde ahora será Obra de Dios lo que de vuestra parte puede ser realizado si vosotros creéis en Mí como Aquel al que Dios había prometido por los profetas, y al que ahora ha mandado a vosotros a este mundo!» (Jn 6,29).
10. Perplejos, ellos preguntaron: «¿Qué milagros más aún vas a realizar aparte de los que ya vimos? ¡Demuéstranoslos, para que podamos creer en lo que dices de ti (Jn 6,30)! Entonces, ¿qué otra clase de milagros aún vas a obrar? Hasta ahora sólo sabemos que has curado muchos enfermos, y en el monte evidentemente nos saciaste milagrosamente con muchos panes a base de una cantidad muy reducida de ellos. Sólo que a partir de Moisés parecidos milagros y otros aún mayores también fueron realizados por otros profetas. ¿Y acaso nuestros antepasados en el desierto no comieron el maná, conforme consta escrito: “¡Él les dio a comer pan del Cielo?!” (Jn 6,31).
11. A eso les respondí: «¡Realmente, Moisés no os dio Pan del Cielo verdadero sino solamente del cielo terrenal visible, de los aires (Jn 6,32); porque únicamente mi Padre en el verdadero Cielo, a través de Mí, ahora os da el verdadero Pan del Cielo, porque éste es el Pan verdadero del Cielo en Mí - el Pan que da al mundo la Vida!» (Jn 6,33).
12. Pero ellos no comprendieron que con el pan verdadero que al alma da la Vida eterna Yo me refería únicamente a mi Palabra y a mi Doctrina que emana del Amor eternamente Vivo y de la Sabiduría de Dios. Por eso mi Doctrina misma es Vida y Sabiduría y da al alma la Vida verdadera.
13. Como para ellos sólo se había tratado de un pan que habían comido en el monte, también dijeron: «Señor y Maestro, ¡danos siempre de ese pan y nada más pediremos!» (Jn 6,34).
14. A eso Yo les respondí: «¿Qué estáis diciendo y qué es lo que queréis? ¿Acaso no habéis comprendido lo que os dije? ¡Porque Yo mismo soy el verdadero Pan de la Vida! - ¡El que viene a Mi no sentirá hambre, y el que tiene fe en Mí, nunca tendrá sed!» (Jn 6,35).
15. Ahí ellos dijeron: «Pero Señor, ¡ahora estamos contigo! Y como hoy nada comimos desde muy temprano, ¡ahora ya sentimos hambre y sed, a pesar de que creemos que eres un gran profeta, tal vez mayor que Moisés, del cual ni siquiera ya se podrá afirmar que verdaderamente había existido, pues nunca le vimos! Pero a ti te hemos visto y todavía te vemos; con lo que Tú para nosotros evidentemente eres más que Moisés y todos los profetas. ¡Pero aun así tenemos mucha hambre y mucha sed! ¿Cómo, entonces, debemos interpretar tus Palabras?».
16. A eso, en voz baja, Yo dije a Juan: «¿Ves como es verdad lo que ayer te dije por la montaña? Estos hombres se hallan todavía en el nivel animal. Por eso les hablo de una manera encubierta para que pierdan la razón y para que se aparten de Mí, ¡porque su hora aún tardará mucho en llegar!».
CARNE Y SANGRE DEL SEÑOR (Jn 6, 36-58)
1. Acto seguido volví a dirigirme a aquellos hombres y les dije: «¿Qué estáis diciendo? ¡¿Acaso Yo dije alguna vez que vosotros no me hayáis visto?! Yo mismo sé, dije y todavía digo que me habéis visto a Mí y mis Milagros, pero aun así no creéis (Jn 6,36) que todo lo que el Padre en el Cielo me da también me llega, de modo que es seguro que a todo aquel que acude a Mí, Yo jamás le rechazaré (Jn 6,37).
2. Tomad nota mental de lo que os digo: Yo no soy, como vosotros, de este mundo, sino he descendido del Cielo - no como vosotros para hacer las Mías sino para cumplir con la Voluntad de Aquel que me envió a este mundo» (Jn 6,38).
3. Entonces indagaron: «¿Cual, pues, es la Voluntad de quien te envió del Cielo?».
4. Respondí: «¡Es difícil predicar para los sordos y escribir para los ciegos! He aquí la Voluntad del Padre que me envió: Que Yo pierda nada de todo lo que Él me ha dado, sino que le devuelva y resucite todo en el Día Final!» (Jn 6,39).
5. A eso algunos conjeturaron: «Este hombre habla de una manera extraña, ¡pues nos parece ser perturbado!».
6. Pero otros me dijeron: «¡Exprésate claramente y explica lo que es eso del Día Final!».
7. A estos respondí: «En cuanto me reconozcáis y creáis en Mí, entonces en vuestra alma se hará un verdadero Día Final, en el que mediante el Poder de la Verdad de mi Doctrina Yo os despertaré. Pero si no creéis en Mí y no me reconocéis, a vuestra alma difícilmente se hará alguna vez un Día Final».
8. De nuevo estos hombres dijeron: «¡Entonces dinos con claridad qué es la Voluntad del Padre!».
9. Dije Yo: «¡Entonces oídme! He aquí la Voluntad del Padre que Me envió: Todo aquel que ve al Hijo, que cree en Él y le reconoce como verdadero Mesías del mundo, tenga la Vida Eterna. y Yo le resucitaré en el Día Final! (Jn 6,40). Y el significado de este Día ya os lo he demostrado».
10. A eso los judíos comenzaron a gruñir sobre todo porque Yo había dicho: “Yo soy el Pan de la Vida que ha venido del Cielo” (Jn 6,41).
11. Por eso dijeron: «¿No es este el carpintero Jesús, hijo del carpintero José? Conocemos muy bien sus padres. ¿Cómo pues puede afirmar haber venido del Cielo? (Jn 6,42). ¡Su intelecto y sus demás facultades peculiares, por supuesto, pueden tener origen celestial, porque en la Tierra nunca existió hombre importante sin aliento divino! ¡Pero incluso él para su personaje no puede francamente afirmar ante nosotros el haber venido del Cielo a nosotros como un verdadero Pan nutritivo para la Vida Eterna!
12. Les dije Yo: «¡No refunfuñéis entre vosotros! (Jn 6,43). Pues os lo digo otra vez: ¡Nadie podrá venir a Mí (reconocerme) a no ser que esté atraído por el Padre (el Amor de Dios, y hacia Dios) que me envió; y únicamente Yo (mi Palabra y Doctrina) le despertarán en el Día Final! (Jn 6,44).
13. Además, se lee en los profetas: “¡En aquel tiempo venidero -que ya está a punto- todos serán enseñados por Dios!”. Por esto os digo: Quien ahora lo aprende del Padre (el Amor de Dios), él vendrá a Mí (me reconocerá bien) (Jn 6, 45).
14. Yo no digo esto en la suposición que alguien de vosotros alguna vez haya visto al Padre, sino únicamente Yo -que en Él tengo mi Origen- vi al Padre en todos los tiempos (Jn 6, 46). Por eso, a pesar de vuestro gruñido, afirmo: En verdad, el que cree en Mí ya posee la Vida Eterna (lo que quiere decir, mi plena resurrección en el Día Final) (Jn 6,47). ¡Y Yo mismo soy verdaderamente el Pan de Vida! (Jn 6,48).
15. Por supuesto que vuestros padres habían comido el maná en el desierto (llevaron una vida carnal sensual), pero estos se murieron, y muchos de ellos incluso psíquicamente (Jn 6,49). Este Pan, al que Yo represento en Mí mismo y que realmente viene del Cielo de todo Ser y toda Vida, hace que todo aquel que come de él (que acepta la Doctrina y que actúa conformemente) nunca se muera (Jn 6,50).
16. Os digo que Yo he venido del Cielo como el Pan vivo, y el que come de este Pan (aceptar la Doctrina y actuar conformemente) vivirá eternamente. Y ved, ¡el Pan que Yo daré es mi Carne, la que Yo daré para las vidas humanas de esta Tierra!» (Jn 6,51). (En esto se debe comprender la envoltura material de mi Verbo que contiene también el sentido vivo y espiritual como el germen vivo dentro de su cáscara muerta)
17. Esto era demasiado para los judíos completamente desprovistos de todo concepto espiritual, razón porque comenzaron a disputar entre ellos.
18. Un grupo dijo: «¡Dejémosle que hable y al fin ya veremos a qué todo eso conduce!».
19. Pero los menos moderados insistieron: «¡Vaya! ¡Ahí se ve a la primera que este hombre está fuera de sí! Antes aún era un Pan de los Cielos que debíamos comer para lograr la Vida eterna. ¡pero ahora exige que incluso se coma su carne! ¡Menuda estupidez! ¡¿Cómo puede este darnos de comer su carne?! (Jn 6,52). Y ¿cuántos podrían saciarse en ella hasta llegar a la Vida eterna?... Pues si esto fuera condición para ganarse la Vida eterna del alma, ¡pocos la alcanzarían!».
20. Dije Yo: «¡Podéis altercar como os de la gana, aun así es tal como Yo os dije! Pero ahora aún os digo mucho más: Si no coméis de la Carne del Hijo del hombre ni bebéis su Sangre, no tendréis Vida en vosotros» (Jn 6,53). (Lo que significa la Carne ya os fue explicado antes; y la Sangre -propiamente el fluido vital físico que al cuerpo proporciona la Vida que le mantiene, le alimenta y le transmite el germen procreador- es lo auténtico espiritual vital interior en el sentido de la palabra literal exterior).
21. A eso algunos de los judíos estaban a punto de estallar.
22. Pues algunos comenzaron a reírse, mientras que otros más moderados dijeron: «¡Dejadle que termine de hablar! ¿Quién sabe lo que al fin aún sacará? ¡Pues sabemos muy bien que muchas veces ha hablado bien sabiamente!». De modo que estos se dirigieron a Mí y dijeron: «Querido Maestro, ¡te rogamos que hables razonablemente!».
23. Respondí Yo: «¿Cómo iba a hacer algo así? ¡Hablo ahora como tal que me reconocisteis en la montaña, de modo que ahora os hablo como un gran profeta! ¡Pero señaladme un profeta que al pueblo hubiese hablado de otra manera! Por eso, vuelvo a repetir: Quien come de mi Carne y bebe de mi Sangre, él tendrá la Vida eterna, y en el Día Final Yo le resucitaré (Jn 6,54). Porque mi Carne es el Alimento justo, y mi Sangre es la bebida óptima que vivifica (Jn 6,55).
24. Y aún así os añado a todo esto: Quien come de mi Carne y bebe de mi Sangre, él quedará en Mí y Yo en él (Jn 6,56). Como Yo realmente fui enviado por el Padre eternamente Vivo, y actualmente vivo aquí por Causa del Padre, del mismo modo todo aquel que come de Mí también vivirá por mi Causa (Jn 6,57). Y precisamente este es el Pan que, como antes dicho, ha venido del Cielo - que no tiene la misma propiedad que el maná en el desierto del cual comieron vuestros padres y se murieron, sino, el que come de este Pan vivirá eternamente» (Jn 6,58).
(Jn 6, 59-64)
1. Dado que Yo había hablado de este modo en una sinagoga en Cafarnaúm (Jn 6,59), aparte de mis ahora numerosos discípulos y del pueblo que me había seguido desde Jerusalén, aún estaban presentes muchos judíos; por lo que esta Enseñanza tampoco asimilada por los mismos apóstoles levantó un gran revuelo y produjo motivo para muchas polémicas.
2. Algunos opinaron: «¡Es imposible que se haya referido a la carne y a la sangre de su propio cuerpo!».
3. Otros observaron: «Pero entonces, ¿cómo interpretarlo? Si él es un sabio que intenta a enseñar al pueblo -además, en un lugar público- ¡entonces que hable de una manera que los seres humanos le comprendan! Pues nosotros somos hombres y nada de espíritus, por lo que un verdadero sabio debe ser consciente de esto y debe reconocer los oyentes con los que trata. Pero esta enseñanza de veras fue tan absurdamente pesada que realmente ningún hombre sensato la podría asimilar (Jn 6,60). Lo que nos ha sorprendido es que tantos hayan podido prestarle oído durante tanto tiempo. Si él nos hubiese presentado esta enseñanza en el idioma hindú, nuestro provecho habría resultado el mismo»...
4. Observaron los más moderados: «Esto de momento parece ser verdad, pero aun así somos de la opinión de que detrás de esto debe ocultarse algo muy distinto y que, tal vez, sólo ha hablado así para inducir nuestras almas a un proceso de pensar más vivo y profundo. ¿Tal vez nos daría una explicación más minuciosa, caso que se lo pidiésemos?».
5. Respondieron los otros: «¡¿Acaso aún no lo hicimos?! Cuando habría debido explicarnos más detalladamente cómo debíamos comprender eso que él haya bajado de los Cielos como un Pan verdadero, ¡en vez de eso, además, mencionó su propia carne y sangre que se debía comer y beber para lograr la Vida eterna! Esto o son enseñanzas enigmáticas presentadas con la intención que nadie jamás las comprendiera o, el por lo demás buen hombre, por una vez se ha permitido tomarnos el pelo. Sea como fuere, ni lo uno ni lo otro puede tener valor alguno para nosotros. Por eso, que cada cual que tiene un buen sentido común como nosotros, ¡nos siga y continúe su camino!
6. Acto seguido muchos salieron del instituto, y sólo quedaban los numerosos discípulos, por supuesto, incluso los doce apóstoles; pues estos estaban todavía esperando a recibir una explicación al respecto. Pero entre ellos también había los que gruñeron y dijeron: «¡Cosa más extraña con Él! Con un sentido común y una enseñanza adecuada hoy habría conseguido miles de seguidores mediante una enseñanza racional. Pero así, por mucho tiempo, Él se ha perjudicado mucho a Sí mismo. Porque desde ahora, ¡¿quién más Le prestará atención y le aguantará?!».
7. También los griegos convertidos al judaísmo concluyeron entre ellos: «¡Qué diferencia más enorme entre las enseñanzas en Betania y estas de aquí! Los judíos que ahora se han ido de aquí han jugado la situación actual bastante correctamente. Pues tal vez en otra ocasión Él se explicará más claramente sobre este asunto. Dado que ahora se han ido todos aquellos que en la montaña querían tenerle como Rey, ya no habrá tantos impedimentos para Él para hablar más claramente con nosotros».
8. Como Yo me di cuenta que muchos discípulos se enfadaron y entre ellos se refunfuñaron, Yo les dije: «¡¿Cómo puede esto escandalizaros?! (Jn 6,61). ¡¿Acaso no dije a uno de mis apóstoles que a estos hombres todavía les faltaba mucho para que lleguen a ser preparados para la captación interna del Reino de Dios?! Pero ahora apliqué a todos estos hombres una buena sacudida que mucho los preocupará para que madurasen para el futuro. Porque antes de todo Yo debo preparar los hombres para Mí, a fin de que puedan más fácilmente asimilar los secretos del Reino de Dios. Me pregunto qué diríais si me vierais a Mí -como Hijo del hombre que ahora se encuentra ante vosotros- volver a subir allí donde Él estaba desde las Eternidades» (Jn 6,62).
9. Respondieron los discípulos: «Pues sí, ¡esto es bien posible, y seguro que así será, porque tus Milagros dan testimonio de esto! Pero, Señor y Maestro, si según tu habla para lograr la Vida eterna hay que comer tu carne y beber tu sangre, ¡esto es algo totalmente absurdo! Consta que todos nosotros deseamos escapar de la muerte -aunque se tratase de la inmediata entrada en la Vida del alma, dado que el cuerpo de por sí no es más que polvo que nunca llegará a una reanimación-, pero si esto se consigue únicamente a costa de tu Carne y Sangre que, además, sólo bastarán para pocas personas, ¡entonces preferimos renunciar a la Vida eterna del alma y, como hombres honestos, finalizar nuestra vida definitivamente en esta Tierra! Si Tú entiendes algo diferente por esto, seguro que harás bien si nos enciendes una pequeña Luz correspondiente. Si según tus palabras pretendes volver a subir cierto día allí desde donde viniste, entonces, ¿dónde y cómo se conseguirá tu Carne y tu Sangre? ¡De modo que sin una dilucidación más detallada, con esta Enseñanza de hoy evidentemente nada sacaremos!».
10. Dije Yo: «¡¿Acaso no he dicho que es difícil predicar a los sordos y escribir para los ciegos?! Por ventura, ¡¿no es únicamente el Espíritu el que vivifica, mientras que la carne nada vale?! Pero las Palabras que Yo os dije son Espíritu y Vida, y nada de carne y sangre físicos (Jn 6,63).
11. Ahora os lo digo francamente que entre vosotros hay varios que tienen ninguna fe y otros que tienen muy poca; e incluso entre mis apóstoles más antiguos hay algunos de los que Yo sabía desde el principio que tienen poca fe, y que uno de ellos es un avaro, ladrón y traidor» (Jn 6,64).
1. Mis Palabras tenían un efecto fulminante, de modo que muchos se espantaron y algunos dijeron: «Señor, ¿por qué no nos dijiste esto mucho antes? ¡Seguro que a tal infame ya le habríamos descubierto hace tiempos y ya le habríamos apartado de nosotros para siempre - caso que en tu gran Paciencia no querías Tú mismo tomar medidas contra él!».
2. Dije Yo: «Ya os he dicho muchas veces que en este mundo todo precisa de su tiempo y su medida. En época de cosecha un labrador prudente no recogerá la mala hierba junta con el trigo puro, sino únicamente las espigas puras; y toda hierba mala que también crecía abundantemente entre las espigas, sus siervos la recogen y luego la queman, sirviéndose de ella para abonar el campo.
3. Por eso ya os dije con anticipación que, en Verdad, nadie puede venir a Mí, a no ser que esto le esté facilitado por el Padre (Jn 6,65), El que es el Amor, la Vida y la Verdad en Sí - tal como Yo lo soy por parte del Padre y en la misma medida también por Mí mismo, dado que Yo estoy en el Padre y el Padre está en Mí.
4. Que nadie de vosotros crea que ya está verdaderamente Conmigo tan sólo porque ahora me está acompañando, dado que oye mis Palabras y admira mis Milagros. Porque verdaderamente Conmigo está únicamente todo aquel al que íntimamente atrae un Amor muy puro hacia Mí, y el que cree incondicionalmente en todo lo que Yo enseño. que Yo temporalmente como Hijo del hombre he surgido del Padre, y en el Espíritu soy Uno con Él».
5. A eso observaron los discípulos - menos los griegos convertidos a judíos y los doce: «¡En este caso eso de deambular con Él nos sirve para nada! Lo cabezudo y lo increíble no lo comprendemos, por lo que tampoco nos lo podemos creer. Y en eso de amarle encima de todo también hay gato encerrado, dado que se comporta ante nosotros de una manera que nos inspira poco afecto... Por eso, ¡volvamos a nuestro Moisés que es mucho más claro y comprensible! Amar a Dios de todos modos sólo significa cumplir con sus Mandamientos, de modo que esperamos que un día venidero llegaremos a la Bienaventuranza, incluso sin creer en enseñanzas tan enigmáticas».
6. Con esto muchos se retiraron y dejaban de acompañarme, aunque después reflexionasen mucho acerca de mis Palabras (Jn 6,66). Pero como Yo a ninguno de los que se fueron animé a que se quedara o que tuviera paciencia, los que se quedaron comenzaron a entristecerse, pues no sabían a qué atenerse - si también debieran marchar o quedarse.
7.- A estos los pregunté con toda amabilidad: «¿Acaso también vosotros ahora pensáis a marcharos? (Jn 6,67). ¡Ante Mí sois tan libres como cualquier otra persona de esta Tierra!».
8.- A eso Simón Pedro se dirigió a Mí: «Señor, ¿para dónde deberíamos ir? Únicamente Tú profieres Palabras de Vida, aunque nosotros no seamos capaces de comprenderlas en seguida en toda su profundidad (Jn 6,68). En tiempo oportuno Tú volverás a elucidárnoslas, cuando nos hayamos hecho más dignos de tu Luz elevada que ahora. Además, ya desde el principio hemos creído y reconocido que Tú eres Cristo y el Hijo Vivo de Dios, ¡de modo que nunca ya podríamos abandonarte! (Jn 6,69). Señor, ¡sobre todo no nos repudies y ten paciencia con nuestras debilidades todavía muy grandes!».
9.- Dije Yo: «¡Así está bien y justo, de modo que también continúe así! Pero como todavía nos encontramos en este escenario escolar público de Cafarnaúm, conviene que Yo aún os descubra algo. Vosotros sabéis que el año pasado en esta zona entre los muchos discípulos escogí a vosotros doce, y fijaos, ¡aun así uno entre vosotros es un demonio!» (Jn 6,70).
1. Consta que con esto me refería a Judas Iscariote, ya que desde el principio Yo había bien sabido de cuya índole era su espíritu (Jn 6,71). Aun así él era muy asiduo y elocuente, y sabía muy bien presentar la Doctrina, hasta tal punto Yo mismo le escogí como apóstol y precursor junto con los demás once - por la buena Causa y no por la mala... Pero dado que él por su aplicación y su elocuencia en el mismo tiempo lograba más que los once juntos, también empezó a hacerse engreído de ello.
2. Pero cuando luego su orgullo empezó a sufrir contratiempos, cada vez más le corroía un rencor secreto, con lo que de un día a otro se hizo más reservado. A los once él no quitó los ojos de encima, a ver si por una vez descubriera algo en ellos para lo que luego, ante Mí, pudiera exigir explicaciones. Pero como nada sucedió que habría servido para calmar su rabia, secretamente se puso aún más amargo y buscó cada vez más asiduamente un medio adecuado para poner a sus hermanos en un aprieto.
3.- Siendo egoísta y avaro, sabía exponer con toda elocuencia la necesidad del dinero para la vida terrenal, ya que los potentados lo habían instituido para facilitar el pesado canje de las mercancías.
4. Una vez Judas también había dicho al sabio Natanael -con el que todavía acostumbraba conversar más que con nadie- que era claro que Yo para la vida terrenal no necesitaba dinero, pues dotado de la Omnipotencia divina era fácil arreglármelas sin él. Pero personas exentas de este don y de la suerte de ser discípulos míos, para su sustento precisaban de dinero tanto como el propio Emperador que tiene que pagar a sus soldados y funcionarios.
5. Natanael siempre le probó que el dinero es un gran mal entre los seres humanos, a pesar de que cualquier cosa buena en las manos de una persona justa también puede servir para mucho bien. Aun así el dinero mantendrá siempre el efecto de despertar en el hombre la avidez por ello, con lo que generalmente será la causa de muchos vicios y delitos en grandes como en pequeñas medidas.
6. Esto nuestro Judas Iscariote lo admitió, pero aun así insistía en que el dinero era un mal necesario, igual que el cuerpo es un mal imprescindible para el alma. Pero si el alma se sirve sabiamente del cuerpo, entonces el cuerpo también es un templo para la Salvación - pues únicamente mediante el cuerpo el alma podrá llegar a la Vida eterna y lograr la verdadera Filiación de Dios .
7. De este modo Judas Iscariote por su elocuencia sabía en todas partes encontrar un busilis y dar en él, con lo que siempre resultaba difícil discutir con él. Pero en la exposición de sus artificios de derecho -parecido a los espartanos y cretenses-, él llegó hasta a declarar que, en caso de necesidad, incluso el robo es justificado, acusando a Moisés de imbécil porque clasificaba tal actitud como un mero pecado. Judas no consideraba que incluso el robo más insignificante con el tiempo va a llevar a los seres humanos al ocio. Pues nadie más trabajaría y ahorraría si supiera que, teniendo algunas reservas, estas pronto le serían quitadas por los necesitados. Si entre los hombres tal costumbre fuese legalizada, ¿qué pasaría con el Amor al prójimo y con un Reconocimiento de Dios?
8. Naturalmente Natanael probaba a Judas que la justificación del robo no era compatible con sus tendencias económicas, pues el robo legalizado iba a acabar con toda economía con lo justificada que esta fuera. Pero nada más llegar a eso, Judas ya sacó su filosofía de defensa y nada se conseguía con él. Solamente cuando Yo le daba un correctivo, él desistía por cierto tiempo de sus ideas, entregándose secretamente a reflexiones más ponderadas. Por eso, en aquella escuela, Yo aún le apliqué esta advertencia, la que él comprendía muy bien. Los demás sospechaban de él, pero no podían señar a él con el dedo. Además, esto Yo tampoco lo quería, a pesar de que Yo sabía muy bien todo lo que él aún iba a cometer. Para su caída su medida aún tenía que colmarse, y finalmente él mismo tenía que convencerse vivamente que todas las tendencias de su actividad terrena eran totalmente malvadas - eso para que sirva como ejemplo de escarmiento para todos los seres humanos, porque de lo contrario no habría salvación para su alma, ni en el Reino del Más Allá.
9. He aquí los trazos característicos de este apóstol, ahora revelados a fin de que comprendierais mejor por qué esta vez Yo le clasifiqué de demonio. Pues en secreto Judas estaba nada de acuerdo que Yo en aquella escuela había pronunciado semejante sermón en que muchos se enfadaron, y por eso se alejaron de Mí. Porque él ya había previsto mucha clase de especulaciones entre todos, por lo que secretamente se enfadó más que nadie. Además, en secreto también a Natanael había hecho la observación que Yo incluso en la casa de Pedro me había pronunciado severamente en contra del mal que produjeron los escándalos. Sin embargo, ahora Yo mismo daba motivo a miles a que se pongan negro por enfado. ¡¿Cómo coordinaba esto con mi Doctrina?!
10. Natanael le recordó que Yo entonces principalmente sólo había mencionado los escándalos provocados con niños.
11. Pero nuestro sofista ya tenía una reacción lista, pues cuando Yo unos a las cuatro horas de la tarde en compañía de los discípulos salí de la escuela en dirección del albergue, él no nos siguió porque se fue a visitar a algunos amigos en la ciudad, y entre ellos comentaron mucho mi Discurso no comprendido. Pero en esta ocasión Judas volvió a mostrarse como apóstol mío y como buen orador, pues hacía que mediante mucha clase de raciocinios sofísticos mis Palabras les resultaban más soportables, aunque no fuera en la Luz de la Verdad. - Durante siete días no le vimos en Cafarnaúm. Pero después volvió a juntarse con nosotros.
1. Al llegar de la escuela a nuestro albergue encontramos la mesa ya puesta con vino, pan y peces, y el hospedero se alegró mucho por nuestra presencia. Pues había mucho menos discípulos hospedados que antes...
2.- Después de que habíamos terminado la comida, el hospedero observó: «Señor, ¡parece que por esta vez tu Doctrina misteriosa en la gran escuela pública no ha sido del todo del agrado de los oyentes nacionales ni de los forasteros, porque todos se marcharon de mal humor! Había los que regañaron más y otros menos, pero los forasteros y muchos otros que ayer todavía se encontraban contigo como discípulos, ahora alegaban que era a propósito que habías hablado tan absurdamente para liberarte de ellos - una actitud poco loable de tu parte. Y eso a pesar de que ellos mismos se habían mantenido allí a su propio gasto.
3.- Había algunos cuantos que vinieron a mí y se demoraron mucho con esto. También dijeron que habían depositado sus mayores esperanzas en Ti, pero que ahora se habían quedado decepcionados de una manera muy desagradable. Y también habían observado que semejante Doctrina tuya a pesar de tus Milagros extraordinarios traería poco éxito entre los seres humanos.
Pero yo los dejé hablar y no hice comentario alguno; de modo que pagaron su cuenta, montaron sus barcos y salieron.
4. Personalmente me resultó muy agradable enterarme que por Ti, Señor, estos sabios presumidos por una vez se hayan completamente atascado en su intelecto orgulloso. Porque anoche, después de que Tú habías tomado la cena y te habías acostado, ya se había armado un gran disputo entre esos sabihondos acerca de tu milagrosa llegada por el mar y de la multiplicación de los panes. Pues cada uno intentaba relucir con su inteligencia. Pero yo me dije: “¡Esperad, judíos pretenciosos! ¡A la hora oportuna el Señor ya levantará una barrera delante de vuestra sabiduría, la que vuestro raciocinio no saltará!”. - He aquí, ¡hoy mi deseo secreto ya se ha cumplido perfectamente!
5. También estuve en la escuela pública y oí la mayor parte de tu Enseñanza, y nada hallé de extraño. Que Tú -a pesar de que ahora te encuentres en mera forma humana- eres el Señor sobre el Cielo, la Tierra y todas las esferas espirituales y sensoriales, desde hace mucho ya lo he percibido perfectamente. ¿Quién, aparte de Ti, puede crear el pan nutritivo para todos los seres humanos y los animales? ¡¿Y quién, aparte de Ti, da a los espíritus y también a nuestras almas la Vida eterna, y su amor y su sabiduría - en lo que entiendo el Pan vivo y verdadero que viene del Cielo?! Yo procuré a esclarecer este punto a algunas personas más sensatas, pero aún así su raciocinio engreído y obstinado no lo percibió."
6. Lo mismo hice yo cuando Tú empezaste a hablar tan palpablemente de tu Carne y Sangre, porque me preguntaron cómo se debía interpretar esto. Pues yo les dije: “¡Esto se explica aún más palpablemente que lo de antes! Pues en el sentido terrenal, ¡¿no es la Tierra en cierto modo un verdadero Cuerpo divino, y no son todas las aguas fructificantes su Sangre?! ¡¿Y si no fuera de allí, de dónde pues podría venir el pan material terrenal?! En relación espiritual, ¿acaso el Amor de Dios para con nosotros, criaturas indignas, no es un verdadero terreno fértil que nos porta y nos alimenta, física y psíquicamente? ¿Acaso no figura el don de la razón y del raciocinio, combinado con la Doctrina de Él, la Sangre más verdadera y viva de Dios, la que conforta, alegra y vivifica nuestras almas sedientas?”.
7. Entonces algunos respondieron: “Todo esto está bien dicho. Pero ¿por qué él mismo no añadió tal explicación?”.
8. A eso yo les dije: “Él ya tendrá sus motivos bien fundados. Por cierto pensará lo siguiente: ‘El que de verdad cree en Mí, también me comprenderá. Pero quien a pesar de los muchos Milagros y la Sabiduría de mi Doctrina aún no cree que Yo soy el Señor Jehová Sebaot, ¡que él vuelva a su mundo y, al igual que cerdos estúpidos, escarbe en los charcos de la tierra! ’”.
9. Con eso se enfurecieron y se marcharon. - Señor, ¿acaso he actuado mal?».
10. Yo le respondí: «¡De ninguna manera! Primero, ante todo, has comprendido mis Palabras bien a fondo, y también a los ignorantes se las has explicado muy bien. Y segundo, tu observación final también ha sido un buen acierto. Pues tales personas son comparables con los puercos que, cuanto más claro y caliente se manifiesta el Sol en el cielo, tanto más ávidamente acuden a los pozos lodosos del mundo, sintiéndose muy a gusto por poder hurgar en su antiguos excrementos. ¡Pues finalmente Yo les había dicho con toda claridad que la carne y la sangre a los que ellos se referían no vale nada, y que mis Palabras son Espíritu y Vida! Pero aun así los bueyes y cerdos no lo comprendieron; razón por la que tu observación final fue muy acertada y justa. ¡Por eso aún voy a quedarme algunos días más contigo!
11. Pero ahora tráenos más vino porque hoy y los demás días nos lo queremos pasar con mucha animación. ¡Ahora hallo verdadero placer en ti porque tú me comprendiste mejor que cualquier de mis apóstoles! Al anochecer iremos a pescar, a fin de abastecernos de provisiones. Pero no me delatéis en la ciudad porque no nos dejarían en paz - ¡Y ahora tráenos vino y pan!».
1. De modo que tomamos vino acompañado con pan. Pues éramos treinta y dos personas que todas necesitábamos un confortamiento adicional.
2. En esta alegre convivencia uno de los griegos convertidos al judaísmo dijo: «Señor y Maestro, este hospedero tan sumamente agradable evidentemente sería muy idóneo para ocupar el puesto de aquel discípulo que continuamente te da disgustos; y caso que este Judas volviera, sería conveniente pronunciarle la sentencia de apartarse definitivamente. Ya nos hemos dado cuenta que él es más ávido por el dinero que cualquier templario, y todo por lo que aspira son vida mundana y bienestar. Además, aún tiene la pésima costumbre de la mentira y la arrogancia, de modo que con semejante apóstol poco te está servido a Ti y a la humanidad. mientras que este hospedero está dotado de un Espíritu lúcido, pues entiende incluso tus Enseñanzas más veladas mejor que tus antiguos apóstoles. De modo que él sería un suplente excelente para aquel que está ausente».
3. Yo le respondí: «Desde ahora, hasta la fiesta de los Tabernáculos, me quedaré en Galilea. E incluso entonces continuaré pensándomelo bien si para la fiesta en Jerusalén también me iré allí. De modo que tendremos tiempo más que suficiente en que nuestro hospedero Mateo nos podrá acompañar a todas partes, lo que también hará - ocasión en que él aún podrá hacer muchas experiencias en lo que se refiere al oído y a la vista, como también para el corazón y el alma. Después, para esta zona, él llegará a ser un buen divulgador para mi Doctrina, cuyos habitantes me fueron entregados para revivificarlos - y no para la muerte .
4. En cuanto al ausente, ¡que venga cuando quiera! - ¡Pero también puede dejar de comparecer! Pues cada ser humano, sea bueno o malo, en el sentido espiritual se comporta ante Mí como el cuerpo ante el Sol. Si quiere que los rayos del Sol le iluminen y calienten, el hombre lo puede permitir sin que importe si él es bueno o malo, pues no se lo será negado. y si no lo quiere, por parte de Dios tampoco será obligado para ello. Por eso se dice: “¡Dios hace que su Sol irradie sobre buenos y malos!”. Lo mismo acontece Conmigo en el sentido vivamente espiritual: El que quiera seguirme, ¡que lo haga, y Yo no le apartaré de Mí, aunque fuese el pecador más vil! Pues Yo vine solamente al mundo por el bien de los perdidos y los psíquicamente enfermos, ¡porque los sanos no precisan del médico!
5. De modo que también el ausente puede acompañarme conforme a su voluntad, igual que Yo hoy no rechacé a los judíos. Pero como se han marchado por su propia voluntad, Yo tampoco los he parado ni les he recomendado que se quedaran. Tampoco les hablé tan enigmáticamente para provocarlos que se apartasen de Mí, sino Yo debía hablar así por ser obligado por parte del Padre. Con eso se disgustaron y se alejaron. lo que era su propia culpa y ni mucho menos la mía, con lo que también es bueno que se hayan ido. Si quieren, pueden volver y quedarse; pero si no quieren, por eso mi Misión y Doctrina no dejarán de ser menos verdaderas - como la luz y el calor del Sol que no se debilitan por el simple motivo de que algunos ignorantes no quieran que los ilumine y caliente. ¿Me comprendéis?
6. Respondieron los griegos judíos: «¡Muy bien, Señor! ¡Todo lo que hablas y dices, contiene Verdad, Fuerza y Vida! ¡Lo bueno que sería si todos los seres humanos reconociesen esto!».
7. Dije Yo: «En este mundo ciertamente nunca se dará este caso de modo completo; pero aun así habrá muchos que lo asimilarán y vivirán de acuerdo, con lo que lograrán la Vida eterna».
LOS BUENOS PESCADOS SABROSOS
1. (El Señor:) «Ahora conviene que nos preparásemos para la pesca, ¡pues es la mejor hora para esto!».
2. Dijo el hospedero: «Como Tú, Señor, lo dices, ahora será evidentemente la mejor hora. Sin embargo, según el criterio de los pescadores, precisamente ahora sería la hora más inconveniente porque cuando el Sol se pone, al mismo tiempo los peces se bajan al fondo del mar, con lo que quedarán muy pocos en la superficie».
3. Insistí: «Precisamente por esto iremos ahora a pescar, y se demostrará que entendemos más de este oficio que los demás pescadores. Cualquiera puede pescar de día en mar serena; pero a la noche y con el mar revuelto, ¡esto sólo sé hacerlo Yo! ¡Vamos pues a preparar nuestros utensilios de pesca!».
4. En seguida salimos del aposento, recogimos los avíos de pesca que consistían en varias redes muy grandes. Soltamos los botes y nos alejamos a tres estadios7 de la costa del mar.
5. A eso les dije: «¡Tirad las redes bien extendidas! Los marineros deben remar calmamente hacia la playa, ¡y en seguida veremos si la puesta del Sol era un impedimento para nuestra faena o no!».
6. Todos actuaron conforme a mi Orden. Y cuando llegamos a la orilla, las redes estaban tan llenas de peces de la mayor calidad que casi empezaban a reventar. Cuando los pescadores empezaron a sacar los peces de las redes para ponerlos en los depósitos, en estos no había bastante cabida, de modo que unos la tercia parte de la pesca tenía que quedar guardada en las mismas redes, colgadas en el agua entre las barcas.
7. «¡Bueno.!», exclamó el hospedero. «¡Semejante pesca a estas horas es una de las cosas más inauditas! Te digo, oh Maestro, ¡aun si con diez veces tantos discípulos estuvieras alojado en mi casa durante diez años enteros y os alimentarais en ella, aun así yo no podría recompensarte el lucro que hoy me has procurado con esta redada! Mira toda propiedad mía, incluso la mansión tan bien concebida, las dependencias agrícolas, los campos y pastos, y las huertas y viñas, ¡todo esto representa ni lejanamente el valor de estos grandes peces innumerables de calidad especial que se encuentra raramente - y eso sólo en el invierno! Si alguien por mucha suerte por acá y allá consiguiera pescar tan sólo diez, ya sería una persona rica, porque esta especie la compran los griegos y romanos por cien monedas de plata por pieza.
Y estos los ponen en salmuera y vuelven a venderlos en las cortes de los reyes - seguramente por trescientos monedas de plata por pieza. Si me lo permitieras, Señor, yo mandaría mis siervos con algunos ejemplares a la ciudad a los romanos y los griegos, ¡y pronto veréis cómo volverán cargados de dinero!
8. «¡Haz lo que te parezca bien!», le dije Yo. «¡Pero en todo caso informa a todos los tuyos que no me descubran, porque pronto todos los romanos y griegos importantes nos importunarían aquí! También para nuestra cena nos sirváis de estos peces especiales, de modo que también tú mismo vas a disfrutar de ellos, porque hasta hoy sólo oíste hablar de su sabor especial. Per una vez que tú mismo hayas probado uno, entonces ya sabrás por qué se paga un precio tan enorme por ellos. Ahora ya puedes mandar a tus siervos con algunos de estos peces, pero que se lleven sólo de aquellos que se han quedado en las redes. También para nosotros servíos sólo de los de las redes, porque a los que se encuentran en los depósitos les vamos a consentir cierto reposo».
9. El hospedero arregló el asunto con cada uno de sus cincuenta empleados. Cada uno de estos llevó dos peces, porque ninguno habría sido capaz de llevar uno tercero. Una vez en la ciudad, en seguida los siervos se dirigieron a los griegos y los romanos; y cuando estos divisaron los peces bien conocidos, se produjo una verdadera subasta, con el resultado que los peces de 40 a 50 libras de pose lograron un precio de cerca de doscientas monedas de plata.
7. Unos 300 metros.
10. Se comprende que los compradores romanos y griegos, más algunos judíos, indagaron dónde en esta temporada tan poco común para estos peces especiales los habían conseguido.
11. Pero los empleados les respondieron que por un pescador ajeno habían sido informados de un secreto cómo conseguir tales peces incluso fuera la temporada del invierno; y los buenos peces son la mejor prueba de la validez de esta información. Con esto los interesados se conformaron, y por la venta de los peces los empleados trajeron tanto dinero al hospedero que este a penas encontró cofres suficientes para guardarlo.
12.- Mientras tanto nuestra cena ya estaba preparada y nos sentamos a la gran mesa.
13.- Cuando los neo-judíos vieron los pescados preparados, observaron: «Durante toda nuestra vida probamos solamente una vez uno de estos pescado tan extraordinarios, ¡y ahora hay una cantidad tan enorme ante nosotros! Maestro, ¡he aquí hay otra prueba de tu Carne y tu Sangre, conforme explicó el hospedero, porque sin tu Palabra y Voluntad seguro que nunca habríamos disfrutado de este manjar! ¡Ahí se ve lo que pueden el Amor, la Sabiduría y la Omnipotencia divinos! ¡Cuan ínfimo es el ser humano ante Ti, Señor y Maestro!».
14. Dije Yo: «No es del todo así; porque es precisamente la Voluntad de Dios que cada ser humano llegue a ser tan perfecto como lo es el Padre mismo en el Cielo. Y los tiempos demostrarán que mis verdaderos discípulos harán cosas más grandiosas que Yo actualmente. Por ahora el tiempo aún no ha llegado, ¡pero no se hará esperar mucho! - Pero dejemos esto ahora para entregarnos a la cena, pues comeremos y beberemos según nuestras ganas.
15. Mientras el Novio todavía se encuentre entre los comensales, estos no deben pasar escaseces, porque cuando Él haya ascendido allí de donde había venido, a estos aún les tocarán sufrimientos de mucha clase. - ¡El verdadero Novio soy Yo, y los que creen en Mí son las novias y los comensales a la vez! Por esto, ¡seamos alegres y felices!».
16. A eso todos se sirvieron a voluntad, manifestando un verdadero bienestar.
17. En esto, un neo-judío me dijo: «En Kis en la casa de Kisiona también saboreamos pescados de alta calidad y de buen paladar; sin embargo, no se los puede comparar con estos aquí, a pesar de tratarse del mismo mar y del mismo agua».
18.- «Eso sí - ¡pero no el mismo fondo del mar!», respondí Yo. «Esta especie de peces es muy rara, y en la naturaleza se encuentra solamente en esta región en las profundidades marítimas donde encuentran su alimento en determinadas plantas acuáticas. De modo que estas plantas sólo se encuentran por aquí en una extensión de mil acres8 Por lo demás el fondo del mar es estéril, de modo que más allá estos peces no existen. - Pero ahora, ¡a comer y a beber!».
1. Los pescados tenían un sabor muy rico y el vino no menos. Yo mismo también comí y bebí valientemente, de modo que esto llamó la atención a algunos de los neo-judíos, cómo es posible que Yo -un Hombre totalmente penetrado del Espíritu de Dios- pudiera comer y beber como cualquier otro ser humano.
2. Como Yo, por supuesto, percibí tales observaciones, dije: «El cuerpo precisa de lo suyo, como también el espíritu necesita lo suyo. De momento debemos a nuestros miembros que los fortifiquemos físicamente. ¡Y luego ya nos cuidaremos de no olvidarnos del espíritu!
3.- Que nadie crea que presta una atención agradable a Dios si ayuna. o, si vestido escuetamente, ante todo el mundo pretende hacer penitencia por sus pecados cometidos...
8. 1 acre = 4840 yardas cuadradas.
Porque del Agrado de Dios es únicamente aquel que agradecidamente come y bebe lo que Dios le hizo llegar para que con esto fortificase sus fuerzas físicas para el trabajo en beneficio del prójimo. También es del Agrado de Dios aquel que ha cometido algún pecado pero ahora lo reconoce como tal y se arrepiente de él. si lo aborrece y ya no lo comete. si ya no vuelve a caer en este pecado. Pues así se ha mejorado verdaderamente.
4. Desgraciadamente hay muchos que dedican toda la vida a la gula, a la bebida, y a la comodidad, pues sólo se preocupan por su barriga y su piel. Desconocen el amor al prójimo, y ante los seres humanos pobres escupen y no les permiten que se acercasen al umbral de su casa. Su barriga siempre llena nunca les permite sentir el dolor que producen el hambre y la sed. Estos son auténticos comilones, bebedores y libertinos que de esta manera continuamente mantienen su cuerpo en condiciones para continuar con la impudicia, perversidad, lascivia y el adulterio - por lo que nunca podrán entrar en el Reino de Dios .
5. En la misma situación se hallan los hipócritas que ayunan y hacen penitencia en vestidos pobres, y que hacen considerables ofrendas al Templo para que el pueblo los considerase como redimidos de sus faltas y los alabara. A pesar de esto ellos mismos desconsideran al prójimo, despreciándole como posible pecador, y se apartan de él ya desde lejos por no haberle visto ayunar en vestidos de penitencia, ni haberle visto sacrificar al Templo.
6. Pero Yo os digo: Tales personas también son un horror para Dios, porque su corazón, su índole y su razonamiento están endurecidos. Critican al semejante sin compasión ni piedad; pues arman un revuelo delante la casa del vecino y no se enteran del montón de basura que hay en su propio terreno. En verdad os digo: Tal como esos santurrones justos del Templo ahora aplican sus medidas aquí en el mundo, ¡una vez que estén en el Más Allá las mismas medidas recaerán sobre ellos mismos!
7. Pues os digo: El que juzga aquí, este también será juzgado en el Más Allá. Pero el que aquí juzga a nadie sino únicamente a si mismo, ¡este, en el Más Allá, tampoco será juzgado sino inmediatamente será aceptado en mi Reino!
8. Aquí, a través de una parábola, quiero daros un ejemplo cómo debe ser concebida la autojustificación humana en su pureza para que esté válida ante Dios (Lc 18,9). ¡Oídme, pues!».
9.- Dos hombres subieron al Templo, a fin de orar. El uno era un judío muy rico, pero por lo demás vivía dentro del rigor de la Ley; y el otro era un publicano (Lc 18,10). Cuando llegaron allí, el primero se acercó al altar y dijo en voz alta: “Oh Dios, ¡aquí ante tu altar te doy las gracias que no soy igual que los demás hombres (Lc 18,11), porque Tú, Señor, me diste una voluntad buena y firme y, además, me diste los bienes terrestres - única manera por la que me resultó posible cumplir integralmente con tus Mandamientos. ¡Y lo feliz que se siente mi alma por encontrarse totalmente justificada ante Ti - eso en vista del final venidero de mis días ante Ti, en esta Tierra!” (Lc 18,12). Después de haber llamado la atención a una gran cantidad de sus acciones tan justas ante Dios, él depositó una rica ofrenda en el Altar. Y acto seguido volvió a casa, satisfecho consigo mismo de tener la conciencia más pura de todo el mundo. Sin embargo, todos sus domésticos se alegraron poco por la llegada de él porque a pesar de su conciencia tan pura y su organización y justicia tan severos, en los sirvientes él descubrió nada más que pecados y defectos.
10. Pero nuestro publicano pecador, cuando entró en el Templo, se quedó en una retaguardia donde se interiorizó lleno de arrepentimiento, sin atreverse a erguir los ojos al altar. E íntimamente se dijo: “Oh Señor y Dios sumamente Justo, Santo y Poderoso, ¡yo soy un pecador demasiado indigno y no merezco levantar los ojos al Santísimo! Sin embargo, ¡sé Clemente y Misericordioso para conmigo!” (Lc 18,13).
11. ¿Qué pensáis, cuál de los dos habrá vuelto a su hogar plenamente justificado?».
12. Los neo-judíos se miran entre si sin saber qué respuesta dar, porque desde su punto de vista nadie podía ser más justificado que el judío que cumplía con la Ley hasta la última letra. ¡De modo que según el criterio de ellos el publicano pecaminoso nunca podría salir del Templo más justificado que el judío nombrado!
13. Pero Yo les dije: «¡Vosotros estáis muy equivocados con vuestro criterio! De ningún modo el judío salió justificado del Templo, porque en voz alta se había alabado a sí mismo ante todo el pueblo, pues atrajo a sí la atención, la admiración y el elogio de todos, con lo que ya se recompensó él mismo... ¡¿Acaso tal concepto vanidoso no es la peor especie de la soberbia?! Porque su resultado, finalmente, son el odio, el desprecio y la continua persecución de todos que por él no estén reconocidos como iguales. ¿Podría ser tal hombre un justificado ante Dios? ¡De ninguna manera, porque a este aún le faltaría mucho para eso!
14. Pero el publicano está justificado ante Dios, porque está lleno de humildad y se siente mucho inferior a los demás seres humanos. Él no odia ni desprecia a nadie, y está contento que no se le persigue y rehúye aún más de lo que de todos modos ya es el caso... Qué decís, ¿he juzgado correctamente?” (Lc 18,14).
15. A eso todos dijeron: «Señor, únicamente Tú tienes Razón en todas las cosas, mientras que nosotros no somos más que criaturas ignorantes y pecadoras. Por eso nuestro parecer no puede ser diferente de lo que somos nosotros mismos. Esta Parábola tuya era real y verdadera; pues frecuentemente tuvimos la oportunidad de observar tales seudo-justos que sabían presentarse tan puros como el Sol. Tampoco se podía decir que en el Templo hayan fingido, pues consideraban conscientemente todas las Leyes. Pero precisamente por esto eran gente totalmente intratable. Pues ellos no cumplían con la Ley porque en esta hayan reconocido la Voluntad y el Orden de Dios, sino la aplicaban como si fuera obra de ellos mismos, a fin de que -como hombres llevados por la Ley severa- tanto más eficazmente pudiesen influenciar en sus domésticos y condenar sus defectos y vicios. Como hemos podido hacer muchas observaciones como estas, más reconocemos ahora la Verdad de la Parábola que nos presentaste; con lo que te estamos agradecidos sinceramente por tu Instrucción».
16. Dije Yo: «Muy bien. Pues, ¡no sed pusilánimes sino comed y bebed, si todavía tenéis más ganas! Incluso Yo mismo aún comeré un poco más de este pescado».
17. A eso todos siguieron mi ejemplo y también disfrutaban del buen vino.
PRACTICAR EL PENSAMIENTO
1. Cuando todos habíamos comido y bebido a gusto, el hospedero me preguntó si nos queríamos acostar, dado que la noche ya estaba bastante avanzada.
2. Pero Yo le respondí: «El que sienta necesidad de descansar, ¡que se acueste! Yo, por mi parte, no siento la necesidad, por lo que ahora tampoco voy a acostarme. Además, al cuerpo no conviene acostarse nada más haber terminado de comer. Por eso, ¡continuemos todavía despiertos por algunas horas; pero el que necesita descansar, también puede retirarse!».
3. «Oh no, Señor, ¡queremos quedarnos Contigo hasta mañana - si a Ti te parece bien!», dijeron todos. «Estamos convencidos de que en todo lo que dices hay una importancia intrínseca e inescrutable - de modo que también en este caso. ¡Por eso también queremos quedarnos despiertos!».
4. Dije Yo: «Tenéis toda razón, ¡pues vigilad y orad para que nadie de vosotros caiga en cualquier tentación!».
5. A eso me preguntaron mis antiguos apóstoles: «Señor, encontrándonos en tu compañía, ¿qué podría ser capaz de hacernos caer en cualquier tentación? En tu compañía ya asistimos a muchos hechos, ¡pero en ningún caso nos ha provocado una tentación espontánea!».
6. Dije Yo: «Oh, ¡no tengáis demasiada seguridad de vosotros mismos porque el espíritu de la tentación vagabundea como un león hambriento que intenta a tragarse a los seres humanos! ¡Hace falta una continua vigilancia si hay indicios de tentación, por más flojos que sean! Si tal indicio en el ánimo del hombre ha conseguido atraer el alma por un sólo pelo a su favor, ¡entonces el hombre ya tendrá que aplicar una gran fuerza de voluntad para volver al estado anterior! - Todos vosotros, ¡considerad esto conscientemente! Porque mientras el hombre vive, piensa, quiere y actúa en este mundo, ¡su carne pesará más que su alma!».
7. Dijo Felipe: «Consta que todo esto es verdad y ya lo he notado en mí mismo. ¡Pero en mi edad avanzada ya no hay tentación que me perturbaría! Aun así, de vez en cuando, tengo un defecto que consiste en una espontánea debilidad de fe; es decir, en el fondo creo todo que Tú profieres, Señor... Pero cuando mi intelecto de vez en cuando no consigue asimilarlo todo instantáneamente, mi fe también enflaquece. Cuando esto sucede, en seguida me pierdo en toda clase de indagaciones preocupantes, en las que de alguna parte -no sé de dónde- en mi ánimo se infiltra una respuesta clara, y pronto empiezo a caer en pequeñas dudas. He aquí la única tentación que a veces me aflige... ¡Tú, Señor, con facilidad podrías liberarme de esto, y harías de mí el hombre más feliz!».
8. Dije Yo: «Si así hiciese mediante mi Omnipotencia, ya no serías una criatura libre. Te caerías en una gran pereza, y con tu ejercicio por la conquista de la verdadera fuerza vital de tu alma en breve estarías en las últimas.
9. ¡Por eso cada uno lleve su fardo voluntariamente, y al mismo tiempo se ejercite continuamente en todas las buenas tendencias de la vida interior! Así, en tiempo oportuno, su medida vital se colmará, y sólo entonces él tendrá una verdadera alegría imperturbable por el pan que él mismo se ha ganado con el sudor de su frente.
10. Imagínate un hombre afeminado que desde la cuna jamás fue estimulado para ejercer cualquier trabajo. que comía y bebía de los mejores manjares. que apenas aprendió a hablar, y que aparte del peso de su ropa nunca había portado carga alguna... Si tal hombre, por poco rato, hubiera tenido que cargar con un fardo de tan sólo pocas libras, ¡difícilmente habría podido hacerlo porque nunca había ejercitado sus fuerzas físicas por lo más mínimo! Pero si más tarde aun así empezase a ejercitar sus fuerzas físicas mediante una actividad poco a poco progresiva, algunos años después ya conseguiría levantar y llevar pesos mayores con más facilidad. ¡¿Acaso habría logrado obtener tal fuerza si continuamente hubiese insistido que otros trabajasen por él?!
11. Y fíjate, ¡lo mismo ocurre con tu fuerza intelectual! Desde tu infancia te serviste demasiado poco de ella. Y sólo en los años posteriores empezaste a practicarla un poco más. Por eso no te extrañe si lo uno o lo otro no lo puedes comprender y asimilar tan rápidamente como muchos otros.
12. Yo soy un Profesor y Guía correcto y -aun por los caminos más escabrosos y abruptos-no llevo a mis discípulos en brazos, sino los dejo caminar solos para que se hagan aptos y fuertes en todos los caminos, con lo conflictivos que fueran.
13.- Caso que a alguien en algún camino se le presentara un impedimento demasiado difícil a vencer, entonces Yo ya le daré una Luz y la fuerza necesaria para vencerlo con seguridad. Pero antes, sobre todo, el hombre debe reunir todo que esté en sus fuerzas. Lo que necesita más allá de esto, ¡eso ya le será dado a su tiempo! - Ahora, ¿lo has bien comprendido?».
14. Respondió Felipe: «Si, Señor, ¡esto ahora lo he comprendido bien, y me esforzaré por aumentar mi comprensión y mi fe en la medida en que esto sea posible!».
1. A eso el hospedero dijo: «Ahora reconozco en mí mismo también tal hombre. de modo que ahora también sé qué debo hacer... No quiero hablar de todos los profetas ni del Cantar de los Cantares de Salomón -porque poco de ellos asimilé- pero lo que al leer de tales sabios de los tiempos antiguos frecuentemente he pensado es que precisamente por su lenguaje tan místico obligan al hombre que practique el proceso del pensar. que de esta manera le obligan a adentrarse cada vez más profundamente - lo que me parece muy bien. Cuando de esta manera uno se ha introvertido bien profundamente en sí mismo, entonces se le presenta una pequeña Luz tras otra, y mucho de lo que antes le parecía ser un enigma, ahora lo saca en claro. Pero como ya dije, aquí no hablo de la incomprensibilidad de las escrituras de los antiguos sabios y videntes, sino sí, me refiero a cosas totalmente naturales.
2. Ahí, por ejemplo, nos encontramos ante la cuestión qué es la verdadera finalidad de cualquier ser en esta Tierra. Pues ahí ya tenemos nuestros peces extraordinarios. Estos son animales del agua muy entretenidos y preciosos, sólo que son de una especie muy rara. Pero al hombre, llevado por su hambre, se le ocurrió la idea para pescarlos y comérselos. ¿Es posible que sea su verdadera finalidad que nosotros los seres humanos los pescásemos y luego nos los comiésemos como auténticos manjares? Si esta era su verdadera finalidad, entonces no sé qué habrá su finalidad en aquellos tiempos cuando el hombre aún no había inventado pescar, matar, preparar y comerlos bien preparados .
3. Preguntas como estas yo podría hacerlas a miles, y cuanto más intensamente reflexiono al respecto, tanto más confuso me quedo, pues me aparto cada vez más de la Luz en vez de aproximarme a ella. De modo que precisamente con tales indagaciones y cavilaciones nunca llego a una conclusión satisfactoria acerca de la Intención seguramente muy sabia del Creador con estas e incontablemente muchas otras criaturas. Tal vez tal conocimiento ni siquiera sería necesario para el ser humano, dado que las criaturas ya existen... ¡Seguro que el buen Creador tan sumamente Sabio sabrá muy bien por qué Él los ha creado!
4. Pero el hombre es y siegue siendo un pensador; y, una vez que se le hayan espabilado sus pensamientos, ¡entones en su interior ya no llega a descanso alguno - y esto es lo que me pasa a mí! Aunque yo esté consciente que esta manera vana de pensar sirve para nada, aun así continúo pensando. Por eso ya me gustaría si Tú pudieras darme un verdadero remedio para librarme de esto. Como este proceso de pensar ya me resulta bastante molesto, daría mucho por si se pudiera quitarme esto de encima, para siempre...
5. Dije Yo: «Bueno, mi caro amigo. ¡ahí lo de ayudarte resulta un poco difícil! Porque para eso haría falta que Yo me explayase ante ti durante mucho tiempo, a fin de aclararte la verdadera finalidad de la existencia de todas las muchas especies. Sólo de modo general puedo decirte que todo que está creado de una manera que para el hombre resulta visible y palpable, es algo espiritual cautivo en la materia, que tiene el destino de migrar por una cadena infinita de diversas formas de desarrollo en etapas, para finalmente pasar a una existencia libre e independiente.
6. Todas las formas -empezando con la piedra que se desarrolla pasando por todos los reinos de los minerales, por la flora, la fauna, y desde allí hasta desarrollarse en el ser humano-son receptáculos de la Vida procedente de Dios.
7. Cada forma corresponde a cierta inteligencia; cuanto más simple una forma esté, tanto más insignificante es su inteligencia intrínseca. Y cuanto más desarrollada y compuesta esté una forma que ves, tanta más inteligencia encontrarás en ella.
8. Observa una simple lombriz, y a causa de su comportamiento comprenderás que su pobre inteligencia vital corresponde perfectamente con su forma; pero si observas la forma de una abeja ya bastante complicada, ¡por cierto en la forma vital de este animalito descubrirás una inteligencia vital mucho mayor! Y de esta manera eso se desarrolla hasta la altura del hombre...
9. Como estas formas sólo son acumuladores y portadores temporales de una vida que continuamente se consolida más y que cada vez es más inteligente. y como esta vida en su continuo ascenso -conforme a la medida y las condiciones de la anterior unificación mayor de inteligencias vitales todavía más simples- abandona las anteriores formas, ¡poco importa lo que después pasa con la forma que se ha quedado sin contenido vital! Pues la forma no era más que un receptáculo orgánico-mecánico bien concebido para servir a la inteligencia vital inherente a ella. Ahora, si estos peces son comidos por nosotros los seres humanos o por otros animales,
¡esto no puede confundir en absoluto el gran propósito del Creador, porque aun así la finalidad de la Vida será alcanzada inevitablemente!
10. Que en los receptáculos que se han quedado sin vida se encuentran componentes nutritivos, esto ya es sabido; y que a través de la consumición entre sí de aquellas formas -ya que un animal se come el otro- también la parte más noble pasa a otra vida. y así observas en esta Tierra en todo el ámbito de los seres una continua lucha y un cambio de vida hasta a la altura del hombre.
11. Pero incluso la forma exterior del ser humano -la que es su cuerpo- sólo tiene valor mientras esté habitada por el alma - única que posee vida. Una vez que el alma esté madurada, ella abandonará el cuerpo para siempre, y este será consumido. y no importa de qué manera o medio. Lo que en él todavía sea elemento sustancial que pertenece al alma, esto será devuelto a ella. Todo lo demás vuelve a servir como alimento para miles de otras formas vitales de la Creación. - He aquí en pocas Palabras tienes una dilucidación básica de aquello por lo que innecesariamente has reflexionado tanto. ¿Asimilaste esto ahora?».
1. Respondió el hospedero: «Pues sí, ahora entiendo esto bastante bien. Pero tengo que confesarte francamente que este asunto para mí ha cambiado en algo completamente distinto e inaudito; porque en este caso hay gato encerrado en lo de la resurrección de la carne - creencia firme de todos los judíos, por la que estos entierran los difuntos en determinados cementerios, convencidos de que en el día del juicio final los ángeles volverán a resucitarlos y a reunirlos con sus almas. ¡Pero difícilmente los judíos darán crédito a lo que Tú acabas de enseñar! Yo lo acepto porque Tú ahora nos lo has aclarecido a fondo; pero si otra persona me lo hubiera explicado, difícilmente se lo habría creído porque esto se aparta demasiado de la creencia existente. Aun así tengo que reconocer francamente que según las experiencias adquiridas tampoco puede ser diferente de lo que acabas de explicarnos. - ¿Qué decís vosotros los antiguos y los nuevos discípulos sobre esto?».
2. Se manifestó uno de los neo-judíos: «En cuanto a nosotros, somos del todo de tu opinión. Pues reconocemos la Verdad de lo explicado, pero también la dificultad de presentar esta nueva Enseñanza totalmente distinta a los hombres de esta época de manera concebiblemente como verídica».
3. Intervine Yo: «¡No os he dado esta Enseñanza para que la paséis a los judíos! Aun así, si queréis pasarla a quienquiera, estáis libres de hacerlo. Si lo creen o no, esto de momento no importa. Con el tiempo mis confesores genuinos -a través de mi Espíritu esparcido sobre ellos-de todos modos serán llevados a toda Sabiduría y Verdad.
4. Pues es fácilmente comprensible que el cuerpo humano, una vez se haya quedado sin alma, ya no puede resucitar y ser reanimado en todas sus partes. Porque si esto fuera posible, tal día del juicio final también todas las partes que durante el transcurso de la vida temporal a veces muy extensa quedaron desprendidas del cuerpo -como pelos, uñas, dientes perdidos, la epidermis más gruesa con el tiempo llevada al lavarse, gotas de sangre perdidas en casos de heridas, gotas de sudor y muchas más cosas que el cuerpo con el tiempo ha desprendido-también deberían resurgir y ser vivificadas. Ahora, junto a esto, imaginaos una figura humana revivificada en el día del juicio final, ¡que aspecto más desgraciado tendría que tener!
5. En diferente edad el ser humano también tiene un cuerpo diferente. De modo que el cuerpo de un bebe es otro que él de un párvulo, de un adolescente, de un adulto, y totalmente distinto de un anciano. En el caso de una completa revivificación de los cuerpos humanos difuntos en un día del juicio final necesariamente habría que preguntar si todas las formas ocupadas desde la infancia hasta la ancianidad deberían ser revivificadas todas a la vez, o una detrás de otra, o igual solamente una sola.
6. Además, ahí surge una cuestión de gran importancia: Los romanos, griegos, egipcios y muchos otros pueblos de esta Tierra tienen la costumbre de incinerar los cuerpos. y en otra parte se tira los muertos al mar donde los consumen los monstruos marinos, con lo que llegan a ser parte del cuerpo de estos monstruos. y cuando estos se mueren serán consumidos por otros animales acuáticos... De modo que en el día del juicio final, ¿qué va a ser resucitado de estos cuerpos? A través de la incineración la mayor parte del cuerpo se habrá ido en humo, mezclándose con el aire. Y con los cuerpos que fueron tirados al agua, la carne y todo lo demás se convirtió en parte integrante de los animales marinos, de modo que se ha integrado en una naturaleza totalmente distinta. Ahí, ¡¿quién iba a seleccionar del agua, del aire, de los minerales, de las plantas y de los gusanos los componentes corporales anteriormente humanos de incontables cuerpos animales, y luego volver a recomponerlos?!
7. Aunque con Dios algo tal no sería imposible, ¡todavía quedaría la pregunta para qué podría servir algo tal para un alma libre! Pues cada alma, una vez que esté liberada del cuerpo pesado, seguramente se sentiría muy desgraciada si fuera obligada a volver a ocupar un cuerpo pesado, ¡y eso ya para siempre!
8. Además, esto seria algo que nunca congeniaría con el eterno Orden de Dios, por ser Dios mismo un Espíritu purísimo. Y, finalmente, los seres humanos tienen la finalidad exclusiva de llegar a ser eternamente espíritus puros de semejanza a Dios. ¡¿Para qué, entonces, les podrían servir los cuerpos?!
9. Pues sí, también en el Más Allá los seres humanos estarán vestidos con cuerpos, pero no con estos terrenales de esta materia tan bruta, sino sí, de cuerpos espirituales totalmente nuevos que surgirán de las buenas obras de los seres humanos, si en el mundo de acá han actuado según mi Doctrina que ahora os he dado.
10. Siendo así, ¡¿cómo es posible que alguien pudiera pensar que con la resurrección de la carne se entiende una futura revivificación de estos cuerpos terrenales?! La resurrección de la carne son las buenas obras que únicamente al alma dan la verdadera Vida eterna - las buenas obras del alma que esta -en esta carne- ha dedicado a su prójimo.
11. De modo que aquel que oye mi Doctrina, que cree en Mí y que actúa de acuerdo, a él Yo mismo le despertaré en su Día Final que se presentará en el mismo instante en que su alma deje el cuerpo atrás. lo que sucederá tan rápidamente que por la rapidez de la transformación nadie la notará.
12. Ahora supongo que todos vosotros estéis bien informados. Pero si alguien todavía tiene una duda, ¡que nos la haga saber!».
1. Dijo uno de los neo-judíos: «Señor y Maestro, a todos nosotros esto ahora nos ha quedado claro. Aun así hay algo que no consigo explicarme: ¿Por qué hace falta que mueran tantas criaturas aún no maduras en una edad tan tierna, y cuál es el motivo que a la muerte corporal casi siempre precede una enfermedad grave que enflaquece al cuerpo y acaba con él? Una vez que un ser humano haya alcanzado la madurez, ¡fácilmente y sin sufrimiento su alma podría dejar el cuerpo atrás! Y los niños nunca deberían morir antes de una cierta madurez... Sin embargo, mueren en todas las edades, y las enfermedades graves continúan siendo una plaga para el ser humano. Oh Señor y Maestro, ¿por qué esto tiene que ser así en esta Tierra?».
2. Yo respondí: «No hacía falta que esto sea así, ¡pues en tiempos remotos tampoco era así! ¡¿Acaso leíste en alguna crónica sobre enfermedades graves de las criaturas devotas a Dios y cumplidoras de sus Leyes?! ¡Todos alcanzaron una edad avanzada, y su muerte fue apenas un dormirse suave y sin dolor! No había criatura que se hubiera muerto; pues todas eran engendradas por padres sanos, alimentadas y criadas sencillamente y de manera muy natural.
3. Cuando más tarde se introdujo toda clase de soberbia en los hombres, y con esta se formó un regimiento de pecadores más tremendos contra los Mandamientos de Dios y las leyes de la naturaleza, sólo entonces, por culpa propia de ellos, surgieron muchas enfermedades entre los seres humanos. y por eso estos seres debilitados tampoco ya podían engendrar niños sanos. Con el tiempo tales criaturas ya debilitadas en el vientre materno también tenían que ser afectadas cada vez más de toda clase de enfermedades, para poder ponerse a morir en cualquier estado de su edad.
4. No debéis pensar que esto esté determinado de esta manera por Dios, y que Él por una secreta intención inescudriñable lo haya designado así para los seres humanos. pero sí, Él consintió en ello, a fin de que la humanidad por sus enfermedades deje de pecar en tanta demasía. y que las enfermedades amargas y dolorosas los aparten más del mundo. que se interioricen, que reconozcan sus pecados y los desprecien. Y que así, con paciencia y con devoción a la Voluntad divina alcancen su felicidad.
5. ¡Lo mismo sucede con los niños! En esta Tierra, ¿qué se podría hacer con un niño físicamente muy atrofiado, sobre todo si sus propios padres ya habían nacido como resultado de un engendro dentro de toda clase de pecados? ¡¿Quién podría educarlos y curarlos de sus males?! ¿No sería mejor rescatarlos de este mundo, a fin de que los educasen los ángeles en un Reino expresamente instituido para ellos?
6. Yo os afirmo: ¡Dios sabe de todo y también cuida de todo! Pero como en esta época la mayoría de los seres humanos ya no conoce a Dios pues ya no sabe nada de Él, ¿cómo iba a estar orientada de lo que Él hace y dispone para la posible salvación de ellos?
7. Si Dios por los pecados de la humanidad no hubiese permitido las enfermedades correspondientes a estos pecados, más de la mitad del género humano habría sucumbido, y la Tierra resultaría en un infierno. Sería preciso destruirla y sus escombros tendrían que vagar por el espacio infinito, donde ya se hallan ejemplos semejantes9, de los cuales mis discípulos os pueden informar. - Y ahora os pregunto cómo comprendisteis esto y cómo lo interpretáis».
8. Respondieron los neo-judíos: «Si, Señor y Maestro, y ya no podemos quejarnos de las enfermedades aunque también nosotros muchas veces caímos muy enfermos. Y probablemente al final, también a nosotros una enfermedad grave nos despachará al Más Allá, ¡dado que muchas veces pecamos en esta vida, y eso de mala manera! Pero ahora aún quisiéramos oír de Ti cuáles pecados en este mundo provocan las peores enfermedades, ¡porque también en esto debe haber diferencias!».
1. Dije Yo: «Entre todos los vicios los peores son toda clase de prostitución, de lujuria y de lascivia. Pues a estos vicios los seres humanos son inducidos a través del ocio, la soberbia y la altanería. Porque a la altanería nada queda sagrado, dado que procura satisfacer sus pasiones sensuales con todos los medios que estén a su disposición.
2.- Si tales personas engendran niños, ¡qué seres más desgraciados vienen a este mundo, y con qué enfermedades están afectados! De modo que este pecado es una fuente principal por la que en este mundo se producen las peores enfermedades.
3. Además de esto existen la glotonería y la gula, la ira y mucha clase de enojo como provocadores de diversos males, que luego mucho martirizan a los seres humanos.
4. Cuando Yo había curado a aquel enfermo en Jerusalén -después de que él durante enteros treinta y ocho años estaba esperando a curarse en el lago Betzatá (Jn 5,5)-, ¿acaso Yo
9. Los asteroides cuyas órbitas se hallan, en su mayoría, entre las de Marte y Júpiter.
no le había dicho: “¡Levántate y no peques más, para que no te suceda cosa peor!?”. De modo que su gota fatal también era una consecuencia de sus muchos pecados antiguos. Y lo mismo sucedió con la mayoría de todos aquellos a los que Yo había curado. Si por sus muchos pecados no hubiesen enfermado, sus almas estarían perdidas. Unicamente una enfermedad grave y amarga consiguió que quedaran más sobrios, demostrándoles la manera cómo el mundo recompensa a sus aduladores, pues a causa de las enfermedades perdieron su amor a este mundo y anhelaban su pronta liberación de él. De esta manera su alma se quedó más libre, y a la hora oportuna también se les produjo la curación de su cuerpo físico.
5. Aparte de estas causas principales que provocan la mayoría de las enfermedades en personas ya debilitadas desde el nacimiento, por supuesto, todavía existen otras por las cuales los hombres débiles también pueden adolecer gravemente; pero Yo repito expresamente: ¡Esto sólo sucede a los que ya desde el nacimiento están debilitados! Pero aún voy a exponeros las causas en pocas palabras:
6. En primer lugar figura lo de comer comidas malas, impuras y mal o no recién preparadas, y también lo de beber malas bebidas. luego también el consumo de toda clase de fruta verde. Además de esto, muchos tienen la mala costumbre que en un estado de calor se refrescan espontáneamente. Y hay los que inconscientes de su flaqueza innata se exponen a mucha clase de peligros en los que perecen o se perjudican para el resto de la vida.
7. En esto Dios no tiene culpa, y eso aún menos dado que al hombre ha dado el raciocinio, la libre voluntad y las mejores Leyes para la Vida.
8. Contra la pereza del hombre no existe recurso alguno sino precisamente él de muchos males consentidos que inevitablemente siguen al no-cumplimiento de la Voluntad divina. Pues estos males despiertan el alma del hombre profundamente dormida en su carne, y le demuestran las consecuencias enojosas de su ociosidad. Así ella llega a ser más precavida, prudente, alerta, activa y sumisa a la Voluntad de Dios ahora reconocida; de modo que las diversas enfermedades con las que los seres humanos están afectados también tienen su beneficio real.
9. Por supuesto, no dejan de ser una especie de juicio que obliga al alma al bien, pero aun así su libre voluntad no le está completamente quitada. Pues durante y después de la enfermedad el alma aún puede purificarse considerablemente, a pesar de que su perfeccionamiento ulterior lo tendrá que recuperar y realizar en el Más Allá.
10. Pues también existen personas que a causa de las enfermedades de sus padres o sus antepasados ya desde el seno de la madre nacieron enfermos en este mundo. Las almas de tales enfermos en general son de lo Alto, y sólo durante una prueba temporal pasan por la carne. Pero estos de todos modos ya tienen su acogida garantizada en el Reino de los espíritus, porque cada uno que en este mundo les dedica amor y paciencia, a él también en el Más Allá le acogerán con el mismo amor y la misma atención en sus moradas celestiales.
11. De modo que ahora también en esto os he dado una plena Luz. Pero cuando el espíritu en vosotros se haya despertado completamente, también en esto os llevará a toda sabiduría. -¿Habéis comprendido también esto?».
12. Respondieron todos: «Señor y Maestro, lo comprendemos completamente y, de nuevo, te agradecemos por esta gran Luz. Consta que nosotros como futuros doctrinadores tendremos que tratar con mucha clase de enfermos. Por eso también es necesario que mediante tales representaciones podamos inspirar fe, valor y paciencia. y, si hiciera falta y si fuera posible, también podríamos aliviarles sus sufrimientos. Porque el que sufre con paciencia, evidente ya sufre menos que aquel que sufre con toda impaciencia. Por eso esta Orientación que nos das la reconocemos como extraordinaria porque nadie necesita más consuelo que precisamente un enfermo. Y también consideramos como obra realmente caritativa cuando alguien socorra física y espiritualmente. ¿No es así, Señor?».
13. «Sin duda», respondí Yo. «Porque el amor al prójimo sólo debe ser concedido a quién lo necesita, pues sólo esta obra tiene valor ante Dios. Por eso os digo: Si alguien da una cena e invita vecinos y amigos ricos no comete un pecado. sin embargo, en el Cielo él no debe esperar recompensa alguna porque esto se lo pueden pagar sus amigos de acá. Por eso, ¡convidad a los pobres, y tendréis la recompensa en el Cielo porque los pobres de acá no os lo pueden recompensar!
14. Lo mismo acontece con aquellos que prestan su dinero cobrando intereses, y después de cierto tiempo recuperan su capital. Estos así no pecan, a no ser que practicasen usura; pero en el Cielo tampoco les tocará cobrar intereses, a no ser que también a los pobres en sus apuros les presten dinero sin cobrar intereses, e incluso también sin la misma devolución del capital. De modo que ayudar a los pobres de una buena manera, ¡esta es la verdadera obra del amor al prójimo!
15. Por hoy ya hicimos bastante de lo bueno, por lo que ahora vamos a descansar. El día de mañana ya nos aportará lo suyo».
16.- A estas Palabras mías todos agradecieron por mis enseñanzas y se retiraron.
1. Por la mañana del post-sábado nos levantamos muy temprano; y Yo, acompañado de algunos discípulos, salí al aire libre como lo acostumbraba en casi todas las partes. Hacía una mañana de primavera muy agradable, sólo que sorprendía que a pesar de haber casi nada de viento, el mar estaba muy agitado.
2.- En breve el hospedero se juntó con nosotros y preguntó por la causa de ese fenómeno.
3. Pero Yo le dije: «Créeme que a Mí está dado todo Poder en el Cielo y en la Tierra, de modo que también aquí ahora se produce esta gran agitación del agua porque Yo mismo quiero que sea así. Pues Yo tengo motivos para ello, de lo que más tarde tú mismo ya te convencerás.
4. Aún más sorprendido, el hospedero dijo: «Señor, sé que todas las fuerzas y los poderes de la Naturaleza están sometidos a tu Poder. Pero para que con esta agitación del mar hayas tenido una razón oculta, esto me resulta algo nuevo, ¡sobre todo en una mañana tan serena, pues las ondas crecen continuamente! Tal vez convendría proteger los navíos y los depósitos de peces, ¡porque de lo contrario podría producirse un gran daño!».
5. Dije Yo: «¡No te preocupes de esto porque tus barcos y tus depósitos no sufrirán el menor daño! Pero los que ahora con malas intenciones se hallen en alta mar, poco a gusto se encontrarán... El mar no se los tragará, pero después de su penosa llegada a la orilla su furia ya se les habrá calmado considerablemente».
6.- Preguntó el hospedero: «¿Quiénes podrían ser los malvados y qué intenciones podrían tener?».
7. Respondí: «Tú sabes que Yo el año pasado me había presentado en la fiesta de los Tabernáculos en Jerusalén, donde dentro del Templo enseñe al pueblo acerca de mi Misión - eso después de haber curado en el lago Betzatá a un hombre enfermo hace treinta y ocho años y, además de esto, socorrí a un gran número de personas en las afueras de Jerusalén y Belén. Muchas llegaron a ser creyentes y me siguieron, de lo que los templarios pronto se enteraron. Por eso, en su rabia, decidieron nuevamente capturar y matarme instantáneamente. De modo que atentan a mi Vida. Pero como mi hora aún no ha llegado, Yo les puse un obstáculo para que no pudieran realizar sus intenciones malvadas. Este pues es el motivo de la marea tan viva. -¿Ahora te orientas?».
8. Dijo el hospedero: «¡Oh, si! ¡En este caso el mar podría agitarse aún más! ¡Y que también se produzca un viento huracanado bien fuerte, para que estos malvados empiecen a enterarse cómo Dios sabe recompensarles su maldad!
9. Pero Yo le respondí: «Un huracán sería precisamente de una gran ventaja para ellos, porque tienen un navío muy resistente contra tempestades, ¡pues precisamente mediante estas en breve llegarían a la costa segura! Pero justamente esta marea hace que se desesperen tanto más, porque incluso remando a toda fuerza no adelantan nada porque cada ola empuja al navío al punto anterior, con lo que les sucede lo mismo que a un excursionista que intenta pasar por la cumbre de una montaña caminando encima de guijarros sueltos. Pues a cada paso que da, los guijarros ceden y él vuelve al mismo sitio de antes. ¡De modo que esta marea de agitación del mar ya es la más conveniente para parar mis perseguidores! - ¡Pero dejémoslos ahora y miremos si el desayuno esta preparado!».
10. Dijo el hospedero: «¡Ya estará preparado! Pues avisé a los empleados que nos llamen cuando todo esté listo; y ya ves que viene uno de la casa para avisaros que vengamos a desayunar. ¡Vámonos pues!».
11. Dije Yo: «Estás equivocado, dado que él sólo viene a traernos el recado que los discípulos han preguntado por Mí porque querían saber a dónde me había ido. Pues entre ellos se ha producido una pequeña divergencia de opiniones y me esperan como Juez arbitral. Dejémosles que discutan aún un poco más, y luego aún habrá tiempo suficiente para llevarlos todos al camino justo».
12. Dijo el hospedero: «¿Qué habrá podido ser el motivo de su discusión?».
13.- «Oh, ¡una bagatela!», respondí Yo. «Porque algunos de mis discípulos antiguos que habían quedado en la casa fueron examinados por los veinte novatos por la causa de la agitación del mar. Y los discípulos los informaron que esta agitación del mar sin nada de viento seguramente sólo puede haber sido causado por Mí por un motivo oculto. Los nuevos discípulos, sin embargo, no querían aceptar esto y dijeron: “Sabemos muy bien que todo lo que existe depende únicamente de Dios el Señor. Pero aun así, Él depositó Fuerzas ocultas dentro de la naturaleza, procedentes de su Orden, su Justicia y su Sabiduría - los que surten efecto conforme a la Voluntad de Él. Por supuesto, primero Él estimula las Fuerzas a través de su Voluntad. Pero luego las Fuerzas solicitadas actúan directamente, y Dios, mediante ellas, sólo indirectamente. El ordenó desde el inicio que todo lo pesado tenga que caer hacia abajo, pero ahora por tal Fuerza así determinada, ella sola hace que su propia gravedad empuje lo pesado hacia abajo. Así Dios al principio hizo que el agua sea pesada y líquida. De modo que esta facultad dada por Él es la Fuerza oculta del agua que la empuja desde las alturas hacia las profundidades, sin que Dios ahí continuamente tuviera que poner Manos a la Obra para empujar el agua por los arroyos y los ríos. De modo que lo del mar agitado sin haber viento debe ser algo parecido; sólo que esta falta total de viento es más llamativa que si un tifón hubiera agitado el mar”. - Por eso los nuevos discípulos preguntaron a los ancianos mucho más experimentados qué Fuerza secreta de Dios podría haber causado esta agitación del mar.
14. Pero los discípulos antiguos insistieron en que esta agitación del agua no es indirecta, sino sí, directamente causada por el Poder de mi Voluntad. Ahora acontece que los neo-discípulos y los antiguos ambos tienen razón de su manera, por lo que me necesitan como Juez arbitral. ¡Por eso vamos ahora allí para unificarlos en Justicia y Verdad!».
15. Sin tardar volvimos a la casa de la que de todos modos no nos habíamos alejado más de mil pasos.
16. Cuando entramos en la casa, todos los discípulos me saludaron y en seguida me presentaron su objeto de controversia.
17. Yo los miré con toda amabilidad y les dije: «¡Estáis disputando por cosas de menos valor que un rizo ovejuno! Vosotros los neo-discípulos tenéis razón, ¡pero los antiguos también! Porque vosotros los neo-discípulos tenéis razón en lo general, mientas que en este caso especial los antiguos están en lo cierto. Pues esta agitación marítima que os parece tan extraña no resulta de una fuerza intermediaria sino proviene directamente de mi Voluntad.
18. Y para que vosotros notéis esto aún más sensiblemente, ¡observad el mar que ahora en todas partes se encuentra en la misma agitación! Pero a una pequeña parte cercana de la costa voy a mandar que se tranquilice completamente, con lo que reconoceréis que la Voluntad de Dios también puede efectuar algo directamente».
19. De modo que simplemente por la Voluntad calmé del mar unos doscientos acres, y eso de una manera que la superficie se quedó lisa como un espejo, mientras que fuera de esta superficie plana el mar se agitó más violentamente que antes. Cuando los neo-discípulos vieron esto, se echaron a mis Pies y querían empezar a adorarme.
20. Pero Yo les dije: «¡Tranquilos! Porque Yo no he venido a este mundo para que los seres humanos me honrasen y adorasen, sino únicamente para mostrarles los caminos de la Verdad y de la Vida, y para socorrer a todos los que están fatigados y cargados con toda clase de carga penosa (Mt 11,28).
21. Si a Dios, El que en Sí es un Espíritu purísimo, le queréis adorar verdaderamente, entonces, mediante el amor en vuestro corazón, también debéis adorarle en el Espíritu y en la Verdad, y eso mediante toda clase de buenas obras... Porque realmente: todo lo que hacéis a los pobres por amor a Dios, ¡esto lo hacéis a Él! Y más allá de esto, si creéis en Mí que Yo he sido enviado por Dios para estar con vosotros, ¡únicamente en esto consiste la verdadera adoración a Dios! ¡Todo desgaste de labios es un horror ante Dios y es totalmente vano! El que honra a Dios con los labios, y al mismo tiempo su corazón queda frío e desinteresado, él hace de Dios un ídolo, cometiendo una auténtica prostitución espiritual. Esto se lee en un profeta que dice: “¡Este pueblo me honra con los labios mientras su corazón está lejos de Mí!” (Is 29,13).
22. En verdad Yo os digo: Donde el corazón no adora a Dios por amor verdadero, puro y desinteresado, toda oración resulta en un reflejo huero que se pierde en el éter. - Ahora Yo soy vuestro Maestro y vosotros sois mis discípulos. ¡Creed lo que Yo os digo, cumplid con lo que os exijo, y seguidme! Entre nosotros más no hace falta.
23. Con esto los neo-discípulos desistieron de su veneración y nos fuimos a tomar el desayuno muy bien preparado, con lo que les gustaba a todos.
1. Durante el desayuno hablamos poco, pero después tanto más, porque pronto se presentaron muchos visitantes de la ciudad; en parte por ver el mar agitado y, en parte, para tomar allí un buen desayuno con pescado, dado que nuestro anfitrión en este sentido gozaba de una buena reputación en toda la ciudad. No había manera de evitar el roce con estos visitantes, de modo que muchos preguntaron si Yo también estaba presente, porque veían algunos de mis discípulos que les estaban bien conocidos, con lo que suponían que Yo tampoco podía encontrarme muy lejos de ellos.
2. Un distinguido ciudadano de Cafarnaúm que conocía a Simón Pedro, le llamó y le dijo: «Apreciado amigo, ¡ya te acordarás que siempre he comprado pescado de ti, y también he ayudado a los tuyos en todo lo posible! Pero ahora ya hace más de un año que tú y varios otros hombres prudentes y serios deambuláis en compañía del Profeta nazareno por una nadería, con lo que sólo os preparáis un gran número de enemigos entre los judíos. ¡Y aparte de esto descuidáis de vuestro hogar y de vuestras familias, lo que según las Leyes de Moisés no puede ser agradable para Dios! Es evidente que el Nazareno de vez en cuando realiza milagros extraordinarios, con lo que casi se está tentado a creer que él es un profeta ungido por Dios. Pero cuando después se le oye hablar, se duda incluso de sus facultades mentales. o tal vez pretende decir tonterías que nadie soporta oír, como por ejemplo ayer, en la sinagoga. Todo el mundo estaba ansioso por oírle a causa de sus facultades extraordinarias que testigos oculares dignos de fe han confirmado. ¡Pero su discurso de ayer fue algo tan demente que incluso tenía que provocar mucho enojo! De veras, si de él no aprendéis algo mejor, ¡entonces por vuestra causa sois dignos de piedad, y más aún vuestras familias valientes! - ¿Acaso no tengo razón?».
3. Respondió Pedro, algo excitado: «Amigo, si intentas hacer un juicio sobre nuestro Maestro, ¡para esto debes conocerle más de cerca, como yo le conozco! Pues hace más de un año que me encuentro cerca de Él, por lo que sé considerablemente más que tú puedes saber. Yo tampoco soy mentecato, conozco la Escritura y puedo juzgar mucho de manera acertada. Y nunca oí de su Boca una Palabra en la que no se haya manifestado la Sabiduría divina más profunda, clara como la luz del sol. ¡Incluso el discurso de ayer era lleno de Vida y del Espíritu de Dios más íntimos! El hecho que sólo pocos hayan comprendido el Discurso, ¡esto verdaderamente no es culpa de Él! Si Él se revela con toda claridad y finalmente pronuncia Quién es, pero nadie se lo cree. ante semejante incredulidad, ¡¿cómo podrían ser asimiladas las Palabras de su Discurso de ayer?!
4. ¡Observad el mar en su furia! ¡Y ved también el trecho considerable que se extiende a lo largo de la costa - un trecho cuya superficie es tan lisa como la de un espejo! Pues no hay ola lindante que, aun con el mayor poder, podría dar sacudidas a esta superficie tan lisa... ¡Y fijaos también que esto es y sucede así por la Voluntad del Nazareno! Porque hasta hace media hora atrás, aquí el mar estaba igual de agitado como sigue siéndolo ahí en alta mar. Pero el Nazareno ordenó silencio sobre este trayecto, ¡y este le obedeció instantáneamente - y todavía sigue obedeciendo! ¿Quién, entonces, podría ser Aquel a Quien los elementos mudos obedecen instantáneamente?
5. ¡Ayer Él os dijo sin rodeos Quien es! Entonces, ¿por qué no Le disteis crédito y no os pusisteis de rodillas ante Él, ofreciéndole vuestro corazón? ¿Acaso fue más sabio de vuestra parte burlaros de Él en vez de decir: “Oh Señor, Tú -que eres la Vida y todo Poder procedentes de Dios- nos transmites Palabras de la Vida, ¡sé misericordioso para con nosotros que somos pecadores ignorantes y pobres!”? Yo sé y veo Quien es el Nazareno; por eso me quedo en su compañía porque únicamente de Él recibiré la Vida eterna - de lo que ya estoy mucho más seguro que del hecho que ahora estoy vivo y estoy hablando. Y si no fuese así, créemelo, desde hace mucho tiempo yo ya no sería apóstol suyo, ¡porque tanto talento como tiene cualquier ciudadano de esta ciudad también tengo yo!
6. Pero en concordancia con todos profetas de la Escritura yo he reconocido que únicamente Él puede ser el Mesías prometido - el gran Ungido de Dios desde toda Eternidad. Por mi parte considero como la mayor distinción ante el mundo que Él mismo me haya convocado como apóstol suyo. ¡Pregunta a mi familia si durante mi ausencia ha pasado la menor calamidad! ¡¿Quién, aparte de Él, habrá cuidado a los míos?! ¡Pues tienen pan y vino en abundancia! ¡Él no se pone a cultivar los campos ni va a la pesca para mi familia; pues todo esto realiza su Voluntad todopoderosa - la misma por la que todo el suelo terráqueo está cultivado! ¡¿Y tú todavía pretendes que no es justo abandonar el hogar y la familia por causa del Nazareno?! Amigo, ¡vaya ciego que eres!
7. Verdaderamente te digo que no necesito enseñanza de ti ni de nadie, ¡porque tengo eternamente suficiente en la Instrucción por parte de aquel Uno! Si tú no fueras tan estúpido como te manifiestas, entonces nos preguntarías qué es lo que hace y enseña nuestro Nazareno. Y así actuarías mucho más sabiamente que con tu fanfarroneo de autoestima vanidosa. Yo sé lo que sé, y los demás apóstoles también lo saben; de modo que todos nosotros somos testigos del gran Amor y de la Verdad de Dios el Padre - Amor y Verdad que en Jesús, el Ungido de Dios, vinieron a este mundo a nosotros para la salvación de todos que creen en Él, y para juicio de los que no Le quieren aceptar, los que con palabras y hechos siempre actúan en contra de Él, rebuscando toda clase de pruebas contra Él.
8. Nosotros no nos arrogamos el derecho de declarar a alguien de vosotros como tonto, ciego o descuidado, pero vosotros lo hacéis de nosotros, clasificándonos de ociosos y aventureros, sin que para esto os hayamos dado motivos. Por eso dinos sinceramente, ¡¿acaso esto es justo ante Dios y el hombre?!».
9. Respondió el ciudadano rico: «Oye, mi querido Simón Judá, ¡no fue ni mucho menos mi intención el enfadarte para que tengas motivos de alterarse tanto por mí! Yo no soy culpable de que tú conozcas al Nazareno milagroso mejor que yo, ¡pues no tenía oportunidad de tratar con Él como tú y ver todas sus Obras y oír todas sus Palabras! Le juzgué apenas por aquello que yo mismo he visto y lo que otras personas me contaron... Como simple ser humano, aun con la mejor voluntad sólo puedo juzgar humanamente. Y como yo, antiguo amigo tuyo, ahora hice esto ante ti -hombre bien experimentado y sabio que eres- no te habría desfavorecido en absoluto si con algunas palabras moderadas me hubieras llamado la atención sobre mi error. Aun así no te guardo rencor porque te aprecio desde siempre...
10.- Incluso la Sabiduría más divina debe reconocer francamente que no es posible exigir de alguien más de lo que este es capaz de realizar. Yo quisiera conocer al dios que en voz de mando y ya amenazadora diría: “¡Anda, miserable gusano terrestre, levanta esta montaña y llévala desde aquí al final del mundo; y si no lo haces te condenaré a la miseria eterna!”. Semejante exigencia pretendidamente divina, ¿la considerarías sabia? Un Dios sabio que debería conocer mis fuerzas, ¿podría él exigir semejante acción de mí? Te pregunto si actuaste verdaderamente de manera sabia al exigirme un entendimiento, una comprensión y una creencia que pasaban los límites de mis fuerzas espirituales; pero a causa de mi creencia bastante frágil a la vez ya me aseguras del juicio por mi fe y conocimiento frágiles.
11. Evidentemente la fuerza espiritual está encima de toda la natural. El que no la tiene pues que no la tenga... Pero entonces, sin poseer la fuerza espiritual mayor y más sublime, tampoco podrá comprender verdades más profundas y ocultas, y con fe reconocerlas como tales - como tampoco con insuficiente fuerza natural se puede levantar una montaña y llevarla a otra parte. Yo diría que con los seres humanos por todas partes con amor y paciencia se logra más que con rigor, como tú ahora lo desarrollaste ante mí sin la menor necesidad. ¿Acaso no tengo razón?».
12. Respondió Pedro, algo desconcertado: «Pues si, en tu forma de ver las cosas también puedes tener razón, y yo no tengo argumentos para contradecirte. ¡Pero aun así debes reconocer que de tu parte no fue muy delicado considerarme sin nada más un hombre voluble porque abandoné hogar, familia y profesión para seguir al Santo de Dios de Nazaret!».
13.- ¡Bien sé que tú -como muchos otros- careces de fuerza espiritual para asimilar a la primera los profundos Secretos de Dios! Pero ahí aún existe un término medio muy acertado.
Y según mi parecer este reza unos así: Cuando oigo de hechos extraordinarios o yo mismo los veo, entonces retengo mi opinión con modestia hasta que de alguna parte consiga una Luz más clara sobre este asunto. y si por ventura aun así no llego a comprender este asunto bien, entonces continúo estudiándolo. Y si al final no percibo una Luz más sublime y más fuerte, sólo entonces tengo el derecho a decir: “¡Esto no lo comprendo, y por eso el derecho de formar un juicio sobre esto lo cedo a otros que son más aptos para esto que yo!”. Pero por las buenas doblar la vara de la justicia en una situación incomprendida, ¡esto seguramente es aún más tonto que mi celo contra ti!
14. ¡Seguro que leíste el Cantar de los cantares de Salomón, y seguro que como yo tampoco habrás comprendiendo una sola silaba! ¿Por eso, acaso, sería sabio rechazarlo porque no se lo comprende? Aun así tenemos este Cantar en mucha estima, a pesar de que no lo entendemos - y seguro que en este mundo de acá nunca llegaremos a comprenderlo íntegramente. Si nosotros con nuestro entendimiento limitado hubiésemos vivido en los tiempos de aquel Rey dotado de sabiduría tan elevada, ¡seguro que tendríamos la misma opinión acerca de este Cantar que vosotros ahora tenéis del Discurso hecho ayer por el Señor y Maestro! Pero como el Cantar del Rey Salomón ya es tan antiguo se lo aprecia por su antigüedad, aunque nadie lo comprenda.
15.- Nuestro Señor y Maestro realiza Milagros con las que Salomón nunca había soñado, y su Sabiduría y Omnisciencia comparadas con la sabiduría de Salomón son como la infinitud comparada con un punto ínfimo en el universo. Pero como la sabiduría de Salomón no llega a contar mil años, pues reluce y surte efecto ante vuestros ojos y oídos, ¡vosotros la tomáis por mera tontería! ¡Reflexiona un poco y dime si esto para seres humanos con cierta índole es prudente!
16.- Sé que me he exaltado contigo. Pero esta irritación fue justa, por lo que debía demostrarte que yo y los demás hermanos por haber abandonado todo y haber seguido al Nazareno no somos tontos ni perezosos. pero todos vosotros que no comprendéis esto ni lo reconocéis, y aun así hacéis lo mismo que nosotros hacemos, ¡vosotros lo sois! - ¡Pero ahora, ante nuestros ojos, ha llegado el tiempo en que todos los que quieran podrán ser enseñados directamente por Dios! Te afirmo como antiguo amigo tuyo: ¡En este Profeta de Nazaret -como vosotros Le llamáis- no sólo habita el espíritu de un profeta resucitado, mas sí, toda la Plenitud de la Divinidad - físicamente, y tanto más espiritualmente! Pero todos vosotros sois ciegos, lo que en perjuicio vuestro nunca reconoceréis, por lo que resulta muy difícil el hablar con vosotros».
17. Dijo el ciudadano rico de Cafarnaúm: «Vaya, apreciado amigo, ¡siempre hablas lo mismo! ¡Considera una vez de mente calma que nunca un sumo sabio descendió del Cielo a nuestra Tierra, y mucho menos podría suceder esto con un ser humano semejante a nosotros! ¿De dónde íbamos a saber que detrás del hijo del carpintero muy bien conocido a nosotros -el que en compañía de su padre José y sus hermanos varias veces había trabajó para nosotros- de repente se oculta toda la Plenitud Divina?
18. ¡Sí. Si con sus hechos milagrosos hubiese venido de Egipto o de Persia, ante nosotros que somos seres de poca visión todo su personaje evidentemente habría logrado mucho más impresión y atracción. Pero resulta que ya le conocemos desde su infancia, y entonces, mientras todavía vivía su padre, nunca había demostrado el más mínimo gesto que era algo más sublime que un hombre corriente, callado, diligente y de buenas costumbres. Pero ahora de repente se elevó como doctrinador y salvador extraordinario para enfermos e incluso aparentemente muertos, lo que llamó tanto más la atención porque de todo esto antes nunca se había notado nada en él. y nosotros sabemos muy bien que él antes nunca había frecuentado una escuela; y nunca estaba en el extranjero donde habría podido aprender algo así.
19. ¡Pero de repente él se presenta ante nosotros equipado de facultades tan extraordinarias que, con razón, cada uno tiene que manifestar su gran asombro! Ahí, con nuestro raciocinio natural, sólo podemos concluir que él -como hombre muy piadoso- en alguna noche habrá sido inspirado por el Espíritu de Dios y despertado como profeta; de modo que nosotros no andamos despistados si le declaramos como tal - como también los mismos nazarenos lo hacen... ¡Sólo que de tu parte ahora oigo cosas totalmente diferentes que para mis oídos, por supuesto, todavía tienen que resultar un poco extrañas! Pero incluso esto no importa, porque cada hombre para formarse una idea sobre un asunto, antes, por supuesto, tiene que oír y enterarse de él. Sólo después podrá estimar el asunto y examinarlo, y solamente entonces con plena fe aceptarlo como pura verdad.
20. Ahora, de tu parte, es la primera vez que he oído algo sobre lo que aparentemente se halla detrás de nuestro Nazareno; y fíjate, con lo sumamente admirable que esté tu afirmación, no me parece ni mucho menos condenable, sino me parece muy formal el reflexionar sobre ella, examinarla, y también aceptarla después de haber aprobado que todas las condiciones necesarias para esto estén en buen orden. En todo este asunto encuentro nada de imposible. Además, ahí habla mucho en favor el hecho que todos nosotros sabemos muy bien que el Nazareno nunca ha podido adquirir estas facultades extraordinarias en una escuela de ocultismo porque nunca una frecuentó. Según afirmación de su padre, ni siquiera aprendió a escribir y leer de una manera que se podría decir que lo domina perfectamente. De modo que su facultad repentinamente aparecida llama tanto más la atención. y tanto más admirable es el poder inconcebible de su voluntad, ante la cual, como yo mismo he oído, evidentemente ceden incluso las piedras más duras. Todo esto lo considero verídico porque el año pasado yo mismo fui testigo de tal acción que él evidentemente sólo había realizado mediante su voluntad. ¡Pero ante todo esto, mi antiguo amigo, no debes enfadarte conmigo si yo como hombre simple y sencillo también hablo de modo humano contigo!».
21. «¡De mi parte ni hablar de guardarte rencor alguno!», dijo Pedro. «Pero tampoco tendré miedo a decir la plena Verdad a un antiguo amigo. - ¡De momento pásatelo bien en el Nombre de mi Señor y Maestro divino! ¡Pues ahora tengo que dirigirme a Él en el local contiguo, porque oí su Llamada en mi interior!».
1. Cuando llegó a Mí, Pedro dijo: «Señor, ¡oí tu Llamada! ¡Trasmíteme pues tu Voluntad que para mí siempre es sumamente santa!».
2. Yo le dije: «¡Nada más que a aquel viejo rico estrafalario ya le dijiste bastante! Si esto no le facilita una comprensión más lúcida, nada más podrá conseguirlo. ¡De modo que ya basta de hablarle! En su patria resulta bastante difícil llevar a los hombres a la pura Verdad. Pues allí siempre sueltan la misma pregunta: “¿Cómo llegó este hombre a esto? Porque le conocemos desde su infancia”. Llegado a eso, ya se acaba toda demás instrucción; porque aquel que pone reparos al personaje del Instructor, más o menos también los pondrá a su Doctrina. Y obligar a tales hombres -que en el fondo ni siquiera son de mala índole- mediante milagros y fenómenos a una fe, ¡esto significaría robarles de golpe toda la libertad de sus almas y de su voluntad! Por eso vale más dejarlos en paz hasta que ellos mismos vengan a pedir más elucidación.
3. Caso que durante los pocos días de nuestra estancia aquí se presentasen algunos que desean más informaciones sobre mi Persona, hacedles apenas ligeras alusiones a mis Milagros, y menos aún a lo que debe quedar oculto. Sobre todo comunicadles lo que deben hacer para lograr la Vida eterna. Si esto no les place, dejadlos que continúen su camino, porque no tiene gracia echar perlas preciosas a los puercos para cebarlos. ¡Y quien no considera una pequeña dádiva, tampoco merece una mayor!
4. Aquí hay hombres que de vez en cuando durante horas con mucho gusto conversan sobre cosas y relaciones espirituales, llenándose con entusiasmo de buenos propósitos. Pero nada más volver a sus quehaceres acostumbrados, ¡y todo es como liquidado! Si tan sólo se les ha producido un contratiempo, a pesar de todo consuelo espiritual antes obtenido, se llenan de las preocupaciones mundanas más pesadas. pues ya no quieren acordarse de los consuelos puramente espirituales antes tenidos... ¡¿Para qué, entonces, valían estos consuelos?!
5. Y ves, mi Simón Judá, lo mismo pasó con tus buenas conversaciones con tu antiguo amigo, ¡pues ya no piensa en ellas! Porque un comerciante de Caná se ha acercado a él para convenir una compra favorable de diversos artículos de negocio. ¡Él sabe muy bien que Yo mismo estoy aquí, de modo que también habría podido entrar en mi aposento, a fin de orientarse personalmente acerca de mis Facultades que le parecen tan extraordinarias! ¡Y que te conste que Yo de ninguna manera le habría echado afuera! Pero ahí el comerciante de Caná le llama mucho más la atención, ¡de modo que no hace falta que estés preocupado que volverá a discutir contigo sobre Mí!
6. Por eso a personas como estas todavía les falta mucho para que sean aptos y hábiles para el Reino de Dios. Se parecen a agricultores que al arar el campo no miran para adelante sino para atrás, por lo que no ven hacia donde el buey tira el arado y si este hace los surcos debidamente. También vale más ignorar tales personas y dejarlas donde estén, porque aun con todas señales y palabras más lucidas no hay manera de alejar esta gente de sus preocupaciones mundanas.
7. Además, os digo: Cuando en el futuro, como apóstoles perfeccionados, en mi Nombre empezaréis a transmitir mi Doctrina, considerad lo siguiente: Donde en un lugar o en una casa seáis bien recibidos, ¡quedaos allí, enseñad a las personas conscientemente y después bautizadlas en mi Nombre con agua como lo hizo Juan, y Yo luego los bautizaré con mi Espíritu desde lo Alto!
8. Pero donde no seáis bienvenidos o tan sólo de la manera como ahora tu antiguo amigo recibió tus palabras, allí sacudid de vuestros pies incluso el polvo que se había apegado en tal lugar o en tal casa, a fin de que nada se os quede agarrado del mundanismo! (Mt 10,14). Vosotros sabéis que mí Reino no es de este mundo. por lo que debe ser creado en el interior del ser humano, y esto mediante el reconocimiento de mi Verbo y el cumplimiento con Él. Pero la obtención de esta interna esfera espiritual de la vida celestial siempre será difícil mientras en el hombre todavía exista el menor rastro de algo mundano.
9. Hablando del polvo que debéis sacudir de vuestros pies, Yo no me refiero al polvo material de aposentos y de calles. Pues el polvo al que Yo me refiero representa aquellas alocuciones mundanamente sabias de personas que en mucho se parecen a tu antiguo amigo. Suenan muy educadas, amables y acordes con intelecto del mundo; pero aun así son nada más que un polvo vacío porque están solamente a favor de las cosas materiales mundanas, pues no tienen ni vestigio de una verdad seria. Del mismo modo que la polvareda de los caminos no puede llegar a ser útil para el viajero, las alocuciones mundanas y fútiles de tales ciudadanos ricos y mundanamente sabios valen para nada.
10. De lo contrario, tal polvo puede resultar dañino para el viajero, porque si se levanta un viento en el aire, hace falta taparse los ojos y la boca para no quedarse ciego y asfixiado. Además, puede convenir quedarse parado o talvez tumbado con la cara al suelo, hasta que el viento se haya llevado el polvo molesto. Y aparte de estas molestias el viajero llegó con retraso a su destino.
11. Pero lo que para el viajero terrenal es el polvo callejero, para el peregrino que camina por las Sendas de la Vida -que Yo os he mostrado- es el polvo de las alocuciones mundanas tan presumidas. Este polvo perjudicial al viajero con facilidad turbia la visión interna, e incluso puede influir de manera sofocante en la verdadera Vida interna del alma. Pues el progreso espiritual retrasa inevitablemente, ¡aunque se aplique el mayor cuidado! Por eso os dije que deberíais sacudir el polvo agarrado a vuestros pies, para que nada del mundanismo pueda apegarse a vosotros. De veras os digo: Mientras todavía haya un solo átomo mundano apegado al alma, esta no podrá entrar completamente en mi Reino, porque para el alma todo lo mundano es lo mismo como el veneno para el cuerpo. La menor gota de un veneno fuerte puede provocar la muerte física; e igualmente la menor partícula de mundanismo puede aniquilar o por lo menos perjudicar el alma de tal manera que le costará mucho tiempo para que completamente curada pueda resurgir a la Vida eterna. ¡La propia experiencia os dará la plena confirmación de esto!».
12. Dijo Pedro: «Señor, ¡entonces no nos resultará fácil que comuniquemos tu Doctrina a los demás hombres! Porque ¿cómo sabremos enterarnos si alguien está apto para asimilar tu Evangelio? Para mí mi antiguo amigo ahí afuera ya se habría prestado bien para tanto - por su buena índole. Además, en sus horas de ocio con mucho gusto aprecia conversaciones de temática espiritual. Y, según tengo entendido, también hace el bien a gente necesitada. Bueno. pero si incluso personas como estas son consideradas como conflictivas para nuestro progreso -por lo que se debería evitar el roce con ellas-, ¡entonces yo realmente no sabría a quién debiera considerar apto para percibir la comunicación de tu Evangelio!».
13. Dije Yo: «¡¿Acaso también vosotros todavía sois ciegos y no comprendéis lo que Yo os digo?! ¿No te acuerdas del joven rico que el año pasado me preguntó qué debía hacer para lograr la Vida eterna? Cuando le dije que debía respetar los Mandamientos, amar a Dios sobre todo y al prójimo como a sí mismo, entonces él afirmó que esto ya lo ha hecho desde su infancia... Y a eso Yo le aconsejé: “Pues bien, si quieres más, entonces vende todos tus bienes terrenales y reparte el beneficio entre los pobres. Luego ven y sígueme. y de este modo te prepararás un gran tesoro en el Reino del Cielo”. A eso el joven se puso triste, nos volvió la espalda y continuó su camino. A la misma ocasión hice la observación que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que entre un rico en el Reino de los Cielos (Mt 19,24). En aquella ocasión os admirasteis, y observasteis que entonces solamente muy pocos iban a entrar en el Cielo. A lo que añadí: “Aunque al hombre muchas cosas le parezcan imposibles, ¡pero para Dios todo es realizable!” (Mt 19,26).
14. En aquel tiempo no comprendisteis este asunto del todo, pero ahora ya os quedará bastante más comprensible. ¿Qué, por ejemplo, habríamos ganado si entonces hubiésemos persuadido a aquel joven que, a pesar de todo, cumpliese con lo que Yo le había aconsejado, a fin de que pusiese mis Palabras en práctica? ¡Nada en absoluto! Porque durante varios días nos habría expuesto sus motivos mundanamente sabios por los cuales ni con la mejor buena voluntad habría sido capaz de seguir mi Consejo - con lo que después de varios días nosotros habríamos vuelto al mismo punto como en el primer momento de nuestro encuentro.Así, proseguimos nuestra peregrinación, y pronto hallamos la oportunidad de hacer mucho bien. De modo que veis, que rápidamente sacudimos la polvareda que este joven nos había producido, y continuamos nuestro camino sin trabas.
15. Los que se hallan en la antesala, en sí son hombres justos e inteligentes - cualidades que les proporcionaron riqueza material. Pero para mi Evangelio están todavía muy lejos de la maduración necesaria, y en este mundo difícilmente llegarán a este estado. Por eso, en el futuro, no debéis predicar mi Palabras a personas de semejante índole, porque en estas no echarán raíces y menos aún producirán frutos maduros.
16. ¡Tú, Pedro, dijiste unas buenas Verdades al comerciante rico, como si Yo las hubiese proferido! ¿Y cuál fue el efecto? ¡Nulo! Ahora él conversa con su amigo de negocios de manera tan imperturbable, como si nunca le hubieras nombrado una Palabra de Mí. Él sabe que Yo estoy aquí; de modo que por lo menos la curiosidad debería empujarle hacia Mí, para que pudiese verificar conmigo mismo todo aquello que tú le dijiste sobre Mí. Entretanto, al hombre rico todo esto le da tan igual como un mosquito pisado por su pie. Él no solicita nuestra atención y nuestra ayuda demasiado insignificante - dado que se siente un hombre muy rico y mundanamente muy sabio. ¡Y como este hay muchos!
17. Ved, ¡he aquí los verdaderos cerdos de campo a los que no debéis echar mis Perlas, porque a estos sólo les interesan las cosas que producen un lucro material! Por eso aquel comerciante te reprendió por haber abandonado tu oficio rentable para seguirme a Mí por menos que nada.
18. Por lo demás tales personas son bien educadas y modosas, y respetan ante cada uno una conducta fina. Pero todo esto parece al blanqueo artesiano de una tumba cuyo exterior es de aspecto agradable, pero cuyo interior aun así está lleno de moho mortal y de hedor que apestan. Mientras tal hombre con toda tranquilidad pueda embolsar sus ganancias y no suceda una desgracia en sus negocios, siempre estará de buen humor e incluso será generoso. Pero si se produce un contratiempo, entonces fíjate en tu hombre simpático y empieza a hablarle acerca de Verdades espirituales íntimas, ¡y te garantizo que te despachará antes de que hayas realmente abierto la boca! - ¡He aquí la razón por la que te aparté de tu celo bien intencionado, porque con gente como esta toda palabra espiritual interior resulta más o menos inútil!
19. Le revelaste que la gran agitación del mar está causada únicamente mediante mi Voluntad todopoderosa. Además, le dijiste que Yo sólo tengo que querer, ¡y todos los elementos me obedecen! ¡Esto, por cierto, es nada de insignificante! Pero mira afuera, ¡y en seguida tú mismo te convencerás de la impresión nula que estas comunicaciones tuyas produjeron en él! ¡Pues él ni siquiera se fue a verificar si el mar todavía está muy agitado y si una parte de él resulta completamente tranquila!
20. Además de esto, le diste a saborear que a los incrédulos les tocará mi juicio... Pero esto sólo le costaba una risita, pues él pensaba: “Pobre desgraciado, ¡ojo que no te alcance pronto el juicio del estómago vacío y de la piel desnuda!”. - ¡Y ahora dime si a tal gente hay que predicar mi Palabra!».
21. Dijo Pedro algo disgustado: «Vaya. ¡ahí yo preferiría cuidar los cerdos de la pocilga de un griego en vez de ser un predicador para hombres como estos! ¡Sólo ahora comprendo tu Celo en el Templo, el año pasado! ¡Para estos hace falta prepararles un verbo de azotes y porras como Tú lo hiciste en el Templo! ¡Esta ralea aun es peor que el fariseo más envidioso en el Templo, porque este tiene por lo menos una apariencia espiritual -a pesar de que esta vale para nada- pero para esta ralea existe únicamente el mundo totalmente materialista! ¡Es óptimo, Señor, que Tú nos hayas llamado la atención a este hecho! ¡Que jamás tal polvo callejero se apegue a nosotros! - ¿Pero qué haremos ahora?».
22. Yo le respondí: «Salgamos ahora al aire libre a fin de que os convenzáis personalmente de la indiferencia de esos hombres. Luego volveremos a entrar aquí, y después haré que caiga una lluvia violenta que nos liberará de ellos. De modo que salgamos al aire libre como ya os dije. Fijaos bien en todos con los que nos encontraremos y después continuaremos aún más con este asunto para luego tomar nuestras disposiciones».
1. Cuando conforme a mi Decisión salimos de nuestro aposento y pasamos por una gran muchedumbre de huéspedes, todavía faltaban casi tres horas hasta el mediodía. El hospedero que todavía estaba muy ocupado con los huéspedes me pidió perdón que por los muchos huéspedes me haya prestado tan poca atención.
2. Pero Yo le tranquilicé: «¡No te preocupes por esto! Porque el que con el corazón está
junto a Mí, con sus miembros podrá ejercer su profesión como esta se lo exige, y aun así al mismo tiempo me dedica la mayor y más verdadera atención. Cualquier otra atención de todos modos no tiene valor para Mí.
3. Quedaremos hasta el mediodía en el aire libre para observar la agitación del mar. Antes de que nosotros mismos volvamos vendrá una fuerte lluvia mandada por Mí. Esta ahuyentará a los comerciantes que me resultan incómodos, porque tales personas mundanas tienen un gran miedo a las tormentas. De modo que estos volverán corriendo a sus casas en la proximidad o en la ciudad - antes que nosotros mismos volvamos, como ya lo dije antes. ¡Pero ten cuidado que nadie se vaya sin pagar!».
4. Dijo el hospedero: «Oh Señor, te agradezco este consejo y sobre todo el temporal anunciado, ¡porque estos huéspedes me resultan los más molestos!».
5.- A eso salimos porque un huésped le llamó - lo que le resultaba muy inoportuno.
6.- Cuando estábamos en el aire libre, Yo pregunté a Pedro: «Bueno. ¿ya te has fijado en tu antiguo amigo? ¿Qué tal te parecía?».
7.- A eso Pedro respondió bastante irritado: «Vaya. ¡ahí acaba todo! Si estos hombres por lo menos nos hubieran considerado dignos de dirigirnos una sola mirada, o si el uno por lo menos hubiera preguntado al otro quiénes somos. ¡Pero ni siquiera nos han considerado dignos de una mirada, a pesar de que ellos te conocen, dado que ya han oído mucho sobre Ti! De veras, ¡nunca he coincidido con gente tan inerte e indiferente! Si hoy diéramos con una pocilga, ¡seguro que los cerdos nos mirarían y en seguida empezarían a gruñimos! Pero para estos hombres representamos más bien una nada - como si verdaderamente no existiésemos... Oh mundo totalmente malvado, sordo y ciego. Señor, ¡haz que estalle una tormenta impetuosa con incontables relámpagos, para que a estos se les acabe su indiferencia más que estoica! De veras, ¡ahí se trata realmente de los cerdos a los que no se les debe echar tus preciosas Perlas de la Vida!
8. Dije Yo: «Ya te avisé antes de lo que pasa con estos comerciantes, porque no conocen más que su mercancía y sus ingresos. El que frente a ellos no posee mercancía ni dinero, ante ellos prácticamente ni siquiera cuenta como ser humano. Lo que todavía dignan de pensar sobre un hombre como nosotros, un sin-dinero, consiste únicamente en que íntimamente hacen sus cálculos y se dicen: “¿Qué podría valer este simplón como esclavo?”. De modo que para estos únicamente podríamos tener algún valor como mercancía de calidad inferior. Porque entre estos hay muchos que secretamente practican el tráfico de esclavos, en lo que tu antiguo amigo es uno de los más experimentados de todos. Pues cada año hace sus negocios en Egipto, Roma, Grecia y Persia. - ¿Qué dices tú si un judío es capaz de hacer esto?».
9. «¡A este habría que apedrearle!», respondió Pedro. «Pero yo y en realidad también todos nosotros, aún no comprendemos cómo es posible que Tú, Señor, tengas tanta Paciencia e Indulgencia con hombres como estos; porque esto sobrepasa lo que pasó en Sodoma y Gomorra. Cuando los paganos actúan así, son disculpables, ¡pero un judío, jamás!».
1. Pero Yo le dije: «¡No te irrites, porque todavía estás lejos de saber qué clases de huéspedes pasan por esta Tierra, y todo lo que hace falta para llevarlos poco a poco a la esfera de los hijos de Dios! Pero cuando por mi Espíritu -al que Yo os mandaré después de mi Ascensión- estéis completamente fortificados, entonces comprenderéis también esto, y me daréis la debida Honra precisamente por ser tan Paciente y Magnánimo.
2. Aquel de vosotros que es capaz de asimilar algo más, que sepa que en esta Tierra también han encarnado almas de otros mundos, inclusive hijos de la serpiente de esta Tierra. Muchos ya murieron una vez y otros ya varias veces, pero para su perfección volvieron a vestirse con la carne.
3. Ya oísteis hablar muchas veces de la trasmigración de las almas - en la cual el Oriente aún hoy día cree firmemente. Pero en aquella raza esta creencia resulta muy distorsionada, porque esta gente insiste en que las almas humanas vuelven a encarnarse en animales - ¡pero de esto ni hablar!
4. Que un alma humana de este mundo se compone de elementos de los reinos de los minerales, de las plantas y de los animales, hasta que evolucionándose se eleva al alma humana, esto en gran parte ya os ha sido demostrado... incluso cómo esto sucede en el concepto y orden solidificado. Pero nunca un alma humana hará marcha atrás -con lo imperfecta que fuera-, a no ser en el reino espiritual intermediario según la apariencia exterior, para su humillación y mejora eventual que allá puede resultar. Cuando tal mejora del alma se ha realizado hasta cierto grado -más allá del cual no hay manera de continuar progresando porque no tiene facultades más elevadas- entonces tal alma -solamente en un estado de criatura beatificada- puede inmigrar en el ámbito espiritual de cualquier otro astro. O, si quiere, también puede entrar una vez más en la carne de los seres humanos de esta Tierra - camino en que el alma podrá adquirir facultades mayores con cuya ayuda incluso podrá alcanzar la Filiación de Dios.
5. Del mismo modo también transmigran almas de otros mundos a la carne de los seres humanos de esta Tierra, a fin de adquirir en esta aquellas facultades espirituales incontables que son necesarias para la verdadera Filiación de Dios.
6. Precisamente por ser esta Tierra una escuela, Yo la trato con tanta Paciencia e indulgencia. Aquel de vosotros que comprende esto, ¡que lo comprenda! ¡Pero que lo guarde para sí mismo, porque el saber asimilar los Secretos del Reino de Dios no debe ser dado a todos! Pero si aun así encontráis alguien con la mejor índole posible, a este, poco a poco, podréis revelarle el uno u otro misterio - pero también esto únicamente para él mismo... Porque es mi Voluntad que el ser humano de buena índole adquiera todo esto por su propio esfuerzo conforme a mi Doctrina.
7. Una vez que el hombre sepa qué debe hacer para lograr la Vida eterna y sus tesoros, entonces actúe y viva conformemente; y en su interior ya oirá y sentirá vivamente la plena realización de mi Promesa.
8. Lo de comunicar al hombre por la boca mucho sobre tales secretos extraordinarios, esto tiene poco o ningún valor; primero, porque este no puede asimilarlo y, segundo, un asunto tan increíble para él le perturbará su fe por ventura ya adquirida. Porque para asimilar todo esto en toda profundidad de la Vida interior y verdaderamente espiritual, para esto evidentemente hace falta más que la letra muerta de la Ley y de los profetas».
1. (El Señor:) «Ahora, en la costa, ya nos hemos alejado tanto de la ciudad que ya no vemos rastro de ella; y las olas del mar se lanzan con fragor contra el litoral pedregoso. He ahí una cabaña de pescadores. Entremos pues para esperar la tempestad anunciada. ¡Ahora mirad en dirección del Sur, porque allí surgirá con violencia, y no faltarán relámpagos! - ¡Que se levante la tempestad y se dirija rápidamente hacia Cafarnaúm!».
2. Nada más pronunciar estas palabras, y repentinamente se levantaron nubes pesadas del mar y de la sierra, de lo que los huéspedes en la casa de nuestro hospedero de Cafarnaúm en seguida se dieron cuenta. Cuando la tempestad se aproximó con cada vez más estrépito, ellos pagaron rápidamente su cuenta y corrieron a más no poder para sus hogares. De repente nada ya de acuerdos comerciales, y el hospedero se quedó liberado de las personas molestas. Pero en el momento en que la furia de los elementos pasó por encima de nuestra cabaña, incluso nuestros neo-judíos se acobardaron, dado que como antiguos judíos tenían un pavor innato de tales fenómenos.
3. Pero Yo los advertí que tengan valor y estén intrépidos, pues les dije: «¡¿Acaso no percibís que los elementos de este temporal también están sujetos a mi Voluntad?! ¡Os digo que nada temáis, porque no os será tocado un solo pelo! Esto no lo he causado por los de Cafarnaúm sino por los enviados de Jerusalén, a fin de que estos tanto más se enterasen cómo Dios recompensa y protege a los siervos fieles al dinero».
4. Cuando Yo les hablé de esta manera, un fuerte rayo cayó con gran estruendo en el suelo delante de nosotros.
5. Los neo-judíos dieron un salto hacia atrás y, muy asustado, uno entre ellos me rogó: «Señor, ¡aparta este monstruo, porque de lo contrario pereceremos todos de mala manera!».
6. Entonces Yo amenacé a la tempestad, y esta se apartó, dejándonos bajo un Cielo azulado. Los neo-judíos se alegran mucho y comenzaron a alabarme.
7. Cuando salimos de la cabaña y nos acercamos a la costa, uno de los judíos observó que en la distancia de unos doscientos pasos se serpenteaba un monstruo, y que una gran cantidad de aves rapiñas lo atacaron. En seguida me preguntó de qué especie de animales se trataba.
8.- Yo le dije: «Se trata de una serpiente marina enorme que durante la tempestad, de costumbre, está en búsqueda de víctimas; pero en general se encuentra en el fondo del mar. De modo que cuando se ha hartado de comerse sus víctimas vuelve al fondo donde se queda durante varias semanas. Si luego vuelve a tener hambre y no encuentra suficiente alimento en el agua, entonces también asalta las márgenes cercanas de la costa donde roba carneros, cabras, cerdos, becerros, mulas y potros de asno. Y si esta serpiente se acerca a barcos, entonces los navegantes se encuentran en peligro, porque si tiene mucha hambre no vacila en tragarse seres humanos. - De modo que ahora sabéis qué pasa con este animal que habéis visto por excepción».
9. A eso Pedro dijo: «Señor, como pescador tuve la oportunidad de ver un monstruo como este, y pensaba que se trataba de enormes anguilas que se podría pescar con un cebo adecuado. Con mis ayudantes preparé un cebo y lo coloqué, pero el ofidio lo evitó y de repente desapareció para siempre. ¿Cómo se podría capturar tal animal?».
10. «Para los hombres condicionados como hoy día esto sería prácticamente imposible», le respondí. «Primero, porque esta serpiente es muy astuta y sabe evitar todos los peligros que le amenazan. Segundo, es muy rápida en sus movimientos, de modo que ni siquiera el mejor barco de vela podría alcanzarla. Y tercero, además de esto, es inimaginablemente fuerte. Por eso, caso que fuese acorralada, se lanzaría sobre el enemigo, sofocándole instantáneamente - razón por la que es aconsejable no perseguirla. En este mar sólo existen dos de estos ejemplares. Y el día que estos se hayan extinguido, estas aguas estarán totalmente liberadas de tales monstruos. Estos dos que todavía se encuentran aquí ya son muy viejos, pues pertenecen a la era prehistórica - a pesar de que sólo tengan la edad de Noé, es decir, contando desde el nacimiento de este, hasta hoy.
11. En principio, estos animales pertenecen al gran océano. Pero en la época del gran diluvio de Noé estos fueron arrojados hacia este mar interior, existen desde el mismo tiempo y aún tendrán algunos siglos por delante.
12. En tales animales gigantescos se acumula la sustancia vital más bruta de almas mundanas, pues en ellos la sustancia vital es refinada y en cierto modo preparada para una transformación a condiciones de mayor perfección. Cuando el animal finalmente muere, su vida acumulada se transforma en muchos millones de formas vitales más elevadas, en las que dentro de un breve plazo alcanza una mayor maduración - en el agua, en el aire o sobre la tierra, migrando por todas las formas de vida, hasta llegar a ser hombre... Pero las almas humanas que se han evolucionado por este camino aun así se hallan en un grado muy inferior. Y los sabios de la antigüedad los denominaron “hijos de serpientes y dragones”, ¡porque aun en su simplicidad los sabios de aquella época entendían más de la naturaleza de las almas que los de hoy!
13. De modo que estos son los hijos de este mundo. De su manera son muy inteligentes y mundanamente ricos y poderosos; sin embargo, son todavía muy lejos de la facultad asimiladora de la Vida espiritual.
14. De semejante origen anímico proceden nuestros comerciantes de Cafarnaúm. Ellos continúan poniendo trampas en el negocio, y su mayor satisfacción consiste en haber alcanzado un lucro gigantesco. Por eso todavía tienen mucho de la naturaleza voraz de tal serpiente marina y continúan acumulando más y más tesoros, tal como este animal en sí acumula mucha clase de sustancias vitales mediante su avidez de devorar insaciable.
15. Pero como al morirse el animal todo le está quitado y distribuido a las formas vitales superiores, así también a los ricos y egoístas después de su muerte física les será quitado todo; y en el Más Allá mediante una gran miseria, hambre y sed, habrá que depurarlos de su antigua naturaleza de serpiente. Aunque esto sea deprimente y penoso, para tales formas de vida primitiva aún no puede haber otro recurso evolutivo».
1. (El Señor:) «Crear es fácil. Pero llevar a los seres proyectados afuera de sí mismo a una existencia libre, no orientada e independiente, ¡esto incluso para la Omnipotencia divina es nada de fácil! Pero con paciencia e indulgencia finalmente todo es alcanzable. Y una vez que una cosa esté alcanzada con óptimo propósito, entonces ya no importa el tiempo que se ha necesitado para su realización.
2. En cierto sentido nos pasa lo mismo como a una mujer que está en estado, y que durante su embarazo también tiene que aguantar mucho miedo y muchos dolores. Pero cuando a la hora debida el bebé nació para este mundo, entonces para la mujer se ha acabado todo miedo y ya no recuerda los dolores del parto. Pues delante de sí ve el fruto vivo que de ella surgió y entró en una vida libre e independiente.
3. Si eso de la independencia totalmente autónoma de una criatura fuera un asunto fácil a realizar, entonces Yo -como Creador de todas las cosas y todo que existe- ahora verdaderamente no habría necesitado venir personalmente a este mundo, como Hombre, para realizar la independencia del ser humano mediante mi Doctrina y mi Actividad.
4. Si por ventura otra persona os hubiera dicho esto, seguro que habríais respondido: “¡¿Qué tonterías estás diciendo y qué absurdidades confusas tiras por ahí?!”. Pero dado que Yo mismo os digo esto podéis muy bien aceptar que es así. Porque por una simple trivialidad Yo nunca me habría vestido con la carne de esta Tierra y nunca habría admitido la muerte que esta implica. Y a vosotros que sois mis criaturas nunca os habría tratado como un verdadero padre trata a sus niños...
5. Ahora pensáis que todo esto es pura Verdad, pero os preguntáis: “¿Por qué sucede esto justamente en esta época? ¿Y en qué quedamos con lo que sucedió durante las eras pasadas en las cuales Dios existió tan infinitamente Perfecto como ahora?”. Y os preguntáis qué ha pasado con aquellos seres que no alcanzaron la perfección de la Vida actual, dado que Yo antes nunca había aceptado un cuerpo físico como de hombre creado.
6. Pues sí, queridos míos, ¡esta es una cuestión muy importante! - Pues en parte a vosotros, mis antiguos apóstoles, ya os expliqué el caso en la cabaña del anciano Marco, en Cesárea Filipo, y todavía os acordáis de mucho. Lo que aún no sabéis completamente es por qué de la era infinita precisamente este período fue escogido para facilitar a las criaturas humanas la plena Semejanza de Dios - desde ahora para siempre...
7. Ved, en toda la Creación infinita, en cuanto al espacio y al tiempo, Dios considera el mismo Orden sumamente Sabio. ¡¿Entonces, acaso, Le podría resultar imposible crear un hombre dotado de toda Sabiduría y Fuerza, sin acto generador y sin un seno materno - tal como en un instante consigue producir un rayo en el cielo claro?! ¡Por cierto que no!, y para esto os di pruebas cabales más que suficientes.
8. Pero si a Dios todo esto es posible, ¿por qué Él consciente en que el ser humano primero debe ser engendrado en un cuerpo femenino, para que en este de período a período y de parte en parte crezca y tenga que formarse? Después de que en el seno materno dentro del tiempo determinado haya alcanzado su maduración, llega el nacimiento penoso. Y todavía le faltan muchas cosas para su perfección física. Poco a poco estas se van completando, la lengua llega a ser más flexible y empieza a balbucear palabras. los órganos entran en un orden cada vez mayor; y el alma, cada vez más fuerte y emancipada, puede servirse más y más de ellos. Así todo progresa en alza y hacia adelante, de grado en grado, hasta que el hombre después de treinta a cuarenta años resulte fuerte, rico en experiencias y en comprensión. Todos sus conocimientos y sus experiencias las tenía que adquirir él mismo mediante su propio esfuerzo y su propia actividad, para llegar a ser un ciudadano respetable y útil al prójimo. - ¿Pero por qué todo esto con el ser humano, dado que Dios es omnipotente y puede hacer surgir criaturas inteligentes y fuertes del aire o de la nada, sin nacimiento y educación?
9. Bien que Dios lo podría... Pero ¿qué criaturas serían estas? Os digo que serían meras máquinas que nunca tendrían una libre voluntad propia. nunca tendrían una libre consciencia particular y nunca una libre actividad independiente en el pensar, sentir y actuar; sino en cada momento la Voluntad poderosa de Dios tendría que vivificarlas nuevamente de Sí mismo, pensando y queriendo en ellas mismas, y estimulando sus miembros para cualquier actividad. Y si Dios así no lo hiciese, evidentemente tal hombre estaría completamente muerto, con lo que instantáneamente tendría que desaparecer del ámbito de toda existencia.
10. Para que el hombre una vez que esté creado continuara existiendo libremente como de por sí, se formara, se fortalezca, y luego -como si fuera por su propia fuerza- se haga libre en el pensar, querer y actuar, para esto ya desde hace eternidades Dios instituyó un Orden conforme el cual las Ideas -una vez que por Él estén proyectadas- poco a poco tengan que aislarse de Él; pues finalmente tienen que descubrir y sentir su existencia y su vida individual independiente de Dios. Y queriendo libremente, conforme a sus propios pensamientos, tendrán que entrar en actividad totalmente libre para que ellos mismos, como futuros dioses, con su vida perfectamente establecida, mediante la Palabra exterior de la Doctrina de Dios puedan ser llevadas a la perfección de la Vida como si esta fuera terreno y obra propia de ellos.
11. Para esto hace falta mucho tiempo que por parte de Dios está bien calculado y dividido en muchos períodos, en los que se puede realizar muchas cosas que sirven para el progreso.
12. Pero como para cada hombre que se perfecciona como es debido, una vez tiene que llegar el momento en que esté capacitado para captar una sabiduría más elevada, ahora este momento ha llegado para toda la Creación, bien calculado por Dios, pues lo tenéis delante vuestros ojos. Este momento da a todas las criaturas maduradas la ocasión de pasar de sus antiguas tumbas de juicio a la plena semejanza de Dios; por lo que se lee en las Escrituras que todos que se hallaban o todavía se hallen en las tumbas oirán la Voz del Hijo del Hombre. Y, si han madurado de por sí, podrán surgir por el propio esfuerzo a la Vida eterna, verdadera, perfecta, y parecida a la divina.
13. Y como este momento hace eternidades bien calculado de Dios ha llegado ahora -momento en que todas las criaturas han alcanzado aquella cierta madurez totalmente independiente que se manifiesta principalmente por el hecho que la mayoría casi ya no sabe nada de Dios y se encuentra completamente apartada de Él, por eso Yo como Dios también estoy presente para ya no conducir a las criaturas mediante la Omnipotencia, sino únicamente a través de la Doctrina, la que ahora les doy como si Yo no fuera más ni menos que ellos mismos.
14. Ahora puedo tratar con ellos como un forastero con otro, y el antiguo lema conforme el cual nadie puede ver a Dios y continuar viviendo ya no cuenta. Ahora podéis mirarme cómo queráis, ¡y aun así mantendréis vuestra vida!
1. (El Señor:) «Yo veo todavía una pregunta extraña en vosotros los neo-discípulos, pues decís: “Si precisamente la carencia casi total de fe en un Dios verdadero es la señal de la verdadera madurez de los seres humanos en cuanto a Dios, ¡entonces no comprendemos por qué Él en época de Noé, -en la que la fe en un verdadero Dios también había desaparecido totalmente- no se aproximó a ellos como ahora a nosotros, a fin de traerles una Doctrina para la conquista de la Vida eterna en su propio terreno! ¿Por qué prefirió Dios el diluvio para acabar con la humanidad atea?”.
2. Os digo que esta pregunta es nada de absurda, y su respuesta debe traer una gran dilucidación referente la relación entre Dios y sus criaturas. - ¡Pues prestad atención!
3. La humanidad en los tiempos de Noé no era tan atea como os parece, pero había llegado a ser muy orgullosa y altiva ante Dios -al que bien conocía- y quería verdaderamente rebelarse contra Él para quitarle su Poder. Hacía lo que le daba la gana, y a pesar de que del Cielo recibió las Leyes más sabias, no las consideraba, sino que hacía precisamente lo contrario.
4. Estos hombres odiaban a Dios, al que bien conocían, y hostigaban todo lo que se originaba en su Omnipotencia y su Sabiduría, imprecando la propia Creación visible incluso la Tierra, y finalmente tomaron la decisión de destruir toda la Tierra con cuerpos explosivos. Muchas veces fueron advertidos por los hijos de lo Alto, y castigados por sus delitos.
5. Estos separaron pueblos enteros y los llevaron a países lejanos - pueblos cuyos descendientes todavía viven hoy en día y mantienen la antigua Doctrina, por supuesto, desgraciadamente ya no pura. Pero todo esto servía para nada porque de nuevo se hicieron poderosos, sobre todo los habitantes de Hanoc10, ciudad finalmente más extensa que toda la Tierra Prometida. Pues finalmente consiguieron dominar incluso a los hijos de lo Alto, con excepción de la familia de Noé, única que quedó fiel a Dios.
6.- En aquella era de Noé, por mera travesura, esta gente comenzó a destruir las montañas. Aunque fuese advertida por los sabios habitantes de ellas que debajo de las montañas se encuentran enormes esclusas de agua, y que bastaría con que en su osadía de deshacer montañas desmontase una sola de estas grandes montañas hasta a su base y hundiese sus escombros en las
10. Véase también Jakob Lorber:
profundidades del mar, entonces se abrirían varias esclusas subterráneas por las cuales en breve llegaría tanta agua a la superficie que esta iba a cubrir incluso las cimas de la sierra, ahogando todo. Pero estos avisos no sólo no servían para nada, sino estimularon a esta gente aún más a proseguir con la destrucción con una energía casi increíble.
7. Noé, percibiendo que todas las advertencias e instrucciones han sido en balde, pidió a Dios un medio de salvación para por lo menos algunas personas de buena índole, animales y víveres; pues estaba consciente de las consecuencias fatales de estas actividades malvadas de aquellos hombres mundanas de aquella época. Sólo entonces el Espíritu de Dios le avisó que construyera un arca, para lo que también los planos y las medidas le vinieron de los Cielos.
8. Cuando, con un increíble esfuerzo, los malvados testarudos de una montaña importante sólo habían demolido y quitado una parte de sus pies, ya se presentó el resultado de su trabajo: Por el enorme peso de la montaña, privada de su soporte, esta comenzó a hundirse y a empujar tremendas masas de agua en torrentes poderosas a la superficie. Este proceso, naturalmente, tenía que llenar el aire densamente con vaho y nubes, principalmente a causa de los muchos torrentes de agua muy caliente. Y las lluvias empezaron a caer en torrentes, provocando que incluso las montañas se inundasen... Más de un tercio de todo el continente de Asia se hallaba hundido en el diluvio, y todos los habitantes de Hanoc -que se consideraban la única humanidad de todo el orbe- sucumbieron, pues incluso su ciudad se hundió hacia el interior de la Tierra.
9. De este relato breve pero absolutamente verídico sobre aquellos seres humanos prehistóricos se destaca que ellos no ignoraban a Dios, pero que pretendían elevarse encima de Él - hecho que prueba precisamente que sabían bien de Él...
10. Su ojeriza ante Dios provino del hecho que tenían que morir, y eso por la mayor parte a una edad de treinta a cuarenta años, mientras que de los habitantes de las montañas -que en aquellos tiempos alcanzaban una edad muy avanzada- estaban convencidos que estos sean inmortales. Y como ellos tenían que morir, este fue el motivo de querer aniquilar todo - por desprecio a Dios.
11. De modo que siendo así y no de otra manera, ¿acaso podéis afirmar íntimamente que en aquellos tiempos los hombres estaban ya tan maduros como hoy en día? Fijaos ahora en los seres humanos de esta Tierra. ¿Cuántos hay incluso entre los judíos que creen verdaderamente en un Dios y que tienen una confianza viva en Él? Casi todos sólo tienen una fe de hábito, pero en sus corazones son meros ateos y no tienen la sensación de que realmente podría haber cualquier Dios. Y si hubiera uno ¡entonces es evidente que no se preocupa por los mortales, por sus plegarias y sus ofrendas!". Esto es lo que creen los judíos, incluso los que tienen una índole ya algo mejor. Pero los malos de todos modos tienen fe en nada.
12. Y otros que todavía forman parte de los archi-judíos -de los que hay unos cuantos en Samaria- dicen: “Las Leyes de Moisés son buenas; y es preciso respetarlas, si proceden de Dios o solamente de Moisés. El que cumple con ellas no yerra, independiente de si hay un Dios o no. Se debe hacer el bien porque es bien, y evitar el mal porque es malo.
13. De esta sabiduría se reconoce que con lo de la fe viva en Dios hay ‘gato encerrado’. Cómo está concebida la creencia en el Templo, ¡esto vosotros mismos lo sabéis de sobra! De modo que no hace falta que Yo os diga una sola Palabra más sobre esto. Pues donde no se vacila en tachar las Leyes de Dios y sustituirlas por dictámenes mundanos que, además, deben ser considerados santos y como dados de Dios, ¡allí toda fe en un verdadero Dios se acabó! ¡¡Pero en esto consiste la creencia judaica!! ¡Y finalmente preguntaos vosotros mismos qué fuerza tenía vuestra propia creencia anterior en un Dios verdadero! Antes de mi Venida, en el Templo buscasteis algo divino y, dentro de lo posible, cumplisteis con sus estatutos. Sin embargo, vosotros mismos dudasteis en la verdadera Existencia de un Dios, dado que vuestra fe era un hábito adaptado ya desde la cuna, y llegó a formar parte de vuestra naturaleza. Y habría resultado muy difícil el abandonarla por no haber tenido algo mejor para sustituirla; con lo que vuestra creencia, en realidad, no era ninguna.
14. De modo que entre los judíos -a pesar de ser el pueblo elegido de Dios- ya no existe fe alguna. ¿Cómo, entonces, se puede esperar una fe entre todos los paganos? En antiguas épocas creían todavía en sus ídolos y oráculos; pero hoy día ya no creen en nada, y aun así acompañan las ceremonias externas y las costumbres. ¡Pero de una fe hace tiempos ni hablar!
15. Solamente en Egipto existen todavía algunos discípulos de Platón, de Sócrates y de Aristóteles que admiten la existencia de un Ser supremo, desconocido a todo el mundo. Estos opinan que el hombre mediante una vida extremadamente parca puede lograr que en ciertos momentos sagrados sienta el Espíritu divino, y que dentro de este sentimiento pueda tener visiones claras del futuro. Pero no existe mortal capaz de una mayor evolución. Lo que sucede después de la muerte resulta en un nudo gordiano que nunca se puede desenredar. Hay cantidad de leyendas y opiniones al respecto, despertando en el hombre una leve esperanza, ¡pero nunca habrá certeza!
16. Esta es la opinión de la mayor parte de los paganos. Siendo así -como ahora fácilmente podéis ver y percibir- también resulta claro que precisamente ahora ha llegado la maduración de la situación entre el Creador y las criaturas - maduración, desde la cual los seres humanos han entrado totalmente en el estado en el que pueden ser enseñados por Dios -sin perjuicio de la independencia de su vida- y ser llevados a su perfección y semejanza divina. ¿Lo comprendisteis?».
LA CONDUCCIÓN DE LAS ALMAS EN EL MÁS ALLÁ QUE ERAN SERES HUMANOS ANTES DE JESÚS
1. Dijo Pedro: «Señor, todo esto lo comprendemos muy bien; pero ahora queda por saber el destino de aquellos que vivían antes de tu Venida, y eso desde Adán... ¿Podrán ellos también llegar a una verdadera perfección de la Vida - y cómo?».
2. Dije Yo: «¡Por cierto! Ahora abrí las puertas de la Vida no solamente para los encarnados de esta época, sino sí, también para todos los que ya habían pasado al Más Allá. Y a muchos de los antiguos pecadores tocará otra vez pasar por una prueba de vida en la carne, conforme ya os demostré.
3. Pero en el Más Allá existen infinitamente muchas escuelas donde las almas podrán ser orientadas de una manera muy práctica. Sólo que allá esto no resulta tan fácil como aquí, dado que allá cada alma vive únicamente en un contorno surgido de su propio pensar, sentir y querer, los que le ofrecen todo lo que ama y desea...
4. Siendo así, entonces es evidente que en el Más Allá resulta más difícil influir benéficamente en un alma llena de ideas locas que aquí. Porque aquí se encuentra en un suelo firme y ajeno, y se ve rodeada de una gran cantidad de otros entornos también completamente ajenos. Aun así, también en el Más Allá hay medios suficientes por los cuales se puede influir sobre un alma. - Bueno, en otra ocasión os daré más explicaciones sobre este detalle.
5. ¡Pero esto no os sirva de consuelo especial! Porque si en el Más Allá un alma en su interior -por lo tanto en su mundo- en vez de mejorar se empeora cada vez más, consta que en la misma medida esto también sucede con su mundo aparente, con su compañía y con su contorno. Y en la medida en que el alma en su interior pierde Verdad y Luz, lo mismo pasa con su mundo y su alrededor, lo que le causa una gran aflicción con cuyo aumento crecen su ira y su sed de venganza, lo que ya significa una entrada en el infierno. y este ya es una auténtica segunda muerte del alma, de donde esta difícilmente se salvará.
6. Ahí, en todo caso, se trata de remedios con los cuales el alma podrá ser salvada tras el correr de los tiempos - ¡tiempos realmente penosos y tristes! Pues hay almas archimalvadas a las que costará miles de millones de años terrestres hasta que tras remedios atroces como estos lleguen a una mejora por su propia voluntad. Por eso aquí un día vale más que cien años en el Más Allá - contados según el tiempo terrenal. - ¿Comprendéis esto?».
7.- Y todos respondieron: «Sí, Señor y Maestro; pero en el fondo aún se impone la siguiente pregunta: Si un alma que en la Tierra dejó su cuerpo atrás, como aún no perfeccionada sólo vive en un mundo aparente que se forma de sus pensamientos, sus sentimientos y su voluntad -lo que también se podría llamar un mundo de fantasía- entonces, ¿en qué consiste el mundo de las almas perfeccionadas? ¿Qué aspecto tiene el Reino de los Cielos y con qué podría ser comparado con acierto?».
8. Dije Yo: «En realidad, ya es hora de volver a nuestro hospedero. Pero como esta pregunta es muy acertada, os daré la explicación en el camino, dado que es de gran importancia. ¡Vamos pues y escuchadme!
9. Ved, con el Reino del Cielo -o sea, el Reino de la Verdad, de la Luz y del Amor conforme ya os expliqué en otras ocasiones- ocurre lo siguiente: Este Reino no consiste en un mundo de pompa externa y no penetra en el hombre mediante señales y atributos superficiales, sino se desarrolla del todo en vuestro interior, de modo que está en vosotros, crece en vosotros y os penetra, y así llega a ser vuestro hogar. vuestro mundo lleno de bienaventuranza...
10.- Pero aquí el Reino de los Cielos se asemeja a un labrador que sembró el buen trigo. Algunos granos cayeron por el camino (Mt 13,4), donde una parte se la comieron los pájaros y otra fue pisada por los caminantes. De modo que allí la semilla no germinó y no produjo fruto (Mt 13,5). Otra parte cayó en suelo pedregoso, y al principio, mientras las piedras todavía contenían alguna humedad, consiguió germinar; pero no podía echar raíces en las piedras, por lo que la humedad no fue suficiente para alimentar el tallo, y dentro de poco se secó y nada produjo. Otra parte cayó entre espinas y arbustos (Mt 13,7) y en el comienzo germinó bien, pero cuando debía desenvolverse, fue sofocada por los cardos y matorrales, se marchitó y tampoco dio frutos. Sólo una parte cayó en buen suelo, germinó y dio frutos abundantes (Mt 13,8).
11. Y ved, ¡esto pasa también con el Reino de los Cielos en esta Tierra! Yo mismo soy el Sembrador, y mi Verbo es la buena Semilla de la cual, como fruto, para cada uno debe surgir el Reino celestial. Donde mi Verbo caiga sobre un buen terreno, allí traerá un fruto centuplicado; pero donde caiga en los caminos de este mundo, sobre piedras o entre cardos y matorrales, ¡nada producirá! - Por los hombres que Yo comparé con el camino hay que entender los hombres verdaderamente mundanos como hoy hemos visto varios con nuestro hospedero. Los caminantes en el sendero que pisan las semillas son sus intereses de negocios y lucros. sus pensamientos en negocios que vuelan en todas direcciones son los pájaros señalados que se comen la semilla no pisada, para que ahí de ninguna manera se produzca un fruto. Tales criaturas son, como ya dije, los auténticos cerdos a los cuales no se debe tirar mis Perlas como alimento.
12. Por las piedras hay que entender aquellos sabios mundanos que perciben todo con cierta ansiedad, pero como estos en su interior basan en mucha clase de conceptos mundanos erróneos, y en su ánimo en cierto sentido están empedernidos, la semilla nueva en estos hombres no tiene suficiente humedad vivificante, y tampoco tiene suficiente suelo blando y plástico para aceptar las raíces alimentadoras. Si, además, se levanta un viento y se presenta una sequía, pronto la pequeña paja se seca y cae; y como aún no tiene raíces, el viento se la lleva... - Si a tal hombre le sobreviene una tentación, él va a decir: “¡Yo ya sabía de antemano que este asunto es tramposo! ¡He aquí la promesa que debía realizarse, y sin embargo, en vez de su realización, yo tengo que sufrir! Por eso, semejantes enseñanzas nuevas, ¡que se queden lejos de mí!”. - Pues esto es lo que representa la piedra.
13.- Entonces, ¿qué representan los cardos y los matorrales silvestres? Ahí se trata de ciudadanos benévolos que reciben mi Verbo con mucha alegría, y durante cierto tiempo lo cultivan con mucha aplicación. Pero con el tiempo surgen diversas clases de preocupaciones, miedo y aflicciones vanas que sofocan el Verbo vivo en sus corazones, con lo que este tampoco puede producir un fruto.
14. De modo que sólo tenemos una parte muy pequeña de personas que son comparables con el suelo realmente bueno. Estas aceptan el Verbo y, llenas de fe, lo ponen inmediatamente en acción. Ahí la semilla produce un fruto abundante - un fruto que es el propio Reino de los Cielos dentro del ser humano, y eso sin la menor pompa externa. Este Reino se extenderá sobre aquel hombre que, a través de mi Verbo, lo creó en su interior, y le dará toda felicidad, Luz, Verdad, sabiduría y poder sobre toda criatura.
15.- Pero de ahí también debéis inferir dónde debéis sembrar mí Verbo, ¡porque donde la sembréis, allí también debe dar fruto! Para eso, ante todo, debe caer en un suelo fértil... Y si allí produce intereses abundantes, entonces los comerciantes, los mundanamente sabios y los ciudadanos preocupados ya vendrán por sí solos, a fin de comprar de vosotros las semillas para sus tierras. ¿Lo habéis comprendido bien?».
16.- Respondieron todos: «Señor, también esto lo comprendimos perfectamente, y seguro que también seguiremos tu Consejo, pues seguro que nunca sembraremos esta Semilla de la Vida en caminos de piedras o entre cardos. - ¡Pero ahora nuestro hospedero se aproxima corriendo! ¿Qué le habrá pasado?».
1. Dije Yo: «Nada de gran importancia. Pero que venga él mismo para contárnoslo».
2. De modo que el hospedero se acercó y nos contó: «El principal de la sinagoga de Cafarnaúm mandó a reclamar el diezmo por los peces, porque ha oído que yo había hecho una pesca caudalosa sin informarle al respecto. Por eso me condenó a una multa de tres veces el diezmo. ¡Menos mal que él ignora que la pesca fue realizada en la tarde de un sábado, porque si esto se lo hubieran chivateado, seguro que él me quitaría todos los peces! - ¡Es una lástima que el antiguo principal ya no está, porque era un hombre muy humano! Pero para nosotros el actual es una verdadera plaga, ¡porque él trata a todos los seres humanos como si fuesen sus esclavos! - Señor, ¿no habría manera de remediar este mal?».
3. Yo le respondí: «¡Que sí, y eso de una manera muy peculiar! Pues manda al principal un mensajero con el recado de decirle que antes debe mandar que cuenten los peces en tu depósito, para evitar que le pagues menos o más de lo que prescribe la multa de un triple diezmo. Y pronto él se presentará con sus empleados para empezar a contar los peces, sin embargo, ¡no encontrará ni uno solo! Pues fueron creados por Mí, y Yo puedo hacer que desaparezcan y vuelvan a aparecer. Si con eso él se excita y por eso te acusa de haber desviado los peces nada más enterarte de la exigencia de él, entonces exígele que presente testigos para eso, porque en el caso contrario te entregarías a la protección romana. Conciente de esto, él se apartará y nunca más ya te exigirá un diezmo de multa. ¡Procede de esta manera y todo saldrá bien!».
4. Pero el hospedero observó: «Ahora el almuerzo ya está preparado. ¿No convendría tomarlo antes, para que el principal no nos pueda molestar cuando comemos?».
5. «Almorzaremos sin ser molestados», dije Yo, «aunque afuera hubiese cien principales para contar los peces. Pero si él quiere, incluso podrá acudir a nosotros, ¡y será feliz cuando lo antes posible pueda salir ileso para volver a casa!».
6. Cuando el hospedero oyó esto de Mí mismo, se puso muy contento y en seguida envió un mensajero al principal. Mientras tanto nosotros acudimos al refectorio, entregándonos a la comida, sobre todo contentos por la fuga de los muchos huéspedes matutinos.
7. Después de la comida me dirigí al hospedero: «Ahora ya viene; pero te digo que antes eches una ojeada al depósito, y verás con qué especie de peces el principal va a dar».
8. De toda prisa el hospedero salió, y él mismo se asustó cuando en vez de los peces extraordinarios vio la gran serpiente marina dando vueltas en el depósito - la que antes ya había visto a la ocasión de la tormenta.
9. Cuando el principal llegó a ver el monstruo, ya no quería oír más sobre lo de contar los peces. Ante esta situación se comprende que el hospedero podía arreglárselas fácilmente con el principal, porque por este monstruo no reclamó un simple diezmo y menos aun uno triplicado de multa.
10. De modo que cuando el principal vio el monstruo dio un salto hacia atrás y dijo: «¡He aquí que este monstruo ya se ha llevado el diezmo que me correspondía a mí! Con mucho gusto yo habría visto en mi mesa algunos trozos de estos peces tan extraordinarios; pero como ya no hay nada, ahí hay que conformarse. Pues donde hay nada, tampoco puede haber ley ni derecho. ¡De modo que volvemos a ser buenos amigos! Pero si alguna vez vuelvas a pescar algunos de estos peces tan extraordinarios, entonces proporcióname algo y ya lo pagaré. Caso que pesques menos de diez peces, de todos modos no se aplica el diezmo. - ¡Pero ahora conviene que nos alejásemos lo más posible del mar porque este monstruo podría subir a la costa y tragarnos como si fuéramos moscas! ¡Pues tiene unas fauces como para tragarse casas enteras!».
11. A eso él volvió de prisa a su hogar y por mucho tiempo dejó de aparecer en esta zona porque el monstruo de serpiente marina le había inspirado un gran respeto.
12. Cuando el principal ya se había ido, todavía visible para el hospedero también el monstruo se largó nadando en recodos hacia alta mar donde por el fuerte oleaje pronto desapareció.
13. En seguida el hospedero examinó el mayor depósito, al cual, como antes, encontró lleno de los peces más preciosos. Lleno de alegría volvió a nuestra mesa, comió y bebió con nosotros, nos relató lo que había visto, y nos contó cómo podía arreglárselas tan favorablemente con el principal. Al mismo tiempo también preguntó en qué parte del mar tales monstruos se hallaban preferidamente, para que se sepa evitarlos porque evidentemente no convenía coincidir con ellos donde sea.
14. Pero Yo le dije: «¡No te preocupes por esto! Porque este animal mora en las profundidades del mar y sólo sube de siglo en siglo a causa de mareas violentas que tienen su origen en el subsuelo - un proceso muy raro en los mares interiores. De vez en cuando, cuando en su profundidad no encuentran suficiente alimento, los empuja el hambre y se suben a la superficie para cazar corderos, ovejas, cerdos y terneros; pero a seres humanos o animales más grandes en general no los atacan. Además, a partir de ahora, este animal ya no volverá a surgir porque su plazo de vida terminó. Por eso ya no hace falta que temas este monstruo. Dentro de algunos días manda uno de estos peces al principal, y él se pondrá bien contento. - Ahora cada uno de vosotros puede formular las preguntas que tenga, caso que algo no le haya quedado claro. Porque desde mañana vamos a descansar durante algunos días; pues hablaremos poco de asuntos espirituales».
15. Respondieron todos: «Señor, ¡casi ya no hay nada que preguntar, porque de todos modos ya recibimos de Ti Enseñanzas profundas acerca de todo!».
16. Dije Yo: «Pues bien, ¡entonces reposad y meditad sobre lo que os dije!».
1. Dijo el hospedero: «Aunque ya haya recibido muchas Enseñanzas de tu Boca divina, aun así en el fondo todavía me quedan unas cuantas preguntas importantes a hacer. Una de ellas me parece tener una gran importancia para la Vida; y en el caso que fuese de tu Agrado, ¡me gustaría mucho si Tú mismo me las respondieras!».
2. Y Yo le pregunté: «¿Cómo reza tu pregunta?».
3. Dijo el hospedero: «Señor, ¡óyeme!: A través de enseñanzas el ser humano sabe muy bien que su alma -del cual ni siquiera se tiene un concepto verdaderamente claro- es inmortal. Aunque se tenga una fe muy firme, ahí siempre se entromete la sensación amarga de la muerte segura y de la desaparición total del contorno de los seres vivos conscientes de sí mismos.
4. Con el pensamiento de la existencia en la tumba y más allá de ella -aun con la mayor voluntad- nunca se puede familiarizarse de tal manera que el corazón por ello pudiera sentir una delicia, sino siempre volverá a espantarse de nuevo por ello, porque precisamente en este punto más importante, a pesar de todo esfuerzo, por ninguna parte quiere hacerse una Luz...
5. Pues precisamente porque lo de la muerte y lo de la tumba son los pensamientos más amargos del hombre, y como no hay manera de conseguir una Luz sostenible de donde sea, a muchos seres humanos no se les puede reprender si se arrojan a los placeres del mundo para adormecer estos pensamientos inconsolables.De modo que sobre este punto sumamente importante acerca de la Vida importaría mucho obtener una verdadera Luz de tu Boca. Porque ¿qué servirían al ser humano las doctrinas más sabias si él no poseyera la convicción plena que la vida del alma continúa después de la muerte física? Evidentemente se sigue a las leyes y las doctrinas, pero más bien sólo en virtud de un orden externo y civil, y no por la conquista cierta de la Vida eterna después de la tumba.
6. Yo, dentro de lo posible, soy uno de los seguidores más fieles de los estatutos de Moisés, y siempre mantuve contacto con sabios bien fundados de todas las naciones. Pero finalmente en este punto en cuestión, ellos no sabían más que yo mismo. Los romanos, y junto con ellos también los griegos, afirman: “Precisamente esto es el problema del velo fatal de Isis, el que hasta ahora aún no fue revelado por mortal alguno”. Pues sí, esto suena muy bien y no deja de ser verdad - pero esta, por desgracia, ¡para nada nos sirve! Porque el muerto ya no siente, oye y ve nada; y nosotros -que todavía roemos en la vida como los gusanos en un palo podrido- nada más vemos, sentimos y oímos del muerto, a no ser su materia putrefacta que apesta, y en pocos años se reduce a polvo y ceniza. Por esto, Señor y Maestro -que según tu propia Doctrina eres la Vida misma-, ¡te ruego que nos des una orientación cierta en este punto, dado que a mí no me agrada continuar viviendo en una comunidad con pensamientos pesados en la muerte, en la tumba y en la desintegración total!».
7. Dije Yo: «Muy amigo mío, tu duda está bien formulada y de ella reluce una necesidad humana de primer orden; pero darte una instrucción que en tu interior te proporciona una conciencia plena de la Vida eterna de tu alma, ¡esto es un asunto extremadamente difícil! Porque mira, Yo vine a este mundo precisamente para facilitar a los seres humanos que se percatasen plenamente de la Vida eterna - ¡si actúan completamente conforme a mi Doctrina! Pero si el hombre no la conoce o, aunque la conozca, no vive según ella, ¡entonces será imposible que llegue a esta consciencia interna de la Vida, porque únicamente Yo soy el Camino y la Puerta para ese fin!
8. Puedes observar, por ejemplo, la flor de un árbol, y durante la floración verás poco o nada del fruto en formación. Solamente después de la caída de la flor se hace notar un pequeño inicio del fruto. Pero en el fruto también tiene que formarse la semilla con el germen vital. Sólo que en este inicio del fruto, ¡nada se puede ver de la semilla! Todo parece ser una y la misma cosa. Aun así consta que la facultad para eso ya está inherente. Sólo que tú no logras distinguirla entre las demás partes inanimadas en las que no madura germen alguno. Pero tan pronto que el fruto haya alcanzado la completa maduración, ¡con facilidad descubrirás la semilla!
9. Y ves, casi lo mismo pasa con la completa y clara consciencia de la vida anímica en el hombre. Mientras este no lleve esta consciencia en su interior, el cuerpo del alma aún no se diferencia distinguiblemente de la carne, con lo que el alma aún no es madura para vivir. Todavía se encuentra demasiado vinculada con la materia, y por eso no puede percibir y sentir diferentemente de lo que le impone el estilo de vida de su cuerpo. E incluso las mejores enseñanzas no podrán proporcionar al alma no evolucionada la consciencia íntima, completamente madurada.
10. Una vez que un alma mediante la propia actividad conforme a mi Doctrina haya logrado la mencionada madurez de la vida, entonces esta alma ya no precisa de cualquier prueba ulterior para esto. ¿O acaso tú necesitas una prueba que ahora vives en tu cuerpo natural? ¡Seguro que no! Y si alguien procurara demostrarte que ahora vives de manera natural en tu cuerpo y que eres móvil en todos los sentidos, ¡seguro que te carcajearías de él! Y si te encontraras profundamente dormido, ¿para qué te serviría una prueba concluyente que todavía vives, dado que no serías capaz de percibirla?
11. Mira, también cada animal tiene un alma -cuya existencia tiene que ser psico-sustancial, por lo tanto indestructible- porque de lo contrario no podría facilitar el movimiento a los miembros del cuerpo. Pero ve y explica a un animal qué es su alma y cómo vive únicamente mediante el alma. ¿Acaso el animal entendería lo que le has explicado? ¡ Seguro tan poco como si se lo hubieses dicho a una piedra! ¿Pero por qué el animal no lo entiende y por qué no tiene palabras para comunicar sus sentimientos a otras criaturas?
12. Necesariamente, un alma animal se halla todavía profundamente enterrada en su carne y, aparte de las necesidades del cuerpo, siente nada o muy poco. Si alguien intenta adiestrar un animal para un servicio muy simple, entonces debe esforzarse mucho para despertar el alma en su carne, hasta el punto que el animal se dé cuenta de lo que el hombre quiere de él.
13. ¿Te puedes imaginar que haya seres humanos cuyas almas no se hallan muy encima de las almas de los animales. y que estas incluso a veces evidentemente los sobrepasan? Consta que levar tales almas humanas mediante palabras a una consciencia interna de la vida -ya en este mundo- sería trabajar totalmente en balde. Para tales hombres ya basta con una fe ciega y muda, que sus almas después de la muerte del cuerpo continúan viviendo; y que en el Más Allá los espera un premio o un castigo, a fin de que se sometan a un orden legislativo, tal como un buey acepta su yugo. Todo lo demás hay que guardarlo para otro estado de vida.
14. A un animal sólo se consigue obligar a una actividad utilizable mediante una educación dolorosa. Y lo mismo pasa con un hombre mundano muy simple cuya alma solamente anhela satisfacer sus necesidades del cuerpo, y que aparte de tener la facultad de la palabra su alma apenas se distingue de la de un animal.
1. (El Señor:) «Que hombres como tú hasta ahora no han conseguido a obtener una consciencia concreta de la continuación de la Vida después de la muerte del cuerpo físico, de esto ya te he demostrado la razón, ¡y tú ya la habrás reconocido! Pero el miedo de la muerte del cuerpo en realidad no basa tanto en una consciencia incierta de la vida del alma después de haber dejado el cuerpo atrás, sino más bien en el amor al mundo y en el amor propio. A causa de estas dos especies de amor el alma queda cada vez más integrada en el cuerpo, con lo que para el alma precisamente la sensación de la muerte y la desaparición llegan a ser cada vez más cosa de ella misma, produciéndole más y más miedo y pavor...
2. Los patriarcas de los seres humanos de esta Tierra no temían la muerte física, sino frecuentemente alimentaban cierta nostalgia por ella para liberarse del cuerpo que con el tiempo se ha quedado quebrantado. Gracias a su tren de vida del agrado de Dios, de vez en cuando obtuvieron visiones claras del Más Allá, con lo que habían adquirido una consciencia verdadera y clara acerca de la Vida del alma después de la muerte del cuerpo físico.
3. Pero en la época actual casi toda fe en Dios se ha extinguido. Siendo así, después de la muerte del cuerpo, ¿de dónde, iba a resultar a los hombres tal consciencia clara de la Vida del alma?
4. Yo te digo: Donde se pone la base de toda Vida generalmente en duda, entonces no es sorprendente si uno tiene grandes dudas en la continuación del propio alma después de la muerte del cuerpo.
5. Ve allí a los saduceos y verás que ante todo son muy materialistas y, segundo, aman el mundo y a sí mismos. No creen en un Dios y por eso, tercero, niegan completamente la inmortalidad del alma humana. Y a cada uno que cree en la inmortalidad del alma humana le regañan clasificándole de tonto, pues pretenden que el alma es una fantasmagoría loca inventada por un ser humano imbécil, y esto lo quieren probar mediante un habla totalmente huero.
6.- Observa a los verdaderos cínicos, alumnos del filósofo Diógenes... ¡Estos son auténticos enemigos de la Vida, y maldicen cualquier fuerza que los hizo nacer sin su consentimiento! A pesar de todo viven dentro de una moral elevada y desprecian todo lujo, inclusive la más mínima comodidad de la vida. Para ellos el mayor beneficio es la muerte, porque después de esta ya no esperan vida alguna sino el completo exterminio tan deseado de su existencia de la vida...
7. En cambio, en la India encontrarás aún hoy en día hombres que tratan con las almas desencarnadas como si fuesen seres vivos, intercambiando informaciones sobre miles de cosas secretas. Estos hombres no tienen el menor miedo de la muerte del cuerpo; de lo contrario, para ellos el día de la muerte es un día de júbilo, mientras que el día en que nace un niño para ellos es un día de verdadera tristeza.
8. Ves, ¡lo diferentes que son los hombres en tu asunto expuesto! Lo que para cierto pueblo constituye motivo de pavor, a otro pueblo -bajo las doctrinas y esperanzas más diversas-esto no suscita ni el menor miedo. Los judíos son los que más temen la muerte, eso a causa de su gran amor al mundo y de su sensualidad. El que cuida estas tendencias como ellos, pronto perderá toda inspiración de lo Alto, porque nada perjudica tanto la Luz viva y justa de la fe como la impudicia, lascivia y depravación carnal que desde hace mucho tiempo es costumbre entre los judíos peores que los paganos huraños. La sensualidad sofoca al alma en el lodo de la carne y aniquila inclusivo al cuerpo. Siendo así, ¿dónde iba el alma a buscar la consciencia lúcida de la Vida?
9. Ahora eres un hombre que me resulta muy agradable, y a la hora adecuada ya volveré a depositar en tu alma la consciencia de la Vida eterna; pero cuando todavía eras más joven también te entregaste mucho a la voluptuosidad carnal, y ves, sobre todo en esto consiste el motivo principal que, a pesar de todas tus investigaciones, hasta ahora aún no hayas llegado a una noción infalible y lúcida. En tu estado actual más casto, en breve alcanzarás una mayor Luz interna, sin tener que hacer preguntas como hasta ahora. ¿Me has comprendido bien?».
10. Respondió el hospedero: «Señor, ¡te he comprendido perfectamente! Por eso ahora digo junto con los romanos: “Hinc ergo ilte lacrima”11 Pues sí, Señor omnisapiente, mis pecados en mi juventud han consumido muchas de mis fuerzas psíquicas y ahora, más anciano, noto mucho su pérdida. - Ahora es la pregunta si hay manera de restituirlas».
11. Dije Yo: «Mientras el hombre viva en esta Tierra y posea una voluntad firme y rigurosa, la recuperación es bien posible, de lo que David te da un ejemplo vivo y palpable, pues también él pecó mucho en la esfera de los placeres carnales - en una época que no os está desconocida... Pero él se contuvo a tiempo, dejó de pecar por amor a Dios, y así llegó a ser un hombre justo ante el Corazón de Dios. En verdad te digo: ¡En el Cielo existe mayor alegría por un pecador que reconoce sus pecados, los desprecia, se arrepiente de ellos, y practica penitencia justa y razonable, corrigiéndose completamente, en vez de por noventa y nueve justos que nunca precisaban de penitencia (Lc 15,7)! ¡¿Acaso no pasa lo mismo entre los seres humanos que sienten mayor satisfacción al volver a encontrar un objeto perdido aunque sea de poco valor, que por sus grandes tesoros, nunca extraviados?! Pues mira, ¡lo mismo pasa con Dios, y si no fuese así, no me encontrarías en tu albergue entre tus huéspedes!
11. “¡De ahí vienen estas lágrimas!”.
12. También es verdad que tus pecados de la juventud te hayan producido unos cuantos daños, tanto para tu cuerpo como para tu alma; pero como lo has reconocido y te has apartado completamente del pecado, esto me llevó a venir a tu casa para curarte completamente de todos tus males.
13. ¡Donde Yo una vez haya entrado, allí también ha entrado el pleno perdón de todos pecados, la Luz, y la Vida eterna misma! Puedo, por tanto, afirmarte que a tu hogar y a ti mismo ha sucedido una gran Gracia, y las consecuencias te elucidarán más detalladamente al respecto que Yo mismo; porque Yo te doy apenas la Enseñanza y la Promesa. Pero únicamente en su cumplimiento encontrarás en ti la plenitud de la Verdad».
1. (El Señor:) «En verdad te digo: Quien oye mi Verbo, lo acepta como Verdad y lo aplica fielmente, ¡en adelante ya no sentirá ni palpará la muerte! Pero quién me acepta apenas como buena conquista, para arrastrarme con él y al compás de él al lado del mundo, poco efecto o consuelo espiritual sentirá en su interior hasta el fin de su vida terrenal, y sólo en el Más Allá se demostrarán sus tendencias predominantes. Pues el que en su interior alimenta más el mundo que a Mí, mucho tendrá que luchar para tan solo lograr un equilibrio, y mi Visita a su casa, a fin de reposar allí, será retrasada por mucho tiempo.
2. Así orientado, sé alegre y consciente de que no es posible derribar un árbol frondoso de un solo golpe, ¡y tendrás sosiego en tu ánimo! De ahora en adelante sólo precisas vivir y actuar conforme a mi Verbo, y lo demás que buscas te será dado en su tiempo.
3. ¡No te preocupes tanto por tu hogar y la manutención de tu familia y de lo que esta va a comer y a beber; porque este es un hábito de las criaturas mundanas y de los paganos que nada saben de Dios, o sea, de Mí! ¡Procura solamente el Reino de Dios y su Justicia luminosa que, antes de más nada, consiste en el amor a Dios y al prójimo, y todo lo demás te será dado libremente!
4. ¡Observa las flores del campo, pues no trabajan y nada cosechan, sin embargo, el Padre en el Cielo cuida de su sustento y finalmente resultan más preciosos que Salomón en sus vestidos reales!
5. Si Dios cela por la hierba que hoy nace y mañana es cortada en haces y, de acuerdo con una antigua costumbre, secada en el fogón y reducida a cenizas, ¡mucho más aún Él cuidará de aquellos seres humanos que Le aman y que cumplen con sus Mandamientos!
6. Pero si los hombres -que hoy en día en general son malos- aman a sus hijos y procuran proporcionarles todos los beneficios posibles, ¡cuanto más lo hará el Padre celestial a los que Él halló dignos de ser hijos suyos! ¡¿O acaso oíste alguna vez hablar de un hombre dotado de gran sabiduría que él era cruel e inclemente ante sus semejantes o incluso ante sus propios hijos?!
7. Desde tiempos inmemoriales se sabe que un hombre sabio es también bueno, y que procura hacer el bien a todos los seres humanos. Unicamente la Sabiduría dio Leyes a los hombres, por cuyo cumplimiento fácil todos podrían obtener plena felicidad. Ella sancionaba las Leyes únicamente por causa de los hombres malvados, obstinados y desobedientes, a fin de dar a los buenos un medio para obligar a los insensatos a hacer el bien, a la fuerza, caso que las advertencias en nada fructificasen. De modo que incluso la sanción de las leyes del Orden es un acto de Amor y Misericordia, provenientes de la Sabiduría.
8. Dado que una plena sabiduría de los hombres causa únicamente el bien y orienta a los insensatos hacia la verdadera bienaventuranza de la Vida, ¡cuánto más lo tiene que realizar la suprema y más profunda Sabiduría de Dios!
9.- La Sabiduría no puede y nunca podrá actuar en contra de su propio Orden del cual depende la existencia de toda criatura. Entonces estarían en peligro la existencia y felicidad de todos los seres buenos y felices; pues para cada hombre dotado con un poco de sabiduría, esto debe resultar bien lógico, porque esto pondría en peligro la bienaventuranza de todos los seres buenos y bienaventurados. Pero la suma Sabiduría también quiere llevar a espíritus reacios y a seres al Bien y a la Verdad, y para tal fin preparó los medios adecuados que naturalmente no tienen sabor agradable para los malvados testarudos. Pues depende sólo de la voluntad del pecador de transformar los medios - si tan solo lo quiere...
10.- Lo mismo pasa también aquí. Todo depende de la firme voluntad del hombre. si él se mejora verdaderamente y si lleno de fe ruega a Dios por algo justo y bueno en mi Nombre, pues lo recibirá a la medida de su verdadera regeneración, su fe y confianza. Con esta promesa real puedes estar perfectamente satisfecho.
11. Quien reflexiona sobre esto y actúa correspondientemente, será feliz en todo, y ya no tendrá miedo de la muerte física, aunque antes haya sido un gran pecador. Dios, el Padre en el Cielo, me ha enviado a este mundo en virtud de los pecadores y no de los justos; de igual modo os enviaré a los pecadores, porque solamente los enfermos necesitan un médico, y no los sanos. ¿Estás ahora orientado?».
12. Respondió el hospedero: «Oh, ¿cómo no? Pero ya se está cayendo noche, ¿qué vamos a hacer ahora?».
13. Añadí: «Esto depende de ti, pues nada determiné hasta después de mañana. Si tienes una pregunta a hacer, dímela, y ya veremos lo que se puede hacer.
1. Dijo el hospedero: «Tendría algo para pedírtelo, pero tal vez no merece importunarte con ello».
2.- Dije Yo: «Puedes hablar, porque para Mí nada en el mundo carece de importancia.
3. Prosiguió el hospedero: «Entonces óyeme con indulgencia: Más allí de esta propiedad, tengo otras, no lejos de aquí, donde pasta lo mejor de mi ganado bajo los cuidados de campesinos muy fieles. Hace algunos meses en este enorme pasto bien cultivado se hundió un vasto terreno formando un cráter, cuya profundidad no se puede calcular, y talvez aún va a aumentar de circunferencia.
4. Un viejo entendido en tales cosas me preguntó si los animales se aproximaban al cráter. Para experimentarlo mandé traer algunas ovejas y vacas bien cerca de allí. Pero cuanto más cerca estas se encontraban, tanto más se opusieron. Y a diez pasos de distancia se echaron bruscamente a correr y se huyeron. Incluso no hay manera de llevar las cabras allí, a pesar de que estas tienen la costumbre de trepar cómoda y intrépidamente en las rocas escarpadas. En seguida, el viejo experimentado afirmó que esto es una prueba cierta que se hundirá aún más suelo. En esta situación angustiosa para mí como propietario, te pregunto por la razón de ese fenómeno y si no hay manera de remediarlo».
5. Dije Yo: «Vamos allí para analizar la malicia de los espíritus brutos de la tierra que hicieron esto, empujados por otros espíritus - los de unos hombres difuntos que pasaron al Más Allá como enemigos tuyos porque tú compraste la finca tras un embargo judicial por una enorme deuda no pagada. ¡Salgamos pues a mirarlo de cerca!».
6. En seguida nos dirigimos a la finca funesta, donde llegamos después de media hora. El cráter era realmente horroroso, y aparte de Mí y del hospedero nadie se atrevía a acercarse hasta su borde. Los veinte nuevos alumnos retrocedieron ya desde lejos. Y el hospedero confesó que esta era la primera vez que lo vio de tan cerca, y que sólo ahora veía so profundidad inimaginable .
7. Entonces le dije: «¡Traedme una piedra grande y ya veré si hay manera de tapar el cráter!».
8. En seguida el hospedero se fue y volvió con una piedra que pesaba por lo menos diez libras. Yo la tiré con violencia para dentro del cráter, y no tardó en surgir una columna de humo que despidió un olor fuerte de azufre.
9. Yo amenacé a la columna, diciendo: «¡A todos vosotros, los espíritus malvados, Yo, el Señor, os ordeno, volver a rellenar este cráter ahora mismo para todos los tiempos!».
10.- Acto seguido, de la nube de humo se oía voces que exclamaron: «Jesús de Nazaret, Hijo del Dios vivo, ¡te conocemos! ¿Por qué viniste para atormentarnos antes del tiempo? Nos hallábamos aquí oprimidos y procuramos liberarnos. ¿Por qué no nos concedes esta libertad? Aquí nos hicieron una gran injusticia que nos causó la muerte de nuestro cuerpo. De modo que hemos perdido todo... ¿Por qué no debería ahora también el comprador perder algo? Nosotros necesitamos este terreno en nuestras profundidades horrorosas. ¿Por qué pues no deberíamos poseerlo?».
11. Pero Yo repliqué: «¡Haced lo que Yo os he mandado, porque de lo contrario os sucederá cosa peor!».
12. En el mismo instante la humareda se bajó, y en el interior del cráter empezó a rugir y a bramar. Pero esto no duró mucho y ya se percibió que poco a poco el terreno desfondado iba subiendo. Y dentro de apenas una hora, sin dejar rastro, el terreno estaba tan plano como si nunca hubiese habido depresión alguna.
13.- A eso Yo llamé a todos los discípulos y les dije: «¡Como sois flacos de fe! ¡Observad el suelo que surgió y reconoced que no es posible oponerse a la Fuerza de la Voluntad divina!».
1. Entonces el hospedero me preguntó qué era el sentido de las palabras de los espíritus contenidos en la nube de humo, que dijeron que Yo no los maltratase antes del tiempo.
2. Le dije: «Todos los espíritus apostatados lo consideran penoso cuando son advertidos a la obediencia a Dios; pues toda altanería para sí desconoce toda clase de obediencia porque sólo quiere dominar y mandar. Ellos querían decir que todavía se encuentran demasiado poco tiempo en el mundo espiritual para que ya tengan que someterse a mi Voluntad divina. ¡Pues habrían preferido permanecer una mera eternidad en sus inclinaciones malvadas y satisfacción que les produce la venganza, con lo que para ellos cualquier espíritu que los llamara a un orden o a una sumisión, o incluso los compeliese a tanto, sería un enemigo y cataplasma!
3. Por eso los amenacé inmediatamente y ellos en seguida cedieron, aunque sea con la mayor indignación. Pero para espíritus como estos -los que se encuentran en el juicio y por eso en la muerte- esto no importa, dado que su libertad obstinada no es libertad sino mera prisión y juicio tenebroso, de donde sólo podrán ser liberados paulatinamente, caso que una voluntad más fuerte que la suya se adueñe de ellos, obligándolos a una buena acción.
4. Estos parecen a aquellos durmientes que en sus sueños hacen rondas en que se consideran como príncipes y reyes, discutiendo muchas cosas absurdas, y con esto frecuentemente se fatigan mucho. Se sabe que tales sueños no son precisamente beneficiosos para la salud natural y que conviene que alguien despierto despierte a la persona así llevada por sus fantasías. Pero mientras este hombre aún no esté despierto del todo, protesta lleno de rabia y rencor, y sólo al despertarse completamente queda satisfecho de haber sido llamado a la realidad. Por supuesto, al despertarse se ve privado de sus preciosos principados, y de un rey a vuelto a degenerar a un ser humano corriente; pero como tal por lo menos llegó a la convicción clara que su reinado ha sido nada más que una quimera.
5. Ved, lo mismo acontece con estos espíritus de aquí, sólo con la diferencia que estos en tales ensueños frecuentemente pasan un tiempo muy largo, y después incluso se dejan despertar difícilmente.
6. En semejante ensueño también se encuentran todos los aventureros mundanos que en la Tierra se hallan abundantemente en todas especies de la esfera de la existencia humana. Estos allí se sienten bastante a gusto, ¡y ay de aquel que se atreviera a despertarlos para el rigor de la vida, a través de palabras o acciones! Pero si de la multitud de vez en cuando se consigue despertar al uno u otro, seguro que el despertado se alegrará mucho porque únicamente en el estado despierto de la consciencia consigue reconocer más y más el peligro en el que se había encontrado durante su ensueño.
7. Por eso también podéis intentar si hay manera de despertar a cualquiera de estos hombres embriagados. Si es posible, ¡entonces despertadle!, pues esto también será ventajoso para vosotros mismos porque él luego podrá influir más fácilmente que Yo a los que tengan la misma orientación. Pero si él no permite que se le despierte, ¡entonces que este burro perezoso y vago continúe durmiendo! ¡Pues entonces habrá que aplicar remedios más recios para despertarle, tales como: enfermedades de toda clase, guerras, hambrunas y pestes! - ¿Me entendisteis?».
8. Respondió el hospedero: «Señor y Maestro, ¡es así y tiene que ser así! Pero lo que no deja de ser triste es que, cuando Dios inflige grandes males sobre los seres humanos, frecuentemente también el inocente tiene que sufrir entre los muchos culpables».
9. Dije Yo: «En su condición como despierto entre tantos durmientes el inocente ya sufre, con lo que pierde nada o poco. ¿O acaso puede ser agradable para un despierto el hallarse entre tantos endormidos en el mismo cuarto, y quedarse completamente callado?».
10. Dijo el hospedero: «Es verdad, pues tendría que ser una pena para un sabio el hallarse entre tontos, sordos y mudos, sin poder intercambiar una sola palabra razonable. Siendo así, una dolencia que en sí lleva a despertar es evidentemente mejor que una que no produce mejora alguna. Oh, Señor, ¡no sé ni expresar mi felicidad de encontrarme en tu Presencia completamente divina! El día en que te vayas de mi casa yo no seré capaz de dejarte ir sin acompañarte, porque sin Ti todo me resultaría extraño y ajeno al mundo. Pero ahora me gustaría todavía saber la profundidad que tenía este cráter».
11. Respondí: «Bastante profundo, pues eran unas mil varas12».
1. Prosiguió el hospedero: «¿Pero es posible que los espíritus brutos y malvados tengan fuerza suficiente para hacer sumergir un terreno a una profundidad tan considerable?».
2. Dije Yo: «En realidad tienen tan poco poder como un héroe durmiente; pero para su propio despertar de vez en cuando está permitido que por la voluntad de un poder espiritual más elevado y perfectamente despierto en la realidad suceda algo que tales espíritus malvados luego también quieren realizar en su esfera de ensueños vanos - en lo que siempre fallan. Tan pronto que esto suceda, despiertan de súbito y reconocen su desgracia. Así, por propia voluntad, hay los que cambian de su malvada vida ficticia a otra vida más real, y tienen más cuidado de ya no volver a caer en tales fantasmagorías malvadas, para evitar que algo perjudicial vuelva a caer sobre ellos y los degenere en su existencia hipotética.
12. 1 vara = 77,8 cm.
3. Pero con todo esto, desde hace mucho tiempo, sólo se trataba de una combinación de factores ya bien calculados para lograr una buena finalidad. Aquí, en el subsuelo de este terreno, desde tiempos primarios de esta Tierra existía una enorme gruta formando una continuación subterránea del mar abierto. Sólo que con el tiempo el lodo del mar bloqueó la entrada que ligaba el Océano a esa cuenca de por sí desde el principio ya un poco estrecha. Cuando la afluencia del agua salada en el correr de las épocas se había secado, las aguas subterráneas se hundieron y se formó un gran espacio hueco. Con eso, debajo del campo en cuestión, por los repetidos terremotos se desprendieron partes flojas que cayeron en el abismo. Así el suelo de este terreno hundido se había quedado cada vez más flojo en su durabilidad.
4. Cuando hace cierto tiempo por los espíritus brutos en consecuencia de una excitación muda por parte de las almas malvadas -que debido a su materialidad generalmente se hallan en las cavernas del subsuelo- fue provocado un leve temblor de tierra, por la inestabilidad de este terreno todo se desprendió hacia abajo. Esta es la explicación completamente natural, pero aun así la causa no es solamente natural sino también espiritual, dado que ya hace tiempos inimaginables fue previsto y facilitado por Dios para facilitar el despertar de los malvados espíritus durmientes.
5. De modo que nada en esta Tierra acontece de manera meramente natural, sino siempre en pleno enlace con lo espiritual para una finalidad espiritual elevada; porque en todo el mundo lo espiritual está rigurosamente ligado con la naturaleza y en continua reacción recíproca, hecho que sólo iréis a asimilar completamente cuando tras vuestra actividad conforme a mi Doctrina estéis renacidos en vuestro espíritu. - Pero ahora, después de haber cumplido con este trabajo, ya podemos volver a casa, pues también allí vamos a encontrar novedades.
6. Preguntó el hospedero: «Señor, ¿no convendría llamar a mis campesinos y criados para que también ellos se enterasen del gran milagro nunca antes acontecido?».
7. Dije Yo: «Por hoy déjalo, porque para eso mañana aún habrá tiempo de sobra. Consta que tus empleados quedarán bien sorprendidos de ello; pero con esto muy poco lograrán para sus almas sensuales. Pues en la mayor parte son griegos, por tanto, ignorantes y supersticiosos, y por eso son gente todavía bastante sombría. Por eso en seguida atribuirán este efecto a algún así llamado semidiós. Más fácil es que ellos empiecen a orientarte acerca del motivo de tal fenómeno, en vez de que tu consigas hacerlo. Y en el caso en que les digas que Yo, el hijo del carpintero de Nazaret haya realizado el milagro, o te ridiculizarán o te dirán que Yo estoy en contacto con un semidios, y que con esto ciertamente soy capaz de realizar algo así...
8. Hombres como estos durante mucho tiempo aún no son aptos para la asimilación del Reino de Dios, porque antes tienen que ser preparados de manera hábil y capacitados para que puedan formarse un juicio más claro sobre todos los fenómenos del mundo de la naturaleza. Resulta que estos hombres atribuyen todo a la voluntad de los dioses invisibles, cuya presencia suponen efectivamente oler... ¡De modo que ahí nada se puede lograr con la plena Verdad de los Cielos de Dios! Por esto, ¡dejémoslos y volvamos a casa!».
9. A eso nos fuimos de este lugar y volvimos a nuestro hospedaje.
1. Cuando llegamos allí -precisamente a la hora de la puesta del Sol- el hospedero observó que el mar estaba en extrema excitación, y que a la distancia de unos cien caminos vecinales13 había un navío que, con semejante marea, evidentemente iba a hundirse. Y si no conviniese salvarlo...
13. 1 camino vecinal = 95. 133m
2. Dije Yo: «A otro barco, que sí, ¡pero no a este! Por la mañana el viento lo empujó tanto hacia delante; pero ya habrá otro viento que lo obligará a regresar. Pues se trata de la embarcación con los esbirros de Jerusalén, encargados de prender y matarme. Pero ahora como se encuentran en mi Poder tendrán aún que aguantar algunos días más. y que entonces los lleve un viento a la costa detrás de Tiberíades, donde quedarán libertados de su aflicción. Entonces, desengañados, volverán a sus casas, y ya no tan fácilmente intentarán a perseguirme y a atentar contra mi Vida. Mira, el viento ya les ha llegado y despacha la embarcación de la orilla. - Pero dejemos esto ahora, porque en casa nos está esperando otro asunto. Por eso, ¡volvamos ahora a nuestro albergue!».
3. Todos estaban llenos de curiosidad por ver lo que había de nuevo para nosotros. Resulta que una hija mayor del hospedero se encontró sobre un lecho chorreando de agua, y parecía como muerta. Se había ido toda sola al gran depósito de peces para traer algunos de los peces extraordinarios para nuestra cena. Pero ella no podía dominar estos animales tan fuertes, y uno de estos le dio un latigazo con el rabo que la lanzó al agua profunda. A sus gritos, por supuesto, en seguida vinieron para salvarla, pero no podían retirarla suficientemente pronto del agua, de modo que cuando la tenían rescatada ya no daba señales de vida. No hace falta mencionar la gran consternación que esto causó en toda la casa, y que en seguida se mandó un mensajero a la ciudad para traer un médico; y este también vino en seguida e hizo todo lo posible para reanimar a la ahogada. Pero a pesar de las lágrimas de toda la familia y de todos los esfuerzos del médico ella ya no dio señales de vida.
4. A eso también al hospedero entró miedo y, de corazón oprimido, se dirigió a Mí y dijo: «Señor, ¡ahora sé que todo te resulta posible!».
5. En este momento le interrumpí y dije: «¡Ahora cállate de todo esto porque aquí de ninguna manera quiero causar sensación! El médico -que también es fariseo- dirá en breve: “¡No consigo socorrer a la mujer porque está insalvablemente muerta!”. ¡Entonces págale sus esfuerzos y que se vaya! Y después Yo ya haré lo que conviene - entre tú y Yo, a solas. ¡Cuando impondré mis Manos sobre la ahogada, nadie más debe encontrarse en este cuarto, ni siquiera tu mujer y tus demás descendientes!».
6. A esa altura el médico declaró que la muchacha por desgracia había fallecido definitivamente; pero que aun así convendría envolverla en toallas calientes, pues tal vez aún iba a despertarse en algunas horas. Pero esto sólo lo dijo para dar un cierto consuelo a los padres. De modo que el hospedero indemnizó al médico y este prometió mandar las plañideras. Pero el hospedero le dijo que con esto esperase al día siguiente; y en el caso que fuera necesario, él mismo ya iba a avisarle. Sin nada más, el médico se fue con cara de contento.
7. Cuando el cuarto está vaciado de las personas superfluas, Yo me acerqué a la ahogada, le impuse mi Mano y dije: «Hija, ¡despierta de tu sueño y levántate!».
8. En el mismo instante ella se enderezó y preguntó qué había pasado con ella. Recordaba que se había caído en el agua, pero no sabía cómo desde allí había llegado a esta cama.
9. Yo le expliqué: «Según tu cuerpo estabas completamente muerta, pero Yo, que soy la Vida de por Mí mismo, ahora te restituí tu propia Vida. Pero en adelante, ¡sé más prudente y ejecuta solamente trabajos para los cuales tienes suficientemente fuerzas, porque de lo contrario, podrías sufrir otras desgracias! La diligencia laboral de un ser humano siempre es loable; pero si ella excede las fuerzas de la persona, ¡entonces resulta insensata! ¡No olvides esto y transmítelo a tu madre y a tus hermanos por lo demás también muy aplicados! ¡Pero ahora levántate y muéstrate a ellos, pues todos son muy afligidos! - ¡Y luego tratad de preparar algo para cenar!».
10. En seguida la hija se levantó de la cama, me agradeció por semejante Gracia y salió del cuarto para mostrarse a su madre y sus hermanos, los que todos estaban fuera de sí por alegría.
11. La hija reconoció en voz alta y dijo: «¡Esto fue Obra del gran Maestro de Nazaret que me ha hecho esto!, y ahora Él nos recomienda preparar una buena cena, ¡y ante todo, todos vamos a ayudar!
12. Todos asistieron, y pronto teníamos una cena copiosa ante nosotros. Por gratitud, el hospedero no tenía palabras para agradecerme...
13. Y también los nuevos discípulos no pararon de admirarse sobre este milagro, y dijeron: «¡Este milagro seguramente convertiría incluso a todo el Templo!».
14. Pero Yo dije: «¡Una señal parecida aún mucho mayor enfurecerá a los templarios de una manera contra Mí que emplearán todos medios posibles para matarme! Verdaderamente, ¡más no necesito deciros! Pues vale ya de esto. De modo que volvamos a tener buenos ánimos comiendo y bebiendo todo lo que tenemos aquí delante de nosotros».
15. En seguida cenamos y los apóstoles se entretuvieron con relatos sobre experiencias que habían hecho en su vida.
1. La hija recién resucitada, sus hermanos y su madre también acudieron para oír las historias que los discípulos contaron sobre malos espíritus y demonios. Por esta vez, también sabían hablar mucho sobre espíritus fantasmas y de diablos. Pues también sostuvieron una afirmación según la cual muchos seres humanos no son capaces de protegerse contra las persecuciones de esos seres malvados invisibles. Realmente, no se puede comprender que Dios permita algo así. porque ahí habría que tomar en consideración la mala suerte de los poseídos, sobre todo cuando se trataba de niños de tierna edad.
2. Ahí incluso nuestro hospedero comentó: «¡Qué asunto más extraño e incomprensible! Pues yo mismo ya he observado fenómenos como estos en niños de cinco años de edad - niños que por tales espíritus dominantes fueron maltratados de manera brutal. Lo extraño es que prácticamente nadie conseguía remediar tales males».
3. Dije Yo: «Mis apóstoles ya están orientados y te podrán elucidar, sobre todo Pedro, Santiago y Juan, y también saben tanto como Yo remediar ese mal. Pero Yo mismo nada más diré sobre esto, pues antes ya había señalado que iba a descansar durante estos días en Doctrina y Acción. Podéis hacer y hablar a voluntad, ¡pero no hagáis público que Yo me encuentro aquí, y mucho menos aún en la ciudad!».
4. Luego los discípulos continuaron con los relatos y Juan explicó a los demás el fenómeno de la obsesión. Cuando terminó ya era de medianoche, y todos nos fuimos a descansar.
5. Aun así por la mañana nos levantamos muy temprano y, junto con los tres apóstoles antes mencionados, salí al aire libre. Pronto el hospedero nos siguió, mientras que los demás discípulos se quedaron en casa para tomar notas. Nosotros conversamos sobre el destino del navío de los fariseos que, todavía en medio del mar, continuaba luchando contra las olas furiosas. El hospedero suponía que el viento ya lo había empujado hasta detrás de la ciudad de Tiberíades.
6. Pero Yo respondí: «Aún no, ¡porque esta suerte los tocará dentro de algunos días, es decir, si mientras tanto cambien un poco su índole! Porque de lo contrario aún los dejaré parados por unos cuantos días más, en alta mar dando a los remos sin el menor éxito. ».
7. Así al hospedero quedaba claro que no conviene juguetear Conmigo, con lo que me daba toda la razón que Yo atormentaba tanto a los perseguidores malvados de mi persona. Además, de por sí él ya era un gran enemigo de los templarios, y por eso le produjo un gran placer cuando estos se encontraban en apuros considerables .
8. Ya no hablamos de este tema. Observamos el oleaje del mar y las muchas bandadas de aves acuáticas que procuraban su alimento durante la marea. El hospedero preguntó dónde estas aves paraban durante la calma del mar.
9. Pedro, muy familiarizado con la pesca, explicó: «Se trata de una especie de aves de rapiña del mar, que sólo se ve en tanta cantidad cuando para ella hay algo para robar. De lo contrario estas aves se hallan a la orilla del mar, inalcanzables por parte de la tierra y por parte del agua. Pues allí se encuentra un gran número de insectos y gusanos que a estas aves sirven de comida. Pero cuando se producen tormentas, los insectos y gusanos se esconden, y estas aves se ven obligadas a pescar pequeños peces; y cuando la tormenta se haya calmado, entonces vuelven a sus campos. - De modo que aquí tienes la explicación. En sí no es muy importante, pero conviene saberlo».
10. Satisfecho con esta explicación, nuestro hospedero dijo que ya podríamos volver al desayuno.
1. Dije Yo: «Para esto todavía nos queda una hora de tiempo; pues aquí en esta colina estamos muy bien y podemos observar cómo ante nosotros se realizan los Pensamientos de Dios».
2. Preguntó nuestro hospedero: «Señor, ¿cómo se podrá ver esto?».
3. Yo le respondí: «Todo lo que ves aquí mismo, o lo que oyes o percibes a través de cualquier otro sentido, son Pensamientos realizadas de Dios. Pues ves las olas agitadas. ¿Quién hace que el agua se eleve a semejante altura y no permite que descanse? He aquí un Pensamiento de Dios, animado por su Voluntad. Ahora observa las aves como juegan con las olas. ¿qué más podrían ser sino puros Pensamientos fijados de Dios? El mar, las montañas, los animales, las hierbas, los arbustos y árboles, las criaturas, el Sol, la Luna y las incontables estrellas representan sus Pensamientos... Y la existencia de todo esto depende únicamente de la Inmutabilidad de la Voluntad de Dios - una Inmutabilidad para ti todavía totalmente incomprensible.
4. Explicable por el hecho que la libertad de la Voluntad divina es infinita, Yo pongo el caso posible que Dios sustrajese su Voluntad de uno de los Pensamientos realizados en frente de nosotros, ¡e instantáneamente su existencia quedaría anulada! El Pensamiento continuaría en Dios, sólo que la materia se disolvería en una nada. ¡Pero nosotros aquí tenemos delante de nosotros el existir, el ser y el hacerse de los Pensamientos de Dios, como también el perecer de ellos. todo tan importante para el verdadero amigo de Dios Padre! ¡¿Acaso no es un verdadero placer el observarlos y reconocer en ellos cada vez más el Amor, la Sabiduría y la Omnipotencia de Jehová?!
5. Fijaos en estas pequeñas nubes allí en dirección del este que ora aumentan, ora disminuyen y ora de repente desaparecen del todo. Pues también estas son Pensamientos de Dios, los que por la Voluntad están recogidos delicadamente del aire para entrar en una materialización etérea, en que continuamente se nos presentan en formas mutables. Estas formas están evidentemente más cercanas del elemento espiritual original que las montañas sólidas y todas las demás formaciones que nos circundan por todos los lados. Sin embargo, aun así su existencia es más imperfecta, por lo que necesitan pasar frecuentemente por otras formas, por ejemplo, por gotas de lluvia, para que luego como nutriente estén absorbidos en cualquier planta donde adoptarán una forma ya más definida y consistente hasta llegar al hombre, desde donde -como seres completamente libres e independientes que también piensan y actúan libremente con una voluntad completamente libre- eternamente e inalterablemente existentes podrán pasar a lo puramente espiritual y a la semejanza a Dios - lo que también harán...
6. Quien observa las Creaciones de Dios de esta manera, ¡él sentirá mucha satisfacción y alegría en ellas! Y Yo te digo que tal observación proporciona al hombre mayor energía que un desayuno tomado demasiado temprano. ¿No te parece lo mismo?».
7. Respondió el hospedero: «¡Que sí, Maestro y Señor! Pero para tal observación llena de Vida hace falta tener tu Sabiduría; pues yo podría observar durante todo un siglo sin encontrar lo que Tú ahora nos revelaste. De ahora en adelante en mi caso esto ya se mejorará, porque soy amigo de la naturaleza y siento placer en sus manifestaciones. Sólo cuando esta acá y allá degenera, entonces con gusto también me alejo de ella. Cuando se forman tempestades y las nubes amenazan de aniquilarnos con rayos y truenos, entonces mi simpatía a la naturaleza también llega a su fin. Pero así en su silenciosa manera de ser y surtir efecto, la amo sobremanera. Aunque esta marea agitada no sea propiamente un efecto de calma de la naturaleza, pero para nosotros que somos habitantes de la tierra firme es inofensivo, de modo que por lo menos podemos observarla con serenidad. Pero si un huracán poderoso produjese semejante marea, no sería oportuno observar la naturaleza en su actividad para descubrir en ella el gran Pensamiento de Dios, vivificado por su Voluntad».
8. Dije Yo: «Seguro que así es. Pero lo que ahora te he dicho tampoco es una orden, sino únicamente un buen consejo. Porque de lo contrario los seres humanos también tendrían que descender a las profundidades del mar para que desde allí en todas direcciones puedan estudiar las materializaciones de los grandes Pensamientos de Dios. Siempre cuando el hombre pueda hacer las observaciones sin peligro y daño para su vida, habrá gran beneficio para el alma y el cuerpo, despertando cada vez más el espíritu del verdadero amor a Dios y al prójimo.
9.- A fin de poder amar a Dios en verdad, es preciso procurar a conocerle cada vez más. El que no se esfuerza lo más posible en este sentido, él mismo será responsable si en su caso la noción y consciencia de la supervivencia eterna del alma después de la muerte del cuerpo físico queden muy pobres, ¡pues tal real sensación es precisamente la consecuencia del amor verdadero y activo a Dios y a partir de este al prójimo!
10. Dios en Sí como Padre, en su Naturaleza primaria es el Amor, y por eso es la Vida misma, ¡porque el Amor y la Vida son uno y lo mismo! De modo que aquel que en sí lleva el Amor a Dios -el único elemento vital- él también lleva en sí la Vida real, eterna y divina. Pero aquel que no tiene tal Amor, él, en sí, está muerto, porque su vida no es más que ficticia. Por lo tanto esta resulta en un juicio hasta que él mismo, voluntario, haya despertado en sí el Amor a Dios y lo haya animado personalmente. Por esto es beneficio para el hombre verdadero que de vez en cuando medite sobre aquello que se presenta ante sus sentidos. ¿Comprendes lo que te dije?».
11. Respondió el hospedero: «Si, Señor y Maestro. Sólo que en el mundo resulta muy lamentable que la mayoría de los seres humanos no tiene la menor idea de tales enseñanzas tan sumamente importantes acerca de la Vida. De todos modos no dejaré desaprovechada cualquier buena ocasión para comunicar por lo menos a personas receptivas lo que ahora sé. - ¿Qué será la causa principal que la humanidad en esta época haya llegado a ser tan enormemente absurda?».
TEOCRACIA E IMPERIALISMO.
ETAPA FINAL Y JUICIO
1. Dije Yo: «Recuerda lo que ya te dije, pues antes de todo la soberbia, la pereza, el amor propio y el despotismo que surge de este son los motivos de semejante decadencia de los seres humanos.
2. Ya en la época de Samuel los hombres se hicieron más perezosos. Pues comenzaron a avergonzarse de ciertos trabajos, por lo que mandaron que los ejecutasen empleados pagados. Los propietarios ricos se quedaron con las manos cruzadas y mandaban que otros trabajasen para ellos; y el que trabajaba más que los demás, también recibía mayor pago, lo que no dejaba de ser justo. Sólo que de esta manera, poco a poco, de los propietarios se formó una especie de pequeños soberanos que de ninguna manera ya quería tocar el menor trabajo con un solo dedo.
3. Tal como los padres, tal también sus hijos llegaron a ser perezosos, egoístas y déspotas. Aprendieron a mandar sobre los siervos, sin querer ensuciar sus propias manos delicadas con servicios de baja categoría. Esta mala costumbre aumentó de año a año, y pronto la soberbia de todos modos bien nutrida alcanzó un grado en que ya no encontraba más satisfacción. Él -el judío- miraba con melancolía el brillo de los grandes potentados paganos, viendo en un rey el personaje de mayor elevación y dignidad. En suma, él también quería tener un regente mundano, pues ya no se contentaba con un Régimen más puro de Dios mediante videntes y jueces.
4. Cuando el pueblo, contrario a todas las advertencias por parte de los videntes, aun así continuaba exigiendo de Samuel un rey, este fiel siervo presentó este empeño del pueblo insensato a Dios, porque de por sí no sabía qué debía hacer.
5. A eso Jehová le dijo: “¡Vaya!, a todos los pecados que este pueblo ya ha cometido ante Mí, ahora aún añade el extremo, ¡él de exigir un rey mundano! ¡Pues ve y unge al hombre más importante del pueblo, porque él lo castigará por el ultraje hecho a Mí!”.
6. Ves, ¡esta es en pocas palabras la respuesta de Dios a la exigencia malvada del pueblo! Las consecuencias del orgullo cada vez más alimentado podrás leer en el Libro de los Reyes y en la Crónica, donde encontrarás la historia del pueblo judaico - pero la mayor parte de estas historias se manifiestan delante de ti.
7. Amigo, ¡únicamente en la verdadera humildad se halla el camino para la Vida interna del alma! Pero ahora, ¿quién posee tal humildad? Mira, ¡ni siquiera un simple servidor de un patrón la tiene, porque él se estima ante los servidores de los demás patrones según el honor y la reputación de su propio patrón! Caso que esta reputación fuera por un grado más elevado que la de otro patrón de un colega servidor, entonces al servidor del patrón inferior ya se le miraría con menosprecio, con lo que entre ellos no habría motivo para trocar palabras .
8. Yo te digo: Mientras no sean el verdadero Amor puro y la humildad que le corresponde los que organizan los pueblos y llevan su régimen, en general habrá tinieblas sobre la Tierra. Es cierto que siempre habrá algunos que andan en la Luz, pero de estos siempre habrá pocos. Porque mientras en el mundo haya soberanos exageradamente orgullosos y sedientes de tener fama, la semilla del orgullo y del despotismo crecerá exuberantemente en todos los niveles de la humanidad, con lo que noche, tinieblas, egoísmo, envidia, codicia, persecución y traición -auténticos elementos del infierno- no desaparecerán del suelo terráqueo antes de la época del gran Juicio, en la que Yo nuevamente purificaré el planeta mediante el fuego. Después de tal época ya no habrá rey alguno que reinará sobre pueblo alguno de la Tierra, sino únicamente la Luz de Dios. Vosotros no experimentaréis tal época en la carne, pero clara y nítidamente en el Espíritu. en mi Reino».
9. Preguntó el hospedero: «¿En cuantos año vendrá tal época afortunada?».
10. Dije Yo: «Esto únicamente el Padre lo sabe, y después de Él lo sabrá únicamente aquel a quien Él lo quiera revelar. A Mí el Padre aún no lo reveló - aparte de que esto llegará a suceder. Lo que sí podéis aceptar como absolutamente verídico es que aproximadamente cada dos mil años se produce una gran transformación en la Tierra... Así será, a contar desde ahora. -¡Pero ahora nada más de esto!».
11. Dijo el hospedero: «Señor, si fuera de tu Agrado, el desayuno ya estaría a nuestra disposición».
12. Dije Yo: «Pues bien, ¡vamos pues al albergue y tomemos el desayuno!».
13. Cuando llegamos allí, el desayuno ya nos estaba esperando. Los discípulos que habían quedado atrás, nos preguntaron de dónde venimos porque no podían encontrarnos.
14. Yo les dije: «No nos buscasteis donde estábamos, razón por la que no nos encontrasteis. Pero ahora, ¡comamos y bebamos!».
15. Cuando tomamos el desayuno un neo-judío observó que mi Respuesta a su pregunta sonaba un poco extraña y que no sabían cómo debían interpretarla.
16. Respondí: «Tal cual os fue dada. Si quisiereis meditar un poco, en ella encontraríais una gran Verdad espiritual».
17. Dijeron los discípulos: «¡Será un tanto difícil, porque parece ser nada más que una reacción merecida para nuestra indiscreción!».
18. Dije Yo: «¡De modo alguno! Pero voy a deciros lo que ahí se encubre y lo que quería decir con esto. ¡Oídme pues!
19. En Verdad: los que no me buscan donde Yo me encuentro, ¡nunca me encontrarán!, por lo que en el correr de los tiempos, muchos me buscarán sin hallarme. Vendrán épocas en que se levantarán muchos falsos profetas y Mesías que os dirán: “¡He aquí el ungido!”, o, “¡allá está él!”. Pero a todos estos no se lo creáis, porque justamente allá donde alegaren mi Presencia, de ningún modo estaré. Quien me busca donde haya el menor vestigio de mundanismo, este no me encontrará; sino únicamente aquel que me busca en el Amor, la humildad y el altruismo verdaderos, siempre me hallará con seguridad, esté Yo donde estuviere.
20. Me buscasteis un poco malhumorados, porque no os había indicado para donde iría esta mañana antes de la comida. Y ved, ¡esto no fue el justo lugar para buscarme espiritualmente en vuestro interior, razón por la que tampoco encontrasteis el lugar en que me encontraba externamente!
21. Esto no se relaciona a la posición vuestra en cuanto a Mí, sino os demuestra la situación futura. Por eso, parecido a Mí, todo doctrinador debe formar sus palabras en cada ocasión de tal modo que -incluso en cosas de menor importancia- sirvan de base para una enseñanza nueva e importante. Porque de veras Yo os digo: ¡En el Reino de los espíritus puros ante Dios tendréis que presentar cuentas por cada palabra inútilmente pronunciada, pues todas serán discriminadas en la Luz de la Verdad divina!».
22. Esta advertencia no era precisamente del agrado de los discípulos, sin embargo, se grabó profundamente en sus almas.
1. Después del desayuno nos dirigimos a un monte bastante alto, cerca de Cafarnaúm. El hospedero y su hija resucitada también nos acompañaron, y él ordenó a uno de sus empleados que llevara algunas provisiones, porque Yo antes le había dicho en silencio que nos quedaríamos allí en la cima hasta la noche. A otro empleado mandó a llevar dos de los peces especiales más grandes como regalo para el comandante. Así fue, y en pocas horas subimos al monte, de cuya cumbre se podía divisar una gran parte del Mar de Galilea, incluso el navío que todavía luchaba contra las olas.
2. Dijo el hospedero: «¡Los hombres malvados en aquel navío, por cierto, ya no tendrán más provisiones y estarán pasando hambre!».
3. Dije Yo: «Tienen todavía algo de pan mojado, ¡lo que es bastante ante su maldad! Pero ya han desistido de su plan malvado e intentarán a emprender la vuelta, en lo que les ayudará un buen viento. Aún así, todavía sufrirán una gran aflicción hasta que alcancen la costa, pues ¡que no les resulte demasiado fácil llegar del agua a tierra firme!».
4. Dijo el hospedero: «Sabes, Señor, ¡en realidad no siento piedad para con los templarios tenebrosos; pero sí, para con los marineros a los que en vez de recibir un pago por su esfuerzo y su miedo les toca un castigo, porque los fariseos les atribuirán la culpa por no haber podido mover la embarcación en este mar interior!».
5. Dije Yo: «No te preocupes por eso; son griegos robustos de la región de la ciudad de Tiberíades que no saldrán perdiendo. Además, todavía tienen provisión más que suficiente, como pescado ahumado, carne de cerdo -también ahumada- y pan blanco dos veces asado. En la popa todavía guardan algunos odres de vino y, como los templarios no consiguen comerse su pan mojado, compran las provisiones de los marineros por mucho dinero, de modo que estos nada sufren más allá de la situación difícil del barco con el peligro de que podría hundirse. Por esto no nos preocupemos por ellos; pues aunque sea con dificultad, aún antes de la noche alcanzarán la costa. - ¡Que así sea!».
6. Todos estaban conformes y nadie ya quería preocuparse del navío.
7. De nuevo el hospedero presentó una pregunta: «Señor, como eres Omnisciente, por cierto también sabes dónde vaga Judas, el que anteayer te abandonó».
8. Dije Yo: «¡También a este le dejamos que se vaya! Seguro que pasado mañana volverá a juntarse con nosotros porque Yo no se lo impediré. Pero ahora disfrutemos del panorama precioso, y mientras tanto prestad atención a las enseñanzas que os dí esta mañana. ¡Y que uno de vosotros instruya a los ignorantes, con lo que sentiréis una gran alegría!».
9. Todos así lo hicieron, pues conversaron hasta el anochecer, de manera que se habrían olvidado del pan y del vino que habían traído, si la hija del hospedero no los hubiera recordado, dado que ya sentía un poco de hambre.
1. De modo que hacia la noche regresamos para la casa donde nos aguardaba una cena abundante. Y había un mensajero del prefecto -que del hospedero había recibido los dos peces preciosos- que estaba esperando al hospedero para entregarle un cesto de huevos frescos de las grandes gallinas del prefecto, como agradecimiento por la dádiva.
2. El hospedero agradeció y dijo: «Cuando en otra ocasión pescaré otro de estos peces, ¡ya volveré a acordarme del prefecto!».
3. Dijo el mensajero: «Seguro que esto será un motivo de gran alegría para mi patrón. Pero
él se enteró de la presencia temporal del profeta de Nazaret, aquí, y al prefecto le gustaría conversar contigo, personalmente, a su respecto. Con lo que le darías una gran alegría si pudieras venir a él y le dieras una explicación acertada acerca del Nazareno. ¿Cuándo podrías visitarle? ¡Determina tú mismo la ocasión!».
4. Respondió el hospedero: «Mi apreciado amigo, ¡espera un momento! Antes aún voy a hablar con un amigo con el cual intento combinar un negocio por estos días. Una vez que lo hayamos logrado, en seguida después ya daré al prefecto los esclarecimientos que desea acerca del Hombre milagroso, al que a mi parecer le conozco bastante bien».
5. Acto seguido el hospedero entró en el refectorio para saber de Mí qué debía hacer.
6. Y Yo le aconsejé: «Ve a él aún hoy, aunque ya esté anocheciendo, y dile que Yo estoy aquí y que me quedaré aquí el tiempo que me parezca bien. Cualquiera que tuviera algo en contra de Mí, ¡que venga personalmente para resolver el asunto personalmente conmigo mismo; pues Yo me responsabilizo por mi Persona, y nadie más en el mundo! Transmítele esto, y él quedará satisfecho. ¡Por lo demás no le hables mucho de Mí!».
7. Con esta información el hospedero salió rápidamente al mensajero, y en compañía de él con toda prisa se fue a la casa del prefecto ansioso por saber algo acerca de mi Persona. La casa del prefecto se encontraba cerca de la hospedería, pero, por supuesto, en el interior de las murallas de la ciudad.
8. Cuando nuestro hospedero llegó al prefecto, este estaba muy contento, porque hace mucho tiempo ya le afanó saber qué se escondía detrás de Mí. Después de saludarse de manera amical, en seguida el prefecto preguntó qué de verdadero pueda haber en lo que la gente dice del profeta de tan mala fama, que habita con él -el hospedero- y que allí hace de las suyas inquietantes .
9. Acto seguido el hospedero pronunció lo que Yo antes le había puesto en la lengua.
10. Pero a eso el prefecto torció el gesto y dijo: «¿Cómo es posible que tú como hombre de buena fama hospedes a tal hombre difamado y por todas partes ya perseguido?».
11. Respondió el hospedero: «Tal es mi deber de posadero, pues no puedo echar de mi puerta sea quien fuere y venga de donde viniere, de modo que tampoco a él. Ni siquiera tengo el derecho de expulsar ladrones y asaltantes, o preguntarles lo que desean, por cuanto también respetan la taberna. Además, mi posada es completamente libre, y en ella un criminal no puede ser preso y llevado a la justicia durante siete días - según las leyes de Roma... Siendo así, ¡¿por qué no iba a hospedar al hombre más célebre del mundo, que nunca quedó debiendo algo a nadie y que, además de esto, es el ser humano más amable que he visto en mi vida?!
12. Además, el día de sábado Él hizo un discurso en la sinagoga. Si tienes algo en contra de Él, perdiste la oportunidad de pillarle, de llamarle a la razón y de pedirle cuentas. Pero yo, como hospedero, no tengo derecho para eso. Él todavía se halla en mi casa, y si quisieras -como cualquier otro- tú mismo podrías procurar entendimiento con Él. Pues Él me dijo expresamente que nadie en todo el mundo puede responsabilizarse por Él, porque ahí está, sin depender de nadie. Y como sé de propia experiencia, Él no teme a quienquiera. Sin embargo, todos los seres humanos tienen motivos para temerle, porque el Poder de su Voluntad es ilimitado. Lo que Él quiere, esto sucede y existe.
13. ¡¿Acaso el año pasado no resucitó a la hija de tu predecesor Jairo de la muerte a la Vida,
lo que tú seguramente sabrás?! De modo que es un auténtico Bienhechor insondable de la humanidad. ¿Cómo iba yo a no hospedar a tal Hombre, mientras Él esté dispuesto a alojarse en mi albergue?
14. Dijo el prefecto: «Sé que estás en tu derecho y nadie podrá obstaculizarte. Sin embargo, ¡no te dejéis llevar a creer que él sea el Mesías prometido a los judíos! Él divulga esa herejía entre el pueblo que en gran parte ya le da crédito porque él pone su doctrina de relieve a través de milagros, los que en la mayor parte realiza con la ayuda de Belcebú. Era sólo esto que quería decirte, y te agradezco que aun hoy viniste para visitarme».
15. Dijo el hospedero: «De veras, ¡para esto no habría sido necesario llamarme que te dé una visita! Yo ya soy hombre de vastas experiencias y sé diferenciar entre lo falso y lo genuino. Todos nosotros conocemos a ese Hombre maravilloso casi desde su infancia, inclusive a sus padres que siempre vivían y actuaban estrictamente conforme a las leyes - un verdadero ejemplo de la obediencia a Dios y sus Disposiciones... Siendo así, ¡¿Cómo podría este Uno -según el testimonio de José el carpintero más piadoso- estar en connivencia con Satanás y realizar sus Obras verdaderamente divinas con la ayuda absolutamente vana del mismo Belcebú?!
16. El que quiera formarse un juicio perfectamente válido acerca de Él, él debe tomarse la molestia de hacerse el trabajo de reconocerle en todos los aspectos. Sólo entonces podrá decir con razón: “Lo uno y lo otro pasa con este Hombre”. Pues así lo veo yo... Pero condenar a alguien sin saber quién es, ¡no me parece adecuado a la prudencia jurídica y mucho menos aún a una sensatez sacerdotal! Me extraña de tu parte que -igual que unas pérfidas viejas simplemente de oídas- haces un juicio sobre alguien al que nunca has visto ni hablado. ¡Ve personalmente a hablarle, ¡y sólo después dicta juicio sobre Él!».
17. A eso el prefecto no sabía qué decir y reflexionó qué debía hacer.
18. Sólo después de un rato dijo: «Pues tienes razón, y si yo no fuera un prefecto, ciertamente pensaría como tú. Pero ante el hecho que soy el prefecto de aquí, también tengo que corresponder como manda el deber. Pero cuando delante de mí tengo alguien como eres tú,
entonces tampoco ya pienso y actúo como prefecto sino como un hombre. Pero si fuera más templario de lo que soy, entonces, al mando del Templo, habría debido prender a aquel hombre para enviar y entregarle a Jerusalén. Pero como soy más hombre que prefecto, por eso no asistí a la prédica en la sinagoga, para dar la impresión de haberla ignorarlo. Pero el Nazareno que por lo demás debe ser juicioso y sabio, en la sinagoga debe haber dado un discurso completamente incomprensible, porque se dice que al final había quedado solo en la sinagoga. - Pues bien, si me resulta posible liberarme, iré a visitarle mañana o pasado mañana, ¡porque al menos quiero verle!».
19. Respondió el hospedero: «¡Y no te arrepentirás, te lo garantizo!».
20. El hospedero se despidió y, en seguida, volvió junto a Mí y me relató el encuentro.
21. Y Yo le dije: «Hablaste muy bien, porque Yo mismo te inspiré. No obstante, el prefecto sigue siendo templario, y caso que de Jerusalén recibiese una nueva orden para mi captura, él cumpliría con soltura. Pero sin empuje es más bien un amigo de la comodidad, con lo que nos deja actuar a gusto. Sólo si vendrá aquí por Mí, esto es una pregunta difícil a responder. Porque al despertar por la mañana, el prefecto apenas se acordará de lo que hablasteis entre los dos. -Pero ahora vamos a reposar, ¡porque la montaña dejó los miembros del cuerpo cansados!».
22. Todos siguieron mi Consejo y se retiraron a sus dormitorios que con nuestro hospedero estaban muy bien arreglados.
23. Yo aún demoré dos días más en la casa del hospedero sin que sucediese algo importante. Sólo por la mañana del tercer día, junto con los discípulos y el hospedero, salí de la casa y mandé al mar que se serenase. Inmediatamente las olas se calmaron y los pescadores se entregaron a su tarea, pues hace cinco días que no podían trabajar - lo que tampoco les causó perjuicio.
El SEÑOR AL NORTE DE GALILEA
(Evangelio Juan cap.7)
La voz interior como secreto de Dios en el corazón del ser humano (Jn 7,1)
1. En aquella mañana Judas volvió a unirse con nosotros e hizo mención de contar sus actos hechos en mi Nombre.
2. Pero Yo le dije: «¡Deja esto, porque a Mí nada es desconocido! Es mejor que te calles para evitar mentiras; y para esto vale más que no hables, ¡porque la mitad de tus palabras son mentiras!».
3. A eso él se contuvo y procuró conseguir algo para comer.
4. Pero Yo me dirigí al hospedero y le dije: «Amigo, dado que aquí nada más hay que hacer partiré después del almuerzo. Porque hoy a la noche vendrán aquí muchos forasteros, entre ellos muchos de Jerusalén, con los cuales por razones muy sabias quiero evitar contacto. Manda pues que preparen un buen almuerzo y luego puedes presentarnos la cuenta, bien que no para Mí y mis apóstoles, ¡sino para los veinte nuevos discípulos que llevan con ellos una gran cantidad de oro y plata!».
5. Dijo el hospedero: «No, Señor y Maestro, aunque tus discípulos fuesen mis huéspedes durante diez años, ninguno de ellos tendría que pagarme un solo estater. ¡Soy tu gran deudor hasta tal punto de no poder rescatar mi deuda con montes de oro macizo! ¡Imagina la pesca, la milagrosa supresión del cráter y ante todo la resurrección de mi hija más querida! ¡¿Con qué tesoros del mundo podría yo recompensarte algo tal convenientemente?!».
6. Dije Yo: «¡Está bien! ¡Manda pues que preparen un buen almuerzo!».
7. De modo que el hospedero se fue y dispuso de todo.
8. A eso los discípulos se aproximaron y dijeron: «Señor, ¿para dónde irás ahora? Galilea ya hemos recorrida de lugar a lugar y de casa a casa. Sólo la Judea, Samaria y Mesopotamia, y el trayecto que lleva a Damasco poco los hemos pisado. ¿Qué si nos dirigiésemos hacia allí?».
9. Dije Yo: «Estoy bien consciente que los países que me nombrasteis precisan de la Luz, sobre todo la Judea que es lo más pervertida; sin embargo, aun así no me iré allí porque allí me buscan para darme la muerte (Jn 7,1). Aunque nadie pueda prenderme antes del tiempo -de lo que ya os di pruebas de sobra-, no quiero que el pueblo con mi Presencia se ponga peor de lo que ya está. Pero los demás países aún no tienen la necesaria maduración para Mí, ¡razón por la cual quedaremos en Galilea para que aquí aumentemos la Luz!».
10. Mi Determinación era del agrado de los discípulos porque estos no tenían ganas de tratar con los judíos dado que estos despreciaban casi todo lo que provenía de Galilea. Los neo-discípulos opinaban que Mesopotamia, Siria y Celesiria todavía eran los países más adecuados para difundir en ellos la Luz de los Cielos con gran beneficio.
11. Dije Yo: «¡No penséis que debéis enseñarme acerca de aquellos países! Allí, por cada judío malvado, se puede contar por lo menos con diez romanos y griegos, auténticos paganos llenos de supersticiones. ¿Cómo iban estos a recibir la Luz verdadera y celestial? En Samaria esta ya fue divulgada, y allí aumenta considerablemente. Pero Damasco es una gran metrópolis comercial y sus habitantes sólo se preocupan por la venta de sus productos a buen precio. Por lo tanto, nada se conseguirá con la Luz, aunque más tarde esta también llegara allí. De modo que ahora quedaremos en Galilea para visitar a nuestros amigos de la Luz y para animarlos aún más.
12. Cuando un soberano intenta regir un pueblo, es preciso que primero construya un castillo sólido, invencible a sus enemigos. Como los súbditos ven que él es invencible, se someten a sus órdenes y los respetan. De este modo Galilea será para nosotros una fortaleza sólida, cuya caída no será cosa tan fácil para el enemigo de la Luz. Yo mismo, como Galileo, soy la Piedra Fundamental, y vuestra fe es la roca sobre la cual edifico la Fortaleza de Dios. -Pero ahora ya viene el hospedero para invitarnos a la comida. ¡Vamos, pues!».
13. De modo que el anfitrión se acercó y nos invitó a tomar la comida, a pesar de que aún no era de mediodía. Pero nos pusimos a comer, conversando todavía mucho acerca del viaje inminente.
14. Después de comer nos levantamos de toda prisa, y el hospedero me preguntó si me pudiera acompañar hasta el próximo pueblo.
15.- Pero Yo le dije: «Tú ahora también has llegado a ser un discípulo mío porque me has reconocido muy bien. Por eso, de momento, quédate ahora aquí en casa, donde me podrás resultar más útil que acompañándome. Hoy aún vendrán muchas personas a tu albergue y tendrás la oportunidad de representarme; y durante esta época tal hecho se repetirá frecuentemente. En pocas semanas volveré aquí para quedar otra vez por algunos días contigo. Entonces tendrás otra ocasión para aprender aún algo más acerca de mi Doctrina. Pero si de hoy en adelante hablarás en mi Nombre, entonces ya no tendrás que cavilar qué vas a decir, ¡porque Yo Mismo te pondré las palabras en la boca, las que tendrás que pronunciar!».
16.- Preguntó el hospedero: «Señor, ¿cómo percibiré este fenómeno?».
17. Yo le respondí: «Sentirás en el corazón pensamientos tan nítidos como si fueran pronunciados, con lo que basta proferirlos fácilmente con la boca. En esto consiste el Secreto de Dios en el corazón humano... Pero finalmente aún te digo:
18. Si encuentras un enfermo, imponle tus manos en mi Nombre, ¡y él mejorará! Pero una vez que hayas curado alguien de esta manera, entonces no aceptes dinero por la curación, sino di al curado: “¡Da las gracias a Dios, al Omnipotente, en su Hijo Jesús! ¡Ve y no peques más! ¡Cumple con los Mandamientos y haz el bien!”. ¡De este modo conseguirás muchos que creen en mi Nombre!».
19.- Acto seguido le impuse mis Manos, transmitiéndole así las fuerzas para actuar en mi Nombre.
UN EVANGELIO PARA MADRES QUE DAN DE MAMAR
1. En seguida partimos de toda prisa y a la tarde llegamos a Caná de Galilea, donde Yo había transformado el agua en vino. Pernoctamos en la misma casa, pues también era albergue, y no es preciso mencionar que fuimos bien acogidos.
2. La joven pareja ya tenía un niño de pocas semanas que sufría de convulsiones a causa de un susto que la madre sufrió todavía estando de parto. El motivo fue un incendio en la vecindad rápidamente extinguido. Tanto los padres como los abuelos hicieron todo para curar al pequeño, pero todo fue en vano.
3. Cuando entré en la casa y la joven pareja me reconoció enseguida, se tiró a mis Pies y dijo: «Oh Maestro, ¡fue Dios El que te mandó aquí para que curases nuestro único niño! ¡Te rogamos fervorosamente por ello! ¡Ya sabemos mucho tiempo que para ti todo es posible!».
4. Dije Yo: «¡Levantaos, porque no se debe arrodillarse delante de un hombre!».
5. Respondió la joven pareja: «Pero Maestro, ¡sabemos que eres más que un simple ser humano, de modo que nuestra actitud está justificada! - Oh, ¡socorre a nuestro niño!».
6. Yo respondí: «Está bien, ¡levantaos pues y traedme el niño enfermo!».
7. En seguida los padres se levantaron del suelo y me trajeron el niño. Yo le impuse las manos y lo bendije, y en el mismo instante se quedó tan animado y sano como si nunca hubiera sufrido de una enfermedad.
8.- En seguida Yo dije a la joven madre: «¡En el futuro sé más cuidadosa! Cuando en otra ocasión en tu ánimo estuvieres muy irritada y todavía ibas a dar el pecho a una criatura, ¡no se lo des antes de que tu ánimo se haya calmado completamente! Porque en las criaturas a través de la leche materna pueden surgir muchas enfermedades físicas e incluso psíquicas... ¡Acordaos todos de este hecho! - ¡Pero ahora haced que a todos nosotros nos traigan una cena!».
9. Los padres me agradecieron contentísimos y se fueron para preparar la cena.
10. Dentro de una hora todo estaba preparado, y nos llevaron a un nuevo comedor muy grande; pues allí cenamos. Cuando terminamos, Yo pregunté al joven anfitrión cuándo, cómo y por quién había sido construido este gran comedor tan precioso y espacioso.
11. El joven anfitrión respondió: «Señor, ¡este trabajo no se realizó de modo natural! Los constructores fueron Joses y Joel, tus hermanos - es decir, hijos de José y hermanastros tuyos. Esto sucedió de manera muy singular. Sólo disponían de dos ayudantes; y cuando comenzaron a tallar los cedros -un trabajo que normalmente les habría costado diez días- este trabajo les costaba apenas un día. Y para el empalme de las pilastras, el montaje del tejado, el colocar las baldosas del suelo y la fabricación de todo que se halla en el interior de la sala, para todo esto ellos necesitaban el mismo tiempo como -según Moisés- Dios el Señor ha necesitado días para la Creación del Universo.
12. En suma, por el criterio de cualquier perito, la construcción de tal sala llevaría medio año, y eso con más ayudantes bien aplicados. Pero este salón fue realizado por cuatro hombres, en seis días, ¡de modo que es un milagro evidente!
13. Los dos hermanos ellos mismos dijeron: “¡Ahí nos ayuda invisiblemente el Espíritu de nuestro Hermano divino!”. Y seguro que fue así, pues incluso tu apreciada Madre María -la que frecuentemente nos visita- lo confirmó como verídico. - ¿No es así, Señor y Maestro de todo Ser y de toda Vida?».
14. Yo respondí: «Está bien, fue tal cual; y así también debe ser. - ¡Pero ahora preocupaos también por unos buenos lechos porque estamos muy cansados! Mañana aún tendremos más tiempo para hablar al respecto».
15. Esto fue rápidamente arreglado y nos fuimos a descansar.
1. Durante siete días quedé en Caná, y mis apóstoles predicaban el Evangelio al pueblo. Después de estos siete días seguimos para el Norte - después de haber hecho mucha caridad. Desde Caná nos acompañó mucha gente por un gran trayecto, y luego volvió con gran satisfacción a sus hogares.
2. Nosotros continuamos nuestro camino hacia las zonas más norteñas de Galilea a donde nunca habíamos llegado antes. Allí encontramos muchos paganos muy supersticiosos que daban mucha importancia a toda clase de amuletos. Por eso nos miraron sorprendidos, pues no comprendían cómo podíamos viajar sin tales medios de protección. Cuando comenzamos a darles pruebas de nuestro Poder interior, se postraron temerosos de nosotros porque nos consideraron dioses del Olimpo, pues no se atrevían a mirarnos. Solamente después de prolongadas explicaciones y pruebas volvieron a tomarnos por seres humanos, y únicamente entonces era posible manifestarnos a ellos más íntimamente.
3. Allí nos demoramos unas tres semanas y convertimos gran número de paganos al puro judaísmo. En el fondo eran personas bondadosas que todo hacían para atendernos bien. Cuando dejamos la zona muchos se pusieron a llorar, pero Yo los conforté, de modo que nos dejaron partir con calma.
4. Para que el lector de este escrito se oriente con más facilidad donde se encontraban estos paganos héroes de amuletos, puede fijarse en un mapa antiguo que en la Asia Menor encontrará una región llamada “Capadocia” (¿Cai pa dou ceio? = ¿Qué quieren estos aquí?). Allí, cerca de la frontera en el Sur, había una ciudad con el nombre de Mélite (Mei liete = ten la edad). Tal denominación resultó de un joven rey inteligente y valiente. Pero este, cuando se murió el viejo soberano, en seguida quiso subir al trono. El consejo de patriarcas descubrió que el hijo aún no había alcanzado la edad necesaria, por lo que se le dijo: “¡Mei liete!” (“¡precisas tener los años!”). Enfurecido, con algunos guerreros valientes el joven se dirigió hacia el Este donde conquistó la mencionada región de Capadocia, anexándola a la Cilicia (Ci lei cia = Si ella tan solo quiere), donde construyó una ciudad a la que dio el nombre triunfante de Mei liete nei (en griego: Melitene = No tengo los años), con lo que quería probar al consejo de patriarcas: “He aquí ved si tengo los años o no”.
5. Esto, por supuesto, no forma parte de nuestro Evangelio, sin embargo, no perjudica a nadie el saberlo, porque así en muchos detalles sabrá orientarse mejor.
6. De modo que hacia el oeste de esta antigua ciudad existía una importante cordillera en la frontera de Siria, pues allí es donde vivían nuestros griegos paganos, héroes de amuletos. Cómo Yo con ellos he arreglado este asunto, esto ya está explicado, de modo no hace falta más ilustración.
7. Desde esta gente tan atenta nos dirigimos al suroeste y llegamos a una ciudad llamada Chotinodora (Choti no dora = en un rincón no se labra). Allí vivían muchos judíos de Belén, negociantes de varios artículos, que también se dedicaban al negocio del cambio. También vivían allí griegos de la Armenia que -al río Éufrates hasta a la India- se dedicaban al comercio con la madera, pues esta pequeña ciudad como también un pueblo vecino igual de grande que se llamaba Samosata se hallaba en la cercanía del río nombrado.
8. Entre los discípulos opinaron: «Vaya, ¡todos gente de comercio! ¡De modo que ahí lograremos poca cosa a favor de nuestra causa!». Y cuando en la orilla del río observamos la actividad viva de la gente, un neo-discípulo ya mayor me dijo: «Señor, estos lugares ya no forman parte de la Galilea, pero aun así los has visitado, a pesar de que sólo querías recorrer la Galilea. ¿Cómo pasó eso y cómo debemos comprenderlo?».
9. Dije Yo: «Esto sucedió de manera completamente natural, porque según la asignación de los romanos todo esto hasta la frontera de Asia Menor forma parte de Galilea; por lo que todavía nos encontramos en Galilea, pues ya no nos atenemos a las demarcaciones antiguas sino a las que ahora son vigentes. Ese país -que en épocas de Jacob y más tarde bajo el régimen de los jueces era un país de la tristeza y de los proscritos- ahora llegó a ser un país de alegría. Y aunque anteriormente haya sido pequeño, ahora ha llegado a ser mayor que todos los países de la Tierra Prometida. Aunque ahora nos encontremos en la antigua Siria, aun así nos encontramos en la nueva Galilea (Chalilia = zona de tristeza) que ya no es un país de tristeza, sino sí, de la alegría y de la Resurrección espiritual. ¿Me comprendisteis?».
10. Dijeron todos: «Señor, ahora lo comprendemos bastante bien, ¡pues es la Verdad! Sólo que ahora habría que ver qué podremos hacer aquí, porque el día ya está terminando y aún no tenemos alojamiento. También hemos quedado sin provisiones. Por eso te pedimos que nos digas qué debemos hacer. ¿Acaso deberíamos pernoctar aquí en el aire libre, y deberíamos buscar en la ciudad, a ver, si podemos comprar algo de pan?».
11. Dije Yo: «¡Oh, ignorantes! ¡Id, pues a la procura de provisiones! Pero por lo de un alberge no necesitáis preocuparos porque esta ya se presentará cuando sea. Caso no haya, nos quedaremos aquí y nadie será perjudicado. Y mañana ya veremos qué podremos hacer».
1. En seguida se levantaron algunos de los antiguos apóstoles, a fin de procurar provisiones en la ciudad. Pronto encontraron una panadería donde compraron pan por diez monedas y pescado frito por cuatro monedas. Pero al salir de la ciudad con estas compras, los abordó un publicano que los paró, y los preguntó quién necesitaba tantas provisiones.
2. Los antiguos apóstoles dijeron: «¡Hacemos lo que es de la Voluntad de nuestro Señor y Maestro!».
3. Continuó el publicano: «¿Quién es vuestro señor y maestro, y qué comercio ejerce?».
4. Respondieron los discípulos: «Ve allí e infórmate personalmente. Si Él quiere, ya te lo dirá. ¡ Sólo que Él no responde a cualquiera! Allí, en la orilla del río a unos cien pasos de aquí, Él está descansando junto con los demás discípulos. ¡Dirígete, pues a Él y habla con Él personalmente!».
5. Prosiguió el publicano: «¿Por qué no vais a un albergue? ¡Pues existen unos cuantos en nuestra ciudad ni tan pequeña!».
6. Y otra vez los discípulos dijeron: «Ve a Él, y Él ya te lo dirá. ¡Porque ni nosotros mismos sabemos lo que Él intenta hacer aquí!».
7. Dijo el publicano: «Pues sí, veo que yo mismo tendré que ir a él e informarme qué pasa con vosotros, porque aquí se respeta un orden severo y tenemos que estar orientados acerca de cada forastero que se haya acercado a nuestra ciudad».
8. A eso, junto con los discípulos, el publicano se dirigió a Mí, y en seguida preguntó con cara judicial: «¿Quién entre vosotros puede ser el maestro y señor?».
9. Yo dije: «¡Soy Yo! ¿Qué quieres de Mí y de mis discípulos?».
10. Respondió el publicano: «Vosotros sois extranjeros a los que no podemos tolerar en las cercanías de nuestra ciudad tan rica si no se explican quienes son y de dónde vienen».
11. Dije Yo: «¡Yo conozco vuestras leyes y vuestros derechos mejor que tú, que, como simple publicano, ni siquiera tienes el derecho de preguntarnos quienes somos y de dónde venimos! Ve, todavía nos encontramos a setecientos pasos distantes de la entrada de la ciudad, y este lugar que ahora pisamos, según las leyes de vuestra comunidad, desde eras remotas ya está destinado a extranjeros, de suerte que por vuestras propias leyes en este lugar estamos libres de cualquier indagación por vuestra parte. - ¡Pero a ti mismo conviene que vuelvas de toda prisa a tu casa, porque de lo contrario tu hijo mayor -enfermo desde hace siete años- morirá antes de que llegaras a casa!».
12. Sumamente perplejo, el publicano puso grandes ojos y me preguntó de dónde Yo tenía este conocimiento. Y ya que Yo sabía esto tan perfectamente, tal vez Yo también sabría si ya no hay medio para curar a su hijo.
13. Dije Yo: «Oh, ¡¿como no?! Yo podría socorrerle, ¡incluso si ya estuviese muerto! ¡Pero para tal fin sería preciso que tú y los tuyos tuvierais una fe más fuerte en el Dios Único y Verdadero de la que ahora tienes junto con toda tu casa!».
14. El publicano me miró amablemente y un poco triste, y dijo: «Maestro y Señor -conforme te llaman los acompañantes tuyos-. Yo mismo tengo un gran albergue; ven conmigo allí, junto con todos tus compañeros, y vive en mi casa. Nada os faltará, aunque os quedarais durante un año. Y caso que consiguieras a curar a mi hijo, os daré tanto oro y plata cuanto pidierais; pues soy muy rico en bienes terrenos y cedería más de la mitad en beneficio de la curación de mi hijo. - ¿Vas a venir conmigo a mi casa?».
15. Dije Yo: «¡Si tuvieras fe, podrías también vislumbrar algo del Poder y de la Gloria de Dios! Por el momento, ve tú solo en adelante a tu casa. Pues Yo ya te seguiré con los Míos, porque aún tomaremos una ligera comida; pues hoy durante todo el día de nuestra marcha tan fatigosa nada comimos».
16. Dijo el publicano: «Pero, Señor y Maestro, ¡en mi casa seréis atendidos mucho mejor que con ese refrigerio simple; además de esto os recompensaré mil veces lo que os han costado estos panes y estos pescados!».
17. Yo insistí: «¡Ve como te dije, porque así lo quiero Yo, y tu hijo vivirá! ¡Pues dentro de una hora te seguiremos!».
1. Acto seguido el publicano se fue de toda prisa a casa donde enseguida miró por el estado de su amado hijo.
2. Los tres médicos que le atendían dijeron: «Señor, ¡tu hijo lo está pasando muy mal y no hay remedio! Hemos empleado todos los medios de la ciencia y experiencia - pero en vano. ¡Si conseguimos prolongarle su vida por una hora más, habremos logrado en él un gran milagro!».
3. A eso el padre se aproximó al lecho del hijo moribundo y le dirigió las siguientes palabras: «Hijo mío, estos médicos no te salvarán; pero dentro de poco vendrá otro médico que te ayudará. ¡En este deposito ahora mi plena confianza y mi fe integral!».
4. El enfermo levantó un poco la cabeza y dijo en voz entrecortada: «Si, ¡la muerte me socorrerá, y nadie más!».
5. Con los ojos llenos de lágrimas, el padre respondió al hijo: «¡Que no!, ¡no la muerte sino sí la vida te ayudará! Porque el médico forastero con el que coincidí, y a quién nunca había visto antes, sabía que te encuentras enfermo hace siete años; además, me dijo que podrá ayudarte aunque ya hayas muerto - ¡razón por la que creo firmemente en sus palabras».
6. El hijo ya no dijo nada, con lo que los médicos dijeron: «¡Dejémosle en paz, porque el menor esfuerzo le matará, pues la expresión de su cara ya presenta todas las señales de la muerte!».
7. Así se pasó media hora y el enfermo exhaló un último suspiro, con lo que se murió.
8. Entonces los médicos preguntaron: «Ahora, ¿dónde está tu médico capaz de socorrer a tu hijo, ya muerto?».
9. En este instante Yo entré en el cuarto y dije en voz alta: «¡Aquí estoy Yo!, y no soy un fanfarrón como vosotros, pues lo que Yo digo es la Verdad plena de los Cielos de Dios, ¡jamás engañadora!».
10. Dijeron los tres enojados: «¡He aquí el muerto delante de ti, fanfarrón extranjero! ¡Ayúdale, si te resulta posible, y nos curvaremos hasta el suelo confesando que nosotros somos apenas unos charlatanes!».
11. «Yo no necesito vuestras reverencias y menos aún vuestras confesiones», dije Yo, «sino Yo hago lo que Yo hago, porque Yo puedo hacerlo así y también quiero hacerlo así. Pero si Yo digo que puedo hacerlo, entonces no es que me atribuyera algo, porque Yo lo hago todo a base de mi muy propio Poder que se halla en Mí. De modo que para esto no preciso de otro medio que únicamente de mi Voluntad propia y totalmente libre. Pero vosotros declaráis delante de todo mundo que sois los primeros maestros en vuestra ciencia. Pero, ¿qué es el resultado de vuestra fanfarronería?
12. ¡Aquí tenéis el resultado delante de vosotros! ¡Pues este joven había tenido un acceso de una fiebre ligera, donde una cucharada de sal quemada junto con siete cucharadas de vino le habría curado para siempre! Vosotros sabíais muy bien de la existencia de este remedio, por lo que conjeturasteis lo siguiente: “Este es hijo de padre rico, pues este puede soportar la fiebre durante años, lo que nos produce mucho dinero. Cuando llegue a ser suficientemente mayor, la fiebre de todos modos ya le abandonará automáticamente”. - ¡Médicos malvados!, os afirmo que la fiebre desde hace mucho ya le habría abandonado, pero vosotros la mantuvisteis en favor de vuestro lucro, transformándola en fiebre tísica crónica, imposible de curar. ¡De este modo por vuestro afán de lucro llegasteis a ser los asesinos de este joven!
13. Me calificasteis de charlatán, ¡sin jamás haberme visto ni reconocido! ¡Pero Yo os conozco desde hace mucho y, como vuestro “charlatán”, Yo dije la plena Verdad a vuestro respecto, con lo que Yo os ahorré vuestra propia confesión! ¡De modo que la plena reanimación de este hombre muerto dará el testimonio pleno que mis Palabras son verdaderas!».
14. Dijeron los tres médicos riéndose burlonamente: «¡Con lo que seguramente quedaremos liberados de toda acusación!».
15. Dije Yo: «¡En seguida eso ya se verá!».
16. Acto seguido Yo me dirigí al muerto y dije: «¡Jorabe!, ¡despierta de tu sueño y da testimonio de la gran falsedad de esos tres que antes me llamaron de “charlatán”!».
17. En el mismo instante el muerto se levantó del lecho mortuorio, tan lleno de salud como si nunca hubiese padecido de cualquier enfermedad. El padre se quedó tan conmovido que no sabía si primero -por gratitud por el hijo devuelto- debía tirarse a mi Pecho, o a los brazos del hijo.
18. Pero Yo le dije: «¡De momento no te preocupes por esto, sino cuida para que el hijo Jorabe tenga algo para comer y luego también un poco de vino!».
19. En seguida esto fue organizado, y también para nosotros había una comida suculenta.
1. Los tres médicos se quedaron como petrificados, y ninguno consiguió soltar una sola palabra.
2. Es así que el publicano se dirigió hacia el hijo tan animado, y le preguntó qué testimonio daría a los tres.
3. Respondió el hijo: «¡Exactamente el mismo que este Salvador forastero milagroso le ha dado! A ellos no interesa la curación de un enfermo, sino sólo que este se tragase de sus brebajes curativos cuanto más mejor, dado que estos luego les producen muchas ganancias. Que ellos nunca han socorrido a alguien verdaderamente, ¡esto lo sabe toda la ciudad y vecindad! Pues tal como me socorrieron a mí, tal ya han socorrido a muchos: Su auxilio redunda en aquello que me hicieron a mí, esto es, despacharnos de este mundo al otro. - Bueno, ¡creo que ya he hablado suficientemente!...
4. Pero hay un punto más que llama la atención: Ellos son judíos y dicen que son de Jerusalén. Siempre se vanagloriaban mucho con su Jehová y pretendían que sólo podrían ayudar a quién creyese en su dios, haciendo grandes ofrendas en oro, plata y piedras preciosas que debían ser entregados a ellos, para que luego pudiesen enviar todo a Jerusalén, donde cierto sumo-sacerdote en el santuario haría plegarias en favor del enfermo, con lo que este seguramente mejoraría. Ahí, ¿cuál sería nuestra situación como griegos, dado que ya tenemos dioses en demasía? ¡¿Por ventura deberíamos aún añadir un dios más, para que este tampoco nos ayudara nada como todos los demás que nunca nos han ayudado algo - excepto a sus sacerdotes astutos, los que con gestos de santos dedicados a los dioses cobraban las ofrendas más ricas, aprovechando secretamente de ellas para cosas malvadas y hechos derrochadores?!
5. Ahora os doy un testimonio totalmente sincero y digo: ¡Para mí, desde ahora para todos los tiempos, este Forastero maravilloso es un verdadero Dios Único! Él es un Jehová para los judíos y un Zeus para los griegos, romanos y egipcios. Todos los dioses deben ser unidos en Él... Ya nos contaron diversas fábulas de épocas remotas, donde un u otro dios ha realizado algo por su simple voluntad todopoderosa. Sólo que nosotros como griegos -también siendo personas humanas- hasta ahora nunca hemos tenido la suerte de llegar a ver tales sucesos con los propios ojos. Pero aquí mismo se halla un Hombre que es capaz de esto, razón por la que yo le veo como un Dios absolutamente verdadero. En esto yo tengo ahora plena fe - una fe que conservaré para toda mi vida. ¿Que decís vosotros para esto?».
6.- Respondió el publicano: «Hijo mío, toda nuestra familia compartirá tu nueva fe, pues yo y todos de mi casa vamos a unirnos fielmente contigo. Porque únicamente un Dios puede hacer que un verdaderamente muerto vuelva a la vida. Ahora, Maestro forastero -y digo Dios-, dime, ¡qué debo hacer con estos tres médicos, porque su manera de tratar a los enfermos es evidentemente la peor posible para permitirles que se largasen sin castigo alguno!».
7. Dije Yo: «¡Déjalos que se vayan, porque aún les tocará cantidad de castigos justos! Primero, tan pronto que lo sucedido se haga público, nadie ya los solicitará como especialistas; y segundo, de por sí se largarán cuanto antes posible. Pues que ahora se vayan, pero que antes te devuelvan los varios cientos de monedas de plata que tú les habías pagado para la curación nula de tu hijo.
8.- A eso todos los tres reaccionaron enfadándose, porque la exigencia de la devolución de varios cientos de monedas de plata -que el publicano les había pagado por adelantado- les iba anal.
9. El publicano, sin embargo, insistió en ello y dijo: «De veras, de ninguna manera preciso de ese dinero - ¡en absoluto! Sino intento entregarlo a los pobres de este lugar, de los que hay muchos. ¡Y esto será mejor que dejarlo a vosotros por una nadería! Idos pues, y -malvados miserables- entregadme el dinero aún en esta misma hora, ¡porque de lo contrario os entregaré a la justicia!».
10.- A eso los tres médicos se levantaron y se pusieron a marcharse.
11. Pero Yo dije: «¡Basta con que se vaya uno solo de vosotros para buscar el dinero, y que mientras tanto los otros dos se queden aquí como rehenes; porque si ahora se fueran todos los tres, ¡seguro que los habríamos visto por última vez! ¡Que se vaya el más joven de ellos porque todavía es el más honesto! Porque si se fuera uno de los mayores, este se largaría con el dinero para siempre y dejaría a los dos colegas plantados. - ¡De modo que así sea!».
12. En seguida se fue el más joven de los tres médicos y dentro de poco volvió con el dinero.
13. Al recibir el importe, el publicano dijo al portador: «Oye, como conforme el testimonio del Maestro verdaderamente divino todavía eres el más honesto, ahora puedes quedarte aquí, ¡pero que los otros dos se larguen inmediatamente! Sólo que si quisieras irte con ellos, ¡nadie te lo va a impedir en absoluto!».
14. Dijo el médico joven: «Si me está permitido, me quedaré con mucho gusto; y ya sé lo que haré. Nunca me quedaré en compañía de los otros dos colegas porque nunca puedo actuar; pues ellos siempre eran señores y yo, su siervo, estaba obligado a bailar a su son - contrario a mi propia voluntad y mi propia convicción. Oh señor, ¡esto me ha producido muchas horas y muchos días de aflicción! ¿Pero qué más iba yo a hacer? Romper con ellos habría significado tener todo el Templo de Jerusalén como enemigo - una enemistad -como es conocido- que es la peor del mundo. Pero ahora encontrándome independiente y convidado por ti como prefecto de la ciudad, ¡entonces me río de la enemistad del Templo!».
15. Dijo el publicano: «Está bien. Tú, ¡quédate, pero que los otros dos se vayan!».
16. Pero los otros dos ya se habían ido apresurados porque les quedaba claro que en esta ciudad ya no había paradero para ellos, sobre todo si Yo iba a instalarme allí.
1. Después de haber determinado todo esto, nos convidaron para el almuerzo. Entramos en un salón comedor que no tenía semejantes en toda Jerusalén. En el centro del salón había una gran mesa de cedro, cubierta de todo tipo de platos y de vinos más selectos. Nos sentamos a esta mesa y nos servimos, porque los panes y pescados antes comprados no tenían buena calidad, por lo que comimos muy poco de estos.
2.- Durante la comida casi no hablamos; pero cuando el vino comenzó a soltar las lenguas, las conversaciones alrededor de la mesa resultaban muy animadas. Yo mismo no hablaba porque estaba sentado entre el padre y el hijo resucitado. Pero ambos me guardaban tanto respeto que no se atrevían a interrumpirme mientras Yo estaba comiendo y bebiendo.
3.- Sólo cuando dije que Yo ya había comido y bebido suficientemente, el publicano me preguntó cómo me fue posible reanimar incluso a un muerto devolviéndole la vida, porque algo así nunca se había oído en la Tierra.
4. Pero Yo le dije: «Amigo. El espíritu humano, una vez que haya sido despertado como es debido, descubre una diversidad de secretos. Y una vez que se encuentre despierto en la Luz plena, entonces también concibe el gran Secreto de la Vida, y reconoce que él mismo es el causante de toda Vida. Pero precisamente éste es el arte más sublime de la Vida: el encontrarse y reconocerse a sí misma como tal.
5. También tú vives y piensas, quieres y entras en actividad de acuerdo con tu querer y tu voluntad; sin embargo, ignoras lo que es la Vida, su modo de pensar y actuar, y cómo luego pone todos sus miembros en acción correspondiente. Pero el que en su interior haya encontrado todo esto y lo haya bien reconocido, él, entonces, ha conseguido a ser un verdadero maestro de su Vida, como también de su semejante, y puede hacer lo mismo que Yo hice a tu hijo. Pues, puede aún mucho más. Mira, ¡él mismo puede hacerse completamente inmortal!
6.- Si debido a la actual ceguera, el egoísmo, la codicia y la envidia, los celos y el orgullo humanos se me captará e incluso matará, ¡con esto los hombres malignos nada adelantarán! Porque antes de que pasen tres días, Yo me resucitaré de la muerte, continuando eternamente vivo y haciendo cosas más sublimes que actualmente. - Y esto que acabo de decirte es tan cierto y verdadero como el Hecho de haber resucitado a tu hijo. ¿Lo crees?».
7.- Respondió el publicano: «Estoy plenamente convencido que me trasmites la Verdad; primero, porque mi hijo está vivo por el Poder de tu Arte oculto de la Vida, gracias a tu Saber. Segundo, tales axiomas ya fueron creados por los griegos de la antigüedad. Desconozco si como Tú, consiguieron penetrar con su espíritu en el gran Secreto de la Vida, pues nunca tal hecho llegó a mis oídos, y tampoco me acuerdo si alguna vez he leído algo de esto.
8. Las fábulas de nuestros dioses y semidioses relatan ciertamente diversos milagros que estos supuestamente han realizado. ¡¿Pero quién, dotado de alguna inteligencia lucida, puede dar crédito a esto?! También en las Escrituras místicas se habla mucho de un Dios omnipotente, rodeado de innumerables falanges de espíritus muy poderosos que en todo el universo siempre ejecutan puntualmente sus órdenes. Se dice que estos espíritus tanto como el dios son invisibles para los seres humanos, pero que aun así tienen un intelecto perfecto y una voluntad todopoderosa. Y también se dice que hace muchos siglos estos se hayan presentado a las personas beatas, tal como a los griegos primitivos se habían manifestado sus dioses, y sobre todo sus semidioses .
9. Reflexionando tranquila e imparcialmente sobre esto, se llega a la conclusión que las doctrinas de los griegos y los judíos acerca de dioses y la vida finalmente terminan en lo mismo: Todo está encubierto por una mística impenetrable, y aunque los más sabios de todos los tiempos y todos los pueblos se hayan esmerado sobremanera, nunca han conseguido levantar el velo fatal de Isis14, por lo que nosotros los mortales nos encontramos todavía con el nudo gordiano15 sin desenredarlo, en el mismo en que ya se encontraban nuestros antepasados hace muchos miles de años.
10.- Por tanto, Tú eres evidentemente el único que realmente ha desenredado este nudo gordiano, razón por la que te pido que Tú como Maestro de la Vida nos demuestres el elevado arte cómo, con certeza, se penetra en el Secreto de la Vida, se la reconoce y, finalmente, uno mismo llega a ser un maestro de la Vida. Tú, evidentemente, lo has conseguido. ¡De modo que también debes conocer perfectamente los medios y los caminos necesarios para esto! Y ya que Tú los conoces, sería una gran caridad de tu parte a nosotros si Tú nos los descubrieras .
11. Este pedido mío ante un Artista tan extraordinario evidentemente es bastante audaz, porque todo verdadero artista considera su arte una propiedad suya de mucho valor. Pues, ¡también debe ser así! Pero yo sé muy bien que, si un arte con lo sublime que fuera, tras su divulgación pública llegara a ser una costumbre entre los seres humanos, ¡entonces perdería mucho de su valor! Pero como este Arte tuyo sería una tarea vital principal al menos para la
14. Diosa egipcia
15. Un bulto de nudos que esconde el principio y el fin de la cuerda.
parte bien intencionada de los seres humanos, su solución segura produciría a la humanidad la mayor felicidad incalculable. y por eso me gustaría entregarte tres cuartas partes de mis tesoros, a cambio de algunas señales cómo, con seguridad, puedo resolver este Secreto. Tú, con ello, seguro que no perderías nada, ¡pero nosotros ganaríamos una infinitud! - Gran Maestro, ¿qué dices a mi solicitud?».
1. Dije Yo: «No te digo más que lo siguiente: Yo vine a este mundo precisamente como Hombre, a fin de enseñar a los seres humanos este arte más elevado e importante, y eso sin la menor retribución - de modo que también a vosotros os lo enseñaré sin cualquier clase de comisión. Que Yo hago esto a los seres humanos en muchos países y lugares, y que con Señales apropiados Yo confirmo la plena Verdad de mi Doctrina, de esto los que han venido Conmigo son testigos presenciales porque son discípulos míos. pues ya son profundamente iniciados en este Secreto y pueden facilitarte para ello el camino y los medios.
2. El que acepta esto, el que lo cree y que rigurosamente vive, actúa y obra conforme a estas normas, infaliblemente penetrará en el Secreto de la Vida. Y después de haber logrado el renacimiento formal de su propio espíritu vital, él será en sí mismo un maestro de su Vida e igualmente de la Vida de sus semejantes, porque les podrá demostrar los caminos para esto. Además, a través de su propia maestría de la Vida, podrá manifestar las grandes ventajas vitales de esta maestría.
3. Pero Yo también te digo que no es posible que alguien de la noche a la mañana pudiera hacerse un maestro. Y para el hombre los meros conocimientos más profundos referentes a la conquista de este arte vital tampoco tendrán utilidad alguna mientras él no los haya adoptado todos completamente en su plan de vida. Pues ahí la mera teoría por si sola nada adelanta, sino únicamente la práctica.
4. Algo semejante ocurre en el aprendizaje de los otros artes. Pretendamos que intentes aprender a tocar perfectamente cualquier instrumento, digamos, la lira de los griegos o el arpa melodiosa de los judíos. Entonces, evidentemente, sería preciso tomar un profesor a la altura. Este te enseñaría las reglas indispensables para tal fin, hasta que sepas con certeza cómo estudiar para llegar a la eminente maestría." ¿Acaso te sería posible llegar a ser un arpista apenas por el conocimiento perfecto de todas las reglas y los ejercicios? ¡Cierto que no! Lo llegarías a ser por la continua práctica de los dedos y del oído, porque así alcanzarías la capacidad para obtener la meta deseada. - Pues lo mismo sucede con la adquisición de la maestría de la Vida.
5. Unicamente la práctica hace al maestro, y el grado más o menos perfecto de la maestría alcanzada depende completamente del ejercicio mayor o inferior de la puesta en práctica de las reglas reconocidas. ¡Cuánto mayor es la práctica, tanto mayor es la maestría! Pero, ¡por eso no te imagines que por el mero conocimiento de las reglas de la Vida ya estés apto a realizar algo, o a levantar con eso el velo de Isis! Unicamente a través de la continua práctica llegarás a la mayor convicción que las reglas determinadas son ciertas y reales, ¡pues llevan a la meta! Tan pronto que mediante la práctica hayas alcanzado la perfección, tendrás el secreto de Isis perfectamente desvelado delante y dentro de ti. He aquí el preámbulo para las reglas tal vez subsiguientes, mediante cuyo ejercicio y cuya práctica el ser humano podrá llegar a la verdadera maestría de la Vida. ¿Cómo lo ves tú?».
6. Dijo el publicano: «¡Hallo todo esto en el orden más perfecto! Que mediante el mero conocimiento de las reglas no se llega a ser un maestro sino apenas un discípulo, esto es una verdad confirmada por una experiencia inconmensurable. Entretanto, ya se ha ganado infinitamente mucho si para alcanzar esta finalidad tan elevada ya se conoce los caminos y medios seguros e infalibles. Lo que queda es evidentemente cosa nuestra a arreglar. Que incluso el futuro apóstol en su interior todavía tarda mucho en enterarse claramente de una maestría sino únicamente cuando él mismo mediante mucha práctica ya la ha logrado, ¡todo esto es claro como el Sol! Lo que no percibo es el hecho que sin Ti y antes de Ti ningún ser humano haya podido descubrir estas reglas tan sumamente importantes, ni lejanamente. ¡Esto es algo que no entra en mi mente! Pues ni los antiguos egipcios, griegos, romanos, persas e hindúes pueden señalar un sabio que para este Arte haya podido descubrir las reglas correctas. De modo que Tú eres el único que no aprendió este Arte, ¡sino que evidentemente Tú mismo lo creaste! Dime, ¿cómo te resultó esto posible, siendo un hombre?
7. Que Tú posees la Maestría de la Vida en toda plenitud, de esto se halla aquí con nosotros la prueba más verdadera y contundente. Consta que esto lo conseguiste únicamente mediante la práctica de las reglas necesarias para ello - las que Tú mismo antes también tienes que haber inventado. Pero precisamente esto es lo que percibo lo menos de todo. Resulta que en mi juventud viajé y busqué mucho en todo el mundo. Conozco las maquinaciones esenias con sus milagros aparentes. y conozco todas las hechicerías y adivinaciones, cuyas escuelas también frecuenté. ¡Pero aquí no hay acuerdos, no hay varitas mágicas, conjuraciones ni pociones mágicas, sino únicamente la Verdad más esmera y sin circunscripción! Tú hablas y quieres, ¡y ya se produce el efecto! Pues, ¡esto es algo que se encuentra fuera del límite de mi saber! Pero una vez que se haya llegado a ser un maestro, ¡seguro que lo de surtir efecto debe ser algo muy fácil! Pero cómo llegar a la maestría sin maestro ni guía, y sobre todo cómo llegar a saber las reglas necesarias para esto, ¡esto es otro busilis! A ver, si me dices cómo Tú lo has conseguido. ¿Quién te ha presentado y entregado las reglas?».
1. Dije Yo: «Amigo, ¡de momento esto importa poco o nada! Basta con haber encontrado las reglas cuya autenticidad y verdad plena no puedes negar. Quién las conoce y aplica, despertará dentro de sí la fuerza de la Vida. y a base de esta fuerza él podrá vivir y surtir efecto; y por la Fuerza del Espíritu de mis Palabras Yo le despertaré en el primer día de su interno renacimiento espiritual.
2. En verdad te digo: Aquí como por todas partes Yo soy la Verdad y la Vida. Quién cree en Mí y actúa dentro de mi Doctrina, ¡para sí y dentro de sí eternamente nunca palpará la muerte!».
3. Dijo el publicano: «Maestro, ¡tus palabras suenan extrañas! Tengo la impresión como si fueras una Entidad sublime de origen divino. Aunque por la apariencia estés existiendo en carne y sangre, aun así para Ti en el fondo pareces ser un espíritu puro, capaz de vestirse con la materia cuando le parezca bien. ¿Tengo razón o estoy equivocado?».
4. Yo le respondí: «En cierto sentido tienes razón. Pero precisamente donde has acertado, ¡esto no lo asimilas! Y lo que tú te imaginas de haber asimilado, ¡esto no lo es! Pues Yo, igual que tú, ahora no puedo dejar este cuerpo mío aparte. Y si Yo -siendo Espíritu- quisiera salir del cuerpo, ¡entonces antes habría que matarlo! Pero el Espíritu que ahora vive totalmente despierto en Mí, nunca podrá ser matado porque vivirá y surtirá efecto eternamente.
5. Seguro que frecuentemente ya habrás observado la Creación en lo que se refiere a su existencia y su efecto. No se te habrá escapado que ahí existe cierto orden, y que las formas mantienen una consistencia equilibrada en todos los sentidos - una consistencia que te facilita reconocer de cada cosa de qué se trata. Del mismo modo también reconoces la utilidad que tiene lo uno o lo otro conforme a los efectos surtidos.
6. Si según vuestra sabiduría mundana toda la Creación actual no fuera más que una mera casualidad, ¿entonces, acaso, en la naturaleza las cosas mantendrían su actual constancia en todos los sentidos de su existencia? ¡De ninguna manera! Ve, el viento es tal poder más bien ciego, ¡por lo menos en parte! ¿Acaso ya has observado alguna vez que el viento haya producido cualquier forma constante? Él revuelve la polvareda y la acarrea por el aire en formaciones sueltas de nubes que en cada momento cambian de forma, y nunca se presenta igual que antes. ¿Acaso podrías acordarte de la forma de una nube de manera que después de algunos días podrías decir: “Esta es la misma nube que ya he visto hace varios días”? - Y en el mar, ¿acaso podrías afirmar lo mismo de una ola?
7. De ahí ves fácilmente que un poder ciego nunca ha podido producir algo tan simple como una plantita de musgo, la que durante muchos milenios siempre vuelve a reproducir la misma forma.
8. Siendo así, ¿acaso cualquier inteligencia ya algo espabilada no reconoce por sí sola que todo hacerse, todo ser y toda existencia -por los cuales sobre todo se definen una forma inmutable, un estado, una característica, una utilidad, y una finalidad- tienen que estar producidos por un poder que posee una comprensión y una sabiduría ilimitada e inmutable aunque sea integral. sin la cual nunca llegarías a ver un objeto de forma determinada - si bien una piedra, un metal, una planta o un animal. Tal fuerza tendrá que ser unitaria y muy conciente de sí misma, de lo contrario no podría aceptar forma determinada y equilibrada alguna.
9. Además, dado que inevitablemente tienes que reconocer tal fuerza que como fuerza principal es la base de todo ser. Por eso esta fuerza básica también tiene que tener un nombre correspondiente por el cual se conserva en la memoria de los seres humanos - los que existen para reconocer y mantener esta fuerza. Pues, ¡llamemos esta Fuerza básica “Dios”! Y ya teniendo un Dios, vamos a continuar preguntando: “¿Pero dónde está este Dios y a qué parece? ¿Cómo crea las cosas? Y siendo un Espíritu, ¿cómo hace surgir de Él la materia bruta?”.
10. Y ves, haciendo tales reflexiones, ¡el hombre ya se encuentra en un camino mejor! Entonces a todas las criaturas dedicará una mayor atención, averiguando cuánto de la Sabiduría de Origen divino pudiera hallar en ellas; y cuanto más se entrega a esta búsqueda, ¡tanto más Sabiduría y Orden divinos encontrará!
11. Una vez que los haya encontrado, pronto notará en su corazón un estimulo de amor a Dios, gracias al cual llegará a ser cada vez más consciente que Dios en Sí mismo debe ser colmado del Amor más poderoso, y eso por tener tanto placer y alegría en crear innumerables cosas y seres que no solamente dan prueba de su Existencia, sino mucho más aún de su Sabiduría, Omnipotencia y Amor.
12. Cuando el hombre progresa en tales observaciones y percepciones, es evidente que también enriquece en el amor a Dios, con lo que se acerca más y más a Él. Y cuanto más grandes e integras son estas aproximaciones de un ser humano hacia Dios, tanto más del Espíritu divino también se acumula en su corazón, en el cual, de esta manera, el propio espíritu está alimentado y despertado cada vez más para la verdadera percepción de su propia Vida interior y su fuerza, y esto en el conjunto con la Fuerza divina en él.
13. Alcanzado esto, el hombre ya se encuentra en la maestría de la Vida, donde lo único que todavía le falta es la completa unificación con el Espíritu divino del Amor y de la Voluntad. Si logra también esto, entonces será un maestro perfecto de la Vida, y podrá realizar todo lo que Yo ahora realizo, ¡y aún más grande!».
LA ENTIDAD DE DIOS
1. (El Señor:) «De ahí ves que sin la fe verdadera y viva en un Dios Único y eternamente verdadero no es posible que el hombre llegue a la maestría de la Vida. Por lo tanto, antes de nada, es preciso creer en un verdadero Dios. Porque mientras no tengas fe que hay un único Dios Uno, en tu corazón tampoco podrás despertar el amor a Él. Pero sin tal amor es imposible aproximarse a Él y, finalmente, llegar a ser casi Uno con Él.
2. De modo que sin esto, ¡ni hablar de una verdadera maestría de la Vida! - E igual que esto no habrá un maestro en tocar el harpa si el pretendiente antes nunca ha visto ni oído uno .
3. Si tú sigues preguntando: “¿Pero dónde está Dios, y a qué parece?”, ahí te digo que nadie puede ver el Ser Divino mismo y continuar vivo, porque Él es infinito, y por eso también es omnipresente. Por eso, siendo puramente Espiritual, es también lo intrínseco de cada ser y cada cosa - eso conforme con el efecto surtido por la Luz del Poder de Su Voluntad. Pero en Sí mismo y para Sí mismo Dios es un Hombre como Yo y también tú, y Él habita en una Luz impenetrable. En el mundo de los espíritus llaman esta Luz “el Sol de la Gracia”; pero tal Sol de la Gracia no es propiamente Dios mismo, sino en él se manifiestan su Amor y su Sabiduría.
4. Del mismo modo que observas el efecto del Sol terráqueo por la proyección de su luz en todas las direcciones, así también la fuerza activa del Sol de la Gracia surte efecto en todas partes mediante una Luz creadora y vivificante que emana de ella en todos los seres.
5. El que ahora en el corazón de su alma sabe captar mucha Luz del Sol de la Gracia y a acumular y guardarla mediante el poder del amor a Dios, él ya está formando en sí mismo un Sol de la gracia completamente idéntico al Original. Y la plena posesión de tal Sol de la gracia representa lo mismo que el alcance de la maestría de la Vida - el únicamente verdadero.
6. La claridad y plenitud luminosa de esta Doctrina real la percibirás solamente cuando de esta manera tú mismo hayas logrado tal maestría, porque de momento aún no puedes asimilarla, a pesar de que lo dicho lo hayas comprendido bien».
7. Respondió el publicano: «¡Es verdad, apreciado Maestro! No sé qué hacer con aquello que comprendí. Cierto es que tal conquista de la perfecta maestría de la Vida es nada de fácil, porque hacen falta mucha observación, experiencia, meditación y buena voluntad, y sobre todo hay que actuar correspondientemente. - Pero querido Maestro, ¡todavía me queda una sola pregunta más!».
8. «¡Habla, pues!», le respondí, «¡a pesar de que Yo ya sé lo que me vas a preguntar!».
9. Dijo el publicano: «Oh, querido Maestro, ¡habla Tú, porque yo no dudo en que lo sepas!».
10. Respondí: «Tú no dudas en ello. Sin embargo, te gustaría convencerte si realmente sé lo que tú quieres preguntarme. Pero esto no importa, pues formularé tu pregunta. Tú tienes la intención de decir: “Maestro, ¿también llegaste de la misma manera a tu Maestría? ¿Y quién te suministró las normas tal como Tú me las has dado tan amplias?”.
11. Ves, ¡así reza tu pregunta palabra por palabra! Pero a esta tampoco puedo darte una respuesta que te satisfará más que tus anteriores preguntas muy parecidas... Como mero hombre tuve que hacer verdaderamente lo mismo que tú. Pero como Yo, francamente hablando, conforme a mi Entidad Espiritual intrínseca soy más que un mero hombre -de lo que mañana te enterarás bien pronto-, en realidad, Yo lo pasaba bastante más duramente. Porque nunca pude dejar surgir dentro de Mí una propia Voluntad, sino siempre tenía que cumplir escrupulosamente con la Voluntad de Aquel que mediante Mí quería venir a este mundo para traer a los seres humanos la Vida Eterna. - Mañana, a través de mis discípulos, sabrás algo más al respecto... Pero por hoy terminamos nuestra sesión, porque ya es hora para ir a descansar».
12. Dijo el publicano: «Si fuera de tu agrado, todos vosotros podríais reposar aquí en esta sala, ¡pues alrededor de las paredes están puestas las mejores acomodaciones!».
13. Dije Yo: «Pues muy bien, ¡quedemos aquí! Porque acomodaciones como estas las prefiero ante camas exageradamente blandas que sólo convienen a gente enferma. -¡Descansemos pues!».
1. Cuando habíamos ocupado nuestras acomodaciones, en seguida el publicano se retiró junto con su hijo, sus demás niños y sus mujeres -en número de siete según el hábito oriental- y también sus muchos empleados y demás sirvientes. Y nosotros nos entregamos al merecido descanso, dado que el largo viaje nos había cansado mucho. Pero los demás en sus cuartos quedaron todavía despiertos durante mucho tiempo, hablando sobre nuestra aparición en su pequeña ciudad.
2. El joven médico que se había quedado en compañía del publicano, al fin le dijo: «Amigo, si realmente fuese posible lograr tal maestría de la Vida, ¡dentro de poco se habría juntado el dinero de todo el mundo! Porque cualquier soberano regalaría la mitad de su reinado a aquel que de esta manera le garantizase la continuación de la existencia... ¡Ojo, lo que hay en esta querida Tierra!
3.- ¿Cuánto tiempo hace que algunos magos de Egipto nos sorprendieron con sus hechizos extraños cuando en su camino a Mélite pasaron por aquí? Todas piezas que montaron eran evidentemente fraudes y trajeron beneficio únicamente para ellos mismos. Pues no dejó de ser divertido, pero nadie aprendió algo de bueno. Estaban provistos de grandes aparatos, de serpientes, monos, perros, camellos y mulas, y también tenían recipientes llenos de ungüentos y óleos. ¡Pero estos aquí vinieron a pie, trajeron nada consigo, y aún así realizaron cosas por las que fácilmente se podría tomarlos por dioses! ¡No puede haber algo más sublime!
4. También la enseñanza que nos dieron era bastante buena, y la buena causa que defendieron era adecuada; sólo que ahí se destacó mucho el antiguo judaísmo como también los axiomas de los antiguos colegios de profetas que no me estaban desconocidos - colegios, de los cuales supuestamente han surgido hombres extraordinariamente sabios, los que se llamaba profetas. Bueno, pero si uno mismo mediante el cumplimiento más concienzudo de las reglas que nos estaban brevemente comunicados realmente puede lograr la milagrosa maestría de la Vida, ¡ahí todavía habrá gato encerrado!
5.- Amar una única divinidad una sobre todo y con toda seriedad vital, esto es un asunto muy conflictivo, porque como hombre con un raciocinio bien madurado difícilmente se consigue creer en tal dios. La prueba que nos fue dada del dios uno es lógica y suena bien; pero para el aprendiz la aceptación requiere una práctica desde la cuna, y eso con orientación continua por parte de un teósofo, porque de lo contrario por este camino difícilmente jamás alguien llegará a una completa comprensión de un dios uno y verdadero.
6.- Sea como fuere, y aparte de la explicación que este hombre milagroso nos ha dado, ¡él no deja de ser un fenómeno extraordinario! Primero, sólo mediante una palabra resucitar un muerto a la vida -además, completamente sano-, esto es algo que hasta ahora nunca ha habido en esta perfección. Y segundo, saber con pelos y señales lo que uno piensa secretamente, y una persona a la que nunca ha visto enseguida la llama por su nombre, amigos, ¡estas son cosas que son inadmisibles para el intelecto! Realmente, aunque yo no dé gran importancia a los dioses, ¡me gustaría considerar este hombre más bien un ser divino que un puro hombre!».
7. Respondió el aduanero: «Esto también lo diría yo, porque con esta conclusión se llegaría mucho más pronto al destino que por la observación rigurosa de las reglas que él nos ha dado. Además de esto, por varias veces dio claramente a entender que detrás de él se halla más que un mero ser humano... Pues, ¡mañana tal vez aún se aclararán ciertos detalles acerca de este buen hombre! Su carácter parece ser bastante formal y se puede conversar muy bien con él. De modo que seguramente aún aprenderemos mucho de él. Pero por hoy vamos a descansar porque mañana tendremos mucho que hacer.
8.- En seguida todos se acostaron y se entregaron al sueño hasta el amanecer.
1. Antes de la salida del Sol, Yo y varios de mis discípulos ya estábamos en pie como era mi costumbre. Pues caminamos hacia el Éufrates, que en este lugar alcanzaba una anchura considerable. No estuvimos de pie por mucho tiempo, cuando vimos una balsa de madera grande que flotaba en medio de la corriente. En ese momento el publicano, su hijo Jorabe y el médico se acercaron a nosotros para invitarnos a desayunar.
2. Pero en la balsa no había nadie dirigiéndola porque se soltó de la orilla por si misma, puesto que había sido mal amarrada. Entonces dijo el aduanero: «¡Es una lástima que la abundante madera se haya quedado sin dueño por la negligencia de su propietario! Si sólo estuviese lo suficientemente cerca de la orilla, podría ser alcanzada, para cuando el legítimo dueño venga a buscarla le sea devuelta mediante una pequeña recompensa. Pero como la balsa continúa, ¡seguramente se perderá! ¡Bueno, tal vez los Samosatas16 puedan atraparla!».
3. Cuando la balsa se encontraba en nuestra altura, flotando en el río, Yo pregunté: «¿Quieres la madera?».
4. Dijo el publicano: «Que sí, la quiero - pero ¿cómo atraparla?».
5. Le dije: «Muy fácilmente, porque si uno es un Maestro de la Vida, también los elementos le tienen que obedecer. Es así que Yo te ordeno, agua, ¡que lleves la madera a la orilla! ¡Quiero que así suceda!».
6. Cuando he hablado, rápidamente el agua fluyó en nuestra dirección y subió a siete palmos de la orilla. Toda la madera de la balsa quedó en la arena, y después, el agua volvió a su dirección natural.
7. Los tres se sorprendieron por lo sucedido y el médico dijo: «Amigo, no eres un hombre ordinario de naturaleza como la nuestra, ¡sino que eres un Dios! ¡Ningún hombre te engendró en el cuerpo de una mujer! ¡Yo incluso diría que no eres un ser humano creado y por lo tanto, evidentemente eres un Dios!».
8. Le dije: «¡Deja eso; quien es de carne, la recibió del cuerpo de una mujer! Sólo la primera pareja humana recibió el cuerpo de la mano de Dios, pero todas las demás personas, desde el vientre de una madre. Es así que también mi Cuerpo proviene de una madre terrenal, aunque no fui concebido por un padre terreno de la forma ordinaria, sino por el Espíritu de Dios todopoderoso, lo que puede ocurrir con gente muy pura y piadosa. Antiguamente esto sucedía con bastante frecuencia en personas humildes, sencillas y devotas a Dios. Todavía en estos tiempos, de vez en cuando sucede algo así.
9. Consta que seres humanos que han sido concebidos de una forma puramente espiritual son más espirituales que aquellos que han sido concebidos en la forma habitual; pues niños de padres saludables y fuertes son perfectos, sanos y fuertes, pero los niños de padres débiles y enfermos suelen ser, así mismo, demasiado débiles y enfermizos. Yo, como hombre, estoy aquí delante de vosotros, no como un Dios, sino como un Hijo de Dios, lo que en realidad deberían ser todos los hombres de esta Tierra, dado que están llamados a ser hijos de Dios - si Le reconocen y viven conforme la Voluntad de Dios.
10.- Uno solo de ellos, por parte de Dios, desde la eternidad está destinado a ser el primer Hombre en tener Vida en Sí mismo, y darla a todo aquel que cree y vive en Él de acuerdo con sus Enseñanzas. ¡Y este Primero soy Yo!
16. Pescadores que provienen de la isla Samosata.
11. ¡Pero la Vida de Dios no la he traído Conmigo desde el vientre de mi madre en este mundo! Aunque el germen estaba en Mí, todavía tenía que ser desarrollado, y esto me ha costado cerca de treinta años de tiempo y esfuerzo. Ciertamente, ahora estoy aquí ante vosotros perfeccionado, y puedo decir que todo el Poder y toda Autoridad me son dados en el Cielo y en la Tierra, y que el Espíritu en Mí es totalmente Uno con el Espíritu de Dios. Por lo tanto, puedo realizar signos que antes de Mí ningún ser humano jamás ha realizado. Pero en el futuro esto no será sólo un especial Privilegio Mío, sino de todo aquel que cree que he sido enviado por Dios a este mundo para dar la Luz de la Vida a todos los que ahora caminan en la oscuridad - a cada uno que luego actuara de acuerdo con mis Enseñanzas que demostrarán en la Luz más clara la Voluntad del Espíritu Santo, que ciertamente habita en Mí en toda Plenitud.
12. Este Espíritu es Dios, pero Yo como Hijo del hombre no lo soy, porque como dije anteriormente, Yo, al igual que todo ser humano, también tuve que alcanzar esta Dignidad de Dios con mucho esfuerzo y práctica hasta que pude adquirirla, y tan sólo así, me fue posible unificarme con el Espíritu de Dios. Ahora, por supuesto, en el Espíritu soy Uno con Él, pero aún no lo soy según el cuerpo. Pero también en este lo seré completamente después de grandes sufrimientos, absoluta abnegación y profunda humillación para mi Alma.
13.- ¡Y así, mi amigo y médico de mejor voluntad que tenían tus demás compañeros, ya puedes saber Quién soy y qué debes pensar de Mí! ¡Cree en esto, y vive de acuerdo con la Doctrina que pronto escucharás de mis discípulos, porque vivirás y caminarás en la Luz y no en la noche del pecado, de la carne y la sangre! - ¿Has entendido esto?».
14. Dijo el médico, «¡Sí, gran Maestro, lo entiendo, aunque tus Palabras sean muy diferentes de las de los sacerdotes del Templo de Jerusalén del que yo mismo desciendo, y donde he aprendido el poco arte que entiendo! En Ti está presente la Divinidad, aun así, ante nosotros no quieres ser más que un Hijo del hombre, mientras que los fariseos del Templo se comportan como si hubieran ayudado a Dios a crear el mundo y a otros seres y como si todo el bienestar y la aflicción de los pueblos del mundo dependieran de ellos. Sí, gran Maestro, tus Palabras suenan como Palabras de Dios, porque en ellas hay especial Fuerza y Poder que hacen que el alma se sienta bien, la reconstituye, vivifica e ilumina completamente, ¡mientras que las doctrinas de los fariseos lastiman, entristecen, oscurecen y hasta matan en gran medida el alma! Porque aquellos que viven según sus enseñanzas y actos, con el tiempo llegan a ser tan estúpidos, sensuales, arrogantes, egoístas y hambrientos de poder, que finalmente olvidan que no son más que seres humanos. A sí mismos se consideran un poder humano supremo - todo lo demás está por debajo de ellos. Pero según tus Palabras, gran Maestro, ¡parece que debería ser precisamente todo lo contrario de lo que los fariseos enseñan, y lo que la gente quiere hacer realmente! - ¿Tengo razón o no?».
15.- Yo le dije: «Sí, puedes tener cierta razón, pero ahora nada más sobre eso, porque la balsa con la madera está allí en la orilla y tú, amigo Jored, ahora puedes hacer lo que quieras con ella, porque el dueño no se presentará en ningún momento, dado que su casa está demasiado lejos de aquí, y la pérdida de esta madera no le hará daño, porque él es muy rico. ¡Pero podrías dar una limosna a los pobres y usar la madera según tu criterio!».
16.- Dijo el publicano Jored: «¡Señor, te agradezco mucho por ella, y los pobres no van a ser descuidados por mí! ¡Pero ahora vamos a tomar el desayuno que ya estará completamente servido!».
A TRAVES DE LA IMPOSICIÓN DE MANOS Luego regresamos a la casa de Jored, donde un abundante desayuno nos estaba esperando en el comedor, junto a los discípulos que se habían quedado en casa. Nos sentamos a la mesa, comimos y bebimos. La comida consistía en pescado, pan, carne de cordero, miel y un vino de Roma, de calidad especial. También había vino de Grecia, precisamente de Chipre, que fue servido con pan blanco y mantequilla. Todo sabía muy bien, y en especial los greco-judíos lo disfrutaron mucho. Nos sentamos a la mesa durante dos horas y muchas cosas se dijeron acerca de asuntos agrícolas.
2. Sólo después de la comida mi discípulo Juan enseñó a todos los residentes de la casa de ambos sexos mi Doctrina del amor a Dios y al prójimo.
3. Después de la prédica todos me prometieron observar con precisión la Doctrina y actuar conforme a ella. Entonces Yo les dije: «¡Tened fe y hacedlo, que pronto, fácil y rápidamente alcanzaréis la maestría de la Vida!».
4. Entonces puse mis Manos sobre todos ellos y los fortalecí para su empresa buena y seria.
5. El médico insistió: «Oh Maestro, ¡he aquí que ahora soy el único médico en este lugar donde siempre hay una gran cantidad de enfermos, así como en los alrededores! Puesto que nada es imposible para Ti, quizás podrías darme un poco de tu Poder de curación milagrosa, para aplicarlo en mis pacientes, especialmente entre los pobres, que no tienen como comprar costosos medicamentos».
6. Le dije: «Mi Nombre es Jesús. ¡En este nombre impondrás las manos sobre los enfermos y estos mejorarán en beneficio de la salvación de sus almas! ¡Con los ricos, continúa como antes, dándoles los medicamentos porque te concedo este poder sólo para los pobres!».
7. Inmediatamente el médico me dio las gracias y se fue, porque había muchos enfermos pobres, a los que quería ayudar. Y consiguió ayudarles, porque cuando les ponía las manos en mi Nombre ellos mejoraban. Después de una hora volvió, me dio nuevamente las gracias por este poder recibido, y nos habló de la gran admiración de los curados que estaban afectados por toda clase de males.
8. Pues el médico nos dijo: «No podían entender por qué todos los medicamentos de antes, nunca fueron de alguna utilidad, pero esta vez, a través de la simple imposición de manos, ellos se volvían más saludables que nunca. Me preguntaron, por qué de repente había adquirido este inimaginable método de curación y por qué no lo había aplicado antes. Pero yo les dije: “¡Este método de curación me fue mostrado por un extranjero y Salvador maravilloso, sólo para sanar a los enfermos invocando su Nombre, y si Él junto Conmigo lo quiere, los enfermos serán agraciados!”. Entonces todos empezaron a preguntarme y expresaron su deseo de conocerte en persona, porque pensaban que debías estar equipado con poderes divinos, porque sin estos tal cosa sería completamente imposible. Pero yo dije nada a esto y los dejé en su opinión.
9. Pero ahora voy a tener problemas con mis pacientes ricos, dado que este nuevo método de curación se extenderá rápidamente por toda la ciudad, y los ricos van a insistir ser curados de la misma manera. ¿Qué voy a responderles, si Tú, oh Señor, por así decirlo, me lo has prohibido?».
10. Le dije: «Ahora puedes darles condiciones que ellos deberán respetar delante de ti y los pobres. Si alegremente y de buena gana aceptan las condiciones, entonces también puedes imponer tus manos sobre ellos, pero si se niegan, entonces déjalos en su enfermedad y dales las medicinas por si quisieran tomarlas. ¿Ahora estás satisfecho?».
11. Dijo el médico: «Oh, querido Maestro, ¡es absolutamente perfecto! Pero ahora viene otra pregunta: ¿Cómo y con qué puedo agradecerte? Ciertamente no soy rico, y ahora menos aún, porque mis dos colegas que ayer se refugiaron, sin duda no me han dejado mucho. ¡Pero aun así, quiero hacer lo mejor posible que esté en mi poder! Señor y Maestro, te lo ruego, ¡pide cualquier recompensa u ofrenda!».
12. Le dije: «Deja eso, ¡porque nadie en el mundo me puede dar algo que antes no haya recibido de Dios, y por lo tanto ni siquiera tú! Pero tú, ¡aplica la enseñanza que aquí se os dio a todos vosotros, ama a Dios por encima de todo y al prójimo como a ti mismo; cumple con los mandamientos de Moisés que te son conocidos; enséñalos también a los griegos, y así me darás el mejor y más valioso sacrificio! ¡Que esto también hagan todos los demás seres humanos, y vivirán en la Verdad y en la Gracia de Dios, del Creador y Padre de todos los seres humanos!
13. Si Yo aceptara dinero de las personas a las que hago el bien, testificaría directamente contra Mí mismo y Yo no sería Quien soy, porque si traigo tesoros de los Cielos para darlos -porque tengo el poder para ello-, no puedo hacerme pagar con la materia muerta. Pero vosotros los seres humanos podéis hacerlo con una medida y un propósito justos; dado que también Moisés ha prescrito que los sacerdotes y los jueces deben ser alimentados y mantenidos por el pueblo y deben recibir el diezmo de todo lo que se cosecha en los campos y viñedos y también por los animales domésticos. Pero Yo y mis discípulos no lo necesitamos, porque un Maestro de la Vida como Yo, no necesita de medios conservadores. Por dondequiera que mis discípulos vayan, recibirán de lo Alto todo lo que necesiten. Todo lo bueno que pidáis al Padre en mi Nombre, Él os lo dará sin retención».
EL SERVICIO DE PROTECCIÓN Y TENENCIA DE ESCLAVOS
1. (El Señor:) «Si en tiempos posteriores mis sucesores permiten ser pagados por sus enseñanzas y oraciones con dinero y todo tipo de otras cosas -como hacen los fariseos- entonces el Padre en el Cielo ya no escuchará sus peticiones y se hundirán en toda clase de pecados y gran maldad. Yo os doy todo tipo de regalos de forma gratuita, y así también debéis darlo a los hombres, pero como médico ya puedes conseguir el dinero de los ricos, - ¡mas no de los pobres!
2. Pero si tú a veces transmites mi Palabra, y de vez en cuando alguien acepta mi Doctrina, sus vidas y corazones alegres serán tu recompensa. Porque una vez que alguien haya aceptado la Doctrina, él será tu amigo y de todos modos te va a decir: “Lo que es mío también es tuyo, y no debes sufrir ninguna necesidad”.
3. Os digo que lo que los hombres hagan y os den voluntariamente, ¡con un corazón alegre aceptadlo y utilizadlo de la mejor manera para el bien de vosotros mismos y vuestros prójimos! Pero si exigís una remuneración por ello, independientemente del tipo que sea, la Gracia de Dios os será inmediatamente quitada -al igual que la Gracia será quitada a los fariseos y a los judíos obstinados, y será dada a los paganos. ¡Escuchad esto y actuad correspondientemente. pues reuniréis grandes tesoros y toda clase de Gracia de los Cielos, que os beneficiarán más que todos los tesoros de este mundo! - ¿Entendéis esto?».
4. Dijo Jored: «Maestro, ahora lo entendemos bastante bien, pero ¿qué pasará con los negocios aduaneros que tengo en mar y tierra? ¡Porque en realidad se ve en ellos muy poco amor por el prójimo! Pero no se puede abolirlos del todo, porque esto es un asunto público del estado, y aunque yo lo dejara, otro lo tomaría y tal vez impondría más dificultades a los vendedores ambulantes -y en especial a los extranjeros- que yo,
que permito a una gran cantidad de personas que no tienen nada que pasen las barreras aduaneras sin que yo les cobrase. ¿Cuál sería tu Voluntad en este caso?».
5. Le dije: «Tú, ¡continúa siendo lo que eres! ¡Pero sé razonable en la demanda contra los pobres, y en su lugar los ricos pueden pagar un poco más!
6. Las aduanas son buenas para el país, de lo contrario pronto grandes caravanas con todo tipo de mercancías quedarían puestas en tierra y pronto podrían poner en peligro la propia producción de comida. Por lo tanto, muchos de los comerciantes extranjeros deben ser gravados aún más, para que pierdan las ganas de pasar a menudo con sus bienes en este país. ¡Pero para el pueblo de aquí, sí, debes ser más barato! Ahora también sabéis qué hacer y observar a este respecto.
7. ¡Además, tu albergue es bueno, pero también puedes aplicar las mismas reglas! ¡Sé barato ante tu prójimo y justo con los extranjeros! ¡Exige de los lugareños lo que la cosa vale, y pide a los extranjeros un beneficio justo!
8. ¡Si viene un extranjero y no tiene medios para pagarte, renuncia al cobro; y si aceptara mi Palabra, proporciónale algún dinero para el viaje, y el Padre en el Cielo te recompensará abundantemente! ¡Lo mismo también observe cada comerciante, pues que sea justo en medida y peso, porque la medida que los hombres usan para medir, es la misma medida con la que serán recompensados!».
9. Dijo el publicano: «Señor y Maestro, ¡ahora tengo otra pregunta! Tú sabes que aquí, en su mayoría, viven griegos que trabajan en todo el comercio, por desgracia, a veces incluso con seres humanos, como ha sido entre nosotros los gentiles, por uso y costumbre desde tiempos inmemoriales. ¡Sí, yo mismo compré mis esposas! Al principio no eran más que mis esclavas, pero como eran diligentes y cuidaban de mis intereses, les di la libertad y luego se hicieron mis esposas. La mitad de mis siervos y los trabajadores siguen siendo esclavos. ¿Esto puede seguir así o también se debe cambiar?».
10. Dije Yo: «Lo que existe por las leyes del estado, no se puede cambiar, por lo que debe permanecer así hasta que el propio Estado las cambie. Pero tú, sé también bueno, razonable y equitativo para con los esclavos, dado que también son personas e hijos de un mismo Padre en el Cielo. ¡Si vuelves a visitar un mercado de esclavos puedes comprarlos a discreción; mantenlos y haz de ellos personas libres y fieles a Dios, y te prepararás un gran tesoro en el Cielo! ¡Pero nunca debes venderlos una vez más, porque la venta de personas es un horror ante Dios! Sin embargo, cuando mi Enseñanza eche raíces, tan pronto, ese comercio despreciable de esclavos se acabará por sí mismo. ¡Ahí tienes algo más para observar!
11. Pero aún tienes otra pregunta en tu alma, pues no sabes qué hacer con los sacerdotes paganos, que también suelen ser tus invitados y les encanta visitarte. ¡Yo te digo que por el momento los dejes como son! Ellos creen menos en sus ídolos de lo que tú mismo has creído en otro tiempo, pero como obtienen el pan y el empleo de ellos, no dejarán tan fácilmente de ser lo que son. Sin embargo, con el tiempo, al uno o al otro de ellos ya puedes comunicar algo acerca de mi Doctrina, pues no os pondrán en compromisos. Con el tiempo también los templos de ídolos caerán. Pero aun así no os indico que los destruyáis, pues es perfectamente suficiente con que estén destruidos en vuestros corazones.
12. Pero si tal sacerdote quiere hacer creer a alguien por la fuerza en sus ídolos y le exige traer sacrificios, ¡entonces dile toda la Verdad! Si no quiere hacerte caso, ¡llámame a Mí en el Espíritu y obra un milagro en mi Nombre delante de sus ojos! ¡Cuando lo ve, ya lo creerá - si tiene cierto sentido de la Verdad en su ánimo, pero si no cree, déjale ir y vosotros permaneceréis en la Verdad de mis Enseñanzas! De acuerdo con las normas de los gobernadores de Roma la gente es completamente libre de pensar y actuar según su conocimiento, pensamiento y fe.
13.- Si un sacerdote pagano acepta vuestra fe luminosa, ayudadle como miembro de la nueva Iglesia de Dios en la Tierra, y si necesita apoyo, asistidle en sus necesidades terrenales; y si no tiene necesidad de nada, ¡entonces que sea vuestro amigo!
14. ¡Ahora también quedó atendido cómo, fácil y claramente, podéis proceder en cada caso cuando un obstáculo se interponga en el camino de mi Enseñanza! Y puesto que ahora no tenemos nada más que discutir y negociar, entonces vamos a salir al aire libre. ¡Tal vez nos encontramos con algo que nos dará la oportunidad de hacer observaciones profundas sobre ello!».
15.- Todos estuvieron de acuerdo con esta sugerencia y nos fuimos.
LA DESTRUCCIÓN DE LOS ÍDOLOS
1. En cuanto caminamos por las calles de la ciudad, se nos acercó todo tipo de curiosos que venían de todos los lados preguntando afanosamente quiénes éramos. El médico, el publicano y sus hijos, especialmente Jorabe el resucitado, tuvieron que soportar una gran cantidad de interrogadores, dado que la gente no podía entender cómo él, que estuvo enfermo durante siete años y que ayer se había dicho que estaba muerto, ahora, caminaba saludable. Los interrogadores fueron tratados con amabilidad, pues se les dijo que iban a ser informados de todo durante los próximos días; y todos quedaron contentos.
2. Al final de una calle larga se acercaron a nosotros tres sacerdotes del ídolo Apolo, uno del Zeus y otro de la Minerva, en sus extrañas vestiduras clericales muy mágicas y vistosas.
3.- Se detuvieron delante de nosotros y un sacerdote de Apolo nos preguntó si queríamos ir como extranjeros cerca del bosque sagrado, donde se construyó un templo a las tres principales deidades. Si esa era nuestra intención, ellos podrían guiarnos hasta allí para ver todo lo que hay de milagroso y digno, a cambio de un pequeño donativo, para apaciguar a los tres dioses.
4. Y Jored el publicano bien conocido a los cinco sacerdotes, dijo: «Estos son mis invitados, yo pagaré por ellos, así que podéis mostrarnos el templo y sus rarezas».
5. Los sacerdotes estaban muy satisfechos, y es así que nos guiaron hacia el bosque, donde en el centro, sobre una pequeña colina, se hallaba un templo circular de buen tamaño. La mitad del templo estaba abierta, y su techo descansaba sobre diez columnas; la otra mitad era una pared cerrada que formaba un semicírculo sólido. En esta pared estaban instaladas las estatuas de mármol de los tres ídolos. En el medio estaba Zeus sentado en un trono, a su derecha estaba la Minerva con su armamento y a la izquierda estaba Apolo solamente con su lira, porque un Apolo con el carro del sol y sus caballos habría sido demasiado costoso para este pequeño pueblo.
6. Cuando llegamos al templo de Zeus, el sacerdote dijo: «¿Desean los señores escuchar a una de las tres deidades decir algo? ¡Para esto les ruego que me confíen una pregunta, si son tan amables!».
7. Yo le dije: «Amigo, realmente nosotros no lo necesitamos, porque como hombres muy experimentados conocemos todos estos arreglos y sabemos muy bien cómo es que hablan estas estatuas. ¡Por lo tanto, deja eso y ahórrate la molestia! ¡Pero como hoy nadie más vendrá a pedir consejo a estos dioses, diles a los tres oradores que están detrás de los ídolos que salgan, dado que por lo demás son hombres honestos!».
8. A eso el sacerdote se detuvo y dijo con cierto patetismo mágico: «Amigo, eres un extranjero, así que te aconsejo amablemente, no ofender gravemente los dioses, ¡para que nada malo te pase! Porque os digo que ningún mortal se esconde detrás de los dioses para responder las preguntas».
9. Le dije: «Te perdono la mentira, porque no me conoces. No obstante, tengo que señalarte que sólo Yo tengo el máximo derecho a la Verdad, y no tú. Mira: ¡Yo quiero que estos tres ídolos desaparezcan en un sólo momento y que los tres oradores pobres queden libres para unirse a nosotros!».
10. Dijo el sacerdote: «¡Si eres capaz de hacer esto, caeremos de rodillas delante de ti y te adoraremos como a un dios de todos los dioses y de los hombres!».
11. Le dije: «Esto no es necesario. Aun así, debéis presenciar la Gloria y el Poder del Dios verdadero combinado con el poder del espíritu humano. Y para que creáis, ahora digo: ¡Yo lo quiero y así sea!».
12. Tan pronto que había terminado de hablar, ningún rastro quedó de los tres ídolos, y los tres oradores que estaban de cuclillas en los estrechos nichos, se habían hecho visibles. Asustados y bastante desconcertados, se arrastraron desde sus oscuros escondites hacia afuera, a la luz del día.
13. Cuando los cinco sacerdotes lo vieron, se entristecieron mucho, y el más valiente entre ellos, dijo a los otros: «Hermanos, ¡contra la Omnipotencia de la Voluntad de un Hombre divino, no tiene ninguna utilidad sacar una espada dibujada sino que conviene entregarse a su Voluntad! Ahora estamos en curso de haber perdido nuestro medio de sustento, pero ¿qué podemos hacer? Hemos desempeñado nuestro oficio siempre con toda dignidad y con este pequeño fraude piadoso nunca hemos hecho daño a nadie, con excepción de los honorarios, aunque nunca nadie fue presionado para dar un sacrificio, siempre hemos enseñado cosas buenas a la gente y hemos dado buen ejemplo. Y espero con confianza que este todopoderoso Hombre divino no nos vaya a expulsar, esto, si se lo rogamos».
14. Dijeron los otros: «Eso estaría bien, pero ahora, qué diremos a los devotos que en su mayor parte siguen fieles a nuestros tres dioses, si ellos vienen, y ya no van a encontrar a sus antiguos dioses. Entonces, ¿qué diremos al pueblo?».
15. Dijo el primero: «También esto lo vamos a dejar en manos de este Hombre divino todopoderoso. Es probable que todavía se pueda encontrar una buena excusa, y esto será mucho más fácil de lograr, ahora que en este hecho extraordinario está presente nuestro principal jefe Jored. Ahora la preocupación principal es: ¿qué debemos hacer en este momento?».
16. Dije Yo: «¡Antes que nada deshaceos de esas ropas ridículas y vestíos como personas comunes! ¡Luego volved a nosotros para hablar más sobre este punto!».
17. En ese momento los cinco se fueron rápidamente a sus casas construidas justo detrás del templo. Se cambiaron y pronto volvieron junto a nosotros con sus esposas e hijos. Las mujeres y los hijos se lamentaron cuando encontraron el templo completamente vacío, y preguntaron acerca de Mí, el causante de tamaña desgracia.
18. Entonces me acerqué a ellas y les dije: «¡Yo soy Aquel a quien buscáis! ¿Es que no quisierais alimentaros mejor con las obras de la Verdad, que con estas obras fraudulentas y mentirosas?».
19. Y las mujeres dijeron: «Esto por supuesto, pero ¿quién nos dará algo por las Obras de la Verdad? Desde hace mucho tiempo sabemos que no hay nada de verdad en nuestros dioses. ¿Pero qué nos sirve eso? ¿Dónde podremos encontrar dioses mejores y más verdaderos? Estos dioses falsos por lo menos nos han alimentado, ¿pero cómo nos alimentarán los verdadero a los que aún no tenemos?».
20.- Les dije: «¡Sobre esto, vosotras las mujeres, no tenéis que preocuparos, porque ya lo harán vuestros maridos, cuando en lugar de ser sacerdotes idólatras se conviertan en sacerdotes y consejeros de la Palabra viva de Dios!».
21. Dijeron las mujeres: «¿Y quién les dará todo esto?».
22. Les dije: «¡Tampoco esto debe preocuparos! ¡Pero ahora a vosotras que sois unas mujeres tontas os digo que volváis con vuestros niños al lugar de dónde habéis venido, de lo contrario me veré obligado a forzaros, porque aún tenéis más que suficiente para comer y beber! ¡Tan pronto que se agoten vuestras provisiones, ya seréis atendidas, para que junto a vuestros niños no muráis de hambre! ¡Id también vosotras alguna vez a los campos, huertos y jardines, y trabajad un poco! Esto os resultará más útil que lavar a los dioses de arcilla y cera».
23. A esto, los cinco sacerdotes llevaron a sus esposas y niños de vuelta a las casas, pero ellos mismos pronto volvieron llenos de simpatía hacia nosotros.
EL LAGO SAGRADO
1. Y el sacerdote de la Minerva -que era el más valiente y también el más educado en ciencias- vino hacia Mí y me dijo: «Señor y Hombre divino -o quien seas- me he dado cuenta por las palabras dichas a nuestras mujeres indomables, que eres un hombre bueno, sabio y muy justo, con quien probablemente también se puede hablar de forma razonable. Y como no tengo duda en ello, te pido amablemente escucharme con un poco de paciencia. Mira, ¡yo sé que lo que nos vas a dar a cambio para reemplazar esta basura pagana muy antigua, seguramente es mucho mejor de lo que pueden producir nuestras esferas de conocimiento, pero aquí no se trata de eso, sino de algo muy distinto, y es por eso que te pedí que me escucharas pacientemente!
2. Mira, ¡en primer lugar, se refiere al posible mantenimiento de las leyes estatales con la ayuda de otro tipo de buenas enseñanzas, acerca de la existencia de fuerzas sobrenaturales y poderes de la naturaleza, los que por lo general llamamos dioses! Con el fin de presentarlos al pueblo las hemos puesto en imágenes correspondientes ante sus ojos en formas artísticas y puras. El pueblo ya se ha acostumbrado desde la cuna a ver los ídolos, y siempre se ha entusiasmado y ha hecho consideraciones buenas y piadosas. Para nosotros como sacerdotes, refiriéndonos a estas imágenes, nos resultaba bastante fácil proveer al pueblo unas enseñanzas útiles, lo que sin duda habría sido una tarea bastante difícil sin ellas.
3. Si la gente se reuniera aquí en un día determinado, y ya no viera las imágenes de las antiguas deidades, yo realmente no sé cómo terminaría la historia. Sin duda muy animadamente y con palabras ardientes excusaríamos tus acciones, pero como viajero extranjero, ¿dónde vas a estar en ese momento? Por supuesto, tenemos aquí testigos muy respetables, pero con el tiempo tampoco serán de alguna utilidad contra un pueblo que se ha enfurecido contra nosotros. Por lo tanto, te suplico el restablecimiento temporal de las tres estatuas por una buena causa, pues estoy seguro que no será difícil para Ti lograrlo. No obstante, ¡aceptaremos tu Doctrina con ánimos bien dispuestos y, agradecidos, la transmitiremos al pueblo, para que desista de sus tres deidades poco a poco, de lo que puedes estar seguro! Pero ahora, de un solo golpe, el asunto va a ser muy difícil de manejar, o de hecho, ¡no habrá manera!
4. Por lo tanto, buen Hombre divino, ¡concédeme mi sincera petición, que seguro será tan fácil para Ti, como antes lo hiciste con la destrucción de los tres ídolos! Soy muy consciente que te hemos ofendido anteriormente, al negar a los tres oradores. Pero con ello no pretendíamos causar ningún daño, pues no sabíamos Quién eres. Tu Milagro nos lo enseñó, por supuesto, pero ya era demasiado tarde. ¡Dado que todavía estás aquí, perdona nuestro apresuramiento de antes y concédenos la gracia que he solicitado en nombre de todos nosotros!».
5. Les dije: «¡Vaya!, ¿qué haré con vosotros que sois unos ciegos? Si preferís la noche en vez del Día de la Vida, ¡entonces volved a tener vuestros ídolos muertos! ¡Pero también veréis el momento en que el propio pueblo vendrá aquí y pondrá las manos sobre estos ídolos - y también sobre vosotros! Pero si primero con la ayuda de estos testigos confiables y en segundo lugar con mi Ayuda invisible os hubierais atenido en lo que Yo os había indicado brevemente, ciertamente ya estaríais salvados. Pero si después de todo esto todavía preferís vuestros dioses, ¡entonces que de inmediato vuelvan a sus antiguos lugares!».
6. Dijo el orador: «Señor y Hombre divino, ¡danos un poco de tiempo para consultar entre nosotros, y en breve declararemos nuestra decisión!».
7. Es así que dijo el aduanero: «Mis queridos, ¡entonces consultaos entre vosotros y luego venid a mi casa, para que aclaremos este asunto, porque este lugar es tan estéril como una catacumba egipcia!».
8. Los sacerdotes aceptaron, y seguimos adelante pasando por un pequeño lago que tenía gran profundidad - cosa común entre los lagos de Asia.
9. Al llegar a este lago, Jored dijo: «Señor, mira, ¡esto es una verdadera rareza en nuestra zona! Por las noches, sobre todo en la temporada de verano, se puede ver una gran cantidad de pequeñas luces que nadan en la superficie del agua, algunas moviéndose más lentamente y otras más rápidamente. Ahora, para investigar el asunto más de cerca, no es tan fácil, porque no es posible acercarse al lago, debido a la banca pantanosa. Los sacerdotes saben muy bien cómo explotar este fenómeno, pues está dentro del área del bosque sagrado. Pero cuando llegue el tiempo, ellos darán grandes discursos sobre la llegada de los espíritus del Elíseo que vendrán para conceder Gracias a los seres humanos. Pues estos genios habían elegido este lago porque es el más puro del mundo.
10. El hecho que el lago tenga un agua muy pura, es fácil de entender, dado que nada puede entrar en ella y perturbarla. ¡Pero esto de los genios elíseos, sin duda, es algo exagerado! La apariencia debe ser nada de extraordinario porque sin duda se trata de un acontecimiento natural. Pero los sacerdotes, que son oradores hábiles, saben hacer algo de ello con lo que uno -por lo menos por el momento- queda finalmente bastante sorprendido, sobre todo por la noche cuando se está más entusiasmado por las artes mágicas que durante el día. El contorno fuerte al rededor del lago tiene sus ventajas. Pues no es aconsejable aventurarse sólo a unos pocos pasos de los límites establecidos por estas barreras, porque uno podría hundirse en el pantano perdiéndose sin poder ser rescatado.
11. Señor y Maestro, ahí una explicación sería necesaria. En primer lugar: ¿Por qué un lago tan peligroso y en realidad bastante inútil existe en la Tierra? Ningún barco puede navegar en él y nunca se ha producido un solo pez. No tiene afluentes ni desagües, por lo tanto no se puede servirse de él, ni siquiera para riego en la zona. Y en segundo lugar, no sirve para tu santa Doctrina verdadera, sólo para la idolatría por sus efectos de luz verdaderamente mágicos, contra los que no tengo objeción en sí mismos, pero sí, respecto a su sentido moral. Aunque por ahora las tres estatuas torpes hayan sido retiradas con tu maravilloso y milagroso Poder magistral, la idolatría seguirá viva como antes. ¿No sería una cosa igualmente fácil para Ti, poner fin a la existencia de este lago idólatra como con las tres estatuas?».
12. Le dije: «¡Que sí, y también lo haré, porque tú lo deseas por una buena razón! Pero este lago no tiene una determinación tan insignificante para la Tierra como piensas, porque está conectado al organismo interno del cuerpo terrestre y tiene una profundidad, desde la superficie hasta el fondo, de más de trescientas horas de camino. Es un mecanismo de enfriamiento por encima de una vena muy caliente del corazón de la Tierra, por lo que su agua es muy fría.
13. El lago tiene un afluente subterráneo pero no un desagüe, debido a que su abundante agua siempre se consume por el calor interno en el proceso de evaporación continua, la cual es tan necesaria para la estimulación mecánica interna, como la evaporación de los jugos de los alimentos en el estómago humano. De modo que el lago no produce beneficios para el exterior, sino tanto más para el interior de la Tierra.
14. Ahora vas a decir: “Sí, pero ¿por qué ha sido puesto aquí en un valle fértil y bello? ¿No podría haber existido en alguna parte del desierto?”. ¡Sí, y en esto no estás completamente equivocado! Pero esta zona hace apenas dos mil años era un desierto, que se hizo habitable y fértil por el trabajo diligente de personas desterradas.
15. ¡Ahora bien, esto puede ocurrir con muchos desiertos de la Tierra, en los que a menudo aparecen de 20 a 30 lagos de este tipo! Si aquellos desiertos se hicieran habitables, entonces también esa gente preguntaría: “¿Por qué este lago tan peligroso existe precisamente aquí?”. Por ahora sólo puedo deciros que siendo muy necesario para el sostenimiento de la vida mecánica de la Tierra, este lago tiene que estar en algún lugar de ella, y de acuerdo con el Orden de la Sabiduría de Dios, es por ventura aquí, así como otros tantos de miles están de la misma manera en otros lugares, la mayor parte de ellos bajo el mar y en las altas montañas.
16. Ahora, en cuanto al fenómeno luminoso que se presenta principalmente en el claro de luna, no son más que insectos luminosos17 que en la noche absorben los vapores ascendentes que se elevan desde el agua y con los que se alimentan. ¡Id a la India y encontraréis un buen número de diferentes efectos de luz durante la noche!
17. Sólo que nada de esto importa, porque el lago puede ser cercado con seguridad, lo que desde luego anula su peligrosidad; inclusive a la gente se le puede explicar adecuadamente el fenómeno que determina este tipo de luz. Pero como aquí para el bien de los sacerdotes queremos eliminar todo lo que les facilitase engañar a las personas sencillas, y así mismo, para que no tengan mayores posibilidades de guiarlos aún más en todo tipo de error, cubriremos este lago con tierra firme hasta una altura de mil hombres. Y su abertura necesaria será conectada con otro lago, lo que os traerá beneficios sin perjudicar la vida mecánica de la Tierra. - ¡Así sea, y se hará!».
18. En este momento, nada más se vio de este lago. Todo era un terreno sólido. La orilla del lago apenas se podía notar por las barreras que todavía quedaban en pie.
19. Que esto causó una gran sensación entre todos los que estaban presentes, es fácilmente comprensible. Pero cuando íbamos de regreso para la casa, algunos con los pies probaron la solidez de la nueva tierra. Todavía estábamos en la región del lago, cuando llegaron los cinco sacerdotes, pues ya habían observado en el templo que quizás podríamos querer visitar el lago sagrado.
20. Cuando los sacerdotes llegaron corriendo donde antes se encontraba el lago, se pusieron las manos sobre la cabeza y gritaron: «¡Por el bien de todos los dioses! ¿Qué ha pasado aquí? ¡Antes los tres dioses principales se esfumaron - y ahora también su más puro lago sagrado! ¡Ay de nosotros, porque ahora estamos perdidos! Los grandes dioses deben haber sido gravemente ofendidos y por lo tanto permitieron a un mago
17. Luciérnagas cardinal hacernos esta jugada con el poder que ellos le han consentido. Ay, ¡si tan sólo el lago se hubiera quedado con nosotros! ¿Quién nos ayudará ahora y nos alimentará?».
21. Yo dije: «¡Vamos ahora a la casa de Jored, donde hablaremos más de esto, porque este no es el lugar adecuado para ello y tampoco hay el tiempo suficiente!».
22. Con esto los cinco sacerdotes quedaron muy contentos y nos acompañaron a la casa de Jored, donde ya un suntuoso almuerzo nos estaba esperando.
EL SEÑOR DA LA DOCTRINA DE LA VIDA
1. Por supuesto, Jored el publicano también convidó a los cinco sacerdotes para el almuerzo, quienes amablemente aceptaron la invitación, sentándose a nuestra mesa. Según la costumbre griega se hablaba muy poco o nada durante la comida, pero después del almuerzo, cuando el vino había soltado las lenguas, entonces se empezó a hablar, y pronto en las mesas había mucha animación.
2. Los cinco sacerdotes sólo escuchaban, pues hablaban muy poco, porque secretamente querían enterarse a partir de las conversaciones de los discípulos y de los otros huéspedes, por qué Yo había venido y de dónde era en realidad. Pero nada de eso se escuchaba en las diferentes conversaciones de los invitados.
3. Pero con el tiempo se les acabó la paciencia, y empezaron a preguntar si ahora podían decir algo acerca de su futuro comportamiento sacerdotal para que puedan armonizarse con el pueblo.
4. A eso Yo les dije: «¡Hablad nada más que la Verdad, cómo fue, y cómo sucedió, y llamad a los testigos de los cuales aquí tenéis una buena cantidad, y como resultado, ningún pelo os será tocado! ¡Pero entonces aceptad mi nueva Doctrina y predicadla delante de vuestro pueblo; y todos se alegrarán porque finalmente verán en vosotros personas completamente diferentes y maestros, como hasta ahora nunca ha sido el caso! ¿Creéis, que las personas que pertenecen a vuestro templo todavía creen en algo? Yo os digo que entre cientos, ¡tal vez uno o dos! ¡Ellos vienen a vosotros por una antigua costumbre y a disfrutar del espectáculo; pero desde hace mucho tiempo, nadie cree ya en una sola palabra! De modo que con eso habéis perdido nada, ¡sino que habéis ganado de manera múltiple!
5. Lo que es mi Doctrina, esto ya os será enseñado por mis discípulos muy fácilmente hasta la noche, y también os explicarán cómo hay que comenzar a enseñar al pueblo. Pero por encima de todo, vosotros también debéis hacer lo que exige la Doctrina, porque únicamente así seréis capaces de llegar a la perfección de la Vida, y en esta también hacer las cosas que Yo ahora hago, y cosas aún mayores si estáis completamente perfeccionados.
6. Por cierto, el verdadero y gran Dios Uno no ha creado los hombres para que igual que los animales sólo actúen por la satisfacción de sus necesidades físicas, sino, más bien, por sus necesidades interiores, las espirituales. Y quién en el espíritu se hace activo, y mediante el saber, la fe y actividad práctica las fuerzas del espíritu, también se hace fuerte y poderoso en el Espíritu.
7. Quién ejercita las fuerzas del espíritu por encima de todo, construye dentro de sí mismo el Reino de Dios. Esto, entonces, es la verdadera Vida eterna, semejante a Dios, el Creador, y con todas sus Propiedades.
8. Una vez que el hombre haya llegado a tal estado de bienaventuranza y haya unificado su voluntad con la Voluntad reconocida de Dios, él también puede hacer lo que Dios hace y, por lo tanto, es un señor de la Vida y un señor poderoso sobre todas las fuerzas de la naturaleza. Veo que esto no lo vais a entender ahora completamente, pero cuando mis discípulos os lo enseñarán más a fondo, entonces también entenderéis con mayor intensidad lo que Yo he dicho en este momento».
1. Se manifestó el sacerdote de la Minerva: «Oye, hombre divino, ante todo nuestra tarea principal también es la determinación diaria del tiempo: el orden y el recuento de las horas, de los días, de las semanas, de los meses y los años; pues tenemos que localizar y determinar los planetas que rigen el año y el zodíaco. Ahí se trata de una tarea para la cual hacen falta muchos conocimientos, experiencias y mucho trabajo, pues es de gran utilidad para toda la humanidad que, sin nuestra vigilancia y nuestro desempeño, caería en un gran desorden en sus labores.
2. De modo que por eso también fabricamos los relojes de arena y los relojes de sol, de acuerdo con la posición del zodíaco. Caso que nosotros mismos aceptásemos tu nueva doctrina de Dios y de la Vida, y también la enseñásemos al pueblo, ¿acaso ya no podríamos continuar con nuestra tarea?».
3. Dije Yo: «¡Que sí! Esta tarea está correcta, y por eso podréis continuar practicándola, pero sin vuestra astrología. sin determinar en las estrellas el destino de los hombres y, además de esto, también sin que en las constelaciones os imaginéis dioses, los adoréis y les deis ofrendas... De modo que excluid esto, ¡y entonces podréis calcular como queráis, pues podréis contar los días, las semanas, los meses y los años, y también podréis fabricar relojes tantos como queráis - mientras que con eso os privéis de toda idolatría y adivinación! No os desaconsejo esta función, aunque os tenga que confesar francamente que con vuestro negocio que determina el tiempo, lo de la determinación de un planeta que rige el año es un asunto huero y necio, y eso por lo siguiente:
4. Vosotros consideráis el Sol y la Luna como dos más entre vuestros planetas regentes. Pues no quiero decir nada contrario a la Luna, dado que como acompañante continuo de esta Tierra -la que bien es un planeta- también es un co-planeta. Pero el Sol no es un planeta sino una estrella fija, de las que existen innumerables en el espacio de la Creación que es infinito. El Sol es más de un millón de veces más grande que la Tierra, y para sus planetas que giran a su alrededor resulta en un mundo luminoso inmóvil - lo que mis discípulos aún os explicarán más detalladamente.
5. Si todo esto indiscutiblemente es así, ¡¿cómo podéis declarar vuestros planetas en cierto sentido como regentes de un año tras otro?! Ved, ¡en esto ya mora una idolatría calculada astutamente por los antiguos sacerdotes paganos! Si, por ejemplo, en este año el Júpiter -el Zeus para los griegos- fuera el planeta regente, entonces por ser un dios, en este año habría que hacerle ofrendas considerables, para que continuase de buen humor, permitiendo la maduración de toda clase de frutos. Esto es nada más que mera idolatría y no debe ser permitido donde los seres humanos deben reconocer al Dios Uno verdadero y vivo, dispuestos a vivir y actuar dentro de la Voluntad de Él, fielmente revelada. Pues en el antiguo Libro de la Sabiduría consta: “¡Yo únicamente soy vuestro Dios y Señor; por eso no debéis mantener y adorar dioses extraños al lado Mío!” (Ex 20,3).
6. De modo que Dios es únicamente Uno que ha creado todo que existe a base de Sí mismo... ¡En Él debéis tener fe, debéis cumplir con sus Mandamientos que Yo os comunico, y amarle encima de todo en este mundo!
7. Si hacéis esto a fin de conseguir lo que Yo os prometí, entonces se acabó eso de los planetas regentes, porque únicamente Dios es el Regente de todos los elementos, de todas las cosas, y de todas épocas.
8. El que cree en esto, que lo acepta con toda fe, y que vive fielmente conforme la Voluntad divina reconocida, pronto se dará cuenta con suma claridad que estas Palabras que ahora os hablo y hablé son Palabras de Dios que con toda certitud llevan a la realización de mi Promesa que Yo os he dado - y eso con tanta seguridad como a través de mi Voluntad Yo puedo hacer todo lo que quiera. ¿Comprendisteis?».
9. Respondieron los cinco sacerdotes: «Señor, Maestro, y verdadero Hombre divino, ¡lo comprendemos perfectamente y confirmamos que en todo hablas la pura Verdad! Pero aun así, referente nuestro negocio, suponemos que podríamos continuar con nuestros cálculos de los tiempos y los años, dejándolo con los planetas regentes como estaba antes. si nos limitásemos al antiguo nombre acostumbrado. A nuestro pueblo ya lo informaríamos que ahí se trata únicamente de meros nombres con los que clasificamos los planetas. Pues ahí se trata solamente de la definición reglamentaria del zodíaco de siete en siete años, organizado por el antiguo sistema egipcio. Pues suponemos que esto no perjudicará el prosperar de tu Doctrina».
10. Dije Yo: «Aunque esto evidentemente no perjudicara, pero tampoco se adelantaría algo con esto. Pues, ¿qué utilidad podría tener un ciclo de siete años? Si los de siete semanas y de siete meses no tienen importancia alguna, ¡cuanto menos aún tendría un ciclo de siete años! Pero ya que una vez habéis proclamado el número siete como mágico y por eso muy importante -atribuyéndole toda clase de efectos-, todo el pueblo así fascinado cree en tonterías. De modo que ahora no os podéis privar de las estupideces más hueras. Si pensáis que según vosotros interesa mantener todo eso, al menos enseñad al pueblo seriamente que los antiguos nombres de dioses no son más que denominaciones hueras para los planetas correspondientes.
11. Yo os digo que todos vuestros cálculos referente el cielo estelar son mero engaño y mentira. De esto mis discípulos pueden daros pruebas concluyentes, porque Yo también les he descubierto lo que son el Sol, la Luna y las estrellas. Luego preguntadlos al respecto, ¡y también acerca de esto os darán una Luz correcta en la que veréis lo erróneos y ridículos que son vuestros cálculos y definiciones correspondientes!
12. Como queda dicho: De vuestros cálculos del tiempo únicamente los cuartos de la Luna que siempre cambian de siete en siete días -y la semana que resulta de esto-, y la duración del mes y del año son algo verdadero y correcto. ¡Todo lo demás son meras sandeces! De modo que ahora también sabéis a qué ateneros con vuestros cálculos, pues es totalmente cosa vuestra el hacer lo que os agrade».
13.- Cuando los cinco oyeron estas palabras acerca de sus cálculos del tiempo y de las estrellas que les parecían tan importantes, todos se quedaron perplejos y, en secreto, hablaron entre ellos: «Seguro que este no se buscó su sabiduría y su fuerza de voluntad mágica en Egipto, porque de lo contrario debería hablar de otra manera sobre la antigua y grandiosa astrología egipcia. Pues él rechaza todo, con excepción de aquello que cualquier persona de buena índole pueda contar por los dedos. ¡Él tendrá sus motivos para eso; vamos pues a entendernos con sus adeptos acerca de esto!».
14. Dijo el primer sacerdote de Apolo, astrónomo principal: «En el Alto Egipto en Diathira -debajo del gran zodíaco- en el templo de Cronos yo estudié con toda aplicación la cronología, la astronomía y la astrología maravillosa - todo conforme el nuevo sistema del gran Ptolomeo18 y de repente, ¡¿todo esto ahora ya no vale para nada?! ¿Qué, entonces, debemos sentir en la contemplación de las constelaciones del cielo estrellado? ¿Acaso estas constelaciones maravillosas realmente podrían tener la única incumbencia de suministrar a la Tierra su luz tan débil, en la noche? ¿Para qué sus diversos agrupamientos que siempre se
18. Aquí no se trata de un Ptolomeo, astrónomo joven, ni tampoco de uno de los reyes, sino de un Ptolomeo completamente olvidado en la Historia, que vivió 400 años después de Moisés. Pero tampoco se debe confundirle con el Ptolomeo de Diathira, el que calculaba el Zodíaco. ‘Ptolomeo’ significa tanto como ‘geómetra’.
mantienen iguales? ¿Para qué sus diferentes tamaños y colores? De veras, ¡eso es una prueba muy dura para nosotros! Sea como fuere, ¡ya veremos qué de nuevo sus discípulos nos contarán!».
1. Luego nos levantamos de la mesa porque ya eran casi las cuatro horas de la tarde, y Yo asigné a Andrés y a Natanael la enseñanza necesaria de estos sacerdotes; y Yo mismo, junto con los demás discípulos y el personal de la casa, salí al aire libre.
2. A eso nos siguió el sacerdote de Zeus porque todavía advirtió a los otros cuatro: «¡Poned bien atención en lo que estos dos hombres os digan! Yo mismo seguiré al Maestro y ya me fijaré en lo que hará y hablará».
3. De modo que nos siguió cuando caminamos a la margen derecha del Éufrates -en el que se encontraba el pueblo- donde se encontraba una gran cantidad de hierbas curativas muy escasas. Siguiendo al río, cuesta abajo, después de una hora llegamos a una aldea de pescadores cuyos habitantes se alimentaban sobre todo de pescado porque el suelo estéril no se prestaba para labrarlo, pues sólo ocasionalmente se encontraba hierbas que justamente servían de nutrición para las pocas cabras que tenían.
4. Cuando allí llegamos, en seguida mucha gente vino a nuestro encuentro y saludó al publicano Jored al que conocía muy bien. Pues muchos también le rogaron por indulgencia y paciencia porque todavía le debían una parte del pago de su arrendamiento de la pesca.
5. Pero el publicano los dispensó completamente de esto y, además, les dijo: «Os dispenso no solamente del arrendamiento de la pesca que me debéis, sino también os exonero para siempre de toda clase de impuestos; únicamente la tasa imperial -ante el hecho que ahora sois propietarios libres de esta aldea y de la pesca- en adelante vais a pagarla directamente. Pues esta tasa ya la podréis reunir por la venta de peces en común. ¿Estáis satisfechos con esto?».
6. Inmensamente agradecidos, los hombres y las mujeres se echaron al suelo, elogiando en voz alta la gran bondad de Jored. Pero este les mandó que se levantasen y que no hagan semejante manifestación exagerada ante un beneficio tan modesto.
7. Cuando se habían levantado del suelo, el publicano les presentó su hijo resucitado y les comunicó cómo esto había sucedido. En seguida ellos acudieron a Mí, que, junto con el médico, me encontraba muy cerca del agua, y empezaron a alabarme mucho porque Yo había resucitado al hijo de Jored. Pues estaban convencidos que sólo por eso Jored les había concedido semejante beneficio, lo que por otro lado -aunque él siempre haya sido un hombre bueno y formal- seguramente no habría hecho.
8. Luego, en su sencillez, me preguntaron quién soy para que me resulte posible surtir un efecto tan increíble.
9. Yo los calmé diciéndoles: «Quién y Qué soy Yo, esto todos aún lo sabréis suficientemente pronto. De momento sabed de mí propia Boca que Yo soy el único Salvador del mundo para todos los seres humanos, y que no solamente tengo el Poder para curar el cuerpo físico de cada ser humano a través de mi Voluntad y mi Verbo, sino también para liberar las almas humanas de su extensa odisea y para darles la Vida eterna. En el caso que tengáis algunos enfermos en vuestra aldea, ¡traedlos aquí y Yo los curaré todos!».
10. A eso la pobre gente agradeció de antemano y dijo: «Oh, querido Salvador de todo el mundo, ¡tenemos enfermos de sobra, e incluso nosotros mismos tampoco estamos tan sanos como parece! ¡Pero nuestros enfermos en general tienen unos achaques donde habrá poca posibilidad de curar aún algo!».
11. Dije Yo: «Aún así id y traedlos aquí, ¡y por primera vez en vuestra vida vais a conocer la Fuerza y Gloria de Dios dadas al Hombre!».
12. A toda prisa ellos fueron a sus cabañas míseras y trajeron unos veinte enfermos. Entre estos había tullidos, lisiados, cojos, paralíticos, ciegos, sordos, leprosos, e incluso un hombre que no tenía brazos. Por lo demás este hombre gozaba de buena salud, pero ya de niño había perdido ambos brazos debido al descuido de la ama. Por eso era incapaz de cualquier trabajo normal, a no ser lo que podía ejecutar provisionalmente con los pies.
13. Cuando todos los enfermos se encontraron tumbados en el césped escaso, Yo me aproximé a ellos y los pregunté: «¿Queréis todos ser curados de vuestras padecimientos y creéis que Yo os pueda curar?».
14. Respondió un anciano paralítico: «Apreciado Salvador del mundo, ¡ante el hecho que fuiste capaz de resucitar el hijo de Jored, no dudamos en que también a nosotros nos puedas curar! ¡Y se sobrentiende que todos nosotros que sufrimos tanto deseamos todos volver a ser tiernos y sanos! Si tú, buen Salvador querido, estás dispuesto de curarnos, ¡entonces concédenos con esto este amor y esta gracia! Sólo que tenemos nada para recompensarte, pues, ¡ya ves nuestra gran miseria! Ya hemos evocado todos los dioses, ¡pero estos no querían atendernos porque no teníamos ofrendas suficientes para ofrendarles! ¡Pero si tú nos curas, eres más y mejor que todos los dioses de los Cielos!».
15. A esta altura el sacerdote de Zeus se quedó boquiabierto y dijo al joven médico: «Si él sabe hacer esto, ¡entonces deja de ser un hombre sino es verdaderamente un dios! ¡Lo más curioso soy referente lo que pasará con este hombre que no tiene brazos! Si él puede restituir a este hombre los dos brazos perdidos, ¡entonces infaliblemente es un dios, y nosotros tenemos que adorarle!».
16. A eso Yo alcé mis Ojos y dije en Voz alta: «Padre, ¡te agradezco por haberme atendido de nuevo! ¡Yo sé muy bien que siempre me atiendes; pero Yo hablo y actúo así a fin de que también estos paganos te reconozcan, crean en Ti y en Mí, y sólo entonces alabasen tu Santo Nombre!».
17. En seguida me dirigí a los enfermos y les dije: «¡Levantaos y andad!».
18. A eso todos se levantaron, porque en el mismo instante todos se habían quedado completamente curados.
19. Únicamente el hombre que se había quedado sin brazos aún no los había obtenido, por lo que se dirigió a Mí y me dijo: «Buen Salvador, como te fue posible curar a todos estos milagrosamente por tu voluntad todopoderosa, ciertamente también te debe resultar posible de darme las dos manos, para que luego mediante toda clase de trabajo pueda ganar mi sustento. Ay. ¡no me dejes ir de aquí sin manos, para que también yo con los demás curados pueda compartir el júbilo de gratitud con todo corazón!».
20. Dije Yo: «¡¿Por qué dudaste en el momento en que Yo curé tus amigos?! ¡Todos los que creían ya están curados! Pues si no fuese por tu duda, ¡tú también estarías ya en posesión de tus manos!».
21. Dijo el sin-brazos: «Oh, buen Salvador, ¡no me tomes esto a mal, porque ahora ya tengo plena fe en que también a mí me puedas socorrer!».
22. En este momento -a espaldas Mías- el sacerdote de Zeus hizo al médico la observación secreta: «¡Ya me lo había pensado enseguida que este para la curación del sin-brazos iba a tener problemas! Porque es algo muy distinto curar una persona que todavía tiene todos sus miembros
-con lo retorcidos que fueran- mediante un poder mágico de la palabra y la voluntad, que crear y restituir a un hombre un miembro que le falta completamente.
23. Respondió el médico: «Pues yo no soy de esta opinión. Porque el que en un solo momento puede reducir en nada tres figuras de piedra colosales y secar y cubrir un lago de considerable profundidad, ¡este también podrá devolver los brazos a quien le falten - si tan sólo lo quiera!».
24. A estas palabras del médico el sacerdote de Zeus ya no dijo nada. Pero Jored se dirigió a Mí y me dijo: «Señor, si es de tu Voluntad, ¡da a este hombre sus manos y yo le daré empleo; con lo que conmigo estará bien aprovisionado!».
25. Pero Yo respondí a Jored: «¡No te preocupes, pues Yo ya le daré sus manos! Pero a causa del sacerdote de Zeus todavía tendré que retardarlo un poco porque este ha dudado que Yo iba a conseguir esto. Por eso aún tengo que trocar algunas palabras con él».
26. A eso Yo me giré y dije al sacerdote: «Oye, hombre imbécil, ¿qué juicio haces sobre la Sabiduría, la Fuerza y el Poder divinos? ¿Quién, pues, ha colocado al primer ser humano en el mundo, sin engendramiento ni seno materno. y a aquel que antes no existía, le ha dado todos sus miembros en suma perfección?". ¡Que sepas que fue Aquel que ahora surte Efecto en Mí -como ya has podido convencerte con varios milagros que realicé aquí! ¡¿Acaso no percibes que el mero ser humano de por sí nada puede hacer de todo lo que Yo hago aquí, sino que únicamente el Espíritu de Dios que reside en Mí y que es Uno con mi Voluntad?! Ser un sacerdote pero no percibir a la primera vista cómo tales Obras que Yo ahora realizo son posibles, esto, en realidad, no es loable para un sacerdote de Zeus que ha frecuentado todas las escuelas posibles y que ha estudiado a Platón, a Sócrates y otros... ¡Dime sinceramente si estás convencido que Yo no pueda devolver al sin-manos sus brazos!».
27. Respondió el sacerdote: «Esto, mi amigo verdaderamente todopoderoso, yo no lo quería decir tan bruscamente, a pesar de que me parecía que en el caso de hombres achacosos sólo podrías curar aquellos miembros del cuerpo que todavía existían, ¡pero no restaurar los miembros perdidos por cualquier accidente desgraciado! Pues yo pensaba: Tú, como profundamente iniciado en las fuerzas invisibles de la naturaleza, puedes actuar fácilmente sobre toda la materia bruta y muerta -la que contiene sus sustancias parecidas en el aire y el agua- y, evidentemente, estas fuerzas de la naturaleza tienen que obedecerte. Pero los brazos de un ser humano ya perdidos hace mucho tiempo significan algo totalmente distinto, dado que sus elementos básicos seguramente ya distan mucho de su origen, con lo que resultará difícil recomponerlos a través del éter y del agua. Todavía puedo estar equivocado, y lo uno tanto como lo otro te resultará posible... Cuando yo antes había comunicado al médico mi opinión dudosa, él mismo, con pocas palabras, ya me convenció totalmente del contrario de mi opinión. Con lo que ahora creo firmemente que al sin-brazos podrías dar sus brazos, ¡aunque si por cualquier razón no se los dieras!».
28. Dije Yo: «Bien, ¡este lenguaje ya es diferente, y como Yo no tengo motivo alguno para no devolver a este hombre sus brazos, por esto Yo quiero que él los reciba instantáneamente!».
29. Nada más pronunciar esto, y el sin-brazos ya tenía sus dos brazos fuertes, y se podía servir de ellos como si nunca le hubiesen faltado.
30. Entre todos los presentes esto produjo una sensación que todos empezaron a exclamar: «¡Este no es un hombre sino un verdadero Dios! A este le vamos a construir templos, y únicamente a él le vamos a donar las mejores ofrendas más puras.
31. Pero Yo los tranquilicé y les expliqué -como el día anterior a Jored- la fuerza vital del ser humano en unión con la fuerza del espíritu mediante la fe, y luego por el sumo amor a Dios -El que era, es, y siempre será Eterno. Las personas sencillas creían y comprendieron esto con facilidad.
1. A eso mandé a los discípulos que transmitiesen a los aldeanos las normas principales de mi Doctrina. Y una vez que esto fue realizado, todos ellos me agradecieron encendidamente por tamaña caridad demostrada. Pero a la vez al sacerdote de Zeus le informaron que rehusaban definitivamente a sus dioses muertos que no ayudaban a nadie, y que en adelante tampoco ya iban a frecuentar el templo.
2. Pero el sacerdote de Zeus dijo: «¡En eso ya me os he adelantado! Porque en el futuro dentro de esta nueva Doctrina aún nos encontraremos frecuentemente; y nos estimularemos mutuamente en el Nombre de este Dios vivo. Pues hace mucho tiempo que nuestros antiguos dioses de piedra ya no existen, es decir, conforme el tiempo y la verdad, nosotros los sacerdotes ya los hemos ignorado pues para nosotros prácticamente ya no existían. Y ahora realmente ya no existen, porque este hombre todopoderoso los ha destruido mediante su voluntad... y también ha cubierto el santo lago para todos los tiempos con tierra sólida. Nosotros mismos ahora somos sus adeptos y, en vez de la antigua mentira, después os divulgaremos la auténtica verdad, con lo que nosotros os resultaremos útiles mediante toda clase de enseñanza. ¡De esta manera seguiremos siendo los buenos amigos de siempre!».
3. A eso el representante del pueblo dijo: «Pues así todo sería aceptable. Pero hay algo que no me gusta de ti - sobre todo en esta ocasión tan milagrosa. Pues tú dijiste que vosotros los sacerdotes conforme el tiempo y la verdad hace tiempos ya no considerasteis los dioses. Esto resultaba bastante bien y sabio para vosotros mismos y vuestros bolsillos, ¡pues dado que no teníais fe en los antiguos dioses podíais atribuirles lo que os daba la gana! A nosotros os presentabais como representantes entre los dioses y nosotros -los hombres miserables, estúpidos y ciegos-, y dijisteis: “Los dioses exigen lo uno y lo otro como ofrendas, ¡para que no nos plaguen con cualquier desgracia!”. Entonces, nosotros como necios, ofrendamos voluntariamente, y vosotros -en lugar de los dioses que nunca han existido- devorabais las ofrendas frecuentemente muy abundantes que os estaban ofrendadas para los dioses. Pero si vosotros mismos desde hace mucho tiempo no habéis creído en los dioses, ¿por qué entonces hicisteis semejantes bobadas y nos engañasteis? ¿Cómo vais a desagraviar esto en nosotros?
4. Lo que aquí hablo -siendo yo mismo un pobre pescador y portavoz de esta pequeña comunidad- esto no lo hablo por mí sino por toda la comunidad; y tú -bien conocido a mí que eres el portavoz de vosotros los cinco sacerdotes- nos tendrás que dar bien cuentas por qué nos habéis tratado de una manera como si vosotros mismos ya fuerais los dioses todopoderosos, y que castigaríais severamente a cada persona que se atreviera oponeros cualquier réplica, con lo razonable que fuera. Si ahí no podéis darnos explicaciones de remate, ¡entonces con eso de nuestra amistad futura habrá gato encerrado!».
5. Respondió el sacerdote: «Caro amigo. Primero, no fuimos nosotros los autores del politeísmo, sino nacisteis ya en su ámbito y fuisteis educados en él. Y segundo, ahora te pregunto qué habríais hecho con nosotros si de repente nos hubiésemos elevado y con buenas palabras os hubiésemos declarado la nulidad de vuestros antiguos dioses . De modo que lo que hacíamos lo teníamos que hacer únicamente por vuestra causa y teníamos que buscar posibilidades a fomentar vuestra antigua superstición en los dioses, porque en el caso contrario seguramente habríais progresado con nosotros de manera poco humana. De modo que mientras todavía existía la antigua creencia en los muchos dioses nos vimos obligados a serviros como tontos. Con lo que como hombres por lo demás equipados con todas las ciencias merecíamos el doble de nuestra prima.
6. Además, lo que hicimos también lo teníamos que hacer obligados por la política del Estado. Si hubiésemos hecho algo contrario, pronto los tribunales romanos nos habrían exigido explicación por qué actuamos en contra del antiguo politeísmo y por qué damos al pueblo una otra doctrina que en ninguna parte figura legalizada por parte del Estado. Consta que acto seguido nos habrían destituido de nuestro cargo y sustituido por otros sacerdotes seguramente no tan comprensivos como nosotros. Si ahora renunciásemos al cargo, ¿quién garantizaría que por parte del Estado no os llegarán en seguida nuevos sacerdotes que luego os atormentarán vilmente?
7. Naturalmente nosotros los antiguos sacerdotes ahora lo tendremos más fácil, dado que tenemos muchos testigos de todo aquello que aquí un Dios verdadero y vivo llegó a realizar. Y si desde ahora creemos en las enseñanzas de esta nueva Doctrina y actuamos fielmente conforme esta nos enseñará. y cuando con nuestra voluntad purificada nosotros mismos seremos capaces a realizar algo extraordinario, entonces nos resultará más fácil justificarnos ante los tribunales que están en alerta de lo nuestro; de modo que estos volverán a envainar la espada.
8. Por eso, dado que tú eres el portavoz de este pueblo, te digo: Si como amigos ahora continuamos como éramos antes, seguro que durante cierto tiempo tendremos la oportunidad para ejercitarnos tranquilamente en la orientación de la nueva Doctrina hasta que -por la Gracia de este nuevo y verdadero Dios que seguramente nos será concedida- hayamos logrado cierta firmeza en ella, con lo que también nosotros sabremos realizar muchas cosas de las cuales hasta ahora ningún juez romano tiene ni habrá tenido el menor concepto, de modo que este nos dejará en paz - como ya dije en otra ocasión. - ¡Dime ahora si tengo razón o no!».
9. Dijo el portavoz: «¡Hablaste bien! Pero aún así, ¡los verdaderamente engañados fuimos siempre nosotros! Porque vosotros sabíais que en la antigua idolatría había nada de verídico; pero nosotros no lo sabíamos sino teníamos una buena opinión de ella, porque vosotros sabíais muy bien imbuirnos de ella mediante vuestra elocuencia muy astuta. Pero ahora descartemos este asunto, dado que a través de este Salvador universal todos nosotros recibimos una Gracia inesperada. Además, ¡sus discípulos se ocupan de orientarnos en la Doctrina cómo un ser humano puede obtener facultades tan extraordinarias de la Vida en realidad antes nunca habidas! Por eso, ahora, también yo mismo debo enterarme personalmente de esto».
10. A eso también el sacerdote acudió a los discípulos que estaban enseñando, y con la mayor atención les escuchó casi durante dos horas. Así -solamente por las palabras de los discípulos que aquí hablaban francamente- él reconoció Quién soy, y cuál era mi intención con los seres humanos.
11. Yo, mientras tanto conversé con Jored, su hijo, el médico y el joven anteriormente sin brazos, explicándoles varios factores que de otra manera difícilmente habrían comprendido.
1. Después de que los discípulos habían terminado su enseñanza, todos sus alumnos volvieron junto a Mí para agradecerme de manos alzadas por la cura y sobre todo por la Doctrina, mediante la cual por primera vez llegaron a comprender qué, en realidad, es el hombre y cuál es su finalidad.
2. Pero Yo les dije: «Mis queridos, ¡actuad dentro conforme las enseñanzas, porque solamente entonces os quedará completamente claro que la Doctrina que recibisteis no os llegó de la boca de un mero hombre sino la recibisteis realmente de la Boca de Dios, conteniendo la Verdad más elevada y pura, por tanto la propia Vida!».
3. Todos lo prometieron fielmente; sólo que aún me rogaron que Yo bendijera un poco su aldea -dado que esto seguramente también me debía resultar posible-, a fin de que su sustento les resulte un poco menos difícil y no tenían que vivir en tanta miseria; pues obligados a buscar su sustento con semejante esfuerzo como hasta entonces, desgraciadamente no dispondrían de tiempo suficiente para poder dedicarse convenientemente a este nuevo asunto de la Vida - lo que les resultaría muy doloroso.
4. A eso Yo los pregunté: «¿Qué es lo que os gustaría? ¿Queréis pastos lozanos para cabras y carneros. campos y huertas con árboles frutales. abundante pescadería. y además de esto, moradas y naves de campo un poco más decentes?».
5. Dijo el portavoz: «Oh Señor y Maestro de la Vida y de todas las cosas, ¡todo esto, por supuesto, sería muy bien y deseable para nosotros! Pero nosotros somos ni mucho menos dignos de todo esto. Por eso de momento ya quedaríamos más que contentos con pastos algo más fértiles para los animales. Y si de vez en cuando nos pudiera ser concedida una pesca algo más abundante, ¡de todos modos ya seríamos los seres humanos más felices en la Tierra!».
6. Dije Yo: «Sabed que en vuestro caso realmente llega a valer el antiguo proverbio que reza así: “¡El que no honra lo pequeño tampoco merece lo grande!”. Pero como vosotros honráis lo pequeño, ¡también merecéis lo grande! ¡De modo que se os haga todo lo que Yo he pronunciado antes!».
7. En el mismo instante aparecieron viviendas preciosas, y en su contorno instalaciones para actividades convenientes. Toda la estepa de arena y rocalla se transformó en prados abundantes, y en algunas partes entre los prados se podía ver campos trigales de frutos muy ricos. Alrededor de las casas se hallaban árboles frutales de toda especie, incluso de la vid; y las aguas en que pescaban estaban bendecidas de manera que se veía los peces más preciosos desde la orilla como flotaban en grupos grandes. y los prados libres estaban llenos de cabras y de corderos. Además de esto, en el interior de las nuevas vallas -las que rodeaban de manera grácil las moradas, las demás instalaciones y los árboles frutales- los habitantes veían una gran cantidad de aves de corral, como las criaban los griegos ricos.
8. Cuando los pobres habitantes vieron todo esto a la vez, al principio no les quedaba claro si todo esto era verdad o un sueño encantador. Sólo después de un rato volvieron en sí y empezaron a entonar un gran lloriqueo.
9. Pero Yo los tranquilicé y los avisé, primero, que con esto nunca exagerasen porque entonces demasiado fácilmente una inundación podría volver a quitarles todo. Y, segundo, que a todo el mundo que por eso podría acudir allí, no le revelasen en voz demasiado alta cómo han conseguido esto, dado que el mundo no podría asimilarlo pues simplemente se reiría de ellos y no dejaría de hacerles daño. Que sólo digan a la gente que ahí se trata de una recompensa de su celo de Vida mejorado. Y tercero, entre todos, debían tratarse muy sociables y con amor. y nunca nadie debería envidiar a su vecino que tal vez ha tenido aún más suerte. Sino entre ellos todos deben ser llenos de amor y de celo en el servicio, cada uno para el otro, llevando una Vida casta y por eso agradable a Dios - y así la Bendición actual recibida nunca se perderá.
10. Todo esto me lo prometieron encarecidamente, llorando de emoción y alegría.
11. Y Yo dije a los habitantes: «¡Entrad ahora en vuestras viviendas nuevas y, todo que encontréis en ellas, tomadlo en posesión!».
12. Pero ellos me pidieron que les señalara amablemente cuáles de las nuevas viviendas pertenecían a quiénes, pues ya no les quedaba claro qué pertenecía a quién.
13. A eso encargué a los discípulos que ellos organizan todo esto.
14. Como los habitantes en los nuevos hogares también encontraron una buena cantidad de alimentos, todos querían volver a nosotros para pronunciar de nuevo su gratitud ante Mí. Pero mis discípulos les dijeron que esto lo hagan silenciosamente en sus corazones, pues les dijeron que Yo iba a comprenderlos perfectamente porque incluso el pensamiento más sutil de una persona más lejana me resulta perfectamente entendible. Que por eso también se tomen a pecho que de ninguna manera permitan que en ellos surgiesen pensamientos malos, porque Yo enseguida los sabría... Con esto los habitantes se conformaron y comenzaron a examinar bienaventurados todo lo que mediante este prodigio les había sido concedido.
1. Luego los apóstoles volvieron a nuestro grupo, con excepción de Judas Iscariote. Este aún se tomó el trabajo de enseñar a los ciudadanos el empleo de los diversos utensilios, y comió y bebió de casa en casa; porque por su trabajo de enseñanza también esperaba una recompensa. Pues consentimos en su alegría." Pero nosotros continuamos nuestro camino a Chotinodora19, entregados a buenas conversaciones. Cuando llegamos allí, el Sol estaba ya a punto de ponerse; pues también estábamos bastante cansados, y nos fuimos a la casa de Jored, directamente a la gran sala ya conocida. Allí encontramos los dos discípulos con los cuatro sacerdotes que en sus casas fueron enseñados por estos, y dentro de poco acudió una gran cantidad de personas de la casa y de la ciudad, curiosa por los acontecimientos que podría haber habido durante esta pequeña excursión a aquel pueblo de pescadores.
2. ¡Las muchas buenas charlas y sorpresas mutuas que había hasta cuando cayó la noche oscura! Pues solamente la cena servida trajo cierto descanso a las bocas, y poco a poco los ciudadanos volvieron a sus hogares; con lo que podíamos disfrutar de la cena con más tranquilidad.
3. Sólo cuando ya habíamos terminado con la cena Judas Iscariote nos siguió, indagando con la vista si la cena ya estaba terminada o si aún no había empezado. Y como la encontró ya terminada, voluntariamente se sometió a su mala suerte. Jored aún quería prepararle algo, pero esto Judas no lo aceptó; sólo le pidió un poco de pan y vino - lo que en seguida le fue ofrecido.
4. Pero nuestro Tomás no se lo perdonó, eso como mediante Mí se enteró que Judas Iscariote en el nuevo pueblo había acudido en demasía al vino milagroso. Él esta vez pretendió no haber oído a Tomás, pues después de haber vaciado una considerable copa de vino salió, y esta noche ya no volvimos a verle. Afuera dio con un ciudadano que le contó los hechos habidos. Este también le llevó a su casa, donde Judas le pagó por una cena buena y abundante.
5. Mientras todavía estábamos sentados a la mesa, se presentaron las mujeres, los hijos y otros empleados de los cinco sacerdotes para averiguar qué había pasado con estos, dado que toda la tarde no los han visto donde sus parientes tradicionalmente los veían.
6. Y las mujeres levantaron palabras muy serias qué debían hacer en el futuro, dado que todo que formaba parte de su oficio quedaba destruido.
7. Pero los sacerdotes les censuraron tales preguntas severamente y dijeron: «Nosotros -y no vosotras- fuimos los sacerdotes de la antigua ceguera incorregible y de la estupidez horrorosa de los seres humanos. Pero ahora sabemos algo distinto, y a esto nos atendremos firmemente. Si los antiguos dioses nulos y totalmente falsos ya nos proveyeron de sustento por nuestro servicio huero, ¡cuanto más lo hará el Dios Uno totalmente verdadero y omnipotente - si ahora todos únicamente le sirvamos verdaderamente a Él! ¡Y ahora basta de preguntas, pues mañana será otro día en que se podrá satisfacer vuestra curiosidad femenina tan estúpida!».
8. Esta advertencia bastante acertada por parte de los cinco sacerdotes a sus familias surtió un buen efecto, pues estas se callaron y conformes volvieron a sus hogares.
9. A eso aún había muchas observaciones fructuosas, y los veinte neo-discípulos dijeron entre ellos: «Oh, si este lugar fuera Jerusalén, ¡que vida más bienaventurada habría! Pero si todo lo que hoy ha sucedido aquí hubiera sucedido en Jerusalén, ¡esto habría enfadado a los templarios aún más, y nadie de nosotros estaría seguro de sobrevivir una sola hora más! Pues, ¡pretenden que allí residen los “hijos de Dios”, mientras que aquí sólo haya paganos sombríos
19. Véase cap. 81,7
sin luz alguna! ¡De modo que nos dejen en paz con esos “hijos de Dios” en Jerusalén! ¡Porque los verdaderos hijos de Dios se hallan aquí - y en Jerusalén se encuentran hijos de Satanás!».
10. Intervine Yo: «¡No os alteréis demasiado! Vuestro criterio es justo, pero aquí no es el lugar adecuado para discutir al respecto. ¡Por eso conviene cambiar el tema!».
. Dijo uno de los veinte que era escriba del Templo: «Señor, como todas las cosas te están conocidas y todo te resulta factible, tal vez también podrías aclararnos algunos pasajes del profeta Daniel, sobre todo del séptimo capítulo20 Este vidente curioso da una explicación singular sobre su visión de los cuatro animales, pero esta explicación resulta tan indefinida y oscura como la misma imagen vista que al vidente provocó escalofríos. ¿Podrías darnos una explicación más detallada sobre esta visión?».
2. Dije Yo: «¡Por supuesto! Pero también para esto aquí no es el lugar apropiado porque estas personas saben poco o nada de nuestra Escritura. Además de esto, vosotros mismos todavía habéis penetrado demasiado poco en vuestro espíritu -digamos él del Más Allá- y todavía os habéis hecho demasiado poco uno con él, para poder asimilar la visión de Daniel y concebirla de su fondo. Aunque con dificultades entendierais lo de los dos primeros animales, aun así no entenderías lo de los dos otros, porque su existencia y efecto están reservados para tiempos venideros... ¡¿Cómo se pudiera esclarecer a vuestro intelecto todavía meramente natural algo como dilucidado claramente - algo que aún no existía en la Tierra sino que sólo se desarrollará después de muchos siglos?!
3. Lo único que os puedo decir es que los cuatro animales extraños representan cuatro reinos que de ninguna manera existen a la vez -donde del último aún surgen diez reinos conforme los diez cuernos en cuyo centro aún apareció un onceavo en la cabeza del animal, por lo que de estos diez cuernos anteriores del animal fueron arrancado tres- sino sí, desde el comienzo de toda era de la humanidad en la Tierra representan cuatro extensas épocas sucesivas de la existencia de pueblos en esta Tierra. Ahora, para la investigación del pasado de todas estas épocas es preciso un extenso conocimiento cronológico de la Historia, y para asimilar el futuro hace falta una visión espiritual totalmente despierta, capaz de mirar más allá del tiempo y del espacio en la luz de la Luz y en la vida de la Vida...
4. Ved. Con que el último animal tenga dientes de hierro y devore todo lo que haya a su alrededor, que el onceavo cuerno tenga ojos y boca humanos, y que la boca hable cosas importantes.
5. Pues Yo os afirmo que así sucederá irremediablemente. Pero si Yo aún os diera una explicación al respecto, entenderíais tan poco como Daniel mismo de la visión que él recibió por el espíritu.
6. El alma beata de Daniel estaba bien apta para recibir tales visiones como en un sueño nítido; pero no las podía comprender porque su espíritu divino en el Más Allá aún no podía hacerse uno con ella, dado que Yo aún no había encarnado para facilitar tal fusión total. Esta unión total sólo será posible cuando Yo haya ascendido a mi antigua Patria y, seguidamente, nueva.
7. De ahí podéis concluir con toda claridad que mi explicación acerca del séptimo capítulo de Daniel os serviría para nada».
20. Se encuentra detalles en Internet Google mediante: Sagrada Biblia libro Daniel capítulo siete
8. A eso Pedro dijo: «Señor, si oportunamente estuviéramos a solas, podrías dar algunos esclarecimientos. Pues yo mismo digo: Los profetas, especialmente los cuatro grandes, han escrito muchas cosas como Moisés, Elías, David y Salomón. ¡¿Pero para quién?! Hasta hoy ningún escriba con lo sabio que fuera los entendió, e incluso nosotros sólo asimilamos una mínima parte. Y seguro que nuestros descendentes ni por un pelo tendrán mejor suerte. Pero aun así aquellos libros fueron escritos para la humanidad y no para otros seres. ¿Qué finalidad pues pueden tener para los seres humanos si nunca alguien los comprende?».
9.- Dije Yo: «Oh, ¡ahí estás muy equivocado! Si aquellos libros que tratan de la íntima Sabiduría espiritual hubiesen sido escritos de manera que para cada comprensión mundana natural fueran asimilados a primera vista, ¡entonces pronto el hombre los pondría de lado y ya no les daría importancia alguna! ¡¿Qué provecho sacaría el hombre de esto?!
10. Pero de esta manera estos libros contienen efectivamente lo espiritual desde lo más infantil hasta lo divinamente celestial más profundo; de modo que ningún intelecto mundano natural jamás podrá asimilarlos completamente sino únicamente el espíritu del hombre puro totalmente del Más Allá.
11. Pues precisamente la dificultad de comprensión de tales Escrituras es un despertador del espíritu en el hombre, y le demuestra qué y cuánto le falta en el verdadero perfeccionamiento de la Vida. Por eso frecuentemente el hombre tomará tales escrituras a la mano para reflexionar sobre ellas - donde de vez en cuando lo uno y lo otro le queda más claro. Si el hombre de esta manera mediante su esmero y su diligencia ha llegado a enterarse de una pequeña Luz del Espíritu, entonces ya llega a ser más y más diligente en la investigación de las Verdades espirituales interiores. De esta manera logrará continuamente a tener más y más Luz, y también una unión más íntima con su espíritu puro totalmente del Más Allá. Así también será capaz de dar a sus semejantes una Luz más clara, lo que a estos hará mucho bien.
12. Pero esto nunca sucedería con las Escrituras si estas fuesen dadas en el contexto natural.
Y si fueran dadas de esta manera, sus palabras nunca podrían basar en lo divinamente celestial y espiritual - como repetidas veces ya os lo he demostrado con toda claridad.
13. ¿Qué diríais, si Yo os comunicase que a partir de ahora, en casi dos mil años, mi Doctrina en general tendrá un aspecto aún peor que ahora el paganismo más malo . y será aún peor que el farisaísmo de Jerusalén, el que contando desde ahora ni existirá ya cincuenta años? ¿Qué diríais si os comunicara que los hombres en aquella época inventarán y fabricarán ojos artificiales con las que mirarán las profundidades del cielo estrellado, con lo que sacarán cuentas totalmente distintas que los egipcios? ¡Pues los hombres construirán también caminos de hierro, y con la ayuda del fuego y del vapor correrán en carros de acero tan rápidamente como una flecha en el aire! Se combatirán con armas de fuego hechos de hierro y mediante el rayo enviarán sus mensajes a todo el mundo. y sin velas ni remos sus navíos se moverán por los océanos mediante la fuerza del fuego, tan rápidos y tan fácilmente como el cóndor pasa por el aire... Así realizarán miles de cosas de las que vosotros no podéis haceros la menor idea.
14. Y ved, ¡todo esto el cuarto animal lo contiene en sí! Pero no puede ser que vosotros lo comprendáis, porque no tenéis idea de lo que acabo de decir... Unicamente en el espíritu, dentro de poco, lo entenderéis todo. Y a nadie podréis explicarlo de una manera diferente de que Yo os lo he explicado en esta ocasión. Pero más tarde en una ocasión conveniente aún os voy a explicar algunos más detalles sobre esto. - Como hoy ya hemos conversado bastante sobre lo Justo y lo Bueno, ahora vamos a permitir un descanso a nuestros cuerpos.
15. Así finalizamos el día, y todos se retiraron para el descanso necesario porque la hora ya era muy avanzada. Sólo los cinco sacerdotes y Jored continuaron despiertos, en otra sala, conversando acerca de lo oído, lo visto y lo acontecido.
1. Por la mañana, muy temprano, ya se hallaba mucha gente delante la casa porque quería verme; pero Yo me quedé con los discípulos dentro de la sala. Pues por esta vez Yo no salí afuera antes del desayuno.
2. Aun así Jored se acercó a nosotros para ver si todavía estábamos durmiendo. Pero como nos encontró completamente despiertos me dijo: «Señor y Maestro, el desayuno está preparado y si fuera de tu agrado yo haría que en seguida lo traigan aquí. También los cinco sacerdotes y nuestro médico ya están preparados y desean ver y saludarte. Luego, allí afuera, hay una gran multitud de gente que rodea tu casa, y no pide más que verte una vez. Señor, ¡ahí dime tu Voluntad!
3. Dije Yo: «Haz que traigan el desayuno a esta sala, y que también entren los sacerdotes y el médico, como, por supuesto, también a tu familia a la que aprecio mucho. Pero que el pueblo curioso todavía espere afuera, porque nada pierde ni gana por el hecho de verme. Procede así, y después de haber comido ya veremos qué vamos a emprender».
4. Dicho y hecho. El médico y los sacerdotes entraron y nosotros nos sentamos a la mesa de comedor. En seguida sirvieron la comida muy bien preparada, dado que las siete mujeres de Jored eran óptimas cocineras. De modo que otra vez comimos y bebimos valientemente, y el vino lo tomamos después de los pescados.
5. Trascurrida media hora, el desayuno estaba terminado, y uno de los sacerdotes me preguntó si le estaba permitido hablar.
6. Pero Yo le dije: «Amigo mío, para ti puedes hablar tanto como quieras. Pero que sepas que Yo de todos modos sé exactamente palabra por palabra de lo que quieres decir y preguntarme; por lo que puedes muy bien ahorrar tu esfuerzo de abrir la boca en un asunto tan insignificante.
7. ¡Mira y oye! Cuando por la madrugada volvisteis a casa, en vuestro bosque oísteis clamores y lloros. Con mucho miedo penetrasteis un poco más profundamente en él, donde incluso oísteis palabras amenazadoras en el sentido de que los dioses ultrajados, a los que abandonasteis, iban a vengarse de vosotros. A eso, atemorizados, os fuisteis corriendo a vuestras mujeres para contarles lo que habíais oído, lo que a estas les vino aún más de perlas.
8. ¿Sabéis por qué vuestras mujeres tan astutas, y los hijos y empleados, anoche vinieron a buscaros? Pues ya os habían preparado esta quimera artificial, ¡y con mucho gusto ya os habrían visto metidos en esta trampa mucho antes! ¡Por eso las mujeres estaban tan amargadas porque vosotros retrasasteis demasiado tiempo el susto que ellas habían preparado para vosotros!
9. Aunque Yo ayer tanto como hoy sabía perfectamente lo que estas mujeres intentaban, Yo las dejé que así actuasen. Pero eso no para que ellas os puedan atormentar durante algunas horas sino para precisamente hoy ayudaros a conducir vuestras familias y vuestro personal al buen camino.
10. Por tal motivo los tramposos medios de mistificación usados por ellas los inmovilicé en sus lugares, hasta en el momento en que pronto vamos a llegar allí, para probar ante los ojos de vuestras mujeres qué especies de milagros ellas han producido para vosotros durante la noche -con gatos, cuyos rabos están atados en los matorrales, y con la ayuda de algunos siervos y criadas pagados, ocultos encima de los troncos de los árboles.
11. Cuando por la mañana os dirigisteis a Mí, vuestras mujeres con los niños y los empleados corrieron de toda prisa al bosque, en que actualmente se están esforzando a soltar sus utensilios de fantasmas. lo que no les será posible antes de que nosotros mismos lleguemos allí y echemos a estas artistas unas palabras fuertes y bien audibles a la cara. Y sólo después sus utensilios de magia obtendrán su libertad. Ahora dime, amigo, ¿no fue esto lo que pretendías relatarme?».
12. Respondió el sacerdote: «Sí, gran Maestro, ¡fue precisamente esto! Te agradezco fervientemente esta explicación, porque de veras ayer teníamos cierto miedo pues entre nosotros ya temíamos que si esto continuara así, entonces dentro de poco tendríamos que soportar de nuevo la antigua guerra entre los dioses, en la que en realidad nunca hemos creído. Sin embargo, nos constaba que en esta Tierra en eras remotas, pueden haber sucedido grandes revoluciones telúricas y elementales cuya existencia los primitivos habitantes conservaron en muchos cuentos y cuadros raros para sus descendientes. Pero ayer casi estábamos a punto de dar crédito a la realidad de aquella fábula - y esto tanto más por ayer haber visto y oído lo que un Poder divino es capaz de realizar, aunque tan sólo habitara en un hombre. En nuestra imaginación ya te vimos a Ti y tus discípulos tirar montañas de fuego y robles gigantescos contra el cielo. Pero ahora tengo la alegría anticipada cómo Tú, oh Señor y Maestro, vas a poner las cabezas aturdidas de nuestras mujeres en un orden mejor».
13. Dije Yo: «Dices con razón que vuestras mujeres se han vuelto demasiado tontas; sin embargo, los culpables de su embrutecimiento sois vosotros mismos. Vosotros las habéis echado a perder y ahora os corresponde reparar el estrago, de modo que todo que habéis estropeado en ellas vosotros mismos debéis arreglarlo, y eso con amor y paciencia. Yo ya contribuiré lo de mi parte, pero entonces también vosotros debéis hacer lo vuestro. Con amor y paciencia alcanzaréis mucho, ¡pero con vuestra severidad acostumbrada conseguiréis nada en absoluto!
14. Dijo el sacerdote de Zeus: «Señor y Maestro, en nuestras mujeres no hemos podido provocar gran estrago, porque estas desde su infancia ya estaban tan involucradas en los dioses, que siempre se hacían nuestras maestras de corrección cuando alguna vez en un culto ceremonial omitimos de considerar algo por su poca monta - lo que ciertamente se habría podido omitir».
15. Dije Yo: «Esto es cierto. ¡Pero aun así también os acordaréis de los tiempos en que las cortejasteis! Entonces os disteis cuenta que ellas como hijas de un sacerdote en Sidón leían las escrituras de los judíos, apreciadas en mucho por ellas y su padre, aunque sea secretamente. Entonces expresasteis vuestra admiración, para que ellas tengan afecto a vosotros; pero una vez que ellas fueron vuestras mujeres, comenzasteis cada día más a echar sospechas contra la doctrina de los judíos, pues les presentasteis diversos milagros falsos, pretendiendo de ser obras de los dioses. Luego, mediante mucha clase de medios, procurasteis excitar la fantasía de ellas hasta el punto culminante donde, finalmente, recibían sueños y visiones, los que mediante vuestra elocuencia siempre sabíais interpretar de manera que significaban y demostraban precisamente lo que vosotros queríais. - ¡Considerad todo esto y después decidme quién es el culpable principal del embrutecimiento de vuestras mujeres!
16. Pero aún voy a deciros algo más: Pues en secreto vuestras mujeres no son ni tan tontas como os parece, porque si lo fueran y si íntimamente hubiesen confiado en la ayuda de los dioses, ¡entonces nunca se habrían atrevido a prepararos en el nombre de los dioses una fantasmagoría totalmente natural - con la que habrían tenido que ofender esos dioses! Pero como en secreto ellas nunca han tomado en serio todos esos dioses paganos. y ahora menos que nunca porque vosotros en buenas ocasiones las pusisteis corriente -como ayudantes más confiadas y necesarias en mucha clase de magia-, entonces deben haber aprendido reconocer cómo y de qué manera vuestros dioses producen sus milagros. - Entonces ved y reconoced quién, en realidad, tiene la culpa del embrutecimiento presunto de vuestras mujeres.
17. Pero eso en realidad no importa, porque en el futuro vuestras mujeres, vuestros niños y vuestros empleados, de todos modos también os superarán con mucho en lo que se refiere a la Verdad que ahora por Mí ha surgido entre vosotros. - Pero ahora vamos al bosque, donde quiero liberar vuestras mujeres vuestros niños y vuestros empleados de su gran aflicción y casi desespero. Porque ellos mismos ya empiezan a creer que los dioses los están castigando porque en el bosque sagrado de manera infiel hayan faltado contra ellos. Por eso, ¡levantémonos y salgamos de prisa!».
18. De modo que en seguida salimos para ir al bosque, pero eso por una puerta trasera, a fin de evitar que la mucha gente que nos estaba esperando delante la fachada principal de la casa de Jored nos siga pisándonos los talones.
19. Entre la multitud también se encontraba nuestro Judas con la intención de mostrarme al pueblo del cual, personalmente, nadie me conocía, pues así pensaba ganarse algunas monedas. Pero esto al discípulo traidor y codicioso nuestra retirada estratégica por la puerta trasera a aquel bosque se lo impidió.
1. Llegando allí, encontramos las mujeres, los niños y los empleados en gran actividad para soltar los plañideros pagados trepados en los árboles y los gatos atados a los matorrales. Pero los plañideros encima de las ramas se encontraban como clavados en ellas. Y a los gatos nadie debía acercarse porque arañaron y mordieron a tuerto pues estaban muy enfurecidos por el dolor sufrido.
2. Cuando los cinco sacerdotes encontraron sus mujeres tan conflictivamente cerca, las preguntaron qué estaban armando ahí.
3. Una de las mujeres -la del sacerdote de la Minerva- era la más resuelta, pues dijo a su marido: «Mira. ayer maquinamos un ardid contra vosotros para conseguir que volvierais a las antiguas divinidades que producen muchas ganancias. Aquí ves algunos plañideros en cuclillas encima de las ramas, y en los matorrales veis varios gatos que anoche a vuestra llegada todos tenían que armar un gran aullido para asustaros, porque debido a las grandes magias realizadas por el mago forastero que llegó anteayer vosotros abandonasteis los dioses, con lo que de un golpe habéis destruido totalmente nuestra buena posición tan lucrativa.
4. Pero se ve que con nuestro ardid ya hemos metido vergonzosamente la pata. Pues con este ardid en el bosque o hemos insultado severamente a los antiguos dioses o al gran taumaturgo, ¡porque el castigo por nuestro ardid está más que palpablemente a nuestra vista! Es como si los plañideros encima de las ramas estuviesen clavados en ellas por un poder invisible, porque a pesar de todos esfuerzos no pueden marcharse de sus lugares. Y a los gatos en los matorrales nadie puede acercarse porque más que a cualquier animal doméstico parecen a las furias más rabiosas, pues muerden y arañan de una manera que en su contorno nadie por nada del mundo puede acercarse a ellos para soltarlos. De modo que ahora ya no sabemos cómo arreglárnoslas. ¿Qué pues vamos a hacer? ¡Ay de aquel pensamiento más desgraciado por el que nos hemos dejado inducir a hacer esto!
5. ¿Qué pasaría ahí con el gran hombre milagroso? ¿Acaso no nos podría ayudar este, dado que en realidad es el que tiene la culpa de todo? ¡¿Pues fue el que mediante su gran poder de voluntad inconcebible ha destruido las estatuas de los dioses y que ha convertido el lago sagrado en tierra firme?! ¡Ve tú mismo y ruégale por ello en el nombre de todos!».
6. Respondió el sacerdote: «Esto os servirá poco porque vosotros mismos debéis presentaros a Él, y Él no se os negará. Él se encuentra allí en medio de sus discípulos y está bien al tanto de todo. Pues nos lo ha comunicado en la casa de Jored, porque de lo contrario no habríamos venido aquí. Él quiere ayudaros y también os ayudará; pero antes vosotros mismos debéis dirigiros a Él para pedirle perdón.
7. Vuestra actitud no ofendió a los antiguos dioses que nunca y en ninguna parte habían existido -a no ser en la fantasía de la humanidad ofuscada- sino únicamente a aquel gran Hombre-dios todopoderoso que, llevado por su gran Amor a todos los seres humanos, vino a nosotros precisamente para liberarnos de nuestro gran engaño continuo, demostrándonos la verdadera Luz de la Vida. Por Él y en Él actúa el verdadero Dios todopoderoso eternamente e inescudriñablemente sabio. Ahí se trata de una Verdad que nadie ya podrá negar una vez que haya sido testimonio de sus Hechos tan milagrosos, aunque sea tan sólo desde muy lejos. Y aunque alguien no haya visto tales Hechos personalmente -los que solamente pueden ser posibles para un Dios- sino solamente haya oído su Doctrina verdadera de manera fiel e no adulterada por la boca de otro, entonces pronto se dará cuenta que tal Doctrina nunca podría ser obra de un ser humano, sino únicamente Obra del Dios Uno y eterno. Porque únicamente una Boca divina puede pronunciar Palabras que como llamas flameantes penetran en el corazón humano, creando en él una consciencia de la cual un ser humano nunca antes ha podido tener una vislumbre. Por eso, ¡aproximaos a Él con amor y humildad, pues rogadle, y Él no os dejará marchar sin haberos hecho caso!».
8. A esta explicación verdaderamente buena y verídica para un sacerdote de la Minerva, su mujer en seguida se dirigió a sus compañeras y les dijo exactamente lo mismo que su marido le había dicho a ella. Esto surtió un buen efecto, y las mujeres, los niños y los empleados se acercaron a Mí y, de rodillas, me pidieron perdón. Al mismo tiempo me pidieron que Yo liberase a los infelices que se encontraban sobre las ramas y los gatos atados en los matorrales.
9. Entonces les expliqué: «El que no sabe lo que hace tampoco comete un pecado, ¡de modo que tampoco vosotras habéis pecado! Pero dado que ahora sabéis Quién soy, en adelante cometeríais faltas graves contra el Orden divino que os ordena lo mejor y que, sobre todo, quiere asegurar vuestra bienaventuranza eterna más que la terrena.
10. La manera como el ser humano puede realizar todo esto durante esta vida terrenal os será explicada por vuestros maridos. ¡Pues ahora id y verificad si vuestros presos ya están liberados!».
11. A eso las mujeres, los niños y los empleados agradecieron y se dirigieron allí. Y cuando llegaron, todo lo que antes fue preso ya se encontraba en toda libertad; lo que les produjo una gran alegría.
12. Pero en seguida volvieron, y de rodillas me agradecieron que Yo las había liberado de semejante angustia.
13. Pero Yo las mandé que se levantasen y les dije: «Lo que ahora habéis visto y lo que sabéis por la boca de vuestros maridos, enseñadlo también con paciencia y mansedumbre a vuestros hijos y empleados; y más tarde también a los hijos de otros padres. De esta manera fundaréis una verdadera Escuela de Vida en mi Nombre, el que también os comunicarán vuestros maridos. Así estaréis bañados por las Bendiciones de los Cielos - como una isla está bañada por la corriente de agua que para alimentar sus plantas, sus arbustos y árboles no necesita la lluvia mundana producida por una nube oscura que oculta la luz solar. ¡Acordaos de esto y actuad correspondientemente, y pasareis de la muerte de este mundo a la Vida del espíritu. como Yo mismo, en lo que se refiere a mi componente física, soy penetrado del Espíritu divino! Y si realmente creyereis en mi Nombre, Dios os ayudará en todo, ¡porque Yo soy el Vínculo Vivo entre Dios y los seres humanos!».
14. Cuando las mujeres, los niños y también los empleados percibieron en su interior el efecto salvador de estas Palabras, todos exclamaron: «De veras, de veras, ¡no existe ser humano capaz de hablar como Tú, gran Maestro colmado de Dios! Aquel que tan sólo te oye ya no precisa de otra señal, porque solamente las Palabras ya dan el testimonio más contundente Quién debe ser Aquel que es capaz de pronunciar esto. Tú pareces bien ser un hombre, pero eso más bien únicamente para nuestros ojos - por tu piel sagrada; pero debajo de tu piel todo es Dios, y los oídos destinados a percibir lo que hay en el interior del ser humano -sus pensamientos, deseos y decisiones que manifiesta por palabras audibles- perciben de tu Boca únicamente lo que es puramente divino. con lo que para nosotros, Tú, gran Señor y Maestro, eres y sigues siendo el Dios Uno. ¡Seguro que nuestros descendientes tardíos relatarán con el mayor entusiasmo que nosotros como antecesores suyos, hemos visto verdaderamente a Dios y hemos hablado con Él!».
15. Dije Yo: «Está bien, ¡pues continuad así! Y en el Espíritu siempre quedaré con vosotros -ya en este mundo y en el Más Allá- en mi Reino que ahora estoy preparando y arreglando personalmente para mis amigos de acá, en el interior de cada ser humano que sea de buena voluntad. Con lo que nuestra convivencia puramente espiritual y sumamente bienaventurada nunca tendrá un fin».
1. Dijeron las mujeres y sus niños ya bastante madurados: «Maestro divino, ¡si para nosotros los seres humanos después de la muerte, en cualquier “más allá” al menos existiese una otra vida eterna! Esto, por supuesto, lo desearían todas las personas, lo mismo jóvenes que mayores. Pero para eso, ¿dónde están las pruebas irrefutables? Los sabios de todos los pueblos y tiempos hablaron y escribieron mucho al respecto, pero el tiempo se los ha tragado. Pues nada quedó de ellos sino sus obras para nuestros tiempos ya muy distorsionadas, de una forma en que los pueblos contemporáneos sólo descubren enigmas que no tienen solución - enigmas que, además, entre ellos son incoherentes.
2. Diógenes, el gran filósofo de Grecia -el conocido hombre en el barril- fue el que hasta ahora ha descubierto lo más profundamente la verdad de nuestra vida como seres humanos, demostrando con muchos ejemplos más que claramente la inexistencia del ser humano antes y después de la muerte. Y hasta ahora nosotros todos compartíamos su filosofía; aunque entre nosotros frecuentemente recordamos a Platón, a Sócrates e incluso a Moisés -el antiguo sabio egipcio- cuyas Escrituras llegamos a leer en parte cuando todavía vivíamos en Sidón. Pues leíamos también las escrituras de los hindúes, de los birmanos y de los parsis, pero eso en vano; porque nuestro profesor en Sidón -un experto en todas las filosofías- a través de miles de palabras bien fundadas y de ejemplos de otros pueblos, nos probaba que el ser humano tiene un alma que después de la muerte del cuerpo imperturbablemente continuara viviendo por sí sola, en un mundo que puede ser mejor o también peor; pues nos juró con todo que le parecía sagrado que, si él se muriera antes que nosotros, aparecería ante nosotros, y que de esta manera alegaría la mejor prueba de la verdad de su doctrina.
3. Y fíjate, ¡él murió! Sin embargo, hasta hoy nos queda debiendo esta prueba prometida... Pues sí, en sueños vino frecuentemente a comunicarse con nosotras, y nosotras le preguntábamos cuándo iba a venir y a cumplir con su promesa - a lo que él siempre respondía tan vivamente como durante su vida: “¡Yo no puedo venir a vosotras sino de esta manera!”. Pero a eso nos despertamos, y nos dimos cuenta que siempre solamente en el entresueño nuestra propia fantasía despierta y viva nos producía su imagen que nos hablaba, ¡lo que evidentemente no era más que nuestro propio pensamiento animado en él! Pues los sueños no son otra cosa que pensamientos contemplativos del cerebro, de duración fugitiva, mientras la persona esté adormecida. Pero una vez que el ser humano esté completamente muerto y su corazón ya no palpita, ¡también sus pensamientos y sueños ya se han acabado para siempre!
4. Pues hay mucho en que se nos puede convencer y asegurar, ¡pero no con lo de la vida del alma después de la muerte del cuerpo! Talvez sea posible; sin embargo, ¡hasta ahora para esto sólo obtuvimos confirmación verbal por parte de personas todavía vivas en esta Tierra!
5. Ninguno de los incontablemente muchos que se han ido volvió de la manera que fuera, a fin de comprobar que y cómo sobrevive en un Más Allá. Pero mientras esto no suceda, la creencia en la continuación de la vida en un Más Allá será muy floja a no ser nula. Ciertamente, desde tiempos inmemoriales hasta hoy no hubo Alguien semejante a Ti, Maestro divino. De modo que si nos dices algo, tenemos motivos para creer plenamente en Ti. Pero lo que siempre sigue siendo extraño es que del Más Allá nadie quiere volver a nosotros tan sólo para decirnos: “Amigos, los que aquí todavía arrastráis vuestra carne pesada como una bestia de carga agotada transporta su peso, ved, ¡yo vivo completamente feliz! ¡Allá ya no existe la muerte, y nosotros que somos innumerablemente muchos vivimos de tal y tal manera!”. - Pues ¡esto debería ser facilísimo! Pero aun así, ¡esto nunca sucede de una manera que a nosotros los seres humanos podría convencer que es precisamente así y no de otra manera!
6. Maestro colmado de Dios, si en el Más Allá realmente existe una continuación de la vida del alma humana -en vista de la cual todas las tendencias morales de los seres humanos en esta Tierra se dejarían lo más fácilmente poner en orden entre ellos-, ¿por qué ningún mundo espiritual existente emprende algo referente a nosotros los seres humanos todavía mortales? Pues no hay hombre que tuviera la culpa de haber nacido en este mundo; pero ya que existe aquí como individuo racional, aquel sabio Poder supremo que le había dado su existencia contrario a su voluntad, ahora también debería cuidar de su educación - que cualquier mundo espiritual realmente existente también le enseñe por qué existe y qué es lo que le espera.
7. Mira, Maestro divino, nosotras no somos más que simples mujeres, pero aun así no carecemos de inteligencia. Pues siempre hemos aprendido mucho, y cualquier sabio tendría dificultad en discutir con nosotras. Somos de buena índole y tenemos respeto a cada ser humano. Pues compadecemos cordialmente a cada uno que, igual que nosotras, también se encuentra en este mundo para llegar a su fin y para servir de alimento miserable para el tiempo voraz - al que nunca se puede saciar. Pero lo que no es bien: ningún sublime Poder divino eterno y todopoderoso de los seres humanos y todas las criaturas de esta Tierra se preocupa ni por un pelo más de nosotros que nosotros mismos por las cagaleras que soltamos de críos. Pero nosotros que somos débiles, ¡¿qué vamos a hacer?! El Poder de Dios surte efecto en lo infinitamente grande, más allá de las estrellas, y no se preocupa por los gusanos de este mundo que lloran y claman. Por eso los pobres seres humanos deben consolarse entre ellos mismos, y eso hasta que la muerte acabe con ellos en esta tierra. Y después, en la eterna no-existencia, se produce la calma que para los pobres seres humanos es su mayor gracia finita.
8. A pesar de que Tú ahora eres un Hombre y Maestro realmente dotado de Poderes divinos, seguro que después de algunos siglos el mundo sabrá poco más de ti que de tu mera existencia. Por lo menos nuestra descendencia -como ya hemos dicho- guardará esta memoria vivamente; pues en tus Palabras más que en tus Hechos milagrosos sopla un aire que da un gran testimonio de una existencia divinamente espiritual en Ti. Ya hubo muchos grandes espíritus como hombres en este mundo; y sus hechos milagrosos inconcebibles dieron testimonio que ellos eran más que hombres corrientes. Pero también ellos todos murieron sin volver a dejarse ver como espíritus con vida eterna - pues así habrían podido dar pruebas de la eternidad de su existencia, confirmando así la plena verdad de su tesis, la que a los pobres seres humanos frecuentemente se había presentado con truenos.
9. Ahora Tú viniste a nosotros los pobres seres humanos mortales y también nos prometiste una vida eterna en el Más Allá. No dudamos ni un solo momento en que Tú nos vas a probarlo de una manera muy comprensible, ¡pero eso seguramente sólo mientras todavía estemos vivos en este mundo! Porque una vez que estemos muertos, de todos modos ya no necesitamos pruebas. Porque si continuamos viviendo, cualquier otra prueba es superflua, y si no continuamos viviendo, ¡cualquier otra prueba es aún más superflua! El punto principal es que nosotros los pobres seres humanos por lo menos durante la vida en este mundo estemos mantenidos en la idea fija de la continuación de la vida después de la muerte, porque esto por lo menos para una parte de los seres humanos de esta Tierra condimentará esta vida y hará que sus sufrimientos sean soportables. Lo mejor siempre se lo pasan los chiflados y los que se creen todo nada más oírlo, de modo que por gran experiencia se puede constatar que los dioses debían odiar a una persona profundamente para que la hayan dotado de sabiduría.
10. Talvez Tú -entre todos siendo el más dotado de toda Sabiduría y todo Poder-finalmente lo pasas mejor que tus muchos grandes predecesores - ¡lo que ponemos mucho en duda! A pesar de esto no lo consideramos imposible, por lo que deseamos oír más detalles precisamente de Ti mismo, y no por parte de nuestros maridos. Si Tú estuvieras dispuesto, ¡ya nos gustaría escucharte!».
1. Dije Yo: «¡Mujeres verdaderamente dotadas de mucha inteligencia! No voy a expresarme aquí en este lugar sino sí, en la casa de Jored, donde también podéis presentaros, caso que lo quisierais. Pero ya os digo de antemano que en vuestro caso habrá mucho jaleo hasta que reconozcáis íntimamente que vuestra carne es totalmente mortal, ¡pero no vuestra alma! Pues ya desde vuestra infancia os afirmasteis en la materia, con lo que después ya no podíais ver, sentir y percibir sino aquello que la materia más gruesa presentaba a vuestros ojos carnales. - ¡Pero ahora nada más de esto!».
2. De nuevo las mujeres, sus niños y sus empleados Me agradecieron el Bien que Yo les había hecho allí, y volvieron a sus hogares bastante confortables.
3. Jored Me preguntó si debía invitarlas al almuerzo.
4. Pero Yo le respondí: «Más vale que no, porque Yo aprecio la presencia de mujeres tan presumidas en ningún caso menos que precisamente a la ocasión de una comida; porque una vez que la lengua se les pone en marcha, entonces se olvidan de la comida y bebida. Y si los que son como nosotros se acercaran sin antes haberles paralizado la lengua durante un tiempo, seguro que no llegarían a pronunciar una sola palabra. Pues estas cinco mujeres tienen realmente capacidad más que suficiente para sofocar a alguien con palabras.
5. Primero, son hijas de un sumo-sacerdote griego muy erudito del dios Apolo y del dios Mercurio - es decir, conforme a su concepto pagano.
6. Segundo, tenían un mentor especializado en todas las ciencias que les perturbó la cabeza aún más, porque él había intentado enseñarles y conseguir que comprendiesen a fondo los antiguos sabios. Sólo que él no consideró que todos estos antiguos sabios mundanos de todos pueblos y todas naciones se contradecían totalmente entre sí... pues no consideró que con el conocimiento de estos sabios y el afecto a todos ellos nunca se conseguirá lograr un sistema de vida homogéneo. y que de seres humanos como estos sólo puede formarse una especie de sabihondos orgullosos que finalmente no siente otro deseo que él de demostrar lo mucho que en su saber y su experiencia superan a todos los intelectuales. De modo que lo mismo sucede con estas mujeres e incluso con sus niños y empleados. Y cuando hablas con uno de sus empleados, ¡ya verás la mucha labia que tienen!
7. Y tercero, de cierto modo en plan de requisito oficial, como mujeres de sacerdotes también son sacerdotisas y tienen la obligación de ser tan inteligentes y sabias para que nadie pudiera vencerlas en astucia; por lo que también sus niños y empleados que preceden a ellas como heraldos resplandecientes, de cierto modo hacen propaganda para la sabiduría de ellas. De modo que la gente finalmente tiene que concluir y decir: “Si estos ya son tan sabios, ¡cuánto más sabios tienen que ser los sacerdotes y las sacerdotisas mismos!”. Pues ves, amigo, con semejante condición de la Vida interior, por supuesto, el espíritu de su mentor no se rebajará a cumplir con la promesa que les había dado.
8. Nada más ellos haberme dado las gracias, Yo les prometí que, si permaneciesen dentro de mi Doctrina, Yo también siempre les ayudaría; y si invocasen mi Nombre -el que junto con la Doctrina les será transmitido de sus maridos- Yo siempre los consolaría y los fortificaría. ¡¡Y a eso en seguida sacaron sus dudas en cuanto a la inmortalidad del alma!! ¿Acaso piensas que ellos tenían un verdadero interés en recibir de Mí una prueba contraria en ese sentido? ¡Pues no! ¡Porque su intención era nada más que manifestar su grandioso saber y su competencia para la fundación de una nueva escuela de filosofía de la vida en mi Nombre! De todo esto ya verás que la presencia de tales mujeres no me gustaría sobre todo durante la comida... ¡Después de la comida ya pueden venir, lo que tú puedes decir a los maridos para que estos las informen!».
9. Respondió Jored: «Siempre fue así como me imaginaba la índole de estas mujeres, por lo que tampoco simpatizaba mucho con ellas, ¡pues con su saber siempre querían llevar una ventaja de por lo menos mil años ante todo el mundo! Porque cuando alguien dijo algo que había aprendido o experimentado, ellas, aunque sea con educación, siempre dijeron: “¡Conviene que te calles, porque de lo contrario seremos obligadas a alejarnos; pues esto no lo comprendes ni jamás lo comprenderás!”. Incluso los propios maridos tenían que controlarse mucho para que en el caso de una discusión estas no llegaran a derribarlos. Veo, por lo tanto, que no me he equivocado en ellas. pues las invitaré que en tres horas después de la comida se presenten a mí».
10. Dije Yo: «¡Muy bien! Pero ahora avisa a los hombres que el uno u otro de ellos venga a Mí por una pequeña charla».
11. De modo que Jored se fue y llamó al sacerdote de Minerva. Este en seguida se presentó y me preguntó qué Yo deseaba de él.
12. Le dije, pues: «Amigo, por hoy almorzad en vuestras casas con vuestras mujeres, porque de lo contrario estas me inundarían con su sapiencia mundana estereotipa, justamente cuando Yo precisaría del silencio durante la comida. A las tres horas ya podréis venir con vuestras mujeres sabihondas. Pero antes de esto dadles algunas explicaciones acerca de mi Persona -dentro de lo que ya sabéis- para impedir sus objeciones cuando Yo les hable. Pues vuestras mujeres son adeptas de la filosofía de Diógenes, y como tales es difícil llevar con ellas una conversación formal. Y, además, son escépticas, ¡lo que es mucho peor! - Por eso haced lo que acabo de deciros, ¡pues en la tarde aún levantarán mucho polvo!».
13. El sacerdote me dio las gracias por este consejo y me prometió que iba a hacerles respetar esto debidamente; y también garantizaba que estas mujeres en la sala de Jored iban a comportarse decentemente.
14. Acto seguido se fue y, secretamente, lo comunicó a sus compañeros - los que estaban bien de acuerdo, a pesar de que a ellos les habría gustado mucho más si ahora hubieran podido continuar con nosotros y ir con Jored; pues ya era casi mediodía.
15. Así este asunto de no poca monta quedó solventado, y en este lugar la parte más aferrada en el paganismo se quedó colocada en un sendero mejor y más lúcido.
1. Este lugar tenía una gran importancia porque para muchos paganos -que ocasionalmente peregrinaban a este lugar- el Templo resultaba en un segundo oráculo de Delfos, con lo que estos sacerdotes y estas sacerdotisas ya habían acumulado grandes tesoros. A partir de allí también podía ser derramada una enseñanza más lúcida sobre una gran parte de los griegos asiáticos y los romanos. razón por la cual Yo permanecí allí por un poco más de tiempo que en los demás pueblos de Galilea que antes habíamos visitado brevemente.
2. Volvimos a la casa de Jored por el mismo camino, a fin de impedir a Judas el beneficio deseado, porque más allá del mediodía la muchedumbre ya no iba a esperar. Incluso había hombres que al discípulo lanzaban algunas palabras amargadas porque los había retenido tanto tiempo y que aun así no habían llegado a verme. Por eso Judas se escondió dentro de la casa, pues temía que en vez de las monedas esperadas demasiado fácilmente iba a ser víctima de otra especie de pago.
3. De modo que entramos en la sala donde la mesa ya se hallaba arreglada para la comida.
4. Pero antes Yo dije a todos: «Cuando viene el discípulo, ¡dejadle actuar y haced como si él ni siquiera hubiera estado ausente!».
5. Nada más pronunciar estas palabras, y Judas entró en la sala, saludando a todos, dando la impresión de no habernos echado de menos durante toda la mañana. Nosotros hicimos lo mismo y, con buenos ánimos, comimos y bebimos muy a gusto.
6. Durante la comida se hablaba poco. Solamente nuestros veinte neo-discípulos conversaron entre sí acerca de la disertación de las sacerdotisas, porque nunca habían oído hablar a estoicos tan férreos.
7. El escriba entre ellos -que también era cabalista21 y conocedor del Libro de las “Guerras de Jehová” (posteriormente perdido y actualmente en posesión de antiguos hindúes bajo el nombre Sen scrit = Estoy oculto)- dijo: «A pesar de todo, hay que tener respeto ante estas cinco mujeres; pues en muchos casos son más cultas que los judíos más eruditos y, partiendo de nuestro estado de vida natural, de ninguna manera se puede criticar sus puntos de vista muy concretos.
8. ¡Ante los ojos de un pensador agudo la muerte evidente de toda criatura es algo que quita al Creador mucho de su gran Gloria y Majestad! Si Él mediante su Omnipotencia puede mantener la Tierra con sus montañas y mares, la Luna, el Sol y las estrellas, ¿por qué no lo hace por lo menos también con el ser humano tal como es, con cuerpo y alma?
9. Y si realmente hace falta que el hombre con el tiempo tenga que dejar su cuerpo físico atrás y convertirse en un ser espiritual cada vez más puro, dentro de la Omnipotencia del Creador esto podría suceder de una manera que el cuerpo poco a poco se convirtiera en espíritu; y que finalmente -sin la menor perturbación de su propia consciencia- se transformara en lo puramente espiritual... o, que el ser humano por lo menos en una edad avanzada entre en trato con las almas humanas ya completamente desencarnadas, como garantía de su supervivencia para cada uno. ¡Pero de todo esto en esta Tierra prácticamente no hay vestigios de algo así!
10. Primero, el ser humano nace más tonto y torpe que cualquier animal, y sus padres deben cuidar y nutrirlo durante años hasta que llegue a tener fuerza y comprensión para mantenerse él solo. Segundo, una vez que haya llegado a ser hombre -cuando debe poder moverse libremente, entonces está cohibido por muchas leyes y amordazado física y espiritualmente de manera que apenas le queda un aliento libre para la respiración. Ahí pregunto: Para todo esto, en realidad, ¿qué es su recompensa? ¡Nada más que la graciosa fe que él -una vez que estén cumplidas todas las condiciones de vida que le están cargadas por la ley tan difícilmente a cumplir- después de la muerte lo pasará sumamente bien! Pues todo esto no sería ni tan mal, si el hombre para esto tuviera una garantía segura. ¡Pero precisamente en eso toda la gente echa la chufa más mala!
11. Consta que en los libros se lee que los antepasados primitivos de moral ética tenían tal garantía. Pues muy bien, ¡con lo que verdaderamente se puede felicitarlos! Pero a nosotros, los seres humanos de la época actual, no se puede felicitar en absoluto, porque carecemos totalmente de tales garantías. ¡Aun así somos seres humanos como nuestros antepasados! Pero ahí se nos afirma que algo tal ya no puede suceder con nosotros porque nos hemos hecho demasiado sensuales y materiales. Pero yo diría que sobre todo ahí donde el hombre -llevado por su flaqueza o seducido por cualquier diablo invisible- haya llegado a un camino erróneo, tales garantías por parte de cualquier mundo espiritual deberían presentarse lo más urgentemente posible para conseguir que aquellos que andan errados puedan volver al camino correcto. Pero precisamente en este sentido nada parecido sucede.
12. Señor y Maestro, tenemos la gran suerte que los pocos que ahora estamos aquí podemos disfrutar de tenerte entre nosotros - Tú que mediante la Palabra y Milagros nos demuestras que y cómo el hombre es designado y destinado a una vida eterna y puramente espiritual. Pero esta suerte afecta ni mucho menos a todos los seres humanos en el mundo, e incluso a todos nosotros nos afecta únicamente en la medida en que debemos creerte que así es. Pues tus Señales y Obras puramente divinas son un apoyo firme para nuestra creencia. Pero también las obras de Moisés
21. Adepto de la Cábala, una teología místico-teológica dentro del judaísmo fueron grandiosas y, en su época, obligaron a los seres humanos a la plena fe. Sólo como más tarde ya no hubo milagros, la fe se debilitó cada vez más; por lo que ahora en muchos casos tienen la convicción que hay que considerar una eterna nada22 como mayor felicidad, y sentirla ya con anticipación notable. Pues para el acabarse total de las cosas diariamente tienen incontables pruebas, ¡pero para la existencia eterna ni una sola!
13. Que en este mundo las cosas son así, a esto ojala nadie podrá mantenerse contrario; por eso, en la época actual, a las sacerdotisas verdaderamente no se les puede reprochar si de esta manera presentan sus conceptos en voz alta; pues estos conceptos son fruto de intensos estudios y de muchas experiencias. ¿Por qué no volvió el espíritu de su mentor fallecido conforme lo había prometido encarecidamente durante su vida? ¿Por qué, entonces, el espíritu de Samuel obedeció a la enunciación terminante de la bruja de Endor y predijo a Saúl su fin (1Sam 28, 825)? ¡Estas son cosas más que extrañas de las cuales un hombre eternamente nunca acabará de entender algo de una manera naturalmente razonable!
14. Mediante palabras y enseñanzas se puede proporcionar al hombre mucha Luz y mucho apaciguamiento, y se puede fortalecerlos mediante señales milagrosas. ¡pero ni hablar de una convicción en su propia consciencia viva! ¿Qué dices Tú, Señor y Maestro, a mi punto de vista seguramente muy perdonable?».
PRUEBAS DE LA SUPERVIVENCIA DESPUÉS DE LA MUERTE
1. Dije Yo: «De momento poco o nada, porque todavía te falta mucho para obtener un concepto verdadero, claro y correcto de todo lo espiritual.
2. ¿Acaso te imaginas que los seres humanos por parte de Dios están tan abandonados que ya no obtienen noticias del mundo de los espíritus? ¡Ahí estás muy equivocado! Resulta que los seres humanos ellos mismos se han apartado voluntariamente de Dios, pues han comenzando a rebuscar su felicidad en la materia, dedicándose únicamente a lo material. Con lo que de esta manera se han apartado totalmente de lo espiritual. De modo que poco sorprende si nada perciben de los testimonios espirituales enviados a ellos acerca de la Vida después de la muerte total del cuerpo, pues, en realidad, ¡ni siquiera quieren percibirlo!
3. ¡Cuantas veces tales hombres que habían conversado con los ángeles de Dios y con los espíritus, por los judíos y fariseos fueron apedreados a la muerte, culpados de ser mentirosos descarados. pues estos hombres nada querían saber ni oír de un espíritu que los advirtiera! Si esto ocurrió cientos miles de veces, ¡entonces no sorprende si cada vidente inocente guardase silencio sobre sus visiones y convicciones!
4. ¿No fueron el viejo Simeón y Ana (Lc 2,36) en el Templo una gran Luz del mundo de los espíritus? ¡Pues durante horas podían hablar con ángeles celestiales! ¿Pero quién les dio crédito? Cuando cierto día se quería tener contacto con los espíritus de los Cielos mediante la visión, los oídos y la voz, incluso este deseo fue concedido a ruegos de Simeón. ¿Pero qué se dijo referente aquella grandiosa aparición en el Templo? ¡Pues se afirmó rotundamente que Simeón y Ana hayan engendrado esta aparición sagrada en colaboración secreta con esenios y hechiceros egipcios! De modo que consta que allí había cientos de templarios que eran testigos oculares, orales y verbales. ¿Por qué estos no lo querían creer?
5. Más adelante el Sumo-sacerdote Zacarías tuvo visiones. ¿Pero quién le creía? Y cuando los mismos templarios se dieron cuenta que las visiones de Zacarías eran plena verdad, ¡¿qué le hicieron?!
22. Lema de los budistas.
6. Cuando su hijo Juan compenetrado del Espíritu de Dios predicó en el desierto, a través de muchas clases de pruebas los judíos se convencieron de la plena autenticidad de sus prédicas. ¿No habrían ellos podido actuar conforme él les había enseñado? Pues no; ¡ellos se llenaron de odio e ira maliciosa y le arrojaron a la cárcel - y lo demás ya lo sabéis!
7. Ahora Yo estoy aquí con el sumo Espíritu de Dios, y mediante Palabras y Hechos os demuestro que es así. Y aun así dudáis en la Verdad de mis Palabras. Pues decid vosotros mismos: ¡¿Qué garantías aún más contundentes os iba a dar acerca de una Vida en el Más Allá?!
8. Los seres humanos que por el Amor ilimitado del Padre están destinados a llegar a ser perfectamente hijos Suyos, en lo que se refiere a su parte anímica no deben nacer en este mundo con cualquier clase de juicio ni con cualquier sublime aptitud de Vida ya desarrollada. ¿Acaso ellos -conforme a su voluntad totalmente libre- no deben antes adquirir conocimientos y habilidades mediante toda clase de enseñanza y práctica? Pues de esta manera, como jóvenes creadores futuros, ellos mismos pueden poner manos al perfeccionamiento de su Vida en semejanza a Dios, para lo que el Padre en el Cielo siempre entregó los medios a las manos y todavía sigue entregándolos.
9. A ver qué pensáis por qué os digo lo siguiente: “¡Actuad conforme a mi Doctrina y, con toda claridad, la Vida Eterna se revelará en vosotros mismos!”... Siendo así, ¿cómo podéis todavía ser tan ciegos y afirmar que las mujeres estoicas de estos sacerdotes en el fondo tienen razón para hablar de esta manera? ¡Vaya tontos más ciegos que sois! Si Yo quisiera, y si fuese de vuestro provecho, en el momento Yo podría abrir vuestra visión interna, ¡y en todas direcciones os veríais rodeados de incontables espíritus! Entonces, ¿qué diríais? Pues os lo digo Yo: ¡diríais lo mismo que estas sacerdotisas estoicas! Ahí, por lo menos íntimamente para vosotros, opinaríais: “Pues sí, mientras vivamos, sintamos y veamos es fácil engañarnos. Pero váyase a los cementerios, preséntese esta enseñanza a los muertos, ¡y nada de esto percibirán!”.
Y Yo os afirmo que tenéis toda razón, porque estos de ninguna manera ya son destinados a vivir, a pesar de que en ellos todavía se hallen específicas de vida anímica en juicio que -tras completa maduración- una vez más serán despiertas en otro individuo para una nueva vida totalmente libre.
10. Únicamente el alma humana está destinada a una posible Vida eterna; pero la materia como tal no puede ser destinada a tal Vida eterna porque en sí misma no es más que algo espiritual en juicio; de modo que la materia sólo es Voluntad de Dios fijada por determinado tiempo, pues es Voluntad de Dios que no puede perdurar así eternamente. Porque en Dios, aparte de todo lo demás, sobre todo también la Voluntad es libre, por lo que esta mantiene un Pensamiento de Dios únicamente mientras este sea necesario para lograr una finalidad sublime.
11. Sin Dios y fuera de Dios, nunca y por ninguna parte puede existir algo. Todo que se halla en toda la eterna infinitud proviene de Dios, de modo que en el fondo es completamente espiritual. Todo lo que en un mundo se manifiesta como materia sólida es porque se basa en la firmeza perseverante de la Voluntad divina. Pero tan pronto que esta dejase de mantener un Pensamiento de Dios, ya no habría vestigio para su visión material, a pesar de que tal Pensamiento de Dios de este modo disuelto, en Dios, espiritualmente, tendría que continuar eternamente.
12. Decidme: ¿De dónde Yo habré tomado el suelo con el que he cubierto el lago. de dónde aquellos materiales con los que Yo anoche mejoré los bienes terrenales de los pobres pescadores. y dónde se ha quedado la materia de los tres dioses aniquilados? Con el lago y las propiedades de los pescadores mi Pensamiento está fijado a través de mi Voluntad, y con las tres estatuas mi Voluntad antes fijada fue liberada; con lo que mi Pensamiento primario quedó liberado y volvió a ser puramente espiritual. En esto consiste la explicación de mis Señales aquí realizadas ante vosotros... Y que Yo también soy un Señor de todos los espíritus y de toda clase de Vida, para esto tenéis como testimonio palpable a Jorabe, el hijo de Jored, al que anteayer resucité de la muerte total a la Vida. ¿Acaso se os podría dar testimonios aún más contundentes para la continuación de la Vida del alma después de haber dejado el cuerpo físico atrás?».
13. Respondió el escriba: «¡No, mi Dios, Señor y Maestro! Ahora estoy perfectamente al corriente de todo. Pues sí, ¡sólo puede ser así y de ninguna manera diferentemente! En cuanto las mujeres de los sacerdotes puedan acercarse, entonces permíteme que yo hable un rato con ellas. Pues, ¡les expulsaré su Diógenes de una manera que nunca ya pensarán en él!».
14. Yo concordé: «¡Pues sí, está bien, porque a Mí de todos modos resulta repugnante tener trato con toda clase de estoicos! ¡Pero ten cuidado que no seas tú el que pierde, porque estas mujeres saben muy bien sostener sus conceptos!».
15. Dijo el escriba: «Señor, ¡con tu Ayuda ya lo lograré!».
16. Nada más pronunciar estas palabras, y en el mismo instante llegaron los sacerdotes y sus mujeres.
1. Los sacerdotes y sus mujeres nos saludaron con profundas reverencias delante de Mí, y Jored les pidió que se sentaran a nuestra mesa, en la que les sirvió pan y vino. Cuando por homenaje se habían servido un poco, pronto las mujeres comenzaron a levantar la voz, sobre todo la mujer tan espabilada del sacerdote de Minerva, con su sabiduría mundana. Enfrente de ella estaba sentado el escriba neo-judío, ansioso por entrar en una disputa con ella; pues actualmente esta mujer sólo hablaba de asuntos de menor importancia.
2. Sólo después de pasar casi una hora, la conversación fue dirigida a un asunto de cierta importancia: pues, al oráculo de Delfos23 y al antiguo oráculo mundial de Dodona24 Sólo entonces nuestro escriba encontró la ocasión para entrar en un altercado con la mujer, pues ya estaba de mal humor porque tenía que esperar tanto tiempo.
3. Pero tantos más rapapolvos se echaron... Pues la mujer afirmó: «Para el pueblo común estas instituciones todavía son de un gran beneficio, porque precisamente por estas los seres humanos son mantenidos en la fe ciega de la continuación de la vida de las almas después de la muerte. Porque ahí -mediante un pequeño donativo- los hombres imbéciles y ciegos tienen la ocasión de entrar en una buena conversación con sus amigos muertos - una conversación legalmente autorizada por su antigua fe. lo que siempre seguirá siendo bueno, dado que hasta ahora a los seres humanos nunca se ha podido ofrecer algo mejor...
4. Con la verdad desnuda y cruda -por los seres humanos sólo reconocida tras cierta experiencia- no se trae beneficio al pueblo; por eso conviene dejar la verdad únicamente bajo el criterio de los sacerdotes, para que estos sean sabios y puedan inventar toda clase de ardides piadosos, mediante cuya realización durante la corta temporada de la vida hagan que el pueblo sea feliz. Los sacerdotes mismos, por supuesto, nunca pueden gozar de tales alegrías. En
23. Véase también Jakob Lorber: Gran Evangelio de Juan t.01 cap.187,13. (Muñoz Moya Editores)
24. Dodona, antigua ciudad griega que tuvo un oráculo famoso, cuyo artificio fue descubierto por Aristóteles.
Sus sacerdotes, los selles, llevaban una vida muy austera y adoraban a Júpiter como a un dios de la Naturaleza que alimentaba todas las cosas y manifestaba su voluntad mediante el murmullo de la encina sagrada, el susurro de las fuentes y el vuelo de las palomas.
compensación necesitan ofrendas para soportar su vida por lo demás triste y miserable, consolándose con la futura inexistencia insensible y desahogada.
5. No quiero afirmar que para este bien no pueda haber algo mejor», prosiguió la sacerdotisa. «Pero mientras ahí no haya un cambio, de momento lo que existe todavía es óptimo. La justa sabiduría nos enseña poner a la humanidad común en un plan de vida tan llevadero como posible y de mantenerla en este plan - eso mediante cada medio adecuado, siempre guardándolo en secreto. Solamente entonces el ser humano obtiene valor moral y es capaz de formar un miembro servicial de la sociedad humana. Por este motivo el sacerdocio tan desgraciado -que para sí mismo se encuentra dentro de la pura verdad tan triste- nunca puede ser respetado suficientemente por parte de todos los hombres laicos; porque únicamente del sacerdocio que se está sacrificando por la humanidad depende el bienestar de los seres humanos.
6. Pongamos el caso posible que todos los sacerdotes y las sacerdotisas se levantasen sobre el pueblo descubriéndole la plena y pura verdad, y también los cachivaches de los engaños piadosos. Seguro que esto en todo el mundo provocaría un caos horroroso entre los hombres. Ya no habría nada que al hombre resultara sagrado, y el más fuerte atacaría al menos fuerte como una bestia, y acabaría con él. Incluso matarían a los niños recién nacidos y los echarían a los perros de comer. En suma, el hombre pronto sería su propio enemigo y un enemigo horrible contra toda vida - como en el fondo también nosotros mismos somos entre nosotros según la plena verdad.
7. Pues no conocemos a dios alguno, ¡a no ser a aquel que se originó en nuestra fantasía! Aceptamos algo que consiste en que en la gran naturaleza hay fuerzas ocultas, a las cuales -entre circunstancias que se han desarrollado casualmente- también el ser humano debe su existencia tan triste. Pero tales fuerzas tampoco son deidades inteligentes ni son conscientes de sí mismas, parecido al agua que no es una deidad; pues es llevado por la fuerza de gravedad muda y ciega, y siempre se dirige hacia las profundidades - lo que por la propia antigua experiencia propia sabemos muy bien. ¡Pues nunca se ha visto cualquier río fluir cuesta arriba! Por eso, ¡mil dioses envueltos en la más densa superstición resultan mucho más útiles que la verdad más pura! Por eso, ¡¿qué importa la creencia que un ser humano ha profesado desde la cuna hasta la muerte, si la fe sólo le proporcionó la certeza bien presentada de la continuación soportable de la vida del alma después de la muerte?!
8. ¿Qué nos puede contestar cualquier estúpido fanático de la verdad, si decimos: “¡Para los seres humanos toda doctrina divina es buena, si esta los incita a la creencia en cualquier ser divino sublime, y si les ofrece certeza plena de la vida eterna del alma después de la muerte!”? Todas las religiones en sí son mentira y ficción; solamente las leyes morales derivadas de ellas son buenas... Precisamente por eso -si hay una vida después de la muerte- jamás alguien volvió a nosotros los sacerdotes para llamarnos a la responsabilidad y decirnos: “¡Granujas malvados! ¿Por qué me habéis engañado tan ignominiosamente con mentiras tan colosales y doctrinas falsas?”.
9. De veras, si realmente existiese una vida del alma más allá del sepulcro, entonces tales almas engañadas desde hace mucho ya se habrían presentado y vengado en nosotros. O, reconociendo nuestra desgracia, nos habrían traído aclaración detallada acerca de Dios y de la Vida del alma después de la muerte del cuerpo. Pero como después de la muerte del hombre -como también de todo animal- ya no hay vida ni puede haberla, tampoco ya puede aparecer espíritu alguno y vengarse en nosotros porque en este mundo le hayamos mentido y engañado tanto. De modo que de ninguna manera debemos preocuparnos inútilmente por esto.
10. Aquí en esta Tierra los seres humanos tienen talentos y aptitudes según permiten las condiciones climáticas del terreno y del agua. El uno es fuerte como un gigante, y el otro es débil como una mosca. El uno tiene una inteligencia aguda, y el otro es estúpido como la noche. El uno tiene una visión como un águila, y su prójimo es ciego. De modo que uno que por su perspicacia integral tiene una capacidad de combinación y observación sorprendente, fácilmente penetra en todas profundidades de los efectos surtidos por las fuerzas naturales secretas, con lo que pronto sabe imitarlos en medida mayor o menor. Los demás hombres que carecen de estas facultades se quedan asombrados y casi le toman por un dios. Pero hay otros que durante mil años pueden observar la naturaleza siempre activa, ¡pero no encuentran ni inventan nada, a pesar de ser hombres como los demás!
11. Pero a pesar de todas las condiciones maravillosas en las que los seres humanos frecuentemente caminaban por esta gran Tierra, aun así al final estos tenían que morir, y no hay ojo mortal que hubiera vuelto a verlos... Con lo que nosotros -a pesar de admirar sumamente la grandeza del poder de vuestras facultades nunca antes observadas- decimos que también todos vosotros, juntos con nosotros, pereceréis de esta Tierra como también todos vuestros grandes antecesores. Unicamente la gran variedad de sus enseñanzas, de sus hechos y sus obras ha quedado en manos de sus descendientes y en su memoria. Y, con el paso del tiempo, lo mismo acontecerá también con vosotros - lo que por supuesto os servirá para nada, ¡pues como ya no existiréis, tampoco ya necesitaréis nada!
12. He aquí nuestra opinión acerca de la existencia y la finalidad del ser humano - hasta ahora la única verídica bien fundada a base de la experiencia de todos los pueblos de la Tierra. Sabemos muy bien que aparte de este concepto de la vida -que es el único verídico- en todos los pueblos hay una gran cantidad de fantasías referentes a la eterna finalidad del alma humana después de la muerte del cuerpo. ¿Pero quién garantiza su veracidad? ¿Acaso las imágenes de los sueños de los seres humanos o los fantasmas de una fantasía febril? Vaya, vaya, ¡todo esto son efectos surtidos tras los diversos estados de vida de los seres humanos - eso mientras su corazón palpite! Pero una vez que este haya dejado de ser activo, entonces también los sueños y los fantasmas febriles han dejado de existir, y con estos también los seres humano y sus ilusiones frecuentemente muy graciosas. - Bueno, yo acabo de hablar; ¡de modo que ahora hablad vosotros que sois maestros del reino de los dioses, y ofrecednos algo mejor!».
13. Ante este discurso intenso meramente ateísta de la sacerdotisa el escriba ya se puso muy malhumorado, porque como ella habló tan concretamente, él no podía interrumpirla para pararle la boca. Pero en seguida se le presentó el momento tan anhelado, con lo que tomó una respiración tan profunda como posible para poder fulminar a la sacerdotisa pruebas contundentes en contra, instantáneamente, con toda fuerza y pocas palabras.
14. Cuando el escriba tenía su respiración controlada, puso una cara significativa y dijo: «Oye, sacerdotisa atea sin noción de Dios ni de la Vida. Ya que eres una pagana tan sumamente sabia, ¿acaso nunca oíste el proverbio romano que reza: “¡Quod licet Jovi, non licet bovi!”25?».
15. Enseguida la sacerdotisa le paró y dijo: «Amigo, ¿intentas emplear esto a mí o a ti? Pues en la situación actual, realmente, se aplica más bien a ti que a mí. Porque yo nunca intento ofender a nadie de modo pensado o impensado - lo que evidentemente se da en tu caso. Si existe un Júpiter, entonces ya tendrá cuidado para que el buey no le imite; pero si el Júpiter no existe, el buey que manifiestamente existe está muy encima de un dios no existente. De veras, amigo, si toda tu sabiduría consiste en lemas poco oportunos como esta aquí, ¡entonces quisiera haber conocido a tus instructores! Pues observándolos en la luz del Sol, seguro que no habrán tenido un aspecto muy estético. ¿Igual sabes presentarme aún más de tales lemas?».
25. “¡Lo que corresponde a Zeus, no corresponde a un buey!”.
1. Esta observación bastante mordaz por parte de la sacerdotisa hizo que el escriba llegara a una reflexión más adecuada, pues también reconoció la torpeza de su lema romana y su aplicación en este caso tan absurda.
2. De modo que el escriba mudó de parecer y dijo: «Bueno, querida amiga, ¡esta de ninguna manera fue mi intensión! Sino yo solamente quería decirte que a ti -dado que tú sabes nada de un alma y la continuación de su vida después de la muerte del cuerpo; con lo que tampoco de un verdadero Dios Uno- no te corresponde hablar de una manera como si únicamente tú poseyeras toda la sabiduría de todo el mundo, y como si a nosotros -que estamos al tanto de algo diez mil veces mejor que tú- nos quisieras instruir con tus antiguos trastos de Diógenes como si nunca antes hubiéramos oído de ellos. ¡Pues a vosotros que sois unos pobres ciegos sólo os queremos dar algo mejor! Y ante este hecho no te correspondía a ti lo que ahora a nosotros nos corresponde ante vosotros. Vosotros sólo debéis escucharnos, pero nosotros no a vosotros, dado que nosotros de todos modos sabemos perfectamente cómo estáis condicionados, y en qué consiste vuestra sabiduría al estilo de Diógenes - la que ahora en vuestro caso tendremos que borrarla nosotros... Y precisamente en esto también consiste aproximadamente el significado de mi lema».
3. Respondió la sacerdotisa: “Sea tu lema como fuere, aun así como griego aparente que debe atenerse a la cultura, al arte, a la costumbre y a la humanidad, aquí te serviste de esta lema como un judío bastante tosco. Menciono este pormenor para que veas que nosotros aquí nos movemos en un terreno bastante más decente y fino que vosotros, tal vez, en el pueblo de dios en Jerusalén.
4. ¡Valdría verdaderamente la pena llegar a conocer la divinidad que ha elegido semejante gente como pueblo suyo! ¡Te digo que tal dios sería digno de lástima! Si tú quieres enseñarnos y quieres barrer nuestro Diógenes, ¡entonces tienes que empezar a hablarme de una manera totalmente distinta, porque sólo por ser discípulo del gran maestro -y seguramente no el más privilegiado- ¡seguro que con nosotros no lograrás a hacer muchos negocios! ¡Por eso conviene que seas un poco más prudente!
5. Dijo el escriba: «¡Dejemos esto aparte y pasemos directamente al asunto principal! -¿Acaso no reconoces que los adeptos todos creemos en un Dios verdadero y en la inmortalidad del alma humana? ¿Porqué no? Nosotros todos estamos completamente convencidos de ello, a pesar de que tampoco somos más que seres humanos. ¿Cómo, entonces, es posible que no tengáis convicción alguna, cuando se trata de algo que para personas pensadoras es un hecho consumado, pues, lo reconocen perfectamente?
6. Os puedo decir el porqué de esto: Se trata de un castigo del verdadero Dios de Israel para vosotros, para que siempre tengáis que atormentaros por la sensación horrible de una muerte eterna, porque en otros tiempos habíais privado a los pueblos de la Verdad lúcida de la Vida, la que ya tenían, para despachar al pueblo con mucha clase de engaños a favor de vuestra pereza y vida holgada.
7. Aparentando al pueblo que sois verdaderos representantes y amigos inmortales de los dioses, frecuentemente exigisteis del pobre pueblo ofrendas enormes y a veces también crueles, con lo que lo engañasteis a más no poder. Por esto Dios os quitó la convincente sensación interior de la vida anímica, y la cambió por la sensación de la certeza de una muerte eterna. Y aquí ves en qué consiste vuestra gran sabiduría: ¡pues sentís y percibís con toda claridad que en vosotros reina la muerte eterna!
8. Por eso tampoco ya podéis averiguar dónde el intercambio entre los seres humanos que viven aquí y las almas desencarnadas continúa de la misma manera como desde siempre había funcionado con todos que se habían atenido a la antigua Verdad.
9. Y que aún os sea dicho: Ahora, con vosotros, vuestro paganismo tan estúpido ha experimentado un buen barrido, y espero que nunca intentéis a reconstruirlo. Por eso, ¡aceptad en vuestros corazones la Doctrina que vuestros buenos maridos os transmitirán, y ponedla en práctica! Entonces la Vida vuelta a vuestro interior ya volverá a producir la sensación de la Vida del alma después de la muerte del cuerpo, con lo que reconoceréis al verdadero Dios Uno - El que no os ha creado para la muerte eterna sino únicamente para la Vida eterna - suponiendo que queráis llegar a ser dignos en el camino de una Sabiduría totalmente distinta a la de vuestro Diógenes. ¿Me has comprendido?».
10. Respondió la sacerdotisa: «¡Muy bien!... Es decir, has hablado muy bien, ¡pero solamente eran meras palabras, como muchas parecidas hemos oído frecuentemente de nuestro mentor fallecido! Pues las palabras en sí son bastante buenas; pero lástima que para nosotros tienen ninguna clase de fuerza o poder convincente. Si en otros tiempos -tal vez hace algunos mil años- nuestros antepasados se habían apartado de un verdadero Dios, ¡de ninguna manera nosotros podemos cargar con la culpa de esto - una culpa por la cual el único y verdadero Dios por su odio quiera vengarse en nosotros que somos inocentes, martirizando nuestra mente con lo de la muerte eterna! De modo que si es así, ¡entonces guárdense su dios verdadero! Porque ahí nuestro Diógenes aun con su filosofía de la eterna destrucción venidera nos dará un consuelo mucho mayor que tú ahora con tener en perspectiva la recuperación del sentimiento de la Vida eterna de nuestras almas. Vaya, ¡menudo dios sumamente sabio y todopoderoso tendría que ser aquel que pudiera mantener un odio tan feroz contra una criatura - un odio que ni siquiera haya podido enfriarse en el correr de los muchos miles de inviernos pasados!
11. Personalmente sólo puedo imaginarme un Dios verdadero bajo el concepto de un sublimo Amor más puro, porque en el fondo el Amor es el elemento creador y vivificador de todo. Pero bajo el concepto de una ira extrema, ¡de ninguna manera puedo imaginarme a un Dios! Nosotros los paganos también tenemos dioses de ira, sólo que estos, por ser imágenes simbólicas, tienen su sede en el tártaro porque allá raramente surge algo de bueno; pues allá, en cavernas subterráneas, habitan serpientes, dragones y fieras salvajes, y también hay azufre y pez que causan mucho fuego destructor. Por eso, como allá se hallan cosas tan malas, hemos asignado allá todas las pasiones malas y malvadas en forma de obscuras imágenes simbólicas.
12. Pero nuestros conceptos de los buenos dioses son todos de una manera que con facilidad se dejen derivar del puro Amor. Seriedad poderosa y sabia en unión con el Amor es lo que nosotros establecemos como término válido para un Dios que reside en las estrellas o más allá de ellas. Y para el concepto de la ira desgraciada y de la venganza detestable tenemos los símbolos de las Furias. - Así, amigo mío, ante todo raciocinio humano, nosotros los paganos seguimos teniendo los conceptos más llevaderos de un verdadero ser divino... ¿Qué me dices al respecto?».
1. Respondió el adepto: «¡Oh mi querida sacerdotisa sabia de los paganos! Hablas sabiamente, y tu concepto de la buena Deidad no requiere censura alguna. pero aun así no conoces la verdadera Naturaleza de Dios; y si la conocieras, junto con los sabios de la antigüedad exclamarías: “¡Qué horror es para el pecador el caer en las Manos del Dios omnipotente!”. Pues consta que Él es lleno de Amor sublime ante aquellos que le reconocen, que le aman y que cumplen con sus Mandamientos. ¡Pero mil veces ay de aquellos que no quieren conocerle o que ya saben de Él y de sus Mandamientos, pero en su corazón se apartan de Él y no cumplen con sus Leyes!
2. ¡La propia Historia presenta ejemplos flagrantes de tremendos juicios de ira sobre pueblos enteros que ya no querían reconocer a Dios, pues sólo querían respetar lo que a sus propios sentidos daba la gana! Como la Divinidad siempre castigó tales pecadores empedernidos y opositores a su santa Voluntad -extendiendo tales flagelos a los descendientes-no podemos por menos de admitir que es una realidad que el único Dios verdadero alimenta en
Él igualmente ira y venganza, y esto tanto más seguro que propiedades como estas también se encuentran en abundancia en todas las criaturas suyas.
3. Para nosotros, las criaturas, depende a cuales de las inclinaciones que llevamos en nosotros nos hemos entregado predominantemente, actuando conforme a ellas. Pues conforme a las mismas inclinaciones también Dios actuará ante nosotros. Si somos buenos, sabios y amorosos para con Dios y el prójimo, y si, además de esto, aplicamos misericordia, humildad y paciencia, ¡entonces Dios hará lo mismo con nosotros, pues despertará en nosotros la consciencia de la Vida eterna, colmándonos de Bendiciones en todos los tiempos! Él despertará en nosotros la consciencia de la Vida eterna y nosotros rebosaremos de toda clase de Bendiciones. Pero si nuestra actitud es contraria, Él nos castigará continuamente, hasta que nos hayamos regenerado totalmente conforme a su Voluntad... Pues en esto consiste la suma Justicia de Dios - una Propiedad sin la cual Dios no podría ser perfectamente verdadero...
4. Consta que Dios, El que ve, sabe y siente todo, también debe ser capaz de juzgar qué es bueno y qué es malo; es decir, qué se encuentra dentro de su Orden eterno o fuera de él. Y luego, a la criatura que Él ha dotado de un raciocinio y una libre voluntad -destinándola en esta Tierra a una finalidad superior- Él debe enseñar o castigarla mediante una buena educación equitativa.
5. Por eso, para nosotros nuestro verdadero Dios único es Todo en todo; Él es el sublime Amor más puro, pero también es la propia Justicia implacable. Si tú, mi cara amiga, vivieses durante milenios, pero continuamente estuvieses actuando contrario a la Voluntad reconocida de Dios, Él no te atendería aunque de rodillas continuamente le pidieses liberación de tu sufrimiento. Pero tan pronto que en serio mediante la actividad te armases de valor para someter tu voluntad a la Voluntad de Dios, entonces también serías considerada en la medida de tu obediencia. - ¿Qué es tu parecer?».
6. Respondió la sacerdotisa: «Pues sí, esto suena un poco mejor y presenta base en la naturaleza. Aun así soy un ser que piensa independientemente, soy inteligente y tengo raciocinio. Busco a un Dios, pero encuentro ninguno. ¿Dónde pues está aquel que me comunicara la verdadera Voluntad comprobada de Dios, para que yo pudiera actuar conformemente? ¿O, acaso, puede ser posible que yo antes de esta existencia mía alguna vez antes de encarnar haya firmado cualquier acuerdo con el verdadero Dios, en que estarían fijadas las condiciones de vida bajo las que yo tenía que nacer y a las que me debía atener?
7. Pues no, ¡ahí hay nada a averiguar, sino el ser humano nace en este mundo sin saber y sin querer! Y primero, a causa de su torpeza, tiene que someterse a la orientación de sus padres fuertes - lo que conviene, porque sin la ayuda de sus padres pronto el débil ser infantil tendría que perecer. Pero con el tiempo el niño llegará a ser un hombre fuerte, y es entonces cuando se le impone la obediencia a una Voluntad sublime de Dios, la que refrena al hombre en todos los sentidos de su libre voluntad - hasta cuando le toque la tumba. Esto habría sido justificado si hubiese habido un acuerdo previo entre la criatura y el Creador; pero en cuanto a esto, nada se llega a saber o a recordar vivamente.
8. Evidentemente, nosotros los seres humanos hemos sido generados por una gran Fuerza poderosa, pues así nos lo enseña la consciencia en nosotros mismos. Pero Quién es esta Fuerza y cómo está concebida, ¡esto es otro secreto! Nosotros, a lo sumo, logramos a concebir que tal Fuerza de una u otra forma tenga que existir, porque cada efecto tiene que tener su causa. Pero dónde se encuentra esta Fuerza y en qué consiste, qué aspecto tiene y cómo surte efecto, ¡eso es otro enigma insoluble! ¿Quién la puede buscar, quién la puede encontrar y percibir su voz y su Voluntad, y quién puede ver su semblante?
9. Todo lo que sabemos de esta Fuerza y de este Poder, hasta ahora sólo lo sabemos por la boca y la fantasía de personas beatas, sobre todo de tales personas que por sus facultades extraordinarias también estaban familiarizadas con las fuerzas secretas de la naturaleza, de las que durante su vida también podían servirse en una medida sorprendente. Esta especie de seres humanos relativamente rara, a la que nosotros denominados semidioses, normalmente aprovechaba de sus dones naturales de una manera que -en el nombre de un dios o también de varios dioses- para los hombres elaboraban leyes y enseñanzas; pues los pueblos ignorantes y crédulos les creían y los reconocían serenamente. Además, no pocas veces los pueblos ignorantes ayudaban a los milagreros a dictar leyes insoportablemente duras sobre ellos y su descendencia, sancionadas con los castigos más crueles, acá y en el más allá. Cuando entonces también había hombres igual de sabios y dotados de muchas facultades extraordinarias que con la mejor voluntad del mundo intentaban acabar con la antigua herrumbre, entonces estos hombres pronto llegaban a ser víctimas de las antiguas leyes tan crueles. Esto siempre fue así y también seguirá siendo así. porque la naturaleza y la temperatura de nuestra Tierra son así que en su suelo algo verdaderamente bueno nunca es duradero, pero tanto más tenaz y resistente resulta lo malo y lo malvado.
10. Siembra la semilla más pura en un terreno bien cuidado, y aun así siempre se encontrará rodeada por una gran cantidad de hierbas malas. Pero siembra la semilla de una hierba mala en un terreno, ¡y no aparecerá ni una sola espiga de trigo! De modo que el hombre siempre debe cuidar del bien, con mucho celo, para impedir toda clase de perdición. Pero a pesar de todo celo y toda diligencia de unos cuantos hombres muy respetables, con el tiempo todo su esfuerzo se arruinó como una gran ciudad preciosa que en otros tiempos fue el esplendor de la Tierra, pero de la cual más tarde apenas se sabía donde esta había existido.
11. Te confieso que acabas de darme una definición bien aceptable acerca del concepto de Dios. Pero tú como orador eres un ser humano, y yo como oradora tampoco soy algo distinto. De modo que sólo puedo decirte: Tu explicación de ninguna manera fue contraria al sentido común. Pero aun así carece de lo más importante: de la prueba necesariamente contundente que realmente haya un dios del cual expresaste mucho que es bueno y aceptable. Si eres capaz de conseguirme esta prueba, ¡entonces habrás hecho una buena obra para nosotros, y sabremos elogiarte!».
12. Respondió el escriba: «La prueba que tú pides nadie te la puede dar, ¡a no ser únicamente tú misma - pues ni siquiera Dios!... ¡Porque antes Dios tiene que despertarse en ti misma mediante tu actividad dentro de la Voluntad divina revelada! Precisamente en esto basa la señal de la conquista de la Vida eterna - como confirmación viva y verídica que la Voluntad de Dios revelada a los seres humanos no es la voluntad de un hombre, sino que es el propio Verbo de Dios que en Sí es la Vida, el Amor, la Fuerza y la Sabiduría. No te puedo decir más, dado que esto es suficiente para cada uno que quiera acondicionar su vida a tales normas; pues con todo altercado y toda crítica nunca se consigue algo para la Vida del alma. Pero si quieres aún más, ¡entonces dirígete ahora a nuestro Señor y Maestro! Este, con facilidad, podrá decirte aún bastante más».
13. Dijo la sacerdotisa: «Amigo, ¡esto también lo habría sabido sin semejante consejo innecesario de tu parte! Como tú en seguida comenzaste a tomar la palabra, conforme a la buena costumbre te hicimos caso. Pero como parece que ahora tu sabiduría se ha agotado, me remites al gran maestro tan sumamente sabio. Está bien, ¡pero todos nosotros habríamos preferido dirigirnos desde el inicio a tu maestro!».
1. A eso el escriba se calló, y Yo me dirigí a la sacerdotisa: «Oye, sacerdotisa sabia exageradamente mundana, ¡da lo mismo si Yo he hablado contigo o este discípulo, porque cualquiera de mis discípulos que abre su boca en mi Nombre, no puede hablar diferentemente de lo que Yo mismo le pongo las Palabras en la boca! ¡Pues él pronunció exactamente lo que Yo habría dicho! El hecho que vosotros con lo exageradamente estoicos que sois, en vuestro interior no sentís sino la muerte y finalmente la destrucción total de vuestra existencia temporal, ¡de esto vosotros mismos sois los únicos culpables!
2. ¿Por qué existen tantos paganos que, tanto como los mejores judíos, no sólo creen en la íntegra inmortalidad del alma después de la muerte física, sino que en su interior son viva y firmemente conscientes de ello? ¿Por qué pues no lo sois vosotros?
3. Os voy a decir en qué consiste esta carencia: Ved, es cosa de vuestra altanería, de vuestro amor propio tan exagerado y de vuestra avidez en querer relucir ante todo el mundo como eruditos, grandilocuentes y sabihondos, y arrasar a cualquiera con antiguos sofismas fatigosos. ¡¿Quién podrá aconsejaros algo, si siempre únicamente os importa que, quien sea, siempre sólo puede ser instruido por vosotros - pero vosotros mismos por nadie?! ¡En esto consiste la soberbia más peligrosa, donde consta el proverbio: “¡El que no acepta consejo, tampoco puede ser socorrido!”.
4. De modo que mientras continuéis en este orgullo, durante todo este tiempo en vuestro interior en vez de la Vida sentiréis únicamente la muerte eterna. Porque el orgullo empuja al alma con toda violencia a dentro de la carne de su cuerpo, con lo que el alma -hinchándose cada vez más- así llega a ser completamente uno con su carne - un estado en que ya no puede sentir otra cosa que la muerte de la carne."
5. Donde el alma desiste de su orgullo y se humilla, allí se aísla más y más de la carne bruta de su cuerpo, y exclusivamente mediante el espíritu nervoso emparentado con ella sigue manteniéndose en unión con la carme... Una vez que esto se haya producido en un alma, entonces esta, en su interior, ya empezará a sentir la Vida. Y si intenta a ser más y más activa en el amor al prójimo -y de esta manera también en el amor puro a Dios al que en su humildad encontrará pronto y fácilmente-, así ella también despierta a su Espíritu de Dios del Más Allá y empieza a unirse con Él. Y una vez que esto suceda, entonces ya comienza a entrar en la perfecta Vida eterna, con lo que en todo se hace más y más parecida a Dios. Así, en su interior, la Vida eterna ya le resulta una certeza absoluta.
6. Pero mientras un alma persista en el orgullo mundano y continuamente exija honores y homenajes por parte del pueblo, ella misma se hunde cada vez más en su carne bruta, con lo que inevitablemente también en la muerte de esta. Entonces, ¡¿qué palabras, pruebas y señales deberían ser capaces de testimoniar a un alma colmada de muerte que después de la muerte del cuerpo el alma continúa viviendo, y que hay un verdadero Dios Uno?!
7. De hecho, tú ahora opinas que un Dios sumamente sabio, omnisapiente y todopoderoso podría transmitir a tales personas alguna Luz -de cualquier manera- para que estas personas se enterasen de su estado... ¡Pero esto Dios siempre lo hace! Sólo que el orgullo del hombre no admite que percibiere todo esto .
8. Os digo: Cualquiera que una vez comience a reflexionar acerca de la Existencia de un Dios que ha creado todo que existe, y que mantiene y que controla todo, pronto reconocerá que todo que existe es bueno y está organizado convenientemente. Conforme a las Organizaciones sabias pronto le quedará claro que el Creador de todo lo que existe debe ser sumamente bueno... Si el hombre piensa frecuentemente en esto y de esta manera estima al Creador y a las criaturas, entonces comenzará a amar al Creador, y de un día a otro en el corazón del hombre aumentará y se fortificará el amor a Dios. Y este amor es precisamente el Espíritu del hombre en el Más Allá, cuya Luz penetra al alma, y cuya calor vital la anima... Y una vez que esto es el caso con el hombre, entonces en su interior ya no podrá imaginarse cualquier forma de muerte.
9. Que para cada uno en sí y consigo esto es muy fácil a realizar, esto lo podéis deducir del hecho que cada ser humano tiene ojos para ver, oídos para oír, el olfato para oler, el sabor para saborear, el sentimiento, y para todo tiene el intelecto y el raciocinio. Tiene manos y pies, y una libre voluntad, mediante la cual a discreción puede poner sus miembros en actividad y organizar su amor. Así constituido él ve salir y ponerse el Sol y la Luna. Ve las estrellas e incontables géneros y especies de criaturas, las que puede observar y de las cuales cada vez más puede reconocer a Dios, el Señor.
10. Cada montaña, cada llanura con sus frutos abundantes, cada río, todas las hierbas y plantas, todos arbustos y árboles preciosamente adornados, como también todas clases de animales, ya le procuran material de sobra para reflexionar sobre el origen y la existencia de todo esto.
11. De modo que si una persona reflexiona sobre esto, entonces se manifestará una voz interior, diciendo que todo esto no ha podido surgir de por sí mismo, sino que debe haber habido un Creador sumamente Sabio, Amoroso y Omnipotente que ha creado y ordenado todo esto - El que ahora sigue manteniéndolo y que seguirá manteniéndolo eternamente de una manera cada vez más noble y perfecta. Pues Dios ya lo mantiene desde hace tiempos inimaginables para el intelecto humano.
12. De modo que el que se imagina un Dios y Creador, él también debe despertar en su interior un gran respeto ante Él y un amor cada vez mayor. Una vez que este amor se haya producido, entonces también ha llegado el comienzo para la animación íntima del alma en su espíritu. Y esta animación seguirá aumentando en la medida en que aumente el amor a Dios - un aumento que resulta fácil porque el Espíritu del amor ilumina al alma cada vez más, con lo que el alma llega a tener cada vez más claridad acerca de la Naturaleza de Dios.
13. Si de este modo el hombre ha encontrado el camino hacia Dios -con lo que también a la verdadera Vida eterna- luego por amor al prójimo también podrá demostrarlo a sus semejantes, sirviéndoles como un buen guía. y Dios le recompensará con aún mayor Luz y Sabiduría; y sus discípulos le amarán y apoyarán en todo lo necesario.
14. Si hubierais hecho esto desde siempre -como llevados por vuestro mentor, adepto de Platón, ya os encontrasteis en un camino bastante bueno- entonces ahora no intentaríais taparnos la boca con la filosofía de vuestro Diógenes, porque vosotros mismos ya tendríais en vosotros una gran plenitud de Vida. Pero vuestro Diógenes y vuestra gran soberbia secreta os han tergiversado completamente, de modo que ahora conforme a mi Doctrina que os he dado aquí tendréis que empezar a rehacer vuestra vida interior desde el principio. Con mucho amor y afán pronto haréis grandes progresos; pero si perseveráis en vuestra testarudez, ¡entonces también permaneceréis en vuestra muerte interior! - ¿Habéis comprendido esto?».
15. Respondió la sacerdotisa: «Sí, Señor y Maestro, ¡reconozco la verdad de todo esto perfectamente! Sin embargo, por parte de un verdadero Dios omnipotente habría resultado muy fácil el permitir la aparición del espíritu de nuestro mentor fallecido, dado que muchas veces nos juró solemnemente suministrar tal prueba de su doctrina de la inmortalidad. Si él nos hubiera aparecido, esto nos habría confirmado sus enseñanzas y habríamos arreglado toda nuestra vida según estas. Pero como él hasta ahora nos queda a deber lo prometido, consta que por eso teníamos que empezar a dudar en la verdad de sus enseñanzas. ¿Por qué, pues, él nunca se nos presentó?».
16. Dije Yo: «Por siete veces él surgió en vuestros sueños, y cada vez os ha dado la misma explicación porqué no le era posible visitaros de otra forma que en un sueño... ¿Y por qué no se lo creísteis? Es porque vosotras como hijas bonitas de un sumo-sacerdote llegasteis a ser vanidosas y llenas de orgullo, ¡y a vuestro valiente mentor ya en sus tiempos de vida más bien le ridiculizasteis en vez de escucharle con un ánimo por una Vida feliz! Vuestras almas se escondieron demasiado en la carne; con lo que perdisteis la esfera del éter de la vida exterior indispensable para la visión de espíritus, con lo que al espíritu del mentor resultaba imposible el mostrarse a vosotras.
17. Quién a través de la plenitud de la vida interior también afuera de su cuerpo logra a tener un aura vital, él puede ver las almas de seres humanos difuntos y conversar con ellas sobre asuntos importantes de la Vida, tan pronto y tantas veces que quiera. Pero para esto, por supuesto, hace falta un perfeccionamiento interior casi total.
18. Ahora meditad al respecto y conversad con vuestros maridos que ya han percibido mi Doctrina, y ya llegaréis a un criterio interior acertado. Una vez que esto esté realizado, a la noche aumentaremos aún algunos puntos que os elucidarán un poco más.
19. Los seres humanos de esta Tierra tienen la gran misión de llegar a ser hijos de Dios auto-poderosos. Por eso tienen que desarrollar y perfeccionarse por sí solos en toda autonomía. -¡Y para ahora vale ya hasta la noche!».
20. A eso las mujeres se callaron. Yo salí afuera al aire libre, y los discípulos y la familia de Jored me acompañaron.
1. Nos dirigimos al río, precisamente al lugar donde se hallaba la balsa recogida todavía en su estado original. Allí encontramos los pescadores de Jored que acabaron de lanzar las redes en vista de una pesca importante. Pero observamos que lanzaron las redes una tras otra vez sin resultado.
2. A eso Jored se dirigió al jefe de los pescadores con las palabras: «¿Qué es lo pasa hoy? ¿Acaso ya no hay peces en nuestro río que normalmente nos produce pescas abundantes?».
3. Respondió el viejo jefe de pesca: «Señor, ¡incluso para mí mismo esto es un enigma! En realidad, la temporada es propicia y hay una gran cantidad de burbujas que suben a la superficie del agua - normalmente una buena señal para la pesca. No hay viento, el Sol se halla en el declive favorable, hay Luna en creciente y, además, la Luna ha entrado en la constelación de los peces. ¡Todo esto es muy favorable para la pesca! Normalmente con condiciones tan favorables siempre hemos tenido una pesca muy abundante, y eso con poco esfuerzo... Pero hoy todo es como embrujado, ¡pues no pescamos nada! Ya hemos lanzado las redes cinco veces, y eso casi por toda la anchura del río, y he evocado a Neptuno, a la Tritón y a todas las ninfas de este río, ¡pero todo esto en vano! Pues a pesar de nuestras buenas redes pescamos ni un solo pez. ¡Vaya desgracia!
4. He oído que ayer allí abajo en Malaves los pescadores han hecho una pesca increíblemente grande. Debe ser que entre ellos tienen un hechicero... Pero también yo me entiendo en diversas maneras de ejercer influencia sobre los peces, y ya las he aplicado todas, ¡pero hoy todo esto sirve para nada! Todos los requisitos cumplen con sus cometidos; sin embargo, ¡hoy tenemos ni el menor éxito! ¡Ahora dígame un ser humano qué -por la gracia de todos los dioses- podría esconderse detrás de todo esto! Consta que al fin y al cabo los dioses están enfadados con nosotros porque el mago extranjero ha destruido sus estatuas que nosotros venerábamos - lo que he oído, pero de lo que yo mismo aún no me he convencido personalmente. Si realmente fuera así, patrón, pronto nuestra situación sería seria, ¡porque a los dioses, una vez que estén enfurecidos, ya no se puede apaciguar tan fácilmente, pues esto nos costaría grandes sacrificios! Pero aun así, haré algunas tentativas más. Si estas también fracasan, por hoy desistiré».
5. Dijo Jored: «¡Hazlo, tal vez conseguirás algo!».
6. En seguida el viejo jefe de pesca mandó lanzar una nueva redada. Todo fue bien, pero al llevar la red a la orilla, resultaba vacía como anteriormente. Enfadado, el jefe exclamó: «¡Ya lo dije, que hoy es un día embrujado, con lo que cualquier trabajo o esfuerzo es en vano! De modo que si mando que hagan otra redada, ¡el resultado volverá a ser el mismo! Por eso creo que para hoy vamos a dejar este trabajo. Si necesitas pescado para hoy, Jored, entonces puedes mandar a buscarlo en Malaves, dado que parece que ayer los pescadores de allí obtuvieron una gran provisión. Además, se dice que había un taumaturgo que con un golpe mágico ha transformado las cabañas de estos hombres de una manera que se podrían reír de nosotros, los ciudadanos . -
De lo que en este mundo se pone al descubierto, ¡para eso ya no hay hombre ordinario que lo entienda! Qué te parece a ti señor, ¿conviene hacer otra pesca que seguramente resultará tan vana como las anteriores o, para hoy, paramos con este trabajo?».
7. A eso Yo tomé la palabra: «Oye, mi viejo pescador supersticioso, mientras las burbujas de aire suban a la superficie del agua, ¡esto nunca es un buen augurio para la pesca, porque esto prueba que los peces se hallan sobre el fondo del mar; pues para realizar esto llevados por su instinto, de las bolsitas de aire que tienen en su cuerpo tienen que soltar el aire contenido, lo que en un agua rico de peces siempre se nota por las burbujas que salen. Sólo cuando estas burbujas que tú has mencionado desaparecen, ¡entonces lanza las redes y tendrás pescados en gran cantidad! Porque cuando los peces ya no sueltan aire de sus bolsas, entonces es porque la necesitan; pues únicamente mediante este aire pueden subir a la superficie.
8. Mira, ¡ahora ya no suben burbujas, y las gaviotas y garzas comienzan a lanzarse al agua! Haz otra redada ¡y seguro que sin magia alguna harás una buena pesca!».
9. Aunque esto al maestro pescador no le haya convencido, obedeció porque su patrón también insistió en hacerlo, de modo que aún ordenó otra redada. Y por esta vez la pesca era tan colosal que le costaba mucho el arrastrar las redes a la orilla. Esto, por supuesto, produjo mucho trabajo para guardar todo en los depósitos; pues la mayoría de los peces era muy grande.
10. Después de una hora de intensa labor, el maestro pescador siguió muy asombrado de que por esta vez la pesca era tan abundante, y finalmente dijo: «Es evidente que esto no ha sido una hechicería. ¡Pero yo digo que aun así aquí se trata de la mayor magia de todas magias nunca habidas! El hombre que me aconsejó que aún haga otra redada, me parece saber y conocer más que solamente la mera pesca tras la ausencia de las burbujas y la actividad de aves acuáticas - y a comunicar esto a un viejo maestro pescador. Acaso finalmente se trata del mismo que hizo desaparecer las estatuas del Templo y que a los Malaveses con un solo soplo produjo mejores viviendas. Pero dejemos esto ahora; pues sólo pregunto si aún nos atrevemos a hacer otra redada».
11. Dije Yo: «¡Podéis hacerlo, y estaréis abastecidos por semanas!».
12. Los pescadores se apresuraron en este intento y consiguieron el mismo resultado abundante como con la redada anterior.
13. Cuando los peces ya estaban guardados en los grandes depósitos vacíos, el viejo mandó a sus siervos que arreglasen los botes y los aparejos de pesca, y en seguida me dijo: «Oye, hombre que hasta ahora me resultas totalmente desconocido. Tú eres capaz y comprendes más de lo que cualquier hombre común experimentado puede saber y comprender. ¡Debe ser que tú has estudiado la magia en los confines de la Indochina, porque entre griegos, romanos y judíos, algo así sería totalmente inimaginable! ¡Esta gran redada únicamente tú mismo la has hecho aparecer en nuestras redes! Yo soy un pescador desde hace muchos años, pero nunca hice una pesca así, ni tampoco en la mejor temporada de pesca y, además, de una calidad tan extraordinaria. Me gustaría charlar mucho contigo, porque tú debes haber aprendido y experimentado mucho. Pues, ¡ya desde tu nacimiento debes haber tenido muchos talentos! ¡Y a ti te deben haber inspirado los dioses de una manera extraordinaria, dado que en ti tu voluntad ha logrado semejante poder!».
14. Observó Jored: «Muy bien, mi anciano servidor tan fiel. Oportunamente los dos ya hablaremos exhaustivamente al respecto. ¡Pero ahora, tú, haz que para esta noche manden algunos buenos ejemplares a la cocina, porque aún hoy queremos disfrutar del buen pescado! Y cuidad también de vosotros, ¡para que incluso vosotros mismos no salgáis perdiendo!».
15. En seguida el anciano hizo caso, pero poco después volvió a nosotros, dado que nosotros mientras tanto nos habíamos acampado cerca de la balsa, para observar desde allí una gran cantidad de gaviotas y de garzas que daban grandes vueltas por encima de los depósitos abiertos - como si estuvieran aconsejando entre ellas cómo podían robar algunos peces.
16. A eso el viejo maestro pescador se dirigió a Mí y me preguntó: «Buen hombre, ¿qué se podría hacer contra esos ladrones con plumas, para que no pudiesen causar daño en los depósitos? Consta que esas aves son incapaces de sacar estos grandes peces del agua, pero cuando con la velocidad de una flecha se lanzan sobre ellos, los hieren con sus picos afilados. Entonces estos peces heridos enferman y ya no se prestan para ser preparados para el consumo.
Y si a causa de una herida más grave se mueren y flotan en la superficie del agua, las aves los despedazan, con lo que los restos finalmente bajan al fondo donde infestan el agua del depósito,
lo que también perjudica a los peces sanos. - Por cierto, tú sabrás también un remedio para evitar esto. Por eso, ¡ten la bondad de comunicármelo!».
17. Dije Yo: «Todavía te imaginas que Yo soy un mago. ¡Pero te afirmo con sinceridad que esto no es el caso y que nunca lo fui! Por eso, como Hombre entendido en cosas de la naturaleza, te daré un consejo completamente natural que consiste en lo siguiente: Cubre los depósitos con redes viejas -que tenéis de sobra- y las aves de rapiña no podrán hacer daño a los peces. ¡He ahí un medio natural, fácilmente realizable sin la menor magia! Y si está realizado bien y con aplicación, ¡también surtirá un buen efecto!».
18. Como esto al viejo parecía bien, en seguida convocó a sus empleados para realizar la obra. Y él mismo se complació en haber puesto tal freno a la voracidad de las aves.
1. A eso, mis discípulos me preguntan por qué Yo no me había dado a conocer a este pescador.
2. Pero Yo les dije: «¡Esto lo sé y lo comprendo Yo mejor que nadie! Pues para este hombre vale más que por medio de los doctrinadores de esta zona llegue a saber más tarde Quién en mi Persona, había conversado con él. Pues este hombre se aferra demasiado en su idea de que Yo sea un mago, y con personas como estas, nada de eficaz se consigue en corto plazo. Pero más tarde por estos empleados de Jored, pronto suficiente ya será orientado sobre nosotros y principalmente acerca de mi Personaje. Y eso sobre todo por parte del médico que ha entendido todo mejor que nadie - y al que Yo ya había dado el don de curar mucha clase de enfermedades imponiendo las manos. Entonces ya despedirá a su “mago” y tendrá de Mí el concepto correcto.
3. Os digo a todos: Cuando adoctrináis a un pagano, ¡nunca debéis ir directamente al grano de la Doctrina! Porque antes es preciso que se tiente el vado de la persona para saber exactamente cómo abordarla y de qué lado es abordable. Pues si la habéis abordado de un punto inaccesible, entonces vosotros mismos os habéis dificultado el trabajo de llevar a un ser humano al buen camino. Por eso, Yo no puedo repetiros suficientes veces lo mismo: ¡Sed precavidos como las serpientes y mansos como las palomas! (Mt 10,16).
4. Vosotros no tenéis idea del poder que una argumentación errónea de un hombre ejerce sobre su ánimo. Pero si os enteráis en qué consiste tal argumentación -que es una idea fija-entonces nunca debéis abordar a tal hombre directamente en este asunto tan acorazado, ¡sino únicamente en su punto más débil, el que pronto podréis descubrir! Y una vez que le hayáis vencido en su punto más débil, entonces ya no os resultará difícil el apoderaros también de su asunto acorazado. De modo que siempre debéis comportaros y actuar como un general militar muy hábil y experimentado, pues este envía sus espías fiables para que descubriesen los puntos más débiles del adversario. Una vez que el general esté orientado de esta manera, entonces en el asunto tan acorazado habla al enemigo sólo de cosas insignificantes - eso para despistarle. Pues precisamente así le atacará por la espalda -por el costado más débil- con lo que le vencerá con facilidad...
. Del mismo modo debéis comportaros como un médico muy hábil que de un paciente ha bien reconocido la enfermedad y su lugar. - ¿Qué va a hacer? Ved, ¡allí donde está el centro del mal, allí nada hará, y frecuentemente ni siquiera puede hacer algo! Sin embargo, el médico da remedios al enfermo que traspasan el mal a los órganos sanos del cuerpo, para que estén expulsados desde allí - en parte mediante el sudor, y en parte por la limpieza del estómago y del intestino, lo que produce la cura del enfermo. Donde la enfermedad se haya instalado como enemigo tenaz, ahí no se puede remediarla directamente. Pues hay que fraccionarla mediante medios adecuados, con lo que entonces se podrá vencerla en su flaqueza.
6. Ved y oíd más: Este maestro pescador que ahora se retiró -por lo que Yo ahora puedo hablar francamente con vosotros-, en su argumentación más acorazada se ha obsesionado con la magia. Él cree en ciertos dichos, amuletos y ungüentos; cree en cierta magia de las fases lunares y del Sol; cree en cierta magia de las nubes, del aire y de la migración de pájaros y mil otras cosas. Por lo que se molestaría a más no poder con cualquiera que le contradijese abiertamente y, sin duda, en adelante evitaría el contacto con tal persona, pues la consideraría ignorante e indigna de su sabiduría...
7. En el fondo, este maestro pescador es bueno y honesto, y se alegra cuando alguien le dice algo nuevo y extraordinario. Y ved, ¡precisamente esto es su punto flaco donde se debe abordarle, y presentar y explicarle las cosas en su verdadero estado natural! Entonces, en secreto, él mismo ya comenzará a expulsar al mago de su interior. Porque, por otra parte, empieza a reconocer cada vez más que todo su concepto de la magia basa sobre un suelo huero.
8. Es, por lo tanto, aconsejable que a las personas a las que se quiera conquistar para la Verdad, antes se les facilite que se deshagan desde el fondo de sus argumentaciones erróneas. Una vez que esto lo hayan hecho con toda energía -como las mujeres de los sacerdotes-entonces, en su interior, ya no tienen fuerza principal alguna; de modo que sólo entonces empiezan a prestar oído al oponente, con lo que también empiezan a prestarse a sus Verdades más sublimes, rechazando sus propios conceptos erróneos. ¡Pues así estas personas ya están conquistadas!
9. Por eso no os extrañéis que Yo con personas como estas hablo como un hombre natural, pues dado que a mí todos los seres humanos me resultan transparentes, Yo enseguida reconozco nítidamente sus puntos flacos y también los fuertes, por lo que también sé qué decir y cómo actuar con tal persona. Y si su ánimo humano no está demasiado capturado por el orgullo y la avaricia, cada uno podrá ser ganado para la Verdad. Pero el orgullo y mezquindad son las tendencias humanas más difíciles de vencer. Acordaos de esto; y si actuáis conformemente, progresaréis con facilidad y siempre obtendréis los mejores resultados».
. Dijo Pedro: «Señor, ¿cómo es posible que nos digas que debemos ser astutos como las serpientes, dado que la serpiente es un símbolo de todo lo malo y malicioso. un símbolo de Satanás, el que mediante su astucia en forma de una serpiente consiguió tentar a la primera pareja humana. Es bien posible que la serpiente en su malicia sea muy astuta. ¿Pero qué hombre sincero podrá querer imitarla en el tratamiento con el prójimo? ¡Ahí aún no soy capaz de comprender el sentido de tu parábola! ¡A ver, si nos lo explicas!».
2. Yo le respondí: «¡¿Pero cuánto tiempo aún tendré que soportaros?! ¿Aún no asimiláis lo que con tanta claridad se halla delante de vuestros ojos? ¡¿Acaso no os afirmé que debéis apropiaros de la astucia de la serpiente, pero eso nunca junto con sus fines diabólicos - razón por la que aun poseyendo la astucia de la serpiente debéis permanecer buenos y mansos como las palomas?!
3. Observad una vez una serpiente normal y os daréis cuenta que precisamente este animal es más inteligente que cualquier otro animal de la Tierra. Los naturalistas afirman que el león es el rey de los animales; pero Yo os repito que la serpiente lo es. Pues aunque el león gracias a su fuerza en la lucha vence a todos los otros animales, ante la serpiente huye. Y si esta en su asecho ha logrado rodear al león, entonces este está perdido; pues ya es una desgraciada víctima. En suma, ella posee la mayor reflexión, y elige el lugar para su caza con precaución y cálculo, con lo que la presa que ella ha elegido nunca se le escapará. Unicamente el ser humano es su maestro y ningún otro ser en todo el mundo, sobre todo cuando ella ya está completamente desarrollada y ha llegado a su fuerza máxima. - Ahí me refiero a las verdaderas serpientes típicas y no a sus pequeñas variantes, las cuales aun así todavía son más inteligentes que muchos otros animales muy grandes.
4. En la India y en África, donde existen muchas especies de animales feroces como leones, panteras, tigres, hienas etc., se sirven de serpientes para adiestrarlas como vigilantes más seguros y fiables para los hombres. Si en una vivienda concebida como fuera las serpientes hacen guardia, allí seguramente nunca acudirán animales depredadores; incluso el propio elefante y el poderoso rinoceronte tienen un gran respeto a estos guardas de viviendas. Las serpientes tampoco hacen daño a los animales domésticos, si los seres humanos los prevén con el alimento necesario. Pero si los hombres las dejan pasar hambre, entonces abandonan las viviendas y van a la caza.
5. Además, con cierto esfuerzo se consigue adiestrarlas de manera que a una señal dada, dentro de su capacidad, hacen todo lo que se les exige, ¡lo que también demuestra la inteligencia especial de estos animales! Y cuanto mayor es la inteligencia de cualquier animal, tanto más fácilmente se puede adiestrarlo para una buena finalidad y para sí mismo.
6. Ahora Yo acabo de hacer para vosotros el papel de Profesor Naturalista. ¡Meditad al respecto, para que no volváis a abordarme por una explicación cuando Yo en otra ocasión vuelva a llamar vuestra atención sobre esta parábola! ¿Habéis bien comprendido lo que Yo quería deciros con esta parábola?».
7. Dijo Pedro: «¡Si, Señor! ¡Tu Nombre sea alabado, porque a Ti todas las cosas son bien conocidas! Y cuando Tú explicas algo, a los seres humanos todo queda claro, ¡de modo que también a Mí! Por eso, en el futuro, también sabremos comportarnos correspondientemente».
1. Después de que Pedro había dicho esto, se veía varias balsas remadas aguas abajo, para que avancen más rápidamente de lo que la corriente los llevó.
2. A eso Pedro preguntó a Jored: «Amigo, ¿por qué reman estos tanto, lo que normalmente no se hace donde el agua de todos modos lleva las balsas con tanta velocidad?».
3. Respondió Jored: «Estos son balseros que evidentemente aún hoy quieren llegar a Samosata. Pues aquí se trata de una antigua costumbre que durante el día -es decir, mientras el Sol aún no se haya puesto- los balseros pueden pasar exentos de pagar impuestos. Pero si se presentan cuando el Sol ya se ha puesto, entonces deben desembarcar aquí y pagar el impuesto; porque de lo contrario tendrán que pagar una multa. Pues ves, ¡es por eso que estos balseros empujan sus balsas tanto agua abajo! Si continúan así, en dos horas llegarán fácilmente a Samosata sin cometer delito alguno. Pero si llegaran tan sólo media hora más tarde, ¡ya tendrían que pagar allí una multa! ¡De modo que esto es lo que pasa aquí!».
4. Dijo Pedro: «¿Pero por qué ahí pagar una multa? Pues con nosotros, donde está el Mar de Galilea, los navíos pueden llegar cuando quieran, sin pagar multa alguna; pues nadie puede ser inculpado por dificultades imprevisibles en el viaje que dificultan el progreso. ¿Por qué, entonces, una multa?».
5. Dijo Jored: «Amigo, de tu manera tienes razón, ¡pero incluso esta multa aquí está justificada! Pues todos los barqueros de este río violento saben exactamente que, para llegar allí desde donde está bien navegable, a qué hora -según el nivel de agua que haya- deben botar las barcas al agua para llegar a tiempo al lugar del destino. Si no respetan esta regla, en la noche fácilmente pueden sufrir accidentes, dado que este río tiene varios lugares peligrosos donde incluso durante el día barqueros experimentados deben concentrar su atención para pasar sin perjuicio alguno. De modo que en la noche será difícil pasar tales lugares sin perjuicio. Para evitar dentro de lo posible las desgracias fácilmente causadas por la inobservancia de las leyes de la navegación en general bien conocidas, con el acuerdo del Emperador se ha sancionado estas leyes de la navegación, castigando al transgresor con una multa adecuada, luego utilizada para la manutención de buenos puertos y para la eliminación de obstáculos que se han formado en el río. Y aquí, amigo, ves que todo este asunto no deja de ser algo bien justificado.
6. A eso dije Yo: «Amigo Jored, ¿qué pasa cuando -como aquí es el caso- a horas de la noche ladrones eliminan la guardia de las balsas, y cuando estos ladrones también durante la noche desatan las balsas ya preparadas para salir a una hora precisa. y de toda prisa se largan,
lo que con el nivel de agua actualmente un poco elevado resulta muy fácil?
7. Exclamó Jored: «Señor, ¿qué dices? Si es así, ¡entonces ahora mismo debemos intentar a retener y detenerlos, pues ya se están acercando!».
8. Dije Yo: «¡Esto no hace falta! Pues ya habrían pasado aquí hace un buen rato si Yo, a pesar de todo su esfuerzo, no los hubiese refrenado en su progreso. ¡Pero ahora poco a poco se acercan a nosotros, y ya sabremos cómo retenerlos!».
9. Exclamó Jored: «¡Ay de vosotros, malvados! ¡Ya os serán parados los pies! - Señor, ¿acaso asesinaron la guarda de las balsas?».
10. Respondí Yo: «¡Pues sí!, pero esta consistía en perros guardianes que defendieron las balsas furiosamente, y mordieron a dos de los ladrones. Pero al final del combate los animales sucumbieron por los palos que recibieron. De modo que los ladrones los tiraron al agua, soltaron las balsas y zarparon a toda prisa, antes de que llegasen los habitantes despertados por el escándalo. Aun así había hombres que les siguieron por tierra y mar, pero hasta ahora no han podido alcanzarlos. Los que vendrán por mar no tardarán en llegar; pero los que vienen por tierra difícilmente llegarán aquí antes de medianoche, totalmente agotados. Nada más ponerse el sol -lo que sucederá en seguida- vamos a atraer a los balseros a aquí a la orilla; y tú, Jored, mediante tus funcionarios les exiges la multa por tocar tierra por la noche. Mientras tanto llegarán los propietarios de estas balsas que los persiguen, con lo que se armará un lío dando inicio a una historia insólita. ¡Pero ahora manda a tus funcionarios que se dirijan a la orilla pues pronto los ladrones tocarán tierra porque Yo quiero que sea así!».
11. De prisa Jored orientó a sus funcionarios que -ignorando la índole de los balseros- se pusieron a esperar las balsas. Cuando la primera balsa tocó la orilla, de los cuatro remadores que había en ella el funcionario exigió el importe debido.
12. Pero estos remadores respondieron: «Pues nosotros queríamos continuar, pero un poder invisible nos paró y nos arrastró hasta la orilla, ¡por eso nada pagaremos porque aquí atracamos contrario a nuestra voluntad! Y, además de esto, no tenemos dinero y sólo podríamos pagar el peaje cuando volvamos».
13. Respondió el funcionario: «Aquí, con nosotros, ¡esto no funciona así! Si no queréis o no podéis pagar, esto da lo mismo, porque mientras tanto las balsas quedarán aquí como prenda, hasta que vosotros paguéis el rescate».
14. Ante esta situación los remadores estaban dispuestos a pagar, pero que se les permitiera que continuasen su viaje pues afirmaron que son balseros muy ágiles también durante la noche.
15. Pero el funcionario se lo negó y dijo: «¡Pagad ahora, y mañana podréis partir a la hora legal! Y si no pagáis ahora, ¡mañana os tocará pagar el triple!».
16. Al oír esto, los ladrones pagaron el impuesto y amarraron la balsa en la orilla; pero de ninguna manera querían bajarse de la balsa. Lo mismo sucedió con las cinco balsas que les estaban siguiendo. Y cuando también estos habían pagado el impuesto, ya se notaba que se estaba acercando la balsa que estaba siguiendo a las seis robadas, y que llevaba ocho hombres -los que también estaban remando aguas abajo a más no poder. De modo que tardó pocos momentos y la balsa tocó nuestra orilla.
17. Los ocho balseros en seguida reconocieron sus balsas robadas y dijeron con ojos furiosos: «¡He aquí que os hemos pillado, vosotros, que sois unos pícaros conocidos! ¡Desde ahora vuestra costumbre de robar balsas ya se os acabará para siempre! Esta madera está destinada a una construcción importante en Serrhe y nosotros la conseguimos a gran coste, en Arasaxa, Tonosa, Zaona, Lacotena, en Mesopotamia donde nosotros habitamos. ¡Y vosotros, bribones sin escrúpulos, queríais robar esta madera de una manera tan ingenua que ni siquiera habéis pensado en vuestra propia seguridad! Pues intentasteis huir, sin considerar que con esta madera tan pesada nunca os podríais escapar, dado que nosotros tenemos los medios para perseguiros hasta a la India. ¡De modo que por esta vez no os escaparéis del castigo merecido!».
18. En aquel momento se fijaron del aduanero Jored que les estaba conocido, se acercaron a él y le presentaron su queja.
1. Pero Jored les dijo: «¡Antes de todo sed contentos de haber recuperado la madera! Pero lo que ahora me señaláis, esto ya lo sé hace casi una hora por intermedio de un Forastero que desde algunos días con sus discípulos habita en mi casa. Unicamente a Él debéis el hecho de haber recuperado vuestra madera tan cara; porque sin la Ayuda de Él, ahora vuestra madera seguramente ya habría llegado a más allá de Samosata. Pues los ladrones habrían seguido hasta Persia o India, y aunque los hubierais alcanzado, nada habríais adelantado, porque ellos cuentan con veinticuatro hombres, con lo que son tres veces superior a vosotros que sois ocho. Por eso, ante todo, sed contentos de haber recuperado vuestra madera, ¡y agradecédselo a aquel Hombre singular, sin el cual nunca la habríais recuperado!».
2. Afirmaron los balseros: «Por supuesto, amigo, ¡esto lo haremos y seguro que este buen hombre estará contento con nosotros! ¡Pero se diría que antes habría que tomar medidas para que estos pícaros estén entregados a las manos de la justicia!».
3. Dijo Jored: «¡Fijaos en ellos como están en las balsas! Pues nadie de ellos puede apartarse de las balsas y menos aun huir. ¿Quién los retiene? Os lo digo: aquel Hombre de Quien os hablé. Y si no fuera así, entonces los balseros ladrones ya se habrían tirado al agua y -como eximios nadadores- ya habrían llegado a la otra margen, sin que pudiesen ser perseguidos. Pero así es como lo quiere este Hombre singular, de modo que no puede suceder de otra manera que precisamente así como Él lo quiere. ¡Y yo os digo esto para que no toquéis a los ladrones sino que dejéis la solución de este caso a mencionado Hombre, y así haréis todo lo mejor posible!».
4. Dijeron los balseros: «Si es así -con lo que estamos perfectamente conformes-¡entonces llévanos a este hombre excepcional y hablaremos personalmente con él!
5. Respondió Jored: «¡Ved, es Éste, casi a mi lado!».
6. Los ladrones que habían oído esta conversación, lleno de rabia me regañaron los dienten y tenían muchas ganas de levantar la voz y de maldecirme. Pero Yo, antes ya, les había paralizado la boca -en lo que se refiere al hablar-, con lo que se parecían a los mudos que tampoco pueden hablar.
7. Los balseros se inclinaron profundamente ante Mí y dijeron: «Amigo, vemos que posees enormes poderes y propiedades inherentes a ti, tal como nuestro amigo Jored nos lo ha señalado. Pero quién eres, y cómo has conseguido estas facultades milagrosas, ¡esto a nosotros que somos de Lacotena no nos concierne en absoluto! Pero por la amabilidad de Jored, el apreciado jefe aduanero, nos hemos enterado que debemos todo únicamente a ti. Y referente de lo que hay que hacer con estos pícaros para condenar y castigarlos convenientemente, él nos recomendó que toda decisión a tomar te dejásemos únicamente a ti. Por eso, nosotros como ciudadanos de Lacotena siempre sinceros, te rogamos que seas tan amable de indicarnos lo que te debemos por tus esfuerzos inestimables que aplicaste en nuestro favor, y que según tu parecer seguramente siempre sumamente justiciero juzgues a estos ladrones malvados».
8. Dije Yo: «¡Tranquilos!, ¡porque todo lo que Yo hago, lo hago sin recompensa! Pero vosotros tenéis pobres en vuestra ciudad, ¡a estos hacedles el bien, pues considerad que los pobres también son hermanos vuestros! No seáis mezquinos ante ellos y dadles con alegría de vuestras abundancias, ¡pues esta es la mejor manera de sanear la zona de ladrones y salteadores! Ante todo os sea dicho que precisamente estos ladrones aquí son unos pobrecillos pues es ni tanto una mala voluntad sino solamente su pobreza que los ha incitado a este robo y a otros hurtos anteriores menos importantes.
9. Si estos hombres que podrían ser obreros bien aplicados pudiesen conseguir empleo con un patrón justo y honesto, donde pudieran obtener un pago justo, seguro que de buen agrado desistirían de su actividad indigna. Pero mientras esto no sea el caso, realmente no les quedará otro remedio que continuar siendo lo que actualmente son por la necesidad.
10. Como no poseen tierras, tampoco pueden labrarlas, pues todos los campos, bosques y montes son propiedades vuestras que por una extensión de varias horas están yermos porque no podéis cultivarlos. ¿Por qué no entregáis a los pobres algunos campos para su cultivo provechoso? De esta manera esta gente también tendría algo. Y, además de esto -una vez que los campos actualmente desiertos estén cultivados-, también os producirían un tributo moderado. ¡Decid vosotros mismos si esto no sería más favorable que, como los pocos ricos que sois, finalmente quisierais poseer todo - lo que no os aportaría un beneficio sino un daño inimaginable!
11. A estos veinticuatro ladrones nada les diré, dado que estos ya se han entregado demasiado profundamente a su concepto de ladronería. Pero en vuestra ciudad y todo su extenso alrededor aún existe un gran número de gente parecida... Haced pues lo que Yo ahora acabo de aconsejaros, ¡y pronto ya no tendréis que quejaros de latrocinio!
12. Podéis colocar tantos guardianes como queráis y podáis, ¡pero con esto poco conseguiréis! Porque así sólo provocaréis a la pobreza a una reacción mayor, pues esta no descansaría día y noche para arruinaros. - ¡Si seguís mi Consejo, los pobres abastecidos por vosotros serán los mejores guardias!».
. (El Señor:) «Había una vez un hombre que con su familia emigró a un territorio donde no vivía ni un solo ser humano, con lo que podía decir: “Hasta donde llegue mi vista, ¡todo esto es ahora propiedad mía!”. Pronto construyó una vivienda práctica y se alimentaba de la leche de las muchas cabras salvajes que se encontraban allí; pues no eran tímidas porque nunca habían sido perseguidas por cualquier cazador. En el correr de los años también su familia había aumentado y la vivienda antes tan humilde se había transformado en un verdadero castillo... eso porque en aquel territorio él había encontrado una gran cantidad de oro puro y aún más piedras preciosas - tesoros que ya no se atrevía guardarlos en su antigua vivienda simple.
2. Cuando por su recolección tan aplicada sus tesoros de oro y piedras preciosas aumentaban aún más, él envió mensajeros a países habitados para que procuren de intercambiarlos por objetos caseros. Al principio hizo buenos negocios, por lo que también permitió la entrada de algunos forasteros a su territorio, destinados para servirle.
3. Pero como el salario que les pagó era muy pobre, a pesar de que tenían que trabajar todo el día y casi toda la noche para él y su familia, ellos empezaron a enfadarse, exigieron un salario mejor y un mejor tratamiento. El hombre entonces tan rico los avisó: “Tened paciencia hasta que yo tenga mi casa arreglada más convenientemente, ¡y después ya os ampararé a vuestra satisfacción!”. A eso los trabajadores se conformaron y volvieron a su trabajo.
4. Pero el hombre rico se dijo: “Pues ahora ya empiezo a tener miedo de ellos. Por esto volveré a enviar mis mensajeros confiados para que me traigan guardias y piquetes, a los que voy a atender un poco mejor, ¡con lo que ellos ya sabrán controlar las travesuras de los trabajadores!”. - Esto también lo hizo. Y cuando los trabajadores lo vieron se entristecieron y juraron vengarse en este hombre tan duro y rico.
5. A eso, secretamente, también ellos mandaron llamar ayudantes de su país, los que se presentaron pronto en la expectativa de sacar un buen botín. Así protegidos, los trabajadores volvieron a dirigirse a su patrón -que mientras tanto se había enriquecido aún más y que ya tenía un país muy grande como propiedad suya- y le recordaron seriamente al debido aumento del salario y del trato correspondiente ya prometidos hace mucho tiempo.
6. Pero el propietario ya tan rico llamó la guardia para que castigase a los trabajadores por su sublevación, y que les limitase aún más sus pobres pagos. A esto los labradores perdieron su paciencia y dijeron: “Señor, ¡gracias a nuestro esfuerzo llegaste a ser tan rico! Nuestras manos te han construido este castillo tan sólido, instalaron diversos talleres y cultivaron tus campos con cereales y viñas. Fuimos nosotros que recogimos oro, plata y mucha clase de piedras preciosas, y los llevamos para vosotros a los mercados en todas partes. - ¡¿Y ahora intentas mantener y tratarnos aún más mezquinamente que hasta ahora?! Espera, tú, ¡pues ya haremos que esta idea se te desvanezca!
7. En esta Tierra cada hombre tiene para sí mismo el derecho de recogida y de recolección. Pero si sirve a un semejante, entonces éste debe mantenerle, dado que el hombre le ha cedido su propio derecho de recogida y de recolección. Nosotros que somos muchos, todo esto lo hemos hecho en tu favor, pues todas nuestras ventajas justificadas te las hemos cedido a ti. ¿y ante todo esto ahora intentas reducirnos a nada? En realidad, hombre más duro, la recompensa para todos nuestros esfuerzos y nuestra diligencia era apenas un poco más que nada. Y aparte del tratamiento tan miserable que nos diste, ¡últimamente tu abuso llegó hasta tal extremo que con descaro mandaste a tus guardias a registrar nuestras cabañas para ver si también teníamos recogida alguna pequeñez escondido para nosotros mismos! Y si alguna vez un guardia había encontrado alguna pequeñez con alguien, a este tú no sólo se la quitabas, sino también hacías aplicarle un castigo cruel. Y aparte de esto pronunciaste la ley que en adelante a cada uno que ocultaba algo de los tesoros le iba a tocar la pena de la muerte.
8. Como tú, sujeto infame, eres capaz de hacer algo así con nosotros -sin tener lo más mínimo en cuenta que nosotros somos seres humanos tanto como tú, y que por parte de un Dios todos tenemos exactamente el mismo derecho a este suelo como tú-, ¡ahora nosotros exigimos de ti la devolución de todos los tesoros que nosotros con un gran esfuerzo hemos acumulado en tu beneficio; porque por nuestro gran esfuerzo aplicado también son propiedad nuestra! La Tierra nos ha dado estos bienes y no hay Dios ni ser humano que nos habría negado su recolección - de modo que estos bienes son perfectamente propiedad nuestra dada por Dios, y no existe quien nos pudiera negarlos. Por eso, si no nos los devolvieses, ¡ante nosotros serías un bandido! Sólo te quitaremos lo que hemos juntado y nada te exigiremos por la construcción de tu palacio, la que nos costó siete años de gran esfuerzo. ¡De modo que ahora devuélvenos dócilmente lo que es nuestro, porque de lo contrario aplicaremos la fuerza, pues nos llevaremos todo y, además, aún destruiremos todo tu palacio tan sólido!”.
9. Cuando al hombre rico le quedaba claro que ante los muchos trabajadores nada podría conseguir a la fuerza, a eso les dijo: “¡Tranquilizaos! Pues reconozco mi injusticia cometida ante vosotros. ¡Por eso, desde ahora, os tratare como si fuerais mis propios hijos! De modo que os doy el derecho integral de recogida y de recolección, y por esto -dado que yo soy el que con mucha pena ha buscado y descubierto este país- sólo tendréis que entregarme un diezmo de todo lo recolectado, en cambio de lo que yo os garantizo toda protección”.
10. Pero los empleados respondieron: “Si fueras un hombre de palabra te lo creeríamos; pero como hasta ahora nunca has cumplido con lo que nos habías prometido, también esta vez no te creemos. Pues, ¡tu gran avaricia nunca te permitiría cumplir con tu palabra! Ya te habríamos creído otra vez; pero sabemos demasiado bien que a causa de nuestra travesura después de nuestra retirada pacífica, en tu castillo en seguida ibas a aumentar tus guardias por diez veces, con lo que estos después en su superioridad aplastante ya iban a castigarnos de tu manera. Por eso, devuélvenos lo que para ti consta como propiedad nuestra, ¡y nos largamos de aquí para todos los tiempos!”. - Pero el rico todavía vaciló, por lo que los trabajadores mismos recogieron todo y partieron».
1. (El Señor:) «Ahora Yo os pregunto, amigos Míos: Bajo estas circunstancias, ¿acaso los trabajadores actuaron bien con su patrón, o no?».
2. Respondieron los ocho dueños de las balsas: «Pues sí, bajo estas circunstancias los trabajadores tenían un derecho bien fundado en toda naturaleza. Pues nos consta que cualquier ser humano dotado de un buen sentido común y de algo de inteligencia, debe tener el derecho de recogida y de recolección, dado que él está colocado en el suelo de esta Tierra donde requiere un sustento y, sin más ni más, también un refugio, con lo simple que fuera. Pero no debería haber al mismo tiempo otra persona con el derecho de quitar lo recogido a aquel que lo recogió y lo recolectó».
3. Dije Yo: «¿Acaso el rico recolectó con sus propias manos? ¡Nada de eso! Pues esto lo hicieron sus trabajadores - ¡seres humanos como él! Estos han trabajado, recogido y recolectado para él, y le han traspasando su buen derecho personal a cambio del salario prometido. Sin embargo, ¡él los privó de su pago prometido y, además, aun los tiranizó! ¡Con lo que finalmente tenían todo el derecho a exigir y llevarse su propiedad de aquel para quien habían recogido y recolectado!
4. Si, por ejemplo, el A había recogido y recolectado con diligencia, y de esta manera se había preparado una gran provisión, entonces el B perezoso no tiene derecho de usurpar la provisión del A diligente. Pero en mi Parábola precisamente el hombre rico es el B perezoso, y los labradores son el A diligente. Siendo así, si a los labradores por su pena y su trabajo no les está proporcionada una indemnización acorde con el servicio prestado, estos también tienen el derecho de exigir del dueño ilegítimo la devolución de su propiedad».
5. Dijeron los ricos dueños de las balsas: «En este caso sin duda alguna. ¡Pero entonces incluso ningún monarca tiene un derecho de exigir de nosotros impuestos y recaudaciones; pues él no trabaja, no recolecta ni recoge! ¡Y si nosotros los súbditos fuesen más fuertes que su guardia, entonces podríamos quitarle lo que según las leyes de la naturaleza es nuestro!».
6. Dije Yo: «¡En eso estáis muy equivocados! - En caso de un soberano la situación es totalmente distinta, porque él no es más que un sublime superior de comunidades que, ante todas estas, tiene la obligación regia de ocuparse del orden y de la seguridad interior, con lo que también debe llevar el cetro del poder y de la espada de la ley y de la justicia común. Tiene que organizar y mantener muchas guardias, no sólo para sí, sino sobre todo para todas las muchas comarcas, para cuyo mantenimiento necesario él no puede recolectar y recoger solamente con sus propias manos...
7. Como las leyes, los jueces y las guardias en general sólo tienen que estar mantenidos para el bien de las comunidades, estas tienen que contribuir con gusto y voluntariamente para que el monarca siempre se encuentre en las condiciones correspondientes que le facilitan a organizar y erigir todo aquello que esté en el bien de todas las comunidades. ¡De modo que lo de vuestros impuestos es un asunto bien justificado!
8. Sólo si un monarca tiránico impusiera a las comunidades extorsiones indebidas y demasiado violentas, entonces también estas tendrían el derecho de quitarle del trono, porque las comunidades desde el principio habían tenido el derecho de elegir un rey y de equiparle con fuerza y poder necesarios. Pero lo que tenían en el principio, esto siguen teniéndolo aun hoy.
9. Aun así, para cada comunidad vale más soportar durante cierto tiempo un tirano, en vez de liarse con él en una guerra; pues los déspotas en general son azotes por poco tiempo permitidos de Dios, mediante los cuales las comunidades que hace mucho tiempo ya se han olvidado completamente de Dios, están recordadas que hay un Dios Sabio y Poderoso, el único que finalmente puede socorrer a cada pueblo que esté en aprieto, si este tan sólo en serio se dirige a Él, lleno de fe y confianza, pidiéndole ayuda. Ved, ¡así están las cosas! Como acabo de orientaros, ¡ahora juzgad vosotros mismos qué vamos a hacer de esos veinticuatro ladrones!».
10. Respondieron los dueños de las ocho balsas: «¡Conforme a las leyes estos evidentemente deben ser castigados de manera ejemplar!».
11. Dije Yo: «¡Correcto! Pero ¿qué habrá que hacer con ellos cuando hayan cumplido con su condena?
12. Respondieron los dueños de las balsas: «¡Se podría exiliarlos o venderlos en África o Europa como esclavos!».
13. Dije Yo: «¡Vaya! Como seres humanos no carecéis de una respuesta mundana. ¡Pero como pensáis así, veo la necesidad de comunicaros algo muy especial!
14. Ved, estos ladrones que hace años practican su negocio infame, hace cinco años eran todavía vuestros trabajadores que con toda aplicación os servían realmente bien. ¿Pero en qué medida cumplisteis con vuestra promesa? Después de cada trabajo que ellos habían realizado no tardasteis en averiguar si ellos habían dejado un desperfecto en su obra. Y si no había desperfectos, entonces vosotros mismos los inventasteis y redujisteis a los trabajadores su pago considerablemente, o incluso se lo quitabais del todo.
15. ¡¿Quién os dio el derecho de obligar a estos hombres a trabajar, recoger y recolectar para vosotros, robándoles así sus derechos humanos, libres e individuales?!
16. Cuando estos hombres vieron que vuestro comportamiento ante ellos era muy injusto, evidentemente tenían que anhelar otro remedio, mediante el cual podrían indemnizarse en vosotros por los derechos que vosotros les habíais robado. No podían actuar por la fuerza por ser vosotros mucho más poderosos. De modo que así tuvieron que entregarse a la astucia del robo, lo que hasta hoy hicieron con éxito, y sin mi intervención también esta vez habrían tenido éxito.
17. Yo os digo aún más: Estos ladrones tenían el derecho natural incontestable de reclamar de vosotros su salario; pero aun así ellos faltaron por su actitud, porque también habrían podido obligaros por vía oficial, y esto tanto más fácilmente porque precisamente el juez romano es un hombre rigurosamente justo que no se deja llevar sino por la ley totalmente seca. Vosotros, sin embargo, no tenéis derecho de juzgarlos por eso, ¡porque continuáis siendo sus grandes deudores! Pues más de lo que en Serrhe valen cientos de tales balsas, ¡esto vosotros lo debéis todavía a los obreros en su salario acordado! Por eso, antes de todo, ¡pagadles este salario que les debéis, y sólo después juzgadlos - eso por si acaso jamás se les ocurriera volver a sustraeros vuestros bienes!
18. Yo, por ahora, a estos ladrones no les aplico otra sanción sino solamente les doy los siguientes avisos: En adelante robad nada de nadie. Sed hombres libres, honestos y activos. Ya no volváis a Lacotena; pues quedaos aquí en este distrito donde encontraréis trabajo de sobra, inclusive para vuestros familiares. Vosotros los dueños de las balsas os esforzaréis por pagar a vuestros servidores el salario atrasado, traer sus mujeres y niños aquí, y mantenerlos bien abastecidos. - Con lo que ahora podéis recuperar vuestras balsas... ¡Pero debéis cumplir rigurosamente con mi sentencia, porque de lo contrario tendréis que aguardar mayores perjuicios de mi Parte!».
19. Cuando los dueños de las balsas oyeron esto, empezaron a quedarse perplejos y prometieron que iban a obedecer a mis Palabras totalmente en serio.
20. Acto seguido Yo mandé a Jored que agasaje a los veinticuatro ladrones con una buena comida, pero que de los ocho dueños de las balsas cobrase todo lo que estos consumiesen. - A eso volvimos a entrar en la casa, donde ya nos estaban esperando unos pescados muy bien preparados.
1. Cuando entramos en nuestra sala, con profundo respeto las cinco sacerdotisas vinieron a mi encuentro y me pidieron perdón por antes haber contradicho tan tenazmente a Mí y mis discípulos, pues nunca habrían podido imaginarse Quién soy.
2. Pues los sacerdotes, sus maridos, habían ido directamente al grano diciéndoles que Yo, en mi Parte espiritual, soy el Dios Uno y Único, revestido de un cuerpo físico para hacerme visible y accesible a los seres humanos. Aunque mi cuerpo sea limitado como él de cualquier ser humano, pero mi Espíritu penetra en y por todo lo cercano y lo distante. De modo que basta con que Yo quiera, y esto se realiza cerca o lejos, según Yo quiera. Tan pronto que Yo quiera algo, esto instantáneamente entra en existencia, y eso durante tanto tiempo como Yo quiera tenerlo como existente. Pero si en adelante Yo ya no quisiera que esto exista, todo desaparecería como si nunca hubiese existido. De modo que también mi íntimo Espíritu divino sabe de todo, con lo oculto que fuera, incluso los pensamientos más secretos de todas las personas sobre la Tierra, y todo lo que en esta Tierra haya sucedido tan secretamente como fuera.
3. Todo esto los maridos se lo habían confirmado con ejemplos palpables, de modo que las mujeres no podían por menos de creer sin duda alguna lo que sus maridos les habían dicho acerca de Mí - razón por la que ellas se acercaron a Mí con semejante respeto tan profundo.
4. Tranquilamente Yo les dije: «Si vosotras, mis queridas niñas, ahora sabéis esto mediante vuestros maridos. y creéis realmente que Yo soy Éste y Aquel, entonces vuestra manera de venir a mi encuentro no figura en Orden alguno. Una veneración exagerada e ilimitada ante un Ser divino -la que rellena el ánimo humano con remordimientos- es tan perjudicial como una demasiado ínfima... Si veneráis alguien de manera extraordinaria con miedo y temblores, ¡entonces preguntad vuestro corazón si aun así también podéis amarle! Pues si alguien no os importa, ¡tampoco podréis amarle! Pero si reconocéis a alguien en sus muchas cualidades y facultades tan óptimas, entonces en vuestros corazones le admiraréis encantados, y empezaréis a amarle profundamente. Y ved, precisamente este es el respeto correcto que vosotras debéis a un Ser Divino - tanto como a cada ser humano que es vuestro prójimo en todas partes de donde sea que se os acerque uno.
5. ¡Desistid pues de vuestra veneración actualmente demasiado exagerada, sentaos a la mesa y me haréis compañía con alegría y satisfacción! Si en vuestros banquetes estuvisteis de buenos ánimos, a pesar de que la muerte todavía reinaba en vuestros corazones, ahora podréis disfrutar tanto más fácilmente, dado que ahora la muerte se ha apartado de vosotros y la Vida ha entrado en vuestro interior. - ¿Qué me decís a esto?».
6. Respondieron las sacerdotisas: «¡Está bien, sólo que todavía estamos muy conmovidas del Poder y de la Inmensidad de tu Espíritu! ¡Pero también en este tramo de la Vida nos esmeraremos lo más posible para no temblar delante de Ti, sino respetarte verdaderamente, y amarte con seguridad encima de todo! ¡De modo que te dedicamos toda honra y todo nuestro amor!».
7. Dije Yo: «Pues bien, ¡ya está bien así! ¡Pero ahora sentémonos todos a la mesa para comer y beber con todo placer! Y después de la comida vamos a tener una buena charla.
8. Así fue. Y al terminar la comida, las sacerdotisas sabían hablar de muchas cosas peculiares, y el tema abordaba la Luna y su influencia perjudicial sobre la Tierra y muchas personas.
9. Una de las sacerdotisas contó que había conocido a un sonámbulo que, sobre todo en Luna llena, durante la noche salía de su cuarto a ojos completamente cerrados, erguía las manos para la Luna y luego, con una gran seguridad, trepaba en las paredes más abruptas como si estuviera andando en el suelo más llano. Sólo que los espectadores sorprendidos debían abstenerse de cualquier ruido, dado que cualquier ruido producido por un ser humano ponía la vida del sonámbulo en peligro.
10. Finalmente la sacerdotisa preguntó: «Entonces, ¿qué propiedad particular de la Luna es la que influye a ciertas personas y cómo se les ocurre esto?».
1. Dije Yo: «Consta que la Luna por ser el astro más cercano de la Tierra, ejerce cierta influencia sobre la misma; pero por regla general no influye sobre seres humanos, animales, plantas y minerales, sino sí, sobre aquello que de una u otra manera de ella origina. Por eso, sobre todo los elaboradores de calendarios, ¡prestad atención!
2. Ved, la Luna es casi un mundo como esta Tierra, y es precisamente el acompañante continuo de esta en su trayectoria anual alrededor del Sol - un recorrido típico de todos los planetas, pero en diferente tiempo. Los planetas que se encuentran más cerca del Sol necesitan menos tiempo para su órbita que la Tierra, y los que están más lejos necesitan más tiempo que la Tierra. Júpiter y Saturno también tienen lunas en su derredor; pero como estos planetas son mucho más grandes que esta Tierra, tienen varias lunas, mientras que los pequeños planetas no tienen lunas. La rotación de la Tierra por su propio eje causa día y noche, y la vuelta de la Tierra por Sol causa el año».
3. A estas Palabras mías los paganos se quedaron boquiabiertos porque mi Explicación sobrepasaba en mucho el horizonte de sus conocimientos; por lo que un sacerdote dijo: «Señor, te agradecemos por todo, ¡pero ya no nos des más explicaciones, porque nos resulta imposible comprender algo que no podemos asimilar!».
4. A eso Yo respondí: «Bueno. Si sólo se trata de una asimilación, ¡ahora mismo aquí la tendréis!».
5. Enseguida encima de la mesa -en el alto espacio libre del salón- todos vieron el Sol, la Tierra con la Luna, y también todos los demás planetas con sus lunas - todo en su movimiento correspondiente... El asombro fue general e indecible, y durante dos horas Yo les expliqué todo minuciosamente, con lo que ahora todos lo comprendieron con gran alegría. Aparte de las relaciones matemáticas, también les demostré detalladamente la habitabilidad del Sol, de los planetas y de sus lunas y, sobre todo, la habitabilidad de la Luna de nuestra Tierra.
6. Luego Yo les dije: «Dado que ahora reconocéis y comprendéis lo que acabo de explicar, ya puedo deciros algo acerca del mal del sonambulismo: Los habitantes de la Luna -por ser seres humanos simples y muy introvertidos- tienen el don especial de visiones, mayormente por el turno de noche lunar que dura catorce días terráqueos, los cuales pasan casi siempre durmiendo en sus hogares subterráneos. Pero aun así durante tales sueños sus almas continúan completamente despiertas, con lo que ven todo que se halla alrededor de ellos, sea cerca o lejos. De modo que también ven esta Tierra a la cual en cierto sentido pertenecen - sólo que debido a la posición natural de la Luna durante el día lunar tan extenso nunca pueden ver la Tierra despiertos. pues los habitantes de la Luna viven únicamente en la parte opuesta a la Tierra, y no en la otra parte que está dirigida hacia la Tierra. Pues como Yo ya os he explicado antes, en la parte de la Luna dirigida hacia la Tierra por razones de la naturaleza no hay aire, ni agua. y aunque en muchas de las depresiones haya cierta especie de aire, este no sirve para que seres encarnados la respirasen, dado que le falta completamente el oxígeno.
7. Los seres humanos de la Luna en su estado natural tampoco desean cambiar allí, dado que en su vida de ensueño -la que quieren lo más de todo- de todos modos pueden ver y experimentar todo que sirve para la salvación de sus almas. Por eso, en general, su deseo primordial es llegar lo más pronto posible a ser habitantes de la Tierra, lo que de cierto modo también es su finalidad. Cuando en su mundo hayan dejado su cuerpo atrás, sus almas inmigrarán directamente en esta Tierra -si en su vida carnal en la Luna se habían hecho dignos de esto- y en ocasión oportuna se engendrarán en un cuerpo materno para volver a encarnar, esta vez en esta misma Tierra como hijos de esta. Luego crecerán aprovechando de la educación por los seres humanos terrestres, con lo que al menos obtienen la facultad de que ya aquí o en el Más Allá estén encaminados en el camino de los hijos de Dios.
8. Bueno. Las almas de estos seres humanos son de sustancia de la Luna, por lo que sobre todo en su vida de ensueño sienten una atracción a su lugar de origen - hecho que se manifiesta lo más fuertemente en luna llena, porque a través de esta luz se baja a la Tierra una cantidad mayor de específicas anímicas sustanciales, las que excitan y atraen los nombrados seres humanos de almas lunares.
9. Aun así, a pesar de todo, esta influencia puede ser remediada fácilmente a través de imponer las manos por personas llenas de fe, y por el uso de baños fríos».
1. (El Señor:) «Además, tal facultad no perjudica al hombre, y menos aún a su alma; pues en general tales personas son de índole buena y mansa, y la convivencia con ellas es agradable. Pero a veces con tales seres humanos puede acontecer que su cuerpo por donde se encuentran los intestinos más brutos aún esté poseído por otra alma que todavía vaga libremente por el espacio aéreo de la Tierra. e incluso frecuentemente por varias almas. Ahí se trata en general de almas que, en esta Tierra, ya habían pasado por una prueba de vida en la carne, sólo que debido a su gran sensualidad y su amor propio nada ganaron para su salvación en el Más Allá, sino que aun perdieron mucho.
2. En general, cuando estas almas manifiestan una tendencia hacia una mejora, en una ocasión apropiada y justa son admitidas para una nueva prueba de vida en la carne. Pero ahí hay muchas que no tienen paciencia para esperar hasta que estén engendradas en un seno materno, pues dicen: “Vaya, vaya, ¡carne no deja de ser carne! ¡Pues tomaré posesión de la carne de cualquier hombre y la flagelaré lo más posible; y una vez que la carne por tanta flagelación se haya desmoronado completamente, podré abandonarla como alma purificada y podré ingresar en la bienaventuranza!”.
3. Pero almas como esta están muy equivocadas, porque tal posesión posterior de la carne no es solamente inútil sino, además, perjudica mucho. porque tales almas otra vez tienen que esperar por mucho tiempo hasta que puedan ser admitidas a cualquier nueva encarnación verdaderamente real en un seno materno. Pero aun así, tales tomas de posesión de la carne de otros seres humanos son permitidas, porque cada alma que está destinada a que algún día tenga una vida totalmente libre, al final únicamente podrá ser mejorada y fortificada mediante esta libre voluntad misma. Pero la libre voluntad sólo se deja influir mediante toda clase de experiencias amargas. Pues solamente así la libre voluntad llega a tener aquella sobriedad humilde, mediante la cual esta finalmente se somete a la voluntad más lúcida de un espíritu mejor; con lo que así evoluciona verdaderamente de por sí sola.
4. Con lo que veis, ahí nuestros seres humanos de almas lunares temporalmente están un poco comprometidos porque por tales almas todavía malvadas que vagan libremente por ahí -las que todavía merecerían que se las llamara “Ouvraci26”- pueden lo más fácilmente ser poseídas temporalmente. de lo que la propia alma encarnada nunca sufre daño alguno porque tal estado le trae el beneficio de ser muy humillada, pues con eso ya no siente placer alguno en la vida física - lo que es ventajoso para los seres humanos con almas de la Luna... Porque primero, a pesar de su clarividencia, generalmente son muy obstinados y se abandonan al amor sensual. Segundo son muy egoístas y agresivos; además reservados y tramposos - aunque nunca sean verdaderamente malignos.
5. Pero también tal posesión puede ser curada por la oración, por la invocación de mi Nombre, por el ayuno y por la imposición de las manos en mi Nombre. - De modo que ahora estáis informados de todo lo que de momento necesitáis saber. Todo lo más sublime os lo enseñará vuestro propio espíritu, al que en tiempo justo Yo llenaré con el Mío».
LA NATURALEZA DE LA MATERIA.
LA INFINITUD DEL SEÑOR
. (El Señor:) «Acabo de demostraros qué y quién es el ser humano y su incumbencia para alcanzar la Vida Eterna. Desde ahora depende de vosotros mismos si actuáis conformemente. ¡Pero tened cuidado que no por causa del mundo volváis a caer en las antiguas tonterías y por eso en vuestra antigua muerte, porque entonces resultaría mucho más difícil llevaros al buen camino que ahora! Resulta que ahora ya no puedo quedarme personalmente más tiempo entre vosotros; pero si continuáis activos conforme a mi Doctrina, Yo continuaré con y en vosotros actuando en el Espíritu, ¡y todo lo que pidierais a este Espíritu divino en mi Nombre, esto os será dado.
2. ¡Pero de ninguna manera me abordéis con deseos mundanos; porque tal veneno mortífero para el alma nunca os daré, aunque me lo pidieseis por años! Mi Misión consiste en liberaros en vuestras almas totalmente de todo mundo, y de ninguna manera ataros aún más a él.
- De modo que ahora sabéis lo que debéis hacer y lo que debéis creer, y de momento no hace falta más.
3. Ahora hay otra cosa: Mira, mi amigo Jored, ya hace tres días que nos encontramos en tu casa y hemos consumido mucho. ¿Qué te parece que te debemos por ello?».
26. Demonios (aptos para la conversión).
. Conmovido, Jored respondió: «Señor, todo lo que existe, de todos modos es tuyo, ¡de modo que a mí me corresponde preguntarte a Ti, cómo y cuándo podré saldar mi gran deuda para Contigo, pues yo soy tu enorme deudor! Aunque aquí quedases durante mil años, con mil veces más discípulos, comiendo y bebiendo día y noche, ¡incluso después de mil años yo seguiría siendo el mismo deudor de ahora! Por eso te ruego que tengas piedad de mí y que seas compasivo conmigo, ¡porque todas las demás cosas valen nada! - Pero aun así, Señor, ¡todavía quisiera presentarte algo!».
5. Dije Yo: «¡Ahórrate tus palabras, porque de todos modos ya sé qué deseas conservar por algún tiempo en este salón! Pues de momento quisieras quedarte con estos astros tal como son. Pues sí, ¡que para vuestra elucidación aún se queden así durante un año! Durante este tiempo los podéis copiar de manera artificial, porque después estos milagrosos desaparecerán, así como algún día se desvanecerán todo este cielo visible y esta Tierra, cuando habrán soltado completamente todo que en ellos está aprisionado.
6. Porque sabed: ¡Todo lo que el espacio infinito en esta era contiene de material es elemento espiritual cautivo en juicio! Pues son espíritus en el juicio de la Fuerza y del Poder de la Voluntad divina hasta que llegue una época determinada en la cual estos -por parte de la Omnisciencia divina considerados como aptos- hayan alcanzado aquel grado de firmeza constante y autónoma sobre el cual, sólo entonces, pueden ser iniciados en el perfeccionamiento de la Vida espiritualmente autónoma. - Esto, por ahora, aún no lo entendéis, pero ya vendrá el día en que lo entendáis.
7. Todo esto os lo he dicho para que también vosotros como paganos podáis reconocer que Yo soy el propio Eterno Yo. Y en el Fondo del fondo, todo que abarca la Infinitud es Yo. Pero de momento guardad este saber para vosotros mismos hasta que el Espíritu eterno de la Verdad os esclarezca al respecto.
8. En esta noche aún os doy un pequeño plazo para hacer preguntas; de modo que el que quiere saber más, ¡que pregunte! Aún antes de la salida del Sol seguiré el camino, porque aún tengo muchos “niños” que intento visitar como verdadero Padre de la Vida, ¡para transmitir también a ellos la Buena Nueva de la Vida Eterna!».
9. A eso se levantó un sacerdote y dijo: «Señor, ¡mañana aún no debes abandonarnos porque ahora mismo acabas de incendiarnos la llama de la Vida, por lo que habrá mucho donde precisaremos de tu santo Consejo!».
10. Dije Yo: «¿Acaso soy yo27 el Yo, o mi Espíritu íntimo lo es? Ya os afirmé que mi Espíritu íntimo permanecerá con vosotros y, caso que necesitarais algo, Él os lo dará sin restricción. En adelante mi Personaje ya no os resulta útil, sino únicamente el Espíritu que nunca os abandonará, ¡a no ser que vosotros le abandonarais!».
11. Prosiguió el sacerdote: «Señor, esto ahora lo creemos todos sin la menor duda; sólo que ahora sentimos un gran amor por Ti porque ahora te hemos reconocido en toda Plenitud. ¡¿Y precisamente ahora ya quieres abandonarnos?! Señor, ¡quédate personalmente al menos un día más, y con esto todos seremos verdaderamente felices!».
12. Dijeron también Jored y su hijo: «Sí, sí, Señor, ¡así es! ¡Quédate por lo menos aún medio día más con nosotros y te acompañaremos a donde sea que quieras irte!».
13. Dije Yo: «¡Pues bien, aún tomaré el desayuno con vosotros, pero en seguida después sin demora partiré de aquí de toda prisa!».
14. Dijo Jorabe, el hijo resucitado: «¡Oídme, mis queridos todos! ¡A este Dios únicamente y eternamente verdadero sólo le retiene el Amor! Porque el Amor es el único Poder al que Él obedece, ¡incluso en Sí Mismo! Por eso, ¡nutramos un amor justo para con Él, y Se quedará con nosotros hasta mediodía!».
27. Como ser humano de este mundo.
15. Dije Yo: «Has hablado correctamente, porque esto no te lo ha insinuado tu sangre sino tu Espíritu. Sin embargo, no puedo por menos de hacer como Yo antes lo he pronunciado. A fin de satisfacer a todos, partiré solamente después de la salida del Sol, continuando con vosotros en el Espíritu. Ahora queda la pregunta si comprendisteis todo, o si alguien entre vosotros todavía quiere preguntarme algo».
1. Dijo la sacerdotisa de Minerva: «Señor, ¡habría preguntas a hacer durante una eternidad! Pero ¿qué adelantaríamos ante el hecho que aun así en nuestro estado actual nunca llegaríamos a percibir tus Respuestas en su integridad? Envíanos, pues, tu Espíritu prometido que nos llevará a toda la Verdad, ¡y quedaremos más que satisfechos con lo que hasta ahora recibimos de tu Parte! - Pero aún hay algo que merece ser abordado, y nos convendría que también con esto obtuviésemos una buena Orientación por tu Boca...
2. Mira. Parece que en todas las doctrinas a nosotros los seres humanos está impuesta la exigencia graciosa que debemos adorar un ser divino. Bueno, para nuestros falsos dioses hemos tenido un sinnúmero de oraciones consideradas buenas y también de otras consideradas no beneficiosas. Las que estaban consideradas buenas y por lo tanto de efecto seguro, eran elaboradas por los sacerdotes de suma categoría; con lo que sólo podían ser rezadas por estos mismos durante cierta ceremonia, y eso a cierta hora del día; pues formaban parte de cierto así llamado servicio misterioso al dios. A un laico y profano, bajo riesgo de castigo sin piedad, nunca estaba permitido proferir tales oraciones personalmente, pues debía acudir a un sacerdote y llevarle la ofrenda determinada para tales casos, para que luego el sacerdote en un templo en una ceremonia prevista para esto, de una manera monótona y totalmente irreflexiva murmurase de carrerilla cualquiera de estas oraciones consideradas buenas. Las oraciones no beneficiosas y por eso ineficaces también las podía proferir el profano, a fin de que meditase acerca de los dioses y así llegase a conocer los efectos de las oraciones de los sacerdotes, consideradas sagradas.
3. Que algo así ante tus Ojos y tu Oído es un horror, ¡esto nadie me lo debe explicar más detalladamente ni darme pruebas! Pero aun así a un Dios verdadero el ser humano debería adorar e invocarle tanto más con palabras seleccionadas y dignas, diferentes de las que el hombre usa en el tratamiento con su semejante. Pues en este sentido nos gustaría tener alguna Palabra de tu propia Boca para nuestra pauta».
4. Dije Yo: «Mis discípulos de todos modos ya os dieron mi Oración que Yo les había enseñado. la que cada ser humanos puede rezar en su corazón surtiendo el mismo efecto. Toda otra clase de oración que no es más que un desgaste de labios, ¡para Mí es un horror!
5. En el Espíritu, desde toda eternidad, Yo siempre soy totalmente el Mismo, pues nunca cambié y eternamente nunca cambiaré en mi Ser, mi Actitud y mi Voluntad. Ya hace tres días que me encuentro en vuestro medio. Y os he enseñado lo que os conviene saber, creer y hacer cada uno, para lograr la Vida Eterna del alma. ¿Acaso Yo os hice mención de cualquier oración o de cualquier servicio religioso misterioso y eficaz que fuera el único de mi Agrado?... ¿O os nombré cierto día de fiesta religiosa, como por ejemplo el Sabbat judío, por ellos clasificado el Día del Señor Jehová, en el que los sacerdotes prohíben a las personas toda clase de trabajo, mientras que ellos mismos en tal día practican los defraudes más vergonzosos e injustos. aun así imaginándose que con esto prestan un buen servicio a Dios? ¡Pues nada de esto oísteis de mi Boca! Y por eso Yo os afirmo como suma Verdad:
6. ¡Fuera con todas las oraciones, fuera con todas fiestas religiosas porque cada día es un verdadero día del Señor, y fuera con todo sacerdocio! Porque cada ser humano que reconoce a Dios, Le ama por encima de todo y cumple con su Voluntad, ¡él es un sacerdote verdadero y justo, con lo que también un doctrinador justo - si transmite esta Doctrina al prójimo tal como la ha recibido de Mí!
7. El que de este modo cumple con mi Voluntad -dice ahora el Señor- él reza verdaderamente, pues siempre reza sin parar. Y cada día en que un hombre en mi Nombre hace el bien a su prójimo, este es un verdadero día del Señor - pues es el único día que es del Agrado del Señor.
8. Pero cuando alguien hace un bien a su semejante, ¡entonces lo haga en todo silencio, no hable mucho de sí mismo, y no se vanaglorie con ello ante la humanidad! Porque quien actúa así, ante Mí ya se ha llevado el premio espiritual por haber cobrado consideración mundana por su noble actitud; sólo que la honra por parte del mundo nunca fortifica al alma, sino solamente la pervierte por hacerla vanidosa y orgullosa.
9. Lo mismo acontece con los ruegos por alguna Gracia de mi parte. El que mediante su ruego desea recibir algo de Mí, ¡que lo pida en silencio en su corazón colmado de amor a Mí, y le será dado lo que pidió - si es compatible con la salvación de su alma!
10. Del mismo modo, en todo silencio, también pueden juntarse dos, tres o algunos más, para rogar para sí mismos y para toda la comunidad -pero no de manera que esta en seguida se enterase- y seguro que Yo atenderé estos ruegos. Pero si esos dos, tres o algunos más publicasen a la comunidad que cierto día a cierta hora iban a proceder a tales plegarias, a fin de que la comunidad los alabara o inclusive les pagara por su plegaria piadosa. de veras, ¡tal plegaria nunca sería atendida, con lo que no serviría para la comunidad ni tampoco para los penitentes! Todo esto y cosas parecidas también los paganos los han hecho -y todavía siguen haciéndolo- pues en vista de grandes peligros se dirigieron en grandes tropeles de un templo ídolo a otro, cargados con toda clase de esculturas estúpidas, banderas, vasijas y otras tonterías, haciendo un gran alboroto y mucha bulla con cornetas, dando a címbalos y haciendo sonar escudos. Emprendían y aún emprenderán más peregrinaciones a estatuas de ídolos agraciadas, y cuando llegaban allí, practicaban toda clase de penitencias más absurdas. Además, en muchas ocasiones ofrendaron al ídolo sacrificios considerables que eran muy favorables para los sacerdotes ídolos pero nunca para los peregrinos insensatos... Con lo que semejantes plegarias y ruegos en común nunca los atiendo...
11. De modo que aquel que quiere que Yo atienda una buena plegaria, que peregrine a su propio corazón y en todo silencio me exponga su pedido con palabras naturales y sinceras, ¡y seguro que Yo le atenderé! Pero aún os advierto que nadie al mismo tiempo me venga con gestos ni cara de beatitud, porque donde junto con un ruego a Mí se presenten ciertas típicas facciones hipócritamente beatas, ¡ahí ningún ruego será atendido! Porque aquel que no viene a Mí de manera tan natural como él mismo es, y no pide en el espíritu auténtico de la Verdad plena, él no será atendido, sino únicamente aquel que me ama verdaderamente, que cumple con mi Voluntad y que se dirige a Mí tal como es, sin toda pompa y coacción, ¡pues este, sí, siempre será atendido por Mí!
12. Es costumbre antigua, incluso entre los judíos, que las personas ignorantes e insensatas a la ocasión de sus plegarias y oraciones también se pongan ropas más finas y más llamativas, porque se imaginan que el hombre nunca puede hacer en demasía todo lo que es para la mayor Gloria de Dios. ¡Pero tal insensato no tiene en consideración que hay muchos pobres que apenas pueden cubrir su desnudez! ¡¿Cómo se sentirán estos pobres cuando ven al rico tan bien vestido dentro de un oratorio, y ven que puede dar tantas honras a Dios, mientras ellos mismos no tienen medios, por lo que tienen que pensar que orando en sus trapos ciertamente ofenden a su Dios?!
13. En Verdad, Yo os digo: ¡El que especialmente vestido me pida algo, jamás será atendido, y mucho menos aun cualquier sacerdote en sus estúpidos abrigos y faldas recubiertos!
14. También existe la antigua mala costumbre que para las oraciones a Dios se sirven de cierto idioma extranjero, lo que juzgan lo más digno para la veneración de Dios. Donde sea que en el futuro se hiciera semejante tontería, ¡Yo nunca atenderé ni oiré las plegarias!
15. Ante Mí el ser humano sólo se hermosee en su corazón y me hable el idioma que es el suyo, pues que me hable la lengua de su corazón que me resulta muy comprensible, y Yo escucharé y atenderé su ruego.
16. Yo quiero que todas las antiguas absurdidades lleguen a ser abolidas por completo, a fin de que los seres humanos lleguen a ser renovados, verdaderos y puros; y donde estos sean así, Yo siempre estaré en su medio. ¡Pero que en adelante los estúpidos mundanos ciegos sean punidos por el hecho que sus plegarias no estarán atendidas!
17. Dios creó al hombre sin vestimentas, pues le creó de acuerdo con su propia Imagen; y a Dios gustó el aspecto del ser humano, dado que era su propia Imagen. Y Dios también mostró al hombre cómo hacer vestimentas para protegerse contra el frío; pero a los primeros seres humanos Dios no enseñó la confección de ropas para que fuesen usadas como atavío absurdo para sus miembros. Y mucho menos aún Él enseño al hombre hacer vestidos engalanados para que únicamente en ellos orase a Dios de manera digna.
18. Por esto, vestíos de acuerdo con vuestra condición, ¡pero de manera simple! Y no deis otra importancia a toda clase de trajes y faldas que estos son para cubrir vuestro cuerpo, porque todo lo que pasa de ahí es perjudicial y no trae buenos frutos.
19. Ahora, por lo tanto, también sabéis qué debéis hacer en este sentido. - Y como ya ha llegado la medianoche, ¡vamos ahora a acostarnos!».
1. Dijo el sacerdote de Minerva: «Señor, ¡tienes perfectamente razón en todo! Pero como hoy infelizmente pasas la última noche en nuestra compañía, en el nombre de todos te pido permiso para anotar tu Doctrina que ahora nos has dado, Palabra por Palabra, a fin de que no se pierda. Porque se trata de un mayor Bien de todos los seres humanos que por la transmisión oral con el tiempo quedaría tergiversado. Pues con el tiempo los hombres acostumbran añadir o quitar algo esencial... Pero una vez que este asunto para el control de la Verdad estuviera anotado y afirmado por todos los testimonios aquí presentes, ¡la tergiversación de tu Doctrina ya no sería tan fácil! ¡Pero para evitar que anotásemos cualquier error, te pedimos nos guíes con tu Espíritu omnisciente y omnipotente!».
2. Dije Yo: «Esto, por supuesto, lo podéis hacer; y ya que lo haréis, ¡hacedlo en varios ejemplares, para que el asunto llegue a ser popular! Así se evita -mayormente entre los paganos muy supersticiosos- que un solo libro o uno primero estuviera considerado como si surtiese un efecto mágico, con lo que el valor de su contenido intrínseco se quedaría adulterado. Pues ante tal libro los seres humanos tendrían un verdadero recelo beato que por tanta reverencia ya no se atreverían a leerlo. De modo que al fin concluirían que simplemente la veneración de tal reliquia ya les proporcionaría el Cielo... ¡Pero ante la existencia de varios ejemplares tal degeneración será poco probable!
3. No digo que los seres humanos no debieran respetar tales libros; pero tampoco deben hacer de ellos más de lo que son. Pues deben servirse de aquello para lo que están hechos y para nada más.
4. Y, además, os digo: ¡Emplead vuestros esfuerzos también enseñando a todos los seres humanos ya desde su infancia, para que aprendan leer, escribir y calcular correctamente -y no solamente a los ricos- porque de lo contrario los libros escritos os servirían poca cosa! Sobre todo procurad realizar la formación adecuada del saber de los seres humanos y de ahí del corazón, y así os garantizareis un gran premio en mi Reino. De esta manera también en la Tierra el trato con las personas os resultará más fácil porque con los seres humanos verdaderamente bien preparados el hablar y tratar resulta fácil. Pero sobre todo procurad realizar una educación justa e integral, ¡porque una educación parcial en general es peor que ninguna!
5. No privéis vuestros adeptos de cualquier Verdad, así como también Yo nada os oculté, porque únicamente la Verdad educa al hombre para un verdadero ser humano... Donde falta la Verdad es porque evidentemente se implanta la mentira, causadora de todo mal que pueda existir entre los seres humanos en la Tierra. Considerad esto como norma de Vida. Si observáis esto, ya en esta Tierra pronto percibiréis claramente las Bendiciones del Cielo. - ¿Tenéis algo más que preocupa vuestros corazones?».
. Respondió la sacerdotisa de Minerva: «Señor, conforme nuestra comprensión actual nos permite concebirlo, difícilmente habrá algo por lo que aún podríamos preguntarte por el bien de nuestro estado actual de entendimiento, dado que de todos modos ya nos has demostrado y enseñado casi de sobra. Aun así, a nosotras las mujeres, todavía nos podrías mostrar el alma de nuestro mentor, para convencernos de esta manera de antemano aún más profundamente de la continuación de la Vida en el Más Allá».
2. Dije Yo: «Vuestro pedido es un poco insensato -primero, porque todavía os falta mucho para obtener la facultad de ver un espíritu, pues un espíritu sólo puede ser visto con ojos del Espíritu, pero nunca con los de la carne; y segundo, el alma que antes fue vuestro mentor, todavía está lejos de aquel estado de Vida en que con su presencia podría proporcionaros algún beneficio- pero considerando vuestra insistencia y vuestra convicción que su apariencia va a fortificar vuestra fe, pues para llegar a una conclusión puedo concederos incluso este pedido que es demás... De modo que “¡Isma Kore!” (“¡ven y habla!”)».
3. Así Yo hice que se presentara el alma del mentor. Se produjo un gran ruido en la sala, y del suelo surgió un humo espeso como si ahí debajo hubiera un incendio. En medio del humo salió el espíritu que con cara rabiosa gritó a las mujeres: «¡¿Para qué me perturbáis en mi descanso, donde me hallo ocupado con mi perfeccionamiento. donde me encuentro en dulce compañía de espíritus afines y donde entre nosotros ni lejanamente pensamos en riña ni en alteración?!
4. ¡Ya desde hace mucho cumplí con la promesa que yo os había dado! Porque con toda claridad os había explicado la futilidad de las enseñanzas de Diógenes que para el hombre que es capaz de aceptarlas presentan una gran vergüenza porque no son más que mentiras miserables. ¡lo que es una enorme provocación para la suma Sabiduría de un Dios eterno y todopoderoso; pero vosotras tomasteis todo aquello por un simple sueño y por un pasatiempo para vuestra fantasía!
5. ¡¿Acaso ahí vuestro intelecto no os ha dicho que el hombre es Obra milagrosa de un maravilloso Creador todopoderoso . y que en el ser humano no puede suceder nada sin motivo y sin finalidad muy sabia?! Todavía en la vida terrenal os afirmé esto muchas veces, pero vosotras no me hicisteis caso porque sólo os importaba que todo el mundo os admirara en virtud de vuestra sabiduría estoica. Pero durante todo el tiempo la duda roía vuestro corazón, la que yo debería haber apagado con mi aparición.
6. Pero ahora se os presentó un Espíritu sublime que os ha instruido. ¿Por qué no Le disteis crédito? ¿Por qué me llamasteis a mí para dar testimonio de Aquel cuyo Nombre no merezco pronunciar? ¡Oh mujeres más que insensatas! Realmente, si no estuviese aquí aquel gran Espíritu, ¡ahora a todas vosotras yo os habría dado una buena paliza! Ahora daos por advertidas que, si otra vez me perturbáis en mi descanso, ¡lo vais a pasar muy mal!
7. A eso el espíritu desapareció repentinamente, de modo que las sacerdotisas no podían hablar con él, pues tampoco se habrían atrevido a dirigirle la palabra.
8. Pero Yo las pregunté: «¿Estáis satisfechas con vuestro mentor?».
9. Respondieron las sacerdotisas: «Señor, de veras, ¡a este habría convenido más el quedarse en su descanso estúpido! Si en el Más Allá sus compañeros fueran afines a él, ¡entonces todos ellos aún tendrían que trabajar mucho en la perfección de su Vida! ¡Qué aspereza y brutalidad demuestra este mentor! En sus tiempos de vida en la Tierra, en la casa de nuestros padres, él era la persona más modesta y dócil, ¡pero ahora como espíritu rebosa de ira! ¿Cómo es esto posible? ¿Acaso en este mundo él tenía otra alma?».
10. Respondí Yo: «¡Esto por cierto que no! Pero en este mundo su alma -por su sabiduría mundana- ocultó su verdadera índole, pues con la ayuda de su físico se presentaba de un modo bien distinto a su interior. Pero ahora, en su desnudez, esto ya no funciona... Pues en el Más Allá, ninguna alma se puede presentar de modo diferente de lo que es - en su interior tanto como en su exterior. Con lo que vuestro mentor ahora tenía que presentarse tal cual es, y tal como íntimamente siempre había estado en vuestro disfavor, ¡pues su modestia y mansedumbre apenas habían sido gestos de su cara exterior, mientras que su interior era totalmente distinto!
11. Por eso, en el futuro, de ninguna manera ya exijáis enseñanzas por parte de cualquier espíritu, sino vivid conforme a mi Doctrina, para que de esta manera lleguéis a ser aptos para entrar en plena unión vital con mi Espíritu. ¡Entonces fácilmente podréis prescindir de una enseñanza tan dura por parte de tales espíritus!».
12. Satisfechas con esto, las sacerdotisas perdieron las ganas de un futuro encuentro con semejante espíritu de mentor.
13. A eso Yo recomendé a todos a ir a descansar, lo que también hicieron; y Yo y los discípulos también ocupamos nuestras sillas de descanso.
14. La noche pasó rápidamente, con lo que pronto nos levantamos. Cuando queríamos salir de la sala, Jored ya vino a nuestro encuentro y me rogó a esperar el desayuno que pronto estaría preparado.
15. Yo, sin embargo, le dije: «¡Danos simplemente un poco de pan y de vino, dado que en seguida nos iremos, ¡para que los sacerdotes y sus mujeres que pronto se presentarán ya no nos encuentren aquí!».
16. Así fue; pues tomamos pan y vino y partimos, después de Yo haber bendecido la familia y los empleados de Jored.
1. Jored y su hijo Jorabe me acompañaron hasta Malaves, donde los habitantes agradecidos de toda prisa vinieron a nuestro encuentro y nos recibieron con gran alegría. Intentaron a agasajarnos, pero nada aceptamos. Sólo volvimos a recomendarles que continuasen dentro de la Doctrina que ya habían recibido, lo que prometieron con énfasis. Luego aún me preguntaron adonde pensaba irme.
2. Les respondí: «Voy a Samosata. En el caso que tuvierais una embarcación disponible, ya podríais llevarme allí».
3. Dijeron los malaveses solícitos: «Gran Señor y Maestro, tenemos dos botes que en pocas horas te llevarían a Ti y tus compañeros cómodamente hasta Samosata, sólo hay un problema que consiste en la vuelta de los botes. Tienen que ser arrastrados río arriba con bueyes y mulas, y esto solamente cuando desde Serrhe suban navíos comerciales para Melitene, con favorable nivel del agua. Luego tales embarcaciones atan botes pequeños como los nuestros, y los llevan de vuelta conforme las órdenes del capitán. ¡Pero esto no importa!, pues ya os acompañarán varios barqueros de confianza, los que en Samosata ya tomarán las medidas necesarias para que las barcas puedan volver lo antes posible. Señor, si te parece bien, ¡entonces ya podéis montar las barcas y zarpar ahora mismo!».
4. Dije Yo: «¡Muy bien, mis queridos; pero en vez de solamente dos dadnos cuatro barqueros para que nos acompañen, y Yo os garantizo que volverán aún hoy antes de la puesta del Sol!».
5. Dijeron los malaveses: «De modo natural esto no sería posible, ¡pero sabemos que para Ti nada es imposible; porque ya hemos experimentado en nosotros mismos que tu Palabra y tu Voluntad son Obra realizada y consumada!».
6. Acto seguido nos acompañaron cinco barqueros en vez de cuatro, de los cuales tres asumieron la dirección del bote mayor, y los otros dos se quedaron en el menor, donde Yo embarqué con los doce apóstoles. En realidad, esas embarcaciones eran más bien balsas que navíos, sólo que estaban previstas de bancos, protegidas de barandillas, y cada una estaba cubierta de lona gruesa.
7. Cuando Yo con los apóstoles monté al bote pequeño, Jored y su hijo se despidieron cariñosamente y me rogaron que en ocasión oportuna vuelva a visitarlos personalmente, y que me quedara más tiempo entre ellos que esta vez.
8. Yo también los saludé y les dije: «Continuad activos en mi Doctrina, y Yo estableceré mi Morada no sólo frecuentemente en vuestro medio sino, al final, completamente... - ¡Nuestros saludos y nuestra Bendición a todos que tengan una buena voluntad!».
9. Acto seguido soltaron las balsas. La pequeña tomó la delantera y la mayor salió algunos momentos más tarde, de modo que nos siguió.
10. Cuando luego estábamos solos, Pedro observó: «Señor, casi sería mejor si continuásemos moviéndonos entre paganos, descartando a los judíos, porque resulta verdaderamente en una gran satisfacción ver la ansia con la que estas personas en su interior perciben la Palabra de la Vida. Pues en seguida la destrucción de los tres ídolos fue aceptada, y aparte de las cinco mujeres casi nadie se molestaba por eso. Y finalmente incluso costaba poco llevar a las mujeres al buen camino. Mirándolo bien, en un pagano como Jored y los suyos se halla cien veces más sentido común que en un anciano y escriba judío. ¡¿Qué nos habría sucedido en Jerusalén si Tú a los fariseos hubieses diezmado el Templo como hace tres días lo hiciste con él de Chotinodora?! Veo cada vez con más entendimiento y convicción que entre todos los pueblos los judíos son los que menos merecen tu gran Misericordia, Paciencia e Indulgencia. - ¿Qué dices Tú a mi parecer?».
11. Dije Yo: «Tú hablas dentro de tu comprensión." Si tú ves un campo cubierto de mala hierba, tu raciocinio tendrá que decirte: “Este suelo debe ser bueno y fértil; vale la pena limpiarlo de la cizaña y sembrar trigo, porque entonces este suelo podrá producir un buen fruto centuplicado”. Pero si te encuentras delante de un terreno que parece ser limpio, donde sólo ves algunos pocos tallos de hierba que crecen con dificultad, ¿acaso convendría tomarse las molestias y el trabajo de transformar tal campo en uno fructífero para sembrar trigo? ¡Cierto que no! Porque donde el suelo no tiene alimento para la mala hierba, ¡mucho menos aún lo tendrá para el trigo! Pues tal suelo tendrías que enriquecerlo con un abono fuerte, para convertir el campo magro en uno que resulte fructífero para el trigo.
12. Ved, ¡las señales que tenían que producirse aquí para que estos paganos aceptaran la Fe! Pues estas señales fueron un abono fuerte para que la Doctrina -como Trigo de la Vida en el contorno del ánimo de los paganos- germinase creciendo para un fruto futuro. Cuando hace año y medio Yo me aproximé a vosotros, judíos, no hacía falta más que la Palabra, para que vosotros me siguierais, sin que hayáis sido verdaderamente conscientes a Quien, en realidad, estabais siguiendo. Aunque el suelo de vuestro ánimo haya estado cubierto de diversas especies de hierba mala, y muchos cardos y espinas hayan circundado vuestro corazón, aun así al mismo tiempo había mucho campo abierto para sembrar el trigo.
13. Con estos paganos habríamos podido hablar durante diez años, y aun así no los habríamos convertido a la Luz de la Vida proveniente de Dios, dado que a pesar de las muchas importantes señales realizadas ante ellos todavía nos oponían una resistencia férrea. Ahora son de los nuestros, más que muchos judíos. Pero también a los judíos la Luz será quitada por causa de su terquedad, y será entregada a los paganos. No obstante, nunca debéis ignorar que la Salvación de la humanidad viene únicamente de Jerusalén, y todas las promesas hechas a los judíos allí mismo se cumplirán para todos los seres humanos de la Tierra. Pero a pesar de todo esto ahora también visitaremos los paganos para prepararlos para aquello que les espera después de mi Ascensión, pues se va a esparcir el Espíritu Santo de Dios.
14. ¡Ahora tened un poco de cuidado, porque ahora nos acercamos a un punto del río en que casi no hay corriente! Por eso es preciso dar a los remos lo más fuerte posible, porque de lo contrario fácilmente podríamos ser alcanzados y asaltados por piratas. Aun así, ¡que los dos barqueros continúen tal como el agua lleva la balsa; porque Yo quiero hablar con estos piratas para hacer que desistan de su negocio!».
1. Nada más que Yo terminé de hablar, y nuestra balsa ya entró en la zona del agua parada, donde el río era muy ancho y profundo. Aún habíamos adelantado poco en esta zona, cuando nuestros dos barqueros empezaron a remar río abajo. Pero Yo les dije que no lo hagan.
2. Ellos, sin embargo, respondieron: «Señor, este punto es peligroso y podríamos ser abordados por los salteadores que exigen un tributo exagerado de todos los barcos. Si nos damos prisa, no conseguirán alcanzarnos hasta el próximo recial, con lo que estaremos a salvo porque ellos no se arriesgarían a salir de esta zona de aguas tranquilas».
3. Dije Yo: «¡No estáis equivocados! Sin embargo, Yo quiero tener un encuentro con estos piratas para impedirles su futura actividad en esta zona. Por eso, ¡soltad los remos por un rato!».
4. A estas palabras los dos barqueros dejaron de remar, y no tardó mucho hasta que algunos hombres de aspecto dudoso en un bote bastante ancho alcanzaron nuestra barca, y en seguida exigieron la entrega voluntaria de todos nuestros bienes.
5. Yo me levanté de mi asiento y, con voz poderosa, pregunté a los ladrones: «¿Con qué derecho exigís esto de nosotros y de cualquiera a quien conseguís alcanzar?».
6. Respondió un ladrón de figura gigantesca: «¡Somos piratas y sólo conocemos el derecho del más fuerte!».
7. Dije Yo: «¿Qué pasaría si aquí nosotros fuésemos los más fuertes, exigiendo de vosotros vuestros bienes o vuestra vida?».
8. Respondió el ladrón: «¡Entonces tendríamos que someternos! Pero como esto no es el caso, ¡no tardéis en entregarnos lo exigido, porque de lo contrario nos veríamos obligados a demostraros nuestra fuerza!».
9. Respondí: «¡Nada poseemos, por tanto nada daremos! ¡Y si no me creéis, ahora mismo ya podéis hacer uso de vuestra fuerza gigantesca!».
10. Acto seguido los piratas agarraron unas porras enormes para abatirnos. Yo, sin embargo, en el mismo instante los paralicé, de modo que se quedaron inmóviles como estatuas, y por sus dolores prorrumpieron en un tremendo griterío.
11. A eso Yo pregunté al pirata más fuerte: «¿Dónde, pues, se halla la justicia?».
12. Pero este gritó: «¡Oh, Poderoso, Tú eres un Dios! - ¡Ayúdanos, y desistiremos para siempre de esta actividad, pues haremos todo lo que exijas de nosotros!».
13. Dije Yo: «¡Está bien, pues que seáis libres; pero vuestro oro robado entregadlo a mis barqueros, porque de lo contrario lo pasaréis muy mal!».
14. Respondió el ladrón fuerte: «Señor, no te daremos solamente el oro sino también toda la plata; pero permítenos que todos los diez te acompañemos adonde sea que te vayas, porque presiento que eres dueño de tesoros de un valor mucho más elevado que los nuestros, ¡pues de estos tesoros tuyos quisiéramos adquirir algo, aunque sea muy poco!».
15. Pues le dije: «¡Entonces id y traed vuestro oro y vuestra plata!».
16. Ligeros, se dirigieron hacia la orilla izquierda muy rocosa, donde moraban en cavernas. En un cuarto de hora ya estaban de vuelta, y me entregaron cerca de cien libras de oro y trescientas libras de plata pura, y muchas perlas y piedras preciosas.
17. A eso llegó la barca mayor con los veinte adeptos, casi tocando la nuestra porque sus barqueros les habían dicho, que evidentemente los piratas de mala fama nos habían parado. Pero cuando perplejos vieron nuestros tesoros querían preguntar cómo los habíamos conseguido.
18. Pero Yo les dije: «¡Continuad vuestro camino, y todo lo demás ya lo sabréis a tiempo! Estos tesoros ahora ya son propiedad de nuestros cinco barqueros, y los diez hombres que nos los entregaron han venido para seguirme. - ¡Pero ahora seguid vuestro camino!».
19. A eso los veinte continuaron su curso. Entretanto, entre ellos conjeturaron: «¡Qué cosa más extraña es lo de nuestro Señor! Ahora ya acepta paganos, publicanos, ladrones y corsarios como discípulos suyos, ¡mientras que los muchos discípulos de Jerusalén en Cafarnaúm los expidió sin una sola palabra! ¡Igual aún vamos a experimentar que Él también admite prostitutas y adúlteras como discípulos suyos! ¡Cosa más extraña! Pero ¿qué vamos a hacer? ¡Él es y sigue siendo un Profeta dotado de todo Poder divino, al que nadie se puede oponer, de modo que tenemos que reconocer su Derecho, pues no hay remedio en contra!».
20. Mientras así conjeturaron, nosotros -junto con los diez piratas que en su bote ancho nos siguieron valientemente- ya los habíamos alcanzado, y Yo dije a los veinte: «A vosotros parece extraño que Yo actuara de esta manera. Con vosotros, sin embargo, ¡Yo hallo diez veces más extraño que vosotros criticáis precisamente esta Actividad mía! Todos los seres humanos son Obra mía, por tanto conozco esta Obra mejor que nadie y conozco las aptitudes de cada uno. Por lo que sé muy bien lo que hago... Por eso, en adelante, de algo que está realizado por Mí, nada os debe parecer extraño, porque de lo contrario también os debería extrañar el hecho de que Yo os haya aceptado, dado que sois mil veces peores que estos piratas que nunca habían matado a nadie, pues sólo habían quitado peso de las balsas cargadas».
21. A eso los veinte se armaron de valor y me pidieron perdón. De nuevo tomé la delantera, demostrándoles un paso seguro por las caídas de agua. Cuando las habíamos pasado ya vimos Samosata - lugar donde llegamos después de una hora.
1. Al atracar allí, inmediatamente acudieron los aduaneros, apresuradamente exigiendo su tarifa.
2. Por esto dije a Pedro: «¡Toma una libra de plata y paga por todos nosotros!».
3. Cuando Pedro así actuó, el aduanero dijo: «Señor, ¡esto es diez veces más de lo debido, de modo que en seguida te daré el cambio!».
4. Pero Yo dije: «Puedes aplicarlo para el bien de los pobres. Por eso ¡quédate con toda la pieza! Pero ahora señálanos un buen albergue, ¡porque hoy y mañana nos quedaremos aquí!».
5. Respondió el aduanero: «Entonces quédate conmigo, porque yo soy dueño del mejor y mayor albergue».
6. Dije Yo: «¡Está bien, pues llévanos allí!».
7. A eso desembarcamos y, con la velocidad de flechas, las barcas con los tesoros emprendieron la vuelta aguas arriba, de lo que el aduanero se sorprendió mucho; y esto tanto más que también el bote sin pasajero y barquero por sí sólo siguió volando detrás de los dos otros.
8. Cuando el aduanero se había recuperado de su asombro nos llevó a su hospedería. Esta casa y hospedería de nuestro aduanero de Samosata era muy parecida a la casa de Jored en Chotinodora, y también tenía casi el mismo arreglo, sólo que el salón comedor no era tan espacioso y amoblado tan cómodamente. Sobre todo el aspecto de su techo no era muy gracioso porque no era hecho de tablones sino de lona manchada, más bien al estilo oriental. Pero esto en realidad no tiene importancia porque aun así se trataba del mejor salón de toda Samosata; de modo que allí nos acomodamos, a pesar de que uno de los piratas me señaló que esta hospedería a pesar de ser una de las mejores de toda la zona, también era una de las más caras. Pues ahí nadie salía por menos de diez peniques por día, pues dijo que el dueño era un tío muy ganancioso.
9. Pero Yo dije: «Dejemos esto ahora, porque mañana ya veremos la cuenta que nos presentará».
10. Cuando nos habíamos colocado a lo largo de la gran mesa, el hospedero me preguntó lo que queríamos almorzar y beber.
11. Yo le respondí: «Bueno. Tienes pan y vino, y más no necesitamos. Pues tampoco tienes preparado algo. Y a la noche ya nos valdremos nosotros mismos».
12. Dijo el hospedero mostrándose muy amable: «Apreciado amigo, tengo buenas reservas de carne, leche, mantequilla, queso, huevos, miel y frutos, y también tengo buenos peces en mis recipientes. ¡Sólo tienes que señalármelo, y en poco rato todo estará preparado!».
13. Dije Yo: «¡Vale ya de todo esto! Pues nosotros vamos a atenernos a mi primer deseo. Sólo deseo un vino muy bueno - caso que lo tengas».
14. En seguida el hospedero mandó a sus sirvientes que traigan pan y vino en cantidad suficiente. Yo bendije ambos y animé a todos que coman y beban a sus anchas.
15. Pero los diez ex-piratas observaron: «Señor, ¡no somos dignos de estar sentados a vuestra mesa y, además, ante vosotros que sois señores y estáis bien vestidos, nuestra ropa es demasiado escasa y sucia!».
16. Dije Yo: «Esto no viene al caso, sino haced lo que Yo quiero, ¡y pronto también vuestra ropa llegará a ser mejor! El hombre -cuando su interior está en orden- es y sigue siendo hombre, también en la ropa más miserable».
17. A eso comimos y bebimos con buenas ganas. Cuando así, hablando poco, habíamos confortando nuestros miembros, nos levantamos y Yo pregunté al hospedero por la cuenta.
18. Pero él dijo que todo esto ya estaba pagado con las sobras todavía muy grandes de la libra de plata; y de lo que todavía sobraba aún podríamos quedarnos tres enteros días más con él en su albergue.
19. «Pues bien», dije Yo, «entonces, sin cumplidos, podemos salir al aire libre para mirarnos un poco la localidad».
20. Dijo el hospedero: «Por supuesto; sólo que para una mayor precaución yo os acompañare. Porque aquí tenemos una jurisprudencia y una guarnición romana, poco amables en el roce con extranjeros. Pero si yo como aduanero principal e igualmente delegado de todo el lugar os acompaño, pasaréis por todas partes sin ser importunados. Pero para mejor protección sería aconsejable que -sólo a mí- me informaras conforme la verdad quienes sois, de dónde venís, y cuáles en realidad son los motivos que os han traído aquí».
21. Dije Yo: «Ante el hecho que tú eres un alma mundana muy sincero, y como de tu manera eres tan bienintencionado con nosotros, como Señor y Maestro respondo para todos: Yo soy un Salvador de todos los salvadores de la Tierra, y estos salvadores son discípulos Míos. La mayoría es de Galilea... De modo que de momento ya sabes suficientemente».
22. Dijo el hospedero: «Ah, ¿de modo que eres un hijo de Esculapio? ¿Y los otros son tus discípulos?... Pues está bien, ¡porque a vuestra llegada ya me imaginaba algo parecido! Pero dime, ¿qué embarcaciones más extrañas os trajeron aquí? ¿Cómo podían volver tan rápidas río arriba? ¡Nunca vi algo parecido! ¿Y a quién pertenecía esta gran cantidad de oro y plata dentro de la barca en la que tú llegaste aquí, y también las perlas y piedras preciosas?».
23. «Todo esto, en realidad me pertenece a Mí», le respondí Yo. «Pero lo entregué todo a los pobres barqueros por habernos traído aquí sanos y salvos. El hecho que las balsas podían continuar río arriba es un secreto que ahora no te puedo explicar dado que de ninguna manera lo comprenderías. - ¡Pero ahora salgamos al aire libre!».
24. El hospedero estaba de acuerdo y pasó adelante para mostrarnos el camino que conforme él nos llevaba a los lugares más curiosos de la pequeña ciudad. Así llegamos también al edificio vistoso del comandante romano que justamente en estos momentos estaba dando órdenes a los soldados, cómo durante toda la noche debían hacer la guardia. Porque él había recibido la noticia de la llegada de una gran caravana persa. Y esta habría que parar e inspeccionarla para ver qué clases de mercancías y tesoros los persas llevaban con ellos, para cobrar de todo los impuestos legales.
1. Cuando el comandante había terminado con esto y los soldados y vigilantes se habían alejado, se enteró de nuestra presencia y de prisa se dirigió a nosotros. De modo que en seguida se informó con el aduanero quienes somos, de dónde venimos y qué pensábamos hacer allí.
2. El aduanero se lo explicó, y cuando el comandante que tenía un aspecto muy formal se enteró que Yo soy un Salvador de todos los Salvadores de todo el mundo, en seguida se dirigió a Mí y me dijo: «Si tú eres lo que el jefe de los aduaneros dice de ti, ¡entonces cura a mi hijo! Él sufre de una fiebre maligna, y ya hace cuatro años que está en una litera sin levantarse, ¡con lo que parece más a un cadáver que a una persona viva! De todas partes he llamado los mejores médicos, pero ninguno le podía ayudar.Si tú le puedes ayudar, ¡entonces te tocará un premio regio!».
3. Dije Yo: «Pues llévame a tu hijo enfermo y ya veremos en qué estado se encuentra».
4. En seguida el comandante nos llevó a su casa donde se encontraba el enfermo. Cuando Yo llegue allí, en su habitación la cama se hallaba rodeada de varias estatuas de dioses paganos, las que conforme al consejo de los sacerdotes le habrían debido facilitar la cura.
5. Yo dije al comandante: «Pero tú eres un hombre razonable y experimentado, de modo que tú mismo debes reconocer que tales estatuas hechas por manos humanas no podían socorrer el enfermo; pero aun así las compraste de los sacerdotes embusteros por mucho dinero, o sea, las alquilaste. Pero ahora te digo: ¡Haz que vengan los sacerdotes y enfrente de ellos destruiré esas figuras, para luego ayudar a tu hijo con tanta más seguridad!».
6. El comandante que en nada apreciaba a los sacerdotes y mucho menos aún a los ídolos, en seguida mandó a llamarlos; pues allí había siete sacerdotes. Estos pronto se presentaron, y en seguida el comandante romano me presentó a ellos como médico con especiales facultades.
7. Dijeron los sacerdotes: «Amigo, si tú te imaginas que aun puedas ayudar a un enfermo al que ni siquiera los dioses todopoderosos ya le pueden ayudar -pues ellos reconocen que para cada ser humano un día le llegará la hora de su muerte- ¡entonces, como ser humano, vives en una gran imaginación!».
8. Dije Yo: «Pero vosotros que sois estoicos de nacimiento, ¿cómo pretendéis hacer creer a alguien algo de lo que vosotros mismos nunca creísteis ni una sola partícula más ínfima?».
9. Replicaron los sacerdotes: «¿Quién podría afirmar que nosotros mismos no creemos lo que enseñamos?».
10. Respondí Yo: «¡Os lo puedo decir Yo, porque para esto habita en Mí el Poder necesario!».
11. Dijeron los sacerdotes: «¡¿Qué clase de poder viene a ser este?! ¡Aquí nadie tiene poder alguno aparte del comandante y de nosotros, y mucho menos aún un forastero que puede considerarse feliz si le aguantamos aquí!».
12. Les dije Yo: «¡En seguida os vais a convencer que Yo también aquí tengo un Poder! Ved, estos ídolos vuestros de bronce y de piedra que carecen de todo poder y que son totalmente muertos, los aniquilaré por una sola Palabra, porque de otra manera no me gustaría ayudar al enfermo. Por esto ahora digo: “¡Que desaparezcáis, vosotros los dioses muertos!”.
13. En el mismo momento todas las estatuas habían desaparecido sin dejar el menor rastro dentro del cuarto. Se buscaba por toda la casa y en todas salas si todo había desaparecido que tenía que ver algo con un retrato de un ídolo.
14. Entonces los sacerdotes se golpearon en el pecho y gritaron: «Hechicero más descarado, reconocemos tu fuerza mágica, ¡pero ahora mira tú cómo te lo arreglarás ante los verdaderos dioses celestiales!».
15. «Yo soy Judío de Galilea», les dije, «y como tal nunca he tenido miedo de vuestros ídolos muertos ni lo tendré nunca. Adonde Yo ahora voy, allí ayudo a los seres humanos de Verdad, física y espiritualmente. Pero los ídolos tienen que retirarse y únicamente el verdadero y eterno Dios Uno debe ocupar su lugar; porque sin Él no habrá Salvación para los seres humanos de esta Tierra. Como ahora vuestros ídolos ya no están, estoy dispuesto a ayudar a este enfermo. Por esto le ordeno: “¡Levántate y camina!”».
16. En el mismo momento la mala fiebre desapareció y el joven se levantó completamente curado, y pidió algo para comer porque tenía hambre.
1 7
Por esto Yo dije al padre: «¡Ahora dale pan y vino, pero no en demasía a la vez; y en seguida él se encontrará bien como si nunca hubiera estado enfermo!».
18. Así el padre lo hizo, y realmente se tenía la impresión como si el hijo nunca hubiera caído enfermo.
19. Lleno de alegría el comandante se aproximó a Mí y me dijo: «¡Oh Salvador más misterioso que estás por encima de todos nuestros dioses, ¿qué es ahora mi deuda para contigo? ¿Cómo podré compensarte para esto de una manera digna? ¿Qué esperas ahora de mí?».
20. Yo respondí: «No puedes pagarme con algo terrenal, pues nunca acepto cualquier pago de alguien. Pero mediante estos discípulos Míos Yo te daré una nueva Doctrina de Dios y de la Vida del alma después de la muerte, y tú y los tuyos, ¡vivid conforme ella! Si quisiereis saber más sobre mi Persona, ve alguna vez a Chotinodora donde ya vas a saber más sobre Mí. Yo por mi parte aún me quedaré hasta mañana, y también aquí aún tendremos la ocasión de conocer a alguien trabando buen conocimiento con él.
21. El comandante estaba entusiasmado y dijo: «Señor y Maestro de todos maestros y verdadero Salvador de todos salvadores, ¡todo lo que quieras se hará! Pero por hoy te ruego que aceptes mi hospitalidad con todos los adeptos tuyos; porque mira, ¡mi casa es grande y confortable! Pues sería una ingratitud de mi parte si te dejara en la casa del aduanero, dado que esta hoy evidentemente será invadida por la caravana persa».
22. Observó el aduanero presente: «Nada puedo objetar a tu invitación - de otro lado yo también habría hecho todo lo posible para servir a un huésped tan ilustre de la mejor manera posible sin cualquier compensación. ¡Pero permíteme que por lo menos pueda quedar aquí en vuestra compañía!».
23. Respondió el comandante: «¡Precisamente con esto me harás una gran alegría! Lo que siento es que toda mi familia está en Serrhe, de donde volverá aquí dentro de algunos días. Pero aun así me parece que tengo personal suficiente, pues en nada saldréis perdiendo».
24. Preguntó uno de los sacerdotes: «¿Podemos también nosotros quedarnos aquí?».
25. Respondió el comandante: «Esto tendrá que determinar el Salvador mismo, ¡porque vosotros no Le recibisteis de una manera que le habría podido gustar!».
1. Dije Yo: «Que estos sacerdotes si dirijan a su sumo sacerdote en Chotinodora porque allí ya recibirán la orientación qué deben hacer en el futuro. Ha acabado la época de la antigua idolatría vana. de la superstición más ciega por un lado y de la incredulidad total por otro lado. A partir de ahora los seres humanos comenzarán a creer en el único Dios Uno verdadero y vivo, posible de encontrar y percibir por cada uno dentro de la Verdad más convincente. En esta fe se encontrarán a sí mismos y reconocerán la inmortalidad de su alma y su finalidad eterna y feliz. En cuanto haya llegado esta época de Luz y Vida interior, ¡entonces se acabó vuestro politeísmo de fantasía!
2. Ahora surge aquel Dios al que los atenienses como Dios desconocido a ellos habían construido un templo donde no había ídolos, y en un altar estaban guardados los libros de los antiguos sabios de Egipto. Y cuando allí una vez al año se reunían las personas, se les leía pasajes muy sabios de estos libros, lo que las entusiasmó mucho; mientras que ante toda clase de ídolos demostraban poca atención. Pero si ahora se presenta este único Dios verdadero, entonces ante su Espíritu todos esos dioses de embuste y mentira tienen que perecer. Pues, ¡id a vuestro templo y ya no encontraréis ídolo alguno en él!».
3. Asustados, los sacerdotes se llevaron las manos a la cabeza y exclamaron: «Señor, ¡entonces estamos perdidos! ¿Cómo reaccionará el pueblo?».
4. Dijo el comandante: «El pueblo está en mi poder, y yo sé muy bien lo que debo hacer en caso de una rebelión. Por una vez la multitud será instruida con toda calma sobre lo que todo esto significa. Si supuestamente quedará satisfecha -pues con vuestro régimen de ninguna manera ya estaba contenta- entonces esto ya es un progreso. Pero si a eso alguna gente se comportara descontenta -acaso instigada de vuestra parte- entonces también tendré medios de sobra para calmarla. ¡De todos modos cuidaos de instigar a cualquiera, porque ya conocéis mi severidad!
5. Una vez que el templo -que aquí de todos modos carece de importancia- esté limpiado de los dioses falsos, ¡consagradlo al Dios desconocido conforme a mi orden, para vuestra propia mejora, e instruid al pueblo conformemente! Con esto el pueblo será mil veces más satisfecho que cuando tres veces por semana lo convocáis por vuestros címbalos para comunicarle mediante toda clase de ceremonia insignificante y vana la voluntad de un dios cualquiera -inventado por vosotros- y para cuya finalidad de cada uno exigís un donativo.
6. Si algún hombre que ve las cosas con algo más de claridad se niega a pagarlo, le amenazáis con castigos de todos los dioses, tanto acá como en el Más Allá, y durante algún tiempo está expulsado de la sociedad de convivencia de los fieles insensatos. ¡Pero para esto, por desgracia, nosotros aun tenemos que echaros una mano para que vosotros podáis permanecer en vuestra reputación! Caso que la retirásemos, ¡pronto el pueblo comenzaría a contaros otra cosa! Si existáis en toda vuestra actividad fraudulenta únicamente por la mano que os debemos echar, ¡como divulgadores de la Verdad supuestamente os podréis apoyar aún más en nuestra mano! ¿Acaso esto no lo veis? Si el pueblo por vuestras mentiras voluntariamente os ha dado ofrendas, entonces por la Verdad seguramente con aún más devoción os dará ofrendas adecuadas. Yo, como lego, reconozco esto perfectamente. Pero vosotros como sacerdotes muy sabios de los dioses, ¿por qué no lo reconocéis?».
7. Respondió un sacerdote de naturaleza algo más moderada: «¡Todo esto es bueno y verídico! Y sería bien poder predicar al pueblo la verdad - si nosotros mismos la tuviéramos. ¿Pero cómo se podría conseguirla? ¡Este es el quid de esta cuestión!».
8. Dijo el comandante: «Para esto este Salvador ya os ha dado el consejo adecuado. Dirigíos pues a Chotinodora, donde los sumos sacerdotes ya os darán la orientación conveniente. Actuad conforme esta, y todo os resultará bien. De modo que id allí aún hoy para que os enseñen, ¡y luego venid aquí para enseñar al pueblo la Verdad!».
9. «Que por hoy que se queden aquí», dije Yo al comandante, «y que mañana procedan conforme a tu consejo. Pues aquí aún experimentarán hechos propicios para abrirles los ojos.
10. Observó el comandante: «De modo que por hoy os quedéis aquí en esta sociedad, la que merecéis por ser seres humanos - ¡pero no por ser sacerdotes!».
11. Luego, en voz baja, Yo dije al capitán: «Como tú después de todo eso eres un hombre en que Yo me complazco, ahora te digo que vistas a aquellos diez ex-piratas que llevan unos harapos más míseros. Yo los he aceptado y ellos me acompañarán como discípulos Míos».
12. Dijo el capitán: «Señor, ¡que se haga tu Voluntad!... Te digo que para mí tu Voluntad vale más que la de mi Emperador, ¡porque ahora veo perfectamente que ésta debe estar sujeta a la Tuya! Fácil es surtir efecto con grandes ejércitos que en la conquista de pueblos y países obedecen ciegamente al general, ¡pero no hay ejércitos que mediante la voluntad pudieran destruir estatuas metálicas y curar una fiebre incurable en un solo momento! Yo mismo tengo gran poderío sobre muchos soldados, pero aun así a pesar de todo mi poder fui obligado a ver sufrir mi hijo durante cuatro años. De modo que, buen Salvador milagroso, ¡el Poder de tu Voluntad es infinitamente mayor que el poder de todos los emperadores y reyes de toda la Tierra, con lo grande y extensa que sea!».
13. Acto seguido el capitán llamó a sus empleados para que vistieran a estos diez hombres con la mejor ropa. Esto lo hicieron en seguida y, además, el capitán mismo los obsequió abundantemente con dinero romano. Luego los diez volvieron a nosotros, vestidos completamente como romanos.
14. Sobre todo el gigante hizo buena figura como romano, con lo que el capitán exclamó: «¡Qué figura de hombre más impresionante! Si tu alma es igual de grande y bien formada, ¡aun podrás hacer grandes cosas en la Tierra!».
15. Dije Yo: «Por supuesto, ¡esto puede fácilmente ser posible; pues esto depende únicamente de la verdadera formalidad de la Vida! Pero personas que nunca podían saludar un día feliz para ellos, forjaron su temperamento en las luchas de las tinieblas. Con lo que en el día de Vida feliz seguramente no desconsiderarán la severidad de la vida».
1. Dijo el gigante muy conmovido: «¡Oh, amigo más divino y más sublime de los seres humanos! Todos los diez éramos hijos de un rico príncipe en el gran Mar Caspio. Vivíamos contentos, y tal vez nuestro pueblo fue uno de los más felices de la Tierra. Pero de repente aparecieron hordas salvajes del Norte, asaltando, incendiando y matando todo lo que encontraron. Ahí nuestro padre nos dijo: “Hijos míos, ¡no es posible pensar en defendernos porque tenemos que huir, de lo contrario estaremos perdidos!”. Para nosotros la voluntad de nuestro padre era sagrada, de modo que huimos y atravesamos las cordilleras, con lo que así nos salvamos de las hordas salvajes. Finalmente llegamos a este lado de las cordilleras altas y extensas. Nuestro padre falleció hace cinco años y el Eufrates es su tumba, pues no podíamos proporcionarle otra.
2. Habitamos durante diez años en cavernas cerca del río, alimentándonos de hierbas y, desgraciadamente por la necesidad, practicábamos pequeños hurtos. Oro y plata, perlas y piedras preciosas formaban parte de nuestro tesoro real que nos llevamos. Aun así últimamente no vacilábamos en quitar lo superfluo de los ricos. Señor y Maestro, cuando supimos del Poder de tu Palabra y tu Voluntad invencibles, aquello que guardábamos escondido en las cavernas ya te lo hemos entregado.
3. Sólo te pedimos la Gracia que nos permitas que te sigamos; y que, como discípulos tuyos muy aplicados, podamos aprender de Ti algo que con seguridad tendrá más monta que nuestra gran pérdida. De este modo podremos afirmar: Ya pasamos por las pruebas más amargas de la vida y conocemos su lado severo. Ahora, venga lo que viniere, ¡nada nos hará temblar, y mucho menos algo que por la primera vez en nuestra vida nos promete una Luz verdadera en los amplios caminos futuros del pasaje terrestre! - Y eso con Señales infalibles como ningún ojo mortal las ha visto
4. Sí, Señor, ¡en nosotros tendrás discípulos con voluntad y rigor inquebrantables! Oriéntanos lo antes posible qué debemos hacer, y actuaremos correspondientemente con una valentía intrépida, sólo observada en personas habituadas a confrontar la muerte con la sangre más fría.
5. Dije Yo: «Continuad fieles a este principio, ¡y ganaréis infinitamente más de lo que jamás perdisteis!».
6. Cuando el capitán oyó esto de los diez hombres se rompió en lágrimas y dijo: «Hermanos, ¡todo esto es Obra maravillosa del Dios desconocido! ¿No os acordáis de haber perdido una vez un hermano de apenas diez años? Ved, ¡vuestro padre también era el mío! Una vez que yo, despreocupado, en un bosquecillo estaba juntando flores, me secuestraron. No tenían piedad y me llevaron por las cordilleras. Después, en Sidón, los secuestradores me vendieron como esclavo a un navío romano. Y en Roma de nuevo me vendieron como esclavo, esta vez a un romano noble. Este me apreció y, como él no tuvo hijos, me adoptó y me regaló la plena libertad. Luego hizo que me educasen y formasen como guerrero. De modo que poco a poco llegué a ser lo que soy ahora -más por el dinero que por mérito- pues hace algunos años fui colocado aquí, como capitán.
7. Ahora estoy convencido de que este milagroso Salvador nuestro íntimamente en su Ánimo divinamente clarividente ha sabido todo esto, y que ha organizado todo de forma que nosotros los hermanos teníamos que encontrarnos aquí. De modo que también yo tenía que venir aquí como capitán, dado que vosotros como hermanos desgraciados os encontrabais en este contorno. Y si mis soldados os hubiesen prendido y os hubiesen presentado a mi tribunal, por cierto también nos habríamos reconocido como acontece ahora. Y seguro que yo entonces habría encontrado los medios necesarios para liberaros de todos los males. Pues todo esto lo debemos al verdadero Dios Uno que todavía nos está desconocido. El que ahora en este Salvador evidentemente nos envió un apóstol, para liberarnos de los ídolos muertos y en cambio enseñarnos el único Dios verdadero. - Mis queridos y nobles hermanos, ¿no es así?».
8. Dijo el gigante: «Sí, hermano más noble, ¡exactamente así es! ¡Cuánto lloramos por ti, y te buscamos en nuestro vasto país y por la costa del gran mar, pero todo era en vano! ¡Hasta esta hora sabíamos nada de ti. Solamente nuestra única hermana -que frecuentemente tenía sueños muy extraños- una vez soñó de haberte visto y hablado en una ciudad grande y preciosa, y que tú mismo le hayas recomendado que no estemos tristes por ti, ¡pues vives y estás bien atendido! ¡Y muchas veces nos repitió este sueño! ¡Cómo se alegraría ella si ahora todavía estuviese entre los vivos! Pero hay poca probabilidad que todavía esté viva, porque con aquel atraco y la huida violenta ella y nuestra madre se perdieron de nosotros. pues seguramente cayeron en las manos de los bárbaros. Unicamente el gran Dios desconocido sabrá el paradero de las dos pobres. ¡¿Igual se encuentran todavía en alguna parte en una gran miseria?!».
9. Dije Yo: «¡Que no, amigos míos! ¡El Dios que todavía os resulta desconocido también celó por ellas! Pues, ellas pasaron ilesas por la cordillera en la zona del Éufrates y, con la ayuda de una caravana de comerciantes que estaba en el camino de vuelta, ellas llegaron a Chotinodora. Ahora vuestra hermana es esposa del aduanero Jored al que ya conocéis, el que entonces ya tenía varias esposas. Él aceptó vuestra pobre hermana por su belleza, y por eso ahora es su predilecta, aunque hasta ahora no le haya dado hijos. Él tiene niños de las otras mujeres a los que ella ama como si fueran de ella misma. Yo pasé tres días en la casa de Jored y toda la familia aceptó mi Doctrina. Nada le conté de lo que aquí todavía le espera, de modo que tanta más alegría le espera cuando dentro de poco tú, capitán, le informarás de todo esto. Hasta ahora Jored no sabe quién es su esposa predilecta y cuál es su origen; pues ni ella, ni vuestra anciana progenitora que vive retraídamente en su compañía, revelaron esto por temor de cualquier inconveniencia.
10. Por eso cuando llegues allí, comunica esto a Jored a solas y dile también cómo Yo he organizado esto. Entonces la alegría de él y de su hijo Jorabe será inmensa, y la alegría de tu madre y tu hermana será aún mayor... Y si un día venidero vas allí, tu mismo estarás entusiasmado de los muchos milagros que Yo allí realicé durante mi presencia. - ¡Pero ahora dejemos esto porque aquí aún tenemos que dedicarnos a otras cosas más importantes!
11. Ante todo salgamos ahora un poco al aire libre, donde en seguida habrá algo que me facilitará haceros llegar a conocer un poco más de cerca al Dios que todavía os resulta desconocido, lo que vale más que millares de historias románticas como estas, de las cuales realmente no hay escasez en esta Tierra.
12. Todo esto Yo lo había previsto desde hace mucho tiempo, pues os conocía a todos, y también conocía vuestras condiciones de la vida terrenal. Además, también sabía que mi Verbo iba a encontrar un buen suelo en vuestros corazones, por lo que vine a vosotros para traeros todo consuelo. ¡Pero el mayor consuelo para vosotros sea que en Mí el Reino del Dios a vosotros todavía desconocido haya llegado a vosotros, y con él la Vida eterna de vuestra alma!
13. Ved, ¿qué sirven al hombre todos los tesoros de esta Tierra ante el hecho que al fin y al cabo tendrá que dejarlos eternamente detrás? ¿Acaso no es incalculablemente más prudente por parte del ser humano recoger tesoros que perduran eternamente, los que al alma humana garantizan la Vida más feliz y llena de delicias. y eso de manera que el hombre ya en esta vida terrenal obtiene la convicción más clara de que la Vida verdadera, perfecta y totalmente libre comienza precisamente después de la muerte física?».
14. Respondieron todos, incluso los sacerdotes: «Sí, Señor, ¡consta que esto realmente sería lo más sublime y mejor que el ser humano podría conseguir en esta Tierra! Pero ahí todavía existe una muralla que hasta hoy nadie ha podido franquear, o sea, el velo de Isis más fastidioso que hasta ahora nunca fue levantado verdaderamente por un mortal. Pues alguna vez había por ahí personas muy sabias que por lo menos llegaron a la conclusión que sí, debe haber algo de verdadero en todo eso; pero acerca del dónde, cuándo y cómo, las incontables preguntas continúan totalmente sin respuestas. Si eres tan afortunado de poder explicarlo bien comprensible para la mente humana, ¡entonces mereces la mayor gloria y gratitud por parte de todos los seres humanos!
15. Dije Yo: «Si Yo no fuese capaz de esto, entonces eternamente nunca ya habría otro ser capaz de esto. Pues sin esta Facultad mía en todo el espacio infinito ya no podría manifestarse cualquier vida. Pero como Yo soy bien capaz de todo esto, en el universo existe y vive todo, perfeccionando y ennobleciéndose mediante diversas evoluciones desde el insecto hasta el ser humano, y desde el elemento más ínfimo hasta el sol. - Pero ahora salgamos afuera, ¡a ver, lo que allí nos espera!».
16. En seguida todos se levantaron y me siguieron al aire libre.
1. El comandante nos llevó por la margen del río hasta una colina con algunas pocas palmeras, donde se disfrutaba de una vista preciosa de gran alcance por todo el alrededor. Se veía un panorama deslumbrante por los meandros del río Éufrates, y la vista casi cubrió la región de Serrhe. A eso nos acomodamos en el césped, apreciando durante un buen rato de la vista panorámica realmente preciosa; y el comandante nos relató diversos hechos que acá y allá habían acontecido. Todos le escucharon atentamente, porque era un buen orador. Sabía hablar muy bien el griego, idioma más común en el Oriente próximo.
2. Así entretenidos, de súbito voló un cóndor gigantesco encima de nuestras cabezas, que llevaba un conejo en sus garras puntiagudas.
3. A eso el comandante se dirigió a Mí y dijo: «Sublime Salvador milagroso, ¡he aquí un ejemplo más de la historia de la naturaleza tan triste, donde en toda la Tierra querida sólo se manifiestan enemistad y más enemistad! Un animal es enemigo del otro. y esto se repite hasta la altura del hombre que finalmente es el mayor adversario de todas las cosas y de los seres, incluso de su semejante, ¡pues no le exime de su ira y furia! Animales de la misma especie parecen simpatizar entre sí; pero diferentes especies entre sí siempre resultan los enemigos más feroces. Esto, evidentemente, da un testimonio desfavorable de un Dios omnisapiente y sumamente bondadoso...
4. ¿Acaso el Dios omnisapiente y todopoderoso a los animales en la Tierra no les ha podido dar otro alimento, sino solamente la carne de los animales que se matan los unos a los otros y se sacian con los cadáveres? ¿Qué mal habrá hecho el pobre conejo al cóndor para que este por eso lo haya atrapado con sus garras poderosas, llevándolo a cualquier lugar para despedazar su cuerpo todavía vivo, y comérselo? ¡De modo que existe un sinnúmero de tales animales salvajes que se alimenta únicamente de la carne y la sangre de otros, más flacos y más delicados! ¿No podrían estos saciarse del pasto, igual que bueyes, burros, cabras y ovejas?
5. La Tierra es verdaderamente preciosa, y está adornada de todo que pueda animar los sentidos humanos. pero apenas que una persona por alguna parte haya elegido un lugarcito apacible para que en este pudiera alegrar su ánimo con contemplaciones edificantes, ¡y ya un hado malvado y envidioso le presenta una escena que le quita toda la sensación de lo bello y sublime por varios días.
6. Por supuesto soy militar, soldado, y por eso no me corresponde mi sentimentalismo. Sin embargo soy concebido así. Y de cualquier ser divino omnipotente, todopoderoso y sumamente bondadoso -si donde sea haya uno- de ninguna manera puedo comprender el placer que le puede producir la continua y mutua degollación atroz entre los animales supuestamente suyos. De veras, tal ser divino debe tener una índole como aquellos hombres en Roma para los que en el mundo no hay placer mayor que él de las luchas entre toros, y otras corridas animales horripilantes.
7. Caso que el gran Dios únicamente verdadero -al que tú, querido amigo, nos quieres presentar- fuese de semejante orden, ¡entonces exímenos a todos de trabar conocimiento más cercano con él. y más aún de una vida eterna bajo su dominio, pues esto sería mi última disposición! Si tú mismo fueras el Dios, ¡esto me resultaría millares veces más agradable! Pues estoy convencido de que experiencias como estas finalmente fueron motivo para que Diógenes rehuyera de todo lo que olía a aquel dios todopoderoso, y para que lo depreciara.
8. Pues Diógenes, una vez en algún instituto para sabidurías en que dentro de la filosofía platónica se destacaba la grandeza y dignidad del ser humano, se explayó sobre un ganso completamente desplumado pero vivo con las siguientes palabras: “¡He aquí la dignidad del hombre platónico!”... Lo que quiere decir que el hombre en el fondo no lleva ventaja alguna ante este animal sino únicamente su razonamiento mísero que le sirve más bien sólo para sentir tanto más profundamente el dolor, cuando de todos los lados se le arranca las plumas de la vida.
9. Señor y gran maestro de tu arte oculto, ¡si nos pudieras ofrecer una explicación al respecto, nos harías una gran alegría! ¡Pero a mí ya me gustaría más si volviéramos a nuestra casa, porque aquí podría suceder otro caso cruel de la naturaleza - lo que me podría hostigar y hacerme infeliz durante unos cuantos días!».
NATURALEZA Y FINALIDAD DE LA MATERIA.
EL DESARROLLO INDIVIDUAL Y LIBRE DE LOS SERES HUMANOS A HIJOS DE DIOS
1. Dije Yo: «Amigo mío, si no hay otro motivo para abandonar este lugar tan agradable, entonces puedes muy bien quedarte aquí; pues con pocas palabras aquí mismo te explicaré aquello que tanto aflige tu ánimo. Mira, ¡Yo estaba consciente de tal flojera de tu ánimo, y por eso permití al enorme cóndor que pase con su presa precisamente delante de tu nariz!
2. Es verdad que en esta Tierra toda vida continuamente está expuesta a toda clase de enemigos, con lo que siempre tiene que estar preparada para luchar por la subsistencia. Pero tal lucha afecta únicamente la materia que está en el juicio por la Omnipotencia divina - materia que siempre tiene que sufrir lo más cuando su elemento psíquico, llamado alma, se separa de la materia floja para ascender a un grado de vida más perfeccionado.
3. Mira, toda materia de esta Tierra -desde la piedra más dura hasta el éter arriba de las nubes- es sustancia anímica necesariamente en un estado de juicio, es decir, de preso. pues es sustancia solidificada. Pero la finalidad de la materia es volver a la existencia puramente espiritual y totalmente libre - eso cuando precisamente mediante este aislamiento haya logrado la independencia de su vida. Pero para alcanzar esta independencia mediante una propia actividad cada vez más distinguida, el alma liberada de la materia tiene que pasar por todos los posibles niveles de vida, y en cada nuevo nivel de vida el alma también tiene que volver a vestirse con un cuerpo material, del cual atrae nuevos elementos de vida y de actividad, apropiándose de ellos.
4. Una vez que un alma ya esté en un cuerpo -sea en una planta o en un animal- y en este mediante la maduración necesaria esté capaz de ascender a un nivel de vida más elevado -lo que su espíritu de Dios en el Más Allá ve con toda claridad- entonces su espíritu en el Más Allá que está encargado de su perfección hace que le sea quitado ese cuerpo que ya no sirve para futuros progresos, para que así su alma ya dotada de mayor inteligencia pudiera formar otro cuerpo en el cual, por cierto tiempo, pueda volver a trabajarse una mayor inteligencia vital como también una inteligencia de actividad; y eso hasta alcanzar a ser un ser humano que ya es el último miembro en esta cadena casi infinita de “renacimientos”, completamente libre -condición en que llega a la consciencia integral, al conocimiento de Dios . al amor de Él y así a la plena unión al espíritu en el Más Allá, cuya unión denominamos de “renacimiento espiritual”.
5. Una vez que un alma humana haya alcanzando este grado de Vida, entonces es perfecta, con lo que como ser y vida perfectamente independiente ya no puede ser destruida o aniquilada por lo global universal divino.
6. La señal más segura que un alma ya ha obtenido la independencia de la Vida consiste en que ella reconoce a Dios y Le ama ante todo. Porque mientras un alma no reconoce a Dios como un Ser que existe fuera de ella, esta alma resulta todavía como muda y ciega, pues todavía está expuesta a la Omnipotencia divina. Siendo así, aún tendrá que luchar mucho para liberarse de estas ataduras. Pero tan pronto que un alma comience a reconocer al verdadero Dios como existiendo fuera de ella, y por el sentimiento de su amor para con Él empiece a percibirle como perfectamente real, entonces el alma ya está liberada de las ataduras de la Omnipotencia divina, porque llega a pertenecer más y más a ella misma, con lo que llega a ser creadora de su propia existencia y Vida, y como tal una amiga independiente de Dios para todas las eternidades...
7. Siendo así, el individuo mismo nada pierde cuando le está quitado el cuerpo que en adelante le resulta inservible, pues así el individuo puede más rápidamente alcanzar su finalidad.
8. ¡¿Qué importa el cuerpo de ese conejo con el que el cóndor sacia su hambre si así libera el alma del animalito, y eso ante el hecho que esta así ya está plenamente apta para ascender a un grado de vida más elevado?! Pues el cóndor también posee un alma que se acerca al mismo fin. Pero en la carne y la sangre del conejo aún se encuentran sustancias anímicas más bastas que serán unidas a las del cóndor, para hacer el alma de este más mansa e inteligente, y para que después de la pérdida del cuerpo incluso ya podrá llegar a ser un alma humana considerable, dotada de bastante Luz, valor y energía...
9. Pues así está institucionalizada esta Tierra para educar en ella los hijos de Dios. La vida es y sigue siendo una lucha contra diversos adversarios, hasta que ella por su propio esfuerzo haya salido victoriosa contra toda materia. De modo que no debes sorprenderte sobre los enemigos materiales de la vida, porque estos no son enemigos de la auténtica Vida sino sólo de la aparente vida material, la que en realidad ni siquiera es una vida sino solamente un instrumento de la verdadera Vida anímica interior espiritual, mediante la cual esta Vida puede progresar más y más en la libertad real, cosa imposible sin esta coexistencia pasajera.
10. Por supuesto, en virtud de su Omnipotencia Dios puede crear o proyectar de Sí espíritus dotados de sabiduría y poder perfectos. y esto en un solo momento en cantidad inimaginable. Pero tales espíritus carecen de toda independencia porque su querer y actuar no es sino la Divinidad misma que continuamente tiene que fluir sobre ellos para que existan, se muevan y actúen conforme el empuje de la Voluntad de Dios. Por sí mismos nada son sino Pensamientos e Ideas momentáneas de Dios.
11. Pero si con el tiempo deben llegar a ser independientes, entonces deben pasar por el camino de la materia... es decir, por el camino que es Voluntad condenada o sea condensada de Dios - conforme observáis en esta Tierra... Y una vez que hayan hecho esto, sólo entonces de por sí son hijos de Dios, que, independientes piensan y actúan voluntarios, y siempre cumplen con la Voluntad de Dios; pero eso no por serles impuesta por la Omnipotencia de Dios, sino porque reconocen la Voluntad de Dios como sumamente sabia, pues se determinan a sí mismos a actuar conforme a esta Voluntad. lo que para ellos mismos resulta en un mérito para su vida, pues precisamente esto les proporciona la mayor bienaventuranza y las mayores delicias de la Vida.
12. Mira, mi querido amigo, ¡así es como andan las cosas! Y precisamente porque andan así, puedes reconocer y admirar cada vez más la sublime Sabiduría del Dios Uno verdadero. Pues de esto puedes reconocer cómo Dios a base de su sumo Amor y su suma Sabiduría forma y educa sus Pensamientos e Ideas muy propias en hijos autónomos perfectamente parecidos a Él. -Si comprendiste esto al menos aproximadamente, entonces dame ahora tu propia opinión acerca de la vida en la naturaleza».
1. Dijo el comandante: «Oye, gran Maestro y Salvador, ¡ahora realmente no sé qué debo admirar más en ti: el poder milagroso de tu palabra y tu voluntad, o tu sabiduría teosófica tan extraordinaria!
2. Hablé en Roma con un hombre muy especial de origen ilírico que era una persona muy particular. Se podía preguntarle por las cosas más extrañas y ocultas, y él siempre estaba perfectamente al tanto. Si se le preguntaba por el destino de alguien, entonces respondió: “Si tú haces eso, entonces lo otro será tu suerte; y si tú haces eso o aquello, entonces inevitablemente también te sucederá eso o lo otro”. A mí me predijo con pelos y señales mi nombramiento en el extremo Este cerca de la frontera romana, y me dijo que me iban a suceder muchas cosas extraordinarias - lo que hasta ahora todo se ha cumplido.
3. Un día a este hombre que tenía nada de llamativo, en confianza le pregunté por su opinión sobre los dioses, y él me respondió: “La manera como vosotros los consideráis y veneráis no me dice nada, porque estos no existen en parte alguna. no en la naturaleza y menos aún en cualquier reino de almas y espíritus. Pues sus imágenes son simplemente obras humanas, porque la fantasía humana les dio su forma. En la antigüedad eran representaciones de las cualidades especiales del único Dios eternamente verdadero, reconocidas por los efectos surgidos por las manifestaciones de las fuerzas de la naturaleza; ¡pero la humanidad actual ya no conoce a este Dios!”.
4. Y dijo que estas propiedades no hay que interpretarlas como si entre ellas se hallase el único Dios verdadero, sino que mediante ellas se manifiesta cómo Él mediante su suma Sabiduría y Omnipotencia finalmente hace salir de la materia de esta Tierra el ser humano como imagen viva de Él - tras una cadena casi infinita de migración en etapas evolutivas por la vida natural. Pues dijo que la Tierra consiste de infinitamente muchas almas, y que el alma humana -siendo el auténtico hombre en sí- también es un conglomerado de muchísimas almas debajo de la misma piel y forma, conforme a la multitud de sus cualidades, de sus percepciones y conceptos íntimos como también externos. Pues este hombre también me dijo: “Pero esto hoy día nadie ya lo reconoce, pues tampoco es posible que se lo reconozca porque el ser humano por su amor propio y sus codicias carnales se ha apartado demasiado de sí mismo. Este amor propio y la impudicia han precipitado a los seres humanos a una profunda noche de la vida, de la cual únicamente Dios mismo los podrá sacar - lo que tal vez pronto sucederá. Su obra de Salvación no tendrá inicio en Roma, pero tampoco fuera de los límites del gran Imperio”.
5. Ves, Maestro, así hablaba aquel ilirio extraño. Si él además de su sabiduría digna también hubiera tenido el don de realizar milagros, ¡entonces fácilmente le habrían considerado un dios! Por mi influencia él había encontrado muchos oyentes y patrocinadores fervorosos a él. Pero después de un año se despidió de mí y me dijo: “Es verdad que aquí encontré muchos amigos, más igualmente un sinnúmero de adversarios en el medio sacerdotal, los que secretamente atentan contra mi vida; por lo que vuelvo a apartaré de aquí a escondidas”. Le di muchos regalos y le acompañé hasta la costa del Mar Adriático, donde con viento favorable embarcó para volver a su patria.
6. Aquí nombré a aquel hombre para demostrarte que ya he tenido algunas nociones preliminares del asunto que acabas de explicar tan sabiamente, de modo que por eso ahora he podido comprenderte más fácilmente. Pero lo que tú ahora nos has enseñado sobre este tema figura infinitamente más sublime, pues es bien comprensible para más o menos cada uno. Si presto toda mi atención a tus señales, a tu omnisciencia y tu sabiduría, ahora también considero la profecía extraña del ilirio, según la cual únicamente el verdadero gran Dios único sacará los seres humanos de sus tinieblas - y eso dentro del contorno del gran Imperio. ¿Acaso finalmente tú mismo eres tal mensajero del único verdadero gran Dios - o incluso tal vez eres idéntico con Él?
7. Si lo uno o lo otro es el caso, ¡entonces dínoslo, para que todos sepamos atenernos a ello!».
LA VOLUNTAD DE DIOS Y LA DEL SER HUMANO.
LA FUERZA DE LA VOLUNTAD
1. Dije Yo: «Si es lo uno o lo otro, ¡esto aquí no es la cuestión, porque esto es algo que primero vuestro corazón os debe comunicar! Pues si Yo mismo os dijera que Yo soy lo uno o lo otro, ¡esto no produciría una ventaja espiritual para vuestras almas! Que Yo igual que vosotros sólo soy un Hombre, esto lo podéis ver con vuestros ojos; pues esto es palpable para vuestras manos. Y que también Dios es un Hombre sumamente perfecto, esto también os lo podéis imaginar, porque de lo contrario los seres humanos no serían vivas Imágenes de Él.
2. Pero también cada ser humano en todo puede llegar a ser perfectamente semejante a Dios, si adopta la Voluntad divina reconocida como suya propia. Esto aún no lo sabíais, pero Yo no os lo presento mediante meras palabras sino por los hechos que Yo he realizado ante vosotros.
3. Íntimamente opinas que Yo ahora hablo así como si también alguien otro sería capaz de realizar esto. Pues para esto no puedo ofrecerte una prueba en contra, a no ser que Yo ahora evoque a uno de mis antiguos discípulos para que también él realice un milagro».
4. Dijo el comandante: «No dudo en que cada uno de tus discípulos ante nuestros ojos también realizará lo que tú mismo has realizado. Pues el discípulo lo pronunciará y tú surtirás el efecto, con lo que luego seguramente se realizará lo que el discípulo habrá pronunciado».
5. «Oh, no, ¡ahí estás muy equivocado!», le respondí Yo. «Él sólo unirá su voluntad con la Voluntad de Dios - tal como Yo mismo lo hago. Y de tal voluntad unida ya surgirá la acción consumada.
6. Te digo: Si reconoces completamente al Dios verdadero, amándole sobre todo y aceptando su Voluntad bien reconocida como voluntad tuya, además de esto teniendo fe inquebrantable, entonces podrás decir a aquellas montañas: “¡Levantaos y arrojaos al mar!”, ¡e inmediatamente se hará aquello que tú querías en unión con Dios!».
7. Observó el capitán: «¡Pues sí, esto puede ser así; sólo habría que ver si Dios en aquel momento permite lo que yo quiero, a pesar de que yo con toda devoción me someta a la Voluntad de Él. Porque consta que Él nunca va a querer una tontería. La aniquilación de aquellas montañas -si yo la deseara- de todos modos sería algo muy tonto y, además, muy malvado. De modo que Dios ahí seguramente no unirá su Voluntad a la mía... ¿Tengo razón o no?».
8. Yo respondí: «Por esta vez no precisamente, porque Yo te lo dije sólo por darte un ejemplo. Pues se sobreentiende que alguien que por una vez haya ligado su voluntad perfectamente a la Voluntad de Dios, él también habrá llegado a tener la Sabiduría de Dios - por lo menos en parte. Se supone que tal persona también comprenderá si aquello que desea es bueno y justo. De modo que si reconoce esto, entonces, junto con Dios, sólo verá algo que es correcto, justo y bueno. de modo que lo que quiere también se realizará - caso que no duda en ello. Porque si el hombre duda en ello, tal duda es consecuencia de la incompleta unión de su voluntad con la Voluntad de Dios. - Pero ahora puedes pedir a uno de mis discípulos que realice cualquier prueba; sólo que debe ser lógica y razonable».
9. Dijo el comandante: «Entonces determina Tú mismo uno de ellos, porque Tú conoces mejor sus capacidades particulares».
10. Dije Yo: «Pedro, si tienes suficiente fe, ¡entonces ven aquí y oye lo que este amigo desea!».
11. Acto seguido Pedro se dirigió al comandante y le preguntó: «Amigo, ¿qué deseas que yo te haga?».
12. Respondió el comandante: «Si tú también puedes realizar algo, ¡entonces fíjate en la orilla opuesta de este río! Allí alrededor de una gran roca bruta hay un extenso matorral que está lleno de serpientes venenosas y agresivas que muchas veces en toda la región molestan a los seres humanos como también a los animales. ¡Estas serpientes quítanoslas mediante el poder de tu voluntad unida con Dios, y destruye también las crías de estos animales!».
13. A eso el discípulo extendió sus manos en dirección del lugar señalado, y instantáneamente el escenario desapareció de la existencia.
14. Cuando el comandante vio esto, dijo impresionado: «Señor y Maestro, si tus discípulos pueden aprenden esto de ti, ¡entonces yo mismo quisiera seguirte y también ser discípulo tuyo, porque esto vale más que un millón de veces más que diez mil veces diez mil legiones de ejércitos romanos! Dotado de tal capacidad, todo el mundo me pertenecerá a mí, y yo lo mejoraré mediante leyes sabias».
15.- Dije Yo: «Esto podría hacerlo Yo mismo, caso que en este momento fuera propicio para todos los seres humanos. Pero ahí la Sabiduría divina observa: “Por doquier los seres humanos aún no están maduros para esto; razón por la que incluso por aquí sólo procuro aquellos lugares donde sé que hay habitantes madurados para recibir una Revelación más elevada. - Pero ahora el Sol ya se está poniendo, con lo que conviene que ya nos retiremos a la casa».
16. Dijo el tabernero que por supuesto también estaba con nosotros: «Señor y Maestro, siento mucho que no tengo la suerte de poder atenderos todos en mi albergue. ¡Pero que por lo menos algunos de tus discípulos sean mis invitados!».
17. Observó el comandante: «Hoy, amigo, por supuesto que no, porque hoy también tú eres invitado mío. Pero mañana queremos todos ser huéspedes tuyos. Y pasado mañana, si estos hombres milagrosos de ninguna manera ya quieren quedar con nosotros, los acompañaremos a Serrhe. Pero por ahora vayamos ya, porque espero que en mi casa la cena encargada ya esté preparada».
18. A eso nos levantamos y nos fuimos a la casa del comandante donde la cena ya nos estaba esperando. El hospedero aún dio una vuelta a su casa, pero en seguida volvió a nosotros.
19. Como se trataba de una cena típicamente romana, varios de los discípulos no se atrevían a servirse.
20. Como Yo me di cuenta de esto, les dije: «¡Lo que Yo como, también vosotros podéis comerlo sin reparos!».
21. A eso se armaron de valor y siguieron mi ejemplo pues comieron la comida romana y bebieron el buen vino romano; con lo que pronto todos estaban animados, y durante toda la noche quedamos despiertos; aprovechándola para que todos los presentes estén informados acerca de las líneas generales de mi Doctrina.
UNA FLOR DE LA VERDAD
1. Tal como fue mi deseo y finalmente también él de todos, quedamos despiertos durante toda la noche. Sólo una hora antes de la salida del Sol salimos al aire libre y entramos en el jardín del comandante artísticamente arreglado. Había alamedas y céspedes pintorescos, una gran cantidad de flores de toda especie, una selva de rosales, jazmineros, nardos y alcaraveas. Y aparte de esto había toda clase de árboles fructíferos de todo el mundo, de modo que todos admiraban el jardín precioso y provechoso.
2. Y Yo les dije: «Ved, ¡de la misma manera como este jardín ejemplar, también la verdadera criatura humana debe ser organizada conforme a la Voluntad de Dios! Porque en su interior el ser humano debe unir lo verdadero y lo bueno con lo bello y lo sublime, y con esta actitud demuestra que en todo es semejante a Dios, su Creador y Padre.
3. ¡Ved la gracilidad de todas estas flores, lo preciosamente que están adornadas, pues una sobrepasa la otra en magnificencia! Y eso, ¿para qué?, dado que a la flor de la rosa con lo preciosa que esta sea, finalmente sólo seguirá una semilla simple y nada de bonita. Aunque su precursora haya sido tan preciosa, para su surgimiento en realidad no habría sido necesaria una flor tan extraordinariamente preciosa... Pero Dios para todas sus Obras aplicó precisamente la estética en alto grado, a fin de que en los seres humanos se despertase el sentido para la belleza -necesario a toda bienaventuranza. Y una vez que este sentido en el hombre esté completamente desenvuelto, entonces el hombre también es accesible a toda Verdad y a todo el Bien, cuyo autor es precisamente la Verdad.
4. Ved, nuestro apreciado amigo el comandante tiene mucha sensibilidad para todo lo bello, y por eso también para lo útil y lo bueno. Si él no tuviera esta sensibilidad, entonces mis Verdades que llevan al hombre al conocimiento del Dios Único y Verdadero y al reconocimiento de sí mismo, le habrían resultado indiferentes y no las habría aceptado. Pero como él tiene tanta sensibilidad para la belleza -lo que la plantación de este jardín tan precioso demuestra más que suficientemente- por eso él aquí también fue el primero muy interesado en la comunicación de mi nueva Doctrina de la Vida, y que la observó muy concienzudamente. ¡Que cada uno haga lo mismo y Dios se lo acreditará muy en su favor!
5. Visitad el hogar de un ser humano... Si lo encontráis muy limpio y según las condiciones arreglado con buen gusto, entonces ya podréis contar con certeza que el interior de este ser humano es casi idéntico. Pero si entráis en el hogar de otra persona y encontráis todo lleno de suciedad y, además, hay una falta total de un orden casero, entonces vale más que inmediatamente volváis la espalda. ¡Pues podéis muy bien aplicar el lema dado a vosotros los apóstoles, conforme el cual nunca debéis echar las Perlas de mi Evangelio a los cerdos! Pues en tal casa mi Evangelio sería completamente inútil, porque como ya dije, el hombre que no posee sentido para la belleza -sentido que en realidad es una flor de la Verdad- también carece de sensibilidad para la Verdad - la que sigue a la flor como simiente de utilidad y de vida.
6. Con esto no quiero decir que el hombre sólo debería tratar de realzar su casa, sus jardines, campos y florestas con materiales costosos a un esplendor que a todos que lo ven los tiene que llenar de asombro. Porque pronto semejante sentido de lucro inimaginable se degeneraría en la peor vanidad, en un amor-propio, en orgullo y altivez; y para las personas menos acomodadas no sería más que una prueba que el propietario de tal esplendor debe ser exageradamente rico. Para conseguir algo de él, se admiraría demasiado su pompa, con lo que este hombre pronto exageraría para conseguir que los admiradores le resultasen aún más serviciales, y finalmente él acabaría por obtener un derecho de soberano.
7. De modo que un sentido de belleza de pompa exagerado al fin de las cuentas es peor que la inmundicia perezosa. Tal inclinación se llama vanidad, un pecado de la naturaleza humana que nunca facilita al alma conseguir la Vida eterna. Pero el sentido del orden y la belleza que únicamente mediante su aplicación y verdadera diligencia crea algo como este jardín es una virtud muy recomendable a cada uno.
8. Pero ahora hablemos de otra cosa porque ahí viene el comandante con el aduanero, en cuya presencia no pienso elogiar el jardín demasiado. Después el comandante de todos modos se enterará de lo que Yo quería decir con esto.
1. De modo que el comandante junto con el aduanero se acercó a Mí y me pidió disculpas por su corta ausencia ocasionada por tener que cumplir con los deberes de su cargo y su condición. Lo mismo hizo también el aduanero y, en seguida, este nos invitó al desayuno en su casa. Y como para este día el comandante también quería ser invitado de él, Yo también consentí en ello y todos fuimos a la hospedería muy espaciosa del aduanero, donde la caravana mercante que había llegado anoche había partido hace apenas una hora. De modo que allí tomamos el desayuno bien preparado. Luego los discípulos orientaron a los sacerdotes acerca de mi Doctrina y les demostraron el motivo de mi Venida a la Tierra.
2. Mientras tanto Yo mismo esclarecí al comandante y a su hijo, los que todo aceptaron con gran alegría y con toda fe. De modo que así se pasó también este día con buenas conversaciones y acciones, y una vez más Yo recomendé a los sacerdotes que vuelvan a Chotinodora, lo que estos prometieron solemnemente. A eso nos acostamos y de madrugada partimos en navío, acompañados por el comandante y su hijo curado, con rumbo a la importante y antigua ciudad de Serrhe.
3. Llegados allí, en seguida el comandante nos llevó a su familia que, de visita, vivía en la casa de un general, pariente suyo. No hará falta mencionar más detalladamente la gran alegría de la esposa del comandante al volver a ver a su hijo al que suponía muerto.
4. Dado que cuando llegamos a esta ciudad ya era de noche, nuestro grupo considerable casi no despertó atención. Aceptamos con gusto la acogida en casa del general, donde nos atendieron con toda amabilidad. Y nos quedamos allí durante unos cinco días.
5. No lejos de la ciudad se hallaba un templo encima de un monte no muy alto únicamente dedicado a la sabiduría. En este templo no había ni una sola estatua de ídolos, pero sobre un altar había varios libros y escritos muy antiguos que contenían proverbios sabios y profecías remotas.
6. En el cuarto día visitamos este templo y sus tres sacerdotes ancianos. Éramos cerca de cuatrocientas personas porque muchos nos siguieron de la ciudad donde habíamos curado mucha clase de enfermos, pues también habíamos hecho que ciegos vieran y que sordos oyesen. Muchos aceptaron la Doctrina y en lo sucesivo la practicaron conforme a sus Principios vitales.
7. Cuando llegamos al templo y los tres sacerdotes vieron al comandante romano, entonces salieron del templo generalmente cerrado, y con todo respeto preguntaron al comandante, cuál era el motivo de su visita tan inesperada.
8. El comandante apuntó con el dedo hacia Mí y dijo: «Este Primero y más Sublime de todos los primeros y sublimes ha venido porque desea visitar vuestro templo de la sabiduría, y desea ver los escritos. Por eso, ¡abrid la puerta y dejadnos entrar en sus pabellones sagrados!».
9. Respondieron los sacerdotes: «¡Tu pedido nos resulta muy inoportuno, pero como tú lo exiges cumpliremos con tu voluntad! Pero tú mismo debes cargarte con las consecuencias, ¡incluso ante los dioses severos e implacables!».
10. «Pues sí», dijo el comandante. «¡Eso lo haré sin más! Porque yo mismo debo convencerme personalmente, si en vuestro libro de sabiduría más antiguo consta como me lo ha contado este hombre sumamente sabio y dotado de todo Poder divino».
11. Sólo entonces los tres sacerdotes estaban completamente de acuerdo, y después de algunas reverencias ante el templo abrieron la puerta relativamente pequeña. De modo que entramos, y de debajo del altar sacaron un libro escrito en antiguo idioma hindú. Pero solamente uno de ellos sabía leerlo y hasta cierto punto entenderlo.
12. Yo mismo le señale el pasaje para que lo leyera y luego lo tradujera.
13. Entonces el sacerdote repasó el texto y en seguida lo tradujo: «En las montañas donde anidan las grajillas en gran cantidad nace un río caudaloso. En sus orillas vi ciudades, grandes y pequeñas, y en sus anchas espaldas transporta muchas cargas. Pero fíjate, que vi una Carga que estaba flotando en sus espaldas, pues hubo una noche pesada en toda la región extensa desde la fuente del río hasta allí donde desemboca en el Gran Océano. Y la Carga llevaba a un Hombre cuyo rostro relucía más que el Sol, y de su Boca se proyectaban flechas y espadas flameantes. Y en la orilla se encontraban muchos muertos, pero los que estaban alcanzados por las flechas empezaron a moverse y a tener Vida; y hubo pleno día alrededor de ellos. Pero la Carga aún traía varios hombres que vivían y que en su interior también tenían una Luz que resplandecía como la luna llena. También de la boca de estos surgió una Luz que parecía a la luz del lucero del alba, y aquellos a los que tocaba esta Luz -a pesar que antes estaban muertos- volvían a vivir y caminaban como en pleno Día. Esto causó que todo el río pronto se hiciera todo Luz. Y cuando todo el río daba Luz, en sus orillas se despertó mucha alegría; y muchos vinieron corriendo allí para lavar su semblante. Y ve, ¡a eso todos los que se bañaron en el río para purificarse en su caudal tan claro se hicieron luminosos!
14. Pero cuando después volví a ver el río ya no vi luz alguna, sino que de nuevo la tiniebla más densa pesaba sobre sus espaldas. Durante mucho tiempo lo vi así, y ves, ¡que eternamente nunca ya quería hacerse Luz! Y oí una Voz como un susurro de vientos que pasa por el bosque, pues esta Voz amenazó: “Provocador de las tinieblas, ¡ay de ti cuando Yo vuelva! Te digo que mi Juicio te tocará doble de duro, ¡porque tú eras Luz y otra vez te has hecho noche! ¡De modo que Yo te lo digo y que tú lo repitas a tus gusanos! ¡Porque así lo quiere el Primero y el Último, el Alpha y el Omega!”».
15. Terminada la lectura, el sacerdote hizo otra reverencia ante el libro, lo envolvió en lino muy fino y volvió a depositarlo en su antiguo lugar.
16. A eso el comandante le preguntó: «¿Comprendes también lo que realmente has leído bastante bien?».
17. Respondió el sacerdote: «Señor, si yo comprendiera esto, ¡entonces estaría en Delfos y ocuparía el trípode de la Pitia!».
18. Dijo el comandante: «Mira, lo que tú no comprendes, ¡yo siendo soldado lo comprendo muy bien y puedo explicártelo! Pues mira, aquí está el Hombre que de los Cielos ha venido a nosotros los seres humanos, y que ahora difunde la Luz desde Melitene hasta aquí a Serrhe! A Este prestadle oídos, y vosotros, ahora muertos, vais a tener Vida, y en la Luz más clara vais a percibir vuestra Salvación. Los otros hombres que vinieron con Él son precisamente aquellos cuyo semblante resplandecía como la luna llena. Sus palabras son una verdadera estrella del alba de Vida, y los que las aceptan luego en su ánimo lucen llenos de Vida, igual que sus palabras a las cuales en vuestro libro de sabiduría se refiere aquel signo. ¡Ahora comprended en qué tiempo nos encontramos!».
19. Admirados por la sabiduría del comandante, los sacerdotes le preguntaron con gran respeto Quién soy y de dónde vengo.
20. Respondió el comandante: «Ya os he informado sobre el Origen de este Hombre-Dios.
Y dado que lo sabéis, de todos modos también sabéis lo que debéis hacer. ¡Ahora procurad que Él también os vivifique a vosotros, a fin de que también vosotros podáis dar Luz ante todos los seres humanos que vendrán a vosotros para buscar con vosotros el justo saber de la Vida del alma!».
21. A eso uno de los sacerdotes se acercó a Mí y dijo: «Sublime Señor de las alturas excelsas de los Cielos, ¡concédenos la sabiduría justa!».
22. Dije Yo: «Allí mismo están mis apóstoles. Dirigíos a ellos, y ellos os mostrarán el camino en el cual actuando activamente podéis llegar a la sabiduría justa y verdadera. Pero eso no aquí en este templo sino en la ciudad en la casa del comandante. ¡Venid allí y ellos os enseñarán!».
23. Dijo el sacerdote: «Oh Señor sublime, ¡esto nos resultaría muy conflictivo, porque según nuestra tradición desde nuestras alturas del saber nunca debemos descender a las profundidades de los valles! Pues simbólicamente la sabiduría mora permanentemente en las alturas puras y nunca se contamina bajando a las honduras lodosas - parecido al intelecto de cada ser humano que mora en su cabeza como parte más alta de su cuerpo».
24. Dije Yo: «Si esto fuera conveniente, entonces también Yo nunca habría debido salir de las Alturas de Sabiduría más sublimes y luminosas de los Cielos. Si así hice por Amor a vosotros los seres humanos, entonces en virtud de una Sabiduría más elevada, también vosotros podréis abandonar alguna vez en vuestra vida vuestra sabiduría vana. Porque para lograr lo sublime, vale bien la pena de abandonar tal colina. A partir de ahora, cada uno que desea llegar a tener la verdadera Sabiduría de la Vida, él tendrá que entregarse a la profundidad de su propia humildad.
25. Cuando aquel sacerdote había oído esto de Mí, en seguida se dirigió a sus dos colegas y se lo comunicó. Estos inicialmente expresaron algo de recelo, pero después de cierta reflexión acabaron por concordar. De modo que se dirigieron al comandante y le pedieron permiso de poder entrar en la casa de él, dado que Yo lo quería así.
26. «¡Con mucho gusto!», respondió el comandante. «¡Venid ahora mismo, pues en seguida nos pondremos en el camino de regreso! ¡Por hoy y mañana sed mis huéspedes, porque este sublime Hombre de todos los hombres de toda la Tierra, por clemencia también mañana permanecerá en mi hogar!».
27. Los sacerdotes agradecieron y me siguieron después de haber dado orientación a sus familiares, qué debían hacer y decir si se presentara algún investigador sabihondo, mientras que ellos todavía estén ausentes.
1. Nada más haber llegado con la compañía considerable a la ciudad, una gran multitud vino a nuestro encuentro, nos saludó de todos los lados y gritó: «¡Prosperidad, gran Benefactor! ¡Gratitud eterna a Ti por habernos liberado de una gran aflicción, mediante tu Poder milagroso!».
2. Esto causó perplejidad entre los tres sacerdotes de la sabiduría, y eso tanto más porque también veían los demás sacerdotes entre el pueblo.
3. Dentro de poco llegamos a la residencia del comandante donde la multitud se despidió para volver a sus hogares. Yo y todos los discípulos, juntos con el general y con el comandante, su cuñado, entramos en la casa para almorzar. Pero ahí se produjo una calamidad: las esposas de ambos, a pesar de que eran buenas cocineras, en la prisa habían olvidado de mandar a la servidumbre que preparase algo para este almuerzo; de modo que en estos momentos había nada para servirlo inmediatamente.
4. A eso el general se puso de mal humor, pero pronto se controló y dijo: «¡Ahora entrad en toda actividad para que no nos toque almorzar de noche!».
5. Pero Yo dije al comandante: «¡No te preocupes; pues abre la puerta del gran comedor y allí ya habrá todo de lo que precisamos!».
6. Dicho y hecho, y el comandante no quedó poco sorprendido cuando vio todas las mesas puestas con los manjares más finos y sabrosos. Por eso preguntó a las mujeres por qué no le habían informado de esto cuando él las había preguntado por ello.
7. Pero ellas se disculparon de nuevo porque se quedaron tan sorprendidas como él mismo. Pues ellas sabían tan poco de la preparación de este almuerzo como él... De modo que ahí seguramente también debía tratarse de un milagro...
8. Mirando las comidas de más de cerca, el comandante vio que todas las vajillas, las cucharas, los cuchillos y todos vasos eran de oro puro. A eso en seguida se dirigió a Mí y dijo: «Señor, oh Señor, ¡esto es Obra Tuya! Pero, ¡¿cómo es posible que a mí -que soy un pobre pecador y un pagano tenebroso- me hayas conferido tamaña Gracia?! ¡Pues no merezco que tus Pies sagrados pisen mi hogar tan impuro. y ni hablar de una distinción tan inimaginable que incluso para un Emperador de Roma sería demasiado noble!».
9. Dije Yo: «Lo que existe, ¡pues existe! De modo que ahora nos vamos a sentar a las mesas, ¡y con buenos ánimos vamos a comer y beber lo que haya en ellas! Pues si queréis llegar a ser hijos de Dios no hay prejuicio si aun en esta vida experimentéis por una vez cómo se come y bebe en la Casa del Padre».
10. A eso todos se sentaron a la mesa y, de buenos ánimos, comenzaron a comer y a beber. Pero el comandante, el general con su hijo curado, las mujeres de los dos con sus hijas y los diez hermanos del comandante, como también los demás invitados se quedaron perplejos. Porque todos aseguraron que hasta ahora nunca habían disfrutado de comidas tan divinamente buenas y de un vino tan incomparablemente gustoso. y las mujeres me rodearon y preguntaron cómo puede ser posible preparar comidas tan increíblemente buenas.
11. Pero Yo les dije: «Mis queridas, ¡algo tal no existe sobre la Tierra! Pero cuando en la Tierra entre los seres humanos mediante la Palabra de Dios reconocida una vez ya exista el auténtico fuego del amor a Dios y al prójimo bien intensivo, ¡entonces con tal fuego los seres humanos ya harán platos parecidos e incluso también aún más sabrosos que estos! ¡Os digo que el Amor verdadero y puro es el Fuego más sagrado y noble que puede realizar todo! Es el mejor cocinero y hospedero, el mejor condimento para todas las comidas, y el mejor alimento mismo. Realmente, a aquel al que nutre el Amor, él está nutrido verdaderamente bien, pues aquel al que tal Amor sacia, ¡él no tendrá hambre en toda eternidad! Y si tal Amor os anima, entonces eternamente nunca sentiréis una muerte ni la palparéis. Entonces sed aplicados en tal Amor puro a Dios y vuestro prójimo, ¡porque este Amor os dará todo que os podría hacer sumamente feliz!
- Pero cómo este Amor está constituido, ¡esto ya lo oísteis durante los últimos tres días, con lo que nada más necesito añadir!».
12. Todos me agradecieron agradecidamente por esta Enseñanza y prometieron crecer en tal dedicación cuanto más posible.
13. En seguida se expresó uno de los tres sacerdotes de la sabiduría: «¡¿Cómo podría un mortal material amar a un Dios inmortal y puramente espiritual?! ¿Acaso un Dios no le tomaría tal atrevimiento seriamente a mal? ¡¿Que diría ya un rey terrenal si uno como nosotros le hiciese una declaración de amor?!... ¿Pero qué es un rey comparado con un dios?».
14. Dije Yo: «Un rey tonto y muy orgulloso -el que no era creador de sus súbditos- por supuesto, no se comportaría precisamente amable si se le presentara un hombre ordinario e ingenio y le dijese: “Gran rey, ¡yo siento un enorme amor por ti! ¡Desciende de tu alto trono y permíteme que te abrace y bese!”. Seguro que el rey le tomaría por un loco y mandaría a sus servidores que le echasen afuera; y si no se fuese por bien, tendría que soportar punición. Pero si los súbditos de tal rey le probasen un verdadero amor activo, entonces él los recibía bien, y también sabría compensarlos. Pues nadie ya sería echado afuera.
15. Pero Dios, el eternamente Verdadero, no es como un pagano insensato de esta Tierra. Él mismo es puro Amor, con lo que también la Sabiduría más sublime misma, de los cuales Él de por sí mismo ha creado todos los mundos y los seres humanos.
16. Como Él mismo es puro Amor, Él también quiere que todos los seres humanos le amen sobre todo y ante todo. Pero que luego los seres humanos -como todos son Obra de Él- también se amen entre ellos de manera como cada uno se ama a sí mismo. Si Dios ama a todos los seres humanos más que el mejor padre en la Tierra podría amar a los hijos suyos, ¿por qué los seres humanos no iban también a amar a Dios sobre todo, una vez que ellos Le hayan reconocido bien a fondo?
17. De veras Yo os digo: ¡Sin el justo Amor no encontraréis a Dios y nunca podréis reconocerle bien, con lo que tampoco podréis aproximaros a Él! ¡Únicamente el Amor os demuestra el camino cierto hacia Dios, pero nunca el intelecto! Pero aquel que no encuentra el camino a Dios, él tampoco hallará el camino hacia la Vida propia, con lo que continúa caminando en tinieblas, en las sendas del juicio y de la muerte eterna. Acordaos de esta Enseñanza mía; y todo lo demás ya lo oiréis después por mis discípulos».
18. A eso los tres sabios se callaron y continuaron comiendo y bebiendo con buenos ánimos.
19. Más tarde el más inteligente de ellos dijo a los otros dos: «Este hombre extraordinario dice la pura verdad. Por eso escuchémosle y estaremos bien atendidos, ¡porque en la pura sabiduría él nos gana con una superioridad aplastante!».
20. Durante todo el almuerzo Yo no hablaba más. Pero después de la comida los sabios se dirigieron a mis discípulos que los elucidaron en los Principios de mi Doctrina que les gustaba mucho...
21. Yo mismo salí al aire libre, junto con la familia del comandante y del general, y dejé a los discípulos que actuasen ellos solos. Se sobreentiende que cuando los antiguos discípulos doctrinaban, los nuevos siempre acudieron con diligencia, y tomaron nota de los puntos principales. - Sólo al anochecer volvimos a juntamos.
1. En aquella tarde, junto con el comandante, el general y sus parientes, Yo visité algunos pobres judíos que en aquella región vivían del comercio y del regateo pero que ganaban poca cosa porque los griegos pícaros en todas partes se adelantaban a ellos. El general y el comandante les hacían regalos. Pero Yo les aconsejé que vuelvan a casa y que allí ganasen su sustento con trabajos manuales que sabían muy bien ejercer. Pues en el país en el que alguien haya nacido con pocos talentos, ¡que allí se quede, y que allí se alimente lealmente a sí mismo y a los suyos! Solamente seres humanos dotados de grandes y de muchas facultades, igual que el Sol pertenecen a toda la Tierra, pues su Luz espiritual debe iluminar los caminos a todos los demás seres humanos.
2. A eso manifestó uno de los judíos: «Maestro, ¿por qué, por parte de Jehová, fuimos agraciados con tan pocas dádivas para nuestro viaje por esta Tierra tan mísera? ¿Acaso Él no nos habría podría proveer también con muchos talentos?».
3. Respondí Yo: «¡Por cierto! Entre tanto, ¡Él sabe mejor que nadie qué se presta para cada uno - razón por la que os facultó precisamente estos medios que os hacían falta! Nadie llega a ser bienaventurado por los muchos Talentos que tenga, ¡porque estos no son mérito del hombre sino que sólo son Obra y Mérito de Dios! El que recibió mucho, también tendrá que presentar muchas cuentas; pero aquel al que está dado poco, él tampoco tiene que pasar muchas cuentas, pues responderá a la proporción de las dádivas recibidas. En el Más Allá, en la balanza de la Justicia divina, el mismo pecado cometido por parte de un talentoso tendrá un peso mucho mayor para los talentosos que para los desprovistos de aptitudes. Porque si el legislador mismo actúa contra sus propias leyes, consta que esto es más grave que si peca aquel al que fue impuesta la ley. Por eso a nadie conviene que envidie a uno al que Dios ha atribuido muchos dones importantes, porque este siempre tendrá que aguantar mucho más en la Tierra. Por eso, ¡sed contentos que por parte de Dios sólo hayáis sido agraciados con pocos talentos!».
4. Al oír esto, el judío dijo: «Maestro, ¡hablaste muy sabiamente, pues efectivamente debe ser así! Sin embargo, supongo que si alguien con muy poca luz anda en la noche, más fácilmente caerá en un abismo que alguien al que un sol eficaz alumbra el camino. Pues una vez que uno se encuentra destrozado y muerto en el abismo, entonces ya no importa si ha sido con mucha o poca luz que se ha encontrado la muerte en un abismo. Con lo que digo yo, que el hombre dotado de mucha Luz siempre lleva ventaja a aquel que está dotado de poca luz, porque él ya ve el abismo desde lejos y puede apartarse de él, mientras que el otro de poca luz frecuentemente ni siquiera percibe el abismo aunque ya se encuentre al borde él».
5. Dije Yo: «Con esto también tienes razón, pero precisamente por esto conviene que cada persona menos dotada quede bien en casa donde también en la noche conoce el suelo en que puede andar con confianza. Pues dentro de su propia casa cada uno sabe andar mejor que nadie para no dar un paso en falso; pero en una mansión grande y extraña cuyas condiciones se desconoce, mal se orientará con su lamparilla de floja luz. De modo que aquellos a los que Dios el Padre ha agraciado con menos Luz, a estos, como niños, también los quiere mucho, pues precisamente por eso les ha condicionado la tarea de su prueba de Vida terrenal tan fácil como posible. Mientras tanto, en los caminos de los grandes espíritus ha sembrado muchos espinos de los que no hay que fiarse. Por esto, pequeños espíritus judíos, ¡preparaos y volved a vuestra patria! Allí encontrareis ocupación de sobra conforme vuestras aptitudes, ¡pero aquí no nace trigo para vosotros!».
6. Dijo también el comandante: «Pues sí, mis queridos, ¡el Señor tiene toda razón! Según estoy informado, vuestra existencia aquí es bastante desgraciada y yo no puedo mejorarla. Por eso, ¡volved a vuestro país de origen porque allí seguramente estaréis mejor recibidos que aquí! Vuestro comercio y regateo os aporta prácticamente nada, y no podéis dedicaros a nuestras labores porque no estáis experimentados en ellas. ¡Por eso en vuestro país de origen seguramente os encontraréis mucho mejor que aquí! Y para facilitaros el viaje a vuestro país, por amor a este Maestro -que también es Judío- os daré el importe necesario para este viaje».
7. Concientes de esto, de prisa los pobres judíos se fueron a las casas donde vivían, para volver con sus niños y presentarlos, porque con estos el viaje hacia más lejos que Belén sería difícil porque ya no disponían de animales de carga.
8. A eso dijo el comandante: «También haré que tengáis una cantidad justa de animales de carga. Pero luego marchaos inmediatamente de aquí, ¡porque de lo contrario me vería obligado a despacharos a la fuerza!».
9. Todos estaban de acuerdo y dijeron: «¡Preferimos marcharnos aún hoy en vez de mañana!». A eso fueron tomadas todas las medidas necesarias, de modo que dentro de una hora todo estaba organizado, y ya se pusieron en el camino.
10. Eran cerca de setenta personas, y por eso para esta ciudad que de por sí ya tenía muchos pobres ya habían resultado en un gran peso. En su país la mayoría de estos judíos tenía campos y tierras, los que habían entregado a empleados inexpertos, suponiendo que con el comercio y regateo iban a obtener más ganancias. Sin embargo, habían caído en completa miseria, de donde Yo los salvé a tiempo.
11. De modo que esto evidentemente también ha sido una buena Obra... Por eso, ¡que cada verdadero seguidor de mi Doctrina haga todo esfuerzo posible para liberar tales presos de su aflicción - caso que tenga los medios! Pues será recompensado por Mí, ya acá y mucho más aún en el Más Allá, conforme hice en esta ocasión, indemnizando al comandante con mil libras de oro puro, y esto de antemano porque Yo ya sabía qué él iba a hacer.
12. Nada más de memorable ocurrió en ese pueblo. Los discípulos acabaron por convertir a los tres sacerdotes; y Yo bendije a un médico, creyente, para que él pudiera curar muchos enfermos imponiéndoles sus manos en mi Nombre. Así el día siguiente también pasó rápidamente.
EL GIGANTE Y SU PREDICA JUDAICA
1. Pasamos la noche todavía en Serrhe y por la mañana partimos a pie, río arriba, para Zeugma, - también una pequeña ciudad muy antigua situada cerca del Éufrates, y en el camino cruzaron muchos saludos de aprecio. Viniendo desde Samosata no podíamos entrar en Zeugma, porque el trayecto del comandante nos llevó por Serrhe donde se hallaba su familia. Por eso desde Serrhe hicimos marcha atrás para Zeugma. Desde Samosata a Serrhe el camino es unas dos veces tan largo como para Zeugma. Pero luego desde Zeugma a Deba el camino resulta más corto que desde Samosata y aún más desde Serrhe que -según la manera de calcular en la época actual- todavía tenía una distancia de por lo menos treinta leguas de Samosata - pueblos de los cuales hoy día casi ya no quedan rastros.
2. En Zeugma procedimos de la misma manera como en los demás pueblos. Como los paganos del Éufrates frecuentemente estaban visitados por judíos, también tenían conocimientos sobre los conceptos de estos acerca del verdadero Dios, lo que facilitaba nuestra comunicación con ellos.
3. Para una mayor comprensión, aunque sobre, aquí aún puede ser añadido que los lugares ahora por Mí recorridos, hace unos ochocientos años antes de Mí formaban parte de la Siria, ahora en mi época se declararon pertenecer a Capadocia. Pero Deba, adonde después de dos días me había dirigido con mis discípulos, ya formaba parte de Siria, la que en la mi época daba para Galilea y, de cierto modo, formaba el Norte de este país.
4. En Deba no nos detuvimos mucho porque con sus habitantes a causa de su negocio con cerdos no había manera de llegar al grano.
5. De allí seguimos el camino para Cyrrhus, importante ciudad comercial griega donde quedamos unos siete días, pues obtuvimos un gran número de adeptos, casi de la misma manera como en Chotinodora.
6. Desde allí partimos para Antioquía, una ciudad muy grande, donde nos detuvimos casi un mes. Esta ciudad ya era muy antigua y mantenía un considerable comercio en la Asia Menor, extendido incluso hacia Europa. Desde allí, la noticia sobre Mí se extendió hasta el extremo oeste de las comarcas de la Asia Menor; y un pequeño rey de Lidia, llamado Abgar, se puso en camino a Antioquía para llegar a conocerme. Este aceptó mi Doctrina integralmente e incluso hizo que le bautizaran. Después de haber vuelto a su hogar convirtió a su pueblo, y también me escribió varias cartas que siempre le respondí; pero su cordial invitación de visitarle no la pude aceptar por motivos muy evidentes.
7. De ahí volvimos a nuestra Galilea donde aún visitamos un gran número de villas y aldeas pequeñas, y donde con la nueva Doctrina en todas partes siempre teníamos bastante buen éxito.
8. En aquel viaje -que se puede llamar muy exitoso - pasamos todo el verano, y cuando volvimos a llegar a nuestro hospedero Mateo en Cafarnaúm ya había llegado el otoño, y con este ya se había acercado la fiesta de los Tabernáculos.
9. Al ver los diez neo-discípulos el hospedero se asombró, y eso sobre todo del más alto, un verdadero gigante que tenía una altura de nueve pies28 Y él también era un gigante en su forma de hablar, pues con sus palabras de trueno surtía un gran efecto. Además de esto, su vestidura romana dio una nota aún más especial a sus palabras. Él no toleraba objeción alguna; primero, porque ahora estaba bien convencido de mi Doctrina, y eso muy experto. Segundo, en contacto con los discípulos -sobre todo últimamente con nuestros así llamados greco-judíos- había adquirido conocimiento de los antiguos profetas, con lo que él por su don de la palabra arrasaba cualquier reparo contra la Divinidad de mi Ser. Por lo que ningún adversario se atrevía a desafiarle en un altercado serio.
* 1 pie = 31 cm.
10. Durante mi descanso de unos diez días en casa del hospedero Mateo, muchos ciudadanos y comerciantes acudieron para informarse al respecto de ese hombre y qué intentaba hacer en Cafarnaúm.
11. Entonces el gigante los miró con seriedad y dijo: «¡Como pagano y romano haré juicio sobre vosotros, judíos miserables e incrédulos que sois! A vosotros os debe haber creado vuestro Belcebú por ser tan ciegos de no percibir que este Uno es el exclusivo Portador del mismo Espíritu que, hace eras insondables, como Espíritu Sublime había creado el cielo y esta Tierra, con todo lo que hay en ella y dentro de ella. con todo que existe, vive, respira y piensa. pues todo esto Él lo ha creado y condensado simplemente por su Voluntad.
12. Nosotros, paganos, reconocimos esto a la primera señal, a pesar de que no teníamos idea alguna de que su Descenso venidero a esta Tierra flaca hace varios cientos años ya estaba anunciado por muchos profetas, y eso al unísono. E incluso estaban señalados detalladamente la época, el lugar y una gran variedad de otras circunstancias, cuándo, dónde y cómo Él, el Todopoderoso mismo, iba a descender de su Cielo sublime a esta Tierra como Ser humano. ¡He aquí entre nosotros el Ser Sublime! ¿Por qué no tenéis fe en esto? ¡Porque sois hijos de Belcebú, pues de ninguna manera podéis ser hijos de Dios! Por eso, ¡largaos de aquí, porque de lo contrario mi ira os diezmará!».
13. De modo que cuando él empezaba a hablar así, pronto los demás se fueron porque nadie quería darle más motivos para alterarle.
1. Cierto día en la casa de Mateo se presentó el superior de la sinagoga ya conocido, acompañado por sus fariseos y escribas, y le dijo: «Quiero ver a este Nazareno porque me he enterado de que este de nuevo se encuentra aquí, junto con sus discípulos. Porque de Jerusalén me han dado órdenes rigurosas de informarme minuciosamente sobre este Nazareno, qué hace y qué son ahora sus intenciones. E incluso me mandaron capturarle y llevarle a Jerusalén, muerto o vivo».
2. Respondió Mateo: «Él mora conmigo, pero yo te aconsejo que no le ataques, ¡porque entonces tú y todos los tuyos seríais totalmente perdidos!».
3. Dijo el superior: «Tú, ¡nunca olvides que su sortilegio no puede actuar en contra de los sacerdotes altamente consagrados!».
4. Concordó Mateo: «Está bien. pues junto con todos sus discípulos Él se encuentra en el gran salón y está almorzando con ellos. ¡Pues entra y habla personalmente con Él!».
5. Acto seguido el superior se dirigió a la puerta cerrada y golpeó con toda fuerza.
6. A eso Yo dije al gigante: «¡Déjale entrar y habla solo tú a él, porque de mi Boca no merece ni una sola palabra!».
7. A eso el gigante abrió la puerta y vociferó al superior: «¡Entrad pues, canallas y bribones miserables que sois! ¡Ya hace tiempos que sabemos de vuestra intención y vinimos precisamente a aquí para oírla de vuestras propias fauces de dragón! ¡De modo que entrad -salvajes bestias cenagales de la noche que sois-, para que el juicio que os machacará según vuestro mérito no se retrase!».
8. Este tratamiento impresionó al superior y sus comparsas de una manera tan enérgica que estos comenzaron a temblar, y nadie de ellos era capaz de balbucear una sola palabra. Ellos tomaron al gigante por un vice-dictador romano que -armado del emperador con las prerrogativas imperiales- ahora iba a aniquilar a todos los judíos. Como estos visitantes llenos de pavor se encontraban delante la puerta abierta, los de más detrás hicieron cara de largarse.
9. A eso, con su voz de trueno, el gigante bramó a Mateo: «¡Cierra todas las puertas con llave, para que ninguna de esas fieras humanas me pueda escapar!».
10. Apenas el gigante había hecho retumbar esta sentencia, al hospedero no quedó tiempo para cerrar las puertas, porque esta sentencia había dado alas a los pies de los investigadores, de modo que toda la camarilla se desbandó a brincos.
11. Pero el gigante se lanzó tras el superior; y en seguida le agarró por la ropa, suspendiéndole en el aire como una pluma, y preguntó qué es lo que quería.
12. El superior respondió temblando y tartamudeando: «Señor. Señor, ¡por encargo de Jerusalén, yo sólo quería hablar con aquel cierto profeta! ¡Pero entonces tú, un más que horroroso, te entremetiste de una forma tan bárbara que yo, el superior de la sinagoga de aquí, no llegué a hablarle!».
13. Replicó el gigante: «¡Desgraciado! Pues eternamente nunca merecerás de acercarte tan sólo diez mil pasos a este Hombre-Dios, ¡y mucho menos aún dirigirle la palabra! ¡Estoy bien al tanto de lo que los malvados bribones en Jerusalén y tú y tus cómplices tramáis en contra del sublime Hombre divino! ¡Ay de vosotros, si osarais tocarle con vuestras garras de Belcebú, porque entonces llegaréis a conocer al gigantesco romano!». - A eso él volvió a depositar al superior en el suelo, pero aún le preguntó: «¿Acaso con vosotros este Hombre divino más puro y todopoderoso aún no ha realizado señales que os llevarían a acreditar que Él es el Mesías prometido por todos vuestros profetas - y que Él iba a venir a este mundo precisamente en esta época y en este país, con la misión de salvar a los seres humanos de la muerte eterna? ¡Habla, miserable!».
14. Dijo el superior: «¡Claro que sí, pues ya ha realizado señales en demasía, y precisamente por eso el pueblo va detrás de él, mientras que a nosotros -los antiguos sacerdotes que también somos instituidos por Dios- nos vuelven las espaldas! ¡He aquí la razón porqué los sumos sacerdotes de Jerusalén ante él son tan rebeldes! ¡Y nosotros dependemos de Jerusalén y tenemos que obedecer!».
15. Observó el gigante: «Entonces, ¿cómo entiendes eso que haya sido posible que todos los paganos de las ciudades a la rivera del Éufrates se hayan adherido a Él, casi sólo por su Doctrina tan sublime - y que los que se habían adherido a Él pronto fueron provistos de alguna Fuerza puramente divina? Un médico de Serrhe obtuvo el don milagroso de curar a todos sus muchos enfermos simplemente mediante la fe en el Nombre todopoderoso de este Hombre-Dios, y eso curándole dentro de un solo instante, de forma que luego el curado resulta tan sano como si nunca hubiera estado enfermo. ¡Incluso personas que ya están muertas obtienen una nueva vida con toda salud, pues se encuentran tan bien como una gacela en las altas montañas! Ahora. si los paganos pueden percibir esto y si pueden actuar así, entonces, ¡¿por qué no lo podéis vosotros los judíos, de los cuales consta escrito que son un pueblo escogido de Dios?! Pero yo te afirmo en el Nombre del sublime Hombre-Dios: Esto no funciona con vosotros, porque ya desde vuestro nacimiento sois hijos de Belcebú, por tanto, ¡sois enemigos taimados de Dios! Y si lo negáis, ¡entonces sólo merecéis vuestro exterminio de este planeta!».
16. Cuando el superior de la sinagoga oyó estas palabras del gigante, enseguida empezó a suplicarle y a prometerle todo el bien posible. A eso, bajo ciertas amenazas, el gigante le permitió que se vaya, y él mismo volvió a su casa.
17. A eso el hospedero se quedó muy preocupado, porque él conocía bien la sed de venganza del superior de la sinagoga.
18. Pero el gigante le dijo: «¡De ninguna manera te preocupes, sino ten confianza en el Poder de Aquel que por su Voluntad resucita muertos, remueve montañas y destruye estatuas paganas hechas de metal! Te digo que yo no temería una legión de tales canallas, ¡y mucho menos aún esta una!».
19. Concordó el hospedero ya un poco tranquilizado: «Pues sí, ¡tienes toda razón! Por mi parte tampoco los temo, pues tengo la mayor confianza en el Señor, al que conozco desde su tierna Infancia. como también a sus padres terrenales, dado que Él de Niño tierno ya había realizado Hechos únicamente posibles a Dios. Pero sí, estoy un poco preocupado por vosotros, mis huéspedes queridos, que aquí en Cafarnaúm por parte de estas canallas tengáis que soportar contratiempos; porque yo las conozco esta ralea de sobra».
20. Dijo el gigante: «¡Déjalos que vengan, y yo mismo ya me las arreglaré con ellos! ¡Porque estos miserables eternamente nunca merecerán que el Señor -el Santo desde todas eternidades- los pare y castigue con su Voluntad todopoderosa!».
21. En seguida el gigante volvió a nosotros, se sentó a la mesa y nos relató cómo él de ira justa había procedido contra la langosta de Babel.
22. Dije Yo: «Esto fue bastante bueno, y Yo permití que tú procedieras así con el fariseo tan despótico. Sin embargo, ¡también el hospedero tiene razón! Pues no tendremos que esperar mucho y el superior estará de vuelta con un gran número de esbirros bien armados, a fin de encarcelarnos. Entonces, ¿qué vas a hacer?».
23. Respondió el gigante al unísono con sus nueve hermanos no mucho menos fuertes: «Señor, ¡facilítanos un poco de tu Gracia omnipotente, y a estos ya les pararemos los pies malvados para siempre!».
24. Dije Yo: «Pues bien, ¡intentadlo, pero no atentéis contra la vida!».
25. A eso cada uno vació su copa. En seguida ellos salieron afuera y se apostaron en el camino, cada uno armado con una verdadera porra de Hércules. Dentro de poco aparecieron cuarenta esbirros, todos armados de Lanzas, y en su retaguardia siguieron el comandante de Cafarnaúm y el superior de la sinagoga con sus cómplices.
26. Irritado, el gigante dijo a sus hermanos: «¡Dejémosles que se nos aproximen a unos diez pasos de nosotros! Entonces los gritaré que se paren, y si hacen caso, entonces hablaremos, ¡pero de lo contrario, las porras entrarán en función!».
27. A eso los soldados llegaron a la distancia de diez pasos, y el gigante los gritó con una voz tronante que causaba miedo: «¡Paraos, o a todos os tocará la muerte!».
28. A eso los soldados romanos quedaron perplejos y se pararon.
29. Acto seguido el gigante los preguntó: «¿Qué queréis, y quién hizo que vinierais aquí?».
30. En seguida los soldados que consideraron a estos diez como romanos altos les respondieron: «Señor, el superior de la sinagoga señaló al comandante que aquí se encuentran rebeldes peligrosos. ¡A estos debemos prender y aniquilarlos!».
31. Explotó el gigante: «¡Ay del canalla miserable de superior! ¡Espera y vas a conocer al príncipe del Cáucaso, que ahora es romano! - ¡De modo que largaos inmediatamente, soldados, y depositad vuestras lanzas, porque de lo contrario lo pasaréis mal!».
32. Pero los soldados respondieron: «¡Esto no lo podemos hacer, porque detrás de nosotros está el comandante que nos manda!».
33. A eso el gigante dio la orden a cinco de sus hermanos para que se apoderasen rápidamente del superior, de sus cómplices y del comandante, mientras que él mismo iba a encargarse de los soldados.
34. Todo esto sucedió rápido como el rayo, y a los soldados se los llevó un viento huracanado que los soltó encima del mar donde les costaba mucho salvarse nadando para que no se ahogasen.
35. Mientras tanto el gigante se dedicó al superior, pues le agarró, le levantó al aire y le gritó: «Bribón hipócrita, ¡¿de este modo cumples con tu palabra?! ¡Por esta vez, infame mentiroso, no me escaparás tan fácilmente como a la primera vez! ¿Dónde pues están aquí los insurrectos y rebeldes de alta traición? Como con nuestros viajes extensos nos habíamos cansado un poco, ahora ya estamos descansando algunos cuantos días en casa del hospedero. ¡¿Y esta bestia negra nos denuncia como insurrectos y rebeldes de alta traición?! -¡Comandante!, ¿dónde está el mar lo más profundo, para que yo lance a este miserable allí, con la seguridad de que él allí encuentre su fin?».
36. Pero el comandante le contestó: «Amigo, ¡déjale ahora, porque ya me ha quedado claro de qué se trata en realidad! ¡Este animal, a través de mí, sólo quería capturar al Salvador de Nazaret, al que yo aprecio ante todo! Ay, si yo hubiera podido sospechar esto, ¡entonces yo le habría hecho suceder cosas bien diferentes! Pero ahora déjale que se vaya, y todo lo demás ya lo arreglaré con él, pues ya le demostraré lo que significa el llevar a un romano por indicación falsa e inventada a proceder a un acto oficial. - ¡Pero ahora llévame al Señor de mi Vida!».
37. Una vez más el gigante tiró al superior por el aire, de manera que este casi perdió los sentidos, y luego le puso violentamente a pie. A eso el superior se largó corriendo junto con sus seguidores, e íntimamente juró que en su vida nunca ya iba a emprender algo contra Mí. - Los diez y el comandante volvieron a mi casa, eso después de que el comandante a los soldados que habían salido del agua había mandado volver a sus hogares.
Obras de amor son el verdadero merito ante Dios
1. Cuando el comandante me vio, sus ojos se llenaron de lágrimas, con lo que por alegría casi no podía hablar. En seguida me pidió perdón que él haya podido actuar de esta manera contra Mí.
2. Pero Yo le consolé y le dije: «El que hace algo y no sabe que peca, ¡él no comete un pecado - de modo que tampoco tú! ¡Pero el superior de la sinagoga es verdaderamente un malvado despreciable! Sólo que de ahora en adelante, supuestamente, conservará la calma. Por eso, ¡ya no emprendas pasos enemigos contra él!».
3. Esto el comandante lo prometió, y luego comió y bebió con nosotros. - Yo mismo le expliqué el origen de los diez, lo que le produjo una gran alegría. En seguida el comandante conversó con los diez y los orientó cómo, mediante él, el prefecto Cornelio y el gobernador Cirenio podría llegar a Roma, donde en seguida podrían ocupar puestos muy importantes, mediante los cuales podrían hacer mucho bien.
4. Pero los diez opinaron: «Noble amigo y colega de nuestro hermano en Samosata, ¡esta propuesta es realmente tentadora! Pero aun así, dado que somos adeptos del Señor y Maestro más sublime, ¡esto ya es un motivo mil veces mayor para que actualmente de ninguna manera podamos aceptar tu invitación tan agradable! Cuando un día hayamos cumplido con nuestro curso de Vida, entonces tal vez podremos realizar tu propuesta tan agradable».
5. Satisfecho con esta sinceridad de los diez, el comandante dijo: «Consta que tenéis toda razón. Pero me he dado bien cuenta de que ya estáis perfectamente orientados en los Principios de la Doctrina y que sois bien concientes de lo que debéis hacer y de lo que os debéis apartar. Por eso, en mi opinión, ya ha llegado la hora para que os mezcléis entre los paganos y que ocasionalmente también les habléis de la gran Luz de Gracia de Dios que os fue concedida. -¿Qué os parece esto?».
6. Respondió el gigante: «Amigo, por nosotros mismos no tenemos opinión propia, ¡porque sólo hacemos lo que quiere el Señor y Maestro! Si conforme tu concepto hiciéramos lo que tú nos propusiste, entonces nos gustaría hacerlo con preferencias en favor de nuestro lugar de nacimiento desierto, ¡pues a sus habitantes todavía muy brutos y toscos quisiéramos introducir en esta Doctrina de la Luz, del Amor, del Espíritu y de la Vida!».
7. Finalmente dije Yo: «Pues sí, tenéis toda razón, y por eso podéis muy bien aceptar la propuesta del comandante, porque si os encontráis un poco más o menos tiempo en mi ambiente, esto no cambia lo que ganáis en Luz, Amor, Espíritu, Fuerza y Vida; porque todo esto os será dado mediante la fiel observación de mi Doctrina... Y si ocasionalmente necesitáis una Fuerza superior como testigo de la Verdad de vuestra Sabiduría provenida de Mí, entonces pedídmela en vuestros corazones, y os será dado aquello por lo que os habéis dirigido a Mí rogándome en vuestros corazones.
8. Pero cuando un día venidero Yo mismo personalmente haya dejado esta Tierra atrás, entonces Yo esparciré el Espíritu Santo de toda Verdad sobre todos mis adeptos y hermanos fieles. Entonces este Espíritu Santo los conducirá, llevará y elevará a toda Verdad, a toda Sabiduría y Fuerza, y a todo Poder. y en el Más Allá unirá vuestras almas al Espíritu de Amor del Padre, realizando de esta manera el Renacimiento espiritual en vosotros, sin el cual no puede haber Vida libre, verdadera y eterna, sino solamente una existencia cohibida y condenada, lo que en comparación con la Vida verdadera y absolutamente libre del espíritu es una auténtica muerte.
9. Si un ser humano no vive independientemente de su manera sino sólo como una máquina a través de la Omnipotencia de la Voluntad divina, entonces este ser está muerto pues no vale más que una piedra, una planta o un animal irracional. Pero el que vive y actúa rigurosamente dentro de mi Doctrina, también podrá contar con plena certeza con aquello que Yo ya he nombrado y anunciado - aquí mismo y por muchas partes... Si ahora alguien personalmente se mantiene cerca de Mí o no, ¡esto no importa! De lo contrario, por Dios será considerado con aún más agrado aquel que únicamente en el espíritu anda fielmente Conmigo -sin mi Presencia personal...
10. En cuanto a Cornelio y Cirenio, ambos me conocen desde mi Nacimiento, pues seréis bien acogidos por ellos y en todo os echarán una mano».
11. Satisfechos, los diez aceptaron la propuesta del comandante. Sólo pidieron todavía poder quedarse en mi Compañía mientras Yo me quedaba en Cafarnaúm.
12. Dije Yo: «Estáis libres de hacerlo. Pero esto no os será considerado como mérito vuestro. Porque un verdadero mérito ante Mí tiene únicamente aquel que en mi Nombre surte efecto en el Amor conforme a mi Doctrina. Pues es imposible que a Mí pudierais hacer cualquier bien porque Yo no preciso del servicio de cualquier ser humano. Y aunque cualquiera me hiciera algún bien, siempre se lo podría recompensar miles de veces. Además, nadie podrá darme algo que no hubiese recibido antes de Mí.
13. Pero el que por Amor a Mí en mi Nombre hace un bien a su prójimo, él tendrá ante Mí el justo mérito de un colaborador en mi Viña, con lo que ya recibirá su pago; porque lo que en mi Nombre hacéis a los pobres, esto siempre lo considerare como si lo hubierais hecho a Mí. Por esto podéis partir de aquí hoy o mañana, y no estaréis más cerca ni más alejados de Mí de lo que ahora; pero si en mi Nombre hacéis el bien a los seres humanos de esta Tierra, entonces en el espíritu estaréis más cerca de Mí que ahora mismo.
14. Mi carne no es mi Yo; sino únicamente mi Espíritu es mi Yo verdadero; pero a través de mi Espíritu estoy presente en todas partes, y continuamente surto Efecto por toda la Infinitud.
15. Lo que sólo quiere mi Carne, esto no se realiza. Porque eternamente se realiza únicamente lo que quiere mi Espíritu. Donde sea que estéis, allí también Yo estaré en vuestro medio, y si surtís efecto en mi Nombre, Yo actuaré con vosotros y dentro de vosotros; y si habláis en mi Nombre, entonces soy Yo El que os crea los pensamientos en vuestro corazón y que os pone las palabras en la lengua.
16. De modo que si os quedáis activos en mi Doctrina, nunca será posible que os alejéis de Mí. Sólo os podríais alejar de Mí si abandonarais mi Verbo, con lo que llegaríais a ser como meros siervos del mundo, como muchos otros. Pero esto no sucederá con vosotros. ¡De modo que a cualquier hora podréis abandonar mi Presencia visible, sin el menor perjuicio para vuestras almas!».
17. Con esta explicación los diez hombres eran satisfechos y ya estaban dispuestos a partir inmediatamente con el comandante.
18. Este se manifestó contentísimo por haber conseguido hombres tan valiosos para Roma -hombres que como guerreros iban a gustar al Emperador y como fieles confesores de mi Doctrina iban a ser capaces de diseminarla a los paganos. A eso el comandante me estaba muy agradecido, y ante todo me prometió proceder de manera que el gigante ya iba a ser enviado a Roma al Emperador en función de comandante.
1. Dije Yo: «Lo que se refiere a lo mundano, esto no es de mi incumbencia; porque esto es cuestión del raciocinio de los seres humanos. Es bien posible que estos lleguen a ser mundanos, aunque sea honestamente. Pero aun así ante Mí esto no merece consideración, sino únicamente los efectos que surtirán conforme mi Doctrina - por tanto, por la Voluntad de Dios.
2. Ante Mí el prestigio exterior de la persona no tiene el menor valor, sino sí, el prestigio de su corazón iluminado por el Verbo de Dios - el corazón que está lleno de Vida por el Amor a Dios y por el Amor al prójimo... Pero si alguien desempeña una función mundana muy elevada, entonces con esto también está puesto en condiciones de realizar tanto más caridad. Y si cumple con esto, entonces también su función tendrá un mérito ante Mí. Pero mientras no cumple con ello, la función elevada en sí no tiene el menor mérito.
3. Para Mí, Emperador y mendigo son iguales, y lo que son, ante Mí supone nada. ¡Pues ante Mí sólo tiene valor cómo lo son en mi Nombre! - ¡Tomad esta explicación bien con énfasis!
4. ¡Que sea miserable el que desprecia a su semejante sólo porque él mismo ocupa una función mundana muy elevada! La función debe ser bien respetada, y el funcionario sólo en la medida en que él representa una función. ¡Pero que el funcionario no esté orgulloso de su cargo, porque él no es más que un servidor para esta función, pero ni mucho menos es el oficio mismo!
5. Os dije esto sólo para que nadie exagere con cualquier cargo de reputación mundana, ¡porque el que actúa así, se apartará de mi Amor, y su función no le servirá para su Vida sino para su perdición!».
6. Dijeron mis antiguos apóstoles: «Señor, ¡en este caso no conviene asumir un puesto! Porque también nosotros hemos asumido un cargo de Ti y no podremos evitar que, a causa de este Oficio, con el tiempo los hombres nos honrarán y nos considerarán como algo mejor que los demás».
7. Dije Yo: «Que por eso los hombres no os deberían honrar, a eso hasta ahora en ninguna parte he pronunciado Mandamiento alguno. Pero si por eso os imaginarais de ser algo mayor que las personas que os honran, entonces con esto ya habríais recibido vuestro premio, con lo que ante Mí vuestro trabajo quedaría nulo, de modo que sin mérito.
8. Si vosotros como colaboradores míos queréis ser merecedores de mi Consideración, entonces, después de haber cumplido concienzudamente con todo en mi Nombre, decid en vuestro corazón: “Señor, ante Ti hemos sido siervos perezosos e inútiles.” (Lc 17,10). Cuando esto lo sentiréis vivamente en vuestro interior, y reconoceréis de haber sido solamente siervos voluntariosos de mi Espíritu -el único que surte efecto- entonces considerare vuestro desempeño como hecho por Mí mismo, dando el premio justo a vosotros».
9. Dijeron algunos de los apóstoles: «Siendo así, Señor, ¡te resultamos totalmente prescindibles, porque Tú de todos modos tienes Poder de sobra para hacer todo sin nuestra cooperación! Si por nosotros mismos podemos hacer nada y si siempre debemos estar conscientes de que incluso sacrificando nuestra Vida en tu Nombre todo fue únicamente Obra Tuya -con lo que no somos más que tus instrumentos ignorantes-, ¡entonces es imposible reclamar de ti cualquier recompensa! ¿Qué mérito podría tener un telar en sí muerto ante el tejedor, si este sólo se sirve de él para preparar el lino más cómodamente?».
10. Dije Yo: «El telar no posee libre voluntad; pero vosotros la tenéis y podéis hacer lo que os dé la gana. Si os sometáis a mi Voluntad reconocida y si actuáis conforme esta, entonces no sois vosotros los que actuáis sino sí, mi Voluntad dentro de vosotros - la única que es buena... ¿Cómo, entonces, vais a tener un mérito por vuestra actividad? ¡Ninguno, pues! Pero sí, por haber sometido vuestra malvada voluntad mundana a mi Voluntad, con lo que llegasteis a ser Uno Conmigo, mediante la ayuda de vuestra fe...
11. En verdad os digo: ¡Sin Mí, nada de bueno haréis para la Vida Eterna (Jn 15,5)! Si reconocéis esto en vuestros corazones, sólo entonces sois mis verdaderos discípulos, - y más aun: ¡mis verdaderos hermanos en el Espíritu de Dios!»...
12. A eso dijeron algunos de los discípulos: «Esto está muy bien hablado; pero reconocemos francamente, que todo esto resulta un poco duro y no es bien comprensible. Lo de la libertad de la propia voluntad en realidad es cosa poco favorable, porque si se ha hecho algo de bueno, ¡esto no tiene que importar al bienhechor voluntario!... Pues él no debe aguardar recompensa por la acción realizada, pero sí, por haberse prestado como instrumento para la Voluntad divina. ¡Cosa más extraña! De modo que el hombre es y sigue siendo nada más que un instrumento de la Omnipotencia divina, pero él mismo es nada en absoluto! De veras, ¡con semejante enseñanza incluso nosotros que ya hemos aprendido tanto de Ti, podríamos flaquear en nuestra fe!».
13. A eso se manifestó el gigante: «Amigos míos, a pesar de ser el más novato entre los discípulos de este Maestro y Hombre divino, ¡yo no estoy de acuerdo con esta opinión! ¿Qué pasa con un niño en el que bien pronto se manifiesta una mala voluntad? ¿Acaso no debe obedecer a la sabia voluntad de sus padres, y servirse de su propia voluntad únicamente para hacer lo que sus padres quieren? Y si con el tiempo llega a orientarse cada vez más en la voluntad de sus padres, él mismo llega a ser sabio y sabrá qué es bueno y justo; y de por sí mismo repudiará lo malo, lo falso y lo injusto. Solo entonces llega a la verdadera seguridad en sí mismo y verdadera independencia racional. ¡¿Acaso el niño habría llegado a tal punto, si no hubiese adoptado la voluntad paternal?!
14. Así también nosotros, los seres humanos, sólo podremos llegar a la verdadera seguridad en nosotros mismos y a la verdadera independencia racional, si por nuestra obediencia voluntaria hacemos la Voluntad divina revelada a nosotros completamente nuestra. pues en la Voluntad divina evidentemente también debe actuar la máxima libertad porque Dios mismo es el Ser más Sabio, de modo que también el más Independiente. Si alguna vez quisiéramos reclamar una verdadera libertad de la Vida, esta sólo podremos conseguirla si pensamos, sentimos y actuamos al unísono con Él. - ¿Tengo razón o no?».
15. «Pues sí», dijeron los discípulos, «en este sentido evidentemente tienes razón y sólo podemos elogiarte. Pero tampoco deja de ser una realidad que al fin de las cuentas cada uno debe conformarse totalmente con el semblante que ha obtenido, porque aun con toda insatisfacción no le será dada otra... En resumen, honra sean a la Sabiduría, al Poder y a la Bondad de nuestro Señor y Maestro. Pero a pesar de esto un hombre nunca llegará a ser un dios libre, y Dios nunca llegará a ser un hombre limitado. Con esto hemos dicho mucho y todo. Pero que el hombre con sus fuerzas de todos modos ya muy limitadas debe hacer todo y aun así finalmente debe decir a sí mismo con toda convicción que ha hecho nada y que sólo ha sido un siervo perezoso e inútil. ¡esto es una exigencia tan extraña como nunca ante se ha oído algo parecido en esta Tierra!
16. Un padre sabio sólo elogiará sus hijos cuando estos han trabajado con ahínco las tierras de él; pero aquí no sólo no se nombra esto sino, además, después de haber hecho todo con el mayor celo, se exige que uno mismo se desprecie como una bestia... ¡Esto no puede ser! ¿Cómo podrá un hombre jamás sentir un celo para una buena acción, si luego a causa de la buena acción debe despreciarse a sí mismo? Pues sí, el ser humano debe despreciarse por un pecado cometido descuidadamente, ¡pero nunca por causa de una buena acción! Ahí debe sentir una verdadera alegría, y a su propio ánimo en todo silencio debe otorgar un elogio edificante; y su conciencia puede estar tranquila, incluso si a causa de la buena acción todo el mundo le despreciara. Pero después de haber hecho todo con el mayor celo -lo que conforme la Voluntad divina se ha reconocido como bueno y correcto- despreciarse uno a si mismo y ser muy descontento consigo, esto es verdaderamente demasiado para los seres humanos que de por sí ya son muy débiles.
17. Señor, ahí te pedimos una explicación más detallada, ¡porque de lo contrario pareceremos a nuestros antepasados! Tú viniste a nosotros y nosotros hemos seguido a tu Llamada, y siempre te hemos creído todo; pero en este caso no te lo podemos creer conforme lo entendemos, pues no podemos asimilarlo porque no vemos otra modalidad».
1. Dije Yo en una reprensión amical: «De veras, ¡vuestro comportamiento súbito es nada de loable! ¡¿Acaso existen todavía Vida, Fuerza y Poder fuera de Dios?! Pues Dios quiere haceros lo más libres e independientes posible, para siempre, y os demuestra cómo debéis proceder para procuraros una Vida parecida a la divina, totalmente libre e independiente... ¿Por qué, entonces, os enoja tal manifestación del Amor de Dios para con vosotros?
2. ¿Por ventura la propia existencia natural puede ser otra cosa que el brazo por el cual podéis atraer la verdadera Vida divina? Siendo así, propiamente dicho, la existencia natural no puede tener otro valor sino precisamente aquel que Dios le ha atribuido...
3. Pero si vosotros ahora ya no actuáis sino de manera meramente natural. si en tal actividad procuráis vuestra propia honra, y si vosotros mismos os dais un buen testimonio, entonces parecéis idénticos a aquel fariseo que en el Templo se justificó ante Dios, pues dijo: “Señor, te agradezco que no soy como muchos otros. pues cumplí con la Ley desde la primera letra hasta la última, inclusive con aquello que han prescrito Moisés y los profetas”. Ya os mencioné esta parábola en otra ocasión, pero la olvidasteis. Pues si no la hubieseis olvidado, también sabríais que no fue el fariseo que había salido justificado del Templo sino el publicano que se había humillado mucho ante Dios.
4. Si decís: “¡Hicimos eso y aquello de bueno!”, ¡entonces primero mentís a vosotros mismos, a Dios y a vuestro prójimo, porque ningún ser humano de por sí puede realizar algo bueno! Eso, primero, porque incluso su vida natural ya le fue dada por Dios y, segundo, también la Doctrina misma conforme con la cual el hombre debe vivir y actuar. Si el hombre no reconoce esto y no lo comprende, él mismo de por sí es prácticamente una nada, ¡y ni hablar de una independencia! Porque aún no distingue entre efecto surtido por él mismo y Efecto surtido por Dios en él y mediante él, considerándolos ambos como uno y lo mismo. Pues el hombre sólo entra en el ámbito de la independencia vital cuando percibe que su propia actividad en la Vida es completamente nula, y que únicamente el Efecto divino surtido en el hombre es bueno.
5. Si el hombre reconoce esto, seguro que se empeñará cada vez más a unir su propia actitud con la Actitud divina bien reconocida, y de esta manera poco a poco se unirá completamente con la Fuerza vital divina en él - única manera a través de la cual el ser humano llega a la verdadera independencia, porque entonces sabe y reconoce claramente que la Actitud divina que antes parecía ser ajena, ahora ha llegado a ser suya propia, gracias a su humildad ante Dios y su justo amor para con Él. Y en esto se basa el motivo por el que antes Yo os he dicho: “Y aunque hayáis hecho todo, confesad: ‘Señor, únicamente Tú realizaste todo esto; nosotros referente a nuestra actividad no somos más que siervos perezosos e inútiles’” (Lc 17,10).
6. Si decís esto bien conscientemente en vuestro interior, la Fuerza de Dios os ayudará y os perfeccionará. Pero si no lo hacéis y, además, os postráis a vosotros mismos en el altar de la honra porque evidentemente os sentís suficientemente fuertes, entonces la Fuerza de Dios no os ayudará, sino os lo dejará a vuestro propio criterio cómo vais a realizar la perfección de vuestra Vida tan conflictiva, y pronto se verá hasta donde llega vuestra propia fuerza. Por eso Yo también os dije que sin mi Ayuda no podríais hacer nada de meritorio o de utilidad (Jn 18,5). Pero si Yo en nada os privo de lo que inevitablemente necesitáis para lograr la Vida verdadera, libre e independiente de vuestra alma, ¿por qué entonces os irrita mi Esfuerzo tan preocupado y sabio por vuestra causa?».
7. Dijo Andrés: «Esto, realmente, no nos irrita en absoluto; pero lo que no nos resulta precisamente agradable es cuando ocasionalmente vienes con algo nuevo que aparentemente parece ser algo completamente contrario a un tema antes ya tocado. Y si ahí de tu parte no das espontáneamente otra explicación complementaria, entonces en general eso da lugar a que tengamos que comprometerte explicándote nuestras dudas. Consta que mediante tu Omnisciencia sabes perfectamente hasta que punto llega nuestra comprensión. Pues para nosotros es nada de agradable tener que rogarte por una elucidación mayor, porque siempre nos reprendes de una manera poco agradable. Si en lo sucesivo quieres volver a enseñarnos algo nuevo, entonces, a la vez, ¡danos también la Luz necesaria para su entendimiento, para evitar que después tengamos que importunarte con toda clase de preguntas inoportunas! Por lo demás Tú eres la Bondad en Persona; pero dentro del sector de la Enseñanza a veces te pones indigesto .
8. Yo y todos nosotros sabemos y creemos que Tú eres el Hijo del Dios Vivo, y que la Divinidad habita en Ti como corporalmente en toda Plenitud. Pero esto no me impide decirte siempre francamente lo que nos oprime cuando Tú pretendes no percibir nuestro dilema. Pues somos seres humanos -mientras vivamos- y sentimos todo tipo de presión. Por eso debemos tener la libertad de manifestarnos ante de Dios cuando algo nos preocupa y nos duele. Si Dios está dispuesto a ayudarnos, con esto hará el Bien; pero si no está dispuesto, entonces tendrá que aguantar nuestras lamentaciones durante todo el tiempo que Él nos deje vivir esta vida tan conflictiva. - Esto ahora lo entendemos muy bien, por lo que también cumpliremos con ello fielmente. ¡Pero de ahora en adelante ya no nos des enseñanzas sin explicaciones!».
9. Dije Yo: «Hermanos, de todo lo que hago Yo sé muy bien el porqué. Por eso, si hago algo de una u otra manera sé muy bien por qué; pero cuando vosotros actuáis y habláis, estáis todavía lejos de comprender el móvil de vuestras actitudes y palabras. Entretanto, vendrá el tiempo en que también vosotros entenderéis la razón de todas Enseñanzas que os he dado, y de todas mis Acciones.
10. ¡Pero dejemos esto ahora! Porque se está aproximando la hora en que los diez neo-discípulos se irán de nosotros, y es necesario proveerlos aún de un refuerzo especial para capacitarlos a la divulgación en otro continente. Para tal finalidad, ya han adquirido suficientes conocimientos de mi Nueva Doctrina de Vida».
11. A eso me dirigí a los diez: «Para que vosotros que sois de origen pagano a los demás paganos podáis dar un testimonio perfectamente válido que Yo, -El que os ha enviado a ellos-, soy Aquel como Quien vosotros me habéis conocido, os faculto el don de poder curar todos los enfermos, tal como lo hice con el médico de Chotinodora y él de Serrhe .
12. En mi Nombre poned las manos a los dolientes, y enseguida manifestarán mejora, ¡con lo que tendrán fe en vuestras palabras! De momento no os hace falta más; pero cuando Yo habré resucitado a allí de donde vine, mi Espíritu esparcido sobre vosotros ya os guiará a toda la demás Verdad y Sabiduría. ¡Que así sea!».
13. Los diez me agradecieron con entusiasmo, y el comandante que estaba fuera de sí de alegría preguntó cuánto tiempo Yo todavía iba a demorar en ese lugar.
14. Y Yo le respondí: «Esto, amigo, depende de las circunstancias y de la Voluntad de Aquel que me ha enviado a este mundo. Porque también Yo en mi condición como puro Hombre tengo que atenerme rigurosamente a lo que el Padre en el Cielo me impone. Todo lo que es del Padre no deja de ser todo Mío, y en el fondo del fondo Yo y el Padre somos Uno. Pero aun así dentro de Mí mismo el Amor resulta más elevado que su Luz, la Sabiduría. Es por eso que mi Sabiduría no puede imponer Leyes a mi Amor, sino sí, viceversa. - Pues ya lo sabrás cuánto tiempo Yo todavía permaneceré aquí».
15. A eso el comandante me agradeció, se levantó y, junto con los diez neo-discípulos, se fue para la casa donde todavía tenía algunos negocios a resolver.
16. Aquella tarde estos quedaron todavía con él. Pero la mañana siguiente con buenos guías y recomendaciones los encaminó para Sidón para Cirenio. Este, a la llegada de ellos, estaba conmovido de alegría cuando se enteró que ellos habían estado Conmigo y que habían aceptado mi Doctrina... Él los hospedó con él durante más de un mes. Y, en ocasión propicia y segura, Cirenio los llevó a Roma, donde también el Emperador los recibió con mucha atención. Dentro de poco este les dio cargos militares de gran responsabilidad; y el propio gigante durante cierto tiempo tuvo la función de guardaespaldas del Emperador, en la que causó mucho bien. Pues el Emperador frecuentemente le consultó con gusto en los asuntos más secretos.
1. Junto con los discípulos me quedé durante todo el día en casa de Matías, y le relaté muchos hechos ocurridos durante mi viaje de varias semanas, lo que despertó su mayor interés. Todos los discípulos y apóstoles salieron al aire libre, menos Juan y Mateo, porque estos organizaron y coordinaron sus anotaciones. También los veinte greco-judíos salieron al aire libre y se complacieron en la contemplación del mar muy agitado.
2. Solamente a la noche los discípulos volvieron a entrar en la casa, dado que la cena estaba preparada hace un buen rato. Pues tomamos la cena en todo silencio y pronto nos acostamos. Así pasamos algunos días entreteniéndonos con algunos asuntos útiles.
3. El comandante estaba todos los días conmigo, y Yo curé simplemente por mi Palabra varios enfermos que él me señaló. Con esto en secreto se enfadaron algunos de mis antiguos apóstoles porque Yo mismo realicé todo esto y no los encargué a ellos para que lo hicieran en mi Nombre. Pues según su opinión esto habría producido un mayor testimonio a favor de mi Doctrina que si en vez de esto Yo mismo continuamente realizara Señales - las que evidentemente para Mi mismo habrían resultado en un buen testimonio -lo que me marcaría como Maestro divino-, pero para el efecto de mi Doctrina e incluso para mis discípulos estos Señales tendrían poco éxito porque la gente diría: “¡Estos hace tiempo ya le acompañan de un lugar a otro, pero han aprendido poca cosa de Él, pues casi no pueden realizar nada!”.
4. Pero Yo les dije: «¡Mis amigos y hermanos! También para vosotros aún vendrá el tiempo en que vais a obrar Milagros en mi Nombre, ¡pero hasta ahora este tiempo aún no ha llegado! A la mayoría de vosotros ya os atribuí el mismo Poder de curar enfermos de toda clase
- pues también los curasteis. y esta misma Fuerza sigáis teniéndola - excepto en el caso de aquel uno que hizo que se lo pagasen... Mientras estéis en mi compañía evidentemente no hace falta que hagáis Señales; pero donde haga falta, allí Yo haré que vosotros podáis realizar auténticos Milagros. ¡¿Qué más queréis?! Aún no he ascendido allí de donde vine -a mi Dios y vuestro Dios- y aún no he esparcido sobre vosotros el Espíritu santo de Dios que os guiará a toda Verdad y Sabiduría. Por eso tened paciencia hasta que esto suceda, pues entonces haréis lo mismo que Yo ahora hago. ¿Acaso no estáis contentos con esto?».
5. A eso dijo Tomás: «Señor, ¡que sí, somos contentos! Pero hay algo en Ti que aún no comprendemos. Mira, ¡entre los paganos casi te superaste a ti mismo con la realización de Milagros! Los templos de los paganos y los ídolos los destruiste a una sola seña, y los sacerdotes más tercos se sometieron a Ti como corderos... ¿Por qué no haces lo mismo en Judea? Ya hace mucho que los templarios serían adeptos tuyos, si Tú les hubieras hecho desaparecer el Templo con la misma facilidad como a los paganos del Éufrates con un solo soplo hiciste desaparecer sus ídolos. Haz esto también en Judea, ¡y tu Doctrina está a salvo!».
6. Dije Yo: «Vosotros habláis dentro de vuestro entendimiento, y Yo hablo lo que Yo sé de por el Padre, con lo que también lo comprendo perfectamente. Vosotros desconocéis el motivo por qué lo uno y lo otro debe suceder para lograr esta y aquella finalidad determinada con certeza. Pero Yo sé perfectamente el porqué de todo. ¡Por eso es poco prudente de vuestra parte si ahora queréis prescribirme lo que debo hacer! Pero en varias ocasiones ya os clarifiqué el móvil por qué Yo hago lo uno y lo otro, por qué ahora las relaciones de los seres humanos para con Dios se encuentran en un suelo tan pésimo y lúgubre, y por qué incluso sucederá que en Jerusalén este Cuerpo mío será asesinado.
7. Pero vosotros nada recordáis, y tampoco reflexionáis más profundamente sobre ello, de modo que mi Palabra nunca consigue echar verdaderas raíces en vosotros. con lo que aquí veis que a vuestra fe en Mí todavía falta mucho para ser verdaderamente viva, y precisamente por eso no sois capaces de realizar milagros de los cuales los seres humanos pueden reconocer que verdaderamente sois discípulos míos... ¿Por qué recordáis y reflexionáis tan poco acerca de esto?».
8. Dijo nuevamente Tomás: «Señor, fortifica nuestra memoria, y luego seguramente recordaremos todo y reflexionaremos sobre todo que oímos de tu Boca».
9. A eso dije Yo: «Esto ya lo hice en la medida de lo posible; pero más allá de lo que vuestra naturaleza soporta no me puedo exceder. Cuando el Espíritu vendrá sobre vosotros, de todos modos os conducirá a toda Sabiduría, y desde entonces vuestra memoria terrena ya no os hará falta. Pero para la formación del alma al ser humano también está dada una memoria terrenal que, con una voluntad suficientemente firme, también consigue memorizar innumerables palabras, acontecimientos y verdades. Sólo cuando el hombre con indiferencia pasa por alto de muchas cosas y muchos acontecimientos, seguro que estos tampoco se conservan en su cerebro - de lo que en Cesárea Filipo Yo os demostré claramente el motivo. Pues, ¡reflexionad sobre esto y ya encontraréis el motivo!».
10. A estas Palabras ningún discípulo dio un comentario, de modo que Yo volví a conversar con el comandante -el que en aquellos días todo el tiempo estaba presente- sobre varios puntos que le aclararon muchas relaciones de aquella época.
11. Mientras tanto los apóstoles conversaron de su manera e hicieron muchas observaciones mutuas. Algunos afirmaron que el Poder de Dios debe ser limitado, porque con todo que Él quería realizar tenía que atenerse a ciertas condiciones -de tiempo como también de estado o de naturaleza-, sin lo cual en muchos casos Él no podría realizar lo que quería. Otros afirmaron que Dios no hacía esto por su propia Causa, sino en el beneficio de las criaturas, a fin de proporcionarles la consistencia indispensable para llegar a ser aptos para la Eternidad. Además, debe producir la propia Felicidad de Dios si Él ve como sus propias Obras evolucionan paulatinamente hacia Él, en el Orden determinado por Él mismo. Pero que Dios por la Omnipotencia de su Voluntad también puede realizar algo espontáneamente, a esto dijeron que Yo ya les haya dado muchos Ejemplos.
12. A eso de nuevo había réplicas. En suma, en la mayor parte incluso de mis apóstoles tales observaciones hacían vacilar un poco la fe, y había algunos que alegaron que Yo tal vez ni siquiera fuera más que un gran Profeta, parecido a Moisés y Elías, los que nunca carecían de hechos extraordinarios... Con tales observaciones se aproximó la noche, y después de la cena nos acostamos.
. Por la mañana llegaron muchos judíos de todas las zonas en derredor de Cafarnaúm, a fin de embarcar para Jerusalén porque la Fiesta de los Tabernáculos estaba a punto de llegar (Jn 7,2). Por este motivo también se había acercado un gran número de embarcaciones de transporte de todas partes del mar para facilitar a los muchos peregrinos a cruzarlo.
2. Después del desayuno Yo me acerqué con todos los discípulos al mar para observar las embarcaciones y los muchos peregrinos.
3. A eso el comandante se acercó a Mí y me dijo: «Señor, ¿cómo te parecen estos muchos insensatos ciegos? ¡Se dirigen allí metiéndose en muchos gastos y con esmero buscan a Aquel del cual aquí se hallarían tan cerca!».
4. Dije Yo: «¡Dejemos eso, porque también para estos vendrá la época del conocimiento!
Pero también hay algunos que van a Jerusalén por mi Causa, convencidos que allí van a encontrarme personalmente».
5. Oyendo esto de Mí y tocados por su antiguo hábito de viajar, los discípulos me dijeron en voz alta: «Pues apresúrate, ve para Jerusalén y haz otra peregrinación por Judea, a fin de que tus muchos adeptos allí presentes también vean las Obras que Tú realizas (Jn 7,3). ¡Nadie actúa en secreto cuando procura que esto sea manifiesto a todo el mundo! Como Tú también quieres esto y actúas correspondientemente, ¡ahora manifiéstate también a Ti mismo ante el mundo!» (Jn 7,4).
6. Pues estos hermanos hablaban así porque su fe en Mí se había aflojado mucho (Jn 7,5).
7. Ahí muchos se preguntarán cómo eso era posible, después de tantas enseñanzas y tantos milagros realizados... Oh, ¡esto puede suceder fácilmente con todos los seres humanos! Basta con la menor presunción y el menor engreimiento por sus aptitudes, y su alma inmediatamente se encuentra en unas tinieblas de duda, de las cuales solamente una ligera humillación las liberará.
8. Lo mismo sucedió también con los hermanos, motivo por el que Yo no los reprendí sino sólo les dije: «Ahí a vosotros os cuesta poco el hablar. Pero mi Tiempo aún no ha llegado, mientras que para vosotros cualquier momento es bueno (Jn 7,6). El mundo no tiene motivo para odiaros, porque hasta ahora vosotros aún no declarasteis abiertamente que sus obras son malignas; pues es así que en todo sentido os encontráis en una época libre y tenéis un camino sin peligro. A Mí el mundo me odia porque denuncio abiertamente que su modo de obrar por todas partes es perverso (Jn 7,7).
9. Ya que vosotros todos tenéis ganas de celebrar fiestas, entonces acudid allí solos. Pues Yo no iré a esta fiesta porque mi Tiempo aún no ha llegado» (Jn 7,8).
10. Los apóstoles se miraron entre ellos sin saber qué actitud tomar.
11. Había uno entre ellos que dijo: «¡Vamos allí! Si estamos ausentes durante cuatro o cinco días, ¡esto no acabará con lo nuestro!».
12. Otros opinaron que Yo algo tal lo podría tomar a mal, de modo que podría irme a otra parte donde no sería fácil localizarme, pues de ninguna manera querían abandonarme. Y otros opinaron que sería conveniente participar en la fiesta, porque en esta ocasión podrían informarse bien acerca de lo que entonces la gente hablaba sobre Mí. Con esta opinión todos estaban de acuerdo y se decidieron a seguir solos a la fiesta.
13. Precisamente en este momento llegó el navío de Simón Juda (=Pedro), y él se dirigió a Mí con las palabras: «Señor, ¡entonces permítenos continuar allí solos; y, a más tardar, en cinco días estaremos de vuelta!».
14. «¡Ya os dije lo que debéis hacer!», le dije. «Pues, ¡idos todos allí!».
15. A esas Palabras mías ellos embarcaron y zarparon. Pero Yo me quedé todavía en Galilea (Jn 7,9).
16. Después de que todos estos hermanos habían hecho más que la mitad del recorrido, de repente a todos les invadió una gran tristeza y un gran arrepentimiento, hasta el punto de querer volver a Mí para pedirme perdón por los viles comentarios que me habían presentado.
17. De modo que Pedro dijo en voz alta: «Señor oh Señor, ¿qué demonio ha podido embrollarnos tanto que podíamos abandonarte? ¡Permítenos que una vez más podamos volver a encontrarte a Ti, Tú que eres el eterno Hijo y Padre en Una sola Persona. y nunca volveremos a abandonarte!».
18. Juan y Mateo estaban llorando e insistieron a dar la vuelta. Pero a eso se levantó un viento muy fuerte por la retaguardia que empujó el navío con gran velocidad hacia la orilla occidental del lago de Genesaret, detrás de Tiberíades, donde el Jordán alcanza el mar. Al desembarcar, se sintieron tan abandonados que casi no tenían valor para continuar el camino hasta Jerusalén.
19. Santiago observó: «No hay duda que todos hemos errado, porque este viento tan fuerte que nos empujó hacia aquí precisamente cuando arrepentidos queríamos volver junto a Él, fue prueba flagrante de que hemos sido expulsados para siempre. ¡Idiotas que fuimos, que queríamos empezar a prescribir al Omnisapiente y Todopoderoso las acciones que Él debiera emprender! ¡Ay de nosotros, que ahora nos hemos quedado como unos mentecatos! ¿Dónde pues está el demonio más miserable que nos ha embelesado para hacer algo así? ¡Que la bestia más miserable de todas bestias se presente ante nosotros y ya se enterará lo que significa el haber maltratado a los amigos del Señor!».
20. A eso de repente les apareció una figura de Luz que dijo con un tono severo: «Vuestra acusación al hijo perdido29 es injusta, porque fue resultado de vuestra propia travesura que os causó esto. ¡Acusaos a vosotros mismos, que sois sumamente agraciados, y dejad en paz a aquel que por esta vez no tenía parte de vuestros excesos!».
21. Acto seguido la figura desapareció y los apóstoles exclamaron: «Señor, ¡ten Piedad y Misericordia para con tus pobres pecadores!».
29. Satanás.
22. En seguida, tranquilos, se encaminaron a la metrópoli, donde a hora bastante avanzada de la tarde llegaron al hospedero ya conocido. Cuando este los vio y los reconoció halló un gran placer, pero cuando vio que Yo no me encontraba entre los hermanos se puso muy triste y preguntó por qué por esta vez Yo no había venido con ellos.
23. Pedro respondió: «Amigo, queríamos acudir a esta fiesta a fin de que ningún judío nos tomara por samaritanos. Pero por esta vez el Señor aún no quería acudir, pues nos dejó ir solos porque para nosotros continuamente era hora para acudir, mientras que para Él la hora conveniente aún no ha llegado. De modo que ahora estamos aquí. pues el Señor mismo se quedó en Galilea, no lejos de Cafarnaúm, donde seguramente nos esperará».
24. Dijo el hospedero: «Esto casi no lo creo; porque Él es verdaderamente insondable en sus Designios ocultos... Pues pasado mañana es el gran sábado; ¡quién sabe si Él igual se presentará en el Templo antes de que nosotros hayamos entrado en sus atrios!».
25. Dijo Pedro: «Por supuesto que para Dios todas las cosas son posibles; sin embargo, dudo en que Él haga esto. - Pero antes de todo, querido amigo, ¿podemos hoy tener hospedaje contigo?».
26. Respondió el hospedero: «¡Por supuesto que sí! Tengo espacio de sobra, y por el gran amor y respeto para con vuestro y mi Maestro y Señor podréis quedar gratuitamente el tiempo que queráis estar conmigo».
27. A eso en seguida sirvieron una buena cena. Pero ninguno de los hermanos tenía verdaderamente ganas para comer y beber, pues, todavía tenían fuertes remordimientos de conciencia en su corazón por su comportamiento ante Mí, en Cafarnaúm.
28. Después de la cena ellos contaron al hospedero mucho de mis viajes, de modo que casi durante toda la noche se quedaron despiertos. Además, se sintieron muy aliviados cuando hablaban de Mí. Sólo muy poco tiempo antes de la mañana se durmieron, con lo que pronto se despertaron otra vez. Pero los muchos cuentos acerca de mis Hechos y mis Enseñanzas durante mis viajes por la Gran Galilea en mucho le sustituyeron un poco mi presencia.
29. Pero cuando mis hermanos habían subido a la fiesta, un día después también Yo me puse en el camino a Jerusalén; sólo que no dije a nadie adonde me iba, a pesar de que el hospedero y el comandante me preguntaron por ello con insistencia. Pues Yo no quería hacer público que Yo, en secreto, también me dirigí a Jerusalén para acudir a la fiesta (Jn 7,10). Por eso me serví de un camino poco usado como ruta y -como es fácilmente explicable- Yo necesitaba muy poco tiempo para este camino.
30. En el día de la fiesta, aún muy temprano cuando todos los discípulos ya se habían reunido en el patio del Templo, los judíos ahí presentes que me vieron y conocían muy bien, pues ellos mismos conjeturaron: «¡He aquí los adeptos del Nazareno! ¡Entonces seguro que Él mismo también estará por aquí!».
31. Me buscaron por todos sitios, y también interrogaron un discípulo tras otro dónde Yo me encontraba (Jn 7,11).
32. Y los discípulos respondieron: «Por esta vez no lo sabemos; pues vinimos sin Él que se ha quedado en alguna parte de Galilea».
33. A eso se oyó un gran vocerío entre los judíos y se pronunciaron diversas opiniones y conjeturas sobre mi Persona.
34. Muchos afirmaron: «Él es muy devoto, y Dios le confirió todas las prerrogativas de los profetas como a Moisés, y únicamente Él es apto para liberarnos del yugo de los paganos».
35. Otros opinaron: «Si así fuese, Él no necesitaría temer a los fariseos y escribas, y habría venido a esta fiesta para demostrarnos claramente cuál es su intención. Pero como es sabido, él es más bien amigo de los romanos y los griegos, por lo que entre nosotros, los judíos, no puede contar con muchos seguidores».
36. Aún se acercaron otros que dijeron en voz baja: «Podéis decir lo que queráis, ¡éste no es más que un esenio disfrazado que conoce todos los hechizos, con lo que embelesa al pueblo crédulo!».
37. Pero nadie se atrevía a expresar abiertamente un parecer contra Mí, por miedo de aquellos muchos judíos que tenían una fe muy firme y una gran esperanza en Mí (Jn 7,13).
38. Mientras tanto, Yo me abrí camino a través del alboroto de la gente embriagada sin que nadie me reconociera, y entré en el Templo.
1. Cuando en el Templo subí a una tarima, Yo ordené silencio. Los judíos me reconocieron en seguida y, en secreto, se preguntaron entre sí cómo Yo de repente puedo haber llegado a la fiesta, mientras que mis discípulos no conocían mi paradero. A eso Yo empecé primero a declamar al pueblo el cuarto y quinto capítulo de Isaías, palabra por palabra y elocuente, pero de fácil comprensión. Y, segundo, dí una explicación bien marcada y aplicable a la situación actual de los judíos tercos y altivos (Jn 7,14).
2. Asombrados, los judíos dijeron: «¿Cómo puede éste entender las escrituras si según sabemos nunca las ha aprendió? (Jn 7,15). Su Doctrina, por tanto, no es falsa, porque corresponde a la Escritura».
3. Pero Yo les respondí: «¡Esta Doctrina que conforme la escritura consideráis como Doctrina Mía no es Mía sino que es de Aquel que me ha enviado aquí! (Jn 7,16). Si alguien quiere considerarla y si quiere actuar de acuerdo con la Voluntad de Dios contenida en ella, ¡él estará consciente si esta enseñanza es de Dios, o si Yo hablo por mi propia cuenta! (Jn 7,17). El que habla por su propia cuenta, seguro que no busca más que su propia honra; pero el que igual que Yo busca únicamente la honra de Aquel que le ha enviado, ¡él es verdadero, pues no hay injusticia en él!» (Jn 7,18).
4. Es así que algunos fariseos comenzaron a refunfuñar y dijeron entre sí: «Ahora sería oportuno prender este hombre y matarle, evitando de esta manera grandes gastos en todo el mundo donde puede esconderse fácilmente. Pues evidentemente él enseña contrario a lo nuestro, y ante el pueblo nos hace sospechoso de toda clase de infamias. Por eso, ¡valor, y abajo con él!
5. Yo, por supuesto, me di cuenta de su intención y les dije: «¿Acaso Moisés no os ha dado la Ley? ¡Decís que sí! - ¿Entonces, por qué ya no hay nadie de vosotros que vive conforme a la Ley?».
6. Los judíos refunfuñaron y dijeron: «¿Cómo puedes decir que no hemos cumplido con las Leyes de Moisés?».
7. Sólo entonces Yo los pregunté: «Si realmente cumplís con la Ley de Moisés, ¿por qué intentáis matarme?» (Jn 7,19).
8. Respondió el pueblo: «¿Estas endemoniado? ¿¿Quién iba a matarte?? (Jn 7,20).
9. Yo respondí con severidad: «¡No vosotros! Pero aquellos que están sentados en las sillas de los cargos elevados. Hace pocos meses realicé aquí un solo milagro en un hombre enfermo por treinta y ocho años, ¡y esto os enfadó al punto de condenarme como vilipendiador del sábado! (Jn 7,21).
10. Moisés os ordenó la circuncisión -no como si hubiera sido instituida por él sino por los patriarcas- y hasta hoy circuncidáis en el sábado (Jn 7,22). Pero si circuncidáis a un hombre también en un sábado sin recelo de haber violado la Ley, ¡¿por qué os alborotáis por Yo haber dado la plena salud a un hombre entero en un sábado?! (Jn 7,23). Yo os digo: Ya que queréis dictar sentencias, ¡entonces no juzgad conforme la apariencia huera sino orientad vuestro juicio a la Verdad!
11. Dijeron algunos hombres distinguidos de Jerusalén: «¿No es éste aquel al que los fariseos procuraban matar en la Pascua? (Jn 7,25). ¡Pues aquí habla abiertamente, y ellos no le contradicen ni una sola sílaba! ¿Acaso nuestros principales reconocen que Él realmente es el Cristo? (Jn 7,26). ¡Pero esto casi no es posible, porque sabemos de su procedencia! Pero en cuanto venga Cristo, ¡nadie sabrá de donde vino!» (Jn 7,27).
12. A eso levanté mi Voz y continué: «Pues sí, vosotros conocéis mi Persona, y también sabéis de donde vengo. Pero lo que no sabéis es que Yo como Hombre ahora no he venido por mi propia cuenta, sino que El que me ha mandado es uno Verdadero. Y a este, en realidad, no le conocéis, de modo que tampoco sabéis de donde en realidad soy Yo (Jn 7,28). Pero a Aquel que me ha mandado a este mundo, a Él le conozco muy bien (Jn 7,29). Sólo que vosotros a Éste no le conocéis, ¡y por eso tampoco me conocéis a Mí! - ¿Me habéis comprendido?».
13. Con estas Palabras mías los orgullosos habitantes de Jerusalén se enfadaron y cavilaron cómo captarme para prender y castigarme. Pero como mi tiempo aún no había llegado, nadie consiguió poner las manos en Mí (Jn 7,30).
14. Muchos del pueblo creían en Mí, y había los que dijeron entre ellos: «Bueno. en cuanto venga el Cristo, ¡¿igual hará milagros aún mayores de los que hace este hombre?!» (Jn 7,31).
15. Los altos fariseos no tardaron en enterarse de tales observaciones que el pueblo conjeturó sobre Mí.
16. A eso los fariseos gritaron: «¡Ved, como éste incita nuestro pueblo!».
17. Y acto seguido mandaron sus esbirros para que me prendan y me amarren con cuerdas (Jn 7,32).
18. Pero Yo dije a los esbirros: «¡Vale más que os tranquilicéis!, porque de todos modos sólo me quedaré muy poco tiempo con vosotros, para luego volver a Aquel que me había enviado a este mundo (Jn 7,33). ¡Entonces me buscaréis pero no me hallaréis, de modo que adonde me vaya Yo, vosotros no podréis seguirme!» (Jn 7,34).
19. A eso los esbirros se pararon y ninguno de ellos me tocó.
20. Pero los judíos cuchichearon entre ellos: «¿Para donde irá éste para que no le hallásemos? ¿Por ventura va a vivir entre los griegos dispersos, a fin de enseñarles? (Jn 7,35). Qué habla más extraña es esa si dice: “¡Vais a buscarme y no me encontraréis!”, y “¡donde Yo estuviere, allí no podréis ir!” (Jn 7,36). Ah, ¡este hombre habla de una manera muy confusa! Seguro que él teme a los sumo-sacerdotes, y habla así para que estos no intenten captarle».
21. Es así que Yo dije: «Mientras mi Tiempo aún no haya llegado, ¡nadie podrá prenderme!».
22. A eso gritaron algunos judíos, fariseos y escribas: «¡Ya veremos en seguida si realmente no somos capaces de prenderte ahora mismo!».
23. Todos ellos se lanzaron contra Mí. Pero en el momento en que querían aplicar la fuerza, de repente desaparecí del Templo. Los judíos y fariseos se miraron perplejos y dijeron: «¿Adónde este habrá desaparecido tan repentinamente? ¡Esto, evidentemente, es un milagro!».
24. Llenos de rabia, los fariseos contestaron: «¡Nada de milagros! ¿No os habéis dado cuenta como Belcebú le arrancó del tumulto cuando se encontraba en peligro? ¡Consta que a este evidentemente podremos buscarle durante mucho tiempo sin encontrarle si está escondido en algún rincón del infierno!».
25. A estas palabras se produjo un gran refunfuño entre aquellos muchos judíos que creían en Mí, y se oía voces muy fuertes que observaron: «¡A estos miserables fariseos los árboles les impiden ver su propio bosque! Porque ellos mismos son los peores demonios que se hallan en pleno infierno. ¡Pues para disimular su enorme perversidad ante el pueblo afirman rotundamente que este hombre evidentemente dotado de todo Poder divino es un siervo de Belcebú! - ¡Esperaos, vosotros que sois unos auténticos Belcebúes! ¡Ya os expulsaremos vuestra hipocresía! ¡Pues os arrancaremos vuestro antifaz de manera que conforme la Verdad se manifestará lo que realmente sois! Esperaos, malvados tenebrosos, ¡para vosotros el día de las cuentas no tardará en venir!».
26. Cuando el pueblo empezó a manifestar sus pensamientos en voz bastante alta, pronto ya no se veía fariseo alguno en el Templo; y los esbirros que habrían debido capturarme también habían desaparecido repentinamente. En sus hogares, por supuesto, tenían sus problemas con los fariseos, porque tenían que justificar por qué no me habían capturado a la primera...
27. Pero los esbirros contestaron a los fariseos: «¿Por qué no pusisteis vosotros mismos las manos en él, o por lo menos nos hubierais empujado cuando vacilamos como paralizados?».
28. Observó un fariseo de alto nivel: «¿Acaso esto para nosotros iba a ser legal en un sábado?».
29. Respondieron los esbirros: «¡Somos judíos como vosotros y somos obligados a respetar el sábado!».
30. A eso dijo el fariseo: «¡Pues bien! ¡Caso que le encontréis mañana o pasado mañana -cuando no es sábado- entonces agarradle y traédnosle aquí!».
31. Interpelaron los esbirros: «Esto lo podremos hacer, ¡si tan sólo el gran pueblo no se opone!».
32. Dijo el fariseo: «¿Quién hará caso al pueblo que hace mucho tiempo ya está maldito?».
33. Respondió un esbirro: «¡No viene al caso si es maldito o no - pero si luego por ello el pueblo maldito seguramente nos apedreará a nosotros y a vosotros, ¿qué pasa entonces?¡Hoy la situación casi ya llegó a este extremo! Pues si no hubiésemos huido a toda prisa, ¡el pueblo nos habría devuelto con intereses la maldición que le habíamos lanzado! ¡Lo que hasta hoy aún no se dio, esto puede fácilmente acontecer mañana o pasado mañana! - Pero nosotros pensamos que sería conveniente dejarle en paz; porque si este Hombre es un profeta que Dios nos ha enviado, nada conseguiremos en contra de él. Y si no lo es, el asunto se resolverá por sí solo».
34. Dijo el fariseo: «¡Habláis de acuerdo con vuestra ignorancia! ¡¿Acaso no está escrito que de Galilea -adonde sólo se destierra a los malhechores- nunca surgirá un profeta?!».
35. Añadió uno de los esbirros: «Esto es bien verdad. Pero conforme hemos entendido por otras personas -lo que también manifiestan nuestros libros referentes la circuncisión- él no es Galileo sino nació en Belén, precisamente en la antigua ciudad de David, donde este anotó sus profecías. Además de eso, se sabe que el profeta Isaías muchas veces había vivido durante mucho tiempo en Galilea, como también el profeta Jeremías - ¡los mayores profetas!».
36. Exclamó el fariseo: «¿Acaso vosotros mismos también ya sois del diablo? - ¿Quién os dijo esto?».
37. Respondieron todos los esbirros: «¡Lo fuisteis vosotros mismos hace poco tiempo a la ocasión de una conversación sobre los profetas, donde vosotros mismos explicasteis al pueblo quiénes fueron los profetas, cuáles fueron sus lugares de nacimiento y dónde surtieron efecto! -¡¿Acaso tampoco ya debemos recordar lo que vosotros mismos sermoneáis?!».
38. A eso el fariseo quedó abochornado, pues ya no dijo nada y se retiró. También los esbirros se retiraron, y en secreto se desternillaron de risa que por una vez habían conseguido hacer una jugarreta a los poderosos fariseos tan soberbios, pues en esta ocasión los esbirros habían conseguido vencerlos.
1. Fuera del Templo, en un albergue muy distante, Yo mismo me encontré con mis hermanos y discípulos. Se trataba del mismo albergue en que Yo a la ocasión de las fiestas frecuentemente pernoctaba con José, María y los hermanos. Cuando los hermanos me vieron, por supuesto, su alegría fue indescriptible, pues habían sido muy tristes porque tenían sus dudas si Yo jamás iba a compadecerme de ellos y si volviera a aceptarlos.
2. Pero Yo me dirigí a ellos y les dije: «Hijos, amigos y hermanos, ¿tenéis algo para comer y beber?».
3. A eso, delante de Mí, todos se tiraron al suelo y me pidieron perdón. Pero Yo los mandé que se levantasen instantáneamente y que me hablasen abiertamente, dado que sabían muy bien que Yo nunca guardaba rencor a palabras sinceras. De modo que los hermanos se levantaron agradecidos que Yo no los había abandonado.
4. Cuando Yo hablaba así con los hermanos, acudieron también los veinte greco-judíos. Y cuando me vieron dijeron: «Señor, ¡te adelantaste a nosotros! Estuvimos en el Templo y hemos oído todo lo que allí enseñaste tan sabiamente. Pero cuando a causa de la travesura horrorosa de los templarios y judíos de repente te hiciste invisible, también nosotros procuramos a salir lo antes posible del Templo, en la medida en que la gran multitud lo permitía, para informar a los amigos de tu Presencia, lo que seguramente iba a darles una gran alegría. Y, sorpresa, ¡ya te encontramos aquí! Por supuesto, ¡para los hermanos esto resulta en una gran alegría! ¡Y también nosotros somos muy felices por volver a tenerte entre nosotros! ¡Seguro que desde ahora ya no habrá separaciones como estas!
5. Dije Yo: «Oh, ¡aún vendrán tiempos y ocasiones en que todos vosotros os escandalizareis Conmigo! Y cuando el Pastor será abatido, ¡las ovejas huirán y se dispersarán! Pero cuando el Pastor volverá, Él reunirá las buenas ovejas alrededor de Él para siempre. - Los fariseos hoy lo habrían pasado muy mal, si Yo no me hubiese apartado tan rápidamente del Templo, porque el número de creyentes en Mí era con ventajas el mayor de todos. De modo que si alguien se hubiera atrevido a aplicarme fuerza, seguro que habría provocado un enorme tumulto, con lo que los ilustres de Jerusalén y los fariseos, los escribas y los judíos del Templo lo habrían pasado muy mal. A fin de evitar esto, dejé el Templo y aquí estoy.
6. Hoy y mañana nada haremos; pero pasado mañana, cuando celebrarán esta fiesta con la mayor pompa, iremos también al Templo para enseñar al pueblo. Pero ahora dejemos este albergue porque está organizado demasiado rigurosamente dentro de los antiguos hábitos judaicos. Pues nada obtendremos para beber antes de ponerse el sol, y menos aún nos darán alimento. ¡Vamos pues a Betania, porque allí estaremos bien atendidos en todo!».
7. Con esto todos estaban conformes. Pero a eso se acercó el tabernero a nosotros y nos preguntó: «¿Pero qué pasa aquí? ¿Acaso mi hospedería no es suficientemente buena para vosotros? ¿Por qué queréis abandonarme, sobre todo tú, hijo de José de Nazaret, que con tus padres frecuentemente fuiste aquí en el albergue? Además, ¡soy pariente cercano de José!».
8. A eso Yo le respondí: «Ante todo, tú eres un judío demasiado enraizado y, aparte de esto, das mucha importancia a las cosas externas, mientras que lo interior, lo verdadero y lo vivo te resulta desconocido. Aparte de esto, en cualquier casa ajena se está mejor atendido que en una casa de consanguíneos, por lo que raras veces me presento en Nazaret. Pues, ¡en ninguna parte el profeta vale menos que en su propia patria!».
9. Dijo el hospedero: «¡Tu padre, sin embargo, siempre tenía la costumbre de conversar ampliamente conmigo acerca de Moisés y los demás profetas. ¡Y siempre me contaba cosas curiosas de ti! ¿Por qué, entonces, te niegas a quedar en mi casa, dado que ya pasaron casi tres años desde tu última visita en Jerusalén?».
10. Respondí Yo: «¡Si tan sólo te hubieses informado, te habrías bien enterado que casi todas las fiestas Yo estaba aquí! Pero como tú eres un archi-judío y, además, un archi-hospedero, como tal tampoco te importa lo grandioso que sucede en la ciudad. Por eso, ¡continúa como eres y lo que eres, y Yo y estos discípulos míos también continuaremos como somos y lo que somos! - ¡Nada te debemos porque no nos serviste! ¡De modo que por eso nos vamos!».
11. A eso nos levantamos y salimos de prisa para dirigirnos hacia Betania.
12. Después el tabernero comentó a su personal: «¡Estoy bien contento que estos se hayan ido, porque tratándose de parientes, un hospedero nunca sacará provecho!».
13. Yo comuniqué este parecer a los discípulos que estaban enfadados con esta actitud hipócrita.
14. En las proximidades de Betania Yo dije a los hermanos: «Tomad un poco la delantera y decid a Lázaro que prepare un buen almuerzo, pero eso sin mencionar mi Nombre; luego ya vendré, lo que le causará una gran alegría».
15. A eso los hermanos y los veinte discípulos tomaron la delantera e inmediatamente informaron a Lázaro.
16. Pero este en seguida preguntó por Mí y dijo: «Pues sí, mis queridos amigos, esto lo haremos en seguida conforme lo deseáis. ¡Pero yo habría sido aún más satisfecho si el gran Maestro santo hubiera estado con vosotros! Hace media hora pasaron aquí algunos griegos, a los cuales pregunté si había algo de nuevo en la fiesta; porque yo mismo apenas me había quedado una hora allí por causa de aquel movimiento tan absurdo. De modo que yo tampoco podía estar al tanto de lo que aún puede haber sucedido allí.
17. Y los griegos respondieron: “Oímos decir que el celebre Mago de Galilea está actuando en el Templo; pero no conseguimos verle porque a causa de la muchedumbre no podíamos entrar”. Bueno, esto me lo dijeron los dos griegos. A eso en seguida envié varios de mis empleados para averiguar la verdad, para que en seguida me informasen para darme la ocasión de ir a su encuentro e invitarle como Huésped más querido. ¡Pero hasta ahora estos empleados enviados aún no han vuelto! - Decidme, queridos amigos, si vosotros también habéis oído de algo parecido en la ciudad».
18. Esta pregunta dejó a los apóstoles bastante embarazados, de modo que no sabían qué decir. Pero a eso Yo terminé con su apuro entrando en el mismo momento en el cuarto de Lázaro, saludándole como un hermano. Él estaba conmovido por emoción, y también sus dos hermanas lloraron lágrimas de alegría por Yo haber venido otra vez. De modo que en toda la casa de Lázaro por mi Presencia hubo una alegría como nunca antes la había habido.
19. En seguida había toda actividad para preparar un manjar extraordinario. Pero de esto ningún fariseo o judío enraizado debía enterarse, porque algo así antes de ponerse el sol habría sido una gran violación para el sábado de fiesta. Pero en este sábado en el Templo todos los fariseos estaban muy ocupados, incluso sus siervos, de modo que en Betania podían suceder cosas de los que los templarios nunca iban a enterarse. - Durante la preparación de la comida subimos al conocido monte y nos acampamos en el césped en la sombra de las palmeras. Y Yo relaté a Lázaro lo que me había sucedido en el Templo.
20. A eso Juan y Mateo hicieron apuntes del Evangelio, por supuesto sólo de los puntos principales, omitiendo la mayor parte de los pormenores.
21. Cuando Lázaro recibió de Mí la explicación del cuarto y quinto capítulo del profeta Isaías, él observó: «Señor, ¡todo esto se aplica exactamente a la época actual y su gente, de modo que no hay ni un solo punto en que se podría decir que no coordina con esto aquí! Pues sí, ¡por eso se entiende que los templarios te persiguen tan vergonzosamente! ¡Pues este escarmentó les convenía, porque estos sujetos se comportan como si ellos mismos fueran dioses y ángeles!».
1. Dije Yo: «Amigo, ¡tal como ahora está la situación actual, así también volverá a ser en casi dos mil años después de nosotros, de lo que las primeras señales ya se manifestarán mucho antes! Aquí ahora el judaísmo es mucho peor que el paganismo, pues para los paganos el razonamiento es considerado, mientras que los judíos lo pisotean con los pies. En aquellos tiempos mi Doctrina -es decir el Cristianismo- estará en peores condiciones que ahora el judaísmo y paganismo en conjunto; de modo que habrá una enorme tribulación entre los seres humanos.
2. La Luz de la Fe verdadera y viva se apagará, y el Amor enfriará completamente. La soberbia de los acaudalados sobrepasará todos los límites, y los soberanos y sacerdotes se considerarán aun más sublimes que ahora los judíos con su Jehová desconocido y los paganos con su Zeus.
3. De vez en cuando inspiraré a hombres y a mujeres, dándoles una verdadera Luz que con el tiempo se hará mayor y más poderosa, tragándose al final todas las obras de la gran prostituta de Babel. De modo que no os admiréis que ahora es así, porque ya fue muchas veces así y aún peor. y en el futuro vendrá el día en que será aun peor y más desolador.
4. El mundo siempre seguirá siendo el mundo; pero aun así Yo siempre conduciré a los Míos. Pero cuando el mundo se haya pervertido hasta el punto de impedir la más mínima vislumbre de la verdadera Luz vital de Dios, entonces Yo haré que estalle mi juicio sobre el mundo.
5. Actualmente la situación ha llegado a tal punto que en toda la Judea, si no lo hubiésemos remediado Yo y Juan30, habría sido sofocada cualquier chispa del verdadero reconocimiento de Dios. Por lo que fue necesario que Yo mismo viniera a esta Tierra, como Hombre, para entregar nuevamente a las criaturas de buena voluntad toda la Luz de la Vida perdida, y de nuevo mostrarles los caminos para el verdadero reconocimiento de Dios. Habrá mucha lucha entre los hijos Míos y los del mundo, porque el número de los Míos en la Tierra siempre será inferior que él de los hijos del mundo. Al final, los Míos vencerán todo el mundo que ya no podrá perjudicarlos más; pues aunque la materia os parezca tan dura e indisoluble, finalmente tendrá que ceder al poder del Espíritu.
6. Únicamente Dios es el Señor de todo y sabe mejor que nadie el motivo por qué Él permite y dispone lo uno y lo otro. Pues, Él derrama la justa Luz entre los seres humanos, conservándola con toda dedicación entre sus hijos, para que después nadie pueda pretender: “Si hubiese un Dios sumamente sabio que ha creado todo lo que existe en el espacio infinito, entonces, por supuesto, Él debería tener tanta comprensión unida con Amor, que Él se manifestaría y mostraría a sus criaturas racionales, los seres humanos, por lo menos en la medida que a estos permitiría deducir que Él es la verdadera Base de todas las cosas, ¡y qué es
30. Juan Bautista lo con que deben contar con Él, y cómo deben arreglar su Vida para que esta expectativa se realizara en ellos!”.
7. Si Dios nunca se revelase a las personas sea como fuese, estas tendrían todo el derecho de no creer en Dios alguno, y de abatir a cada persona que de por sí afirmase la Existencia de un Dios o también de varios dioses, invisibles, diciendo: “¿Qué nos importa tu dios de fantasía? Caso que existiera, ¡que se presente y nos diga qué quiere de nosotros! ¡Si no lo hace, entonces en la verdad sólo existe en la fantasía de un perezoso lunático!
8. Un Dios perfectamente consciente de sí mismo como punto central de todo saber y poder, seguramente habría tenido consideración con los seres humanos como obras suyas más perfectas, pues alguna vez Él mismo se habría revelado a ellos de cualquier forma, y les habría demostrado por qué existen y cuál era el Plan divino con ellos. Pero no dándose este caso, y si alguna vez o varias veces no había manera de probar la existencia de Dios, ¡entonces tampoco existe! Con lo que cualquiera que hablase o escribiese algo de una existencia de Dios merecería un castigo.
9. Pues basta con que el hombre dotado de raciocinio y comprensión -que es claramente consciente de sí mismo- tenga que soportar todos esos cargos escandalosos de su vida ni siquiera causados por él mismo. y ni hablar de que por un dios inexistente por una nadería debía aceptar cualquier ley dura y contraria a la Naturaleza. pues un Dios que a nosotros los seres humanos sólo puede y quiere expresarse por la boca de un hombre completamente loco y perezoso, o es nada más que una fantasía de tal loco o, no es más que una fuerza bruta, tonta y ciega, apenas dotada de consciencia propia y de intelecto justamente suficientes para atreverse a revelarse secretamente a un tonto crédulo que nada comprende, donde no corre el riesgo de que se reían de ella”.
10. Ved, ¡cada ser humano razonable tendría derecho a hacer tales conjeturas acerca de la Divinidad, si esta nunca se manifestara a los seres humanos, a no ser por medio del sacerdocio perezoso e indigno!
11. Pero volvamos a la era de Adán y encontraremos muchas épocas consecutivas en que Dios se manifestó de una manera memorable ante millones de seres humanos, transmitiéndoles su Voluntad y su sabia Intención para con ellos. Pero como el hombre sin dejarle su voluntad totalmente libre no sería hombre, por eso procedió con el Verbo Divino ni por un pelo mejor que con la palabra de un hombre.
12. Una pequeña parte todavía mantuvo respeto durante algún tiempo; pero la mayoría dentro de poco se olvidó de todo aquello y al final lo consideró como mera fantasía y desatino de los hombres; pues gozaba plenamente de los placeres mundanos y tomaba los sabios por tontos y entusiastas, los que por un reino celestial en el Más Allá demasiado inseguro e indemostrable pisan el verdadero Reino Celestial de este mundo con sus pies.
13. Con tales opiniones se perdió la fe en un Dios verdadero, y esto tanto más porque el sacerdocio perezoso por su tergiversación más egoísta de la Palabra revelada de Dios, a las personas sobrias y objetivas con el tiempo tenía que haber llamado la atención que con semejante ‘voluntad de Dios’ tenían que sentirse aún más confusos que el ser humano más estúpido. Las enseñanzas eran meros secretos insondables, entretanto, la gente totalmente ofuscada las consideraba sagradas; además, ella se sentía totalmente indigna de jamás asimilar estos secretos tan sagrados y profundos.
14. ¿Acaso hoy día la situación es diferente? ¿Acaso el pueblo ingenuo y ofuscado no entra en el Templo para allí adorar la escritura? Pero de lo que allí figura sabe poco o nada, y tampoco tiene deseos de comprenderlo, dándose completamente por satisfecho si el ungido sacerdote de Dios lo comprenda. pues el hombre común no precisa más de lo que el sacerdote le dice, de modo que haga lo que el sacerdote quiera porque consta que éste ya sabe el porqué.
15. Si por parte de la humanidad referente a la Palabra y la Voluntad de Dios revelados siempre sucede así, ¡entonces no sorprende que los seres humanos cien años después de una Revelación por más extraordinaria que haya sido, ya no saben de ella ni creen más de ella que unos niños durmientes creen de aquello que han hecho en el estado despierto! Aun así Dios nunca desiste de revelarse a los seres humanos de manera muy variada, de modo que el hombre con algo de reflexión pronto descubrirá que ahí no se ha tratado de un suceso natural».
1. (El Señor): «En medida más amplia Dios se revela por la boca de profetas completamente inspirados, y para personas algo inspiradas tales profetas siempre son bien reconocibles. Eso, primero, por su Palabra hablada o escrita; y, segundo, por diversos suplementos milagrosos... Por ejemplo, que en casos de desgracias venideras a las personas predicen cosas a las que pueden hacer caso, mejorar y pedir a Dios que Él alejase de ellos la desgracia anunciada, tal como sucedió en Nínive... Tercero, tales auténticos profetas inspirados por la Voluntad divina también pueden curar a enfermos mediante la plegaria y por imponer las manos - eso, si la recuperación fuera benéfica para la salvación del alma del enfermo. Además, en unión con la Voluntad de Dios, pueden decretar un juicio sobre la humanidad incorregible. Y, por lo contrario, también les es permitido bendecir un pueblo.
2. Bien marcadas de estas características y algunas más, los profetas genuinos -inspirados por Dios- son fácilmente a distinguir de los falsos, sobre todo por el hecho que los verdaderos siempre están llenos de humildad y amor al prójimo, mientras que los profetas falsos se distinguen llevando mucha clase de atavío y otras cosas llamativas. Además, se comportan llenos de soberbia y de egoísmo chocantes y se presentan solamente en lugares santificados, hablan poco, y eso de una manera absurda. En épocas determinadas obran milagros aparentes por medios naturales mantenidos en secreto. ¡y ay de aquel que se atreviera a imitarlos! Mientras tanto, el verdadero profeta no oculta sus milagros auténticos, sino anima a los seres humanos que también ellos de la misma manera sana pueden realizar milagros parecidos.
3. Dado que así hay manera de distinguir fácilmente los verdaderos profetas de los falsos, toda persona realista puede ver que realmente hay profetas genuinos y falsos, pues esos últimos seguramente nunca habrían surgido si no les hubieran precedido los genuinos. De esto los seres humanos fácilmente pueden reconocer que hay un Dios verdadero que nunca los dejará vagabundear abandonados en la Tierra, sino que siempre les comunicará su Voluntad y sus sabios Propósitos maravillosos con ellos.
4. Esta forma de Revelación es la más saludable para los que desean vivir conformemente, porque así no pasan coacciones extraordinarias. Pues con las grandes y raras Revelaciones los seres humanos logran mucho menos para sus almas, porque tales Revelaciones son más bien un juicio para la humanidad degenerada que cualquier prosperidad.
5. Cuando Adán en el Paraíso de esta Tierra había pecado ante Dios porque como hombre con una voluntad completamente libre no quería someterse a la Voluntad de Dios -la que le estaba bien conocida-, pronto experimentó una gran Revelación de Dios. A esto se arrepintió de su pecado, pero para él esta gran Revelación siguió siendo un juicio.
6. Más tarde, a causa de los hijos pervertidos del mundo que vivían en las profundidades, varias veces llegaron de Dios importantes Revelaciones a los seres humanos, pero para los hijos del mundo siempre fueron un gran juicio31
7. En tiempos de Noé de nuevo llegó una gran Revelación de Dios a los seres humanos, para estos un enorme juicio.
31. Véase también Jakob Lorber: El Gobierno de Dios o La historia de la humanidad
8. También en los tiempos de Abraham hubo una gran Revelación, eso a causa de los habitantes de Sodoma, Gomorra y las diez ciudades que las rodeaban, pues la perversión de la gente era extrema. De nuevo se trataba de un juicio para estos seres humanos; y aun hoy día el Mar Muerto es una prueba patente de aquel hecho.
9. También el patriarca Jacob recibió una gran Revelación de Dios, pero sus hijos la tenían que expiar en Egipto.
10. En la época de Moisés hubo otra nueva Revelación de Dios, y las Palabras tronantes de Él fueron grabadas en cuadros de piedra. ¡Pero qué juicio más tremendo fue esta Revelación, sobre todo para los egipcios que habían llegado a ser demasiado ofuscados, soberbios e inhumanos - de modo que esta Revelación acabó totalmente con la magnificencia exagerada de los egipcios! Pero también a los israelitas nada les fue perdonado.
11. Cuando los israelitas llevados por Josué abandonaron el desierto hubo otra gran Revelación de Dios, con lo que la gran ciudad de Jericó desapareció de la Tierra.
12. ¡Así fue también en tiempos de Samuel, Elías y los demás cuatro grandes profetas; y podéis verificar en las Escrituras las consecuencias fatales que tenían estos juicios! Incluso los pequeños profetas no fueron enviados a este mundo sin juicio.
13. Actualmente delante de vuestros ojos se está produciendo la mayor y más directa Revelación de Dios a los seres humanos, ¡Pero el enorme juicio consecuente para los judíos no se hará esperar.
14. Desde ahora durante casi 2000 años serán inspirados innumerables videntes y profetas, porque también aparecerá un número aún mayor de profetas falsos, incluso “Cristos” falsos, extremamente orgullosos y dominantes, pues carecen de todo amor. Siendo así, también los juicios continuarán, y raramente habrá un soberano que por su tenebrosidad no tenga que pasar con su pueblo por un juicio tremendo.
15. Hacia el final de esa fase señalada iluminaré profetas cada vez mayores, y con estos también los juicios aumentarán y se extenderán. Se producirán grandes terremotos, tempestades devastadoras e inundaciones, carestías, guerras, hambrunas, pestes y muchos otros males. Y, como antes ya señalé, con muy pocas excepciones ya no habrá fe entre los seres humanos. Pues en el hielo de la soberbia humana la fe se helará completamente; y un pueblo desafiará al otro.
16. Los seres humanos también serán advertidos por videntes y señales especiales en el Firmamento; pero solamente mis pocos fieles harán caso a esto, mientras que la gente mundana todo esto sólo lo tomará por efectos raros de la naturaleza, pues escupirán delante de todos aquellos que todavía creen en Mí.
17. Después de esto habrá una Revelación sumamente grande por mi segunda Venida a esta Tierra. Pero a esta Revelación ya precederá un juicio extremadamente severo. y seguirá un examen general de la gente mundana mediante el fuego y otros. para que Yo mismo luego en la Tierra pueda erigir un semillero totalmente distinto para verdaderos seres humanos - un semillero que luego durará hasta el final de los tiempos de esta Tierra.
18. Ahora os predije esto para que de ninguna manera tengáis la impresión que después de Mí todo va a estar tan perfecto como en los Cielos... Pues sí, habrá algunos pocos que serán como mis ángeles, sin embargo, habrá muchos que serán más malvados que los seres humanos de nuestra época actual.
19. ¡No os escandalicéis con esto, porque a todos vosotros ya os he explicado muchas veces que el hombre sin su voluntad totalmente libre no sería hombre sino apenas un ser animal parecido!
20. Tales personas, a lo sumo, podrían ser adiestradas como los animales para cualquier actividad; sin embargo, nunca deberían ser llevadas a la comprensión que tal trabajo es útil y bueno tanto para el hombre verdadero como para la persona animal, a fin de que estas personas después ellas mismas puedan determinar la conveniencia de efectuar tales trabajos útiles en tiempo oportuno.
21. El hombre que falta contra la ley demuestra igualmente que es hombre libre, tanto como aquel que cumple con ella voluntariamente... Por eso no debéis juzgar y condenar a nadie, sino sólo enseñar con toda paciencia y mansedumbre... y a aquel que anda errado, demostrarle el camino justo. Y si este quiere encaminarlo, esto será en su propio beneficio. Pero en el caso contrario no debéis coaccionarle, sino como medida extrema -si se halla en una comunidad de buenos principios-, expulsarle de esta, porque un creyente por coerción es diez veces peor que un incrédulo o apóstata abierto.
22. ¡Ved los fariseos! ¡Todos son creyentes obligados en mantener las apariencias; pero en su interior creen en nada y sólo hacen lo que les place o apetece!
23. Por eso tened cuidado cuando para vosotros volváis a elegir sucesores en mi Nombre... Primero, que a nadie obliguéis para ello; y segundo, que aceptéis a nadie de quien ya desde lejos notáis que él quiere entrar en vuestro servicio por intereses mundanos.
24. A pesar de vuestro cuidado, aun así habrá un sinnúmero de esos que entrarán en vuestro servicio, en parte por coacción externa y en parte por la perspectiva de encontrar en vuestro servicio un sustento bueno y garantizado. Pero para Mí todos estos formarán parte del regimiento del anticristo, porque ante Dios sus obras serán una pestilencia y su aspecto será él de un cadáver putrefacto.
25. En verdad, Yo os digo: Todos vuestros sucesores no preparados por Mí sino por los hombres en determinadas instituciones mundanas para sucederos en vuestro cargo no serán considerados por Mí, porque únicamente el anticristo cualificará sus adeptos de esta manera.
26. Pero aquellos a quienes vosotros impondréis las manos y los bautizaréis en mi Nombre, estos serán colmados de mi Espíritu. pues estos también serán los que Yo Mismo en todos los tiempos elegiré como sucesores vuestros, lo que será confirmado por la verdadera transmisión de mi Espíritu.
27. ¡Sólo que en tiempos futuros quedarán muy pocos de estos porque el anticristo extenderá su régimen excesivamente. Pero cuando él se considerará como autoridad más suprema de todo el mundo, ¡precisamente entonces le tocará su caída definitiva! - ¿Habéis comprendido esto con toda Lucidez?».
1. Respondió Juan como más querido mío: «Señor, siendo así, ni siquiera vale la pena de hacer tantos esfuerzos por esa gente estúpida. Porque si tu Luz de Vida más clara ahora dada a los seres humanos en breve volverá a obscurecerse más y más por el empeño de Satanás siempre victorioso, ¡que entonces se quede con esta gente tal como es ahora, bien madura para su reino mundano infernal! ¿Para qué, entonces, agraciar a esta gente primero con tu Luz de Vida? De veras, si estos fueran los frutos de tu Doctrina divina -si se enseñara tu Doctrina a la gente mundana- ¡esto sería lo mismo como echar margaritas preciosas como pasto a todos los puercos del mundo! ¡Pues convendría ni siquiera darles este alimento tan sano, con lo que tampoco podrán estropearlo!».
2. Dije Yo: «Amigo mío, a aquella gente que no da crédito en esto y, además, por el lucro mundano aun tergiversa lo poco que oye, por mi Parte mi Doctrina de Vida tampoco será dada. Porque para el desarrollo de las almas de gente como esta, en toda la Infinitud aún tengo un sinnúmero de establecimientos de enseñanza.
3. Únicamente a mis verdaderos hijos en esta Tierra Yo transmito esta Doctrina, con lo que estos estarán definitivamente incluidos en la Salvación de la muerte eterna. Ellos siempre mantendrán esta Enseñanza en toda pureza, y nunca harán caso al poderío del fraude mundano, sino siempre se mantendrán completamente firmes en la Verdad de la Vida Eterna.
4. ¡¿Qué tenemos que ver con todas las criaturas mundanas?! Les está dada la oportunidad de entrar también en las hileras de los hijos de Dios. Si realmente lo quieren, ¡que no se les ponga obstáculos! Y si no lo quieren, ¡que hagan lo que quieran, pues no hace falta que todavía os preocupéis por ellos!
5. ¡He aquí la situación real! Pues Yo no he venido aquí para liberar al mundo de sus antiguas ataduras de juicios, sino para liberar a los hijos míos del mundo y de su yugo. Y lo que Yo ahora hago y la manera como lo hago, así también vosotros y vuestros sucesores debéis hacerlo en lo sucesivo.
6. Lo que en esta Tierra puede ser desatado dentro de mi Orden, ¡esto desatadlo también vosotros! Entonces, lo que vosotros desatáis, esto Conmigo en el Cielo en seguida también estará desatado. Pero donde no haya manera de desatar algo, ¡esto dejadlo atado! O si alguien no respeta que vosotros le hayáis desatado, ¡entonces dejadle en sus ataduras y tensadlas bien, para que en adelante ya no seáis molestados por él! Y de veras Yo os digo: ¡Tal persona también estará atada ante Mí en el Cielo, y durante mucho tiempo continuará siendo esclavo de su propia voluntad mundana y tenebrosa! - Pues ves, ¡así están las cosas!».
7. Continuó Juan: «¿Cómo reconoceremos tales anticristos tenebrosos? Pues ahora ya veo venir bastante claramente que habrá muchos que aprovecharán de tu Doctrina, sobre todo los muchos magos que con ella quieren encubrir sus hechizos... ¡Por eso te rogamos que nos des señales ciertas para que podamos reconocerlos y en seguida enfrentarnos a ellos con eficacia!».
8. Dije Yo: «¡Los reconoceréis fácilmente por sus obras, porque en cardos no crecen parras y en abrojos no crecen higos! El que da algo pero quiere recuperar más que esto, ¡seguro que no es discípulo mío! Pues ved, Yo todo doy a los Míos, y al final incluso la Vida misma de este Cuerpo mío. Y de nadie acepto algo en cambio -algo que sea de este mundo- sino sólo quiero que el ser humano me ame sobre todo, para que Yo luego pueda darle aun infinitamente más, y cosas infinitamente más grandiosas.
9. ¿Acaso pensáis que el anticristo actuará de la misma manera? ¡ Seguro que no, porque él dará ridículamente poco a sus partidarios - a no ser promesas vanas inventadas para el gran Más Allá! Pero en cambio por ello exigirá grandes sacrificios, tal como ahora lo hacen los templarios que por el gran vocabulario de sus oraciones exigen remuneraciones considerables - eso para oraciones que ayudan a nadie, ¡no aquí en este mundo, y menos aún en el mundo del Más Allá!
Y ved, ¡exactamente así lo hará el anticristo, con lo que los Míos en estos frutos nulos y sin valor fácilmente reconocerán al anticristo y también a sus adeptos y confesores!
10. ¿Qué hacen actualmente los fariseos con los pecadores de toda clase? Les cobran una dispensa del pecado -o en dinero u otras ofrendas abundantes- y luego les entregan una carta blanca para los pecados ya cometidos, incluso para los pecados que un hombre en el mundo rico aún piensa a cometer, y esto con la observación: “Si no queréis hacer caso a la ley pesada, ¡entonces os resultará más conveniente si ofrecéis!”. De esta manera los templarios anulan la Ley de Dios y la sustituyen por sus estatutos mundanos completamente egoístas; pues su índole sólo anhela la prosperidad mundana - a coste de la humanidad pobre e ignorante.
11. Ved, ¡exactamente así es como actuará el anticristo junto con todos sus adeptos, con lo que los podréis identificar tanto más fácilmente! Y cuando sus adeptos por todo el mundo gritarán con altas voces: “Ved, ¡aquí está el verdadero Cristo!”, o: “¡Allá está él!”, ¡entonces que nadie de los Míos se lo crea! ¡A los auténticos hijos del mundo ignoradlos y no los llaméis, a fin de que el dragón y su séquito os tengan que dejar en paz! Durante cierto tiempo él se apropiará de un gran poderío, y a sus enemigos los maltratará brutalmente. Pero precisamente con esto sellará su juicio y perdición.
12. En tal época Yo permitiré a los hombres que hagan grandes inventos que, como flechas incandescentes, penetrarán en las celdas tenebrosas del dragón, destruyendo en gran cantidad sus artificios miserables y sus milagros falsos. E incluso para la vergüenza de sus seguidores más fervorosos él quedará desenmascarado, con lo que estos pronto en grandes masas se apartarán de él.
13. ¡Por eso no os preocupéis por lo que con el tiempo resultará de esta Doctrina mía; porque únicamente Yo sé lo que tendrá que suceder en esta Tierra y lo que habrá que permitir para que un día venidero también en el mundo de las tinieblas se haga Luz!
14. Pero esto no puede suceder tan pronto como vosotros pensáis; porque únicamente Yo conozco los elementos de Vida en esta Tierra y sé mejor que nadie lo que es preciso para llevarlos en el transcurrir de los tiempos a una Luz vital más elevada. - Por eso, ¡nada más indaguéis y tened buenos ánimos!
15. ¡Sabed que en este mundo aún me esperan acontecimientos insólitos de gran tribulación que, en realidad, ya no se harán esperar mucho! ¡A pesar de todo, aún no habéis percibido en Mí la menor tristeza! Pero venga lo que viniere, ¡el Señor soy Yo! No hay nada que pudiese sobrepasar mi Sabiduría y mi Voluntad. Lo que acontece y lo que aún acontecerá está calculado y determinado en lo Alto, y tiene su motivo profundamente sagrado. Pero todo aquel que en el corazón, en el amor y en la voluntad esté Conmigo, a él incluso el mundo más malvado nunca podrá causar un mal. Pero aquel que únicamente en su sabiduría esté Conmigo, él tendrá que sostener muchas luchas violentas; porque el mundo con su raciocinio material eternamente nunca reconocerá que su existencia aparente ante el Espíritu resulta en una mera nada. - ¡Con esto contentaos y, juntos Conmigo, sed de buenos ánimos!».
. Con estas Palabras mías todos quedaban contentos y Marta nos invitó al almuerzo. A eso Lázaro me relató todo lo que él durante mi ausencia tenía que aguantar por parte de los templarios. Pues a pesar de toda paciencia de él al fin tenía que enfadarse tanto que se cayó enfermo.
2. Concluyendo dijo: «Señor, en toda la Tierra no hay ni siquiera un insecto tan molesto como los templarios, pues hágase lo que sea, ¡no hay manera de quitárselos de encima! Si se les amenaza con las leyes de Roma, a gente que es como nosotros durante varios días la rodean como serpientes rastreras, con la intención de demostrar que únicamente ellos están en el pleno derecho... y que ninguna ley mundana tiene que ver con ellos, con lo que ellos mismos son los únicos legisladores de todo el mundo. Pues cada ser humano, sin excepción, tiene que estar consciente de que todo el bien o todo el mal emana de los templarios .
3. Con semejantes pruebas que ellos dieron yo casi me puse rabioso, y faltaba poco para que yo aplicara fuerza a estos hipócritas sin remedio. Pues les prohibí que ellos nunca jamás ya entren en mi casa. Pero todo esto no tenía resultado. Hoy despaché diez de ellos, pero para mañana ya se han presentado otros doce que con la misma ingenuidad y soltura ya empiezan a abordar el mismo tema por el cual a sus predecesores yo les había negado el permiso de entrar en mi casa. Y a pesar de eso pretenden que nunca haya sucedido algo parecido entre yo y ellos...
4. En este mes -con grandes gastos- me vi obligado a hacer ocupar por guardias romanos todos los accesos a mi casa, con la rigurosa orden de impedir la entrada de templarios. Esto me dio algún sosiego exterior, pero ni mucho menos en el interior. pues estos sujetos descarados me enviaron mucha clase de cartas de amenaza, hostigándome de esta manera por ya no tener acceso personal. Si Tú, Señor, pudieses librarme de esta plaga, ¡yo seria bienaventurado ya en este mundo!
5. Durante estos tres días evidentemente nadie del Templo acudirá a mí, motivo por el que durante estos días retiré la guardia. Pero después de estos tres días festivos seguramente tendré que volver a colocarla, porque de lo contrario estas avispas tan embarazosas del Templo no me dejarán en paz. Estoy bien consciente de que hace medio año tu Milagro de Curación y mi complacencia hacia Ti han sido los motivos principales por los que los templarios me persiguen de esta manera brutal. Pero si yo les digo que es por eso que ellos me persiguen, entonces ellos no lo quieren reconocer, sino sostienen la afirmación que es porque yo no quería concederles al menos ocho o diez labradores. A eso yo dije a los templarios: “¡Entonces arregláoslo con los propios labradores! Incluso podéis quedaros con todos, ¡si tan sólo quieren ir con vosotros!”. Pero a eso los templarios me contestaron: “Si nos hablas así a la cara, ¡esto es nada sincero, porque secretamente desaconsejas a los labradores que vengan con nosotros! ¡Y por eso, ante Dios, aún te tocará a saldar una gran carga!”. De esta manera el altercado entre yo y los fariseos continuó - por lo que yo había colocado las guardias romanas. Y lo que de este altercado aún saldrá, ¡únicamente Tú, Señor, lo sabes!».
6. Dije Yo: «¡Todo esto déjalo tal como es, porque en adelante ya no precisarás más de la guardia romana, pues Yo voy a darte un vigilante que puede más que todas las legiones romanas y griegas! Que mañana la celebración y las locuras de esta fiesta prosigan sin nuestra presencia; pero pasado mañana, cuando la fiesta estará en su punto culminante, Yo mismo iré de nuevo al Templo donde presentaré a los judíos un espejo de sus pecados mortales, humillándolos de una manera que tendrán que ocultarse ante el pueblo para evitar las pedradas de este. Pero por ahora seamos tranquilos y alegres, ¡porque por esta vez los templarios seguramente nos dejarán en paz con sus visitas!».
7. «Señor», dijo Pedro, «si Tú actuaras aquí y surtieras efecto como en el Éufrates, ¡pronto estos ignorantes fúnebres llegarían a tener otra opinión de Ti!».
8. Respondí Yo: «¡Tú hablas dentro de tu comprensión; pero en algunos años también tú hablarás de manera muy diferente!... ¡Observa la enorme variedad de la flora en los campos. la gran variedad de las plantas, de los árboles y de sus frutos. luego la gran diversidad de los animales en el agua, sobre la tierra y en el aire. también esa variedad de los minerales. y luego también la diversidad inimaginable de las estrellas en la bóveda celeste! ¡¿Acaso podrías tú definir una razón para toda esa diversidad y variedad?! ¿No te dice tu simple raciocinio que Dios mismo no tenía motivos especiales para tanto? ¡Pues Él realizó todo esto por una especie de capricho divino, motivado por el placer de adornar Su Tierra con un coloreado de gran variedad, y luego repoblar la Tierra con las criaturas también de manera más diversa! Pues, ¿por qué un manzano o un peral tienen un aspecto tan distinto a una higuera? ¿Por qué ambos especies de fruta no tienen la misma forma y el mismo sabor?
9. ¡Si Dios no hubiese tenido el gran Plan de educar en esta Tierra sus criaturas humanas a hijos Suyos, entonces para estos Él también habría podido proveer la Tierra simplemente con algunas especies de árboles frutales y repoblarla con pocos animales domésticos mansos -conforme lo hizo en innumerables otros cuerpos cósmicos porque en aquellos los seres humanos no tienen la misma finalidad tan sublime! A fin de proporcionar al hombre terráqueo la oportunidad grandiosa de adiestrarse en observación y estudios -y de este modo conocer la plena independencia de su propia voluntad-, Dios organizó esta Tierra para el hombre como Institución Suya de Enseñanza de Vida dotada de una variedad inimaginable, con lo que el ser humano desde la cuna hasta la tumba tiene material de sobra para meditación, observación y comparación; de modo que puede hacer observaciones y comparaciones de toda clase, pues puede elegir lo que le parece bien, y puede rechazar algo que le parece mal.
10. De modo que los incontables géneros de animales actúan de manera muy diversa, pues se hacen oír de diversas maneras y muestran gestos de toda clase, dando al hombre mucha oportunidad de inspirarse y hacer imitaciones útiles, sublimándolas e incluyéndolas en el ámbito del gran mundo. De este modo los pájaros y ciertas moscas, como también escarabajos, grillos e incluso sapos, fueron los primeros profesores del canto de la gente primitiva, y los caracoles marinos insinuaban a los hombres cómo se podía construir navíos con velas para poder viajar por todo el mar.
11. Pero como Dios precisamente por la causa de los seres humanos en esta Tierra ha producido una variedad tan extraordinaria de todo lo posible en todas las márgenes de la naturaleza, Él también ha hecho que los seres humanos ellos mismos se formasen en una variedad tan extraordinaria y nunca calculable que -tanto en la forma como en el carácter- entre muchas miles de personas vosotros difícilmente encontraríais dos que se parezcan como un ojo al otro. Esto Dios lo realizó para que las personas se distinguiesen mucho entre ellas, y precisamente por eso entre ellas se tratasen mutuamente con más amor. Pues para que las personas se tratasen mutuamente sirviéndose con cada vez más amor, para esto también están muy bien dotadas de las facultades más diversas.
12. Lo que aquí está dicho de personas individuales, esto también se aplica a comunidades individuales e incluso a países enteros. Dado que es así -lo que enseñan miles de experiencias-también habrá que considerar que no es posible educar a todos los seres humanos de la misma manera, pues hay que despertarlos a la Luz y la Vida.
. (El Señor): «Los judíos de Jerusalén necesitan un trato muy distinto de los galileos, de los samaritanos y más aún de los paganos; y esto conforme a sus comarcas y países.
2. Ante todo, en todas partes se debe tener en cuenta en qué suelo natural se encuentran las criaturas, y luego en qué suelo moral se hallan... Y una vez que esto esté descubierto, sólo entonces se puede determinar los caminos en que se puede acercarse a unas u otras personas con la esperanza de llegar a una aproximación fructífera, para ganarlas para la Verdad y la Luz de la Vida. Por eso, si aquí en Jerusalén, con los medios aplacados en Chotinodora, Malaves, Samosata, Serrhe etc. procurásemos a convertir a esta gente a la Luz, entonces produciríamos efectos muy contrarios.
3. Los paganos, para el colmo, de todos modos se hallan en el juicio de tinieblas más profundas. Cuando Yo ahí realizo un gran milagro a fin de romper su antigua superstición sustituyendo su antiguo juicio por uno nuevo, esto no los perjudica porque mediante un juicio suave han sido liberados. Pues en el nuevo juicio pueden moverse libremente gracias a su fe en Dios y el amor para con Él. Pero si Yo aquí en Jerusalén -sobre todo en esta época- hiciese lo mismo que en la región del Éufrates, no serían pocos judíos que morirían de susto y pavor, con lo que quedaría mucho menos gente a la que podríamos introducir en el Evangelio. Pues los sobrevivientes huirían de nosotros y los sacerdotes llorarían de rabia, pues gritarían: “¡He aquí que ahora el Belcebú ha destruido la Obra de Jehová! ¡Ay de nosotros, que somos el pueblo del Dios Yahvé, porque Él nos ha abandonado y nos ha entregado a los diablos!”.
4. Yo apenas obré algo muy simple delante de sus ojos, ¡y ellos ya dieron voces que Yo soy un profanador del sábado y un apóstata, y que logro mis Obras únicamente con la ayuda del Belcebú! ¡¿Qué pues dirían y harían estos, caso que Yo dentro de un instante destruyese el Templo con todo lo que hay en él?! Oh, si Yo ahora hiciera esto, ¡entonces experimentaríais horrores sobre horrores, y al final vosotros mismos huiríais! Pero dado que está escrito que la Salvación surgirá de Jerusalén, tenemos que actuar apenas mediante la Palabra e incluso aceptar la propia muerte, en vez de aplicar a este pueblo alguna fuerza sobrenatural, que indudablemente provocaría su extinción física y espiritual.
5. Pues sí, Yo os afirmo: Lo más tarde en cincuenta años esta ciudad y el Templo serán destruidos de una manera que no se sabrá dónde este Templo se habrá encontrado. Esto será obra del poder externo de los romanos y de un castigo inclemente de Dios. Los judíos serán dispersados a todo el mundo, porque nunca volverán a ser un pueblo uno. Pues estarán despreciados por todo el mundo, y tendrán que ganar su miserable sustento entre los paganos. ¡Este país les será quitado para siempre y los gentiles lo transformarán en un desierto!
6. Pero aun así esta tribulación enorme que se producirá con toda certitud no destruirá el ánimo de los seres humanos de este país de la misma manera como este se destruiría si Yo ahora mismo tirase el Templo. Porque aquello lo atribuirían a la crueldad de los romanos. con lo que habrá muchas personas que volverán a convertirse a Dios, mientras que ahora aquí un juicio de mi parte les obstruiría totalmente el Camino hacia Dios. Pues llegarían a tomarlo por un Juicio evidente de Jehová con el que Él manifestó ante ellos que en su extrema Ira intransigente
- y eso en un día de Fiesta conmemorativa, haya hecho que el Belcebú haya acabado con el Templo y el Santísimo... ¡con lo que Él ha entregado todos al Belcebú!
7. Si no estuviese metido en el asunto el pobre pueblo, entonces poco nos perturbaríamos por los sacerdotes si quitáramos al Templo al menos su contenido fútil. Pero precisamente por el pobre pueblo que aun así está apegado al Templo porque todavía cree en la Presencia del Espíritu de Dios dentro de sus murallas no aplicaremos destrucción cualquiera.
8. Pero este Cuerpo mío, como Templo del verdadero Espíritu de Dios, será arrasado, y Yo mismo volveré a reconstruirlo en tres días. Este hecho será un testimonio violento contra los fariseos y un juicio violento para los que ahora en el Templo actúan como les da la gana, como si Yo ahora les estuviera quitando miles de tales Templos. Porque lo que sucederá a este mi Templo, para el pueblo creyente será un arma contra sus malhechores en el Templo. Pues el pueblo apostatará de ellos y encontrará apoyo con los romanos, lo que enfurecerá al sacerdocio riquísimo profundamente contra los romanos. Por esto, secretamente, los fariseos alquilarán esbirros de todas las regiones, con la intención de expulsar los romanos. Y ved, ¡precisamente esto provocará su fin! - De modo que ya no os preocupéis más de esto, ¡porque todo acontecerá conforme Yo os predije!
9. De veras os digo: Algún día lejano esta Tierra y todas estas constelaciones de astros de todo el Universo desaparecerán - pero mis Palabras, y todo aquel que las alimenta íntimamente y las anima con Vida, ¡eternamente nunca! Pues nadie se sirve de un instrumento más allá de que le resulte utilizable. Pues una vez que esté gastado hasta el borde se lo tira afuera y se sirve de uno nuevo. Y ved, ¡lo mismo también lo hago Yo!
10. Si alguien tiene un odre viejo que durante muchos años conservó un vino puro, ¿acaso guardará este odre aunque ya haya llegado a ser poroso? ¡Cierto que no! Pues se deshará de él, y se buscará uno nuevo. Ved, ¡lo mismo también lo hago Yo!... Y lo mismo que hago con un árbol viejo y carcomido también lo haré con un mundo antiguo echado a perder. Tan pronto que todos mis Pensamientos e Ideas depositados en un planeta hayan transitado a una Vida libre, independiente y puramente espiritual, tal Tierra ya no es más que una envoltura vacía que ya no puede portar ni madurar nueva Vida activa. Entonces el receptáculo será disuelto y, en su lugar, surgirá otro lleno de nuevos gérmenes de Vida. Todo que se halle en Espacio y Tiempo envejece, enflaquece, muere y desaparece; únicamente el Espíritu pensador y creador perdura eternamente».
. Dijo uno de los greco-judíos: «Señor, como ya estás en plan de revelarnos cosas tan grandiosas, ¡te rogamos que seas tan atento de explicarnos por qué nada de material puede perdurar eternamente en su especie! Las rocas se descomponen, los árboles más gigantescos que frecuentemente por casi dos mil años han resistido a toda clase de tempestades -como los cedros antiguos del Monte Líbano- mueren y se pudren, ¡sin dejar rastro! Y lagos y mares se secan. Resumiendo, ¡en toda la Tierra no se ve más que un continuo formarse y un continuo perecer! Únicamente en el cielo estrellado todo continúa lo mismo como antes: pues las estrellas que había visto Adán todavía son las mismas y mantienen sus posiciones invariables, pues son imperecederas. Pero dado que Tú afirmas que también estas estrellas en su día perecerán, entones evidentemente nos encontramos ante la cuestión importante: Si tales cuerpos cósmicos que según Tú dices son tan enormes ya existen hace tantas eras, ¿por qué no podrían también permanecer eternamente? ¿En qué época surgieron, y quién los puede medir o contar después de milenios? Para nuestro raciocinio existen desde eternidades, ¡de modo que también podrían continuar existiendo sin fin! ¿Por qué pues finalmente tienen que desaparecer?».
2. Respondí Yo: «Amigo mío, ¡eso precisamente porque en realidad no se trata de materia en sí sino, para ser exacto, de un elemento espiritual en juicio! Ya os expliqué en otra ocasión que todo lo creado visible no es más que un Pensamiento de Dios, mantenido por su Omnipotencia.
3. Pero mientras un gran Pensamiento de Dios esté mantenido por su Voluntad, en tal estado este se presenta como algo individual consistente, y de cierto modo está aislado de los demás Pensamientos innumerables, a fin de que se consolide y de sí mismo para siempre forme una individualidad independiente. Tan pronto que el Pensamiento de Dios haya solucionado este problema -realizando su independencia y liberación en todos los sentidos- ¿para qué aún iba a quedar mantenido más tiempo a base del Poder de la Voluntad divina, dado que todos los demás Pensamientos grandiosos le consideran como completamente liberado?
4. Cuando un ser humano ha logrado completamente la interna maduración espiritual de la Vida -para lo que necesita un cuerpo físico-, ¿para qué aún le serviría arrastrar con él su cuerpo pesado por más tiempo y cada vez más penoso? Cuando alguien termina la construcción de una casa, con lo que esta ya está perfectamente preparada para ser habitada, ¿por ventura dejará los andamios puestos a su alrededor? Cuando tú en una olla has cocinado la carne debidamente hasta que esté digerible, ¿acaso la guardarás así en la olla? ¡Seguro que no! Porque quitarás la carne con el caldo de la olla, ¡y la olla misma la pondrás aparte! ¡Con lo que ves que en este mundo todo tiene su tiempo!
5. Si ves un árbol que en la primavera está lleno de brotes, entonces podrás preguntar: “¿Para qué estos capullos perecederos?”. Pero los brotes se hinchan y se desenvuelven cada vez más; haciendo surgir hojas y flores graciosas y perfumadas. Las admiras mucho porque te gustan... Pero pronto se marchitarán y caerán... A eso, otra vez desconforme, indagarás: “¿Para qué la destrucción de este esplendor y de la belleza edificante de este árbol?”. En cierto sentido tienes razón, porque un árbol que siempre está en flor también siempre sería agradable a los ojos, ¡pero nadie consigue satisfacer su hambre sólo mirando! De modo que evidentemente la flor útil para la vivificación del germen fructífero, después de su servicio prestado hay que quitarla, para que en su lugar pueda desenvolverse libremente el fruto real. Y dentro de poco en las ramas verás una gran cantidad de frutos dulces que mucho te satisfarán. ¿Ahora, acaso, los frutos deberían igualmente quedar para siempre en el árbol?».
6. Dijo el greco-judío, habitante de Jerusalén: «Todo esto, Señor, lo comprendo muy bien: pues lo uno surge de lo otro, y esto evidentemente hasta que de todos los muchos procesos esté lograda una finalidad determinada. Pero ¿por qué es preciso que también el árbol que durante tantos años a los seres humanos ha producido frutos tan excelentes, finalmente tenga que morir, podrir y disiparse? ¡Pues a pesar de haber prestado buenos servicios tiene que ceder lugar a otro!».
7. Dije Yo: «¡Toda materia es receptáculo temporal de medida determinada del elemento de Vida espiritual! De este cada año se desenvuelve cierta parte, liberándose, y pasándose a una esfera más elevada. Después de cierto número de años terráqueos, la última chispa de elementos de Vida ya ha desaparecido del árbol, pasando a una potencia de Vida superior; con lo que este árbol se ha quedado inservible, pues se ha quedado sin vida.
8. ¡¿Acaso convendría introducir nuevos elementos de Vida en el árbol viejo endurecido e inservible, con lo que la materia del árbol ya demasiado embrutecida los destruiría - igual que también el mejor vino se echa a perder si por imprudencia esté colocado en vasija vieja y sucia?!.¡¿No es más prudente depositar el vino nuevo en cántaros nuevos y limpios, y deshacerse de los viejos, sobre todo teniendo un sinnúmero de las vasijas nuevas que nunca se agotarán?! - ¿Qué es tu opinión?».
9. Respondió el greco-judío: «Señor, ¡aquí se acaba con tener una opinión! Únicamente Tú eres dotado de la máxima Sabiduría y conoces todas las relaciones en toda la Creación, con lo que también únicamente Tú tienes razón en todo. Nosotros sólo podemos preguntarte y aceptar con fe todo lo que Tú nos transmitas. Todo es así como Tú, Señor, nos lo explicas con tu suma Gracia. En esto también se reconoce la prueba más contundente y viva que precisamente Tú en tu Espíritu desde todas eternidades has creado y organizado todo lo que en toda infinitud existe de una u otra manera.
10. En la introducción que tu apóstol Juan ha dado a tu Evangelio que él ha anotado conforme tus Palabras, Juan te ha dado el testimonio mayor y más verídico porque dice: “Al principio era el Verbo. El Verbo estaba con Dios y Dios mismo era el Verbo. El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. Y Él vino junto a los Suyos y estos no Le reconocieron”.
11. Pues sí, Señor, ¡así es! Tú viniste a nosotros los seres humanos, ¡pero muy pocos te reconocieron! Y a pesar de todos los grandes Milagros y las Enseñanzas más sabias incluso ahora aún no te han reconocido. Cosa más extraña, ¡lo increíblemente necia y deslumbrada es la gente!».
12. Dije Yo: «Pues sí, ¡así es! Pero aun así contra esto no hay remedio, pues no podemos impedir a las personas el libre albedrío, ¡porque dejarían de ser seres humanos! Realizarles aún más pruebas seria un esfuerzo vano, porque no conseguiríamos más que aquello que Yo hace poco os había explicado detalladamente en aquella ocasión en que vosotros habíais solicitado que aquí también realizara las pruebas que realicé en la región del Éufrates.
13. Para este pueblo sólo se presta la Palabra. Todo aquel a quien esta no abre la visión, tampoco un milagro se la abrirá. Ya habrá milagros que se realizarán delante de sus ojos - pero no para el progreso sino para el evidente aniquilamiento .
14. Os afirmo: La última prueba efectuada en Jerusalén será casi idéntica a la del profeta Jonás, en Nínive, cuando pasó tres días en el vientre de un gran pez. Y a causa de este milagro el gran juicio será lanzado sobre los malhechores, tragándoselos así como un dragón de fuego devora su presa desgraciada. - ¡Pero dejemos esto ahora aparte para salir aún un poco al aire libre, antes de ponerse el sol!».
15. Todos estaban de acuerdo. Nos levantamos de la mesa y subimos a nuestra colina, desde donde se podía apreciar una parte de Jerusalén.
. Cuando nos habíamos acampado en la colina, Lázaro observó: «¡Realmente, da eternamente lástima que esta grande ciudad tan preciosa un día venidero va a ser destruida completamente! ¿Pero quién podría remediarlo si sus habitantes malvados ellos mismos se lo buscan?».
2. Dije Yo: «¡Hablaste cierto! Pues el que quiere algo que es perjudicial para sí y por encima de sí mismo, ¡en toda la eternidad él no sufre injusticia! Yo ya estaba muchas veces allí y quería reunir estos hombres bajo mi Protección, así como la gallina protege los pollitos bajo sus alas. Pero hasta ahora todo esfuerzo fue inútil, de modo que ellos mismos son culpables de toda la desgracia que los tocará.
3. Aun así Yo nunca faltaré en transmitir toda clase de enseñanzas y advertencias severas, a fin de salvar al menos algunos pocos de ellos. Y lo que Yo ahora hago, después de Mí haréis lo mismo con mayor facilidad, porque mi Milagro final y mayor que Yo realizaré en Jerusalén os capacitará para tanto. Él que os escuchará también me oirá a Mí -pues sólo hablaréis aquello que mi Espíritu os pondrá en la boca- y él tendrá remedio; pero los que permanecen en su antigua terquedad, ¡que también recojan los frutos de esta misma!
4. Dado que el agua y el fuego causan la muerte si alguien cae en un pozo profundo o si es víctima de un gran incendio, ¿acaso por eso Yo ya no debería permitir la existencia de agua y fuego en la Tierra? ¡Nada de eso, porque precisamente por eso el ser humano tiene el raciocinio, la fuerza y el libre albedrío! Él conoce las propiedades buenas y malas del agua y del fuego. Pues, ¡que aproveche de ellos con razón, y ambos elementos le serán útiles! Pero si intencionadamente o por un descuidado cae en un río profundo o en un gran horno -de modo propio o debido a un descuido- entonces evidentemente él mismo es el culpado cuando pierde la vida terrenal. ¡Las personas prudentes y cuidadosas difícilmente pasarán por accidentes - y nada de eso sucederá a las personas que caminan por la senda de mi Evangelio!».
5. Dijo un greco-judío: «Pero Señor, ¡la inteligencia humana no es siempre suficiente, aunque actuara con toda prudencia! Sirvámonos del ejemplo que yo, por negocios importantes, tuviera que viajar a Roma, vía marítima. que durante el viaje en medio del mar a causa de una fuerte tempestad el navío encallara en un arrecife submarino, y que nadie haya escapado con vida. ¿Quién tiene la culpa de mi desgracia? ¡Yo seguramente que no, y el comandante tampoco! ¿Porque cómo iba él a saber que súbitamente iba a producirse tal tempestad? ¿Y cómo habría yo podido llegar a saber algo tal?».
6. Respondí Yo: «Amigo mío, cuando sucede algo así, ¡que te conste que se trata de sucesos muy fundados desde lo Alto, pues es comparable con lo que sucede cuando un moribundo muere porque su enfermedad es maligna e incurable! Pues en toda la Tierra no hay ser humano cuya vida terrena continuaría; de modo que tanto en el agua como en el fuego puede perder su vida terrenal completamente sin que sea por su propia culpa. - Me parece que no vale la pena de continuar con este tema, ¡de modo que vamos a preocuparnos por algo mucho más importante!».
1. (El Señor): «Como ahora el Sol se ha puesto, ya se puede ver algunas estrellas; y en el Oriente en el horizonte ligeramente brumoso empieza ya a salir la Luna llena. Y ahora os digo que dentro de dos horas se producirá un oscurecimiento de la Luna a causa de la sombra completamente natural de esta Tierra, porque la Tierra -en su trayecto por el Sol- pasará entre el Sol y la Luna... Un fenómeno que provocará un gran alboroto entre los habitantes de Jerusalén, y eso sobre todo entre los fariseos ignorantes, pues la Luna desaparecerá de la vista durante media hora... Los clamores serán intensos, y grandes ofrendas serán hechas en los platos de ofrenda. Nosotros, sin embargo, desde aquí, asistiremos a este espectáculo de la naturaleza con calma y con mucho interés.
2. Además, este fenómeno totalmente natural viene muy oportuno a nuestra actividad actual, porque los sacerdotes y el pueblo consideran esta señal como prueba de la Ira de Dios. La multitud que se atiene a Mí reprochará a los templarios que hoy querían detenerme, con lo que estos tendrán una posición muy difícil... Pero entonces los sacerdotes intentarán exculparse echando la culpa a los esenios a los que odian, y a los que van a maldecir a más no poder. Cuando la Luna vuelve a aparecer, con gran patetismo los sacerdotes dirán al pueblo: “¡Ved, pueblo más ignorante y ciego! Después de que nosotros hemos condenado los peores enemigos de Dios mediante la perfección del poder que Él nos ha otorgado únicamente a nosotros, su Ira se calmó, de modo que podemos volver a respirar libremente, motivo para que por gratitud pongamos sacrificios abundantes en los platos de sacrificio de Dios”.
3. A eso aún esta noche se ordenará una procesión de expiación en la que la plebe ignorante y ofuscada hará sacrificios a más no poder. De mis incontables adeptos solamente muy pocos participarán en esta procesión. Pero muchos esenios presentes desafiarán a los fariseos con una prédica contraria respecto a la invisibilidad de la Luna; pues estos saben la causa de ese fenómeno, y ellos mismos ya habían previamente calculado este eclipse -perfectamente como otros tantos- y, delante el pueblo, expondrán su teoría con claridad a los sacerdotes.
4. De este modo el pueblo atacará a los sacerdotes, y muchos les exigirán la devolución de sus ofrendas - sin recibirlas, porque los sacerdotes pretenderán su empleo en ciertas obras de caridad. Una parte del pueblo se tranquilizará con esto; pero la otra parte se escandalizará aún más, causando un verdadero tumulto dentro y fuera del Templo; con lo que la guardia romana tendrá que intervenir con armas para restablecer la calma. Y ved, ¡todo esto será provocado por este simple eclipse lunar! Pero a nosotros esto no nos inquietará en absoluto. Algunos refugiarán hasta aquí, huyendo de la violencia romana, ¡pero aun así no tenemos que temerlos! -Bien, ¿cómo os parece esto?».
5. Respondieron todos: «Oh Señor, ¡esto nos parece extraordinario, sólo que ahí los fariseos malvados salen demasiado ilesos! ¡Ahí un apedreamiento por parte de los esenios seria bien dentro del orden!».
6. «¡En esto estáis muy equivocados!», respondí Yo. «¡El apedreamiento mediante la Palabra por parte de los esenios es mucho más eficaz y mucho mejor; porque las palabras explicarán al pueblo el acontecimiento natural, con lo que entonces el pueblo se lanzará tanto más sobre los sacerdotes, renunciando para siempre la fe en ellos, pues nunca ya volverían a entrar en el Templo a causa de ellos! Y ved, ¡algo así para el sacerdocio resultaría mucho más grave que si los templarios fueran atendidos con tiros de piedra!».
7. Dijo Lázaro: «Señor, si el eclipse lunar todavía tarda un poco, igual aún podremos cenar antes».
8. Dije Yo: «Caro hermano; no hace más que una hora que nos levantamos de la mesa, de modo que sería exagerado ahora ya pensar en la cena. ¡Esperemos hasta que el fenómeno haya pasado -lo que durará unas tres horas- y entonces ya tomaremos cualquier cosa!».
9. Con esto Lázaro estaba conforme y recomendó a las dos hermanas que, en vez de una cena, un poco más tarde preparasen una buena comida nocturna bien abundante. Y luego Lázaro me preguntó qué, en realidad, es la Luna.
10. Dije Yo: «Querido hermano, mis discípulos lo saben perfectamente y -en una conversación secreta entre tú y Yo- también Yo mismo ya te había dado alguna explicación en qué consisten el Sol, la Luna y las estrellas; pero evidentemente aún no has entendido de qué iba la cosa. ¡Pero eso no importa! Porque luego Yo os abriré vuestra visión interna, con la que podréis observar el ambiente de la Luna igual que él de esta Tierra, lo que resultará más eficaz que si Yo os lo explicara con miles de palabras Mías».
11. Todos me lo agradecieron anticipadamente.
1. A eso la sombra de la Tierra ya se hizo notar en la Luna y todos observaron su crecimiento. Dentro de poco el eclipse era total, y en esta ocasión se podía apreciar un número de estrellas considerablemente mayor que antes en la plena luz de la Luna.
2. De modo que Lázaro me preguntó: «Señor, ¿cómo sucede que ahora se ve tantas estrellas que antes no se veía?».
3. Dije Yo: «Querido hermano, esto sucede cuando la luz fuerte de la Luna llena no perturba tu visión. Ambas pupilas de tu visión ahora están muy dilatadas, lo que te permite percibir el débil centelleo de las estrellitas lejanas. Pero durante el día no ves las estrellas a causa de la luz solar que necesariamente contrae mucho las pupilas. De modo que Dios construyó el ojo humano de una manera tan artística que este puede percibir todos los grados de luz e incluso los puede calcular.
4. Pero con lo artísticamente que el ojo carnal del ser humano esté construido, no puede ser comparado con la maravilla de la visión espiritual que permite penetrar todo en la medida conveniente.
5. Ahora presta atención cómo luego poco a poco desaparecerán primero las estrellas más pequeñas - eso tan pronto que la Luna empiece a salir de la sombra de la Tierra, y te convencerás que esto es el efecto de la luz de la Luna que está aumentando.
6. Otra cosa sucede con la visión del alma, pues no hay luz terrena que la perturbe porque la noche de la Tierra tanto como su día de luz más clara le dan igual. Por eso, para el alma, sólo existe un día constante y nunca noche alguna - eso quiere decir para un alma que vive y camina en mi Luz... Porque para un alma acostumbrada a vivir y actuar en el ámbito de la luz mundana y sus conceptos, para ella, más allá de la tumba, sólo existen noche y tinieblas .
7. Ahora, ¡atención! ¡Pues durante algunos momentos -en cierto sentido a la fuerza- voy a despertar en vosotros vuestra visión interna, dándoos la impresión que os encontráis en el suelo de la Luna!».
8. Como Yo quería que esto se realizara, en el mismo momento todos soltaron un grito de espanto, y en seguida Lázaro me rogó que lo antes posible vuelva a quitarle la visión interna, porque la tierra lunar le parecía horriblemente desierta, monótona y vacía.
9. Pero Yo le dije: «Mirad más concienzudamente, y ya descubriréis seres parecidos a los seres humanos de esta Tierra».
10. En seguida todos se esforzaron aún más; y, menuda sorpresa, en el lado de la Luna que siempre está dirigido hacia la Tierra, pronto descubrieron una especie de seres humanos de un aspecto casi transparente. criaturas enanas, bastante atrofiadas... de las que ellos no sabían a qué atenerse. Pero en el lado opuesto de la Luna ya se sentían un poco mejor, y como podían observarlo durante la noche lunar que dura catorce días, por razones totalmente naturales de la Luna también encontraron sus habitantes y los pocos animales en profundo sueño.
11. Después de que todos se habían quedado contentos con el análisis de toda la Luna, empezaron a expresar que de esta tierra lunar ya han visto más que necesario, pues Yo ya podría volver a quitarles a todos su visión interna. De modo que esto también lo hice, porque a ellos empezó a sobrevenir el miedo que igual les iba a tocar quedarse en este mundo de aspecto tan desolador.
12. Cuando todos volvieron a ver la Luna con los ojos de la carne se quedaron muy contentos, y uno de los ancianos de los greco-judíos me dijo: «Señor, si en tu infinita Creación hace falta un mundo penitenciario adecuado en que las almas sufren como condenadas, entonces la Luna evidentemente debe corresponder óptimamente a tal finalidad, ¡y eso sobre todo en la parte de la Luna que siempre está dirigida hacia nosotros! Estos seres humanos extraños tan feos en gris oscuro y casi transparentes, seguramente no son otra cosa que tales almas desgraciadas... Si en nuestra Tierra alguien hace viajes, entonces muchas veces es así que viene de una región bonita y entra en otra aún más bonita. ¡Pero en aquel mundo ahí arriba pasa precisamente lo contrario! El primer punto que se llega a ver -que supuestamente todavía es el mejor- ya tiene un aspecto tan tenebroso que uno se asusta de él como de un monstruo. Pero ahí los demás puntos y lugares asustan y desalientan aún mucho más. y en tales regiones viven seres humanos. seres que tienen un aspecto tan triste y atrofiado que los habitantes de nuestros charcos más apestantes, comparados con ellos, podrían ser considerados como verdaderos reyes... Señor, ¡¿qué especie de seres son estos?!».
13. A eso Yo respondí: «Pues sí, estos son seres evidentemente poco felices porque llevan mucho de infernal en ellos, pero con el tiempo podrán pasar a una vida mejor, aunque no tengan prisa alguna. Los que ya vagabundean en la superficie de aquella tierra lunar y que ya han llegado a cierta transparencia, de por sí ya se encuentran en condiciones algo mejores. Pero los que moran en profundas cavernas, en huecos y cráteres, estos todavía lo pasan mal, y todavía les costará un largo tiempo para pasar a condiciones de vida más agradables.
14. Ved, ahí se trata de almas de esta Tierra que, durante su vida corporal en esta vida, se habían entregado exageradamente al mundanismo desmedido y al amor-propio más egoísta. En la tierra lunar tales almas en sí materialistas de por sí llegan a llevar una especie de cuerpo semi-material que todavía las capacita a percibir las impresiones materiales desagradables como las del frío, del calor, y de la luz del Sol, como también el reflejo de la Tierra y él de otros astros. Pero ya no hay nada con lo que podrían saciar su codicia terrenal. Estas almas ven la Tierra y también saben que en otros tiempos habían vivido allá a su gusto, pues eran dueñas de grandes fortunas, tenían una gran reputación y tenían muchos sirvientes. Pero ahora se hallan entregadas a sí mismas, desnudas, y aparte de cierto aire muy escaso no tienen alimento alguno ni agua. Su suelo es como piedra pómez y en ninguna parte produce una sola plantita de musgo.
15. Siendo así, la tierra lunar es un lugar bien apropiado para tales almas porque estas allí se encuentran debidamente aisladas. Pues llegan a la comprensión que todos los bienes terrenos son muy engañosos y carecen de todo valor real; así que estas almas finalmente se sienten conmovidas por la ilusión de perecer y de dejar de existir.
16. Muchas intentan a suicidarse; y otras, mediante una especie de sueño, procuran a evitar toda la demás visión del mundo terrenal. pero nada de eso funciona. Luego procuran a investigar si cualquier salida de las cavernas pudiera llevar sus sufrimientos a alguna región en que podrían entrar en contacto con criaturas más inteligentes, a fin de conversar con ellas acerca de la causa de su existencia tan desdichada. Y así veis que tras muchos esfuerzos estas almas encuentran una escapada. Pues llegan a planicies extensas y escalan montes muy altos donde también dan con Espíritus sabios que las instruyen sabiamente . que hay un Dios todopoderoso sumamente sabio y bueno en El que deben creer y deben dedicarle todo amor; y que si actuaran así, pronto también lo pasarían mejor.
17. Esto, entonces, lo aceptan con buen grado, con lo que pronto se quitarán su materia de encima; y luego llegan a tener una vestidura espiritual en la que son trasladados a otro planeta como, por ejemplo, la Venus o el Mercurio. y más tarde a Júpiter, Saturno o varias otras tierras planetarias... Allá, en general, ya se desprenden de todo lo material que les queda -precisamente tras la materia de las tierras planetarias de distinto tamaño que deben peregrinar... Luego pueden trasladarse al Sol, donde pueden adquirir mucha Sabiduría y también mucho Amor. De modo que sólo a partir de ahí pueden llegar a ser Espíritus puros y trasladarse al Sol puramente espiritual, en el que hay un sinnúmero de institutos de enseñanza, de modo que no hay escasez de fuentes de Sabiduría más profunda.
18. De esta manera, después de muchas eras extensas, tales hombres exageradamente materialistas también llegan a purificarse, con lo que también podrán disfrutar de una gran bienaventuranza. Sin embargo, aun así nunca llegarán allí adonde llegará uno de mis Niños más ínfimos.
19. Pero también a estos habitantes desgraciados de la Luna será concedida una Salvación, y eso cuando Yo haya regresado allí de donde vine... - ¿Ahora os queda claro lo que es la Luna?».
2a Respondió Lázaro: «Sí, Señor, lo sabemos perfectamente; esto es, en lo que se refiere a la cara ahora dirigida hacia nosotros. Pero la parte trasera de la Luna parece tener más semejanza a nuestra Tierra. Pues allá observamos vegetación, agua y nubes en el firmamento. ¿Qué, en realidad, es lo que hay allá?».
21. Dije Yo: «Son seres humanos naturales parecidos a los que existen en el extremo Norte de la Tierra. Pero, por supuesto, debido a las condiciones lunares distintas del día y de la noche, están organizados un poco diferentemente. Todo lo demás os enseñará el Espíritu. Y como esta visión ya ha terminado, también podemos entrar en la casa y tomar una cena moderada».
22. Todos estaban de acuerdo. De modo que entramos en la casa donde aconsejé a todos que a nadie relatasen algo de esta visión.
1. Como de costumbre, nos sentamos a la gran mesa y Lázaro mandó a servir pan y vino. Pero aun así Marta hizo mención de ir a la cocina para preparar por lo menos para Mí algo mejor.
2. Pero Yo la paré, diciendo: «¡Deja esto, mi hermana; el pan y vino de todos modos son el mejor alimento para el cuerpo humano! Además, si ahora hicieses fuego, llamarías la atención a algunos fugitivos de Jerusalén que acudirían aquí, lo que a vosotros y también a Mí nos resultaría poco agradable. Por eso, ¡no provoquemos lo que no nos hace falta! Pues mañana esto ya será otra cosa».
3. A eso Marta desistió de su celo, y comimos y bebimos. Cuando más tarde ya nos habíamos confortado referente el cuerpo, entraron algunos empleados de Lázaro en nuestra sala y nos dijeron que más allá de las murallas que circundaban el pueblo de Betania se vagabundeaba un gran número de personas que comentaban que en Jerusalén a causa del eclipse lunar haya surgido un gran tumulto, de modo que los romanos finalmente se vieron obligados a echar manos a las armas para evitar graves consecuencias.
4. Muchos de los peregrinos se habían huido; pero los que se habían dirigido hacia el aposento de Lázaro procuraban entrar - lo que les resultó imposible, porque al ponerse el sol habíamos trancado todas las entradas. Entre estos peregrinos algunos se preguntaban si, acaso, el Profeta de Galilea se encontraba allí. A eso otros conjeturaban: “Oh, ¡Este es muy espabilado, y seguro que ya por la mañana se había olido el postre, y se habrá largado a tiempo!”.
5. Dijeron estos empleados de Lázaro: «Amo de la casa, ¿qué debemos hacer con esta gente? ¿Permitimos que entre?».
6. Dije Yo en vez de Lázaro: «¡Dejadlos allí afuera porque ya no serán más perseguidos! ¡Mañana todo este asunto se resolverá por sí mismo y la fiesta continuará sin más contrariedades!».
7. Acto seguido estos empleados volvieron a salir para estar de guardia con los demás, para que nadie pudiera brincar la valla y entrar en el gran patio.
8. En seguida recordé a todos a lo que Yo en aquella colina les había predicho acerca del efecto del eclipse en Jerusalén, y todos se admiraron cómo Yo podía saber tan exactamente las consecuencias que este fenómeno iba a causar a pesar de que Yo no había estado presente en Jerusalén.
9. Pero Yo les dije: «¿Cómo es posible que esto os parezca tan milagroso? Pues cualquier persona inteligente y sabia podría habéroslo predicho igual que Yo, si por mucha experiencia sabía perfectamente cómo los codiciosos fariseos actúan en tales ocasiones, y cómo siempre saben aprovecharse de toda clase de fenómenos naturales. Determinar algo así, para un pensador maduro es nada de fuera de serie. Pero sin cálculo determinar el momento preciso de un evento,
¡esto ya es bastante más significativo! Pues los esenios mediante sus cálculos ya consiguen determinarlo bastante correctamente - y también siempre aprovechaban de su arte aritmético oculto.
10. Pero los sucesores posteriores serán capaces de determinar tales acontecimientos con mucha más precisión, y eso sin ser nada de omniscientes, por lo que esto no es de tanta importancia como os parece.
11. ¡Lo que importa mucho es examinar los pensamientos de un ser humano en su corazón! Aquel que sabe hacer esto, él es omnisciente como Dios, y ve y siente todo. Los que vivirán conforme a mi Doctrina -con lo que lograrán el Renacimiento del Espíritu en su alma- ellos también lograrán esto; pero los que no consiguen esto, nunca serán capaces de poder realizar algo realmente espiritual.
12. El cuerpo del ser humano eternamente nunca sabrá lo que se esconde en él porque no tiene ojo alguno que pudiera ver lo que se encuentra en su interior. Pues únicamente el espíritu que se halla en el ser humano ve y sabe todo que se halla en este. Por eso, ¡que cada uno anhele el verdadero renacimiento del espíritu, porque sin este nadie puede entrar en el Reino de Dios!
13. Pero antes de que Yo haya ascendido, nadie será capaz de alcanzar el completo renacimiento del espíritu en su alma; sino sí, después a mi Ascensión, todo aquel que cree en Mí y vive dentro de mi Doctrina podrá hacerlo».
14. Dijeron los apóstoles: «Señor, ¿cuándo y cómo sucederá esto?».
15. Respondí Yo: «¡Esto pronto lo experimentaréis, pues lo veréis con vuestros ojos! No hace falta que antes del tiempo sepáis más. Pero conviene que estéis conscientes de que antes aún tendremos que cumplir con muchas cosas, y que Yo mismo antes aún tendré que padecer mucho, a fin de que a todo juicio en que se encuentran todos los seres humanos esté quitado el aguijón de la muerte.
16. Pero ahora vamos a descansar para que mañana podamos volver a poner manos a nuestra tarea; porque un hombre soñoliento nunca se presta bien para un trabajo del espíritu». -A eso nos fuimos a descansar y dormimos profundamente hasta la salida del sol.
. Al despertarnos -y eso una hora más tarde que de costumbre- el desayuno ya estaba sobre la mesa. De modo que en seguida nos sentamos a la mesa y con buenos ánimos disfrutamos del desayuno bien preparado. Después de terminarlo, los discípulos me preguntaron qué íbamos a emprender aquel día, y Yo les respondí:
2. «Para Mí haré un día feriado, de modo que no pienso a emprender mucha cosa. Pero vosotros podéis subir a la fiesta para ver lo que pasa allí y para fijaros de lo que se habla. Y cuando al mediodía volváis, podréis contarme lo que la gente habla de Mí; pues hoy Yo sólo quiero estar en la fiesta con mi Visión y mi Oído espirituales porque hoy allí sólo celebran una fiesta meramente pagana. Pero los que quieran quedarse aquí, ¡que se queden sin perder pensamientos en aquella fiesta tan absurda!».
A eso algunos de los discípulos se levantaron y, de paso moderado, se dirigieron a la fiesta en Jerusalén. Pero Pedro, Juan, Jacob, Andrés, Simón y Mateo se quedaron Conmigo, como también los greco-judíos que tenían pocas ganas de ser reconocidos de alguien en la ciudad a pesar de su vestimenta griega.
4. Cuando los otros discípulos llegaron a la fiesta, pronto eran reconocidos por algunos judíos que los rodearon y preguntaron intrépidamente: «¿No sois vosotros galileos y adeptos del carpintero de Nazaret? ¿Dónde está él? ¡Porque queremos ir a hablarle personalmente!».
5. Como los discípulos no respondieron a estas preguntas, los judíos se hicieron impertinentes e insistieron.
6. Irritado, Natanael replicó: «¿Por qué preguntáis? ¡Id a buscarle vosotros mismos! Nosotros somos peregrinos como vosotros, y no tenéis derecho de importunarnos con lo que fuera. Pero si continuáis vuestra mala chufa con nosotros, ¡entonces mediante los romanos ya sabremos apartaros de nosotros!».
7. Con esto los judíos refunfuñaron y se apartaron; y los discípulos pasearon por los atrios del Templo.
8. Por acá y allá se hablaba mucho de Mí; y muchos judíos que tenían fe en Mí me buscaron y preguntaron a otros si sabían mi paradero. Pero nadie les sabía responder adonde Yo me había dirigido.
9. Algunos conjeturaron: «Ayer dijo bien la verdad cuando afirmó: “¡Vosotros me buscaréis, y aun así no me encontraréis; y donde estaré Yo, allí vosotros no podréis llegar!”».
10. Había varios que afirmaron que Yo soy un mero impostor y mago de rutina. Otros dijeron que evidentemente soy un profeta - por haber realizado milagros que nunca antes un mago había podido realizar. Otros estaban convencidos que Yo simplemente soy un hombre muy piadoso, mientras sus oponentes alegaron que Yo soy poseído por un poderoso espíritu de las tinieblas, el que a través de Mí realizaba sus milagros y mediante estos seducía a los seres humanos. Pero nadie de todos estos creía y afirmó que Yo soy Cristo...
11. Como a los discípulos la fiesta parecía muy aburrida, pronto volvieron a Betania donde con pelos y señales relataron todo que había pasado en la fiesta. A eso Lázaro, los demás discípulos y los greco-judíos se escandalizaron que el pueblo pudiera ser tan testarudo.
12. Entonces Lázaro dijo: «Vaya. ¡lo que ahí me resulta lo más incomprensible es que precisamente este pueblo es tan horriblemente testarudo! Con las muchas pruebas y enseñanzas que ya han sido realizadas, ¡y todo en vano, lo que es el colmo! Un hombre como Tú, Señor, que a los seres humanos continuamente les haces el mayor bien y que según yo sé jamás has cobrado una sola moneda. por el contrario, llevaste a muchos pobres a una suma felicidad, y a cada uno que te había dado un favor, Tú se lo recompensaste mil veces. ¡¿Y en este pueblo de raza infernal más ciega, tal Hombre está considerado un estafador?! - Oh Señor, ¡préstame por algunos momentos tu Omnipotencia, y dentro de un momento este lugar será limpiado de su antigua inmundicia!... Vaya humanidad desgraciada. ¡pues esta ya no necesita cincuenta años para madurar para el juicio más severo, porque ahora ya está más que madura para este juicio -ahora ya!».
13. Dije Yo: «Querido hermano, ¡no te alteres por eso y considera que Yo mismo sé más que nadie por qué a esta gente está permitido un comportamiento tan estúpido! No seremos nosotros sus jueces, sino sí la Palabra bien comprensible que muchas veces les dirigí sin éxito. Pero es muy bien que ahora también vosotros os hayáis enterado cómo la mayoría de este pueblo ahora juzga sobre Mí. Mañana, el día mayor de las fiestas, de nuevo doctrinaré en el Templo y les demostraré claramente de qué índole son y con qué consecuencias deben contar. -¡Pero de momento dejemos esto y ocupémonos con algo mejor!».
14. Dijo Lázaro: «Si, Señor, ¡esto será mejor! ¿Pero qué podremos emprender ahora mismo, dado que aún falta una hora para el almuerzo?».
15. Respondí Yo: «Oh, ¡no te preocupes por esto porque Yo ya lo determinaré y lo arreglaré!».
LOS ASTROS CÓSMICOS COMO ESCUELAS PARA ESPÍRITUS
. (El Señor): «Cuando Noé conforme el consejo de Dios se puso a construir el arca, los vecinos materialistas le ridiculizaron: “¡Fijaos en este viejo soñador! ¡Aquí en altas montañas y lejos de cualquier mar, él construye un arca, suponiendo que Dios va a mandar tamaña marea que inundará estas alturas, pues piensa que con los suyos se refugiará en el arca salvando así su vida!”.
2. Tales palabrerías -y aún peores que estas- Noé las tenía que oír; e incluso su propio hermano Mahal se mofó de él, y con sus hijas se mudó a la ciudad de Hanoc, en las planicies. Pero los vecinos de Noé querían cansarle en su afán de obrar, muchas veces destruyendo durante la noche lo que él había construido durante el día. A eso Noé pidió a Dios que le liberase de esta plaga; he aquí, que Dios le mando una gran cantidad de perros mordedores, de modo que a todos que en la noche se atrevían a acercar a la obra, los perros los despedazaron. Con lo que Noé tenía todo el tiempo necesario para terminar la construcción del arca.
3. Para la protección de tus edificaciones tú contrataste soldados romanos, lo que te ha costado mucho dinero. ¡Pero Yo también puedo proporcionarte vigías bien diferentes que te costarán muy poco y que, además, no se dejarán sobornar de nadie! Estos descubrirán tus enemigos instintivamente, y con un aullido tremendo los expulsarán para más allá de los límites de tus propiedades; pero igualmente reconocerán a los verdaderos amigos de tu casa, pues les permitirán la entrada en toda paz».
4. Exclamó Lázaro: «Oh Señor, ¡dame oportunamente tales vigías, seguro que conmigo nada les faltará!».
5. Dije Yo: «Pues bien, ¡vamos a salir un poco al aire libre, y en seguida las vigías ya se presentarán!».
6. De modo que salimos al patio delantero y, con un gran ladrido, de pronto siete perros enormes acudieron a nosotros. Primero nos saludaron con un gran ladrido y luego nos rodearon acariciando nuestros pies. Tenían el tamaño de un becerro de dos años de edad, una dentadura colosal y un pellejo hirsuto.
7. Muy contento con esta adquisición, Lázaro me preguntó cómo debía acomodar a estos animales. A eso, simplemente por el Poder de mi Voluntad, dentro de un momento Yo le proporcioné tal perrera en el lugar más apropiado, con lo que Lázaro se quedó boquiabierto a causa de su gran admiración. Pero los apóstoles le explicaron todo detalladamente y le dijeron que en otras ocasiones para otros seres humanos Yo incluso había construido grandes viviendas completas.
8. Dijo Lázaro: «¡Todo esto y mucho más realiza el Señor, pero aun así ahí arriba en el Templo el pueblo miserable no cree en Él! Además, ¡alega que Él es un traidor! Ay. ¡¿qué se ha propuesto la malicia de los seres humanos y cuándo acabará con esto?!».
9. Pero Yo le respondí: «¡No te incomodes por eso, porque el tiempo es eterno y el espacio es infinito, de modo que podrá acontecer mucha cosa, y cada acontecimiento puede encontrar su lugar. En esta noche durante el eclipse lunar has visto incontables estrellas, y aun así era ni siquiera una diezmilésima parte de las estrellas que -dentro de la margen de la visibilidad-brillaban ante nuestros ojos. Pero Yo te digo que todas estas estrellas para nosotros todavía visibles no forman ni la más mínima parte de la infinitud de aquellos astros que nunca fueron vistos - ni siquiera por un habitante de Birmania de la Alta India, a pesar de que algunos cuantos de estos tienen ojos con una capacidad visual tan aguda que con bastante claridad reconocen las montañas y los cráteres de la Luna. Y ve, los infinitamente muchos mundos cósmicos son institutos de enseñanza para toda clase de espíritus, con lo que se ve bien confirmado lo que consta en la Escritura: “Los Designios de Dios son impenetrables y sus Caminos son insondables”. Por eso, ¡no te preocupes por todo aquello que aparentemente sucede de manera insensata! Dios sabe de todo; y Él conoce a los espíritus y los caminos por los cuales Él les permite que persigan su objetivo».
1. (El Señor): «Cada uno que por mi Boca conoce los caminos de la Luz y de la Vida, ¡que sobre todo trate de preocuparse por sí mismo en el sentido de quedar puro delante de Dios, pues que no juzgue a su prójimo! El que actúa así hará todo, y con su ejemplo dará al hermano la enseñanza mejor más eficaz.
2. Cuando tu hermano ve tu acción buena y noble, pronto él se dirigirá a ti y te preguntará: “¿Qué motivo tienes para actuar así?”. Y tú, fielmente, le darás la razón verdadera y precisa, pues dirás: “Tú, ¡haz lo mismo, y vivirás!”. Y ves, ¡él se pondrá a hacer lo que en ti ha observado como acción! Pero si te diriges a él y le echas sus defectos en cara y sólo después le explicas cómo debe actuar en lo sucesivo, en seguida él se enojará y te preguntará: “¡¿Quién te ha autorizado de presentarte como juez de mí?! Tú, ¡barre delante de tu propia puerta, y yo ya me encargaré de la mía - yo solo!”.
3. Por eso Yo digo a todos: ¡Haced que las buenas acciones antecedan a la enseñanza, y así los seres humanos reconocerán lo más fácilmente que vosotros realmente sois discípulos míos!
Y ¡haced el bien incluso a los enemigos, pues juntaréis brasas ardientes en sus cabezas!
4. ¡Tomad todos ejemplo de Mí! Porque Yo mismo soy humilde y manso de todo corazón, pues no juzgo ni condeno a nadie. Pero venid a Mí todos los que estáis afligidos y oprimidos y Yo os aliviaré (Mt 11, 28-30).
5. Tal como Yo mismo soy ante todos los seres humanos, así también vosotros deberíais ser. ¿O acaso vosotros, mis apóstoles antiguos, podríais afirmar que Yo me haya comportado de manera cruel y áspero con las personas que, sin culpa propia, fueron traídas delante de Mí, acusadas de ser completamente pervertidas?
6. Solamente llegaron a probar la agudeza de mi Ira justa de manera terrenal aquellos pocos que con la voluntad más malvada del mundo entero intentaron acabar conmigo y con vosotros antes del tiempo determinado por lo Alto. También en este punto Yo os di un ejemplo conforme el cual podréis actuar en casos parecidos, pues no os faltará Poder para tanto. Pero antes de aplicar el rigor debéis intentar todas las maneras clementes. El rigor sólo debe ser empleado cuando se os enfrenta la maldad intencionada de los hombres, os persigue, y rechaza cualquier palabra de conciliación de vuestra parte.
7. A aquel que por la causa de mi Nombre os perseguirá porque por parte de los sumo-sacerdotes y sus colegas iba a recibir un pago, ¡a él reprendedle seriamente! Si él hace caso a vuestra advertencia, ¡entonces dejadle que se vaya en paz! Pero si incluso a un tercer aviso no os hace caso, ¡levantad amenazas serias! Y si incluso a estas no hace caso, ¡entonces poned la amenaza en funcionamiento - como ejemplo de aviso para todos aquellos que por un lucro material intentan a perseguiros! Pero solamente en este caso único tenéis el derecho de aplicar el rigor».
8. Dijo Pedro: «Señor, ¿qué deberíamos hacer si alguien se esforzara mucho para seducirnos con mentiras y palabras lisonjeras? Seguro que en seguida descubriríamos tal intriga; pero si él, a pesar de nuestros consejos, continuara seduciéndonos, ¿a qué deberíamos atenernos con él?».
9. Dije Yo: «¡¿Es posible que aún no seáis capaces de meditar para establecer una conclusión que ahí no depende del medio, sino sí, del objetivo a lograr mediante el medio que el hombre quiere conseguir actuando de esta manera con alguien?! Da lo mismo si alguien intenta alcanzar su propósito a través de armas y ataduras, o por medio de mentirosas palabras engañosas. Si este hombre no hace caso a vuestra advertencia repetida, y si tampoco da oídos a la amenaza, ¡que esta entre en función en él! - Yo diría que ahora ya deberíais haber comprendido cómo y cuándo hay que aplicar el rigor en el pleno sentido de la palabra.
10. Pero ahí aún hay un punto más a considerar: En cuanto llegue la hora para cada uno -así como en breve también la Mía- entonces el propio rigor ya no cuenta; sino ahí llega a ser menester el Rigor de Dios - caso que en el espíritu se pretenda llegar a Dios».
. A eso observó uno de los greco-judíos: «Señor, ¿por qué el ser humano de por sí pobre y mortal sólo puede llegar a Dios por medio de toda clase de dolores y sufrimientos? ¿No podría esto también suceder dentro de una vida saludable y exenta de tribulaciones - una vida conforme a la Voluntad de Dios reconocida?».
2. Dije Yo: «Esto depende sobre todo del hombre mismo. Incluso la mayoría de enfermedades corporales son consecuencias de toda clase de pecados, practicados desde la juventud hasta la vejez, con lo que han llegado a ser una costumbre. Hay enfermedades heredadas de los padres y antepasados, pegados a los hijos y nietos, porque los padres y antepasados ya habían pecado. Siendo así, no se puede echar la culpa a Dios si los seres humanos ellos mismos se preparan tales sufrimientos. Se me podría decir y objetar: “Si el ser humano ya por parte de Dios estaba instruido cómo debe actuar para vivir en el mundo dentro del justo orden y persistir en él, pero el hombre no hizo caso, entonces evidentemente él mismo tiene la culpa de haber incurrido en toda clase de sufrimientos. Pero si el hombre tenía que aprender todo de la misma naturaleza y por propias experiencias más adversas, entonces él no tiene culpa de sus sufrimientos, ¡con lo que es la criatura más digna de lástima de toda la Tierra!”.
3. Ahí incluso Yo mismo digo que si así fuese, el hombre verdaderamente sería digno de lástima. Pero que no es así, esto se ve aprobado en la creación de la primera pareja de seres humanos en el Paraíso, pues durante más de cien años esta pareja fue ininterrumpidamente enseñada por Dios en todo lo imaginable. Y para esto, en aquella primera época de la humanidad de la Tierra, Dios inspiró continuamente a videntes y profetas, encargados de enseñar a la humanidad -la que se ha vuelto cada vez más mundana- y revelar a los hombres la Voluntad de Dios.
4. Ante tales circunstancias nadie podía pretender no haber obtenido la información de qué manera debía vivir conforme a la Voluntad de Dios. Pero demasiado pronto los hombres construyeron su ámbito mundano con cada vez más pasión, pues edificaron ciudades y obras cada vez más monumentales, enamorándose de estas de una manera que por tanto amor en su mundo se olvidaron de Dios y finalmente Le negaron. Aunque de vez en cuando se presentaba un vidente inspirado por Dios, esta gente simplemente se reía de él y nadie hizo caso al sentido de sus palabras.
5. Consta que tales personas sólo podían enriquecer su sensatez a través de mucha clase de experiencias penosas, determinando así ellas mismas laboriosamente una regla de vida. Estas reglas de vida -como por ejemplo ahora aquellas entre los muchos paganos- en su mayor parte ya eran pecados contra el Orden de Dios, con lo que a causa de estos entre los seres humanos inevitablemente ya tenían que ser usuales muchas clases de enfermedades físicas y psíquicas.
6. Si Dios quiere mantener un alma de tal índole para la Vida Eterna, entonces Él debe ayudarla para esto mediante toda clase de males físicos, y eso haciendo que tal alma demasiado apegada al mundo precisamente a causa de sufrimientos y dolores se desprenda cada vez más del mundo, porque sin estos sufrimientos tal alma sería atraída y tragada por la materia, lo que resultaría en su muerte y condenación... Pues ved, ¡es por eso que ahora en la Tierra los seres humanos padecen tanto!
7. Pero también nosotros tendremos que sufrir mucho por la propia culpa de los hombres pervertidos; sólo que nuestros sufrimientos no nos caerán como si fueran consecuencia de la falta del conocimiento del Orden de Vida puramente divino, y como si nosotros actuáramos de manera contraria a este Orden. sino precisamente nuestro padecimiento despertará a los ignorantes porque estos empezarán a ver; pues verán en nosotros lo poco que nos importa la vida en este mundo, ¡sino verán el gran valor que debe tener la vida del alma para que por amor a esta vida del alma se rechaza todas ventajas materiales! Y ved, ¡sólo en esto consistirá la propia Salvación de los seres humanos - de la muerte a la Vida! - ¡Pero ahora basta ya de todo esto! Y como el almuerzo ya está preparado, ¡volvamos a entrar en la casa para consumirlo!».
8. Pero los greco-judíos no querían consentir en que también ellos, como posteriores divulgadores de mi Verbo, aun tendrían que sufrir e incluso arriesgar su vida.
9. A eso Yo les repetí el refrán ya conocido: «¡Desde ahora en adelante será así que cada uno que ama su vida la perderá; pero aquel que la desprecia y la rehúye, él la conservará para siempre!».
10. Dijeron los greco-judíos: «¿Pero qué es eso, y quién puede comprender algo como eso?».
11. Dije Yo: «Se trata de lo siguiente: ¡¿Para qué serviría al hombre si con esta vida material ganara el mundo entero, pero si su alma sufriera daño?! ¿Qué, entonces, podría dar tal hombre para salvar su alma? Es por eso que el hombre debe servirse de esta vida material únicamente para que mediante esta lograra la Vida eterna del alma. Si el hombre no se sirve de su vida física sobre todo para esto, entonces él mismo tiene la culpa si se juega la vida de su alma o al menos la enflaquece, hasta que el alma después necesitará un tiempo enorme en el Más Allá para volver a concentrarse . para que finalmente pueda pasar a una consciencia algo más lúcida... para una Vida espiritual mejor. Pues mientras un alma con cierto amor todavía esté apegada a la vida física y sus ventajas, no podrá renacer completamente en el Espíritu; pero un alma que en su espíritu no esté renacida completamente, tampoco podrá ingresar en el verdadero Reino de Dios, porque allá no puede subsistir ni un solo átomo de algo material. -Ahora sabéis bastante, ¡pues volvamos a entrar en la casa!».
12. En seguida almorzamos, y hubo pocos comentarios.
LA DOCTRINA SIN EJEMPLO DE NADA VALE. LA FE SIN OBRAS ESTÁ MUERTA
. Después del almuerzo se levantó un anciano de los greco-judíos y me dijo: «Señor, cuando almorzamos, medité mucho acerca de que no se debe amar la vida física, sino que se debe despreciar y rehuirla para así ganar y mantener la vida del alma. Todo esto ya me ha quedado relativamente claro; pero aun así ahí hay algo que aún no me convence. Pues hay personas enemigas de su propia vida que, si por cualquier motivo se hartasen de ella, practicarían el suicidio. ¿No deberían estas personas ante todo ganar la vida del alma? - ¿Qué dices Tú?».
2. Dije Yo: «¡¿Acaso Dios les dio la vida del cuerpo para que la destruyeran?! Pues la vida del cuerpo físico es el medio que Dios ha dado al ser humano para que mediante esta pueda y deba lograr la vida del alma para toda la eternidad. Pero si el hombre de antemano aniquila el medio, ¡¿cómo va a conservar o más bien conquistar la vida del alma?! Si un tejedor de antemano destruye su telar, ¡¿cómo va a tejer en él su teja de lino?! Te afirmo: ¡Los suicidas -a no ser que sean dementes- difícilmente o más bien nunca estarán en posesión del Reino de la Vida Eterna! Pues una vez que alguien fuera semejante enemigo de su vida, es porque en él no se halla amor para la vida; pero una vida sin amor no es vida sino es muerte. - ¿Sabes ahora a qué atenerte?».
3. Respondió el greco-judío: «¡Pues sí, Señor y Maestro, ahora lo tengo claro; y será para mí un punto principal de tu Doctrina que conviene a ser predicado a los seres humanos con diligencia!».
4. Dije Yo: «¡Muy bien! Pero antes de adoctrinar a quien sea, el predicador él mismo debe hallarse enteramente dentro del Orden; porque de lo contrario su enseñanza sería huera, con lo que también el aprendiz quedaría huero. Pero si alguien practica con empeño lo que enseña, entonces también sus alumnos procurarán con todo celo llegar a la perfección del profesor. Pero si los alumnos de vez en cuando descubren lagunas o defectos en su maestro, pronto perderán su entusiasmo y finalmente dirán: “El maestro mismo es un chapucero. ¡¿Qué, entonces, será de nosotros?!”. - Pues Yo os digo: Dentro de poco a semejante maestro los alumnos le tornarán las espaldas, porque la chapucería siempre es ámbito del simple peón, pues nunca de la esfera de la artesanía y mucho menos aun de la esfera de la sabiduría. Es por eso que antes de todo vosotros mismos debéis ser perfectos en todo, es decir, en la Doctrina y después en su aplicación, porque de lo contrario no seríais capaces de llegar a ser verdaderos divulgadores de mi Evangelio.
5. (Un ejemplo) Supongamos que por alguna parte todavía existiera una antigua escuela de héroes donde preparan hombres fuertes y valientes para llegar a ser héroes de bravura. El profesor les recomienda sobre todo el menosprecio de la muerte, afirmando que un cobarde que teme la muerte nunca podrá llegar a ser un verdadero héroe. Pero cuando se trata de una prueba real en que el maestro instructor debe demostrar a los aprendices del heroísmo cómo a sangre fría deben enfrentarse a la muerte - pero él empieza a vacilar, y finalmente él mismo se huye. ¿Acaso esto podría insuflar en sus alumnos el coraje? ¡Por cierto que no! Porque estos pensarán: “¡Vaya gracia!, este sólo quiere sugestionarnos el desprecio de la muerte mediante palabras seleccionadas, ¡pero en realidad él mismo tiene cien veces más miedo de la muerte que el más tímido entre nosotros! ¡Para este convendría más bien instituir una escuela para cobardes en vez de para héroes!”.
6. Pero algo muy distinto conseguirá un maestro instructor que en la presencia de los alumnos se pone a la lucha contra un león y le vence por su fuerza y agilidad. A eso sus alumnos le admirarán y alimentarán cada vez más el ansia para sostener lo antes posible una lucha parecida. Así se confirma para siempre el dicho que únicamente el espíritu de la acción anima; pero la letra muerta de la palabra mata... Porque todo que en sí está muerto no puede vivificar de por sí, sino únicamente el espíritu que se manifiesta por la acción animada es el que anima todo.
7. Yo os digo que no entrarán en el Reino de Dios los que me llamarán: “¡Señor, Señor!”, sino únicamente aquellos que actuarán conforme la Voluntad de mi Padre en el Cielo, reconocida por ellos. No basta si alguien cree que Yo soy Cristo, el Ungido de Dios, sino él también debe llevar a la práctica lo que Yo enseñé. Porque de lo contrario toda su fe le sirve para nada. Pues sin las acciones la fe más fuerte es muerta y no da la vida eterna al alma. -¡Recordad esto, actuad de acuerdo y viviréis!».
8. Después de esta enseñanza nadie hizo más preguntas, porque todos tenían mucho que meditar y conversar.
. A eso Yo salí al aire libre, acompañado de Lázaro y sus dos hermanas. Cuando estábamos en el gran patio, los grandes perros empezaron a husmear que se estaban acercando personas extrañas al pueblo de Betania, por lo que con un gran ladrido corrieron hacia las puertas de la salida del patio. Lázaro me preguntó qué significaba esto.
2. Y Yo le dije: «Se trata de algunos judíos y fariseos ancianos que hoy no estaban ocupados y que vienen bajo el pretexto de visitarte; ocasión en que quieren instigarte contra Mí. Pero en realidad esto sólo lo han emprendido para tratar de descubrir si Yo me encuentro todavía contigo, o adonde me haya dirigido después de haberte visitado. Y ves, estos perros se han fijado perfectamente que no se trata de amigos de ti o de Mí, por lo que se tiran contra la entrada para obligar a aquellos judíos y fariseos que se retirasen inmediatamente. Pues cuando estos hombres sólo desde lejos van a divisar estos animales, en seguida se echarán a la vuelta, pues se esfumarán aprovechando de toda agilidad de sus pies. Luego también los perros volverán tranquilos al patio de la casa de Lázaro».
3. De modo que nosotros también nos fuimos en la dirección en que los perros se habían ido por delante. Cuando apenas habíamos llegado a la puerta, ya divisamos un grupo de hombres vestidos de negro; y en seguida los perros se dirigieron corriendo hacia estos intrusos, brincando de toda prisa, y con un ladrido que daba miedo. Pero cuando estos vieron los perros, se largaron con la rapidez de la flecha.
4. Cuando estos intrusos ya no se sintieron perseguidos empezaron a ir más despacio. En este plan se pusieron de morro con la actitud de Lázaro porque este ya hizo que le vigilasen por bestias tan feroces, a fin de liberarse de visitas por parte de los hombres del Templo; pues dijeron: “A Lázaro convendría no llevar al extremo la paciencia del Templo, ¡porque de lo contrario aún lo pasará muy mal! Además, ¿de dónde habrá conseguido estas bestias?”. Estas y otras son las conjeturas que hicieron en el camino a Jerusalén; pero cuando estaban en el Templo nada relataron de todo esto, porque les daba vergüenza el haberse huido de estos perros.
5. Cuando Yo dije esto a Lázaro, él me preguntó qué debía hacer en caso de excesos por parte de los templarios.
6. Y Yo le dije: «¡Nada! Porque si estos quieren emprender algo contra ti, tú tienes la legislación romana a tu favor. De modo que de protección mundana tienes más que suficiente, porque precisamente este pueblo tuyo hace más de cincuenta años se encuentra bajo el poder exclusivo de los romanos. Si no fuese por esto, tus enemigos ya habrían tomado otras medidas. De modo que sólo intentan explorarte como judío, en el favor de ellos, y te hacen muchas amenazas infundadas; pero en la realidad nada pueden emprender contra ti, porque siempre cumples con tus obligaciones, por lo que tampoco pueden acusarte de lo que fuera. He aquí la razón por la que están tan furiosos contigo...
7. Ellos saben perfectamente que tú eres el ciudadano más rico de toda la Judea, pues tus tierras y propiedades en sí ya alcanzan el tamaño de un pequeño estado, todas ellas bajo la jurisdicción romana... Y así ellos no tienen derecho de exigirte impuestos - otro motivo para su odio... Ellos quieren organizar todo de manera que tú te separes de los romanos, para que entonces llegues a ser un mero súbdito del Templo. Como esto a pesar de su gran impertinencia no lo haces, te importunan en todos lugares de tu territorio, pues en secreto instigan tus empleados contra ti y te perjudican ora acá, ora allá. A partir de ahora estarás seguro; por eso, aunque en secreto sientan el peor odio contra ti, ¡no podrán perjudicarte!».
8. Dijo Lázaro: «Señor, ¡te agradezco por este buen esclarecimiento! ¡Ahora siento un gran alivio y, de veras, vuelvo a respirar más francamente! Pero de todos modos, me resulta un asunto poco agradable que yo mismo tenga que echarme a mi propia cara: “Yo soy un hombre que siempre según su leal saber y entender, como también de buena gana ha hecho todo lo posible que -tan sólo bajo una vislumbre de legalidad- se haya exigido de él. un hombre que, además de esto, de espontánea voluntad hizo actos caritativos que nunca se habría podido exigir de él. - Y ahora para colmo, ¡yo recibo el odio de los templarios!”. - Ay, Señor, ¡esto es exagerado!
9. Estos miserables todo quieren para sí solos, y no consideran en absoluto que yo -para evitar al Templo sus gastos obligatorios de la manutención de los necesitados- anualmente abastezco completamente por lo menos mil pobres. Además, cada año deposito un importe considerable en la limosnera del Templo... Los muchos donativos considerables que hice al sanedrín, ¡y todo esto nada les representa! Por colmo, de lo contrario, estos procuran arruinarme. lo que harían incluso en un sábado, ¡si esto les resultara factible! Bueno, Señor, ya me queda claro que estos no pueden hacerme daño; sin embargo, ¡aun así me provoca el detalle que estos miserables tras haberles hecho tanto bien ahora incluso me odian!».
10. Dije Yo: «¡Pero ahora mírame a Mí!: ¡¿Acaso no hice Yo la Tierra, el Sol, la Luna y todas las estrellas?! ¡¿Acaso no me estoy preocupando igualmente para que la Tierra produzca mucha clase de alimento para todos los seres?! ¡¿Y acaso no conservo la Vida de cada ser humano?! Yo determiné este planeta para la formación y educación de mis niños. Y conforme a todas las profecías os conocidas, ahora vine personalmente a esta Tierra, para que Yo mismo en forma humana mediante la Palabra y la Acción me manifieste como Señor de los Cielos y de la Tierra, a fin de demostrar a los seres humanos que son verdaderamente el vivo retrato de Mí. Y, ¿qué hacen estos seudo héroes del Templo? Me odian y me persiguen, como también a cada uno que tenga fe en Mí, porque Yo les demuestro que sus obras son malvadas. Continuamente intentan matarme, y pronto vendrá el tiempo en que Yo mismo les permitiré la realización de esta atrocidad. Y fíjate, ¡en mi Interior siento ni la más mínima rabia contra ellos! ¡Pero también en el Más Allá Yo continuaré siendo eternamente el Señor, con lo que a estos allá no les será perdonado lo que están haciendo aquí!
11. Pero que Yo como mayor Benefactor primario de los seres humanos aun con esto no me enfado, ¡por eso tampoco te enfades tú con ellos, dado que tú en comparación conmigo muy poco hiciste! ¡Mira tan sólo esta piedra aquí delante de nosotros! ¿Quién la puede conserva tal como es - a no ser Yo mismo? Si en este momento Yo la sustrajese mi Voluntad que la mantiene, en el mismo momento ella dejaría de existir como materia, porque recaería en su estado específico espiritual - de modo que en la esfera de mis Ideas primarias. Y lo mismo Yo podría hacer con toda la Tierra, caso que las actitudes de sus habitantes pudiesen enfadarme. Pero como estos no me irritan, ni nunca podrían irritarme, todo continúa existiendo y Yo hago que mi Sol luzca sobre buenos y malos, y sobre justos e injustos. Sólo en el Más Allá se mostrarán las grandes diferencias, pues cada uno llevará en sí su propio juez.
12. Si intentas estar eternamente Conmigo en el Más Allá, entonces también debes ser igual a Mí en el detalle que nunca te enojes con nadie. Pues el que me sigue debe hacerlo íntegramente; porque de lo contrario no será un discípulo perfecto de Mí.
13. Además, te digo que el enojo perjudica la salud física muy precisa; pues produce un gran exceso de bilis que intoxica la sangre, poniendo la vida humana continuamente en riesgo. De modo que también por esto te cuides de demasiado enojo, ¡porque pronto perderías tu vida física! - Acuérdate de esto, ¡y no tendrás que temer enfermedad física alguna!».
EL LIBRE ALBEDRÍO DEL SER HUMANO.
DESTINO DE LAS ALMAS DE LOS ANIMALES
1. Dijo Lázaro: «Sí, Señor, ¡esto ahora lo comprendo perfectamente! Pero aunque yo tenga la mejor intención y la mejor voluntad, si vuelven a presentarse semejantes casos conflictivos no te puedo garantizar que nunca volveré a enfadarme, porque la tendencia de irritarme para mí ya ha llegado a ser una segunda naturaleza, ¡pues ni con la mejor voluntad soporto cualquier injusticia!
2. ¡Cosa más extraña en esta Tierra!: Todo hombre sabe que un día le tocará morir y abandonar todo lo temporal; conoce las Leyes del Orden divino y de la Voluntad divina; es dotado de inteligencia y raciocinio para poder distinguir entre lo falso y lo verdadero, el bien y el mal, la justicia y la injusticia, la noche y el día. Él sabe -por un lado por revelaciones y por otro por experiencia propia- que después de la muerte el alma continúa viva; y eso en la misma figura en que había vivido en la Tierra. Y a pesar de esto sólo ansia los bienes terrenos en sí muertos, vuelve las espaldas a las Leyes divinas, pisa la justicia, el bien y la verdad con los pies, odia todo menos a sí mismo, y comete un pecado mortal tras otro. como la impudicia, el adulterio, el asalto y el asesinato. ¡pero Dios para él no cuenta! ¡Ahí pues nos encontramos ante la cuestión cómo es posible que Dios pueda permitir esto!
3. Si el hombre hace todo esto aprovechando de su libre albedrío, entonces él es más infame que el Satanás y sus diablos, frecuentemente nombrados en las escrituras... Pero si él está incitado por un espíritu malvado invisible que haga toda clase de mal -como le pasó a Saúl, al que un espíritu malvado impidió a hacer el bien, con lo que solamente podía hacer el mal, a pesar de que reconocía perfectamente lo bueno y lo verdadero-, entonces evidentemente el hombre es inocente; de modo que la culpa cae al seductor malvado y, en parte -para hablar sinceramente- también a Aquel que permite que pueda haber tal influencia sobre el pobre ser humano tan débil... Pues fácil es defenderse contra un enemigo manifiesto. pero, ¡¿quién puede protegerse contra un adversario invisible que, como espíritu, sin dificultad puede penetrar en toda la criatura, y poner los grilletes más violentos a su voluntad?! Pues, ¡¿quién va a comprometerse a emprender una lucha decisiva contra el poseído?! - Ves, Señor, ¡ahí se trata de acontecimientos muy extraños que incluso el mejor hombre más juicioso no puede coordinar!
4. Si alguien practica el mal sin cualquier influencia por parte ajena sino por su mera libre voluntad, le considero un pecador abominable que, como tal, merece ser expulsado de todas las comunidades de buena índole. Porque si no se mejora seriamente en todo, según mi criterio tal monstruo eternamente nunca merecerá un tratamiento mejor. ¡¿Pero quién podría condenar una criatura influida por el demonio?! Tal juicio me parecería como si se quisiera castigar a alguien por haber aceptado que le afectase una enfermedad perniciosa. - Señor, ¡dame también en esto una Luz adecuada!».
5. Dije Yo: «Querido hermano, tu criterio en este asunto tiene muchos puntos a su favor; con lo que Yo no puedo decirte: “Mira, ¡ahí estás equivocado!”. Pero aun así el asunto se desarrolla bastante diferentemente, de modo que con tu criterio has edificado sobre arena.
6. En un mundo destinado a educar los seres humanos para hijos perfectos de Dios, estos, aparte del libre albedrío y la inteligencia más lúcida, también deben respetar las Leyes dadas de Dios, las que expresan claramente la Voluntad divina - Leyes que la libre voluntad de los hombres debe aceptar y poner en práctica... ¡¿Cómo sería esto posible si no existiese dentro de ellos la gran tentación igual de poderosa al no-cumplimiento de las Leyes?!
7. Precisamente esta incitación contraria crea para la voluntad del hombre la libertad más perfecta, y también le da la plena fuerza para resistir a esta incitación, sustituyéndola por la Voluntad divina reconocida.
8. Te afirmo que un hombre que en sí no posee la plena capacidad de llegar a ser un diablo auténtico, este tampoco podrá evolucionar como hijo de Dios, completamente a la semejanza de Él.
9. Por ventura, ¿perduraría el espacio infinito, caso que existiese la menor limitación? O, acaso, ¿sería Dios todopoderoso si le resultara imposible crear alguna cosa más ínfima? ¿O es Dios menos Dios porque aparte de las hierbas curadoras también ha creado plantas venenosas muy dañinas. y por haber sembrado las hierbas malas para que pudiesen crecer en abundancia como las plantas nobles?
10. Así como en Dios mismo no puede producirse restricción alguna en lo que fuera -tanto para arriba como para abajo- también en el hombre destinado a llegar a ser un verdadero niño de Dios eternamente nunca debe producirse una limitación -tanto para arriba como para abajo-, porque con la menor restricción el hombre ya no sería hombre, sino apenas un animal un poco más inteligente, cuya voluntad sólo disfruta de una libertad aparente en tanto que esta empuja al animal precisamente a aquella actividad para la cual encuba la facultad instintiva, ¡y más allá de esto eternamente ni un solo pelo más!
11. De un solo tipo de alma animal nunca podrá surgir un alma humana; por lo que se dice que el alma animal muere junto con el animal... Es decir: Después de la muerte de un buey, por ejemplo, su alma deja totalmente de ser alma de buey porque nada más morir el cuerpo animal, y el alma se une con muchas otras almas diferentes que están a la disposición, para producir de esta manera un alma nueva, más perfeccionada que, después de cierto tiempo, se cualifica para alma humana que luego puede ser encarnada en un cuerpo humano. - Ahí se trata de una antigua sabiduría de los patriarcas que aún hoy día está observada en el lejano Oriente.
12. Sería vano continuar conversando en este plan, porque es suficiente si el hombre se reconoce como tal, y si de ahí reconoce que Dios es su Creador, Benefactor y finalmente también su Padre, el único que es verdadero, y al que él como hombre, en el espíritu debe llegar a ser completamente idéntico - lo que puede verdaderamente, si tan sólo lo quiere. ¡Dime ahora, si has comprendido todo!».
13. Respondió Lázaro: «¡Sí, Señor y Maestro de todas eternidades! - Pero veo que ya está oscureciendo. ¿Acaso no sería aconsejable volver a entrar en la casa?».
14. Respondí Yo: «¡Entremos, pues! Pero no digas a los discípulos lo que ahora hemos discutido entre nosotros, porque estos ya tienen bastante conocimiento al respecto. De todos modos ya saben mucho de cosas como estas, con lo que no hace falta volver a comunicárselo de nuevo. - Bueno. Esta noche aún se producirá un pequeño espectáculo; pero como no tiene malas consecuencias, no hace falta que os asustéis cuando sucederá. - Y ahora vamos ya, porque de lo contrario vendrán a buscarnos, dado que tus hermanas ya han preparado la cena».
1. A eso nos pusimos a volver a casa. Y cuando nos faltaban apenas unos treinta pasos, sucedió que por encima de nosotros pasó un enorme meteoro fogoso, viniendo del Norte y dirigiéndose hacia el Sur, y eso con una velocidad tamaña que desde el un punto del horizonte hasta el opuesto necesitaba solamente algunos pocos momentos para correr un trayecto de al menos cuatrocientas horas de camino.
2. Lázaro, un tanto supersticioso, ante semejante fenómeno me dijo con cierta agitación: «Señor, ¡esto es mala señal!».
3. A eso Yo le pregunté: «¿Por qué esto?».
4. Respondió Lázaro: «Una leyenda antigua explica tales fenómenos del siguiente modo: Cuando en cualquier lugar de la Tierra se muere alguien muy granuja, entonces siete de los demonios más malvados agarran su alma y la arrastran por el aire. Por susto, miedo y dolores, el alma deja caer todo que lleva con ella; y ante el hecho que ya pertenece al infierno más tenebroso, todo lo que ella suelta en su miedo, por supuesto, ya es mero fuego. Resulta que tal inmundicia demoníaca e infernal apesta el aire, y donde en parte caiga por tierra, se producirá una desgracia tras otra; y harán falta muchas ofrendas y oraciones para purificar tal lugar de esta desgracia. - De modo que así reza esta leyenda antigua... Yo de ninguna manera la considero como genuino. aun así ahí hay la particularidad que en cierto sentido -para decirlo así- hay cosas que ya de niño se ha absorbido con la leche materna - cosas que no tan fácilmente pueden ser totalmente echadas afuera del hombre. Pues siempre queda apegado a ello una especie de creencia que de vez en cuando a causa de semejantes fenómenos inconcebibles se reaviva, volviendo a llenar al ánimo con temor y miedo. - ¡Dímelo Tú, Señor, qué de verdadero hay en eso!».
5. Dije Yo: «En esta leyenda antigua no hay el menor vestigio de verdad. Pero el fenómeno mismo en sí es algo totalmente real, porque de lo contrario no habría surgido. - Presta atención, ¡que te daré una explicación practica!
6. ¡He aquí una piedra! Si alguien fuese dotado de una fuerza extraordinaria, capaz de lanzarla con una violencia que en un solo momento se alejara a una distancia que corresponde a un camino de cien horas, la fuerte fricción en las capas de aire haría que la piedra en este momento se pondría incandescente como el acero líquido. Pero también el aire al que la piedra cortaría se inflamaría, con lo que detrás de la piedra tirada se formaría una cola aparentemente fogosa, la que en seguida enfriaría y por eso desaparecería, tal como acabas de verlo con este meteoro que pasó encima de nosotros. Pues tal cola no es la inmundicia de un alma que se encuentra en las garras de los demonios, sino sí es aire calentado por la velocidad de la piedra. A fin de que lo comprendas más fácilmente, ahora tomo esta piedra y mediante el Poder de mi Voluntad haré que vuele por el aire en una velocidad enorme. Luego haré que vuelva aquí, ¡y con eso te quitarás del todo tu antigua fe de niños!».
7. Acto seguido Yo levanté la piedra que pesaba unas diez libras, y durante algunos momentos con la velocidad del rayo la hice girar por el aire en círculos extensos; y allí la piedra brillaba aún más que antes el meteoro completamente natural. Y cuando la piedra cayó delante de nosotros, todavía estaba incandescente como el acero fundido, con lo que estaba irradiando un calor casi insoportable. Al echar una leña sobre le piedra, en seguida ardió en llamas. - Pero Lázaro estaba sorprendido.
8. En seguida me dirigí a Lázaro y le dije en toda tranquilidad: «¡Aquí, hermano, tienes tu alma perversa arrastrada por tus siete demonios! Pues verás que dentro de pocas horas la piedra ya se habrá enfriado completamente.
9. ¿Acaso tu interior nunca te dijo que en todos los tiempos el sacerdocio ante los pueblos ciegos siempre ha sabido aprovechar de los fenómenos naturales extraordinarios en su propio beneficio? Cuando había eclipses lunares y solares, cometas, tempestades devastadoras, apariciones luminosas en el aire etc., el sacerdocio en seguida procuraba explicarlos como malas señales por parte de los Cielos, pues pronto ordenaron ofrendas y plegarias. Esto ya se enseñaba a los niños. y cuando se presentó cualquier fenómeno, en seguida el pueblo amedrentado acudió a los sacerdotes que en seguida le ordenaron lo que a ellos mismos convenía. - ¿Percibes la trama?».
10. Respondió Lázaro: «Ahora, por supuesto, la comprendo; pero antes esto me resultó imposible. ¡Vaya gentuza que son estos templarios; pues evidentemente están ungidos con todas clases de ungüentos diabólicos! Ahora, Señor, te agradezco esta explicación porque sólo ahora estoy al tanto en qué debo atenerme referente a estos estafadores del pueblo en negro. Pero de los cometas se diría que evidentemente deben ser precursores de guerra, ¿o no?».
11. Dije Yo: «¡Sí y no! Sí, porque el pueblo da crédito a esto, y los ángeles se sirven de una señal tan cándida para señalar a los hombres desenfrenados que hay un juicio que va a entrar en vigor. Si a eso los hombres establecen su fe y hacen penitencia, entonces a un cometa no seguirá guerra alguna; pero si los hombres no mejoran, la guerra no faltará, dado que esta siempre vuelve como precursor de males mayores que la misma guerra.
12. En realidad los cometas no son otra cosa que tierras futuras, las que poco a poco conforme el Plan divino evolucionan a lo que deben llegar a ser, pues ahí no son precursores de guerra.
13. Ahora vas a decir que Dios también podría crear un mundo instantáneamente. ¡Por supuesto que Él podría hacerlo! ¡Pero entonces no habría Orden en Dios, ni tampoco en una criatura tan espontáneamente surgida! Pues Dios crea un mundo únicamente dentro de su Orden, con lo que lo uno se desarrolla después de lo otro. de modo que de esta manera surgiendo todo sucesivamente, se produce una unión de la multiplicidad de los Pensamientos y de las Ideas divinas.
14. Tal cometa también es un gran juicio venidero para cierta especie de espíritus, los que poco a poco deben consolidarse cada vez más y más íntimamente, hasta que dentro del espacio y tiempo finalmente formen una masa multicolor. Esta formación de la materia visible y concreta la llamamos el envoltorio de las potencias espirituales, lo que de cierto modo en sí es el juicio, del cual -en épocas extensas- los espíritus presos en la materia pueden alcanzar su independencia vital. Como precisamente los cometas son sentencias en progreso, al acercarse estos mucho a una tierra ya terminada desde hace mucho tiempo, también su influencia corresponde. o también los ángeles de Dios se sirven de un cometa para una antigua tierra, despertando sentencias, sobre todo tras la instigación de los hombres entre ellos - esto es, cuando se olvidan de Dios, tomándose a sí mismos por dioses. - De modo que ahora ya sabes a qué debes atenerte con los cometas, y ya podemos continuar el camino. ¿O tienes antes todavía alguna pregunta que hacer?».
15. Respondió Lázaro: «Señor, apenas dos explicaciones más; porque gracias a tu Bondad ya soy consciente de lo que sé. De modo que para completar mi conocimiento aún quisiera saber algo más para que mi comprensión no resulte cosa de fragmentos... Primero aún quisiera saber de Ti, dónde los meteoros naturales tienen su origen, y quién los tira con tamaña violencia por el aire. Y, segundo, quisiera saber de Ti adonde llegan cuando en el cielo poco a poco quedan invisibles».
16. Dije Yo: «En lo que se refiere a los meteoros, estos tienen dos causas. Por un lado pueden ser erupciones del Sol que es un astro un millón de veces mayor que esta Tierra en la que nosotros nos encontramos. Pues resulta que en la superficie del Sol en la misma relación de vez en cuando suceden erupciones mucho mayores y más violentas de lo que hay en esta Tierra32 En estas erupciones siempre se lanza una gran cantidad de distintas masas sueltas al lejano espacio, y eso con una violencia inimaginable para ti. Y de estas siempre hay algunas que llegan a la cercanía de esta Tierra. Tan pronto que estas rocen la región atmosférica de esta Tierra llegan a ser luminosas y visibles como estrellas candentes. Y si penetran demasiado profundamente en la masa más condensada del aire de la Tierra, esto les refrena su velocidad; y por ser cuerpos pesados, la Tierra los atraerá, con lo que de manera totalmente natural caen sobre el suelo de esta Tierra - en campo seco o húmedo, pues la parte húmeda de esta Tierra es mucho mayor que la seca.
17. De modo que aquí se trata de la especie más frecuente de meteoros que se manifiesta en la Tierra... Otra especie de meteoros más rara -como acabamos de ver antes- se produce en la propia Tierra. En las extensas cordilleras de esta Tierra también existen montañas que a través de ciertos órganos enormes están vinculados con lo más interior de la Tierra - órganos, mediante los cuales las montañas continuamente reciben un alimento que, poco a poco, entra en una fermentación cada vez más violenta, lo que llena las cavidades enormes cada vez más - y eso con especies de aire que fácilmente se encienden cuando la presión de los gases comprimidos aumenta demasiado. Tan pronto que el proceso de la inflamación interior de estos gases tuvo lugar, estas especies de gases encendidas destruyen las partes menos sólidas de la montaña. Luego, como masas incandescentes, rompen la misma montaña y arrastran los coágulos sueltos con la violencia correspondiente -como acabamos de ver-, pues los lanzan en cualquier dirección, a veces a varias centenas de horas de distancia... Allá caen para la tierra, sin producir el menor daño para esta.
18. En las proximidades de algún volcán observarías tales fenómenos frecuentemente. Pero, desde las montañas del Cáucaso hasta aquí, sólo llegan meteoros casualmente expulsados a esta dirección. Y para esto también hacía falta que estuviesen expulsados con la fuerza necesaria, de
32. Los volcanes.
modo que en el momento de la explosión ya tendrían que encontrarse en un estado muy incandescente; con lo que superaron más fácilmente el obstáculo que les ponía el aire, pues mediante el vuelo rápido este aire se calentó instantáneamente, con lo que se puso más blando, pues un aire frío es más denso...
19. Ahora Yo te he explicado este asunto de manera completamente natural, comprensible para el sabio intelecto mundano, con lo que puedes ser completamente satisfecho. Pues no puedo darte una orientación completamente espiritual sobre este tema porque no la asimilarías. Cuando Yo esparciré al Espíritu de la Verdad sobre todos vosotros, Él os llevará a la Sabiduría total. - ¡Pero ya es hora de entrar en la casa porque tus dos hermanas ya vienen a nuestro encuentro!».
20. A eso entramos y en seguida nos sentamos a la mesa; de modo que comimos y bebimos con buenas ganas.
21. Algunos de los discípulos indagaron qué habíamos hecho tanto tiempo en el aire libre.
22. A eso Yo respondí: «¡Lo que vosotros no hicisteis!. ¡Lo que precisamente valía más que vuestro altercado sobre la personalidad o no-personalidad vaga del Belcebú! - ¡Pero ahora comed y bebed, para que mañana permanezcáis firmes, porque hará un día muy caluroso!».
23. A eso ya no hubo más preguntas, y cada uno comió y bebió lo que tenía delante de él.
. Después de terminada la cena, los discípulos, uno a uno, comenzaron a ser vencidos por el sueño; por lo que Yo les dije: «¿Pero no sois capaces de privaros tan sólo por algún rato del sueño?».
2. Respondió Pedro: «De veras, ¡yo mismo tampoco sé por qué hoy -y eso precisamente después de la cena- el sueño nos vence, a pesar de que durante todo el día hemos hecho poca cosa, pues hemos más bien descansado!».
3. Respondí Yo: «Por eso continuad activos en mi Nombre, ¡y tendréis mucho menos sueño!».
4. Mientras Yo estaba hablando así, se produjo un fuerte estruendo como si un rayo hubiese caído muy de cerca. Las paredes estremecieron, y la puerta de la sala se abrió e hizo vibraciones muy fuertes." A eso el sueño de los discípulos desapareció de golpe, y todos querían salir afuera para ver lo que debían emprender.
5. Pero Yo los paré y les dije: «¡De momento no es aconsejable salir! Porque cerca de aquí se encuentra una fuente de nafta33, aunque sea profundamente debajo de la superficie. Encima de esta fuente aún hay un gran espacio, firmemente cerrado por todos los lados. En su parte inferior este espacio es casi incandescente, debido a una vena de fuego que se encuentra cerca de él - razón por la que en esta cavidad siempre hay un calor intenso. Este calor causa que se evapore la fuente de nafta que desemboca en esta cavidad, rellenando todo el espacio con vaho de nafta. Cuando la evaporación no sucede con demasiada violencia, entonces el vaho es absorbido por la loza de piedra que forma la cavidad. Pero cuando de vez en cuando las paredes de piedra llegan a ser más calientes, esto también provoca una evaporación más poderosa de la nafta. Como las paredes de piedra ya no pueden absorber semejantes existencias de vaho, sucede que en la gran cavidad el vaho de la nafta llega a una presión cada vez más alta, sobre
33. Líquido volátil combustible, más ligero que el agua.
todo por su roce con las paredes de roca puestos al rojo vivo, con lo que el vaho se frota y pronto se enciende por la alta presión que se produce.
6. Y ved, tal proceso de incendio subterráneo provocado por los elementos de la naturaleza acaba de producirse ahora mismo, lo que tiene su gran ventaja. Porque a causa de la inflamación de este vaho de nafta se ha reventado la corteza terrestre que tiene un tamaño de la altura de unos veinte hombres. con lo que tú, Lázaro, llegaste a ser propietario de un gran pozo de nafta bien caudaloso. La explosión de la gruta fue tan dichosa que fácilmente llegarás al propio pozo de nafta y, con poco esfuerzo, sacarás diariamente unas cien libras de nafta.
7. Tú mismo sabes muy bien lo buscado y apreciado que es el aceite de nafta. con lo que has obtenido una nueva fuente de ingresos, la que con el menor esfuerzo del mundo te producirá muchas miles de libras de oro y de plata. Pues personas tan caritativas como tú, también en la Tierra deben ser lo más ricas posible para llegar a ser verdaderos sustentadores de los pobres y débiles. Mañana te demostraré todo; pero no sería aconsejable llegar aun hoy a las proximidades de aquel lugar, porque el fuerte vaho es perjudicial a la salud; mientras que mañana por la tarde podremos acercarnos sin reparos».
8. Dijo Lázaro: «Señor, ¡esta es otra Obra de tu Omnipotencia! ¡Pues mis antepasados e incluso yo mismo nunca hemos tenido noción de alguna fuente de nafta en estas tierras! Sólo de vez en cuando en temporada de calor, en noches muy calurosas, se ha notado un ligero olor de nafta, siempre suponiendo que vino de Jerusalén cuando el aire soplaba de allí; porque allí se quema nafta en gran cantidad, generalmente procedente de Persia y Arabia, lo que en general es muy caro porque mercaderes lo traen de allí. ¡Pero nunca alguien habría pensado encontrar en mi terreno una fuente tan rara! Señor, ¡yo sólo puedo agradecértelo en el nombre de los pobres seres humanos que ahora aquí encontrarán su buen sustento!».
9. Dije Yo: «¡No te preocupes! Yo sé muy bien que aplicas tus tesoros materiales conforme a la Voluntad de Dios, como también lo hizo tu padre terrenal. Pero como tú y tus hermanas no tenéis descendencia, los hijos del hermano de tu padre se pondrán en posesión de estos bienes tuyos. Por eso, trata de enseñar al heredero que siga a tus pasos, porque si él siguiera sus propios caminos mundanos, entonces los bienes le serían quitados y él tendría que ir a mendigar; pues los bienes serían entregados a los paganos. Por eso, ¡infórmale ya, para que sepa qué debe hacer! - Pero ahora ya ha llegado la hora del reposo; pues vamos a dar algún descanso a los miembros de nuestro cuerpo».
10. Acto seguido todos nos retiramos para un descanso.
1. Por la mañana muy temprano, todos que habían descansado en la casa son despertados por un fuerte ladrido de los siete perros, por lo que Lázaro y sus empleados salieron afuera para ver lo que estaba pasando. Es así que se encontró con un gran número de personas de ambos sexos, que se había presentado delante la entrada principal. Pues allí estaban cercados por los animales de manera que ya no podían dar un solo paso, ni adelante ni atrás... Al ver a Lázaro que les estaba bien conocido y a sus muchos siervos, en seguida gritaron pidiéndole ayuda. A eso Lázaro llamó a los perros y preguntó a la muchedumbre qué deseaba en Betania a una hora tan temprana.
2. Ahí hubo un joven levita que habló en el nombre de todos, pues dijo: «Amigo, esta noche oímos un estallido muy fuerte en tu región; por esto vinimos aquí para saber de ti la causa, a ver si tú sabías decirnos algo sobre lo que ha pasado. ¡Pero cuando llegamos aquí, estas bestias horriblemente furiosas nos recibieron como si en cualquier momento iban a despedazarnos en mil trozos! ¡Pues ahí una sola de estas bestias vigorosas habría bastado para mantener en jaque a cien hombres no armados! ¿Para qué pues siete de estos perros? ¡De esta manera jamás ya alguien se atreverá a aproximarse a tu casa tan hospitalaria!».
3. Respondió Lázaro al levita: «En la gran Naturaleza de Dios frecuentemente acontece algo extraordinario, ¿por qué no iba a producirse alguna vez un gran estruendo? ¡Id a Sicilia, pues allí tales estruendos son muy frecuentes! ¡También nosotros oímos este estruendo tan fuerte y nos asustamos como vosotros; entretanto, no salimos a averiguar donde se había producido este estruendo, porque esto no corre prisa! A vosotros que sois de Jerusalén, ¿qué os importa este fuerte estruendo? Yo soy más bien convencido que es por otra razón que habéis venido aquí a hora tan temprana, ¡pero no por lo del estruendo! Porque os ha atraído alguna mala intención, de lo que mis perros guardianes se han dado perfectamente cuenta, ¡pues es por eso que corrieron tan rabiosamente a vuestro encuentro! - ¡Ahora decidme sinceramente qué, en realidad, habéis venido a buscar aquí!».
4. A eso todos se quedaron perplejos, y uno entre ellos dijo a media voz: «Ahora en el mundo casi ya no se consigue nada, ¡porque otra vez ya estamos descubiertos! Ya no se puede fiarse ni siquiera de las cuatro paredes de su propio salón, y ni siquiera ya se puede fiarse de sus propios pensamientos, ¡porque los hombres ya te leen claramente en la cara lo que has pensado!
5. Como Lázaro había oído estas palabras perfectamente, dijo: «Pues sí, ¡tienes toda razón! Los hombres ya han llegado hasta el punto de poder predecir con bastante certeza lo que pasará contigo en diez años. Por esto os pregunto una vez más en toda bondad, por qué vinisteis aquí tan temprano. El estruendo sólo lo tomasteis por pretexto, porque en realidad -y eso lo digo para ahorraros de presentar cuentas- vinisteis tan temprano porque queríais espiar quién, a lo mejor, estaba alojado en mi casa. ¡Y esto, sobre todo hoy en el día de Feria más importante, a fin de que vosotros los templarios en vuestra rabia encontréis un punto flaco contra mí! Pero como ya hace mucho que he descubierto claramente vuestras intenciones indignas, yo, ahora un ciudadano romano perfecto, puse un cerrojo robusto en mi puerta, que vosotros con vuestro poder imaginado nunca llegaréis a romper. Como judío siempre cumpliré con todas mis obligaciones, ¡pero esto se refiere exclusivamente a aquellas que Moisés ha prescrito! Todas las demás leyes no me importan en absoluto. - ¿Me habéis comprendido?
6. ¡Ahora volved al Templo y, en voz alta, comunicad todo esto a todos vuestros jefes! Y también decid a todos: “¡Ay del templario que se atreviera a visitarme con intenciones bélicas! Yo dejo a cada uno en paz y le doy lo que le corresponde, sin retención. Pero el que exige más de mí es un ladrón y bandido, porque él reclama lo que no pertenece a él sino a su pobre prójimo. Un tipo como éste -aunque fuera un sacerdote que cuenta por cien- es adversario de mí. Por eso, mientras yo viva, él no debe acercarse a mi casa!”. - ¡Comprended esto y tomadlo en cuenta para vuestro propio bien! Y ahora largaos de aquí, ¡porque de lo contrario volveré a soltar mis guardianes!”.
Todos se callaron y, a toda prisa, emprendieron el camino de vuelta.
8. Nada más llegar al Templo, allí en seguida son interrogados sobre lo que habían visto y experimentado.
9. Pero los levitas respondieron: «Ahí, ¡nada ya conseguimos a pesar de toda nuestra perspicacia, porque para nosotros todo se ha acabado! Si vosotros que sois los señores del Templo no queréis creerlo, ¡id personalmente allí y permitid a las bestias que os despedacen y devoren! ¡Estas bestias son preparadas de una manera que huelen los pensamientos más íntimos de las personas! Sólo hace falta que en vosotros llevéis alguna intención enemiga a Lázaro, y estas bestias ya os olisquean desde lejos - ¡con lo que ya estáis perdidos! Pues esto es lo que hemos visto y en parte también experimentado; y si no a causa de nuestro griterío Lázaro mismo hubiera venido a socorrernos con cien siervos, ¡ahora nuestra carne ya se hallaría en las barrigas de estas bestias feroces! De modo que esto es todo lo que hemos visto y experimentado. Por si acaso hay algo que no nos creéis, ¡entonces ved allí y convenceos vosotros mismos!».
10. A eso los templarios ya no dijeron nada, pero íntimamente se hincharon de rabia y dijeron entre sí: «¡Todo esto es obra del galileo despreciable! Si no conseguimos apoderar y desembarazarnos de él, ¡seguro que seducirá a todo el pueblo. y todos nosotros podremos esfumarnos! Si hoy, por si acaso, vuelve a la fiesta, ¡habrá que emprender todo lo posible para deshacernos de él!».
11. Dijo el levita: «¡Desistid de esta avidez! ¿Acaso no está más que la mitad del pueblo a su favor? ¡¿Y acaso conocéis su poder ilimitado?! ¡El ya escruta vuestros pensamientos mucho antes de que vosotros mismos los hayáis proyectado; con lo que también puede acabar con vosotros antes de que vosotros os lo podríais imaginar!».
12. Dijo un jefe templario: «¿Qué nos podría hacer? ¡Porque su poder es del Belcebú!».
13. Dijo el levita: «Pues bien; pero seguro que él también ha mentalizado las bestias de Lázaro mediante el Belcebú. ¡Id allí con toda el arca de alianza y con la vara de Aarón en la mano, y los guardianes feroces ya os manifestarán la hora de Belcebú que ahora ha llegado! Varias veces el Galileo ya estaba aquí en el Templo y doctrinó al pueblo franca y abiertamente.
Y vosotros, con toda vuestra rabia, ¿qué habéis podido emprender contra él? ¡Nada! ¿Y qué pensáis que hoy vais a lograr contra él? Pues él vendrá y adoctrinará ante vosotros, ¡y nada conseguiréis en contra de su pretendido poder de Belcebú!».
14. Dijo un superior templario: «¿Por ventura también vosotros ya sois seducidos por él, como el pueblo que por esto está maldecido?».
15. Respondió el levita: «¡Por cierto que no! Pero tengo suficiente comprensión sana para ver lo que es posible y lo que no. ¡Pues de testigos fieles y fidedignos hemos oído lo mucho que el Galileo sabe realizar! Pero si vosotros insistáis en desafiarle, al final ya se verá infaliblemente quién será el que pierde. ¡tal como en nuestro caso hoy se ha demostrado en Betania, donde teníamos que huir a toda mecha!».
16. Dijo el jefe: «¡Esto aún se demostrará; pues nosotros no le tememos! - ¡Pero ahora id a cumplir con lo que es vuestra tarea!».
17. De esta manera, finalmente, el levita había conseguido que los templarios se quedaran boquiabiertos, con lo que Yo a partir de entonces podía moverme más libremente en el Templo.
1. Cuando Lázaro volvió a entrar en la casa, el desayuno ya estaba en la mesa y nos lo servimos. En seguida él nos quería relatar todo lo que afuera había acontecido al amanecer.
2. Pero Yo le dije: «¡No te preocupes por esto, porque Yo de todos modos sé todo! Pues mientras tú estabas afuera, ya hablé a los discípulos de todo que allí ha acontecido, incluso -por adelantado- de las noticias sobre Betania que aquel levita mandado ahora mismo ha aportado a los señores del Templo - noticias que no tú le has insinuado, sino que le vinieron a propósito, ¡pues fueron muy adecuadas para que Yo hoy pudiera moverme más fácilmente en el Templo! Por eso fue muy conveniente que esto haya acontecido muy de mañana... - Pero ahora vayamos ya a Jerusalén, porque hoy, el tercer y último día de las conmemoraciones, es cuando generalmente habrá la mayor pompa y atracción popular. ¡De modo que volveré a presentarme en el Templo para enseñar al pueblo!».
3. A eso dijo Natanael: «Señor, ¡esto provocará un gran espectáculo tras otro; de modo que sólo podemos desear que allá podamos salir ilesos!».
4. Dije Yo: «Preocupaos de otra cosa, ¡porque saldréis ilesos incluso cuando Yo entre dos malhechores estuviere colgado en la cruz!».
5. Exclamó Lázaro: «¿Qué dices Tú, Señor...? ¡¿Acaso intentarán atarte a la cruz?! ¡Antes de que esto sucediera, yo mandaría a todos mis siervos que incendiasen todo el Templo para que todos aquellos templarios malhechores tengan que reducirse a cenizas!».
6. Dije Yo: «¡No te preocupes por esto, hermano Mío! Porque para que el ser humano pueda llegar a la plena semejanza de Dios, para esto la libertad de su voluntad tiene que ser respetada ilimitadamente, y esto hasta el punto de que él -por andar despistado- puede vilipendiar a Dios, su Creador. Porque, como Yo ya te dije, si el hombre no tiene la facultad correspondiente para llegar a ser un diablo consumado, entonces tampoco tendrá la facultad necesaria para llegar a la perfecta semejanza de Dios.
7. De modo que el hombre tiene una libre voluntad ilimitada, la que en sí reconoce por el conocimiento de las Leyes. ¿Pero qué serían las Leyes, y qué la libre voluntad del hombre, si en él no sintiese la tentación de infringirlos tan pronto que quiera y cuando quiera? Sin tal tentación, el hombre no sería más que un animal que no puede actuar sino conforme a su instinto, o sea, a la ley de coacción puesta en él.
8. Pero al hombre, para su parte espiritual, no está impuesta una ley de coacción, sino únicamente un mandamiento espiritual bajo la expresión “Tú debes”. De este modo el hombre en su querer y pedir es totalmente independiente, pues incluso puede atentar contra mi Cuerpo, que ahora es Portador de mi Espíritu y que -espiritualizado- también seguirá siéndolo.
9. Te digo esto sólo para que no te sorprendas cuando esto suceda a mi Cuerpo - lo que para la mala intención de la gentuza que hace esto será completamente en vano, ¡porque en el tercer día volveré a estar entre vosotros, tan Perfecto como ahora! Pero entonces comenzará el gran juicio para la chusma del Templo... - Como esto ahora sabéis, ¡tened buenos ánimos y acompañadme a Jerusalén!».
10. A eso nos levantamos y todos nos dirigimos al Templo.
1. Al entrar en el Templo, los discípulos se mantuvieron más bien en la retaguardia y se mezclaron entre el pueblo para enterarse de su opinión referente a Mí.
2. Pero Yo, en el centro del Templo, subí a un punto saliente mientras todavía había mucha clase de ceremonias en plena marcha; y en voz alta me dirigí al pueblo con las palabras: «Si alguien tiene sed, ¡que venga a Mí y beba!» (Jn 7,37).
3. Se presentaron algunos judíos y preguntaron: «¿Pero dónde tienes algo que podríamos beber?».
4. Yo les respondí: «¡El que cree en Mí conforme dice la Escritura, de su cuerpo emanarán ríos de agua viva!» (Jn 7,38).
5. A eso los judíos se miraron y conjeturaron entre ellos qué podría significar esto; porque ellos no sabían que Yo sólo hablaba del Espíritu que iban a recibir aquellos que creen en Mí... Como Yo ya había afirmado repetidas veces, el Espíritu Santo no podía manifestarse antes de mi Transfiguración, sino únicamente en Mí mismo (Jn 7,39).
6. Muchos de la muchedumbre que oyeron estas Palabras, dijeron: «De veras, este Galileo habla como un verdadero profeta, ¡de modo que también lo es!» (Jn 7,40).
7. Otros que me conocían por mis Hechos, dijeron: «¡Nada de profeta! ¡Porque Él es Cristo, el Mesías anunciado! ¡Pues ni siquiera Dios podría hacer cosas más deslumbrantes que Él!».
8. Pero algunos preguntaron: «¿Acaso conforme la Escritura el Cristo podría venir de Galilea (Jn 7,41)? ¿Pues no dice la Escritura: “Cristo será descendiente de David y nacerá en Belén donde vivía David (Jn 7,42)”?».
9. Respondieron algunos que estaban bien orientados de mi descendencia: «¡Si esto es lo que esperáis, ¡entonces con este profeta de todos modos ya se cumple todo! Primero, Él es un hijo de José, el carpintero en Nazaret muy conocido, y de María, una hija de Joaquín y Ana, ambos probadamente de la estirpe de David. Segundo, es generalmente conocimiento que Él ha nacido en un pesebre, en Belén, por ocasión del censo ordenado por el emperador Augustus, y ocho días después circuncidado por Simeón, recibiendo el Nombre de Jesús... Siendo así, ¿por qué dudamos todavía en que Él es el Cristo?».
10. De modo que entre el pueblo surgió una especie de dilema en cuanto a lo que soy (Jn 7,43).
11. Pero varios aliados de los fariseos fueron instigados por estos que me prendiesen, porque los fariseos ya no podían soportar que el mismo pueblo distinguido haya empezado a proclamarme como Cristo. De modo que algunos se aproximaron a Mí para capturarme, pero cuanto más estos se acercaron a Mí, tanto más perdieron el coraje de tocarme (Jn 7,44). Después de que los templarios habían mandado algunos aliados sin éxito, luego también ordenaron a sus siervos que me capturasen y me entregasen a ellos; pero también estos se pararon delante de Mí y escucharon cómo Yo explicaba al pueblo los Mandamientos de Dios y los Mandamientos del Amor, y eso de la misma manera como en otras partes ya los había explicado anteriormente - de modo que no hace falta que Yo aquí vuelva a repetirlo. Pues como los siervos vieron la gran muchedumbre que tenía fe en Mí, no se atrevían a tocarme.
12. Cuando en mis enseñanzas hice una pequeña pausa, los siervos volvieron a los fariseos; pero como también estos volvieron con las manos vacías, sin Mí, los fariseos los increparon furiosamente: «¡¿Por qué no le detuvisteis y no le trajisteis a nosotros?! ¿Acaso no reconocéis que él nos fastidia precisamente la cumbre de esta fiesta maravillosa y, además, aparta la plebe de nosotros? ¿Por qué, entonces, no le detuvisteis para entregárnoslo para su castigo merecido?» (Jn 7,45).
13. Respondieron los siervos: «¡Nunca hombre alguno habló tan sabiamente como este Galileo! (Juan 7, 46). ¡Debe ser que realmente es colmado del Espíritu de Dios!».
14. A eso los fariseos les respondieron: «¿Qué es lo que oímos de vosotros? ¿Acaso también vosotros ya fuisteis seducidos por él? (Jn 7,47). ¿Acaso hay algún fariseo o un principal que cree en él? (Jn 7,48). ¡Por cierto que no! ¡Solamente el pueblo ignorante que nada sabe de la Ley cree en él, ¡y por lo tanto es maldito!» (Juan 7,49).
15. Respondieron los siervos: «¡Pues ya os informamos de la situación del pueblo maldecido por vosotros! ¡Y así quedamos! Y si esto no os parece bien, ¡entonces ved allí mismo entre el pueblo y decidle que es maldecido porque cree en el Galileo! Entonces el pueblo ya os dará a entender hasta qué punto es satisfecho con vuestra maldición. Vosotros, además, os habéis propuesto a maldecir a cada uno que tenga una fe algo distinta, ¡y eso sin asegurarse si tal creencia ajena en parte tal vez es mejor que la nuestra! Pero a nosotros que no somos sino siervos simples, esto nos parece injusto; pues mientras Dios no juzgue ni condene a un ser humano, tampoco nosotros los hombres mortales deberíamos anticiparnos a Él, y de esta manera dar a entender al Sumo Sabio que nosotros -que somos unos gusanos terrestres- fuésemos más sabios que el mismo Todopoderoso... ¡Maldecid alguna vez la creencia de los romanos bien abiertamente, y ya os dirán su parecer a vuestro respecto!».
16. Gritaron los fariseos: «¡Largaos de aquí, porque vemos que vosotros también ya estáis seducidos!».
17. Respondieron los siervos: «¡Ya es una pena que vosotros no sepáis enseñar al pueblo y a nosotros de una manera mejor! ¡¿Pues no vais a exigir de nosotros que admirásemos vuestros “milagros” falsos y malos, dado que nosotros mismos en secreto hemos sido las herramientas para su preparación?! ¡Entretanto, precisamente estos “milagros” falsos fueron el único medio de imponer a la plebe respeto ante vosotros, porque vuestras prédicas y enseñanzas antimosaicas no se prestan ni siquiera para la gente más ingenua! ¡Y con la cosa más mínima que pensáis emprender contra nosotros, descubriremos al pueblo lo del fraude con vuestros “milagros” fingidos, y luego ya veréis cómo os lo arreglaréis con el pueblo!
18. A eso los fariseos demostraron un poco más de amabilidad con los siervos, y estos ya se fueron.
. Cuando los siervos se habían ido, los fariseos se dirigieron a Nicodemo -un principal entre los judíos muy sabio, que entonces cuando Yo en compañía de los doce apóstoles por primera vez actuaba públicamente en Jerusalén, me visitó por la noche porque estaba impresionado de mi Doctrina- para pedirle consejo cómo proseguir.
2. Y Nicodemo les respondió (Jn 7,50): «Vosotros os alterasteis mucho por la réplica atrevida de nuestros siervos. ¡Pero por mi parte tengo que reconocer francamente que ellos tenían toda razón! ¡Pues investigad vosotros mismos si hay alguna ley en que figura que se debe condenar una persona antes de interrogarla y de saber si ha cometido algo sancionable o no! (Jn 7,51). A pesar de que yo mismo soy escriba, ¡no conozco tal ley! Entonces, ¿conforme a qué ley queréis condenar a un hombre antes de que le hayáis interrogado?».
3. Dijeron los fariseos: «Consta que entre nosotros tú eres uno de los primeros escribas, lo que nadie te puede negar, por lo que entre los escribas eres un principal. Pero aun así también eres un galileo, con lo que también un amigo de este Galileo. ¡Pero investiga en las Escrituras, pues en estas consta que de Galilea no surge profeta alguno!» (Jn 7,52).
4. Sonriendo, Nicodemo respondió: «Esto es verdad, pero aun así no hace falta que me remitáis a la Escritura, dado que la conozco del Alpha a la Omega, mejor que todos vosotros... Pero yo llamo vuestra atención para algo distinto, pues al protocolo de la circuncisión del año en que fue hecho el primer censo de Cesar Augusto; allí os fijaréis que el Galileo actual no ha nacido en Galilea sino en Belén, la antigua ciudad de David, y que sus padres ambos descienden directamente del linaje de David.
5. De modo que con este Galileo el dicho de la Escritura de vosotros citado no puede ser aplicado en el sentido más mínimo, y esto tanto menos que la ley dice claramente: “Cada judío pertenece al lugar de su nacimiento y su circuncisión; y si ha quedado débil e incapacitado para el trabajo, compete a la comunidad cuidar de él. Un pagano recibe su ciudadanía donde fue circuncidado y registrado para el judaísmo, de modo que debe ser considerado miembro efectivo de tal comunidad”.
6. Ved, amigos, dado que no podemos anular esta ley, y por otro lado está incuestionablemente patentado por el protocolo imperial que este doctrinador del pueblo no es natural galileo, ¡entonces, conforme toda verdad, el pueblo tampoco tiene motivos para no considerar a este hombre por un auténtico profeta!».
7. Dijeron los fariseos: «¡Ahí deberíamos tener suficientemente astucia mundana para quitarnos esos protocolos de encima!».
8. Respondió Nicodemo: «¡Pues sí, y eso referente a los que se hallan en nuestros archivos; pero por desgracia esto no sería posible hacerlo con los protocolos que están archivados en Roma! Porque allí, anualmente, revisan con mucho rigor nuestros protocolos del Templo, y ¡ay de nosotros si encontrasen alguna alteración o falta! ¡Entonces yo, de veras, no quisiera encontrarme en el pellejo de uno de nosotros!».
9. Dijeron los fariseos: «Hum, hum, ¡esto por supuesto es fatal!».
10. Como no sabían nada que objetar, con toda calma los fariseos abandonaron el Templo y la Fiesta, y se dirigieron a sus hogares (Jn 7,53).
11. Mientras en el atrio del Templo tenían lugar estas negociaciones entre los siervos, los fariseos y Nicodemo -las que aquí están relatadas fielmente sin omitir nada de lo sucedido y lo hablado-, Yo adoctriné al pueblo y, sin nada de rodeos, también le demostré comprensiblemente la increíble hipocresía de los templarios y su manera de engañar. Y no había ni uno solo que contrario a Mí hubiera insistido en que Yo haya sido injusto con los fariseos. Pues todo el pueblo me pidió volver al Templo en el día siguiente, del post-sábado, para que Yo lo confortase con palabras sinceras de la Verdad palpable.
12. Y muchos dijeron: «Maestro, te agradecemos por esta Bebida divina; porque desde hace mucho ya estamos sedientos de tal Verdad. ¡y ahora Tú acabas de saciar nuestra gran sed de una manera que eternamente nunca ya vamos a sentir una carencia como hasta ahora! Realmente, ¡Tú eres descendiente de David, y eres el Ungido de Dios prometido!».
13. Yo miré a todos con mucho cariño, y les prometí que también en el día siguiente iba a volver al Templo para darles una Luz aún mayor; por lo que todo el pueblo me agradeció con entusiasmo: «¡Oh ven!, ¡ven e ilumínanos en esta noche del Templo!».
14. A eso Yo salí del Templo, junto con todos los discípulos y Lázaro.
EL SEÑOR EN EL MONTE DE LOS OLIVOS
(Jn 8)
1. Cuando ya nos habíamos salido del Templo y nos encontramos en el aire libre, los discípulos y Lázaro preguntaron: «¿Qué haremos ahora? ¿Vamos a volver a Betania o deberíamos emprender algo distinto en Jerusalén?».
2. Ahí Lázaro me preguntó por mi parecer.
3. Y Yo le dije: «Tú, por ti, puedes hacer lo que quieras; pero Yo, por mi parte, hoy no puedo ir a Betania porque los templarios han enviado espías en el camino a Betania para enterarse si acaso Yo me encuentro contigo. Y si estos se enterrasen, sólo te causarían aún más disgustos. Para evitar esto me he propuesto pasar este día y la noche en el monte de los Olivos, en un albergue bastante pobre».
4. Dijo Lázaro: «Esto es óptimo, porque la mitad del monte e incluso el albergue también me pertenecen a mí. Pues allí lo pasaremos bien. Resulta que hasta hace tres años el albergue estaba bien frecuentado; pero desde mis conflictos con el Templo hay pocas visitas, porque los fariseos declararon que para cada judío una visita de mi albergue en el monte de los Olivos es un pecado... Esto parece motivarse en el hecho de que yo, cuando los templarios con toda astucia intentaron quitarme esta propiedad, también la sometí a la jurisprudencia romana. ¡Consta que con esto les puse un buen cerrojo a la puerta, por lo que se comprende que se enfadaron tanto! Como ahora también esta propiedad está sometida a la jurisprudencia romana, los templarios la declaran como totalmente impura; pues afirman que cada judío que la visitara se impurificaría por lo menos por todo un año. Ahí ves por qué mi albergue en el monte de los Olivos ahora está mucho menos frecuentado que antes, porque sólo romanos y griegos la visitan frecuentemente. Aun así, de todos modos el albergue está bien abastecido de todo, de modo que nada echaremos de menos. ¡Y precisamente desde el albergue se ve un panorama magnífico sobre Jerusalén y vecindades, de modo que estoy convencido que allí arriba todo te gustará!».
5. Dije Yo: «Apreciado hermano, ¡estoy al tanto de todo esto! Por eso me he propuesto de pasar este día y esta noche en el monte de los Olivos; porque allí arriba estaremos a salvo de las visitas molestas de los judíos y los fariseos».
6. Todos estaban bien conformes, de modo que acompañado por los discípulos Yo me fui al monte de los Olivos (Jn 8,1). Lázaro se adelantó para señalar a sus empleados qué debían hacer y preparar. Y en seguida había una gran actividad para preparar un almuerzo verdaderamente festivo.
7. Mientras tanto subimos tranquilamente a nuestro monte de los Olivos - así llamado porque en las zonas donde no había rocas había plantación abundante de olivos. La mayor parte del monte más rico en aceite pertenecía a nuestro Lázaro. La otra parte orientada hacia la ciudad que era más rocosa, pertenecía a un griego que daba poca importancia a esta propiedad; pues dejaba a Lázaro la cosecha del aceite, cobrándole anualmente algunas monedas de plata, con lo que Lázaro también era propietario de la mitad de la parte del monte de los Olivos orientada hacia la ciudad.
8. Este monte no era precisamente muy alto; pero aun así tenía varios pendientes muy escarpados, con lo que costaba casi media hora para llegar a su cumbre más alta. Pero también el Templo se encontraba en una altura considerable y era una construcción bastante alta. Pero desde la cumbre del monte de las Olivas había que dirigir la vista bastante hacia abajo si se quería ver la cúpula alta del Templo. Resumiendo: En el alrededor de Jerusalén el monte del Olivo era evidentemente el más alto.
9. Dentro de poco llegamos a Lázaro que se había adelantado, y nos acampamos alrededor del albergue entre los olivos, haciendo nuestras observaciones. Cuando Lázaro nos llamó y nos invitó al almuerzo, nos levantamos del suelo y entramos en el albergue cuyo comedor era nada de pequeño, pues allí se acomodaban fácilmente cien personas... Una mesa muy grande estaba llena de pan, de vino y de frutas especiales; y desde las sartenes el pescado despidió un aroma muy invitador. Pues el pescado procedió del río Jordán y del arroyo Cedrón muy caudaloso. Tan sólo por ver esto, los discípulos ya estaban tragando saliva; de modo que nos sentamos a la mesa y disfrutamos comiendo y bebiendo con placer.
10. Lázaro se alegró sobremanera que también Yo comí y bebí valientemente.
11. Pero Yo le dije: «Amigo, estás contento con mi apetito; pero aun así créeme que a pesar de todo lo bueno que aquí está ofrecido en la mesa, ¡hoy el desayuno en el Templo me ha gustado aún más, pues hice una gran cosecha para mi Reino en el Cielo! Mañana una cosecha para mi Reino resultará bastante menos abundante... Lo que hoy conquisté seguirá siendo Mío; pero mañana no habrá gran incremento... Pues allí abajo la chusma negra Me tentará, ¡por lo que ella misma ante el pueblo estará puesta en la picota! - Pero ahora comamos y bebamos con buen apetito, y luego volveremos a salir al aire libre. Pues hoy aún veréis muchas cosas.
. Dentro de una hora habíamos terminado con la comida. De modo que nos levantamos y salimos al aire libre porque precisamente en la luz de la tarde había una vista preciosa al panorama hacia el levante, lo que nos resultaba bienvenido.
2. Cuando de esta manera observamos la ciudad extensa con sus muchos palacios, Lázaro dijo: «¡Qué esplendor más precioso presenta esta capital! Sin embargo, ¡¡la vergüenza que mora en aquella parte de los hombres que debería preceder a todos los demás con el buen ejemplo!!
3. De modo que allí abajo se halla el Templo, para cuya construcción ya el gran David -como hombre conforme al Corazón de Dios- había juntado todo el material. Y su hijo Salomón lo había construido para que todo el pueblo judaico a las horas determinadas pudiese reunirse allí para honrar a Dios. ¿Pero quién, hoy en día, espera el homenaje por parte de los hombres? ¡Hace mucho que ya no es Dios, sino son los miserables fariseos, escribas y sumos-sacerdotes que lo exigen para sí! Ya hace veinticuatro años que la antigua y milagrosa Arca de la Alianza ya está depositada en un almacén para reliquias que se han quedado ineficaces, y la nueva arca en sí también está muerta, pues tampoco produce efecto; pero aun así los judíos insensatos la ofrenden más que antes a la antigua y verdadera.
4. De todo eso se ve con facilidad como los templarios malvados influyen en el pobre pueblo inocente. No creen en un verdadero Dios Uno, porque sus Leyes dadas a Moisés y a los demás profetas las pisotean vergonzosamente con los pies, imponiendo al pueblo a ultranza sus propios estatutos, los que por ser meras tonterías ninguna persona sensata puede creer. ¡Menuda vergüenza! Todo mundo gime bajo el peso insoportable por parte de los fariseos, pero nadie se atreve a escupir a estos estafadores del pueblo a su cara para demostrarles la gran estafa que ellos cometen contra la humanidad.
5. Únicamente Tú, Señor, abriste a los seres humanos los ojos para que ahora pudiesen ver a qué deben atenerse con los templarios. Pero incluso esto sirve poco, porque aun así estos de la manera más descarada continúan haciendo lo que les da la gana. ¡Pues no hay rayo que les llega de tus nubes! Ahora, Señor, Tú mismo estás en esta Tierra en forma humana - un fenómeno que en toda eternidad pasada no tiene par. una Gracia de todas Gracias que Dios únicamente una sola vez ha concedido a sus Criaturas. Miles y otros miles de seres humanos -y entre ellos también muchos paganos- reconocen esto con suma alegría y gratitud. y estos allí abajo oyen de mayores y menores en voz alta de todas partes la confirmación de esta santa Verdad... Pero en vez de aceptar tal Mensaje con toda alegría como completamente verídico, ¡estos aun maldicen al pueblo que ha aceptado esta Verdad como viva! Por eso pregunto: ¿Qué vale gente tan bestial?».
6. Dije Yo: «Querido hermano, ¡no te alteres tanto porque ya ves que en este mundo todo requiere su tiempo; pues no se puede doblar un viejo cedro como se hace con una vara frágil! Yo aún me quedaré por algunos días aquí y durante siete días cada día adoctrinaré en el Templo. El que esté dispuesto a convertirse, para él será ventajoso. Pero aquel que persiste en su terquedad -con lo que también en su maldad- él perecerá en el día del Juicio que irrumpirá sobre Jerusalén y todas las criaturas.
7. Fijaos todos en esta gran ciudad, ¡pues no quedará ni una sola piedra encima de la otra! Todos los ofuscados y las mujeres embarazadas que están convencidos de que en un sábado no se puede ni se debe huir, ¡que rueguen que el Juicio de ninguna manera se produzca en un sábado, porque de lo contrario ni un solo judío saldría con vida!
8. Pero antes de caer ese Juicio sobre todos estos ateos, aún se producirán muchos grandes señales en el cielo y en la Tierra. Pero aun así el Juicio y el fin de esta ciudad aún no habrán llegado porque todavía se esperará para ver si aún hay alguien que se mejora o se convierte. - Y en caso que las señales no estén consideradas, será permitida una gran tribulación para que los seres humanos se conviertan hacia Dios. Si incluso esto no da resultado, aún enviaré profetas que con su voz poderosa como trompetas de guerra -dirigida hacia todos los cuatro puntos cardinales- intentarán a despertar todos los espiritualmente muertos. Los que se dejarán despertar a la Luz de la Vida, también resucitarán para la Vida Eterna. Pero aquellos que, con tal llamada de Mis mensajeros a ellos, sólo despiertan su ira y rebeldía contra Mí y mi Verbo, estos no resucitarán para la vida, sino para la muerte por el Juicio, y serán tirados allá donde reina la tiniebla eterna en el juicio, y donde hay mucho llanto y crujir de dientes.
9. Pero en cuanto se presente el Juicio, ¡que cada persona justa se huya! Y el que ya se encuentra sobre el techo del conocimiento de las puras Verdades divinas, ¡que ya no vuelva a descender y entrar en la casa para buscar una antigua túnica de los judíos -es decir, las enseñanzas de los fariseos-, sino que se quede en su nueva altura de Luz! Y todo aquel que ya se halla en el campo de la nueva actividad dentro de mi Doctrina, ¡que de ninguna manera vuelva a la antigua patria de la ceremonia fútil y sin valor, sino que continúe en su nuevo campo
- y así él mantendrá su Vida!
10. Resulta que cuando se presente el Juicio habrá dos humanos en una y la misma casa; el uno será salvado, y el otro perecerá. Pues aquel que actuará conforme a mi Doctrina, él será salvado. Pero aquel que tiene mi Doctrina y aun así actúa conforme el antiguo fermento de los fariseos, ¡él perecerá!
11. De igual modo habrá dos en el campo, y dos molerán en un solo molino. Y también ahí el uno será aceptado para la Vida, y el otro quedará en el Juicio. - Por esto, ¡tened cuidado con el antiguo fermento de los fariseos, porque con este nadie escapará del Juicio!».
1. (El Señor): «Lo mismo que sucederá con el juzgamiento de Jerusalén también sucederá con un gran juicio mundial futuro - eso cuando Yo acabaré definitivamente con la gran ramera de Babel. Pues ahí se tratará de un Juicio como aquel en la época de Noé, y de Sodoma y Gomorra.
2. Se producirán grandes señales sobre la Tierra, en el mar y en el cielo, y Yo despertaré siervos que a base de mi Verbo profetizarán, y que repetidas veces anunciarán el Juicio venidero. ¡Pero la altanería de los hombres no les prestará oídos, y aunque les escuchasen, nadie creería a sus palabras sino todos se reirían de estos profetas, ridiculizándolos como tontos! Pero precisamente esto será el indicio más indudable que el gran Juicio se hará realidad, y que el fuego diezmará a todos los autores del mal.
3. Del mismo modo en la misma época también habrá muchos muchachos que tendrán visiones y muchas muchachas que vaticinarán cosas futuras... ¡Dichosos aquellos que con esto se mejoran y realmente se convierten!
4. Tal época será reconocida fácilmente, igual que en una higuera se puede reconocer fácilmente cuando la primavera se está acercando, porque sus brotes empiezan a ponerse suculentos y luego se abren.
5. Entonces habrá guerras violentas entre los pueblos, pues un pueblo desafiará a otro. La carestía será enorme, y se producirán muchas enfermedades pestilentes como nunca las hubo antes entre los seres humanos. También precederán grandes terremotos, para despertar la humanidad a la penitencia y a la caridad. - ¡Dichosos aquellos que con esto se mejoran y realmente se convierten!
6. Pero habrá muchos a quienes eso dará igual, porque atribuirán tales hechos a las fuerzas ciegas de la naturaleza, y a los vaticinadores los calumniarán como estafadores. Por causa de mi Nombre muchos serán tirados a las cárceles, y bajo amenaza violenta les será prohibido hablar en mi Nombre y de anunciar un Juicio venidero. Pues el que no actuará al mando de la gran prostituta de Babel, él pasará muchas calamidades.
7. Todo esto debe suceder de antemano, cerca de setecientos años antes del Juicio, para que al fin nadie pueda venir y decir que no haya sido advertido suficientemente. Pero a contar de ahora pasarán apenas dos mil años para producirse el gran Juicio en la Tierra - lo que evidentemente será “el Juicio más reciente” y, además, también el último en esta Tierra...
8. Sólo entonces se establecerá el Paraíso sobre la Tierra. Pues un lobo y un cordero habitarán pacíficamente en un solo corral y comerán de la misma vasija.
9. Al acercarse el Juicio, en el cielo también se manifestará la Señal del hijo del Hombre. Es decir: el Cielo en el hombre me reconocerá como Señor único del Cielo y de la Tierra, y el alma del hombre me alabará mucho.
10. Pero esto aún no es el perfeccionamiento del ser humano. Pues sólo cuando Yo en las nubes celestes, con toda claridad, con todos los poderes celestiales y acompañado por un sonido como de trombones de guerra, ante todos los seres humanos me manifestaré en la Palabra viva en el verdadero Cielo que se halla en el corazón humano, ¡entonces habrá llegado el Juicio del mundo!
11. Entonces el hombre justo entrará en mi Gloria, pero los que practican el mal serán aniquilados por el fuego de mi Ira justa, pues ingresarán en el reino de sus obras malvadas, preparado para todos los demonios incorregibles. Pues el que de por sí elige el infierno libremente, ¡que también sea maldecido por este mismo! Como el bien será eternamente bueno, también el mal en sí siempre seguirá siendo malo, con lo que siempre tendrá que servirme de base sancionada, pues tendrá que servirme eternamente de taburete para mis Pies...
12. Por parte de mi divina Personalidad primaria Yo mismo nunca condenaré a nadie, porque esto será realizado por mi Verbo que os he dirigido. Pues cuando Yo una vez haya ascendido a mi Reino, nunca ya volveré a esta Tierra en la carne sino sí, únicamente en el Espíritu. en el Verbo. y será así como en el inicio, cuando constaba: “En el Principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios y Dios Mismo era el Verbo”. Pero el Verbo encarnó y vivió entre los seres humanos. Él -es decir, Yo- vine a mi Propiedad, pero los Míos no me reconocieron porque el mundo y la carne de ellos los habían cegado y ensordecido.
13. Ahora estoy entre vosotros en la carne. como hombre; pero por eso no os puedo conceder toda la Fuerza de mi Espíritu. Sólo cuando más tarde Yo ya no me encontraré entre vosotros en la carne como ahora, sino únicamente en el Espíritu, entonces también os podré conceder todo el Poder y toda la Fuerza de mi Espíritu, pues este Espíritu soy Yo mismo desde todas Eternidades. En el Espíritu y su Poder, Yo me quedaré entre vosotros hasta el fin del tiempo que esta Tierra todavía existirá, y hasta que este tiempo haya madurado al último espíritu condenado. Pero con esta Tierra se extinguirá eternamente la cuna de los hijos de Dios, pues a partir de ahí todo será juzgado espiritualmente.
14. Ya os hablé y demostré repetidamente cómo las cosas evolucionarán en esta Tierra. Por eso esperad con paciencia la Salvación segura que no fallará, ¡y no esperéis un juicio mundial antes del tiempo! Porque cuando llegue, todavía será pronto para vosotros mismos y aún más para aquellos que serán juzgados; porque en el juicio el Amor y la Compasión se hallan lejanos, y cada alma será entregada a su autoayuda, para que experimente con amargura lo inútil que le resultaba la asistencia temporal por parte de los seres humanos totalmente mundanos. - ¡Y ahora decidme si habéis bien comprendido todo esto!».
1. Dijo Lázaro: «Pues si, ¡creo que por lo menos yo lo entendí bien! Pero para hablar francamente, ¡toda la historia del género humano tiene poca pinta de ser graciosa! En el fondo, la mayoría de los seres humanos no es ella misma la culpable de su maldad, sino más bien son las circunstancias de su engendramiento, de su nacimiento y de su educación. Ahí todo juicio se presenta evidentemente como acto totalmente autoritario y tiránico por parte de aquel que tiene el poder de juzgar a los seres humanos...
2. Por supuesto se dice que Dios proporciona a cada ser humano un conocimiento correcto de lo verdadero y de lo falso, como también de lo bueno y de lo malo. ¿Pero cuándo sucede esto? Conforme a mi experiencia, muchas veces sólo cuando el hombre ya se ha quedado estancado tan profundamente en todo lo falso y malvado que ya no hay enseñanza pura que pudiera resultarle útil para lo que fuera. Si la humanidad durante varios siglos ha quedado sin influencia notable por parte de Dios, entonces es inevitable que esta empiece a olvidarle cada vez más. Pues los hombres introducirán sus propias leyes y prescripciones para el modo de vida, con las cuales -aun con la observancia más rigurosa- la Salvación de los seres humanos no puede ser realizada. Cuando la humanidad finalmente se ha animalizado del todo, sólo entonces empieza a haber revelaciones a través de personas inspiradas, aunque estas revelaciones al principio todavía sean débiles. Si estas tampoco tienen efecto, entonces habrá otras más fuertes. Y si estas tampoco tienen resultado, entonces ya se produce una condena... - Señor, por qué esto tiene que ser así, ¡esto no lo entiendo ni lejanamente!
3. Entre Adán y Noé, y sobre todo entre los descendientes de Caín, no hubo Revelación formal. En los tiempos de Noé evidentemente se produjeron algunas señales y Revelaciones, pero eso demasiado tarde, porque el pueblo -especialmente él de las bajas planicies- ya era totalmente endiablado y ya no consideró estas advertencias, pues continuó viviendo en el torbellino de sus pasiones. con lo que ya se produjo el juicio más atroz...
4. Luego todo continuó hasta la época de Abraham - época en que casi no hubo revelaciones. Con Abraham volvió a haber la Revelación divina, a la cual ya siguió el Juicio de Sodoma, Gomorra y las diez ciudades vecinas, pisándola los talones.
5. Desde Abraham, Isaac y Jacobo todo continuó de esta manera hasta a Moisés. En la época de este profeta sucedió mucha cosa milagrosa de los Cielos dirigida a los seres humanos... Pues por primera vez les llegaron ciertas leyes conforme las cuales debían organizar su vida. Pero también el Juicio fue fenomenal, pues cientos miles de egipcios tenían que morir, y luego los israelitas liberados, durante cuarenta años en el desierto tampoco lo pasaron mejor. Los unos como los otros ya no habían recibido Revelación especial alguna, con lo que cada vez llegaron a ser más indiferentes... La antigua fe bastante viva se convirtió más bien en un credo habitual que valía poca cosa. Pues tal como está orientada la fe, tal está también organizada la observancia de sus principios de la Vida.
6. Si perdura la falta de Revelaciones, entonces los seres humanos pierden completamente toda la fe en un Dios verdadero. Pues inventan dioses como les da la gana, y así decaen en plena idolatría. ¿Ahí, acaso, se podría hablar de una culpa propia del hombre? Conforme a mi modo de ver siempre todo muy humanamente sensato, ¡yo diría que verdaderamente no!
7. Por la época de los jueces y después también de algunos reyes, parece que entre nosotros los judíos siempre se habían inspirado profetas, pero esto siempre solamente después de que los hombres ya habían pecado tremendamente; por lo que pronto se produjo un juicio que exterminó a los pecadores...
8. Ahora, Tú mismo te encuentras aquí, de modo que ahora evidentemente se está realizando la mayor de las Revelaciones dirigida a los seres humanos, ¡pero aun así el Juicio no demorará! Si no viene otra Revelación, ¡después de algunos siglos los hombres -incluso ante tu Doctrina- serán ni por un pelo mejor que ahora estos templarios allí abajo! Los paganos convertidos volverán a ser paganos y los judíos quedarán peores de lo que son ahora; de modo que nunca todo será completamente claro y bueno en esta Tierra... Por eso opino que desde ahora ya no debería haber interrupción alguna en las comunicaciones claras de tu Divinidad, porque de lo contrario la descendencia de la humanidad que no puede estar presente tendría que volver a caer en la antigua noche, sin que esto sea su propia culpa...
9. Los filisteos fueron diezmados debido a su ateísmo y, que yo sepa, nunca recibieron Orientación alguna de lo Alto; incluso los fenicios, troyanos, babilonios, ninivitas y otros pueblos.
. ¿Por qué estas jugadas desfavorables con los seres humanos de esta Tierra? Mira, ¡ni uno solo tiene la culpa de su existencia! Pero una vez que conforme a tu Voluntad todopoderosa el hombre haya nacida, ¡él ya resulta completamente infeliz desde la cuna hasta su tumba, viéndose obligado a soportar un juicio tras el otro! - ¿Por qué es esto así?».
1. Dije Yo a Lázaro y también a los demás discípulos porque también estos compartían la opinión algo excitada de este: «¡Aquí os voy a dar una parábola como respuesta a la pregunta de Lázaro!:
2. Hubo un señor que contrató labradores para su viña. Estos vinieron por la mañana y él concertó a pagarles un jornal de un tálero por día. A la hora del mediodía este señor volvió a la viña, donde encontró más gente sin trabajo, y les dijo: “¿Qué hacéis aquí parados? Id a mi viña y yo os daré lo que es justo”. De modo que estos se fueron allí y trabajaron. Pero un poco antes de anochecer el señor de la viña aún vio algunos cuantos más obreros parados. De modo que se dirigió a ellos y los preguntó: “¿Por qué estáis parados durante todo el día?”. Y ellos respondieron: “¡Nadie nos contrató!”. A eso el señor les dijo: “¡Entonces id también a mi viña y trabajad solamente esta última hora del día, y aún recibiréis lo que os corresponde!”. De modo que estos se fueron y aún trabajaron la última hora del día.
3. A la noche el propietario llamó primero a aquellos que habían trabajado desde la mañana, y a cada uno le dio el importe convenido. Luego llamó a aquellos que sólo habían trabajado durante medio día, y también a estos les dio un tálero a cada uno. Y acto seguido llamó a aquellos que no habían trabajado más que una sola hora, pues también a estos les dio un tálero a cada uno.
4. A eso dijeron aquellos que habían trabajado durante todo el día: “Señor, ¿cómo es posible que también a los que sólo han trabajado durante una sola hora les pagues lo mismo como a nosotros que hemos aguantado la carga de todo día de calor?”. Y el señor respondió: “¿Qué os importa si yo soy bueno y misericordioso? ¿Acaso soy injusto si por mi buena voluntad a los últimos les doy tanto como a vosotros? ¿Y acaso no concertamos en un tálero? ¡Vosotros mismos no exigisteis más! Si os doy lo que exigisteis, ¿qué más queréis ahora de mí? ¿Acaso no soy el propietario de mi fortuna y no puedo aplicarla como yo quiera?”. - Sin más argumentos, ellos se dieron por satisfechos con su jornalada.
5. Y Yo os digo a todos que mi Padre que está en Mí os hará lo mismo; de modo que ahí los primeros serán los últimos, y los últimos serán los primeros.
6. La viña en sí son los seres humanos de esta Tierra que, como las vides, deben ser labradas. Pero estos no tienen un contrato firmado Conmigo, pues están ahí para producir buenos frutos para Dios, el Señor.
7. En lo que se refiere a las almas de todos los profetas -así como ahora también a las vuestras-, estas no se originan de esta Tierra sino se trata de labradores contratados en lo Alto, eso después de haber cerrado un contrato Conmigo para el logro de la Filiación de Dios, la que sólo es posible en esta Tierra.
8. Todos los grandes profetas desde el inicio hasta ahora -incluso vosotros- que recibieron una gran Revelación, representan los primeros labradores contratados en la Viña del Señor.
9. Los pequeños profetas que sólo deben cumplir con la mitad del servicio -a saber la manutención de la gran Revelación, una vez que esta esté dada- son los que os seguirán en mi Nombre. Pues también estos obtendrán igualmente pequeñas revelaciones de las cuales pueden profetizar; sin embargo, no tendrán aquella fuerza y aquel poder que Yo os transmito. Estos recibirán el mismo jornal como vosotros, porque su fe tendrá que ser más fuerte que la vuestra, dado que ellos no ven lo que vosotros ahora veis y experimentáis, con lo que su fe espontánea también será valorada como un mérito vital mayor. Cuando ellos luego reciben el mismo jornal que vosotros, ¡entonces sed conscientes de que a ellos les ha costado mucho más el creer lo que ahora ocurre para la Salvación de todas las criaturas, dado que no fueron testigos oculares como vosotros!
10. Finalmente en otros tiempos -y otra vez poco antes de un gran Juicio- serán inspirados y admitidos otros videntes que tienen la corta tarea fatigosa y pesada de purificar la Doctrina muy degenerada, a fin de conservarla y para que no por parte de la Humanidad más espabilada esté declarada como una antigua artimaña del sacerdocio... Este tercer grupo de labradores en mi Viña no actuará mediante grandes milagros, sino únicamente por la Palabra y la Escritura verdadera, sin recibir otra revelación llamativa que la del Verbo vivo interno en el sentimiento, en los pensamientos y en su corazón... Pues estarán llenos de una fe lúcida y racional, con lo que podrán reponer las vides humanas marchitadas de mi Viña sin obras milagrosas. De este modo recibirán de Mí la misma paga que vosotros como labradores del día entero; pues tendrán mucha más dificultad de creer con toda convicción en aquello que hace más de mil años antes de ellos había sucedió aquí.
11. Si, por tanto, las grandes Revelaciones distan mucho entre sí, tan pronto que comiencen a ser impuras, Dios siempre cuida por despertar nuevos videntes, y esto de modo que la libre voluntad de ningún ser humano sufra la menor coacción de su libre voluntad. Pues es precisamente por eso que las grandes Revelaciones referente su turno son muy separadas, para que los seres humanos dentro de su libre voluntad puedan actuar tanto más libremente.
12. Cuando el mundo finalmente otra vez ha despistado los seres humanos de su ruta espiritual, entonces por supuesto no habrá otro remedio que proceder a una nueva gran Revelación que naturalmente siempre arrastra un Juicio tras sí, porque ella misma ya es una especie de Juicio conflictivo para la humanidad... porque mientras no incendies la madera en sí muerta, esta no quemará, ¡eso sólo cuando aplicas el fuego! la, no pusieres la madera seca al fuego, no se incendiará; esto será hecho por el fuego. Y ves, lo que el fuego representa para la madera, ¡esto la gran Revelación representa para el hombre! - ¿Comprendéis esto ahora?».
1. Dijo Lázaro: «Pues sí, entiendo bien lo que querías decirme con esto, ¡pero todavía encubo una reticencia difícil de disipar porque no sé cómo salir de ahí! ¿Acaso todas aquellas personas que reciben una gran Revelación en directo deben ser consideradas como víctimas de un Juicio?... ¿Y acaso solamente pueden disfrutar aquellas personas de la Bendición de la gran Revelación, las que sólo disponen de una parte de mera fe - de modo que ellas mismas aún deben cultivar y purificarla?.
2. Si es así, entonces los portadores de la Revelación se encuentran en una gran desventaja, y eso porque ya desde su origen eran de índole más pura, para que sean capacitados como receptores e interpretes de una gran Revelación de lo Alto; pues los seres humanos materialistas de por sí nunca habrían podido comprender tal gran Revelación, dado que ni siquiera pueden entender la Revelación más sencilla, sino se quedan parados como las gallinas cuando ven un relámpago que cae de una nube».
3. Dije Yo: «¿Pero quién dice que a los portadores de una gran Revelación los hay que considerar como alcanzados por el juicio? Podéis estar seguros que Yo sé muy bien a quién debo elegir como portador principal de una gran Revelación, ¡para que esta no le cause el menor daño a él mismo!
4. Consta que Moisés fue el portador de una Revelación verdaderamente grande, y que debajo de él había muchos que de ella solamente participaban de modo indirecto, pero que al final estaban mucho más firmes en la fe que Moisés mismo que -para sí mismo- no se fiaba de la Promesa que Yo iba a dar a los israelitas la Tierra Prometida, donde fluyen leche y miel. Como Moisés no se fiaba de tal Promesa, podía ver la Tierra Prometida solamente desde la cumbre de una montaña alta, pero personalmente no podía llegar allá.
5. Esto aprueba más que evidentemente que nunca un profeta de cualquier Revelación era coaccionado y, a partir de ahora, lo será aún menos. Además, su libertad de creencia y acción será total - lo único que le proporciona bienaventuranza... Porque tan sólo el hecho que alguien es portador de una Revelación no le lleva a la felicidad, eso sólo cuando él tiene plena fe en la Revelación misma y si actúa conforme a ella.
6. Lo mismo acontece también con vosotros todos. Ahora, a causa de mis Hechos, os veréis más bien coaccionados a creer que Yo soy el Cristo y que mis Palabras son Palabras de Dios - mucho más de lo que serán obligados a creerlo aquellos a quienes vosotros vais a pasar el Evangelio verbalmente. Pero a causa de esto aún seréis colmados de grandes dudas sobre Mí, con lo que tendréis la ocasión para fortificar vuestra fe... Pues cuando el pastor esté abatido, las ovejas huirán y se dispersarán. Pero en el tiempo oportuno Yo volveré a reunirlas y a fortificar su fe. Por eso ningún portador de una verdadera Revelación es alcanzado por el Juicio... Primero, tal ser humano siempre viene de lo Alto, y ya por eso ninguna Revelación puede meterle en compromisos con lo que fuera, porque su alma ya pasó una encarnación de prueba en otra Tierra, con lo que llega a ser mucho más integra y sólida que un alma de esta Tierra que acaba de ser recolectada. Segundo, a tal alma de profeta también están impuestas pruebas de fe mucho más difíciles que a una terrestre, frecuentemente demasiado ingenua. Pues un alma terrestre se conforma con el Verbo y apenas precisa de una señal. Pero almas que vienen de lo Alto necesitan más, por ser difícilmente a convencer; pues precisan de pruebas fuertes, hasta que se colmen de fe y mediante esta entren en actividad.
7. Si Yo ahora me dirigiese a Persia o India, o a Atenas o Roma, y allí realizara señales como ya las he realizado delante de vosotros, ¡entonces nunca nadie se atrevería a hacer otra cosa que lo que Yo habría mandado! Evidentemente tales almas terrenales quedarían completamente cohibidas, ¡de modo que durante mucho tiempo no habría ni que pensar en una prueba para su libre voluntad! Vosotros no sois perjudicados por mis Señales, en absoluto, por ser nada de crédulos. Para llevaros a una fe firme hay que haber realizado muchos milagros ante vuestros ojos, pero incluso entonces todavía estáis llenos de dudas, pues pronto preguntáis por lo uno o lo otro. El que actúa de este modo ante Mí, no tiene una fe coaccionada, sino su fe es totalmente libre; pues exige comprender y asimilar lo que acredita, y lo que no comprende y no reconoce, ¡esto tampoco lo cree!
8. La mejor prueba para esto es que Yo en el mismo aliento en que os comunico algo os lo tengo que deliberar detalladamente. Vosotros sabéis Quién soy, de modo que podéis muy bien creer en lo que Yo os enseño sin tener que daros cada vez más elucidaciones suplementarias. Pero esto no lo hacéis, y ya me demostrasteis varias veces que no me habíais creído por tratarse de una enseñanza secreta, pues me dijisteis a la cara que se trataba de una Doctrina muy pesada... Pues no hace más que siete días que todos me abandonasteis, y eso también por enseñanzas que no habíais comprendido.
9. De esto se deduce que vuestras almas son más fuertes que las de los hijos auténticos de este mundo. Personas como vosotros ahora sois, siempre las habrá en esta Tierra, y Yo las inspiraré dándoles -como a vosotros- la Voz interna de mi Espíritu. Estos hombres enseñarán a los auténticos hijos del mundo, con lo que mantienen su voluntad completamente libre. Pero por eso los doctrinadores y sabios como tales no deben creerse más importantes ante Mí que los hijos de este mundo; pues para Mí prevalecerá siempre: ¡Dejad a estos pequeños que vengan a Mí y no se lo impidáis! Porque aquel que no llega a ser semejante a estos niños, no entrará en mi Reino porque este pertenece a ellos y fue hecho por su causa. Pero aquel que es un sabio y por eso un doctrinador de todo corazón, humilde y manso, ¡él en un día venidero estará allá donde estaré Yo como verdadero Padre entre mis Hijos, de eternidades en eternidades!».
10. Cuando los discípulos oyeron estas Palabras de Mí, se callaron porque no sabían el qué responderme.
1. Solamente Lázaro se hizo oír: «Señor y Maestro, ¿acaso también yo soy uno de lo Alto?».
2. Dije Yo: «Por cierto, porque de lo contrario no habrías asistido con tanta calma e indiferencia a los milagros que ya realicé varias veces ante tus ojos como si hubiera sucedido algo totalmente natural. Te sorprendía todo sólo en el momento de su proceso, pero algunos momentos más tarde todo ya te resultaba indiferente porque conjeturabas: “A un ser humano resulta imposible emprender algo como el vuelo del pájaro en el aire”. Pero ya que soy Dios, es natural que Yo sea capaz de realizar cosas como el vuelo del pájaro en el aire, de modo que esto no es más milagroso que todas las demás cosas que Yo he creado. La Luna, el Sol, las estrellas, la Tierra con todo lo que hay en ella, sobre ella y encima de ella, y allí vive y se mueve, son pruebas permanentes de mi Sabiduría y mi Poder, y los milagros actuales apenas dan un testimonio momentáneo que Yo soy el Mismo que desde Eternidades rellenó lo Infinito con milagros innumerables y permanentes. Pues si Yo siendo Dios realizo Milagros, en realidad ahí hay nada de prodigioso, pues lo que en realidad es milagro es mi Amor inimaginable para con vosotros, mis criaturas, como también mi gran Condescendencia, Bondad altruista, Mansedumbre, Paciencia y Humildad ante los seres humanos - los que Yo con un simple hálito podría convertir en la mera nada...
3. Ahora sigues conjeturando: “Si también un hombre pudiera realizar todo esto, entonces esto sería un milagro, igual que si un ser humano se levantara en el aire para flotar libremente en él”.
4. Mira, si tú no fueses de lo Alto, no serias capaz de pensamientos de este orden, ¡y para respetar tu libre albedrío Yo no habría actuado ante tus ojos como lo hice! Los que están allí abajo no son de lo Alto pues son de esta Tierra, razón por la que ante ellos no puedo actuar como lo hice ante ti y ante estos discípulos Míos. Estos de allí abajo sólo deben oír los comentarios, pero de ninguna manera deben ver mucho de ello porque si vieran los grandes milagros que Yo realizo y que he realizado, ¡esto acabaría con ellos! ¡Por eso solamente deben roer en mi Discurso!
5. Pero también estos aún recibirán una señal, aunque no sea más que la del profeta Jonás; pues así como este quedó solamente tres días en el vientre de la ballena y después fue puesto a la margen con vida, también Yo quedaré durante tres días en la sepultura, a fin de resucitar para el pavor y juicio de esos allí abajo.
6. ¡Recordad todos que los hijos de esta Tierra sólo pueden ser ganados para mi Reino mediante la Palabra viva, porque la mayoría de estos hijos -cuando aún no está corrompida por toda clase de pruebas falsas- es de fe fácil, inteligente y nada de obtusa, con lo que mediante un adoctrinamiento equilibrado fácilmente puede ser convencida de la Verdad. Pero por milagros demasiado llamativos todos ellos se verían privados de su propio pensar y querer. - ¿Sabes ahora, Lázaro, si vienes de lo Alto o de lo de abajo?».
7. Respondió Lázaro: «Si, ya reconozco que también debo ser de lo Alto. ¿Pero cómo nos daremos cuenta quienes de las personas que nos abordan son de lo Alto o de lo de abajo?».
8. Dije Yo: «Cuando haga falta, el Espíritu en vosotros ya os lo comunicará. Pues existe, todavía, una señal externa que raras veces falla - una señal mediante la cual en el hombre pronto se reconoce de donde procede según el alma.
9. Ved, el alma en su carne necesariamente tenebrosa conserva todavía cierta noción de dónde es, e incluso orienta los oídos y los ojos de la carne con gusto hacia allí de donde desciende originalmente. Personas que con gusto dirigen la mirada hacia arriba y a quienes también gusta subir a las cumbres de las montañas, y prestar oídos a los sonidos que se oye en las alturas, seguro que también originan en lo Alto. Y personas que generalmente tienen la mirada pegada al suelo -donde procuran desenterrar tesoros y raramente dirigen los ojos y oídos hacia lo Alto-, estas seguramente son de abajo. - He aquí una orientación que os servirá para saber con quién estáis tratando.
10. Seres humanos que vienen de lo Alto generalmente son ingeniosos y producen obras de arte y ciencia; pero aun así no se dejan convencer con facilidad porque quieren tener pruebas de todo. El griego Filopoldo, en Kis, sólo creyó después de que Yo le había demostrado aquella Tierra solar donde encarnó por la primera vez. Lo mismo pasa con casi todos los cínicos. Ante estos podéis crear mundos y esto apenas les causará más efecto que si a un hombre de esta Tierra dijeras: “Ve y haz esto”. Pues, el cínico poco os preguntará: “¿Para qué esto?”, sino él lo hará todo convencido porque se lo ha dicho un sabio. Pues es convencido que ya se enterará suficientemente pronto del porqué. Pero una criatura de lo Alto os clavará la vista y preguntará: “Eso, ¿para qué? ¡Yo hago nada sin motivo! Explicaos más detalladamente y ya veré qué significa vuestro ‘Ve y haz esto’”.
11. Os digo que depende de mucho para asegurarse de la índole de las personas con las que se tiene trato como doctrinador, como también con qué clase de parras en mi Viña. porque la misma Palabra puede tener el mejor o también el peor efecto, eso según la índole del oyente...
12. Como ya dije antes, los seres humanos ingenuos de esta Tierra creen con facilidad lo que se les presenta a título de fe, pues cuentan con una explicación posterior cuando ya hayan asimilado un gran caudal de principios doctrinarios. Se debe, por lo tanto, asegurar que siempre sólo les sea predicada la pura Verdad, y ¡ay de aquel que quiere deslumbrarlos con dogmas y ejemplos falsos - pues esto ya os lo demostré en otra ocasión, en Galilea! A los hijos de lo Alto la explicación ya está dada anticipadamente o lo más tarde a la ocasión de la misma enseñanza, pues de lo contrario no tan fácilmente aceptarán algo como pura Verdad.
13. Muchas veces ya fuisteis testigos de mi Actitud ante los griegos y romanos, ¡actuad de la misma manera y os ganaréis su amistad, porque podéis referiros a Mí y a mis Obras! En casos de extrema necesidad también podréis realizar milagros; sin embargo, sed parcos en este sentido, y sólo hagáis un milagro cuando el Espíritu en vosotros os incita a realizarlo. Una señal no deja de producir un bien; pero una verdadera Palabra viva es mil veces más eficaz porque no coacciona al corazón humano...
14. Porque la Palabra dilucida primero el intelecto de la persona, y sólo este luego despierta la voluntad y el Amor en el corazón. El Amor llega a ser una llama poderosa que luego ilumina y vivifica la voluntad en el corazón. Luego la voluntad actúa conforme a las instrucciones de su propio raciocinio. Y lo que el hombre de esta manera hace libremente de por sí mismo, ¡esto es acción propia y meritoria, pues así el hombre ha encontrando su propia fuente de Vida!
15. Pero durante mucho tiempo el milagro aplasta el razonamiento del ser humano y apenas incita amor y voluntad a la acción. Pero tal proceso es parecido a una piedra tirada al aire, la que se mueve solamente por el tiempo mientras la fuerza del lanzamiento todavía esté en relación con el peso; pero con lo pronto que esta fuerza va a cesar, la piedra volverá a caer al suelo como muerta, inmóvil, donde se quedará dentro de su antiguo juicio.
16. El alma de un ser humano convertido por un milagro parece a una piedra lanzada al aire, porque luego actúa ciegamente por miedo a la señal. Pero cuando esta señal con el tiempo pierde su fuerza, también el amor y la voluntad del alma la pierden, sobre todo tratándose de los descendientes que no habían experimentado milagro alguno; pues estas almas llegan a ser totalmente apáticas y toman cualquier milagro por mera hechicería o estafa por parte de los antepasados. Pues si el alma pregunta al intelecto para qué sirve tal señal, este no se lo puede explicar porque el mismo nunca había recibido alguna explicación correspondiente. Por eso conviene que el intelecto concluye de la siguiente manera: “¡¿Acaso somos seres humanos menos auténticos que nuestros antepasados que habían visto mucha clase de milagros, con lo que luego fácilmente podían tener fe en ellos?! ¿Acaso ahora debemos creer lo que no entendemos, y las pruebas relatadas solamente oídas nos deben servir de móvil para la fe? ¡Eso ni pensarlo! Si existe un Dios sabio, ¡este nunca puede exigir de nosotros algo así, porque somos seres humanos muy delicados! Por eso nosotros también reclamamos ver señales, o por lo menos una explicación que nos enciende una Luz conveniente sobre todo aquello que debemos creer y hacer para que al menos entendamos el porqué de todo eso. Porque nosotros para todos los seres humanos exigimos motivos para la fe que en todos los tiempos resultan efectivos, pero no tales en los que antes aún tuviésemos que adoptar una fe para que después también podamos creer aquello a lo que se nos obliga”.
17. Ved, de este modo opina el raciocinio humano, ¡y esto con toda razón! Pues si la Doctrina aun con señales habidas por parte del intelecto humano no fue interpretada convenientemente, entonces esta se pierde junto con todas las pruebas, con lo que los seres humanos pierden toda fe, recayendo en la antigua vida anterior, ociosa y salvaje, hasta que aparezca cualquier mago astuto que con milagros falsos pronto se los ganará.
18. Por eso a todos vosotros os repito con insistencia: Enseñad con claridad y sed muy frugales con las pruebas, ¡y generaréis discípulos efectivos y firmes! Pues la señal se disipa, pero la Verdad pura y lúcida perdura eternamente y ya no necesita señales para su confirmación, porque en todos los tiempos la Verdad misma es la prueba más sublime dada de los Cielos a los hombres que la buscan.
19. También hay señales que vosotros podéis realizar - señales que deben ser un verdadero alivio para pobres y enfermos, sin consideración de su clase social y de su creencia. y sin que sea un medio de prueba para la pura Divinidad de mi Doctrina.
20. La Doctrina debe aprobarse ella misma mediante su propia Luz como puramente Divina, y eso sin toda otra clase de señales especiales. Y a cada uno que actúa conformemente, esta Doctrina da el testimonio interno y vivo de su plena Autenticidad. Si consideráis esto, entonces tras vosotros seguramente formaréis buenos adeptos para Mí. Pero si con todo esto no cumplís estrictamente, con esto vosotros mismos abriréis las puertas al anticristo, con lo que a vosotros mismos evidentemente os tocará fugaros».
1. Preguntó Lázaro: «Señor, ¿cómo debemos interpretar lo del anticristo?».
2. Dije Yo: «El anticristo se producirá cuando cierta gente astuta y vaga se da cuenta que mi Doctrina consigue cada vez más adeptos. Y como mis discípulos se lo pasan cada vez mejor, estos hombres también aceptarán mi Doctrina. Y cuando oirán de los milagros que Yo había realizado -y también de otros que vosotros ocasionalmente vais a realizar- entonces, parecido a los magos paganos, con medios naturales comenzarán a producir grandes señales de hechicería como lo hicieron los esenios. Esto incitará a los crédulos de una manera que finalmente muchos de vuestros sucesores os tomarán por doctrinadores y profetas falsos, con lo que incluso os perseguirán.
3. ¡Por eso aseguraos que de aquellos que aceptarán el Evangelio no admitáis más que lo necesario para vuestro sustento! Porque si los ociosos vieran que los sermones y los milagros os proporcionan grandes lucros, ¡todo harían para quitaros esta fuente de entradas! Por eso en sus obras se reconoce lo más fácilmente cuáles son los auténticos profetas y cuáles son los falsos... Porque los verdaderos siempre se presentarán con la misma pobreza que Yo, y de sus comunidades sólo aceptarán lo indispensable para su sustento. Pero los falsos actuarán como ahora los fariseos -y en muchos detalles aún mucho peor- pues cobrarán mucho y caro por todo lo que en mi Nombre pretenden hacer a las comunidades. Todos los seres humanos los considerarán como siervos bendecidos por Dios; pues los hombres, bajo pena, serán obligados a creer que Dios atiende únicamente la plegaria proferida, mirando con agrado los sacrificios de los hombres. Como ahora para todos los judíos existe solamente este Templo, los anticristianos construirán un sinnúmero de templos, con pompa fabulosa, donde ante los seres humanos presentarán sus magias y sacrificios, pues pronunciarán prédicas en su propio interés. Pero las oraciones serán hechas en idioma extranjero, para que el pueblo tenga la impresión que esta lengua es la más pura y del agrado de Dios.
4. Esto es suficiente para que cada uno pueda distinguir bien entre un profeta falso y uno verdadero. Pues los falsos armarán un gran barullo y clamarán a todo el mundo: “¡Venid todos aquí, porque aquí está Cristo, y donde estamos nosotros, también está Él!”. Pero aun con el gran barullo y los milagros que hicieran, ¡no les deis crédito! Porque estos jamás fueron ni serán adeptos míos, sino sí, discípulos tentados por Belcebú, ¡del cual también obtendrán su premio en el charco, con clamores y crujir de dientes! Sed bien conscientes de esto, y cuanto menos milagros realicéis, ¡tanto mejor! Pues ateneos a la Palabra y su eterna Verdad, ¡y la Doctrina pura continuará entre muchos seres humanos hasta el fin del mundo!...
5. ¡Pero ahora volvamos a entrar en la casa; y tu, Lázaro, manda servir vino y pan, pues ya tengo mucha sed!”. - De modo que entramos en la casa y Lázaro hizo que traigan vino y pan en cantidad adecuada. Pues nos sentamos a las mesas y nos confortamos...
. Durante la comida Yo hablé muy poco. Pero cuando el buen vino comenzó a soltar las lenguas de los discípulos, pronto en el albergue hubo mucha animación. Y el encargado de la hospedería de Lázaro se animó a dirigirse a Mí junto con los suyos, pidiéndome una Bendición para él y su familia, porque esto sería el mejor remedio contra la maldición por parte de los templarios.
2. Le dije pues: «Amigo, ¡donde estoy Yo, allí ya se halla la Bendición junta Conmigo! ¡Que te conste que más no hace falta! Tú, ¡vive conforme a la Doctrina que Yo he dado a mis discípulos, porque únicamente así lograrás la Bendición viva y verdadera, la que no sólo te resultará útil para este mundo -que para cada uno es de poca duración-, sino igualmente para tu alma que vivirá eternamente! ¡La bendición que tú solicitas vale para nada! Los fariseos reparten mucha clase de bendiciones y las cobran sin escrúpulos; pero a los que han recibido estas bendiciones, ¿acaso les han servido alguna vez para algo? Para el fariseo, por supuesto, este proceso de bendición produjo una ganancia considerable, mientras que al bendecido le tenía que consolar su fe, lo que tal vez le proporcionó alguna paz.
3. Yo bendigo a los seres humanos únicamente dándoles la verdadera Luz de la Vida, y mediante esta la Vida Eterna - si ellos actúan conforme a mi Doctrina. Todas especies de bendiciones mágicas nada valen, pues sólo aumentan la superstición de los seres humanos. Pero todo aquel que camina y actúa dentro de mi Doctrina y tiene fe que Yo soy el verdadero Cristo, en mi Nombre puede poner sus manos en el enfermo y este mejorará. Aunque un enfermo se encuentre en gran distancia, tú, sin embargo, orando por él en mi Nombre y extendiendo tus brazos hacia él, ¡que se cure, caso que esto fuere en beneficio de su alma! ¡De modo que ya ves que tal bendición es mucho más valiosa que aquella que esperabas de Mí! - ¡Dime ahora si estás satisfecho con esto!».
4. Respondió el hospedero: «Señor, ¡te lo agradezco mucho! Porque ahora veo que la Verdad es la mayor Bendición para el hombre, y la mentira y el embuste son la peor desgracia para él. Pero ahora yo quisiera aún saber de Ti, si para Dios las oraciones de los sacerdotes tampoco tienen valor y no pueden ayudar a nadie, si por ventura alguien con toda fe se halla indigno de rezar a Dios se dirige a un sacerdote y le paga para que este para él rece a Dios? ¿Cómo se puede asimilar esto dentro del ámbito de la Verdad?».
5. Dije Yo: «Pues consta escrito: “Este pueblo me honra con los labios, ¡pero su corazón está lejos de Mi!”... ¡¿Cómo podría una plegaria como esta resultar útil para aquel que la pagó?! Él como fiel no se atreve a rezar a Dios, y el propio sacerdote pagado no puede hacerlo porque por lo visto no cree en Dios alguno. Pues si él creyera en un Dios, no permitiría que le pagasen la plegaria porque diría al pagador: “Cada ser humano -aunque el número de sus pecados fuera idéntico a aquel de las hierbas de la Tierra y de la arena del mar- arrepentido y con humildad puede orar a Dios, y Él le atenderá. Mi Amor al prójimo impuesto por Dios de todos modos ya me impone la obligación de considerar a todos los seres humanos en mis oraciones. por lo tanto, reza tú mismo a Dios, porque únicamente esto te resulta útil. Pues, ¡ante Dios toda oración a pago es un horror!”.
6. ¡De modo que así debería hablar un sacerdote creyente, caso que alguien le pidiese oraciones remuneradas! Pero como este sacerdote él mismo no cree en Dios, y cobra por la plegaria murmurada de un libro, con gestos de beato, sin meditar o elevar el pensamiento a lo Alto. ¡con esto consta que es un mentiroso e impostor! - ¡¿Cómo podría Dios considerar tal plegaria?!
7. Yo te afirmo: Aunque Dios a este hombre que por la supuesta indignidad no se atrevía a rezarle, por cualquier apuro en virtud de su humildad le pudiera ayudar, ¡pues seguro que no lo hará para más y más liberarle de su superstición!
8. Si ves un necesitado que en su penuria pide ayuda a Dios, entonces préstale apoyo, caso que estés en condiciones para ayudarle. Pero si tienes nada para darle, ¡reza también tú íntimamente para él, y te digo que Dios atenderá tu plegaria y la del necesitado! Porque donde haya dos o tres que en Verdad rezan a Mí, ¡siempre serán considerados! Pero que nadie se dirija a Dios por cosas fútiles y meramente mundanas, porque por estas no será atendido; pero si alguien pide lo más necesario para el sustento material, por el fortalecimiento de su fe y de su alma, ¡la plegaria será atendida! Así van las cosas conforme la verdadera oración, la que también es una Bendición justa de Dios en el corazón humano. - ¿Comprendes esto?».
9. Respondió el tabernero: «Si, Señor, ¡esto se comprende fácilmente porque es pura Verdad! Pero nunca comprendí las oraciones mágicas de los sacerdotes, ¡y eso evidentemente porque como meros embustes nunca serán comprensibles! Vaya, ¡embusteros malvados! ¡Cómo los sacerdotes se esfuerzan en clasificar sus oraciones vanas ante el pueblo de una manera que, cuando son hechas por sacerdotes más graduados y en lugares más sagrados, su eficacia crece conforme el dinero pagado! Ahí pretenden que incluso la misma oración rezada por el mismo sumo-sacerdote en el mismo lugar más sagrado aumenta en la medida en que aumenta la cantidad de libras de oro y plata pagada. Y fíjate, ¡hay mucha gente que esto se lo cree firmemente! Pero ¡ay de aquel que les quisiera disuadir de esto y les dijera que el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob no podría complacerse en tal oración, y que sería extremadamente injusto por parte del Dios si Él considerase únicamente las oraciones de aquellas personas que por un dineral pueden pagar a los sacerdotes para que estos las rezaran, mientras a los pobres que no tienen medios para pagar, los rechazara totalmente desatendidos! Pero toda esta información sirve nada para estos crédulos ofuscados, porque a tal dilucidador sabio del pueblo sólo le tomarían por un blasfemo que profana al Templo y que como tal también habría que denunciarle ante el Templo, con lo que este ya se encargará de él por toda la eternidad.
10. Noble Amigo y Maestro divino, ¡para un ser humano honesto y educado ahí ya no hay manera de existir! ¡Pues este albergue aquí es un verdadero Templo de Dios mucho mejor que allí abajo este santuario de Salomón! Porque en este ahora ya no hay otra cosa sino mentira,
engaño y odio al prójimo. ¡Hace diez años que ya no piso el Templo - y también en adelante me cuidaré de hacerlo! Lo menos de todo una fiesta podría animarme a entrar en el Templo porque entonces allí de la manera más descarada cometen los fraudes más increíbles, ¡pues no hay ley que podría protegerme de estas estafas! Porque precisamente en las fiestas los templarios cometen unas barbaridades sin tomar las menores responsabilidades, pues se sienten como dioses. ¡Pero yo no aguanto ver esto sin ponerme muy nervioso, por lo que simplemente me aparto! - ¿Tengo razón o no?».
11. Dije Yo: «Perfectamente, pues no puedes cambiar la situación. Para ti, por lo tanto, vale más que te quedes lejano del lugar donde puedes aprender nada de bueno y verdadero. y donde, además, como judío íntegro tienes que irritarte. Yo vine precisamente para enderezar todo lo torcido y para abrir los ojos y oídos de los ciegos y sordos. - Pero dejemos ahora el Templo aparte porque todos vosotros ya estáis conscientes de su inutilidad total.
12. Dentro de poco tendremos un incremento de huéspedes, pues serán romanos y griegos auténticos. Se alimentarán aquí y seguramente también dormirán aquí, porque allí abajo en toda la ciudad casi ya no quedan albergues. Y por eso tú como posadero ya puedes prepararte un poco».
13. Al oír esto, el tabernero salió de toda prisa afuera a sus empleados para llamarles la atención a todo eso, de modo que estos ya estaban alertos. Cuando miraron hacia abajo donde se encontraba la puerta para entrar en el gran jardín -por la que se debía pasar para llegar al Monte de los Olivos- vieron que ya estaban entrando unas treinta personas. Por eso en seguida pusieron manos a la obra para que estos huéspedes puedan ser recibidos debidamente. La sala en que también estábamos nosotros era grande suficiente para alojar cien huéspedes. Además, aun había algunos cuartos contiguos espaciosos bien preparados para un buen descanso; de modo que no había motivo para temer que podría faltar en algo. Entre estos forasteros que se estaban acercando también se encontraba una mujer de Jerusalén de libre orientación - una mujer que les servía de líder y que se preocupaba mucho por ellos.
1. Consta que no tardó mucho y los forasteros se presentaron. El tabernero y también Lázaro vinieron atentamente a su encuentro y les dieron la bienvenida. De modo que los forasteros entraron y nos saludaron conforme a su costumbre, y nosotros les devolvimos su saludo atentamente. En seguida se sentaron a una mesa y no tardaron en pedir comida y bebida; pues dijeron que ya tenían mucha hambre y sed porque en toda la ciudad ya no se consiguió algo aceptable.
Y el tabernero respondió: «Pan y vino podemos serviros ahora mismo, ¡pero para una cena usual aún tendréis que esperar un poco más tiempo!».
3. Como estaban conformes, en seguida se les sirvió pan y vino en gran cantidad. De modo que comieron y bebieron con buenos ánimos. Y disfrutando del vino pronto estaban de buen humor. También la mujer libre, muy animada, les relató muchas cosas graciosas. Nosotros, mientras tanto, nos quedamos callados; y los discípulos que también entendían el griego y el romano escucharon lo más atentamente a lo que estos forasteros presentaron.
4. En este grupo había un romano muy estimado que por primera vez se encontraba en Jerusalén. Este dijo a los demás: «Oíd, ¡ya basta de bromas que hemos soltado; con lo que ahora ya podemos soltar algunas palabras un poco más formales para que la compañía distinguida que ya hemos encontrado aquí no piense íntimamente que somos meros payasos.
5. Por eso ahora yo mismo empezaré, pues digo: Todos nosotros vinimos directamente de Roma para la gran ciudad de los judíos, Jerusalén, por los judíos clasificada de sagrada. Es por la disposición de nuestra guía preciosa que llegamos a este albergue de montaña que, conforme la afirmación de esta guía, está muy desacreditado por parte del sacerdocio judaico. pero el que aun así desde mucho tiempo es el albergue mejor y más moderado en los precios; pues desde siempre por toda Jerusalén ha dado los mejores resultados. Lo que nuestra guía querida de esta manera nos recomendó de este albergue, esto ahora se confirma perfectamente. Porque ahora nosotros mismos estamos aquí; y el pan y el vino extraordinariamente buenos, como también la amabilidad impresionante de nuestro tabernero, nos dan el mejor testimonio. Por eso, también ante nuestra guía preciosa, debemos demostrar verdadera gratitud, con lo que seguramente cumpliremos conforme a nuestra antigua costumbre romana.
6. Ya son varios días que estamos en esta ciudad, y desde ayer hasta hoy hemos tenido que conformarnos con un albergue más que desgraciado; pero aquí los buenos dioses nos han agraciado con uno mucho mejor. Se comprende fácilmente que ayer por tanta búsqueda de alojamiento no hemos podido andar detrás de aquello por lo que desde Roma hemos viajado aquí. Pero ya que ahora tenemos un albergue favorable, yo diría que ha llegado la hora para empezar a cavilar sobre el porqué de nuestro viaje tan conflictivo y peligroso que hemos emprendido para venir aquí. Pues, ¡el viaje de Roma hasta aquí de ninguna manera es una bagatela! Tal vez mañana nuestra querida guía que nos ha enseñado el camino a este albergue tan bueno, también en este sentido podrá proporcionarnos más información - y tal vez también nuestro tabernero. pero con este antes aún tendremos que trabar cierto conocimiento, porque tenemos entendido que eso de los judíos es un asunto muy conflictivo porque estos -dicho entre nosotros- siempre son tíos retorcidos...
7. Que nuestra guía preciosa es un personaje muy sincero y honorable, de esto ya tenemos varias pruebas. Por eso secretamente nos dirigiremos a ella porque seguramente sabrá darnos una buena explicación para que sepamos si nuestro viaje de Roma para acá ha sido un éxito o no. Si hay algo de verídico en este asunto, entonces nos quedaremos aquí hasta que hayamos averiguado completamente qué es lo que se esconde tras esos rumores. Pero si hay nada de verídico en ellos, entonces pocos días después volveremos a casa.
8. Una tormenta observada de lejos siempre parece ser más peligrosa que cuando poco después ya está cercana. Pues parece que lo mismo pasa con nuestro asunto. ¡Lo que es extraño es que aquí en el país de los judíos hasta ahora casi nadie lo ha nombrado! ¡A pesar de esto quisiéramos informarnos algo más intensivamente sobre esto! Por eso, encantadora guía nuestra, quisiera preguntarte si aún no has oído nada de un profeta resucitado totalmente nuevo -un profeta judío que evidentemente realiza cosas increíblemente milagrosas.
9. ¡Dinos francamente si tú has oído algo de este profeta, y qué de verídico hay en este asunto! ¿Acaso tuviste la oportunidad de verle y hablarle personalmente, u otras personas fidedignas que han oído hablar de él? ¡Dinos todo que sepas de este asunto y -como ya dije- te nos mostraremos bien agradecidos!».
. Respondió la joven: «Apreciados amigos, ¡temo que en esto verdaderamente no podré prestaros un servicio suficiente, porque todo lo diverso que oí referente el profeta mencionado sonaba aún mucho más fabuloso que las historias referente vuestros dioses!
Según personas de buena índole él es un hombre sabio y verdaderamente bueno. Pero al mismo tiempo también produce muchos milagros que un ser humano sensato no se los creería, incluso si hubiera visto al mismo profeta realizarlos. Incluso yo misma no creo que este hombre pudiera realizar algo parecido; pero entre los seres humanos ya es costumbre el creerlo. Cuando cualquier hombre astuto entre muchos ignorantes se alza y les llama la atención sobre su insensatez -con lo que los ciegos luego reconocen que él es un verdadero experto en todas las sabidurías-, ¡entonces ya le toman por un dios! Él luego puede exhibirles muchas cosas artísticas de sus facultades que seguramente basan en principios totalmente naturales, con lo que él ha realizado milagros como un dios. ¡y con eso de todas regiones de la Tierra los hombres van detrás de él! Por eso -digo yo- lo mismo pasará con aquel buen hombre por lo demás muy inteligente, pues ¡no será más profeta que nosotros mismos!
3. Se dice que ya había venido varias veces a Jerusalén, que también ha realizado algunos milagros y que luego ha doctrinando el pueblo de su manera. Pero con esto había provocado los fariseos; de modo que estos, como me parece, incluso le han prohibido estrictamente publicar sus ideas. Con lo que será difícil que actualmente se presente en esta ciudad. Parece que sobre todo se manifiesta en Galilea, de modo que aquí resultará difícil conseguir algo más preciso sobre él, sino en alguna ciudad de Galilea.
4. Yo misma nunca le vi; y, en realidad, tampoco tengo muchas ganas de verle, ¡porque de su sabiduría extraordinaria yo comprendería desesperadamente poco! Y en lo que se refiere a los milagros de todas clases, yo ya asistí a algunos cuantos, y eso incluso con los esenios que resucitan y curan a los muertos. ¡con lo que realmente no tengo ningunas ganas a ver ese profeta milagroso tan famoso! - He aquí ahora he terminado de explicarme porque no me queda nada a decir, sea a favor o en contra de este profeta.
5. Tengo que confesarte que nunca he tomado cualquier profeta por algo especial, porque por un lado todos ellos son muy aburridos, y cada uno de ellos es sombrío e incomprensible como la tarde de un día del otoño. Además, también son oscuros como el cielo de estrellas, cuando se produce una tormenta de noche en Egipto. ¿Quién jamás podría hacerse amigo de un hombre así? - Aunque esto sólo sea mi punto de vista particular, no quiero imponerla a nadie, porque yo seguramente nunca llegaré a ser un profeta. Por eso entonces ya me da igual en lo que los hombres creen, mientras por lo demás sean buenos y honestos.
6. Dijo el romano: «De veras, ¡tu lógica doméstica tiene su gracia, pues tiene un sentido que nos gusta! Pero a pesar de todo, tras el gran profeta nuevo debe haber mucho más de lo que tú podías decirnos sobre él. El hecho que algo así te interesa poco o nada basa en tu juventud y en tu espíritu femenino despreocupado. Nosotros, sin embargo, en la primera y mayor ciudad del gran mundo hasta ahora conocido, ya hace años que tenemos una edad avanzada, y nos interesamos mucho por este personaje peculiar, porque de lo contrario no habríamos venido hasta aquí. ¡Con lo que ya comprenderás que debemos informarnos más detalladamente sobre este hombre!. Pero con tus sentidos despiertos ciertamente podrás al menos orientarnos, si se puede preguntar algo así al tabernero o si es inconveniente. Porque se dice que aquí los sacerdotes y los vasallos de Herodes tienen oídos aguzados como las águilas. ¿El hospedero no formará parte de estos?».
7. Respondió la joven: «Oh, ¡no haca falta que os preocupéis por esto! Él es honesto y es callado como una muralla, y según yo sepa, nunca traicionó a nadie. Los demás treinta hombres parecen ser amigos del auténtico propietario que se llama Lázaro, y que es un enemigo del Templo - razón por la que los fariseos siempre le comprometen donde les sea posible. Pero como él es indiscutiblemente la persona más rica en todo el país, nadie puede provocarle tan fácilmente; y esto aún menos ante el hecho que él con todas sus propiedades se encuentra bajo la protección romana. ¡De modo que ahí podéis decir las cosas claras, y nadie os traicionará! Y yo misma aún menos, pues ya os he explicado claramente el respeto que tengo al Templo, ¡de modo que no hacen falta más explicaciones!».
8. Dijo el romano que tenía el don de hablar el griego: «¡Muy bien hablado, querida guía! Pues así ahora sabemos con quien debemos tratar; y todo lo demás ya se arreglará después».
9. Mientras tanto mis discípulos cuchicheaban entre sí sobre estos forasteros, haciendo sus observaciones; y la joven un poco demasiado precipitosa no les resultaba agradable. Pero Yo les señalé que de ninguna manera tomen la palabra antes de la hora - lo que también respetaron.
10. A eso ya no tardó mucho y el hospedero y Lázaro entraron en la sala para anunciar que en seguida se iba a servir la cena. Por supuesto, para los forasteros esto era una información muy bienvenida.
11. En seguida pusieron las mesas con platos muy sabrosos presentados en bajillas preciosas. A eso los forasteros se asombraron y dijeron: «De veras, ¡una comida aún más sabrosa que esta no se consigue ni siquiera en Roma!».
12. Cuando comenzaron a saborear los alimentos no podían dejar de elogiarlos. También nuestra mesa fue puesta abundantemente con los mismos alimentos, pues comimos y bebimos. Pero no ensalzamos la comida en voz tan alta, lo que a los forasteros parecía un poco extraño porque se imaginaban que nuestros platos eran de menos calidad.
13. Lázaro y el posadero estaban sentados en nuestra mesa. Pues Lázaro dijo: «Amigos, ¡a mí esto siempre me da igual, porque cada huésped, sea de alta o de baja clase, en mi casa está atendido de la misma manera! ¡Pues con mucha alegría a cada uno será ofrecido lo mejor que tengo!».
14. Con estas palabras los forasteros estaban perfectamente de acuerdo, comieron y bebieron, y durante la comida ya no hicieron preguntas.
EL HOMBRE MILAGROSO
1. Sólo después de haber terminado la comida abundante, en el comedor se empezó a oír muchas voces. Y como el vino empezó a infundir valor a los forasteros, estos volvieron a sacar el antiguo tema del nuevo profeta. De modo que nuestro romano estimado se dirigió a nuestro posadero y le preguntó: «Querido hospedero, ¿no me lo tomarás en mal si te pregunto por algo muy especial?
2. Desde la Judea se ha difundido incluso hasta Roma la noticia que en alguna parte de las regiones judaicas haya surgido un hombre extraordinario -una especie de profeta- que predice cosas venideras; y dicen que todas fuerzas de la naturaleza están sumisas a su voluntad. Llevamos mucho tiempo sin creérnoslo; pero últimamente llegaron a Roma noticias de personas dignas de fe -de modo que también llegaron a mí, dado que soy uno de los primeros patricios de Roma-, por lo que yo y todos estos amigos míos que también forman parte de los más prestigiosos de Roma, todos pensamos: “En este asunto debe haber algo de realidad - ¿pero el qué? Como no nos faltan barcos y como tenemos muchos cientos de marineros, ¡hagamos un viaje a Asia, y eso a la Judea! Pues allí seguramente nos enteraremos lo más fácilmente de lo que encuba este asunto”.
3. De modo que emprendimos nuestro viaje hace dos semanas e hicimos un buen viaje, pues ya estamos aquí. ¡Pero cosa más extraña que en Roma conseguimos informaciones más detalladas que aquí, donde debe encontrarse dicho hombre! A pesar de que durante el viaje habíamos procurado obtener más informaciones, o la gente no tenía idea o no sabía más de lo que nosotros ya habíamos aprendido de Roma.
4. ¡Jerusalén, como capital de este país, debería ser la mejor informada sobre este asunto! Pues es por eso que venimos precisamente aquí, ¡pero también aquí todos quedan callados! Nuestra guía tan agradable a la que hemos acogido hoy mismo para que nos llevara por la ciudad, todavía nos ha dado la mejor información de todas. Pero incluso esta de ninguna manera puede ser suficiente para un asunto tan extraordinario. Por eso me he dirigido a ti, a ver, si tú en este asunto puedes darnos una información más detallada. Dime, ¿existe tal hombre en la Judea? ¿Y qué es lo que realiza? - ¿Qué impresión tenéis vosotros de él?».
5. A eso el hospedero me miró a Mí, preguntándome con un gesto si le estaba permitido descubrirme. Pero en su interior percibió la respuesta nítida: «Aún no, ¡porque más tarde ellos mismos Me reconocerán claramente!».
6. Sólo entonces el posadero dijo al romano: «Pues sí, mi apreciado amigo, ¡este Hombre existe tal como vosotros mismos os enterasteis en Roma! Pero nuestro sacerdocio enormemente egoísta y despótico se comporta ante Él de una manera brutalmente rebelde, como también ante cada uno que le está bien conocido. De modo que para el bien de nuestra piel conviene que no hablemos mucho de Él y eso solamente en voz baja.
7. Yo no os conozco, y tampoco conozco las intenciones que os trajeron aquí. De modo que tendréis que disculparme si de momento no puedo deciros más que: Él existe tal como os dijeron en Roma. Sin embargo, dónde está Él y lo que hace, ¡esto no me está permitido revelároslo!
8. ¡También este señor aquí, el que ahora es propietario de toda la antigua ciudad de Betania como también de este monte con este albergue, conoce muy bien al gran Hombre y sabe muy bien lo que realiza! De modo que este os puede dar un testimonio totalmente verídico que este Hombre milagroso todavía existe y continúa actuando; pero tampoco él Le denunciará. Sabemos que todos nuestros sacerdotes -que se consideran como dioses- nunca podrán perjudicarle, pero aun así queremos evitar todo escándalo para mantener los sacerdotes maliciosos en calma. ¡Más de esto no puedo ni debo expresarte!».
9. Dijo el romano: «¡Incluso con esto ya estoy satisfecho, pero aun así quisiera que el dueño de la casa me confirme esta declaración! Pues, ¿qué dices tú sobre el gran Hombre?».
10. Dijo Lázaro: «Es verdad todo lo que profirió el tabernero. ¡Y más tampoco yo os puedo ni debo decir! Como no vais a partir mañana ni pasado mañana, fácilmente aún puede suceder que lleguéis a conocerle personalmente - eso si tenéis una buena intención con Él. Porque Él con gusto viene al encuentro de todos aquellos que son de buena índole y que tienen una buena voluntad. Pero a los traidores los odia. no por la causa de Él mismo sino por la maldad condenable de ellos. Su Voluntad es tan poderosa, que basta tan sólo quererlo para realizar todo. Por ejemplo, si Él quisiera que la Tierra dejara de existir, ¡sólo tendría que quererlo y esta ya no existiría! Por eso tampoco teme cualquier enemigo; pero aun así nadie le resulta en un enemigo recíproco - no por tener miedo de algún enemigo, sino porque a Él mismo importa mucho llamar la atención del ser humano al amor mutuo. ¡Por eso los misántropos Le resultan un horror, y ay de aquel al que alcanza su ira justa! Resumiendo: Él es el verdadero Hombre-Dios, pues es el más Sabio, Bueno y Todopoderoso en toda la Tierra. - De modo que no hace falta que yo os diga más».
11. Dijo el romano: «¡Puedes estar seguro que venimos aquí animados por la mejor buena voluntad referente el gran Hombre! Si tuviéramos con nosotros todos los tesoros que por la mayor parte hemos dejado a bordo, con mucho gusto te los aplicaría como garantía para nuestra buena intención con el gran Hombre. Pero aun así puedes confiar en nosotros, porque un romano genuino marcha por camino recto y desprecia cualquier ardid. ¡Si por ventura entrásemos en contacto con él, entonces ya reconocería nuestro respeto no solamente por nuestras palabras y nuestras reverencias sino por nuestra actividad plena y seria!».
12. Respondió Lázaro: «¡De ninguna manera debéis acercaros a Él con oro, plata y piedras preciosas, porque si quisiera algo así, ¡entonces Él mismo podría transformar montañas en oro puro! Para Él sólo vale un corazón bueno y puro, ¡y nada más! Aquel que se acerca a Él con este tesoro, él es Su amigo, y a él le hace todo donde ve que esto le resulta útil. Pero que nadie se presente a Él solamente con oro y plata, pues esto lo odia porque endurece a las personas y las hace malignas. Todo lo que ante el mundo puede ser considerado como grande y espléndido, ante sus Ojos es un horror. De modo que ahora sabéis cómo Él está concebido. Por eso, si Le encontráis, comportaos correspondientemente, y con mucho gusto Él os dará su Amor, la Verdad y la Vida Eterna».
1. Dijo el romano: «Yo os lo veo en la cara que habláis la verdad y nada de mentiras, con lo que aún más ardemos en deseos de ver al gran Hombre personalmente. ¡Pero si sin dudas es así como vosotros dos idénticamente le describisteis, entonces él podría fácilmente declararse rey de los judíos, porque bastaría el poder de su voluntad para expulsarnos del país, tomando igualmente medidas para impedir que en la Judea nunca ya podría volver a instalarse un solo romano! Además, los romanos sabemos desde hace mucho que, de acuerdo con las antiguas profecías, todos los judíos están esperando un gran rey. ¡Al final, sus esperanzas serán coronadas por ese gran personaje, y nosotros nos veremos despojados con la rapidez de un rayo, sin más ni menos! - Ahí, ¿qué es vuestra opinión?».
2. Respondió Lázaro: «Nunca hará falta que los romanos teman esto por parte de Él. Primero, por ser Él un gran Amigo de los romanos; y segundo, porque las profecías de los antiguos profetas deben ser interpretadas en el sentido de que Él como Mesías que ahora realmente ha venido ni mucho menos pretende fundar un imperio terrenal, sino sí, un Reino espiritual de Amor y de verdadera Sabiduría de Dios, del Reino Celestial y de la vida eterna del alma después de la muerte - eso para todas las criaturas que aceptan Su Doctrina de Dios y que actúan conforme a Su Voluntad. Mira, ¡esta es Su intención pura y real; pues nunca consideraría una expulsión de los romanos de estas tierras!
3. No se puede negar que muchos judíos ignorantes tienen esta convicción, pero de ninguna manera toman al gran Hombre por el Mesías. Y si Él les dice que Él mismo es el Prometido, entonces no se lo creen a pesar de todos los Milagros que Él realiza ante sus ojos. Por el contrario, Le acusan de blasfemo y calumniador del sábado judío." Y si les resultase posible, ¡serían los primeros en matarle! Lo que os digo aquí es la pura Verdad, por lo tanto no debéis temer que Él va a liberar los judíos de los romanos, ¡porque hará precisamente lo contrario! Es decir, ¡es probable que Él a vosotros los romanos os liberará de la influencia judaica!».
4. Dijo el romano: «Si es así, ¡entonces sería mejor para Él si fuera a Roma donde le tendrían en palmitas y le adorarían! ¿Qué haría tal Hombre grande y solitario entre los judíos tontos que se toman por hijos de Dios, mientras que en su forma de pensar, hablar y actuar son más ignorantes que los escitas nórdicos?».
5. Dijo Lázaro: «Si es esto lo que Él quisiera en su Sabiduría insondable, ¡entonces desde hace mucho ya estaría en Roma! ¡¿Quién habría podido bloquear el camino a su Voluntad todopoderosa?! ¡Él sabe muy bien el motivo por qué casi solamente permanece entre nosotros los judíos! Nosotros todos somos demasiado ignorantes para poder decir: “Señor, ¡haz lo uno o lo otro!”; porque verdaderamente solo Él es un Señor en toda Sabiduría y en todo Poder. ¡¿Quién, entonces, podría darle un consejo?!».
6. Conjeturó el romano: «Si es así, ¡entonces será muy difícil el hablar y tratar con él! Sea como fuere, estaríamos muy agradecidos si él nos considerase dignos de que pudiésemos verle. ¡Y a vosotros dos ya os demostraríamos nuestra gratitud efectivamente si pudierais conseguir la ocasión que podamos llegar a verle!».
7. Dijo Lázaro: «¡Ahí seríais muy imprudentes! Porque si yo y mi tabernero fuésemos codiciosos, no nos costaría nada el convencer a cualquier hombre con una buena retribución que se os presente como el hombre milagroso, y si por ventura le preguntaseis por su identidad, ¡seguro que podría responder con palabras convincentes - porque incluso para esto ya podríamos tomar medidas de antemano! Con lo que veis, ¡de vuestra parte esto sería imprudente y de nuestra parte sería malvado! ¡Ya Le reconoceréis vosotros mismos sin necesidad de una recompensación centellante de vuestra parte por haberos dicho las palabras: “Ved, ¡éste es el gran Hombre!”».
8. Estas palabras convencieron al romano de la honestidad y de la precaución de Lázaro, y le alabó con todo corazón.
1. Un poco más tarde, después de un cuarto de hora, aconteció que la guía de los romanos -la que por lo demás era una chica libertina para los hombres lujuriosos- a causa de su consumo excesivo del vino fue afectada de espasmos violentos. Con lo que empezó a gritar de manera digna de compasión, pues su cara se desfiguró y sus miembros y muslos se torcieron violentamente.
2. A eso los romanos se horrorizaron mucho porque tomaron este hecho por un MALUM OMEN34; por lo que dijeron: «¡Ay de nosotros, porque los dioses se han enfurecido contra nosotros porque hemos ido a la búsqueda de un dios extraño! ¿Qué vamos a hacer ahora?».
3. Respondió Lázaro: «¡Nada más que quedaros aquí! Yo conozco esta persona ya hace varios años y sé que ya sufre algunos años de estos ataques, sobre todo después de haber bebido un poco demasiado de vino. Nosotros los judíos llamamos este mal la posesión por uno o varios espíritus malvados. En tiempos antiguos, cuando entre los judíos todavía había muchos hombres devotos, por la plegaria de alguno de estos hombres devotos tales espíritus malvados podían ser expulsados de la persona poseída. Pero hoy en día tal cura prácticamente ya no existe. Por supuesto, nuestro gran Hombre podría realizarlo instantáneamente - ¡si Él así lo quisiera!
4. He aquí la razón de los temblores de esa moza. ¡¿Como podrían encolerizarse vuestros dioses ante el hecho que estos no pueden existir en otra parte sino únicamente en la fantasía de los seres humanos que ignoran el Dios Verdadero, pues nunca oyeron hablar de Él?! ¿Por qué no? La respuesta se encuentra en el gran Plan de Sabiduría del Creador de los seres humanos».
5. Esto tranquilizó a los romanos, con lo que estos de nuevo podían volver a mirar a la guía que se encontraba en un estado deplorable. lo que podía despertar en ellos algo de compasión por ella.
6. El primero de entre los romanos se aproximó a nuestra mesa en la que nosotros estábamos sentados tranquilamente y, por coincidencia, se dirigió precisamente a Mí con las palabras: «Amigo, ¿acaso hay nadie entre vosotros que podría socorrer a esta joven tan desgraciada de una u otra manera? ¡Vosotros asistáis a la cena con semejante indiferencia, mientras ella está luchando contra la muerte! Yo tengo un gran deseo de socorrerla - ¡si tan sólo conociera un remedio para curar esta enfermedad! ¡Pero nosotros los romanos somos poco expertos en la medicina, sobre todo en males de esta especie!».
7. Dije Yo: «Tú te dirigiste a Mí sin saber Quién soy; pero tu misma fe que en nuestra mesa pudiera haber alguien apto para la cura de la poseída te ha llevado a Mí. Y Yo te digo que tu espíritu ya te indicó la Persona cierta que ayudará a la joven para el bien de su cuerpo y de su alma. ¡De modo que prestad todos atención con qué medios Yo socorreré a esta joven para siempre!».
8. En seguida Me levanté de mi silla y me dirigí a la joven ya totalmente rígida en el suelo,
extendí mis Manos sobre ella y mandé a los siete espíritus en ella que la suelten.
34. Mal presagio.
9. Los espíritus gritaron desde el vientre de la joven: «Oh Jesús, Hijo de David, ¡déjanos todavía quedar por algún tiempo en esta posada nuestra!».
10. Pero Yo repetí mi Orden, con lo que los espíritus instantáneamente abandonaron el cuerpo.
11. La joven se levantó tan feliz y sana como si nunca hubiese tenido enfermedad alguna. Cuando Me vio a su lado y la informaron que Yo la había socorrido, ella se fijó en Mí y dijo en voz baja: «Bueno, ¡este es seguramente aquel hombre maravilloso por el cual desde hace un año mi corazón palpitó cada vez más vivamente! ¡Y precisamente este al que yo amaba con tanto ardor y todavía le amo -al que vi solamente una sola vez de paso-, Él vino en mi auxilio! Oh amigo, ¡¿por qué no me dejaste morir, en vez de hacer que vuelvas a encontrarte conmigo sin yo tener la menor esperanza que también tú me ames?! ¡Porque tú eres un hombre puro, mientras que yo soy una libertina despreciable!».
12. Con esto ella se lanzó a mis Pies, los abrazó y los mojó con lágrimas de amor y arrepentimiento.
13. A eso algunos discípulos se acercaron a ella para arrastrarla, con las palabras que un comportamiento así ahí no era conveniente.
14. Pero Yo dije a los a los discípulos: «¿Qué os importa esto? ¡¿Acaso no soy Yo el Señor de Mí mismo y ahora también de ella?! Cuando a Mí me parece que ella pasa de borde, ¡entonces Yo ya le diré lo que es conveniente o no! Pues Yo os digo que esta joven ha pecado mucho, ¡pero a Mí me ama mucho más que todos vosotros juntos - razón por la que mucho le será perdonado! ¡Y aún os digo que en todas partes donde se predique mi Evangelio también será nombrado este acontecimiento con esta mujer!».
15. Con esta explicación los discípulos se retiraron, pues estaban contentos.
16. En seguida Yo dije a la joven: «¡Ahora levántate, porque estás socorrida y redimida de todos tus pecados! ¡Pero ahora ve tu camino y ya no peques, para que no te suceda algo aún peor! Porque cuando el espíritu maligno abandona una criatura, entonces recorre estepas áridas y desiertas buscando un nuevo alojamiento; pero si encuentra nada, entonces intenta volver a su antiguo hogar. Y si ahora lo encuentra bien barrido y purificado, a él mismo entran aún más ganas para volver a ocuparlo. Pero cuando ve que él solo es demasiado débil para conseguir eso, entonces se junta con siete otros espíritus malignos peores que él, los que todos juntos con violencia invaden el hogar purificado. ¡Este segundo estado del ser humano es mucho más grave que el primero! Por esto, ¡ten cuidado para que no te suceda algo como eso! ¡Levántate pues, ve tu camino y ya no peques!».
17. A eso la joven se levantó, y de amor y gratitud para Conmigo casi no sabía arreglárselas. Pero después de un rato Me pidió que por aquella noche aún pudiera quedar en el albergue, dado que ya era hora avanzada.
18. Pero Yo respondí: «¡Yo no hablé con tu cuerpo sino con tu alma, y eso a causa de sus múltiples tendencias mundanas; pero con tu cuerpo físico puedes quedar donde quieras!».
19. Con esto la joven se quedó contenta y volvió a sentarse a la mesa. Pero no apartó sus ojos ni un momento de Mí.
1. A eso también el romano empezó a observarme con más atención, pues me dijo: «Amigo, ¡perdóname si mi corazón me empuja a molestarte con una pregunta importante! Por cierto, no te pasaron desapercibidas mis investigaciones acerca del gran hombre de este país... ¡Y ahora acabas de realizar con esta joven una cura milagrosa como hasta ahora nunca he visto!
¡La curaste simplemente con el poder de tu voluntad! ¡¿Qué, si acaso, tú mismo eres dicho personaje. un verdadero Hombre-dios cuya fama llegó hasta Roma?! Y si no lo fueras, ¡seguro que tendrías conocimientos de él! Pues, si esto es el caso, ¡entonces llévanos a él, y todos tesoros que tengo conmigo serán tuyos!».
2. A eso respondí: «Dado que con tus compañeros hayas hecho tu largo viaje hasta aquí, te digo que ya te encuentras en el lugar correcto, porque Yo soy precisamente Aquel al que has buscado. ¿Qué, pues, es tu deseo? ¿Por qué Me buscaste con tanto sacrificio?».
3. Dijo el romano, encantado por Mi afirmación: «Oh Amigo, si tú lo eres, entonces junto con todos mis compañeros ya he encontrado mi salvación; porque para mí mismo yo quiero experimentar tu Doctrina y quiero ver tu gran Poder y Magnificencia. Pues solamente mañana pienso importunarte más en ese sentido, pero por esta noche todavía quedaremos juntos como antiguos amigos.
4. Antes de todo, ¡mí gratitud por la cura de esta joven tan agradable! Y vosotros los dos taberneros, ¡traed todavía algo más de vino porque ahora hemos encontrado nuestra mayor bienaventuranza! ¡Y que mañana todos los pobres de esta ciudad sean alimentados a nuestras expensas! - ¡Así sea!».
5. Lázaro y el tabernero salieron y trajeron vino en cantidad justa, y en seguida lo sirvieron en los vasos.
6. Entonces el romano levantó el vaso lleno e hizo el siguiente brindis: «¡Salve a nosotros y honra, amor y gratitud a Ti, gran Maestro! Aunque los judíos obtusos e ignorantes no te reconozcan, ¡tanto mejor y más profundamente te reconocerán los romanos!
7. A eso el romano vació la copa de un trago y luego alabó el buen vino. Acto seguido todos los demás hicieron lo miso; únicamente la joven no bebió porque temía que iba a caer en el mismo estado de antes.
8. Pero el romano le dijo: «¡Oye, maja! Nosotros los romanos respetamos un proverbio que reza: “¡En presencia del médico nada perjudica!”. ¡Pues nosotros tenemos aquí el Médico de los médicos, por tanto, vaciando una copa de vino, puedes muy bien brindar en Honor de Él!».
9. Respondió la joven: «¡Si yo supiese que Le tributaría una honra justa si yo vaciara esta copa, entonces me bebería el vino de todos los odres de Palestina, - ¡y después morirme para Él! Pero yo sé que por beberme el vino no aumentaré su Honra en absoluto. Pues como todas las Fuerzas de los Cielos y de la Naturaleza Le prestan la máxima Honra, ante esta la de mi parte seria prácticamente nula. Por eso no beberé el vino, ¡sino sí, por amor a Él y a vosotros, los queridos hombres de Roma! De modo que este vaso de vino demuestra: ¡Todo mi corazón únicamente para Él, y mi respeto a todos vosotros!».
10. Después de haber pronunciado estas buenas palabras ella vació el vaso, se levantó de su asiento, se acercó a Mí y me dijo: «Oh gran Maestro, ¡permite a una sierva más indigna tocar y besar la orla de tu túnica para que esto dé alivio a mi corazón!».
11. A eso se arrodilló y dio muchos besos al dobladillo de mi túnica, humedeciéndolo con muchas lágrimas; pues ella no quería soltarse del dobladillo...
12. Algunos discípulos refunfuñaron y dijeron: «Pero Señor, ¡quítatela de encima, porque sólo te ensucia tu buena túnica!».
13. Dije Yo: «¿Qué os importa esto? Si esto me agrada a Mí, ¿por qué no a vosotros? Ella fue una pecadora y ahora es una penitente justa, por lo que la aprecio más que a muchos justos que nunca han precisado de penitencia.
14. Ved, había una vez un hombre que era dueño de cien ovejas. Pero un día aconteció que una se perdió en el matorral. Cuando a la tarde él recogió el rebaño, notó su ausencia. Él no se lo pensó mucho e inmediatamente dejó las noventa y nueve paradas y corrió a la búsqueda de la perdida. Después de una búsqueda diligente la encontró y, con gran alegría, se la cargó en los hombros para llevarla así a la casa. Al verla otra vez en el medio de las demás noventa y nueve, su alegría fue mayor con ella que con las noventinueve nunca extraviadas.
15. Y ved, así también en el Cielo se hallará más alegría en un pecador verdaderamente penitente, de lo que en noventinueve justos que nunca precisaban de penitencia.
16. Hubo igualmente una vez una mujer que de su dinero había perdido un denario. Afligida, ella encendió una lámpara y tanto buscó hasta que halló el denario. Su alegría fue tan grande, que invitó a los vecinos para la cena, dándoles oportunidad de compartir la alegría de ella.
17. Ved, ¡lo mismo se dará en el Cielo con un pecador que mediante una penitencia bien realizada facilita su recuperación! Pues los ángeles de Dios siempre ven el Semblante de Él, observan la actividad de los hombres y se regocijan cuando un ser humano voluntariamente desiste del pecado, dirigiéndose con todo su sentir y actuar a Dios.
18. De modo que también Yo tengo una gran alegría en esta pecadora que para siempre se ha apartado de sus pecados; y también ella, a su vez, está feliz por haber encontrado su Salvación justa y verdadera. Por eso, ¡no le inhibáis la manifestación de su alegría!».
19. A eso los discípulos un tanto celosos ya no dijeron nada, pues vaciaron sus vasos y en seguida pidieron que las vuelvan a llenar.
1. Pero Yo les dije: «Mis queridos amigos y hermanos. El vino tomado en medida justa produce un fortalecimiento, pues fortifica y da salud a los miembros del cuerpo; pero bebido en exceso despierta los espíritus malvados de la carne y aturde los sentidos. Los espíritus malvados despiertan la sensualidad, impudicia y lascivia, a causa de los cuales luego también toda el alma durante mucho tiempo se quedará desanimada, malhumorada, perezosa y casi insensible. Por eso, al beber vino, ¡sed conscientes de la medida justa, y tendréis sosiego en vuestra carne!».
2. Dijo Pedro: «Señor, ¿acaso también nosotros somos poseídos, dado que acabas de hablar de los espíritus malvados en nuestra carne?».
3. Le respondí: «Por cierto; porque la carne y la sangre de todos los seres humanos están repletos de espíritus naturales malvados - los que merecen esta denominación porque se encuentran en el juicio; pues si ellos no se encontrasen en el juicio, tampoco serían vuestra carne y vuestra sangre... Pero cuando el cuerpo os será quitado, pronto también será disuelto, con lo que sus espíritus ya serán llevados a un destino más libre.
4. Pero no solamente en vuestra carne, sino también en todos los elementos se encuentran espíritus todavía lejanos de poder ser llamados “buenos”... Sin embargo, para todo aquel que ya por Mí se ha purificado, él entonces es puro y bueno en todo, conforme a la finalidad prevista por Dios.
5. Ved una piedra en el suelo que parece ser totalmente muerta - ¡pues sólo es aparentemente muerta! Violentadla mediante fricciones y golpes fuertes, ¡y con las chispas que echará os comunicará que está compuesta de espíritus condenados! Si la pusierais en un alto horno, ablandaría y empezaría a derretirse... - Y si no fuese así, ¡¿cómo podrían los hombres producir el vidrio que es tan valioso?!
6. De modo que en todas partes existen espíritus malvados de la naturaleza sin fermentar, como hay cuerpos, agua y aire; y el fuego terrestre no es otra cosa que una liberación de los espíritus ya algo más madurados, los que luego ya estarán llevados a un destino más elevado.
7. Hay todavía una gran diferencia entre aquellos espíritus malvados por los cuales frecuentemente los seres humanos son posesos, y los malos de la naturaleza no fermentados, de los cuales consiste toda la Tierra en todas sus partes y sus elementos. Pero sí, tienen la afinidad y la relación mutua que, si un ser humano no despierta demasiado los espíritus naturales del cuerpo, tampoco tan fácilmente puede ser poseso -en lo que se refiere al cuerpo- de los espíritus de almas humanas verdaderamente malvadas.
8. Precisamente por eso os prevengo contra toda clase de pasiones, porque estas en sí son una consecuencia del despertar de los diversos espíritus en la carne y la sangre. Una vez que estos estén demasiado despiertos, pronto se juntarán con ellos las almas impuras de seres humanos difuntos, que a menudo se encuentran en esta región baja del planeta. Cuando algo así sucede, tal persona es verdaderamente posesa. - ¿Comprendéis esto?».
9. Respondieron los discípulos: «Sí, Señor, de esto ya nos has hablado repetidas veces, ¡pero nunca de una manera tan explícita como ahora mismo! De modo que te debemos las gracias, ¡y por eso esta noche ya no tomaremos más vino!».
10. Dije Yo: «Muy bien, ¡proceded así, y por la mañana estaréis muy a gusto porque un cuerpo sobrio conserva el alma sana; y un alma sana es el mejor médico para un cuerpo enfermo!».
1. Dijo el romano: «Gran Maestro, aunque yo no viera Obra milagrosa alguna, sino únicamente oyera tus Palabras, yo sería consciente de que Tú debes abrigar mucho de un verdadero Espíritu divino. Pues, sin su Influencia nadie puede hablar tan sabiamente. De modo que en tu caso se hace valer nuestra antigua lema: “SINE AFFLATU DIVINO NON EXSISTIT VIR MAGNUS!”35 Porque es evidente que a Ti el sublime Dios te ha echado el Aliento más que a nadie... Con semejante Sabiduría extraordinaria se comprende que también la Voluntad tiene que ser extraordinariamente poderosa porque Él sabe claramente lo que quiere y qué remedio es útil y necesario para su realización. Un hombre ingenuo en toda su vida nunca realizará nada de grande y milagroso, pero sí, uno que es perfectamente consciente de la obra que debe realizar y de los remedios que para esto hacen falta.
2. El que es sabio en la palabra también lo será en sus obras; pero si alguien en la palabra es tímido o incluso necio, seguramente nunca alguien va a admirar sus obras. Si una gallina ciega con su pico de vez en cuando logra a llevarse un grano de cebada, aun así nunca llegará a ser un símbolo para la sabiduría como lo es una lechuza. porque esta en la noche ve muy bien dónde se encuentran los botines a sacar.
3. Seguro que aquellos hombres que habían construido esos maravillosos monumentos del mundo antes habían trazado un plano de construcción en el cual ya estaba perfectamente determinado de antemano qué aspecto esta obra de arte debía tener y cómo debía ser concebida... Tal obra arquitectónica que -como en el caso de las pirámides de Egipto-ciertamente ya ha resistido a varios milenios, ¡seguramente resistirá aún por algunos milenarios más! Consta que el constructor de tal obra arquitectónica no era una gallina ciega, sino una lechuza que también en la noche ve con claridad; porque de lo contrario no habría sido capaz de realizar semejante monumento maravilloso. De modo que soy de la opinión que únicamente la sabiduría extrema de un ser humano al que un Dios poderoso ha echado el Aliento, es capaz de realizar algo milagroso ante los ojos de la demás gente débil. eso porque la sabiduría extrema
35. Sin influencia divina no existe hombre magno alguno.
es la maestra y fortalecedora de toda voluntad y la descubridora única de los recursos apropiados mediante los cuales siempre podrá lograr lo que quiera, ¡francamente y sin impedimento alguno!
4. Por eso, gran Maestro sumamente sabio, ya no hace falta que me suministres cualquier señal milagrosa para probarme que todo que en tu gran Sabiduría quieras realizar también tiene que realizarse, porque para mí tu Sabiduría inimaginablemente grande y la rotunda afirmación de tu Palabra ya son los fiadores más seguros para ello. - Yo como romano, ¿tengo razón o no?».
5. Dije Yo a los demás: «¡Ahí mirad a este pagano frente a los judíos que afirman que Dios es su Padre! Para estos no bastan los grandes Milagros que Yo ya he realizando tantas veces ante sus ojos y oídos, ¡mientras que este pagano ya me reconoce por la Palabra! Por eso a los judíos allí abajo en la gran ciudad Jerusalén os digo: ¡La Luz de los Cielos os será quitada y será entregada a los paganos!
6. Pero a ti, mi querido Agrícola, te ejecutaré una Señal precisamente porque tú también me crees sin señal cualquiera; pues la cura de esta joven que ahora a Mí mismo ha llegado a ser muy querida, para intelectuales de tu especie es demasiado insignificante, pues algunos de tu grupo, a pesar de todo, en secreto pensaron lo siguiente: “¡Vaya astuto que es este hombre! Él esperó con la cura de la joven hasta que se dio cuenta que ella ya mejoraba por si misma... Pues solamente cuando se produjo el proceso de la auto-curación -para un médico seguramente bien reconocible- él la llamó. ¡De modo que ella se despertó tal como se habría despertado sin la llamada!”. - Ve, íntimamente esto pensaban tus compañeros, los que también son pensadores conscientes. ¡y en parte incluso tú mismo pensaste así!
7. Aun con esto Yo no hago reproches a nadie, porque siempre prefiero un pensador libre a mil almas de creencia ingenua, a las que da igual si se les da gato por liebre. Porque el que no piensa no aprende y tampoco comprende; y al final de las cuentas para él el plomo y el oro dan lo mismo. El pensador, sin embargo, nunca compra a ciegas. Por eso después de la curación de esta joven tan apreciable pensaste: “Ante nuestros ojos la señal evidentemente le ha salido bien. Sin embargo, yo antes debo oírle hablar, porque solamente entonces se demostrará si realmente a causa de su Sabiduría tiene la Facultad de realizar tales Milagros mediante su Voluntad”. Pero cuando tú me oíste hablar, en seguida estuviste por encima de toda duda, porque para ti y tus compañeros mis Palabras eran un fiador de la plena Verdad de la Señal - y en el principio para la Finalidad de mi Existencia.
8. Y como vosotros -tú y tus compañeros- sólo habéis creído a la Palabra y no a la Señal, por eso ahora mismo ante vuestros ojos también voy a realizar una gran Señal...
9. ¡Sabed que donde sea que estoy Yo no me encuentro solo, sino allí me sirven innumerables multitudes de espíritus angélicos poderosos y lucidos de todos los Cielos! Cuando un emperador o un rey hace un gran viaje de negocios gubernamentales, consta que no lo hace solo, sino conforme a su voluntad le acompaña un gran séquito. Y ved, ¡tanto más esto sucede Conmigo! Pues por un gran y nuevo asunto de Gobierno espiritual y universal también Yo, desde toda Eternidad el Señor Único de toda infinitud, precisamente en esta Tierra, en esta época mundial y en este planeta, he emprendido un Viaje infinitamente importante, vestido con la carne de estos seres humanos - un Viaje, sin el cual jamás un ser humano de esta Tierra habría podido lograr una verdadera Vida eterna...
10. Y dado que Yo como mayor Monarca, por motivos de suma importancia he emprendido este Viaje a la Tierra, vosotros mismos os podéis imaginar que muchas legiones de mis ángeles han hecho este viaje junto Conmigo, pues siempre están alrededor de Mí, atentos a mis Señales y cumpliendo mis Órdenes en todos los astros.
11. Pero únicamente con los ojos carnales ahora aún no podéis ver ni percibirlos, pero si durante un rato os abro la visión interna, no sólo los veréis, sino también podréis hablar con ellos y hacer algunos pedidos. Antes, sin embargo, tengo que dirigir la pregunta importante a vuestra libre voluntad si realmente queréis ver mis Compañeros y hablar con ellos, ¡porque Yo nunca presiono a nadie!».
12. Perplejos, los romanos se callaron un rato porque no esperaban una explicación de este tenor.
13. Pero Agrícola se dirigió a los demás: «¿Sabéis qué vamos a hacer? ¡Que realicen estos cuentos y ya veremos qué de verdadero hay en ellos! Y otra vez algunos detalles de Él me llaman mucho la atención. ¡¿Quién Le dijo mi nombre?! ¡Porque aquí yo tenía la precaución de presentarme a nadie! ¿Cómo, pues, lo puede saber? Además de esto: ¡¿Quién podía revelarle nuestros pensamientos?! ¡Pues Él sabe todos los detalles! Además, Él pretende no estar solo, sino que está rodeado por falanges de espíritus poderosos... Amigos, ¡en tal caso es evidentemente un Dios perfecto de OPTIMA FORMA, y nosotros todos tenemos la suerte nunca habida de ver al verdadero Júpiter en Persona! De modo que todos estamos de acuerdo de ver y oír lo que Él acaba de ofrecernos. lo que Él iba a mostrarnos si nosotros queríamos ver y oírlo. Y dado que lo queremos, ahora le vamos a rogar que Él nos presente sus poderosos Compañeros de viaje - ¡si esto le resulta posible!».
14. Todos, incluso mis antiguos discípulos, estaban perfectamente de acuerdo que también lo querían ver.
15. De modo que Agrícola se dirigió a Mí y dijo: «Gran Maestro, si esto te resulta posible, ¡entonces muéstranos tus incontables Compañeros invisibles, secretos y todopoderosos, y ya veremos qué clase de seres son! De modo que todos nosotros te rogamos que nos muestres todo lo que antes ya nos prometiste».
16. Dije Yo: «¡Esto en seguida sucederá! Pero antes debéis serenaros convenientemente, porque lo que ahora vais a ver, esto -aunque por mi Voluntad esté un poco mitigado- os conmoverá sobremanera, a pesar de vosotros ser romanos valientes.
17. Dijo Agrícola: «Maestro, nuestra lema es: SI TOTUS ILLABATUR ORBIS, IMPAVIDUM FERIENT RUINAE!36 El que no teme la muerte, tampoco teme los buenos espíritus, y menos aún los malos, cuyo poder no puede ser muy grande. Estamos preparados para todo lo extraordinario, con lo que ya puedes empezar a realizar tu Milagro. Pues todos nosotros ya estamos muy curiosos por experimentarlo.
18. Dije Yo: «¡Entonces levantaos de vuestras sillas y, juntos Conmigo, salid al aire libre; allí, durante una hora, veréis la Gloria de Dios, el Padre que en este Cuerpo me envió a este mundo para la salvación de los seres humanos!».
19. Cuando Yo había terminado estas Palabras, todos se levantaron de sus asientos y, juntos Conmigo, salieron al aire libre.
1. Cuando así en total de unas setenta personas nos encontramos en buen orden en el aire libre, Yo pronuncié por encima de todos: “¡Epheta!”, lo que quiere decir: “¡Ábrete!”.
2. Inmediatamente a todos se les abrió una segunda visión en la que vieron un sinnúmero de falanges de espíritus angélicos luminosos, de los cuales algunos descendieron a los romanos para hablar con ellos.
36. Si todo el orbe se convirtiera en escombros, ¡al intrépido portarían los restos!
3. Estupefactos, los romanos se callaron. Solamente Agrícola me dijo: «Señor y Maestro, ¡esto es parecido a nuestro Olimpo fabuloso! ¡Qué cantidad más enorme de espíritus! ¡¿Quién podría imaginarse algo así incluso en un sueño más lúcido?! ¡Ahora dime si esto es realidad o una fantasía animada en nosotros, causada por la Fuerza de tu Voluntad - una fantasía que ahora se presenta afuera de nosotros como una realidad! ¡Pues estos seres parecen tener cuerpos materiales, sobre todo los que entre nosotros andan sobre el suelo de esta Tierra como nosotros! ¿Cómo hay que interpretar esto?».
4. Dije Yo: «Mira, junto a ti se encuentra un ángel, ¡pregúntale, y él te responderá!».
5. A eso Agrícola se dirigió a este ángel y le dijo: «¡Habla, ser extraño! ¿Eres tú un ser real o sólo un engendro de mi propia fantasía ahora un poco demasiado excitada? Pero si tú eres un ser real, ¡dame para esto una prueba sostenible para que yo pueda creerlo perfectamente!».
6. Dijo el ángel con voz muy clara: «Todos nosotros somos mucha más realidad que vosotros los seres humanos, porque vuestros cuerpos no son realidad en absoluto. pues son ni mucho menos lo que parecen ser. Aunque tengan una forma humana que mediante sus miembros se puede mover conforme a la voluntad del alma, en cuanto esta forma se descomponga, en seguida volverá a pasar a muchas otras formas innumerables. Unicamente la pura Verdad absoluta es una realidad, porque todo el resto en vosotros los seres humanos terrestres es apariencia y un engaño necesario de los sentidos. Mientras un ser humano trabaja en beneficio del cuerpo para acumular tesoros de este mundo, durante este tiempo también su alma -por el engaño de su cuerpo- se halla en el mayor engaño, porque el que considera la existencia del cuerpo una vida, su alma hay que considerarla como muerta - mientras ella no se entere íntimamente que la vida del cuerpo carnal en sí es la propia muerte."
7. Nosotros somos realidad total porque no tenemos un cuerpo mutable, sino que somos la propia Fuerza de la Vida que nunca puede ser mutada o destruida. Todo lo que vosotros como seres humanos carnales podéis ver en el mundo, todo esto puede transformar y matar vuestro cuerpo. Si una piedra cae en tu cabeza, te matará. Si caes en el agua o en el fuego, morirás. En suma, para tu cuerpo puedes encontrar la muerte cierta en todos los elementos. Pero con nosotros esto jamás sucederá porque somos la propia Energía divina, pues penetramos todo, y no existe elemento material que nos pudiera perjudicar. Tenemos en nosotros la Fuerza y el Poder invencibles para destruir en un instante todos los elementos materiales, y también a crear un nuevo mundo de elementos. ¡Pues dominamos todo! Pero a nosotros eternamente nunca algo podrá dominar, a no ser nosotros mismos, porque somos la expresión perfecta de la Voluntad divina.
8. Para que tú como romano pensador percibas esto de manera aún más consumada, ¡toma esta piedra que ves aquí y tírala con toda violencia a mi cabeza, y verás que nada me hará! Pero si yo hiciera lo mismo a ti, ¡en el mismo momento morirías en lo que se refiere a tu cuerpo! ¡Hazlo y convéncete a ti mismo que así es!».
9. El romano hizo caso y la piedra, atravesando al ángel, cayó al suelo; pues el ángel se encontró completamente indemne delante el romano.
10. A eso el ángel volvió a levantar la piedra y dijo: «Si yo te hiciera esto a ti, ya estarías tendido en el suelo con la cabeza totalmente destrozada. Pero esto, por supuesto, no te lo haré, sino te presentaré una alternativa. Pues toma otra vez esta piedra que es muy dura, y procura a romperla con las manos».
11. El romano tomó la piedra, y con toda su fuerza física él probó la gran dureza y solidez de ella. Pero nada le sirvió pegar la piedra o tirarla al suelo - pues aparte de algunas rozaduras la piedra quedó totalmente integra.
12. Acto seguido el ángel tomó la misma piedra de la mano del romano y le dijo: «Mira, esta piedra es la misma que tú antes lanzaste a través de mi cuerpo, y la que ahora intentaste a destruir. Ahora ves que yo puedo mantener la piedra en mi mano como tú, ¡y eso mucho más firmemente de lo que tú antes la habías mantenido! ¡Ahora procura quitármela de mi mano y te convencerás de mi fuerza!
13. El romano lo intentó con toda su fuerza, pero no le resultaba posible mover la mano del ángel ni por un pelo hacia la izquierda, hacia la derecha, hacia abajo y hacia arriba, y aún menos consiguió quitar la piedra de la mano del ángel.
14. Entonces el ángel dijo: «Mira, ¡se supone que esto es más que solamente tu fantasía excitada!».
15. Respondió el romano: «Sí, amigo, ¡seas quién y qué fueres! Si yo ahora estuviera soñando, seguro que no vería la ciudad extensa allí abajo y no oiría la bulla que llega hasta aquí. y no vería a mi lado todos estos compañeros míos, y seguramente tampoco este albergue en toda su realidad. Pues frecuentemente he tenido sueños muy claros en los que he visto regiones que existen en la Tierra, pero nunca tenían un aspecto como existen en la naturaleza. Sólo cuando soñé con el uno u otro de mis amigo, entonces -por lo menos en su aspecto y su hablar- estos siempre tenían un aspecto como en el mundo de la naturaleza, y hablaban y actuaban conformemente. Pero aquí esto no es el caso porque aquí veo todo lo natural, tal como es. y al mismo tiempo os veo a vosotros, seres no naturales. De modo que os considero verdaderas realidades, y nada de fantasías. - ¿Pero qué ibas ahora a hacer con la piedra?».
16. Dijo el ángel: «En seguida lo verás. Mira, antes intentaste romper la piedra, pero esta te opuso una resistencia tenaz. Pero ahora te demostraré su disolución completa en mi mano. De modo que aquí tienes aún la entera. y ahora ya tienes varios cientos de fragmentos, ¡míralos!... pero ahora, finalmente, ¿dónde se han quedado estos? ¡Pues ya no queda rastro de ellos porque yo los he disuelto completamente en sus sustancias originales!
17. Ante el hecho que yo como espíritu puedo realizar esto con la mayor facilidad, ¿acaso mi naturaleza espiritual no debe ser infinitamente más perfecta que la existencia de todos los seres humanos corporales de esta pequeña Tierra? Por eso únicamente nuestra existencia es una verdadera; y la vuestra en esta Tierra solamente lo es en la medida en que esté llevada conforme a la Voluntad del Señor - El que ahora misericordiosamente vive en vuestro medio, enseñándoos a vivir una Vida verdadera. El Único que desde toda Eternidad es Todo en todo. A Él debéis escuchar y conforme sus Palabras debéis vivir y actuar».
1. Dijo el romano: «¡Que sí, que sí! Esto ahora ya lo entiendo bastante bien... Entretanto, ante el hecho que vosotros los espíritus poderosos existáis y vuestra existencia evidentemente es más verdadera que la nuestra, ¿por qué, para nuestra instrucción y nuestro consuelo, no os presentáis con cierta frecuencia? Nosotros ahora tuvimos la suerte de veros, y cuando relatemos este hecho a nuestros semejantes, entonces algunos pocos lo creerán, pero muchos otros se reirán a carcajadas y nos tomarán por ilusos. ¿No sería conveniente que el uno u otro de vosotros mismos apareciera para prestar testimonio válido a nuestro relato?».
2. Respondió el ángel: «Ejecutamos estrictamente la Voluntad del Señor; porque solamente lo que Él quiere es bueno. ¡Y esto es lo hacemos!
3. Si para los seres humanos de esta Tierra que se están formando para la salvación de sus almas fuese necesario, entonces también estaríamos continuamente en contacto visible entre los seres humanos. Pero como esto no es el caso, sólo los debemos guiar invisiblemente, a fin de que su libre voluntad no esté violada. Porque nadie puede aprobar ante Dios si antes no ha pasado por determinado tiempo por la experiencia de una independencia total en su carne, completamente aislado de nosotros. Pues ahí están el Amor, la Sabiduría y la Voluntad de Dios que deben ser respetados, y todo debe suceder, existir y ser conformemente. Y si algo no sucede, existe y es así, entonces también es prácticamente una mera nada. Pero si vosotros los seres humanos desde ahora vivís y actuáis como lo quiere el Señor, entonces después de dejar vuestra carne detrás, vais a ser lo que nosotros somos ahora. Pues en otros tiempos en cualquier astro también nosotros fuimos lo que vosotros sois hoy día.
4. Incluso el habitante más simple de esta Tierra, ya desde la cuna, es mucho más que nosotros en toda nuestra grandeza, en nuestra Sabiduría y en nuestro Poder, pues los seres humanos bien encaminados de esta Tierra son niños del eterno Amor puro de Dios; y en ellos la suma Sabiduría y el sumo Poder deben desarrollarse completamente libremente a base de su amor a Dios, su Padre más auténtico. Pero nosotros surgimos como criaturas de su Sabiduría; por eso, de nuestra gran Sabiduría, antes debemos crear en nosotros mismos el amor a Dios, lo que resulta increíblemente más difícil que encontrar en sí mismo la suma Sabiduría y el sumo Poder por medio del amor a Dios.
5. Como vosotros, habitantes de esta Tierra, surgisteis precisamente del puro Amor en Dios -por lo que vosotros mismos sois Amor en Dios-, nosotros, los seres de la Sabiduría, de ninguna manera podemos influir en vuestro desarrollo libre a Base de vuestro Amor original de Dios en vuestro ser. Tu, hermano terrestre, ahora comprenderás un poco más claramente por qué a nosotros los ángeles de Dios no está permitido rodearos visiblemente. Pues con vosotros sólo podemos despertar desapercibidamente la Sabiduría y el Poder latentes en vuestro amor a Dios, ¡pero nunca insuflaros una sola chispa de nuestra auténtica Sabiduría, porque así no conseguiríamos despertar vuestra sabiduría sino la sofocaríamos!
6. Lo mismo acontece ya entre vosotros los seres humanos terrestres. Pues, ¿qué resultaría de un niño si nada más dejar la ama de leche lo mandaseis a la Universidad donde profesores especializados doctrinan ciencias elevadas y artes secretos delante de alumnos muy bien preparados - ciencias totalmente incomprensibles para la gente común? Finalmente, tal vez el niño llegaría a repetir las palabras de sus profesores, pero eso sin jamás entender su sentido y significado profundos. Por eso haced que la niñera antes eduque a los recién nacidos, y que mediante juguetes apropiados los lleve a una primera forma de pensar de una manera infantil. Y de año en año el niño llegará a ser más maduro y más apto para llegar a una enseñanza escolar más elevada.
7. Lo que vosotros hacéis con vuestros niños, nosotros los ángeles también lo hacemos con vosotros los seres humanos, y lo debemos hacer así precisamente porque vosotros los seres humanos de esta Tierra sois niños del Señor.
8. Si hubieseis nacido en aquel astro donde en otros tiempos nosotros habíamos encarnado, entonces ya habríais aportado con vosotros toda Sabiduría necesaria, y casi ya no precisaríais otra enseñanza que aquella que hace falta para la localización del Amor de Dios en la Luz de vuestra gran Sabiduría.
9. ¡Fijaos en los muchos seres irracionales de vuestra Tierra! También ellos son creaciones emanadas de la Sabiduría de Dios, por lo que no precisan de otra enseñanza mediante la cual de manera penosa deberían aprender lo que deben ejecutar dentro de su facultad y naturaleza, pues con el mismo nacimiento ya traen todo como artistas perfectos. ¡¿Quién jamás podría haber enseñado a la abeja la botánica, demostrando donde se halla la miel dentro de la flor, y donde la cera?! ¡¿Quién la enseñó a construir su celda y producir en ella misma la miel aromática provenida del dulce rocío de la flor?! ¡¿Dónde la araña puede haber aprendido a producir el hilo y tejer con él la telaraña tan útil?! Ved, ¡todo esto los animales lo tienen de la Sabiduría de Dios, cuyo producto son! Como de momento no son más que esto, lo que tienen deben tenerlo en suma perfección. Pero como les faltan casi totalmente el amor y su libre voluntad, prácticamente no pueden aprender más.
10. A pesar de esto también existen animales a los que ya están agregados ciertos síntomas del Amor más sublime. Y fíjate, por eso tales animales ya son aptos para aceptar una enseñanza suplementaria por parte de los seres humanos, y por esto pueden ser adiestrados para cumplir con ciertos desempeños mecánicos. Y cuanto mayor fuera este amor de tales animales, por ejemplo de perros y ciertas aves, tanto más estos animales serán aptos para una mayor formación para diversos quehaceres.
11. Esto, en sumo grado, es el caso con las criaturas humanas de otros astros, porque estas ya nacen dotadas de todas facultades imaginables, de modo que no hace falta que aprendan cualquier cosa en una escuela. Pero como el amor en ellas sólo se desenvuelve paulatinamente como producto de la Sabiduría, también tienen escuelas donde se les demuestra cómo a partir de la Sabiduría también se puede llegar al verdadero Amor libre y a una Voluntad totalmente libre. Si entonces tal hombre con mucho desempeño ha alcanzado tal estado después de un entrenamiento prolongado, solamente entonces está apto para aproximarse a Dios y también a Sus niños de esta Tierra.
12. De ahí una vez más deberías reconocer más claramente por qué vosotros los verdaderos seres humanos de esta Tierra durante el desarrollo de vuestra sabiduría de ninguna manera debéis permanecer en contacto visible o palpable con nosotros. Resumiendo, la tarea de vuestra Vida consiste en buscar Sabiduría a base del Amor y a desarrollarla; y nuestra tarea era descubrir y desarrollar el Amor de Dios a base de la Sabiduría.
13. La enorme diferencia nunca descriptible consiste únicamente en que vosotros los seres humanos de esta Tierra podéis llegar a ser idénticos a Dios, ¡pero nosotros nunca!, salvo si nosotros mismos aceptáramos una encarnación en esta Tierra, para lo que hasta ahora realmente nos faltan las ganas, pues todos nosotros estamos más que satisfechos con nuestra suerte, y con gusto desistimos de cosa mejor.
14. No deja de ser venturosa la expectativa de alguien llegar a ser un niño perfecto de Dios -para lo que verdaderamente hace falta mucho . Entretanto, no intentamos alterar nuestro estado feliz. Pues, ¡no precisamos de algo más sublime!
15. Entre estas falanges innumerables -por un rato todavía visibles para ti- existen ya algunos pocos verdaderos niños de Dios; pero vosotros, por ser enseñados y guiados por Aquel que desde toda eternidad es el Altísimo, estáis en condiciones indeciblemente mejores. Pues de ninguna manera es lo mismo si uno es un hijo de una casa o un siervo de la misma casa... Porque a los hijos pertenece todo lo que es propiedad del Padre; pero a los siervos sólo les pertenece lo que el señor les quiere dar. - ¿Entiendes esto, mi apreciado Agrícola?».
16. A eso nuestro Agrícola se quedó casi perplejo, pues no sabía cómo reaccionar porque el ángel habló de una manera tan categórica sin dar oportunidad de argumentación. Además al romano, por lo demás muy convencional, le faltaba todo conocimiento puramente espiritual, con el cual habría podido entrar en más discusiones con el espíritu angélico.
17. Por eso el romano se dirigió a Mí, y dijo: «Señor y Maestro sin par, ¡es evidente que esto no es un sueño! Y este espíritu -o lo que por lo demás podría ser- desarrolló ante mí ideas jamás concebidas por un ser humano... Los que son como nosotros, ¿qué van a sacar ahí? Lo mejor de todo que dijo es su afirmación de haber vivido en otro astro como hombre encarnado. Pero yo pregunto dónde aparte de esta Tierra aún podría haber otro astro. Yo e incontablemente muchos otros seres humanos nunca hemos oído de esta posibilidad. ¿Por dónde va este nuevo tema?».
18. Dije Yo: «¡Tranquilo, amigo mío! Ve a él, ¡y ya te mostrará otros cuerpos terrestres de los que hay un sinnúmero en el espacio infinito! ¡Que te conste que este ángel no pronunció una sola palabra incorrecta! De modo que ve a él e infórmate sobre todo donde tengas dudas, porque él te lo demostrará todo y lo explicará de una manera muy práctica».
1. El romano me dio las gracias por mi Consejo, volvió otra vez al ángel, y le dijo: «Apreciado Amigo, te quedo muy agradecido por tus palabras lúcidas que he recibido de ti. Pero nosotros los habitantes de esta Tierra y pretendidos futuros hijos de Dios a pesar de todo de ninguna manera podemos entablar amistad con vuestra sabiduría sobrenatural. ¡¿Qué sabemos nosotros de otras Tierras en el Espacio infinito, dado que ni siquiera conocemos suficientemente nuestra propia Tierra?! Ten, pues, la bondad de darme pruebas palpables para tu afirmación, porque de lo contrario aun toda tu sabiduría surtirá poco efecto para nosotros».
2. Dijo el espíritu angélico: «Exiges mucho de mí - lo que finalmente debo concederte porque así lo quiere el Señor... Actualmente tu visión te está abierta en una medida que te facilita que con el ojo de tu alma puedas vernos a nosotros los espíritus puros; pero también esto solamente porque nosotros de vuestra esfera vital exterior nos prestamos un cuerpo substancial.
3. Si estuviéramos con vosotros como espíritus puros, entonces no os sería posible vernos, a pesar de vuestra segunda visión actual. Solamente cuando en el futuro os encontréis en la visión puramente espiritual -lo que podéis llamar la tercera visión o la visión más íntima del espíritu-, entonces también seréis capaces de vernos a nosotros, los ángeles puros. Precisamente esta tercera visión es muy necesaria para que tú, igual que nosotros, puedas ver todos los demás cuerpos cósmicos que, en su proporción, en medida ínfima también existen en ti, pero tu alma no puede verlos antes de que ella haya llegado a ser una con el Espíritu de Dios.
4. Con vosotros los seres humanos -gracias al permiso del Señor- por muy poco tiempo podemos conseguir que lleguéis a tener la visión espiritual completamente despierta, con lo que entraréis extasiados en la tercera visión que es la más pura.
5. Para iniciar, os colocaré entre la Tierra y la Luna, a fin de que así os enteraseis que esta Tierra sólo es un globo, y que la Luna y el Sol los podéis ver con los ojos de vuestra carne. Entonces os llevaré a la Luna, al Sol y solamente después a varios otros mundos y Tierras. ¿Estáis satisfechos con esta perspectiva?».
6. Dijo el romano: «Por supuesto, ¡¿pero se supone que este asunto no costará demasiado tiempo?! Porque si aquellas estrellas con sus mundos están más grandes que esta Tierra, ¡evidentemente tienen que encontrarse muy lejos de ella porque parecen ser tan pequeñas! ¡De modo que se comprende por sí mismo que aun un viaje espiritual más veloz costará su tiempo!».
7. Dijo el ángel: «Para el espíritu puro no existen tiempo ni espacio: aquí y allá en una distancia infinita, desde aquí son uno; y ahora y hace milenios también son uno. Por eso, en un estado puramente espiritual, en un solo momento podéis ver y saber mucho más que en vuestra carne en varios millones de años de enseñanza mediante la palabra - para lo cual la duración de la vida de los seres humanos en esta Tierra es mucho demasiado corta. Pero esto también tiene su gran ventaja, porque con nosotros en un sólo momento el alma aprende mucho más, y más pura y verdaderamente - para lo que aquí en esta Tierra habría necesitado unos cuantos años... Pero una vez que un alma se haya independizado suficientemente en su cuerpo, entonces para esta resultará en una gran ventaja vital cuando le esté quitada la carne pesada y conflictiva, pues entonces el alma se aproximará a nuestra comunidad donde de manera totalmente viva recibirá la verdadera enseñanza de la Vida.
8. ¡Ahora todos tened atención! ¡Porque en seguida os liberaré en vuestro espíritu que en sí es la Vida de Amor que proviene de Dios, razón por la que sois niños de Él, o sea, un día venidero aún lo seréis - si vivís conforme a la Voluntad de Dios, la que se os comunica tan complicadamente!... - ¡Que así sea! ¡Que seáis libres y que ahora veáis la eterna Creación de Dios con la que entroncáis!».
9. A esta exclamación conforme a mi Voluntad todos cayeron en un sueño natural -en lo que se refiere al cuerpo- pero aun así podían hablar con la boca física, a pesar de que en este estado estaban totalmente privados de todos sus sentidos corporales.
I Todos estaban acostados en el suelo. Solamente Agrícola estaba sentado en un banco, y pronto empezó a hablar: «De modo que allí abajo esta gran esfera es la Tierra, y allí arriba como esfera bastante más pequeña es la Luna, y aún más debajo de la Tierra se trata indudablemente del Sol. ¡Qué aspecto más impresionante! ¡El Espacio aparentemente vacío está lleno de seres de mi especie! Hay los que flotan hacia la Tierra y otros que salen de ella. ¡Ay que bien! Pues ya tengo delante de mí el astro lunar que es muy parecido a nuestra Tierra, ¡sólo que allí todo parece tan triste y lúgubre! No me gustaría en absoluto vivir allí, pues evidentemente también a sus habitantes les gusta poco porque tienen las caras muy tristes y dan un aspecto muy raquítico».
2. Interrumpió el ángel: «Se trata de ciertas almas de la Tierra a las que en cierto sentido quitan la corteza de su gran mundanismo para que estas luego sean capaces a una educación espiritual más elevada. Mira, aquí en el lado de la Luna que es opuesto a la Tierra, todo ya tiene un aspecto más alegre y animado, pues aquí viven los verdaderos habitantes de este astro lunar».
3. El romano estaba conforme e hizo sus observaciones admiradas.
4. Luego todos se pusieron en camino hacia el Sol.
5. Cuando Agrícola ya se encontró cerca del Sol, dijo al ángel: «Amigo, ¡este mundo me resulta demasiado enorme! ¡Ahí languideceré por sentirme totalmente reducido a una nada! ¡A ver si me llevas a una Tierra más pequeña!».
6. Dijo el ángel: «Amigo mío, ¡esto no está a mi alcance porque yo tengo que actuar conforme a la Voluntad del Señor! Tan pronto que pisemos el suelo de este mundo de Luz, ya te parecerá más agradable. - ¡De modo que entremos!».
7. En el mismo instante se hallaron en el lugar más precioso del cinturón central del Sol37, y el romano casi se mareó ante semejante esplendor. Y al ver los seres humanos solares que tenían una belleza extraordinaria, fue entonces que él ya no quería que le quitaran de allí. pues luego rogó al ángel que le permitiera que se lleve una de estas hijas del gran Sol a la pequeña Tierra, a fin de probar a los coterráneos que también el Sol es un mundo en el que viven seres humanos, además, más hermosos y mucho mejores.
8. Dijo el ángel: «Amigo, ¡una vez más tengo que decirte que esto resulta imposible! Aunque yo pudiese llevar esta persona a la Tierra, para ella resultaría completamente imposible subsistir allí, por ser la atmósfera terráquea para ella lo mismo que el agua para el hombre con cuerpo de carne. De modo que ahí ves que los seres humanos de los demás mundos tienen una naturaleza distinta, conforme a la cual solamente pueden subsistir en el mundo que les está asignado. - Pero ahora, ¡continuemos nuestro camino!».
9. Dejando el Sol atrás, aún son visitados los planetas y algunos más soles relativamente cercanos, donde el romano siempre se complacía lo más, por lo que continuamente sentía lástima que él no haya llegado a ser habitante de uno de estos mundos de Luz tan magníficos.
10. Pero el ángel le dijo: «Amigo mío, en lo que se refiere a tu alma, ¡precisamente en este mundo de Luz, durante cuatro mil años habías vivido en un cuerpo! Y fíjate, ¡allí mismo se encuentra todavía tu hogar tan precioso! Y las personas que allí entran y salen, en lo que se refiere al cuerpo, eran tus parientes más próximos.
II Allá, un buen día, un sabio caminante te orientó que en el gran Espacio infinito de la Creación en alguna parte hay un mundo donde los seres humanos con el tiempo y con el esfuerzo correspondiente pueden llegar a ser hijos del gran Dios; pero eso solamente si estaban dispuestos a ser retirados de su mundo -en lo que se refiere al alma- para que en aquella Tierra
37. Véase también Jakob Lorber: El Sol natural. (Muñoz Moya Editores)
agraciada de Dios otra vez en un cuerpo pesado tengan que pasar por una de esas pruebas de vida, amor y libertad totalmente independientes. Pero de momento todo esto debía suceder sin el menor recuerdo del mundo tan precioso donde vivías. Porque allá la Vida no tenía como base la Sabiduría vidente sino únicamente -y eso sobre todo en el principio- el amor totalmente ignorante. Y tú aceptaste las condiciones... De modo que repentinamente fuiste transformado, pues tu alma liberada fue implantada en un útero terrenal, y eso en la capital más deslumbrante de la Tierra, para evitar que tú en ciertos sueños clarividentes despiertes cualquier nostalgia secreta de volver aquí.
12. Con lo que ves que ya estuviste una vez en uno de esos mundos preciosos - hecho que ahora reconoces muy bien en tu espíritu. Pues también te acuerdas de todo lo que hiciste hace unos cincuenta años atrás... Pero para que tu ansiedad de volver a quedarte aquí no se avive demasiado, ahora mismo vamos a volver a nuestra Tierra agraciada de Dios».
13. En el mismo instante todos -es decir, todos los romanos- volvieron a ser repuestos de la tercera visión a la segunda, la de antes, con lo que en el mismo momento se despertaron, perfectamente conscientes de todo lo que habían visto y oído con toda claridad.
14. Cuando todos se habían levantado del suelo, el romano dijo: «Yo he visto lo uno y lo otro, ¡a ver, si habéis visto y oído algo parecido!».
15. Con pocas palabras cada uno indicó lo que había visto y oído.
16. Y Agrícola dijo: «Ahora también creo que las cosas son así como yo las vi y las oí, porque vosotros visteis y oísteis con pelos y señales lo mismo que yo. De modo que todo eso son soles y tierras donde la mayoría es inimaginablemente mayor y más preciosa que nuestra Tierra. - ¿Y todo eso debe haber creado el espíritu de ese judío milagroso?».
17. Confirmó el ángel: «Exacto, mi hermano terrestre, ¡todo esto y aún infinitamente más cosas aún más deslumbrantes! Y Él, el Espíritu sublime y eterno, ahora realizó este milagro delante de vosotros también como ser humano de vuestra Tierra, a fin de que Le reconozcáis verdaderamente y vivierais conforme sus Enseñanzas, para llegar a ser sumamente felices como niños Suyos. ¡Y ahora id todos a Él para agradecerle de todo corazón que Él os haya revelado algo tan sublime, y que os haya demostrado que únicamente Él es el Señor de todas las cosas y de toda Vida!».
18. Todos hicieron caso, y Yo los desperté de la segunda visión, de modo que las falanges de ángeles volvieron a ser invisibles.
19. Yo los pregunté cómo les había gustado esta Señal.
20. Todos confirmaron: «¡Indescriptiblemente bien!».
21. Pero como todos necesitaban descansar, dijeron que solamente el día siguiente podrían comentar este acontecimiento más sobriamente. De modo que nos retiramos a nuestro cuarto para descansar.
. Al surgir la alborada, ya nos encontramos al aire libre. Era un día precioso y el Sol salió con toda pureza.
2. Cuando Yo con los discípulos contemplé el escenario precioso de la naturaleza, Juan me dijo: «Señor, no me queda claro por qué una aurora tan preciosa siempre me impresiona tanto, y por qué fortalece tanto mi corazón, mientras que el sol del mediodía me deja indiferente, y el sol del crepúsculo más bien me entristece».
3. Dije Yo: «Esto proviene del animo del mismo ser humano si es mejor y correctamente encaminado. Pues la mañana corresponde a la adolescencia feliz e inocente del ser humano, razón por la que alegra el sentimiento de cada persona pura y equilibrada, lo que produce un ánimo juvenilmente alegre.
4. El mediodía parece a un hombre fuerte que suda a chorros para ganarse su pan diario, y por eso ya no despierta sensaciones tan agradables como la mañana. Pues en la edad adulta del varón la poesía animada de la juventud ha terminado y está sustituida por cierta severidad de la vida. Para un ánimo sano y bien sensible eso realmente no produce agrado alguno, sino sí, cierta severidad, en la cual el corazón nunca halla un verdadero placer, a pesar de que esta severidad es necesaria para ganarse la Vida verdadera...
5. Y finalmente la noche -símbolo de la muerte terrena y de todas las cosas pasajeras- a un ánimo bien sensible no puede producir sino una impresión sombría, a pesar de que el anochecer y la noche sean tan indispensables como la mañana y el mediodía. Porque si para el ser humano no hubiese un fin de la vida, tampoco podría producirse un alba eterna de la Vida, y llegar a haber una Verdad eterna.
6. Mira, simplemente en esto basa tu sentimiento muy justo, pero aun así no es el mismo para todos. Porque existen seres humanos que prefieren la noche mucho a la mañana. E incluso hay seres humanos para los cuales la mañana causa una impresión desagradable, en cuanto al mediodía tal sensación mejora, y en cuanto al crepúsculo la sensación ya es de mayor agrado, ¡sobre todo en la noche! Pero las personas que sienten de esta manera, en general son de una especie torcida, y es difícil enseñarles cosa mejor y llevarlas al camino cierto de la fe y del sentimiento; pues en este mundo, con ahínco, sólo han acumulado tesoros que se oxidan y los que se roen las polillas. Pero los que una vez se encuentran en tal condición, difícilmente se los podrá cambiar a otra.
7. Por eso Yo os digo a todos: ¡No acumuléis en este mundo tesoros que se oxidan o los que fácilmente se comen las polillas (Mt 6, 19-21; 25-34)! Tampoco os preocupéis por el día de mañana, ¡porque vais a comer y tendréis para vestiros! Pues ya vale si cada día trae su propia preocupación... ¡El Padre en el Cielo sabe perfectamente lo que necesitáis! ¡Observad las golondrinas en el tejado y las flores en campo, pues no siembran ni cosechan, y aun así el Padre en el Cielo las provee abundantemente de todo! ¿Acaso los pájaros no están vestidos y alimentados, y las flores del campo no se visten más preciosamente que en aquellos tiempos Salomón en toda su pompa? ¡¿Por ventura no valéis mucho más que las golondrinas, de las que se puede comprar docenas por un penique. y no estáis en condiciones mucho mejores que la hierba en el campo, la que hoy todavía está en flor pero mañana está segada, secada y tirada al fuego para alimento de los animales?! - Como ahora estáis así orientados por Mí mismo, ¡actuad de acuerdo y, como discípulos elegidos de Mí, perduraréis con éxito en vuestro cargo!
8. Cuando Moisés para la tribu sacerdotal de Levi había introducido el pago del diezmo, él había determinado: “El que sirve al altar, ¡que también viva del altar!”. Y Yo ahora os digo lo mismo, aunque sea con otras palabras... Por eso, todo esto sólo os lo he dicho a vosotros y para vosotros, pues con esto de ninguna manera quiero haber enunciado un mandamiento conforme el cual nadie ya debería labrar un campo, y nunca ya cultivar una cepa en una viña, pues esto vale únicamente para vosotros los trabajadores escogidos para mi Viña Espiritual. Porque a los demás Yo digo: El que no trabaja, ¡que tampoco coma! Pero aquel que busca mi Reino y su Justicia, como vosotros, él recibirá todo lo demás por añadidura».
9. A eso sobre todo Juan me agradeció por esta enseñanza y preguntó si la debía anotar.
10. Y Yo respondí: «Por cierto; pero únicamente para vosotros y vuestros sucesores; porque si valiera para todos los seres humanos, pronto toda la Tierra llegaría a ser un desastre».
. (El Señor): «Ahora también nuestros romanos ya se han levantado, de modo que pronto nos rodearán. ¡Pero no les hagáis mucho caso, porque todo lo que conviene Yo ya lo arreglaré con ellos! Como paganos en el fondo son gente bondadosa, ¡pero aun así no dejan de ser paganos, y tienen un buen sueño! Vosotros mismos ya os convenceréis de la poca importancia que darán a los hechos de ayer - después de haber pasado el efecto del vino... Aunque ellos bien se acordarán de algo que ayer habían oído y visto, tienen más bien la impresión de haber tenido un sueño muy real. Por eso os aviso que no os dirijáis a ellos y que no los recordéis de lo pasado.
2. Pero la joven ya se fue hoy muy de mañana, después de haber encargado al hospedero un saludo efusivo para Mí, con la promesa más viva que ella nunca más iba a pecar. Y Yo mismo os digo ella cumplirá con su palabra... De modo que lo que Yo ahora para la actualidad os he dicho referente a los romanos, ¡consideradlo en la medida en la que podáis, porque vosotros mismos pronto os convenceréis que únicamente Yo siempre y eternamente tengo razón!».
3. Los discípulos estaban sorprendidos que estos treinta romanos que anoche ardían de entusiasmo para Mí, hoy iban a considerar todo esto como un sueño vivo.
4. Dije Yo: «¡No os sorprendáis demasiado sobre esto, porque estos hombres ayer allí abajo en la ciudad ya habían acudido en demasía al buen vino, y luego aquí sobrepasaron aún siete veces la cantidad de la que todos nosotros habíamos disfrutado. Por eso estos ya han más bien soñado que estando despierto, porque un embriagado sueña de ojos abiertos. Por eso de todo lo que experimentaron anoche tienen la impresión de haberlo soñado vivamente. Lo gracioso de todo es que entre ellos se relatan el mismo sueño con pelos y señales... Como no se pueden explicar este fenómeno, suponen tener que ver un mago que ha hechizado el vino. - Y ni siquiera se enteran de la ausencia de la mujer.
5. ¡Aproveché de la embriaguez de ellos para realizar el Milagro, porque si se hubieran encontrado en estado sobrio, evidentemente me habrían tomado por uno de sus dioses y proclamado como tal. Pero de esta manera está bien. pues para la libertad del ánimo humano siempre conviene que una Manifestación milagrosa le llegue en un estado de sueño en vez de totalmente despierto. De modo que anoche esto también fue el caso con estos romanos, ¡pues en seguida veréis qué curso tomará este asunto!».
6. Cuando Yo había arreglado esto de esta manera con mis discípulos, ya salieron Lázaro y el hospedero al aire libre para dirigirse a Mí. Y antes de todo, el hospedero me transmitió el buen saludo por parte de la mujer que ya se había ido.
7. Luego Lázaro me dijo: «Señor, ¡qué cosa más extraña pasa con estos romanos, y sobre todo con el Agrícola que anoche era tan locuaz! Porque el que anoche era el más elocuente, ¡hoy está completamente callado como no puede ser más! Y todos los hechos extraordinarios que realizaste ayer, ¡ellos los toman por auténticos sueños! ¡Y lo más gracioso es que todos cuentan de haber tenido el mismo sueño con pelos y señales! Una parte de ellos supone que el sueño habrá sido el resultado del vino que evidentemente estaba hechizado. Pero Agrícola afirma que este sueño evidentemente es un resultado de la fantasía de los romanos, la que ya se atiene demasiado al judío famoso. Y por eso esta noche en todos ellos, a la vez, se ha producido la misma imagen sin ellos ser conscientes de este detalle... ¡Lo más curioso es que ellos ni siquiera saben cómo habían llegado a esta hospedería en esta montaña! Cuando dije a Agrícola que anoche ya bastante tarde una moza los había traído aquí, incluso a esto ya no se acuerdan. ¡Que cualquiera se aclare con estas personas - pues para mí estos romanos andan demasiado confundidos!».
8. Dije Yo: «No te preocupes, ¡pues vale más que sea así! Porque si estos hombres anoche hubieran sido completamente sobrios, entonces Yo no habría podido manifestarme a ellos de esta manera. Pero como en su estado de embriaguez estaban más bien soñando que despiertos,
el asunto se desarrolló convenientemente. ¡Pero que tengas cuidado en no descubrirme! Si os volverán a preguntar por el célebre judío, ¡entonces decidles que Él aún antes de mediodía doctrinará en el Templo! Pues entonces pronto entrarán en el Templo porque querrán ver y oírme. Y sólo después estarán más preparados para percibir algo más detalladamente lo de su sueño hipotético».
9. Dijo Lázaro: «¡Muy bien, Señor, pero para el momento el desayuno ya está preparado! ¿Acaso Tú y tus discípulos no vais a tomarlo antes de ir al Templo?».
10. Dije Yo: «Por supuesto que lo tomaremos antes de ir al Templo. ¡Pero sírvelo en otro cuarto, para que no tengamos un roce demasiado intenso con los romanos! Pues en seguida algunos de ellos saldrán para indagar mucha cosa... Mis discípulos ya están informados sobre lo que deben hacer. - Pero Yo ya me lo arreglaré fácilmente con los romanos. Tú, mientras tanto, sirve el desayuno en otro cuarto, y nosotros no tardaremos en acudir y consumirlo. Y nada más terminarlo, en seguida descenderemos al Templo».
1. Cuando los dos oyeron esto, en seguida volvieron a entrar en la casa e hicieron todo conforme a mi Voluntad. Nada más entrar ellos en la casa, y ya salieron varios romanos que se juntaron con nosotros y se regodearon con la vista preciosa que se tenía desde esta montaña.
2. Pero uno de ellos se dirigió a un discípulo y le preguntó si esta noche también había pasado en este albergue, y tal vez los demás con él.
3. Pero el discípulo le remitió a Mí y le dijo: «Este Hombre allí también habla vuestra lengua. ¡Por eso id allí y hablad con Él!».
4. Esto comprendió un romano que también comprendía un poco el hebreo, por lo que este en seguida se dirigió a Mí y me preguntó como antes al discípulo.
5. Y Yo le dije: «¿Por qué nos preguntas a nosotros por esto? Pues nosotros tampoco te preguntamos a ti si pasaste esta noche en este albergue. Nosotros, que sí, hemos estado aquí. Pero a vosotros que sois forasteros poco esto os importa, ¡porque consta que en ninguna parte hemos trastornado vuestro lugar de descanso con nuestra presencia! Ahora, ¡explícame tú por qué quieres saber esto de nosotros!».
6. Respondió el romano: «Pues que sepas que desde anteayer ya estamos en la búsqueda de aquel judío célebre; y que por casualidad ayer topamos con este albergue. Todos estábamos ya un poco embriagados por el vino tan fuerte. Y cuando dormimos, cada uno de nosotros tenía el mismo sueño maravilloso: Pues, ¡todos encontramos al Judío milagroso! Este, entre otras cosas que hizo, también nos trajo a este lugar, donde nos manifestó su Poder divino y su Magnificencia... De suerte que quedamos sumamente encantados y tomamos a aquel Judío maravilloso por un Dios - un Dios que por cierto tiempo se ha vestido con un cuerpo humano para que de esta manera a los seres humanos algo mejores pudiera enseñarles cómo llevar una Vida más sublime. Pero todo esto no es más que un breve sumario del contenido de nuestra visión. Si solamente uno solo de nosotros -sin excepción- hubiera tenido esta visión, ¡entonces habría sido un sueño extraordinariamente primoroso! Pero resulta que sin excepción todos teníamos perfectamente el mismo sueño - algo que es nada de corriente. Por eso echamos la culpa al efecto del vino, y también por eso ahora queríamos preguntaros si también habéis trasnochado aquí para saber si también vosotros mismos habéis tenido un sueño parecido. - ¡No os sintáis ofendidos por esto!».
7. Dije Yo: «¡Eso ni mucho menos! ¿Pero acaso ya no podéis acordaros qué aspecto más o menos tenía el célebre Judío?».
8. Respondió el romano: «Pues esto ahora resulta un poco conflictivo. Pero si me está permitido hablar de mi manera, ¡conforme a mi memoria algo débil parecía casi a ti, muy amigo mío! Pero si te digo esto, ¡que por eso no te pongas nervioso!».
9.- Dije Yo: «No te preocupes, ¡porque igual puedo haberlo sido Yo mismo!».
10. Respondió el romano sonriendo: «Buen amigo, ¡¿acaso estás bromeando?! Pues yo te digo que este sueño de ninguna manera ha sido una broma, ¡porque entonces también tú habrías tenido tal sueño que te estaría emocionado profundamente!».
11. Dije Yo: «Oye, ¡poco puedes saber si Yo vi exactamente lo mismo que vosotros o no! Pero sea como fuere, ¡tomemos este asunto ahora como se presente! Pues por hoy aún nos quedaremos aquí, y si también vosotros os quedáis, ¡entonces esta noche ya volveremos a este asunto! Pero de momento tomaremos el desayuno para después dedicarnos a nuestra tarea. Y dónde por hoy se podrá ver y oír al Judío milagroso, ¡más tarde esto ya os dirá el propietario de esta hospedería, porque él seguramente lo sabrá!».
12. Dijo el romano atentamente: «¡De modo que os deseo que el desayuno sea de vuestro gusto! ¡Pues el hospedero ya tendrá la bondad de informarnos dónde se podrá ver y oír a este hombre tan célebre!».
13. Dije Yo: «Pues muy bien, ¡pero quedaos bien sobrios, porque de lo contrario volveréis a pasarle soñando, lo que ya ha pasado a muchos y que aún pasará a muchos más! Pero ahora,
¡tomemos el desayuno!».
14. Acto seguido nosotros nos apartamos de los romanos y nos fuimos a aquel cuarto donde el desayuno ya nos estaba esperando. Los romanos hicieron lo mismo, sólo que como anoche se dirigieron al gran comedor. Como nosotros pronto habíamos terminado, en seguida nos bajemos a la ciudad donde aún nos dimos alguna vuelta, porque conforme a aquella era antes de las 9 horas no había manera de entrar en el Templo, pues se trataba de un día de post-sábado.
(Jn 8,2)
1. Nada más abrirse el Templo bien por la mañana, junto con los discípulos Yo era Uno de los primeros en entrar (Jn 8,2). Y cuando el pueblo vio que Yo había entrado en el Templo, también acudió a Mí en gran número. De modo que sentado, Yo comencé a doctrinar mediante parábolas y ejemplos comunes en los Evangelios.
2. Yo les demostré el gran Amor, la Bondad y la Justicia de Dios, el Padre, y sobre todo también en qué consiste el Reino de Dios, el que ahora ha llegado tan cerca de ellos.
3. Muchos tenían fe en Mí.
4. Y algunos comentaron: «Éste es realmente un gran profeta, ¡y no se comprende por qué los fariseos no le quieran reconocer! Él, a la vez, es verdaderamente desinteresado y, según tenemos entendido, de los muchos a quienes ya ha proporcionado enormes beneficios, nunca les ha exigido una recompensa. y consta que en todas partes donde conforme a una antigua costumbre hospitalaria se había alojado a Él y a sus discípulos, siempre prestó un servicio de caridad milagrosa que para el hospedero que lo recibió evidentemente valía mil veces más de aquello que Él había recibido del hospedero. Además de esto, no es pesimista, y trata a todos de la misma manera. Y si ahora dice: “¡Todos que sois cansados y oprimidos, venid a Mí, que Yo quiero aliviaros, dándoos el justo consuelo de la Vida y la Paz verdadera!”, (Mt 11,20) - ¿cómo no vamos a creérselo?
. Pero una persona que habla tan sabia y bondadosamente, y que también actúa así. pues una persona que realiza grandes señales, ¡realmente es un gran profeta aunque venga de donde viniere! Y cuando vendrá el Mesías, ¡se pregunta si Él podrá hacer cosas más grandiosas, porque si no viene con truenos, rayos y lluvia de azufre, los fariseos no le creerán más que a este!».
Otros aún más creyentes dijeron: «No necesitamos aguardar otro Mesías, ¡porque consideramos a Este como el Verdadero! ¡Sus Palabras trasmiten Fuerza y Vida; y sus Acciones son Divinas, por lo que este ya es perfectamente el verdadero para nosotros! Los que quieren esperar a otro, ¡que le esperen y que de esta manera se engañen a sí mismos!».
7. Otro grupo conjeturó: «Nosotros todavía nos encontramos demasiado bajo el poder de los fariseos y no podemos actuar a voluntad. ¿Qué adelantamos con la verdad y la fe, mientras los fariseos tengan el poder en sus manos?, ¡y esto precisamente ahora con los romanos más que nunca!».
8. A eso Yo dije: «¡Dios mismo es el eterno Amor y la eterna Verdad! Nada en el mundo os podrá liberar, sino únicamente la Verdad. Quién comete el pecado -lo que siempre fue una mentira-, él también es un siervo del pecado y un esclavo de los demás pecadores empedernidos que no tienen conciencia ni amor, a no ser exclusivamente para sí mismos para su vergonzoso “ego.” Pero aquel que mantiene la Verdad es enemigo declarado de la mentira y del pecado, por lo tanto, está libre; pues nadie podrá acusarle de un pecado. Por esto, ¡elegid la Verdad y no temáis a aquellos que pueden matar vuestro cuerpo, porque no pueden hacer mal a vuestra alma! ¡Pues temed más bien a Dios, que podría aniquilar vuestras almas juntas con su cuerpo!
9. El daño físico que un cuerpo sufre en este mundo os será recompensado mil veces por Dios; pero un daño en vuestra alma, ¡nunca Dios lo va a indemnizar! Dios dio al alma razón, inteligencia, conciencia, la libre voluntad y la Ley, a fin de que sepa lo que es el Bien y el mal, de modo que con su libre voluntad puede elegir lo uno o lo otro. Según lo que el alma en el plan de su vida terrenal elegirá, conforme esto se produce un juicio causado de ella misma - pues será juzgada de acuerdo con su propia elección: para la muerte o para la vida.
10. Pero el Padre en el Cielo quiere que todos tengáis la Vida eterna, pues es por esto que Él me ha enviado a vosotros a este mundo. Por eso os digo de nuevo: El que cree en Mí recibirá la Vida eterna; pero el que no cree que el Padre me ha enviado a vosotros, él perderá la Vida, la que tan fácilmente habría podido ganar. ¡El Padre en el Cielo me ama, con lo que también a todos que tienen fe en Mí; y mediante la Verdad de mi Verbo Yo mismo les proporcionaré la Vida Eterna!».
11. A eso algunos judíos comentaron: «¡Cosa más extraña como este hombre habla de sí mismo, pues habla como si se igualara a Dios! ¡Lo sorprendente es que hoy los fariseos le aguantan tanto tiempo!».
12. Dijeron otros: «¡Habla abiertamente y encontramos nada de imprudente en sus palabras. Él habla francamente la plena verdad, por lo que los fariseos todavía tendrían que rebuscar mucho para encontrar algo contrario a él.
13. Afirmó otro grupo: «No os preocupéis de esto, ¡porque estos pronto encontrarán algún pretexto para atacarle!».
14. Finalizó un publicano: «Pues sí, con lo que como siempre volverán a largarse... ¡Porque estos perezosos desde hace mucho tiempo ya no consiguen inventar algo contra este hombre lleno de Verdad!».
15. Luego hubo silencio por un rato, y los fariseos se encolerizaron, reflexionando sobre los medios cómo podrían captarme por una Palabra mía o la solicitud de mi parte por una sentencia legal, a fin de que luego pudieran acusarme de una falsedad, y decir al pueblo con toda pompa: “He aquí, ¡ved, vuestro profeta verdadero - o sea, vuestro Mesías precioso! ¡Cómo ha quedado ante vosotros como un impostor!”. Pero con lo mucho que cavilaron, encontraron nada de sostenible .
1. Mientras los fariseos cavilaron de esta manera, los esbirros enviados del Templo les trajeron una adúltera pillada in fraganti que, conforme la Ley de Moisés, ahora debería ser apedreada. Pero en aquellos tiempos cuando se trataba de una persona de recursos, la infracción redundaba en una multa voluminosa. Siendo pobre, sin embargo, y joven y bonita, en general la azotaron y después tenía que servir a los templarios. Una mujer vieja y fea ya por la naturaleza se hallaba garantizada contra el adulterio. Pero la adúltera actual era todavía muy joven pero pobre, por lo que intentaba ganarse un sustento modesto con un extranjero muy rico, para luego continuar un poco más fácilmente. Evidentemente esta joven también se habría caído en las redes del Templo, si no fuera por mi Presencia. y si los templarios no se hubieran visto obligados a usarla como un medio más seguro para causar mi caída.
2. De modo que los fariseos más perspicaces colocaron a esta pobre adúltera directamente delante de Mí, y eso en medio de la multitud que, por supuesto, me estaba rodeando densamente (Jn 8,3).
3. Cuando la mujer se encontraba delante de Mí temblando de miedo de muerte, uno de los fariseos tan sumamente sabios me dirigió las siguientes palabras: «Maestro, esta mujer ha sido atrapada in fraganti en adulterio (Jn 8,4), y Moisés nos ha mandado en una Ley que tal persona debe ser apedreada. Como la Ley de Moisés equivale a la Ley de Dios, ¿qué dices ahora al respecto?» (Jn 8,5).
4. Se sobrentiende que sólo actuaban así para confundirme, para que Yo -en parte por la dura Ley de Moisés, en parte por mis propias Palabras acerca de la gran Misericordia de Dios, el Padre, y en parte también de mi propia Bondad para con los pecadores que les es bien conocida, entre en un aprieto inevitable para Mí, lo que les serviría como pretexto para exponerme en público y, como antes ya observado, con pompa podrían decir ante el pueblo: “¡He aquí veis al gran estafador y seductor del pueblo, al que con todo derecho vamos a captar y a entregar a la justicia!”.
5. Pero Yo no contesté a su pregunta tan de inmediato como ellos lo querían, sino me agaché y escribí la culpa de la pecadora en la arena del suelo (Jn 8,6), porque a la ocasión de semejantes fiestas siempre se producía mucha arena, porque el suelo del Templo sólo fue barrido cuando la fiesta ya había terminado completamente. Y luego las basuras las vendieron a toda clase de judíos supersticiosos.
6. Pero cuando los fariseos y los judíos del Templo dejaron de preguntar, Yo me levanté y dije: «Realmente, ¡es perfectamente verídico que Moisés ha dado tal Ley! Pero aquellos que tenían el derecho de apedrear tal pecadora debían estar sin pecado, ¡lo que también está escrito! Al menos aquel que iba a arrojar la primera piedra debía ser sin pecado. De modo que aquel entre vosotros que es sin pecado, ¡que él arroje la primera piedra a esta pecadora! (Jn 8,7). La Misericordia Divina con esto no sufre, porque Moisés dio Leyes muy sabias a los seres humanos. ¡El que las conoce pero no las respeta, él se ha condenado a sí mismo y ha sellado su propio juicio de muerte!».
7. De nuevo me incliné hacia el suelo y escribí en la arena como antes (Jn 8,8).
8. Pero cuando oyeron estas Palabras de Mí con las que no habían contado, y su conciencia les dijo: “Vosotros mismos sois múltiples pecadores y adúlteros, y el pueblo os conoce como tales”, a eso desde el más alto hasta el más ínfimo ya no dijo palabra alguna, y cada uno huyó del Templo cuanto antes posible.
9. De modo que de los fariseos, levitas y esbirros templarios después de algunos momentos ya no había nadie en el centro del Templo aparte de Mí, la pecadora y, por supuesto,
el pueblo y mis discípulos... Ahí, con buenos ánimos, el pueblo estaba sorprendido de ver como Yo con tan pocas Palabras he podido ahuyentar al enemigo del campo de batalla (Jn 8,9).
10. Algunos del pueblo dijeron en voz alta: «Oh, ¡estos delincuentes sólo hubieran debido levantar una sola piedra, y nosotros los habríamos despedazado! ¡Porque un pecador no puede ni debe condenar a otro, sobre todo a uno inferior!».
11. En seguida volví a levantarme del todo, y ya no veía ni uno solo de los verdugos en mi alrededor, sólo la mujer a la que querían lapidar.
12. Y Yo la pregunté: «¿Dónde se han quedado tus acusadores? ¿Acaso nadie te ha condenado?» (Jn 8,10).
13. Dijo la adultera: «No Señor, nadie me ha condenado, ¡sino todos se fueron de toda prisa!».
14. Dije Yo a la adultera: «Yo tampoco te condeno. Por eso vuelve a tu hogar y ya no peques más, ¡porque donde tú pecaras, allí lo pasarías mal!» (Jn 8,11).
15. La pecadora me agradeció la Gracia concedida. Pero aún me pidió un consejo de qué manera debía volver a casa de una manera segura, porque temía venganza por parte de los verdugos templarios.
16. Dije Yo: «No tengas miedo de ellos porque prefieren evitar a encontrarse contigo. Tú, ¡mézclate con el pueblo, porque este te protegerá y te acompañará de manera segura a casa! ¡Observa el telón del Templo, y allí verás a todos aquellos que antes estaban aquí y que te habían traído! Pues cuando ellos habían salido de prisa del Templo, el pueblo insistió en preguntarles qué puede haber sucedido para que todos ellos huyesen tan precipitadamente del Templo. Pero avergonzados en decir la verdad, dieron disculpas torpes y se dirigieron silenciosamente a una puerta trasera en el levante del Templo... Pero tú, continúa ahora entre el pueblo que cree en Mí, ¡y estarás protegida! Yo continuaré doctrinando el pueblo, con lo que los fariseos pronto me seguirán furtivamente, porque como Yo ahora te he salvado de sus garras, se sienten avergonzados tanto más... De modo que tú, ¡continúa tu camino adonde Yo te he mandado, sé piadoso y no peques más!».
17. Un poco tímida, ella se mezcló entre el pueblo, pero este la acogió con mucho aprecio; y soltando amenazas contra los fariseos la infundieron mucho valor.
1. Cuando después se restableció la calma en el Templo, algunos del pueblo dijeron: “Señor y Maestro, ¡no te dejes confundir por los fariseos, sino sigue dándonos a conocer tu Misión y el Reino de Dios, porque cuando Tú hablas, entonces nosotros somos todo ojos y oídos y nuestros corazones palpitan fuertemente, únicamente para tu encuentro!».
2. A eso Yo dije al pueblo: «Pues bien, ¡prestad atención, y Yo os diré abiertamente Quién soy, pues ya no quiero ocultaros esta noticia!
3. Escuchad pues, ¡Yo mismo soy la Luz del mundo, y el que me sigue, no caminará en tinieblas, sino él tendrá la verdadera Luz de la Vida!» (Jn 8,12).
4. Lleno de júbilo, el pueblo exclamó en voz alta: «¡Esto, sí, es pura Verdad! Porque Tú, Maestro, viniste a este mundo como Luz resplandeciente. ¡Y el bien que esta Luz nos hace a nosotros, los que durante tanto tiempo hemos errado en la ceguera más densa de la noche del alma!».
5. Para los fariseos esta afirmación pasó de la raya, con lo que volvieron a armar camorra Conmigo, pues dijeron: «Dado que testimonias de ti mismo, ¡tu testimonio no es verdadero!» (Jn 8,13).
6. A esto Yo respondí: «Aunque Yo diera Testimonio de Mí mismo, aún así testificaría la Verdad; porque Yo sé de donde vine y para donde iré. Solamente vosotros los fariseos debido a vuestra altanería no sabéis de donde Yo vine y para donde iré (Jn 8,14). Como no conocéis Espíritu alguno, juzgáis y condenáis todo por la carne; pero en esta Yo condeno a nadie (Jn 8,15). Cuando Yo juzgo, mi Juicio es justo; pues aquí Yo no estoy solo, como pensáis, sino que estamos Yo y el Padre - El que me envió (Jn 8,16). ¡¿No consta en vuestra Ley que el testimonio de dos personas es válido?! (Jn 8,17). Con lo que Yo soy el primero -El que da Testimonio de Sí mismo- y, el segundo, que es el Padre que me envió a este mundo... ¿Cuantos más testigos reclamáis?» (Jn 8,18).
7. A eso los fariseos se encolerizaron y gritaron: «¿Acaso nos tomas por locos? ¿Dónde, entonces, está tu padre para que te sirviera de testigo ante nosotros?».
8. A esto Yo me levanté para dirigirme a la columna en que estaba colocada la caja para las limosnas, y dije en voz alta para adentro de la caja: «¡Ciegos que desconocéis a Mí y a mi Padre, porque si me conocierais a Mí, entonces también conoceríais a mi Padre!» (Jn 8,19).
9. En seguida los fariseos me preguntaron por qué Yo había hablado al adentro de la caja divina.
10. Respondí: «¡Porque da lo mismo si Yo dirijo las Palabras a vuestra cara o si me dirijo a aquella caja de las limosnas que ahora está vacía y muerta! Esta, al menos, aceptó estas Palabras con paciencia, lo que no habría sido el caso con vosotros».
11. Esta observación era del agrado del pueblo que incitó a los fariseos que me dejasen hablar libremente, con lo que estos se retiraron un poco.
12. Yo continué adoctrinando al pueblo, y me explayé despiadadamente sobre los fariseos.
Y cuanto más ante el pueblo expuse sus atrocidades y les revelé las cosechas de condenaciones que aún los esperaban al ser recogidas, tantos más gritos de júbilo dio el pueblo, y tanto más alboroto armaron los fariseos. Pero a Mí aún no me tocaron porque mi Tiempo aún no había llegado (Jn 8,20).
13. A eso algunos otros judíos se acercaron a Mí porque estos no dejaban de ser amigos de los templarios. Aún así al mismo tiempo en mucho sentido reconocieron que Yo no estoy equivocado, por lo que me preguntaron: «¿Y por qué no nos dices adónde piensas llegar con estas palabras tuyas?».
14. De modo que de nuevo les repetí: «Que sepáis que Yo me retiraré de aquí de una manera que vosotros no conocéis. Me buscaréis sin hallarme, con lo que moriréis por causa de vuestros pecados. Porque adónde voy Yo, vosotros no podréis llegar» (Jn 8,21).
15. A eso estos judíos cuchichearon: «Como él ha irritado a los fariseos sobremanera, y como difícilmente podrá huir de su venganza, ¿acaso se suicidará por desespero? A no ser así, con una mente sana, ¿cómo podría afirmar: “Para donde voy yo, vosotros nunca podréis ir”?» (Jn 8,22).
16. Pero Yo, con aire alegre, les respondí: «¡No vale la pena que por eso os rompéis la cabeza! En seguida Yo mismo os demostraré la verdadera razón, y fácilmente reconoceréis por qué tal como vosotros ahora sois no os será posible llegar allá para donde iré Yo...
17. Ved, vosotros sois de abajo y allá volveréis; pero Yo soy de lo Alto, y para allá regresaré sin que me podáis seguir» (Jn 8,23).
18. Con eso también estos judíos se pusieron de mal humor y dijeron: «¿A qué viene esto? ¿Acaso nos puedes profetizar el infierno?».
19. «¡No es eso!», respondí Yo, «porque la cuestión es la siguiente: Vosotros sois de este mundo, también en lo que se refiere a vuestro alma. ¡Pero Yo no soy de este mundo!».
20. Dijeron los judíos: «¿Por dónde pues existe otro mundo? ¡Nada sabemos al respecto!».
21. Respondí Yo: «¡Por supuesto no conocéis otro mundo! Por esto hice tal afirmación porque moriréis en vuestro pecado a causa de vuestra incredulidad. Porque si no creéis que precisamente Yo soy el Mesías prometido que ahora ha venido a vosotros, entonces moriréis en vuestros pecados y nunca llegaréis allá donde Yo estaré con mis Elegidos (Jn 8,24). De veras, si así no fuese, como mero hombre como sois vosotros, ¡Yo nunca tendría el valor para afirmaros algo tal!».
22. Insistieron los judíos: «¿Qué estás diciendo de ti? ¡Habla claramente y de verdad quién eres!».
23. Y Yo continué: «¡Es difícil predicar a oídos totalmente sordos! Pero como antes no me comprendisteis, ¡escuchadme ahora! ¡Primero, Yo soy Aquel que ahora mismo os está hablando!» (Jn 8,25).
24. Adujeron los judíos: «Entonces, ¿quién eres por segundo?».
25. Dije Yo: «¡Tened paciencia! ¡Porque lo de lo “segundo” ya lo descubriréis en mi Habla, porque todavía me queda mucho a decir ante vosotros y a condenarlo! ¡Escuchad pues!: El que me ha enviado es extremadamente Verídico, y únicamente lo que Yo siempre he oído de Él, esto ahora lo revelo ante el mundo - el que sois vosotros mismos» (Jn 8,26).
26. Pero como estos judíos ignorantes otra vez no comprendieron que Yo les hablaba del Padre (Jn 8,27), o sea, del Eterno Amor dentro de Mí, de nuevo indagaron: «En el nombre del Templo y del monte Sinaí, ¿quién, entonces, es aquel que te ha enviado?».
27. A eso les dije también con cara seria: «Cuando vosotros hayáis enaltecido al Hijo del hombre, entonces, aunque sea demasiado tarde para vosotros, reconoceréis que Yo soy El que como hombre hace nada por Sí solo. pues siempre hablo y actúo como mi Padre me enseñó (Jn 8,28). Y os digo aún más detalladamente: El Padre que me envió no está lejos de aquí sino sí, está aquí Conmigo. Nunca el Padre me deja solo, porque siempre hago todo lo que Le agrada; y, como Él, no temo a nadie en todo el mundo (Jn 8,29). Y si no fuera así, entonces Yo no os lo diría».
1. Cuando Yo así con toda seriedad había hablado a los judíos, muchos arquearon los ojos y dijeron: «De veras, este hombre habla como si estuviese dotado de poder, y nadie se atreve a tocarle o prohibirle a hablar de esta manera en el Templo. Si los que son como nosotros en el Templo hubieran dicho esto francamente en contra de los fariseos, ¡en nuestro caso ya nos habrían apedreado diez veces! Pero a este hombre le dejan hablar en el perjuicio evidente de ellos, y ya no se atreven a entrar en acción contra él. Esto es evidentemente algo sobrenatural, ¡por eso estamos dispuestos a creer en sus palabras!» (Jn 8,30).
2. A eso, a los judíos que comenzaron a creer en Mí, Yo les dije: «Si os atenéis a mis Palabras, también llegaréis a ser verdaderos discípulos míos (Jn 8,31). Pues descubriréis la Verdad contenida en mis Palabras, y esta Verdad os libertará como ya os mencioné antes» (Jn 8,32).
3. Interpeló un grupo incrédulo de los judíos: «¡Que te conste que somos descendientes de Abraham y nunca fuimos siervos o esclavos de nadie. De modo que siendo señores y ciudadanos completamente libres, ¿cómo podremos llegar a ser aún más libres?» (Jn 8,33).
4. A eso Yo les dije: «En Verdad, en Verdad os digo: ¡Todo el que comete pecado es siervo del pecado (Jn 8,34), como ya os dije antes! Pero el siervo no es alguien que es libre, porque siempre tiene que obedecer a sus deseos y pasiones carnales. El siervo nunca queda para siempre en la Casa, sino únicamente el Hijo (Jn 8,35). Todo pecador es siervo, y la Casa es el Reino de Dios y su Justicia, y el Hijo es la Verdad. Si, por lo tanto, Yo, como verdadero Hijo del Reino de Dios, os libero, entonces seréis verdaderamente libres» (Jn 8,36).
5. De nuevo repitieron los incrédulos: «¡No te olvides que nosotros somos descendientes de Abraham y que nunca fuimos siervos de cualquiera! ¿Qué pues nos hablas continuamente de liberarnos?».
6. Dije Yo: «Bueno, ¡Yo sé muy bien que vosotros sois linaje de Abraham! Y eso, en lo que se refiere al cuerpo material, ¡también lo soy Yo! A pesar de que vosotros decís que como descendencia de Abraham nunca habéis sido siervos de cualquiera, sí, lo fueron vuestros padres en Egipto, y más tarde en Babilonia. y actualmente sois siervos de Roma - eso hablando de las circunstancias exteriores... Pero Yo me refiero a las circunstancias internas, por las cuales siempre fuisteis siervos de vuestras pasiones, las que siempre os dominaban como posesos. El hecho que es así está aprobado por el detalle que, con diligencia, intentáis a matarme -igual que los fariseos-, y esto, porque mi Doctrina no echa raíces entre vosotros. y como no la asimiláis, me odiáis porque Yo os hablo la pura Verdad (Jn 8,37). Yo os hablo únicamente de lo que siempre veo y oigo de mi Padre, lo que vosotros ignoráis, mientras que vosotros consideráis únicamente lo que veis y oís de vuestros padres, a pesar de que esto resulta inútil (Jn 8,38).
7. Cuando Yo les había refregado esto por las narices, los judíos dijeron otra vez: «¡No te olvides que Abraham es nuestro padre! Porque esto anula todas tus acusaciones contra nosotros.
- ¿Comprendes esto?».
8. Dije Yo: «¡Por supuesto que Yo os comprendo muy bien! Pues sí, si fueseis hijos de Abraham, también haríais sus obras (Jn 8,39). Pero ahora intentáis a matarme como a un criminal despreciable, y esto solamente porque os digo la Verdad que Yo siempre he oído por parte de Dios mismo... De Verdad, esto Abraham nunca habría intentado hacer con los tres jóvenes que le habían dicho la Verdad (Jn 8,40). Por supuesto que hacéis las obras de vuestro padre, ¡pero no las del padre Abraham! - ¡A ver, si comprendéis esto!».
9. A eso los judíos incrédulos ya estaban rabiando y contestaron: «Amigo, ¡no hemos nacido ilegítimos! ¡Todos tenemos un Padre y este es Dios mismo!» (Jn 8,41).
10. Yo les dije: «Si Dios fuese vuestro Padre, me amaríais a Mí como me aman aquellos que me han reconocido. Porque conforme el Espíritu surjo de Dios, de modo que Yo vengo de Dios - pues en Verdad, Yo no he venido vía un linaje como los seres humanos sino Dios me ha enviado, es decir, ha enviado este Cuerpo, por el cual Él ahora se revela personalmente a vosotros. entretanto, vosotros intentáis matarle (Jn 8,42). Pero si pretendéis de ser hijos de Dios, ¿cómo es posible que no consigáis oír mi Voz?» (Jn 8,43).
11. Dijeron los judíos: «¿Acaso no te oímos?».
12. Dije Yo: «Pues sí, me oís con vuestros oídos materiales. Yo sólo os pregunto por qué no os agrada el sentido de mis Palabras. por qué pues es del agrado de muchos otros, incluso de aquellos romanos que ahora se encuentran allí al lado de la caja de limosnas».
13. A eso los judíos se callaron porque ya no sabían qué responder, pues temían al pueblo y no se atrevían a expresar una respuesta en voz alta que, evidentemente, seria grosera y agresiva.
14. La multitud, sin embargo, me dijo: «Señor y Maestro, ¡procura quitarte estos lúgubres ricos de encima, porque únicamente de ti queremos oír Palabras de Luz que son salubres, y no las continuas objeciones estúpidas de estos ignorantes! ¡Diles abiertamente qué y quiénes son, para que luego se larguen!».
15.- Dije Yo: «¡Tened paciencia, pues ya les he dicho que no son hijos de Dios; y esto ya será suficiente para una reacción de su parte!».
16. Reaccionaron los judíos enconadamente: «¡¿Cómo puedes tú afirmar que no somos hijos de Dios?!».
17. Les respondí con cara muy seria: «Os he demostrado la razón bien fundada... ¿Para qué continuáis preguntándome? Ya que insistáis indagando, voy a responderos con aún más claridad: Pues ¡sabed que sois hijos del padre de los diablos! Porque este desde el principio fue un asesino y no tenía base en la Verdad, porque la Verdad nunca moraba en él - en la materia. Cuando este espíritu que es vuestro padre profiere las mentiras, entonces habla de lo suyo, porque desde siempre fue un mentiroso y un padre de las mentiras» (Jn 8,44).
18. Replicaron los judíos encolerizados: «¿Quién te da el derecho de hablar todo esto de nosotros frente a todo el pueblo? - ¿Por qué somos hijos de Satanás?».
19. Dije Yo: «¡Es porque os hablo la Verdad y no me dais crédito!» (Jn 8,45).
20. Dijeron los judíos: «¿Para qué íbamos a tener fe en ti?».
21. Dije Yo: «¡Para que no os muráis en vuestros pecados, sino para que podáis llegar a ser bienaventurados!».
22. Dijeron los judíos: «Tú también eres un hombre como nosotros. ¿Por qué precisamente tu palabra iba a hacernos bienaventurados?».
23.- Dije Yo: «Pues sí, también Yo ahora soy simplemente un ser humano. sin embargo, soy un hombre que puede decir: “¿Quién entre vosotros me puede acusar de un pecado?”. Cuando Yo, ante Dios y todos los seres humanos sin pecado, hablo la Verdad, ¿por qué no me creéis? (Jn 8,46). El que es de Dios, con placer también oye el Verbo de Dios. ¡Pero vosotros no queréis oír mi Palabra, la que es la Palabra de Dios, porque no originaros de Dios!» (Jn 8,47).
24. Completamente ciegos de rabia, los judíos dijeron: «¿Acaso no tenemos razón si afirmamos que eres un samaritano y que llevas el diablo en tu interior, en vez del Espíritu de Dios?» (Jn 8,48).
25. Pero Yo les respondí: «Yo no soy samaritano y mucho menos aun tengo un diablo en mi Interior, hecho de lo que miles pueden dar testimonio de Mí; sino Yo siempre doy verdadera Honra a Dios - mi Padre... ¿Por qué, entonces, vosotros me deshonráis a Mí? (Jn 8,49). ¿Y por qué no me deshonran todos aquellos muchos que me han reconocido a Mí, y al Padre?».
1. A esta altura el pueblo creyente de nuevo se puso impaciente y dijo: «Señor, ¡te rogamos que te quites esos tontos ciegos de encima de Ti, porque te perturban a Ti y a nosotros!
Y si no se callan pronto, nosotros actuaremos a la fuerza porque nos hemos quedado aquí por tu Causa, pues queremos oírte a Ti y no a estos lúgubres estúpidos. ¡Pues ahí frecuentemente un niño en la cuna ya resulta más razonable que estos locos insensatos!
2. Todos nosotros, más de dos mil personas, estamos perfectamente al corriente de Ti y de tu Misión divina, pues comprendemos perfectamente lo que querías decir con las Palabras: “¡Yo no estoy solo, porque en todas partes el Padre está Conmigo!”. Pero estos ignorantes no percibieron, ni percibirán jamás que el Padre y Tú sois Uno solo. Y si Tú dices: “El Padre me ha enviado”, sólo quieres señalar a la gente de poca comprensión que Tú mismo, el Eterno, te creaste un Cuerpo para que a nosotros los gusanos de esta Tierra, seas un Dios visible - un Doctrinador y Consolador en nuestro gran apuro. ¡Tu santo Cuerpo es tu Hijo. y Tú, Padre, en tu Interior estás delante de nosotros, los pobres pecadores y gusanos de esta Tierra!
3. Estos tontos no comprenden esto, y aun así pretenden haber interpretado perfectamente todos los profetas que con colores y señales con toda claridad han determinado la época de la Venida del Mesías. Y dado que ahora esta época ha llegado perfectamente, ¿por qué el Prometido iba a haberse quedado en nada?
4. Dado que los grandes videntes llenos del Espíritu de Dios hace casi mil años han podido señalar esta época actual tal como es ahora -pues esta época ahora ya ha llegado por un pelo tan exacta como estaba predicha en aquellos tiempos-, ¿por qué el Mesías prometido para precisamente esta época iba a haberse quedado en nada? Pues nada de eso, ni mucho menos. sino Él se halla entre nosotros, ¡y nosotros pronto y fácilmente Le hemos reconocido!
5. Pero estos descendientes turbados de aquellos que ya en el desierto al pie del monte Sinaí habían adorado el becerro de oro, haciendo caso omiso de Jehová -mientras que Él en el monte con rayos y truenos dio las Leyes Sagradas a Moisés- ante Dios siguen siendo los mismos adoradores de sus becerros de oro; y, aparte de su estupidez increíble, son atrevidos hasta el punto de atentar contra tu Vida... Señor, ¡déjalos que se vayan y enséñanos a conocerte mejor y más profundamente - incluso nuestros grandes pecados que tantas veces hemos cometido ante Ti!».
6. Dije Yo al pueblo: «¡Tranquilizaos!, porque también a estos les tengo que decir Quién soy, a fin de que un día venidero no puedan poner como pretexto la falta de información y de testimonio. Ya les había dicho que Yo no busco mi Honra, y menos aún con esta gente. Pero existe Uno que la busca y la juzgará (Jn 8,50). Sólo que esta especie ignorante y tramposa nunca lo entenderá, hasta que el hacha alcance sus raíces. Por eso Yo vuelvo a repetir a esta especie: “En verdad, en verdad os digo que aquel que cumple con mi Palabra, ¡jamás palpará la muerte!”» (Jn 8,51).
7. Dijeron los judíos poniéndose rojos de rabia: «¡Ahora vemos aún más claramente que llevas el diablo dentro de ti! Porque si tu palabra vale tanto como la de Dios, entonces también todo con lo que cumplieron Abraham, Isaac y Jacob más todos los profetas igualmente fue divino, ¡pero aun así todos ellos murieron! ¿Acaso tu palabra es más divina que aquella de los padres y profetas, para que puedas afirmar: “El que cumple con mi Verbo nunca palpará la muerte?” (Jn 8,52). ¿Por ventura eres más que nuestro padre Abraham que se ha muerto, y todos los profetas que también se han muerto? ¿Qué pretendes hacer tú de ti mismo?» (Jn 8,53).
8. Dije Yo: «Si Yo me honrase a Mí mismo, mi Honra sería nula; pero El que me honra es mi Padre, del Cual decís que Él es vuestro Dios (Jn 8,54). Sin embargo, vosotros no Le conocéis, pero Yo Le conozco. Y si Yo dijera: “¡Yo no Le conozco!”, entonces Yo sería un mentiroso como vosotros, los que decís que Él es vuestro Padre. ¡Pero Yo Le conozco de Verdad, por lo que cumplo con su Palabra! (Jn 8,55).
9. Pero aún os Digo algo más, de lo cual podréis deducir que vuestro padre Abraham no me resulta desconocido. Ved, ¡Abraham se alegró mucho por ver mi época en esta Tierra! ¡Pero vosotros afirmáis que Abraham haya muerto! A pesar de esto Yo os afirmo que él ha visto toda mi Época desde el primer día, sintiendo un gran regocijo por esto (Jn 8,56). Incluso ahora observa mi Tiempo y se alegra por ello».
10. Para estos judíos ignorantes esto pasó de la raya y, boquiabiertos, exclamaron: «¡Vaya! ¿Aún no cuentas cincuenta años y viste a Abraham?» (Jn 8,57).
11. Dije Yo: «En Verdad, en Verdad os digo: ¡Infinitamente antes de que Abraham naciese fui Yo!» (Jn 8,58).
12. A esta altura estalló la ira de los judíos porque ya no tenían palabras para expresar su tremenda irritación. Pues se agacharon para levantar piedras sueltas -de las que en el Templo nunca había escasez- para lanzarlas contra Mí. Enseguida Yo me escondí y me hice totalmente invisible. Así salí del Templo, pasando por en medio de los judíos (Jn 8,59). Los discípulos, Lázaro y los romanos en seguida me siguieron a nuestro Monte de los Olivos.
13. Entretanto en el Templo se produjo una escena inédita que durante las fiestas difícilmente ha acontecido alguna vez, pues el pueblo se tiró contra los judíos y empezó a maltratarlos tan brutalmente que hacía falta llamar la guardia para volver a restablecer la calma por lo menos regularmente. Pero el pueblo apenas se dejó aplacar y exigió de los soldados romanos que atasen a esos judíos malvados que produjeron semejante barullo, y que los entregasen a la justicia - lo que se realizó por lo menos pro-forma. Y solamente entonces el pueblo se quedó conforme.
14. A eso un escriba se realzó en el centro y quería elucidar al pueblo a mi respecto; pero no llegó a pronunciar más de diez palabras, y ya se vio obligado a huir.
1. Ya había pasado el mediodía cuando la multitud había salido del Templo y volvió a sus hogares, incluso la adúltera. Esta, al llegar a casa, descubrió a su marido todo lo que en el Templo había sucedido con ella.
2. A eso el marido se entristeció y dijo: «¡No esta mi mujer tan buena y valiente tiene la culpa, sino yo mismo tengo la culpa principal en todo esto!».
3. Preguntó uno de los hombres que habían acompañado su mujer a la casa: «¿Cómo puedes tú tener la culpa del adulterio de tu mujer?».
4. Respondió el marido: «Amigos, sólo podía ser una enorme desgracia que nos obligó a ceder ante la propuesta tentadora de un forastero. Este debe haber sido o el disfraz de un esbirro o, tal vez, un fariseo perverso que desde hace mucho estaba codiciando a mi mujer. Pues cuando recogí el importe estipulado para llevarlo a otro recinto, ya aparecieron los esbirros, y arrancaron la mujer de los brazos del forastero. De modo que yo desgraciadamente tuve que atribuirme a mí mismo la culpa de haber llevado la extrema desgracia a mi cara mujer. Pero como ella ha vuelto, debe haber sucedido algo excepcional, porque de tales presas así capturadas hasta ahora nunca alguna ha vuelto a salir a la luz del día. - ¿Qué es lo que causó que esta mujer mía recuperó la libertad? Seguro que vosotros, hombres muy apreciados, fuisteis testigos de todo aquello que debe haber acontecido en el Templo. ¿Qué, si os ruego comunicarme lo que habéis observado?».
5. Respondieron los hombres: «¡Todo esto tu mujer te lo contará! Esta pobre debe su liberación únicamente al gran Profeta de Galilea. Pero este también la avisó que ya no peque más, porque si lo hiciera, aún lo pasaría peor que antes. ¡Que esto os sirva de pauta para vuestra vida!».
6. A eso el marido preguntó si tal vez pudiera tener la buena suerte de coincidir en alguna parte con el Profeta para que tenga la posibilidad de agradecerle debidamente.
7. Respondieron los hombres: «No podemos señalarte donde actualmente se encuentra; pero sí, nos hemos enterado que si viene a Jerusalén siempre se queda en casa de Lázaro de Betania. También nosotros mismos iremos allí para visitarle. ¡A ver si vosotros hacéis lo mismo! Allí por lo menos nos enteraremos a dónde posiblemente se habrá ido.
8. Dijo el marido: «Entonces tal vez se encuentra en el Monte de los Olivos, dado que en tiempos de fiestas Lázaro se encuentra allí porque en este monte mantiene un albergue bien frecuentado por los forasteros.
9. Dijeron los hombres: «¡Tanto mejor! Pues vamos a buscarle allí, y si no está, entonces vamos a Betania.
10. Entonces el marido y la mujer agradecieron a estos hombres por estas informaciones, y el marido cerró la puerta de su pequeño hogar. En seguida se juntaron con los hombres que los recibieron muy atentamente, y todos juntos se pusieron en el camino. No tardó mucho y dieron con un grupo de fariseos, entre los cuales hubo uno al que la mujer y el marido en seguida reconocieron como aquel personaje que como forastero por la mañana se había presentado en vestidos romanos, para seducir a la mujer tan guapa por el dinero al adulterio. - Y esto los dos lo dijeron a los hombres que los acompañaban.
11. Así orientados, los acompañantes del marido se dirigieron al fariseo mencionado y dijeron con rudeza: «Eh, ¡¿reconoces esta mujer a la que por el dinero procuraste seducir al adulterio, tú disfrazado de romano?! ¡Pues tu cabeza rapada lo prueba, y el marido te reconoció ya de lejos! ¡Nosotros somos setenta personas y te llevaremos al juez romano! ¿Qué alegas en tu defensa?».
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A eso los tres intentaron a huir. Pero los hombres lo impidieron, pues los pararon y preguntaron al calvo otra vez. Pero este empezó a maldecirlos y a jurar que no lo era él.
13. Pero el marido y la mujer dijeron: «Con esta forma miserable de jurar nada adelantas; porque tú sabes muy bien que ante el tribunal el testimonio de dos personas es válido. Por eso, ¡ven ahora con nosotros al tribunal, a fin de que tú, miserable, caigas en la misma tumba que tú has cavado para nosotros!».
14. A eso los tres fariseos comenzaron a suplicar y querían dar al marido mucho dinero. Pero él no lo aceptó, sino requirió de ellos que en el futuro tenga paz por parte del Templo. Esto se lo prometieron solemnemente, con lo que los hombres permitieron a los tres fariseos que sigan su camino. Pero eso bajo la condición que en el caso de que se oyera la menor observación desfavorable por parte del Templo referente este asunto, iban a presentarlo al prefecto. Con lo que consta que en adelante el Templo dejaba este matrimonio en paz.
15. De modo que también este proceso fue ocasionado por mi Voluntad, porque sin mi Intervención el pobre matrimonio en Jerusalén se lo habría pasado mal, y siempre se encontraría en un gran peligro...
1. En seguida todos se dirigieron al Monte de los Olivos, donde Yo estaba comiendo en compañía de los discípulos, de Lázaro y de los treinta romanos. Cuando los setenta allí llegaron,
preguntaron a un siervo del albergue si Yo me encontraba allí, y él dijo que sí. Cuando los setenta hombres oyeron esta buena noticia, la celebraron con júbilo y rogaron al siervo que entrara en la sala y me preguntara si les estaba permitido entrar y dirigirse a Mí.
2. Acto seguido el siervo entró y me transmitió este pedido.
3. Y Yo le respondí: «Sal afuera, y a los que te enviaron, diles: “El que tiene hambre, ¡que venga a saciarse, y el que tiene sed, que venga y beba! ¡Porque aquel que está saciado por Mí, eternamente nunca más tendrá hambre; y el que ha bebido de mi Vino, él nunca más sentirá sed, porque de su lumbar emanarán arroyos de agua viva!”».
4. De prisa el siervo salió afuera para comunicárselo fielmente a los hombres.
5. Pero estos al oírlo no sabían cómo interpretarlo, por lo que se deliberaron entre ellos si Yo tal vez quería ofrecerles una refrigeración gratuita, para cuya aceptación se sentían indignos.
6. Por eso los setenta dijeron al siervo: «¡Ten la bondad de volver a entrar y a transmitir al buen Maestro y Señor que nosotros no hemos venido para comer y beber, sino sí, únicamente por causa de Él, a fin de oír de Él aún algunas Palabras de la Luz y de la Vida!».
7. A eso el empleado volvió a entrar en la sala.
8. Pero Yo mismo vine a su encuentro y le dije: “Ya sé lo que te han encargado para que me lo comunicaras. Pero ahora puedes volver a tus quehaceres, porque Yo hablaré personalmente con estos hombres».
9. De modo que el siervo se fue y Yo salí para dirigirme a los hombres, pues les dije: «El que tiene orejas, ¡que lo oiga y comprenda! Y el que tiene ojos, ¡que lo vea y entienda! El mismo hecho que hayáis venido aquí es precisamente el verdadero alimento y la verdadera bebida, los que Yo quiero daros. La alimentación del cuerpo no beneficia la Vida eterna del alma, sino únicamente mi Verbo, vuestra fe, y vuestra actividad conforme el Verbo. Mi Palabra es el alimento justo; y vuestra fe y actividad son la bebida justa. ¡Por esto, venid a Mí todos los que estáis fatigados y cargados, porque Yo quiero aliviaros a todos!» (Mt 11,28).
10. Respondieron los hombres: «Oh, Señor, ¡lo Bueno y Sabio que eres! Si permites, ya nos vamos a la sala, donde esperaremos con entrega tu alimento espiritual hasta cuando te resulte agradable fortificar y reanimarnos con algunas Palabras. Pero mira, aquí en nuestro medio se encuentra también aquella mujer a la que tu gran Sabiduría esta mañana en el Templo había arrancado de la impertinencia de los fariseos, y también está su marido desgraciado. Ambos vinieron con nosotros para agradecerte el gran Bien que les concediste. Si te parece bien, los traemos con nosotros a la sala».
11. Dije Yo: «Yo vine a este mundo precisamente para que todos que de una u otra manera estén fatigados y cargados vengan a Mí, porque Yo soy un verdadero Médico que acude a los enfermos para socorrerlos y que no se dirige a los sanos que no precisan de un médico. Por eso, ¡ahora entrad todos en la sala!».
12. Yo volví a entrar en la sala y ellos me siguieron.
13. El hospedero ya había puesto una mesa de fiesta en la cual los setenta hombres incluso la mujer tenía sitio más que suficiente. Y cuando todos estaban acomodados, el hospedero los preguntó si deseaban comer y beber algo.
14. Dijo uno del grupo: «Amigo, todos nosotros somos más o menos pobres, y no tenemos suficiente dinero para permitirnos vino. Por eso, no nos traigas más que pan y algunas jarras de agua, con lo que ya estaremos bien atendidos. Nosotros todos somos jornaleros y sobrevivimos a base del trabajo de nuestras manos. Ahí los diez días de fiesta nos resultan lo peor, porque no nos está permitido trabajar. Pues si para nosotros no hay trabajo tampoco hay ingresos, con lo que más allá del pan diario no podemos adquirir más porque nuestros ahorros humildes de todos modos ya se están acabando.
15. Se manifestó el hospedero: «Pero seguro que vosotros también tenéis esposas y niños. ¿De qué pues se alimentan estos, si vosotros los maridos ya estáis en tantos apuros?».
16. Dijo el hombre que antes había hablado: «Oh amigo, ¡esta suerte no nos está concedida
- menos a aquel cuya mujer también está aquí con nosotros! Porque hoy día las mujeres sólo llegan a los ricos de este mundo; nosotros los pobres no podemos permitirnos el lujo de tomarnos una mujer, y menos aún mantenerla. Mira, ¡nosotros somos solteros y no tenemos que mantener mujeres y niños! En esta serie de días apenas conseguimos sacarnos adelante a nosotros mismos. ¿Qué nos tocaría si tuviéramos mujeres y niños? ¡Gracias al Señor Jehová que somos solteros!».
17. A eso dijo Lázaro: «Pero queridos míos, si en Jerusalén estuvisteis en tantos apuros, ¿por qué no vinisteis a Betania para dirigiros a mí? ¡Allí habríais encontrado trabajo de sobra; y conmigo nadie jamás podría quejarse que lo haya pasado mal!».
18. Dijo el hombre: «Esto lo sabemos muy bien; pero también sabemos que de todas partes acuden allí para buscar trabajo y ganancias, por lo que nunca nos atrevíamos a incomodarte. ¡Pero en adelante ya aprovecharemos de tu oferta!
19. Acto seguido Lázaro mandó al hospedero que abastezca a todos estos seres humanos abundantemente con pan y vino; de modo que este con sus muchos empleados se fue y trajo pan y vino en abundancia.
20. Cuando los invitados vieron el vino dieron las gracias, y uno de ellos dijo a Lázaro: «Señor, ya beberemos el vino, ¡pero con lo de pagarlo habrá gato encerrado! Pero después de estos días festivos ya arreglaremos la cuenta trabajando fielmente».
21. Dijo Lázaro: «Comed y bebed sin preocupación, ¡porque lo que aquí consumáis ya está pagado!».
22. A eso todos preguntaron quién ya había pagado todo esto, porque querían dar las gracias de todo corazón...
23. Pero Lázaro dijo: «¡No preguntéis por eso sino comed y bebed, porque el Benefactor ya está completamente satisfecho con vuestra buena voluntad!
24. A eso todos se levantaron y dijeron: «¡Entonces al benefactor que quiere quedar anónimo esté ofrecida nuestra plena gratitud!».
25. De modo que todos volvieron a sentarse y empezaron a comer y a beber.
1. Nosotros también nos sentamos y comimos y bebimos, y los romanos hicieron lo mismo. Entre ellos se consultaron mucho sobre Mí pues no podían comprender cómo y por qué Yo, dotado de semejante Fuerza y Poder divinos, podía huir del pequeño grupo de judíos del Templo.
2. Por eso Yo dije a Agrícola: «Estás muy equivocado si piensas que he huido de los judíos por miedo. Pues Yo sabía muy bien por qué lo hice. Pues lo principal consistía en que el pueblo me reconoció, y que también llegó a conocer más profundamente a los judíos malvados, incrédulos y egoístas, ¡y eso más que nunca antes! Por eso el pueblo después les dio un “homenaje” del cual estos judíos se acordaran hasta el fin de su vida. ¿Por qué, entonces, iba Yo a castigarlos, dado que Yo de antemano ya sabía lo que les esperaba cuando Yo iba a salir del Templo? Aquí se hallan setenta testigos que saben muy bien lo que después de mi salida ha pasado a los judíos enfurecidos».
3. Dijo el romano: «Oye, Maestro divino, nosotros somos romanos y poco sabemos de la Doctrina de los judíos, ¡pero aun así creemos que Tú realmente eres el Mesías prometido a los judíos! ¿Qué motivo pueden tener ellos para no creerlo a pesar de que ven que muchos otros lo creen?».
4. Yo respondí: «Esto es por su egoísmo, su soberbia ilimitada y su despotismo desmedidos. Según ellos el Mesías debe descender de los cielos con pompa indescriptible, y con rayos y truenos debe instalarse en el Templo y dotar a los sumos sacerdotes, fariseos y escribas con todo poder y toda gloria; pues Él debe expulsar los romanos del país, para que pronto los templarios juntos con Él puedan dominar todo el mundo.
5. Pero como Yo vine a este mundo de una manera totalmente diferente y eso en extrema pobreza -predeterminado así con toda precisión ya antes de la Creación de este mundo-, estos ciegos no creen que Yo soy el Prometido. Pues me odian porque les queda claro que por Mí pronto toda su reputación y su poder se demolerán.
6. Sólo ahora el pueblo comienza a conocer a los templarios del todo y ya no tiene respeto ante ellos, de lo que estos bien se dan cuenta - razón por la que los templarios continuamente buscan una manera de darme la muerte. Reflexionando al respecto, ahora comprenderéis por qué los templarios no creen en Mí.
7. Existen, sin embargo, algunos cuantos sacerdotes que se han pasado a Mí por el hecho de haber reconocido que Yo realmente soy el Mesías. Estos se hallan aquí en esta mesa en trajes griegos. Pues estos ya me siguen desde hace más de medio año y, como discípulos Míos, son testigos de muchas Enseñanzas y Actividades Mías. Preguntadlos por ello, y ya os comunicarán todo.
8. Y estos doce que están sentados lo más cercano de Mí, desde el inicio de mi Actividad en esta Tierra ya están Conmigo, y saben de todo lo que Yo hablé y realicé en el Beneficio de todos los seres humanos. De modo que podéis igualmente platicar con ellos porque nada os ocultarán. - ¡Pero ahora comamos y bebamos, y luego ya continuaremos con nuestra charla!».
9. Con esta explicación los romanos estaban conformes, de modo que Agrícola dijo: «De modo, que sí, ¡el sacerdocio en todas partes es del Pluto38! ¡De modo que habría que disolverlo a fin de divulgar a todos los seres humanos únicamente tu Doctrina puramente celestial!».
1. Dije Yo: «Amigo mío, tu deseo se realizará, pero no tan fácilmente como piensas, porque el antiguo sacerdocio ya ha echado raíces demasiado profundas, ¡y estas no se puede arrancar de un día a otro, porque para esto harán falta siglos; y aun así en mucho sentido aún habrá gato encerrado pues incluso en algunos milenios esta Tierra aún no estará purgada del antiguo sacerdocio, y mucho menos aún de todo el paganismo!
2. Los sabios se complacen en el mundo; por lo que también una religión debe presentar un aspecto mundano para despertar un interés en ellos.
3. La Verdad siempre les será transmitida veladamente, porque de lo contrario la soportarían tan poco como la luz del Sol del mediodía con los ojos abiertos. Hace falta que los seres humanos aprendan a pensar, a buscar y a encontrar ellos mismos. Y si alguien no ha encontrado la Luz interior de la Vida él mismo, ¡entonces incluso mil profesores le sirven para nada! Si por ventura el hombre no encuentra la Luz interna de la Vida de modo propio, de nada le adelantan mil profesores. Y al final será lo mismo si toma la Luz por tinieblas o si toma las tinieblas por Luz.
4. Por eso es preciso que el hombre reciba un impulso para la búsqueda de la Verdad -pero nunca de modo súbito la plenitud de la misma. Porque ningún ser la soportaría sin riesgo de perder su vida terrenal - si de golpe todo le quedara completamente claro." He aquí tienes la razón por qué con los seres humanos de esta Tierra todavía por mucho tiempo aún no podemos salir tan bruscamente a la luz con la plena Verdad. Tú mismo eres un romano sensato de cultura racional, de modo que Yo no puedo hablarte sino intelectualmente. Ahora juzga tú mismo si Yo tengo toda razón o no».
5. Respondió el romano: «¡Sin duda que tienes toda razón! Pero ahí no comprendo la Sabiduría divina y mucho menos aún su Omnipotencia. ¿No es así que Dios creó toda esta Tierra incluso la Humanidad, y no depende de Él todo lo que existe?».
6. Dije Yo: «¡Por supuesto! Pero ante todo también depende de Él el desarrollo de la verdadera Vida interior, y sobre todo la posible plena independencia y fuerza propia de la Vida
38. El Diablo.
que está creada en cada ser humano... Y estas únicamente Dios las puede realizar mediante su mayor Retraimiento posible y, poco a poco, por Insuflación delicada en el ánimo del ser humano.
7. Para eso, al principio, hay que insinuar al ser humano que, motivado por mucha clase de fenómenos e impresiones en el mundo material, y luego también mediante mucha clase de sueños e impulsos interiores muy delicados, empiece a reflexionar sobre estas impresiones. Pero esto no en seguida todos los seres humanos a la vez, sino únicamente aquellos que para esto secretamente están destinados por Dios. Los demás se enterarán por parte de tal hombre más despierto, harán igualmente sus observaciones y comenzarán a meditar.
8. Cuando personas muy despiertas reflexionan mucho sobre esto, solamente entonces a estas está consentido que por sí solas descubran que debe haber un Dios que crea, ordena y guía todo. Así se produce, de modo natural, el reconocimiento de un Ser divino, omnipotente, sumamente bueno y sabio.
9. Una vez que la humanidad generalmente haya logrado a obtener este reconocimiento, solamente entonces serán consentidas Revelaciones mayores y Determinaciones más precisas, por las cuales los seres humanos de una manera ya más lúcida comienzan a reconocer más confiados el Ser divino. Y aun así tienen un gran margen de acción totalmente libre para aceptar, o no, todo lo que les está revelado como Verdad y actuar conformemente.
10. Aquel que acepta la Revelación como Verdad y actúa correspondientemente, él pronto llegará a un reconocimiento cada vez más lúcido, y llegará a la Vida verdadera, independiente y libre. Pues el que no acepta esto y sólo se atiene a su propia razón y su propia experiencia, con eso él no comete un pecado, pero él se quedará atrás, y le costará mucho más tiempo para llegar a un reconocimiento puro de Dios y para llegar a la perfección de su propia verdadera Vida interior.
11. Pero el que acepta la plena Verdad de una Revelación y asimila la Revelación con el intelecto, pero que testarudo actúa contrario a esto, él peca, y daña su Vida incluso en el Más Allá por épocas inconcebibles porque está sin cualquier Luz interior - por no haber hecho caso a su razón absoluta, ni tampoco ha hecho caso voluntario a la Revelación bien comprendida.
12. Cuando un alma de esta manera por su propia culpa entra en las tinieblas más densas de su vida, entonces Dios aun con toda su Omnipotencia no la puede socorrer, sino tiene que dejarla en su propia condición hasta que tal vez en algún tiempo en ella misma empiece a producirse algún reconocimiento. Si esto es el caso, entonces el Amor y la Sabiduría de Dios tienen medios oportunos y vías en cantidad infinita para reajustar a tal alma con toda discreción.
- Y aquí tienes la relación entre Dios y todos los seres humanos de esta Tierra, la que existe para portar los Niños de Dios.
13. En cuanto a las relaciones de los seres humanos de otros astros frente a Dios, esto tiene nada que ver con los seres humanos de esta Tierra; sin embargo, cuando estos como Niños de Dios estarán perfeccionados, solamente entonces tendrán el pleno derecho dado por Dios, su Padre, a dedicarse a aquello.
14. Actualmente se realiza la mayor de las Revelaciones por parte de Dios para los seres humanos de esta Tierra, porque más que Yo mismo en la carne de los seres humanos nunca podrá presentarse a los seres humanos de esta Tierra. ¡Agraciado es aquel que tiene fe en Mí. el que no se aborrece Conmigo, y que vive y actúa tal como Yo aquí lo enseño manifiestamente! Porque aquel que se atiene a mis Palabras y vive y actúa conformemente, en breve percibirá que las Palabras por Mí proferidas no son palabras de seres humanos sino son Palabras divinas que en sí mismas son Vida, Luz y Verdad eterna.
15. Por eso aquellos de allí abajo, si no quieren creer en Mí, ¡que se queden allí! Porque al lado de ellos ya hay muchos que tienen fe en Mí, y que por eso ahora ya abrigan la Vida eterna dentro de sí. Realmente, ahora ya existen algunos cuantos que no palparán la muerte. En Verdad, ¡Yo soy un verdadero Novio, y el que tiene fe en Mí y me ama es realmente Novia mía!
Y la Novia tendrá igualmente en sí la Vida eterna como Yo la tengo en Mí mismo - y también la puedo dar a cualquiera a quién Yo quisiera darla. ¿Me comprendes?».
1. Dijo el romano: «Realmente, ¡Tú eres un Dios! ¡Porque si fueras simplemente un hombre como yo, nunca podrías hablar tan sabiamente! ¡Tus Señales milagrosas de ayer obtienen la plena confirmación de su Verdad únicamente por estas Palabras tuyas. como también por tus Palabras de hoy en el Templo! Mucho oímos en Roma a tu respecto, pero todas aquellas habladurías son nada en comparación con esta Realidad. - Pero ahora volvamos a comer y a beber, porque lo percibido es infinitamente grande y profundo. Por eso ante todo es preciso que lo coloquemos apañado debajo del techo de nuestro cerebro, para que luego seamos capacitados a percibir algo más de tu Gracia y Amor. Porque Tú no hablas de la manera como cualquier hombre razonable se explaya sobre un edificio magnífico, porque Tú hablas como un arquitecto que ha construido el edificio él mismo desde la base. Por eso consta que cuando Tú hablas, hay que concentrarse para captar y percibirlo todo punto por punto - si de todo ello quieres sacar el verdadero provecho para tu Vida. De modo que vamos a hacer una pequeña pausa; y un poco de pan y vino nos facilitarán la comprensión más profunda».
2. A eso los romanos volvieron a acudir valientemente al pan y al vino, y también nosotros comimos y bebimos. También los setenta hombres y la mujer salvada comieron y bebieron a placer, y conversaron sobre mis Palabras dirigidas a los romanos y también sobre el testimonio que el romano franca y abiertamente había dado de Mí.
3. También mis discípulos se admiraron de la inteligencia del romano, y dijeron: «Menuda sorpresa, ¡lo rápido que este pagano arraigado asimiló la Verdad, mientras que los judíos en Jerusalén no ven el bosque por tantos árboles! ¡Cosa más extraña que estos hombres ni siquiera para su propia ventaja mundana pueden o no quieren percibir con gusto la Luz más clara de la Vida!».
4. Dijo uno de los treinta greco-judíos: «Consta que podrían comprenderlo, pero no lo quieren porque les queda claro que con esto perderían su reputación, sus grandes riquezas y su bienestar. Aunque descendiesen los ángeles visiblemente de los Cielos para transmitirles que Él es nuestro Señor y Maestro Jesucristo, no lo aceptarían por el motivo que acabo de explicar, lo que yo sé muy bien pues sé cómo se portaron en la temporada del sumo-sacerdote Zacarías. Yo y muchos otros vimos al ángel de Dios como hablaba con el hombre piadoso y estábamos completamente convencidos de la realidad de esta Aparición. Pero la soberbia ilimitada y el egoísmo de los demás fariseos negaban la Verdad y le estrangularon, entre el altar y el Santísimo. Y tal como eran entonces, tal siguen siendo hoy día. Pues en la época de Moisés estos incluso habrían entamado una lucha contra Jehová, caso que hubiesen vivido en la época de Moisés... Y estos, Señor, son sacerdotes todavía tolerados por Ti. llamados siervos de Dios. ¡a pesar de que estos hace tiempo ya serían demasiado malvados incluso para el Satanás!
5. Dije Yo: «Dejemos esto ahora; pues acabo de exponer a los romanos cómo de mi Parte toda la humanidad es educada para la Vida. ¡y ahí los sacerdotes no dejan de ser seres humanos!... Pero con lo malvada que es su terquedad voluntaria de perseverar en todos los pecados, precisamente esta terquedad os prueba claramente cómo por la parte de Dios la libre voluntad del ser humano está respetada y protegida por ser el único germen para la obtención de la Vida eterna, libre e independiente del alma. Y como la libre voluntad está tan considerada y protegida, precisamente esto produce la mayor prueba que Dios ha creado los seres humanos no solamente para esta Tierra y la corta vida de los seres humanos en ella, sino para una eterna Vida espiritual que sólo puede ser lograda perfectamente mediante la plena libertad de la voluntad del alma en esta corta vida terrenal - una existencia que todavía puede perderse si el ser humano persiste en la terquedad libre hasta el fin. Es decir: el alma nunca dejará de ser alma; pero otra pregunta es de qué clase de alma se trata, porque en el Más Allá este perfeccionamiento no puede ser alcanzado como en esta Vida terrenal. El porqué ya os lo he demostrado frecuentemente. Cuando ahora nos habremos fortificado convenientemente, entonces haremos más observaciones y también hablaremos sobre la gran Misericordia de Dios.
6. Hoy aún se presentará mucha clase de pecadores, publicanos y varios fariseos disfrazados, los que se han enterado de mi Presencia aquí. Y con estos aún tendremos nuestros problemas. De momento acabemos con el refrigerio que queda y luego ya volveremos a nuestra tarea. Pero mientras Yo descanse comiendo no me hagáis más preguntas. ¡Así sea!».
7. A eso cada uno, sentado cómodamente, terminó con tranquilidad lo que le quedaba a comer y a beber.
1. Cuando nos levantamos de las mesas y salimos al aire libre, nos quedaron todavía casi tres horas para el crepúsculo. Dimos un paseo de un cuarto de hora por el monte, y luego nos acampamos debajo de algunos olivos. Pronto se presentó mucha gente en el monte y preguntó al personal del albergue si Yo me encontraba por ahí. El personal lo confirmó y señaló allí por donde Yo me encontraba. Pero como los recién llegados veían mucha gente alrededor de Mí, no tenían valor para acercarse.
2. Por eso Yo dije a Lázaro: «¡Haz que aquellas personas vengan aquí, pues se trata de las mismas de las que ya en la casa os había mencionado que iban a venir. Estos hombres me estaban buscando con entusiasmo. ¡pues que también me encuentren!».
3. De modo que Lázaro se fue para decírselo, y ellos, de paso tímido, se acercaron a Mí.
4. Cuando llegaron a Mí, Yo me levanté del suelo y los pregunté por qué vinieron a Mí.
5. Uno de los publicanos cobró valor y dijo: «Señor y Maestro, somos grandes pecadores porque a causa de nuestro oficio hace varios años que no hemos podido visitar las fiestas, los holocaustos y las prédicas en el Templo. Sin embargo, por tu Causa, hoy fuimos allí para oírte, y percibimos tus Palabras. Estas Palabras nos iluminaron mucho, y nosotros mismos para nosotros hemos llegado a convencernos que Tú infaliblemente eres el Mesías prometido, aunque los fariseos no quieran reconocerlo.
6. Además, de tus Palabras que son pura Verdad también concluimos que Tú mismo poco aprecias el Templo. Por eso, como Tú eres absolutamente Verdadero, deseamos preguntarte si y cómo podríamos conseguir de Dios el perdón de nuestros grandes pecados. Señor y Maestro, ¿qué dices Tú sobre nuestros pecados? ¿Podemos todavía tener la esperanza que Dios esté misericordioso con nosotros? En el Templo nos habías dicho que todos que estén oprimidos vengan a Ti, y que Tú los aliviarás. De modo que ahora también hemos venido a Ti para que seguramente recibamos de Ti el verdadero alivio» (Mt 11, 28-30).
7. Dije Yo: «Oíd, ¡lo que Yo hoy dije en el Templo, esto también vale para vosotros aquí en este monte! El que comete pecado es siervo del mismo y la Verdad no se halla en él; pero donde la Verdad no se halla en el ser humano, ¡allí tampoco hay libertad!
8. El hecho que no frecuentabais el Templo y sus anexos a causa de vuestro cargo, esto no sería precisamente vuestro mayor pecado; pero muchas veces habéis afligido demasiado a los pobres obligados a pasar por vuestro puesto de aduana. e igualmente a aquellos que trabajaban para vosotros frecuentemente los privasteis de su jornal de por sí muy pobre. Esto es un auténtico pecado y aquel que lo comete no llegará al Cielo, pero sí, será alcanzado por el juicio y la muerte espiritual.
9. Porque aquel que no tiene amor a su prójimo, tanto menos lo tendrá para con Dios, al que debería amar sobre todo. Porque aquel que ni siquiera ama a quién ve, ¡¿cómo iba a amar a Dios al que no ve?! El amor a Dios -y de ahí el amor al prójimo- es la Vida del alma; de modo que el que no tiene el amor a Dios, él tampoco lleva en sí la Vida, sino sí, el juicio y la muerte.
10. Ahora Yo os digo que, por mi Parte, vuestros pecados están perdonados porque los reconocisteis como tales, os arrepentisteis de ellos y los detestasteis. Pero para lograr la plena remisión de vuestros pecados todavía hace falta que, donde sea posible, reparaseis los cortes que habíais causados a otros - y que en el futuro ya no pequéis. Aquel que no pagó hasta el último céntimo lo que debía a sus hermanos y hermanas, él no entrará en el Reino de Dios antes de haber enmendado todo lo que debía a ellos. Haced esto, y cosecharéis la Vida eterna, pues vuestros pecados os estarán perdonados enteramente.
11. Nadie puede servir a Dios y a la vez al genio del dinero que es de este mundo. Porque el que busca el dinero y lo ama, ¡él no puede amar a Dios! Y el que no ama a Dios, no posee la Vida verdadera y divina que proviene de Dios, sino sí, una manifestación aparente, provenida del príncipe de este mundo material; él que en sí está muerto y sólo puede transmitir la muerte por ser esta su eterna naturaleza. - De modo que ahora sabéis cómo debéis proceder. Actuad de acuerdo, ¡y viviréis eternamente!».
12. Dijo el publicano: «Oh Señor y Maestro, ¡te agradecemos ardientemente por este consuelo tan profundo! Pues nos esmeraremos mucho en cumplir con todo puntualmente. Pero aun así todavía tenemos necesidad de otro consejo... Nosotros, a pesar de ser judíos, causamos muchas pérdidas al Templo. En tu sentido, ¿acaso no somos obligados a reponer todo lo que el Templo ha perdido por nuestra apostasía?».
13. Respondí Yo: «También esto podéis hacerlo, pero Dios no lo considerará, porque Él considera nada más que un corazón puro, manso, humilde y amoroso. Pero para libraros de esta deuda podéis favorecer a los pobres, sobre todo a las pobres viudas y los huérfanos. Esto, que sí, es del Agrado de Dios. Pero enriquecer al Templo más de lo rico que ya es, ¡esto, ante Dios, no tiene el valor más mínimo!
14. ¿Sabéis lo que consta en el Libro de los profetas39 en cuanto a la veneración de Dios en el Templo? Se lee lo siguiente (Mt 15,8): “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de Mí”. Pero Yo os digo: Todos los grandes sacrificios, incluso los holocaustos, son un horror ante Dios, porque nada de esto Él necesita. ¿Pues qué de todas estas cosas terrestres podríais ofrendar a Dios, dado que antes los recibisteis de Él? Porque Él no precisa del olor de animales sacrificados en el fuego, pero sí, como Padre, necesita el ardor del amor de vosotros que sois sus niños... - ¿Me comprendisteis?».
15. Respondió un fariseo por supuesto disfrazado, a fin de ponerme una trampa: «Maestro, si los sacrificios nada valen para Dios, ¿por qué Jehová mandó instituirlos por Moisés y Aaron?».
16. Dije Yo: «Simplemente para daros un ejemplo del Sacrificio de Aquel que en esta época voluntariamente se sacrifica por Amor a todos los seres humanos. Además de esto, el holocausto fue aplicado como testimonio contra vosotros mismos, para recordaros siempre que sois pecadores y apóstatas de Dios, por lo que precisabais de hacer penitencia que mediante una imagen acertada siempre os señaló que a causa de vuestros muchos pecados os habíais apartado de Dios y que ahora precisáis de un Mediador que vuelva a uniros con Dios.
17. De modo que el sacrificio aplicado sólo tiene el valor de enseñanza. Por eso, tal sacrificio ofrendado de vuestra parte, no tiene valor real alguno ante Dios, sino solamente para vosotros mismos como interpretación acertada del Verbo divino, comprensible para los sabios. El que lo comprende, ya tiene todo lo que la señal enseña. Pero si la señal del sacrificio prestado
39. Isaías.
al ser humano también debe tener algún valor ante Dios, entonces el hombre de todo corazón debe actuar de manera que su actividad corresponda al sentido espiritual de la Señal.
18. El sentido espiritual real del holocausto que todavía realizáis -pero eso ciegamente y sin sentido, por lo que para nadie ya tiene el menor valor-, consiste en que debéis amar a Dios sobre todo y a vuestro prójimo como a vosotros mismos (Mt 19,19), evitando toda clase de impudicias y adulterios. - ¿Comprendes esto?».
19. El fariseo se quedó perplejo y dijo a su vecino: «¿Qué te parece a ti lo que dice y enseña este hombre?».
20. Respondió el vecino: «No hay duda que este hombre está en plena posesión de las facultades. Pero aún voy a formular una pregunta y ya veremos cómo saldrá de ella».
21. Dirigido hacia Mí él prosiguió: «Maestro, hablaste cierto; pero ya que se debe amar al prójimo como a sí mismo, ¡ahí pregunto quién, en realidad, es mi prójimo!».
22. Dije Yo: «Primero, cada ser humano que necesita tu ayuda. Segundo, cada forastero aunque fuera pagano venido de los fines de este mundo. Pero ahí aún os daré un ejemplo para que podáis juzgar quién para vosotros es un auténtico semejante».
23. A eso Yo conté a todos la parábola del samaritano misericordioso, y luego pregunté al interrogador: «Ahí, ¿quién fue el prójimo de aquel que casi fue matado a golpes?».
24. Respondió el interrogador: «¡Aquel que le hizo el bien!».
25. Dije Yo: «Entonces ve y haz lo mismo, ¡porque tu sacrificio será verdadero y del Agrado de Dios, lo que será mucho mejor que vuestro holocausto y sacrificio en el Templo!».
26. A eso ninguno de los fariseos disfrazados ya sabía dar una respuesta. Pero todos los demás alabaron a Dios de que Él había dado a este Hombre semejante Sabiduría.
EL JUICIO FINAL DEL FUEGO
1. Yo me levanté del todo y di un paseo con los discípulos. Había varios bancos y otros asientos, colocados allí por el panorama precioso, porque desde allí se podía abarcar Jerusalén mejor que desde cualquier otra parte. Pues allí Yo me paré y me senté.
2. Los discípulos observaron la ciudad tan preciosa, y Juan me dijo en un sonido melancólico: «Señor, amor mío, ¿acaso no da eternamente pena que -conforme tu afirmación-esta ciudad tan preciosa en un futuro breve será destruida de una manera tan desgraciada?».
3. Dije Yo: «Mi querido Juan, ¡tu observación es tan acertada que ves lágrimas en mis Ojos! Pero ahí, ¡¿qué se podría hacer para evitarlo?! Exterminar los moradores por un ángel estrangulador, solamente para conservar las murallas, ¡esto resultaría poco sabio y más bien deplorable! Pues estas murallas acogen varios miles de seres humanos que en el tiempo que les queda aún llegarán a creer en Mí. Y allí veis aquellos setenta hombres, los publicanos, e incluso los fariseos y escribas disfrazados - todos estos se adherirán aun hoy, y eso plenamente.
Y todavía hay muchos en el pueblo que en el futuro aún se adherirán, por lo que este lugar debe ser salvado de cualquier juicio demasiado violento. Pero una vez que todos los pececillos buenos de ese lago estén sacados, y sólo quedarán en él víboras y ranas asquerosas, entonces habrá llegado el momento de soterrar el pantano miserable con fuego y terremoto.
4. ¡Fijaos de todo este paisaje! ¿Qué aspecto habrá tenido hace diez millones de años? Entonces había poca tierra firme, y de todas estas montañas y valles exuberantemente cubiertos de plantas y árboles, entonces aún no había vestigio. Solamente tras épocas sucesivas de erupciones violentas extendidas por casi todo el orbe, poco a poco la Tierra ha llegado a tener esta forma.
5. Y ved, tal como se realiza la formación natural de la Tierra, así también progresa la educación espiritual del ser humano. Ahora en los ánimos de los seres humanos todo está todavía muy agitado por las tormentas impetuosas y erupciones de fuego más violentas. Las pasiones más indómitas se descargan, agitando todo que haya en y encima de ellas. Pero dejemos este asunto; porque tiempo vendrá en que toda clase de pasiones se transformará en un suelo sereno y fértil, y solamente entonces habrá mucha claridad y verdadera delicia entre los seres humanos. Aun así, el número de personas buenas y puras siempre será inferior a él de las dominadas por su debilidad mundana. las que siempre se dejarán dominar más o menos por sus pasiones mundanas.
6. Tal época mejorada durará algo más de mil años, y parecerá a la condición actual de esta Tierra, la que ahora está castigada por muy pocas tempestades, y se halla en cierta calma y cierto orden, pues está llena de campos florecientes y fértiles. Pero aparte de esto hay mucho más desiertos estériles que campos tranquilos y fértiles, y eso sin contar los grandes océanos.
7. Después de tal época de mil años, la Tierra tendrá que pasar por otra prueba de fuego. En tal época las montañas de esta Tierra también se transformarán en planicies fértiles, y el mar tendrá que devolver gran parte del territorio muerto todavía enterrado en sus profundidades. Los seres humanos mejor educados se ocuparán de ello y pronto lo transformarán en un paraíso. Allá, hasta la disolución total de toda la Tierra, reinará la verdadera Paz, y la muerte perderá la razón de su existencia para siempre.
8. Tal como un tiempo venidero las montañas de la Tierra serán niveladas, así, mediante pruebas durísimas, también los seres humanos tendrán que despojarse totalmente de su soberbia; porque de lo contrario entre los seres humanos de esta Tierra sería imposible lograr una verdadera Paz interna. Pues únicamente la soberbia de los seres humanos causa toda guerra; pero una vez que la soberbia se haya acabado, entonces también se acabarán la envidia, la avaricia, la discordia, y con esta todo odio, disputa, discordia, y guerra.
9. De modo que esta ciudad más antigua tan célebre -para cuyas murallas ya el gran Rey de Salem había colocado la piedra fundamental-, ahora como monte de extrema soberbia será humillada moral y materialmente, y será nivelada al nivel de la planicie del alrededor. Y le pasará lo mismo como a un cedro alto muy viejo en sí muerto y hueco, cuando es sacudido por un temporal que le rompe en la raíz deteriorada. Pues luego, con sierras y hachas, los sirvientes lo cortan en trozos para que sirva de combustible.
10. Lo que pasó con el árbol, esto fue causado por su propia naturaleza. Pero en el caso del hombre lo causa su mala voluntad que de ninguna manera quiere atenerse a una ley con lo sabia que esta fuera. Pues así es como hace tiempos remotos los habitantes de Hanoc40 por su desobediencia desenfrenada ellos mismos fueron responsables del diluvio, ¡por lo que todos se murieron ahogados de mala manera! ¡Cuántas miles veces fueron advertidos por Mí a través de muchos visionarios para que dejasen las montañas en paz! Pero nadie de Hanoc les prestaba oídos. Pues comían y bebían, y se entregaban a la gula. Pecaban de todas maneras posibles, y se enlazaban con pompas exageradas hasta que las aguas viniendo de todas partes los abatieron ahogando a todos. - Y lo mismo se dará aquí...
11. Con el tiempo en su ceguera y su capricho de poderes, esta ralea de sierpes tan presumida aun se rebelará contra los romanos, pues aún querrá expulsarlos de este país. Y esto sellará el fin de esta ralea. El general en jefe y posteriormente emperador que acabará con esta ciudad y su pueblo, ya nació...
12. En el final de esta época de los seres humanos de este mundo se dará lo siguiente (pero eso ni mucho menos también con el mismo globo de esta Tierra): Aunque en tal época los seres
40. Véase también Jakob Lorber: El Gobierno de Dios o La historia de la humanidad humanos ya no demolían montañas hasta lo más profundo como lo habían hecho los habitantes de Hanoc en la búsqueda de oro y de piedras preciosas, y tampoco ya instigarán a los romanos . sin embargo, mediante mucha clase de máquinas accionadas por la fuerza del fuego aún comenzarán a perforar el suelo terráqueo, por cuyos canales increíblemente profundos desde el interior de la Tierra gases incendiables subirán en grandes cantidades a la superficie. Tan pronto que la atmósfera estuviera saturada con tales gases, entonces estos incendiarían casi todo el orbe de la Tierra y convertirían todo en cenizas. Serán pocos los sobrevivientes, pero los que quedarán también serán seres humanos de buena cepa. Estos habitarán una Tierra completamente renovada; y vosotros y muchos otros que después de vosotros vendrán en mi Nombre serán inspirados por Él, y vosotros seréis sus doctrinadores y guías.
13. Sólo a partir de entonces mi Reino en esta Tierra estará completamente extendido, y los seres humanos del Sol -juntos con mis niños de esta Tierra renovada- entrarán en una nueva comunidad con los mismos derechos, progresando en el Amor de mis verdaderos niños.
14. Lo que ahora acabo de deciros, ¡guardadlo en secreto! Porque actualmente esto no serviría a nadie para su Salvación, aunque lo supiera con toda claridad. En el tiempo oportuno Yo mismo ya comunicaré tales hechos palpablemente a los seres humanos, cuando estos estén capaces de soportar nociones más profundas. - ¿Lo habéis comprendido todo?».
15. Dijo Juan: «Señor, mi gran Amor, ¡lo he comprendido todo perfectamente porque una vez más te has explicado con toda claridad! Si los demás hermanos lo han comprendido bien, ellos mismos ya sabrán confirmártelo».
16. Todos lo confirmaron, con excepción de Judas Iscariote.
17. Este dijo: «Señor, no todo me queda claro».
18. Dije Yo: «Si a los demás hermanos todo les ha quedado claro menos a ti -tú, que con tu intelecto siempre sabías vanagloriarte más que nadie- dirígete pues a los hermanos y consúltalos. Y lo que tú no comprendes, ¡ellos te lo harán comprensible! La humildad comprende todo más fácilmente que la soberbia testaruda; y si continuaras aún más tiempo en la soberbia, esta será tu demonio, tu juez y tu muerte. ¿Qué te parece qué ventaja llevas ante todos los demás para que te juzgues tan superior a ellos? ¡Humíllate a ti mismo para que huyeras de las garras de Satanás!».
19. Judas dio media vuelta y buscó a Natanael, con el que aun más simpatizaba. Le preguntó por lo uno y lo otro no comprendido, y Natanael le dio las explicaciones necesarias. Y cuando también a este discípulo todo había quedado más o menos claro lo que Yo antes había profetizado a los discípulos, entonces Judas dio la impresión como si iba a descansar un poco, pues ya no hizo más preguntas.
20. Uno de los greco-judíos que también estaban Conmigo opinaba que supuestamente no sería dañino si se comunicara algo de esto a los demás judíos.
21. Respondí Yo: «Lo que de una u otra manera les hará falta, ¡ya lo sabrán al tiempo conveniente! Y todo lo demás no hace falta que lo sepan. - Pero ahora viene Lázaro, ¡esperémosle! Él ya ha tenido mucho diálogo con los templarios disfrazados. A ver, ¡qué noticias nos traerá!».
1. A eso Lázaro se aproximó y dijo: «Señor y Maestro, me da mucha pena que yo no podía quedarme aquí en tu Compañía; pero me di cuenta que Tú deseabas descansar, y por eso procuré a entretener a la gente, para que no se pegase a ti y no te molestase en tu descanso. Consta que todos comentarios se trataban de ti - la mayoría en tu Favor y la minoría en contra.
2. Los romanos trataron a los templarios disfrazados de una manera tan insistente que estos finalmente ya no eran capaces de presentar cualquier objeción. Dos estaban a punto de creer en Ti, pero los demás persisten en la afirmativa que no puede surgir un profeta de Galilea. Pero la mujer salvada de las garras del Templo les hizo una objeción muy acertada, pues argumentó: “Tenéis toda razón que verdaderamente está escrito que de Galilea no surgirá un profeta. Pero Éste aquí tampoco es un profeta, sino Él es el Mesías, de modo que es el Señor mismo que de antemano Se ha hecho anunciar mediante los profetas. ¡Pero ahí en ninguna parte está escrito que el Mesías mismo no surgiría de Galilea! Además, de estos hombres antes yo había oído que, como verídico, precisamente este Señor y Maestro a Quien vosotros perseguís y en Quien no queréis tener fe, ¡no ha nacido en alguna parte de Galilea sino en Belén, en Judea, donde el octavo día después de su Nacimiento memorable, en el Templo después de la circuncisión recibió el Nombre de Jesús!... - Si las cosas con este Hombre divino resultan así, ¿cómo podéis insistir en que de Galilea nunca surgiría un profeta?”.
3. Señor, cuando esta mujer tan encantadora de esta manera había tratado a los templarios, entonces todos los romanos, los setenta hombres y también todos los publicanos presentes aplaudieron con entusiasmo e incitaron a los templarios que rebatiesen la disertación tan acertada de esta mujer. Pero como nadie pudo replicar ni una sola palabra, la mujer triunfó formalmente ante el pueblo frente a los fariseos y escribas sumo-sabios - lo que para mi corazón fue un verdadero bálsamo. Por eso a ella y a su marido en seguida prometí una garantía para su sustento con todo lo que les haga falta de por vida, ¡por lo que los templarios arrugaron mucho la frente pero sin atreverse a pronunciar una sola palabra más!
4. A eso el romano Agrícola se dirigió a los templarios más infieles y les dijo: “Amigos míos, ¡cosa más extraña con vosotros! Vosotros como sacerdotes y doctrinadores del pueblo, supuestamente sois muy expertos en vuestras escrituras y doctrinas en las que está escrito palpablemente Lo de este Hombre. ¡Todas las circunstancias nombradas en los profetas bajo las cuales vuestro Mesías debe llegar a vosotros coinciden con este Hombre con pelos y señales! Entonces, ¿cómo aún podéis decir que Él no es Aquel por el Cual Él mismo se presenta abiertamente, ante el hecho que Él mismo con Palabras y hechos se anuncia francamente ante todo el Mundo, sin tener algo reservado?
5. Vosotros también sois seres humanos y tenéis una fortuna en medida más que suficiente. De modo que el uno u otro de vosotros podría vestirse con oro y seda; pues así vestido en pompa imperial podría presentarse al pueblo y decir: “Oíd, pueblo, yo soy el Mesías prometido de los judíos!”. Pero consta que ni siquiera el más pícaro y audaz entre vosotros tendría el valor de hacerlo porque sabría anticipadamente cómo el pueblo y sus colegas de antes recibirían tal declaración. ¿Quién, entonces, dará el coraje a ese Hombre simple y modesto, para declarar en voz alta ante todo el mundo que es el prometido Mesías de los judíos - y en realidad de todos los seres humanos? Además, todo lo que Él pronuncia sobre Sí mismo, ¡lo confirma con Palabras y Hechos! ¿Por qué no lo creéis? Entonces, ¿cómo es posible que nosotros los paganos lo creamos sin la menor duda - y vosotros no? Os lo digo: ¡Porque estáis colmados de soberbia y del amor propio más asqueroso!
6. Pero nosotros, romanos, nunca fuimos así; porque con nosotros cuenta todavía el principio jurídico: “¡Da a cada uno lo que le corresponde. no ofendas ni engañes a nadie. y vive honestamente!... Comprueba todo y guarda lo verdadero y bueno. Y lo que haces, hazlo sabiamente y consciente de las consecuencias. Pues todo romano convencional vive dentro de estas normas y está prendado con toda su alma para lo grandioso y milagroso. Vosotros, entre tanto, afirmáis que ya sois meros dioses. Pero si entre vosotros surge algo verdaderamente divino, ¡entonces lo odiáis más que la muerte, y no queréis saber ni oír nada de ello!. Pues, ¿qué clase de seres humanos sois?”.
7. Respondió uno de los fariseos disfrazados: “Pues sí, consta que a vosotros como romanos que ahora sois nuestros señores y gobernantes, tal Mesías débil siempre os será bienvenido, porque siempre va a entenderse mejor con vosotros que con nosotros. Pero en cuanto venga el verdadero Mesías poderoso, ¡este os expulsará de este país, y él mismo reinará en él! ¡Y pronto este verdadero Mesías se elegirá como Soberano del mundo entero!”.
8. A eso el romano se moderó y dijo con calma: “¡Que os imagináis el Mesías de esta manera, esto, a la ocasión de nuestra comida, ya nos lo demostró con pelos y señales aquel Mesías al que vosotros ignoráis! ¡Pero yo os digo que un Mesías tal como vosotros os lo imagináis le vais a esperar totalmente en vano! Además, si decís que a nosotros los romanos este Mesías es bienvenido por ser débil y no tener poder, ¡entonces sois unos mentirosos malévolos porque negáis lo que de este Hombre sabéis más que de sobra! Pero yo os digo que este Uno tiene infinitamente más Poder y Fuerza en su Voluntad que todos los reinos de este mundo con lo poderosos que sean. Esto lo sabemos porque lo hemos oído por parte de testigos oculares y auriculares más dignos de fe - lo que nos ha llegado hasta a Roma. ¡¿Y vosotros que estáis aquí, a nosotros los romanos con un descaro increíble nos decís a la cara que nosotros tenemos afecto a Él a causa de su debilidad?! Esperad que Él vuelva, y le pediremos que nos diera a probar una simple Prueba de su Omnipotencia ¡y ya veremos si continuáis insistiendo que Él es una persona débil!”.
9. A eso los dos fariseos disfrazados se callaron, y los romanos se aconsejaron entre ellos cómo debían proceder con los disfrazados, porque la causa de estos a los romanos no les parecía ser ni tan insignificante .
10. Como yo41 bien vi que algunos romanos algo más apasionados trataron toda esta causa y el descaro de los dos fariseos disfrazados de una forma muy desfavorable, yo42 les dije: “¡Apreciados ciudadanos de Roma, la gran ciudad imperial! ¡No hagáis caso a las habladurías sin nexo de estos dos ignorantes! Pues si estos dos tuvieran tan sólo una chispa de inteligencia un poco lúcida, ¡seguro que no habrían soltado palabras como estas! Todos nosotros también somos judíos, e incluso también nuestro Maestro y Señor. Nosotros os apreciamos mucho, y debemos mucha gratitud al gobierno tan sabio de Roma; pues precisamente este es nuestra protección contra el exagerado dominio por parte del Templo y del tetrarca Herodes. Sabemos el bien que tenemos con los romanos, pero estos como supuestos señores no lo saben o no quieren saberlo, de modo que no hagáis caso a sus habladurías vanas. ¡Yo mismo me arrodillaré personalmente ante el Señor para que a estos ciegos diera una prueba de su Poder, para que estos estúpidos no puedan pretender que vosotros sólo os atenéis a Él por su pretendida debilidad!”.
11. Con estas palabras yo tranquilicé a los romanos, y solamente entonces me acerqué a Ti, ¡para rogarte que a este grupo de fariseos ciegos demuestres que eres nada de débil sino que eres un Mesías todopoderoso!».
1. Dije Yo: «¡Apreciado amigo y hermano! Estos que son ciegos por su mala voluntad intencionada saben muy bien que Yo soy poderoso, de modo que no necesitan pruebas mayores de mi Sabiduría, mi Poder y mi Fuerza, ¡pues me odian precisamente porque me temen por mi gran Poder! De modo que realmente no hace falta dar a estos ciegos otra prueba de mi Poder. Sin embargo, haré algo inesperado en el beneficio de los romanos, para darles un medio de ataque verbal contra esos ciegos. - Como el Sol casi está a punto de ponerse, vamos a entrar en la casa; y el que quiera seguirnos, luego ya nos encontrará allí, porque en el aire libre hoy ya no actuaré ni hablaré».
41. Sigue hablando Lázaro.
42. Sigue hablando Lázaro.
2. Dijo Lázaro: «Señor, mi casa contiene una acomodación muy grande, ¡pero tengo mis dudas que en esta quepamos todos que estamos aquí!».
3. Dije Yo: «¡No te preocupes de esto, porque en un corral de ovejas caben muchos corderos pacíficos, y los dos fariseos roñosos nada cambiarán! - ¡Vamos pues!».
4. De modo que pronto llegamos a la casa a nuestra mesa, en la que ya había pan y vino. Apenas nos habíamos acomodado, y todos aquellos que afuera habían conversado con tanta animación, estos invadieron nuestro enorme comedor y, con los muchos que hayan sido, todos cabían cómodamente. De modo que Lázaro y su hospedero estaban profundamente sorprendidos de esto.
5. A eso el tabernero dijo: «¡O los hombres han quedado más pequeños o la sala ha grandecido! ¡Porque nunca vi tanta gente en esta misma sala! Además, ¿de dónde vinieron tantas sillas y tantas mesas, más la cantidad de pan y vino, todo ordenado tan perfectamente? ¡Pues yo no preparé ni una sola gota de vino o un solo trozo de pan! ¿Cómo sucedió esto? ¿Acaso en secreto tú mismo diste orden a tus empleados para que preparasen todo esto?».
6. Respondió Lázaro: «¡Yo seguramente aún menos que tú! ¡Esto, otra vez, el Señor lo ha ordenado así mediante su Voluntad todopoderosa! Yo -y los romanos a través de mí- por la causa de los ciegos fariseos disfrazados rogamos al Señor que hiciera un milagro. Y, como lo veo con toda claridad, ¡ya lo ha realizado inadvertidamente! ¡Y fíjate de la mesa de los romanos! ¡Los cántaros para el vino son de pura plata, y las copas son de oro puro! ¿Acaso tú tienes utensilios como estos para atender a los huéspedes?».
7. A eso el tabernero se quedó boquiabierto y los romanos aún más.
8. Agrícola se quedó fuera de sí por tamaña gracia obtenida, y dijo a Lázaro: «Amigo, ¿por qué solamente esta tarde nos honraste con una cortesía de esta categoría, y por qué no lo hiciste ya anoche y hoy durante el día? Porque aquí semejante homenaje de pompa, para los que tienen los medios, ¡lo consienten exclusivamente a un emperador!».
9. Dijo Lázaro: «Amigos míos, si yo hubiera tenido estas vajillas ayer y hoy, de veras se os habría atendido de la misma manera. Pero estas vajillas -sin que yo lo hubiera sabido-llegaron aquí a las mesas, ¡por lo que yo diría que aquí ya debe tratarse de esa pequeña prueba para los que dudan del Poder del Señor!
10. Ahora aquí todo sucede de una manera milagrosa. ¡Fijaos de las muchas mesas en la sala! ¡Pues ahí están, y ni yo ni tampoco mi tabernero sabemos de donde vinieron! ¡Y en todas las mesas hay pan y vino en gran cantidad, sin que el tabernero ni yo ni cualquier de nuestros servidores hubiera puesto lo uno o lo otro en una sola mesa! Además, ¡sé muy bien cuántas personas podían ser atendidas en esta sala; entretanto, ahora se hallan en ella cinco veces más, y todavía hay espacio para otras tantas!. ¡Y aún así la sala verdaderamente muy agrandada mantiene su antigua forma totalmente inalterada! Si vosotros observáis este asunto en buena Luz, ¡todo esto resulta más que la pequeña prueba de la pura Voluntad de nuestro Señor y Maestro que vosotros habéis solicitado!».
11. Dijo el romano, admiradísimo: «Sí, amigo, ¡es evidente que con todo esto tienes toda razón! ¡Porque si tú hubieras hecho que secretamente te trajesen estas vajillas valiosas de tu Betania, -donde a nosotros treinta seguramente habría llamado la atención que algo ha sido traído a la casa, a no ser que desde aquí hasta Betania tuvieras un túnel subterráneo, lo que hay que poner en duda- aun así en estas pocas horas no habrías podido traer las muchas mesas y sillas y agrandar la sala. con lo que esto realmente es una obra milagrosa asombrosa, y Aquel que la realizó es un Dios y ya no un hombre!».
12. A eso los cinco fariseos que quedaban y algunos pocos levitas no sabían qué responder.
13. Pero como ya estaba anocheciendo, en la sala hacía falta encender luces, lo que en aquella época siempre era un poco conflictivo. Porque en aquellos tiempos no se tenía cerillas como hoy día. Cuando se apagaba la así llamada “lámpara continua”, entonces existente en todos los hogares, era preciso pedir al vecino un palo en llamas o había que frotar dos palos muy secos hasta que se pusieran a prender fuego. Pero por esta vez también en esta casa el fuego se había apagado del todo. Y los empleados ya estaban frotando los palos especiales, pero sin éxito; con lo que aquel día en aquella casa en cada momento aumentó la oscuridad y nadie podía lograr algo de luz.
14. A eso Lázaro se dirigió a Mí y dijo: «Señor, ¡en toda la casa el fuego se ha apagado y no podemos producir luz alguna! Como a Ti todo resulta posible, si Tú quieres, ¡enciéndenos una luz!
15. Dije Yo: «Pues bien, ¡colocad las lámparas en las mesas y los candelabros en las paredes, y ya veré si somos capaces de encender un fuego!».
16. Cuando todo estaba arreglado convenientemente, Yo dije: «Tal como está escrito en el primer libro de Moisés, el Génesis, Dios habló a las tinieblas: “¡Haya Luz!”, y hubo Luz en las extensiones de la Creación. Del mismo modo Yo tengo el Poder para decir: “¡Que se haga Luz en toda la sala como también en tota la casa!”».
17. Cuando Yo había pronunciado esto, en el mismo momento todas las lámparas y los candelabros en toda la sala y toda la casa se encendieron, y como en la cocina la madera encima del fogón también se encendió, los cocineros ya podían ponerse a preparar la comida.
18. Cuando los fariseos vieron esto, se quedaron pasmados y miraron por los romanos para ver cómo estos reaccionaron ante este fenómeno. Pero los romanos ellos mismos por tanto asombro no podían serenarse, por lo que pasó media hora hasta que sus lenguas volvieron a entrar en función.
19. A eso se levantó Agrícola y se dirigió a la mesa donde se habían sentado los camuflados, bastante separados de los demás, y les dijo: «¡Decidme cómo os gusta semejante flaqueza de este auténtico Mesías! ¿Acaso esto vosotros ahora lo llamáis todavía una flaqueza? ¿O, acaso, vosotros podéis realizar lo mismo mediante vuestra pura voluntad? ¿Podéis vosotros crear vasos tan valiosos y llenarlos con el vino más delicioso? ¿Acaso vosotros, de manera mágica, también podéis producir del aire el pan más maravilloso - y luego también las mesas y los bancos? Evidentemente vuestra mesa, vuestros bancos y vuestras sillas son bien estables, y aun así no son fabricados, sino que son creados mediante la Voluntad de Aquel del cual vosotros pretendéis que nosotros los romanos le estamos devotos solamente porque por su flaqueza nada tenemos que temer de Él. - ¿Qué, pues, decís a esto?».
1. Se manifestó un fariseo con voz bastante confundida: «Todo esto es extraordinario, ¡y nunca se ha oído que un ser humano haya podido realizar hechos como estos! A pesar de esto ya hemos visto otros magos que también han podido realizar cosas inimaginables. Pero si ha sido con medios naturales o con la ayuda de espíritus serviciales, ¡esto no somos capaces de definir! De modo que este hombre también puede encubrir secretos alcanzados por un talento especial -secretos donde él permitirá a nadie tomar conocimiento. Antes de que se pudiera aceptar tal hombre como un Dios es preciso analizar todo para enterarse a quién se tiene ante sí. pues yo no niego la posibilidad que este hombre podría ser el Mesías auténtico. Pero sin una inspección concienzuda esto resulta en un asunto sospechoso.
2. Nosotros los judíos respetamos una Ley conforme la cual no hay más que un solo Dios en el cual debemos tener fe, y que frente a Éste no debemos tener otro Dios (Ex 20,3). Si también a este aquí le consideramos como un Dios, ¿qué, entonces, pasa con la antigua Ley? Entonces tendríamos que creer en dos Dioses - primero en uno visible como este de aquí, y luego en el otro que es invisible, del cual también se dice que ningún mortal le puede ver y continuar con vida.
3. Vosotros los romanos lo tenéis mucho más fácil con vuestro politeísmo. Pues tenéis varios miles de dioses a los que veneráis, con lo que no importa aumentarlos por uno más, cuya memoria volvéis a grabar en vuestro Olimpo43 y vuestro panteón44 Pero con nosotros los judíos esto es enormemente diferente, pues nosotros podemos imaginarnos nuestro Mesías prometido sólo como un Profeta. un Moisés o un Elías potenciado que, aparte de su fuerza espiritual de un sumo-sacerdote, a lo sumo también posee la de un rey, como en otros tiempos el David... Pero que el Mesías prometido debe ser el antiguo Jehová mismo, o al menos un verdadero Hijo de Él, ¡esto -a pesar de las Señales verdaderamente impresionantes que este Hombre ahora ha realizado ante nuestros ojos- difícilmente será aceptado por nosotros los judíos que estamos clavados a la antigua Ley.
4. Él, por supuesto, dice que aquel que cree en Él tendrá la Vida eterna. Pero entonces también el antiguo Jehová debería hacerse entender y señalar que este Nazareno verdaderamente es Hijo Suyo, y debería abolir aquella antigua Ley tan importuna para nosotros. Entonces, con gusto, creeríamos en dos dioses en vez de uno solo. Pero algo así no sucede - por lo menos no ante nuestros ojos y oídos; de modo que de momento desgraciadamente no nos queda otra alternativa que atenernos a la antigua Ley».
5. Dijo el romano: «Hablaste con habilidad. Entretanto, los romanos sabemos muy bien hasta qué punto os atenéis a la antigua Ley. Pues vuestro interés se concretiza en lo que os producen vuestra doctrina y vuestro Templo: ¡Cada uno de vosotros vende a vuestro Jehová junto con Moisés y todos los demás profetas por unas cuantas libras de oro y de plata! Y si no fuese así, no odiaríais a los samaritanos y no los perseguiríais porque ellos no aceptan vuestros nuevos estatutos tergiversados; pues se quedan firmemente con Moisés y los demás profetas.
6. Ved, a pesar de que nosotros somos romanos, en Roma estamos al tanto de cada relación con nuestros países asiáticos. De modo que también sabemos perfectamente que ante el pueblo aparentáis ser sacerdotes, pero en realidad sois ateos más exagerados que nuestros cínicos y los epicúreos45 Vosotros no creéis ni en un solo Dios, y por eso, en secreto, siempre estáis preparados para cometer los crímenes más horrendos contra cualquier ley civil y aún más contra cada Ley divina. Si vosotros no tuvierais miedo de nuestras leyes mundanas que son inexorables, ¡entonces hace tiempos ya no habría vida que estuviera a salvo de vosotros!
7. El hecho que a este verdadero Hombre divino no le queréis aceptar tal como es, la culpa de esto no tiene vuestro Jehová ni vuestro Moisés, sino esta se basa únicamente en el miedo que por eso arriesgáis a perder vuestro prestigio y vuestros ingresos considerables. ¡En vuestra falta de conciencia estáis satisfechos de haberos liberado de la última chispa de una fe en Dios! ¡¿Y ahora súbitamente queréis volver a creer en un Dios, lo que para vuestra conciencia sorda sería más que inoportuno?! ¡Eso, por vosotros, olvidáoslo! Pero hay algo que a vosotros no os debe dar igual, pues se trata evidentemente del hecho que ahora hay tanta gente que cree en este Hombre verdaderamente divino que por eso esta llega a ser sabia y dilucidada, con lo que el pueblo evidentemente os tendrá que volver la espalda. Ahí yo también quisiera deciros: HINC ERGO ILLAE LACRIMAE?46 Según mi entendimiento claro no os he dicho otra cosa que la Verdad. Aun así, ahora podéis hacer lo que os dé la gana.
8. A este discurso enérgico del romano reconociblemente inspirado por Mí, el uno de los dos fariseos más aturdidos por enojo no sabía qué contestar al romano.
9. A eso se manifestó otro fariseo que tenía algo de fe y que íntimamente empezó a creer en Mí, pues dijo al romano: «Apreciado amigo, ¡ahí nos has caracterizado un poco demasiado violentamente! Con esto no quiero pretender que entre nosotros no haya tales como tú los has
43. El cielo en que en que viven los dioses griegos.
44. Monumento funerario
45. Seguidores de Epicuro, filósofo griego
46. De aquí vienen aquellas lágrimas.
caracterizado; pero yo y muchos otros realmente no formamos parte de estos. Nosotros creemos todavía firmemente en el antiguo Jehová y en los profetas; pues nosotros no hemos inventado las innovaciones del Templo y tampoco los hemos introducido. Pero ya que existen, somos obligados a seguirlas. Pero aun así somos convencidos de que estas alteraciones nunca habrían podido producirse si Jehová no hubiera sido conforme con ellas. Porque en los antiguos tiempos a los sacerdotes no estaba permitido hacer modificaciones en las antiguas Leyes; y si alguien se había atrevido, en seguida la vara de penitencia y el profeta que la agitó entraron en función. Pero ahora hace tiempos que esto ya no sucede; de modo que Dios debe estar conforme con los nuevos estatutos del Templo, dado que no hace gesto para nuestra información ni nos manda otro profeta aceptable.
10. Ahora nuestro Galileo evidentemente está dotado de todas las características de un profeta, y también le aceptaríamos como tal - si con todo lo que es, tan sólo no hubiera surgido en Galilea. Lo mismo sucedió con Juan el Bautista, pues su habla sonó perfectamente como la de un verdadero profeta; pero por lo demás era un galileo empedernido, con lo que nosotros como fieles de las Escrituras no podíamos aceptar incondicionalmente que él sea un profeta genuino. Además, consta que ambos no nacieron en Galilea sino en Judea. Sólo que la Escritura no señala el nacimiento sino el surgimiento de un verdadero Profeta. Pero como está escrito que de Galilea no surge profeta alguno, tampoco podemos aceptar tan fácilmente que ambos pudiesen ser profetas auténticos y verdaderos como a vosotros os parece. Por eso no nos podéis guardar rencor si reconocemos que aún tendremos que poner a prueba muchas cosas antes de poder aceptar al Nazareno tan sólo como profeta. Sólo entonces ya veremos en qué atenernos con el Mesías. Pues tú mismo dijiste que vosotros los romanos antes comprobáis todo, ¡y que sólo entonces guardáis lo bueno! ¿Acaso cometemos una indiscreción si hacemos caso a tu sabio consejo?».
11. Dijo el romano: «¡Eso de ninguna manera! Pero ya no hay nada que debería ser sometido a un análisis, porque ahí rige la plena Verdad inconfundible, la que sólo una ceguera demasiado fuerte puede ignorar; pues el ciego incluso en el mediodía no ve.
12. Nosotros los romanos y griegos de ninguna manera formamos parte de los crédulos que todo aceptan, y tenemos mucha perspicacia para examinar a un ser humano en todos sentidos si produce algo extraordinario. Además de esto, también somos totalmente expertos en la esfera de la magia persa y de la egipcia; e incluso los secretos egipcios e indo-persas nos son nada de desconocidos. Pero hechos como los realiza este Hombre, hasta ahora nunca un ser humano los ha realizado, y sobre todo sus Palabras y Enseñanzas hasta ahora nunca las ha pronunciado un ser humano. He aquí para cada ser humano que piensa libremente hay pruebas de sobra que le dicen: “Mira, aquí ya no se trata de un ser humano sino de un Dios, ¡de modo que a Él le debemos rendir el mayor Homenaje!”. Ahí ya no importa conformarse con una fe, sino que se acuda, vea, reconozca y adore al Dios manifiesto.
13. La Verdad sólo puede ser percibida por aquel que antes ya se encuentra en ella; pero aquel en el que no se encuentra esta Luz del alma tampoco puede percibirla - como en vuestro caso... ¿Vosotros queréis examinar las Obras y Enseñanzas de ese Hombre-Dios? ¡Pues nosotros que somos romanos os preguntamos cómo queréis realizar esto! Porque el que quiere examinar, antes él mismo ya debe haber adaptado una diversidad de conocimientos y aptitudes desde la base. ¿Dónde jamás habríais alcanzado tales factores? ¡Seguro que no en vuestro Templo mohoso! Y por lo demás tampoco os habéis alejado a lugares donde habríais podido aprender algo bueno, útil y profundo. Vuestra antigua Escritura no la comprendéis, y vuestra versión revisada vale para nada. Y aparte de esto, ¿qué más conocéis? Como evidentemente no sabéis más, ¿cómo y con qué queréis examinar a este Hombre-Dios? ¡Decidlo vosotros mismos si nosotros los romanos os descubrimos con puntos y comas o no!».
1. Dijo uno de aquellos que ya tenían algo más de fe: «También en esto no estáis equivocados del todo; pero también entre nosotros los judíos hay hombres que han aprendido algo más, con lo que también entienden más y por eso tienen la facultad de examinar muchas cosas y evaluarlas. Con lo que también hay sacerdotes que tienen más comprensión de lo que un forastero se imagina».
2. Replicó el romano: «También yo supongo que vosotros los judíos debéis haber aprendido algo suplementario. Pero lo que habéis aprendido no basta ni mucho menos para evaluar el intelecto de un romano y mucho menos aún la Sabiduría ilimitada de este Hombre-Dios, de la que tenemos un profundo respeto.
3. Estoy dispuesto de hacer con vosotros una apuesta de mil libras de oro, que no sois capaces de darme una respuesta precisa a cualquier pregunta que tan solo yo podría darte de mi intelecto. Siendo esto así, ¿cómo queréis probarnos que este Hombre-Dios no es el verdadero Mesías? ¡Haced que se presente aquí el más inteligente de vosotros, e incluso con él mantengo mi apuesta ofrecida! En seguida, como prueba en contra, ante vosotros formularé a este Hombre-Dios las preguntas más difíciles, y apuesto diez mil libras de oro que Él me las responderá todas. Pero en el caso que Él me preguntara, a miles de sus Preguntas yo no podría responderle ni una sola, a pesar de que yo seguramente comprendo mil veces más que el más sabio de vosotros».
4. Advirtió un fariseo: «Ojo, amigo, ¡ahí arriesgas tu oro de una manera muy atrevida, porque somos versados en muchas cosas!».
5. Dijo el romano: «Pues mi oro no me importa en absoluto, porque dispongo de mil veces más de lo que supone esta apuesta. Pero lo que yo digo como patricio romano, ¡con esto cumplo a ultranza! ¿Comprendéis esto? Por eso, disponed que yo os ponga las preguntas, ¡y si las respondéis perfectamente, entonces habréis ganado mil libras de oro! Pero si no sabéis responder, ¡sólo nos pagaréis cien libras como multa por vuestro atrevimiento ante nosotros los romanos, vuestros señores!».
6. A eso los siete fariseos deliberaron entre ellos si debieran aceptar esta apuesta tan lucrosa o no; y uno de ellos respondió: «Como no se puede saber qué el romano podrá preguntar, ¡esto sería demasiado arriesgado!».
7. Pero uno de los más infieles de ellos dijo: «Yo supongo que el pagano no podrá presentarme una sola pregunta razonable que yo no sería capaz de responder. Yo acepto la apuesta, sólo que también debería haber árbitros que van a tomar la decisión que mis respuestas han sido buenas y correctas.
8. A eso, este hombre infiel dijo al romano: «Si aquí podemos contar con un tribunal de arbitraje experto e imparcial, ¡entonces acepto la apuesta!».
9. Dijo el romano: «Pues bien, ¡entonces formad uno vosotros mismos! Ahora aquí hay varios cientos de hombres; ¡¿se supone que estos serán capaces de estimar si tus respuestas son verdaderas, buenas y minuciosas?! ¡Yo ya tengo mi árbitro!».
10. Dijo el fariseo, engriéndose: «Muy bien, ¡pues pregunta, porque la apuesta es válida!».
11. A eso el romano se levantó y volvió a advertir al fariseo: «Amigo, ¡no seas imprudente, pues vuelvo a avisarte que a cada pregunta me quedarás a deber la respuesta, y las cien libras de oro no te serán perdonadas!».
12. Respondió el fariseo con soberbia: «¡Aceptado! Sólo pongo la condición que luego las preguntas que yo te daré también las tendrás que responder en la misma cantidad. Si entonces no me quedas a deber una respuesta correcta, sólo entonces recibirás las cien libras».
13. Dijo el romano: «Estoy de acuerdo con tu solicitud; de modo que en total sólo te haré diez preguntas. Pues, ¡escúchame!
14. Como también nosotros los romanos en general estamos muy experimentados en vuestros profetas, yo quisiera tener una explicación acertada sobre lo que el profeta Isaías quería decir en su Capítulo 10° cuando dice:
15.' “¡Ay de los escribas que dan leyes inicuas y que luego sacan prescripciones tiránicas, a fin de derribar los derechos de los pobres, emitiendo sentencias injustas para luego aplicar violencia a los buenos derechos de los afligidos entre Mi pueblo, para conculcar el derecho de los desvalidos, para despojar a las viudas y robar a los huérfanos. ¿Qué pensáis hacer en el día de la gran Visitación y del Huracán que de lejos vendrán sobre vosotros? ¿A quién os dirigiréis para que os proteja? ¿Dónde guardaréis vuestra honra para evitar su humillación entre prisioneros y su caída en medio de los muertos? Pues ni con todo esto la Ira del Señor se aplacará, pero su Mano está extendida sobre vosotros”.
16.' He aquí, mi amigo, la primera pregunta dentro de vuestra alzada, a fin de que no vengas a afirmar que este asunto es fuera de tu ámbito. ¡Dame pues la respuesta válida!».
17.' Cuando el fariseo grandilocuente había oído esta pregunta y estos textos del profeta que le avergonzaron más que la muerte, su lengua se quedó totalmente atascada. Pues él no sabía el que responder, porque precisamente en estos textos los horrores causados por los fariseos estaban pronunciados tal como eran, con toda claridad...
18. Cuando el fariseo tardó con la respuesta, el romano dijo: «Amigo, si las nueve preguntas que quedan me las respondes de la misma manera, ¡entonces a nuestros árbitros les resultará muy fácil el dictar un juicio! ¿Acaso no eres experto en vuestra Escritura?».
19. Respondió, finalmente, el fariseo: «Oh, ¡eso que sí! Pero para explicar esto, conviene no hacerlo aquí sino en el Templo; e incluso allí para el pueblo vale más si no llega a saber y a comprender todo».
20.- Dijo el romano: «¡No tengo la menor duda al respecto; porque si hubieseis presentado y explicado esto ante el pueblo ya totalmente saqueado por vosotros, el pueblo ya habría acabado con vosotros como con una manada de parásitos! ¿Acaso yo como pagano erré cuando os dije a la cara que no creéis en Dios alguno? Porque si tuvierais fe en un Dios, vuestro profeta más célebre no os habría dado un testimonio tan impío. ¡Ahora yo os digo que ya ha llegado la época de vuestro gran castigo y de vuestra desgracia! ¿Adónde queréis huir para que alguien os ayude?
21. ¡Pero dejemos esto ahora! Pues evidentemente la primera pregunta ha fallado. Pasemos pues a la segunda, ¡tal vez con esta tendrás más suerte!».
22. Perplejo, el fariseo reclamó: «¡Pero escoged una mejor!».
23. Íntimamente el pueblo se regocijó y con mucho gusto habría abrazado al romano.
1. El romano procedió a la segunda pregunta y dijo: «He aquí la segunda cuestión con toda claridad. ¿Cómo interpretáis el texto siguiente del mismo profeta? (Is 9,2):
2. “El pueblo que anda en tinieblas ve una gran Luz, y sobre los que habitan en tierra sombría, sobre estos resplandece esta Luz brillante”.
3. Pregunto: ¿Dónde está el pueblo que anda en tinieblas? ¿Dónde el país sombrío, y quién es dicha Luz? ¡Respóndeme esta pregunta evidentemente muy fácil!».
4. El fariseo perspicaz se dio cuenta de lo que el romano quería sacar de su boca, por lo que este otra vez se calló.
5. Pero cuando el romano de nuevo le exigió que respondiese, entonces el fariseo dijo: «También esta cuestión sólo puede ser discutida en el Templo, y esto, entre nosotros dos y a puertas cerradas. Por eso no te la puedo responder aquí».
6.' Contestó el romano: «Veo que aquí acabas de mentir abiertamente. Mira, en Roma en campo libre yo mismo asistí a la explicación de textos proféticos de todos vuestros profetas por parte de un apóstol de vuestra religión, ¡y eso de una manera muy experta! Durante casi todo un año Él daba sus conferencias al aire libre, y a todo aquel que quería profundizar sus conocimientos, a él le frecuentó en la casa para una orientación particular más profunda y más clara, mediante pago a discreción. Yo mismo me apunté durante tres años de modo individual. Conforme sus confirmaciones, este apóstol también era un sacerdote de vuestro Templo... ¿Por qué, entonces, le estaba permitido explicar los profetas a los romanos tan apartados de este Templo, mientras tú alegas la imposibilidad de esto? Y mira, ¡otra vez yo te voy a decir la verdadera razón por qué tú no quieres contestarme este texto explicándolo! ¡Oye, pues! Es porque tú temes el pueblo de aquí, muy a pesar de que ante Dios -en el que no crees-, no tienes el menor miedo. Pues el pueblo sabe bien que es precisamente el mismo pueblo que por vosotros los escribas está condenado a caminar en tinieblas. y que es el mismo país que hace tiempo se ha oscurecido a causa de vuestro régimen.
7. Allí sentada a aquella mesa se halla la gran Luz, ahora bien visible para el pueblo, pues brilla en esta tierra tenebrosa. Si el pueblo percibe tal Luz y se regocija con ella, ¿por qué no hacéis lo mismo? ¡Es que vosotros no queréis ver la Luz porque sois colmados de orgullo, egoísmo y de afán de dominio ilimitados. y queréis que el Sol, la Luna y todas las estrellas, como también el orbe de la Tierra tengan que someterse a vuestro cetro! Por eso os sucederá aquello que Isaías en el 10° capítulo a partir del versículo 16 profetizó de vosotros:
8. “Por eso el Señor, Yahvé Sebaot, enviará entre sus gordos (los que sois vosotros) la sequedad (vuestra terquedad), e incendiará delante de vosotros su Gloria (su Poder y Sabiduría), para que queme como un fuego poderoso (conforme ahora aquí mismo acontece)”.
9. Esta Luz que ahí está sentada entre nosotros, ahora es el Fuego en Israel y su Santo allí es la Llama que os incendiará como espinos y zarzas, consumiéndoos en un solo día. Pues la antigua Gloria de su Bosque y Campo debe frustrarse. ¡Se supone que no os tengo que explicar más detalladamente quiénes son su Bosque y su Campo! De vuestras almas incluso la última fibra de vuestra carne -la que ahora es vuestro auténtico dios- será aniquilada, pues derretiréis como la mantequilla en el Sol, porque desapareceréis como una neblina matutina en los rayos del Sol. Vosotros que sois los árboles restantes de su Bosque, fácilmente seréis enumerados por un niño...
10. Ved, ¡yo como romano entiendo vuestra Escritura mejor que vosotros que sois los judíos superiores en vuestro país y en medio de vuestra Ciudad de Dios; pero esto ahora no importa! La apuesta fue hecha ante testigos, y un romano no se aparta de su palabra. Como desperdiciaste la segunda cuestión, ¡pasemos a la tercera!».
11. Se opuso el fariseo: «¿Acaso ya perdemos la apuesta por no haber podido responder a las dos primeras preguntas?».
12. Respondió el romano: «Oh, ¡no estáis lidiando con un individuo codicioso! Si de mis diez preguntas solamente me respondes una sola, ¡entonces ya habéis ganado la apuesta! Yo os pregunto por lo que yo quiera. Y cuando luego vosotros me preguntéis a mí -tal como nosotros habíamos concertado- tampoco yo os prescribiré lo que debéis preguntarme. ¡De modo que pasemos a la tercera pregunta!
13. Bien. Yo leí el capítulo 12° de Isaías donde consta:
14. “En aquel día (actual), tú (Israel) dirás: Gracias te doy, Señor, por haber tenido ira contra mí, pero que esta se haya calmado y Tú me consuelas. Ved, Dios es mi Salvación; estoy seguro y nada temo, porque Dios el Señor es mi Cántico y mi Salvación. Con alegría sacaré agua (sabiduría y Vida) de la Fuente salvadora (el Amor del Señor) y vosotros los pueblos al mismo tiempo diréis: Dad las gracias al Señor, cantad a su Nombre (la Palabra de Vida) y pregonad sus Obras a los demás pueblos, y proclamad que su Nombre es sublime (el Verbo Divino). ¡Cantad al Señor, porque Él se ha demostrado magnífico, y que lo sepa la Tierra toda! ¡Grita de júbilo, moradora de Sión (el reconocimiento abandonado de los judíos); porque el Santo de Israel está contigo!”.
15. Entonces, mi amigo ciego, ¿qué dices a esta exclamaciones del gran profeta? ¿A quién la habría dirigido? Ante todas estas señales más infalibles, ¿no es evidente que el Santo de Israel se halla entre nosotros?».
16. Perplejo, el fariseo miró al romano, y después de un rato dijo: «Dime, ¿dónde y cuándo estudiaste nuestra Escritura Sagrada tan perfectamente? Todos los profetas te resultan tan familiares como si tú fueras un escriba del Templo. Conozco este trecho bastante bien; pues tiene un sentido meramente espiritual y según mi opinión ni siquiera se refiere a nuestra época actual. Son exultaciones espirituales corrientes de un profeta que para un ser humano son inútiles, ¡pues son una especie de salmos cantados a Dios el Señor!».
17. Respondió el romano: «¡Estás enormemente mal asesorado! Yo, como pagano, te digo lo que cientos de miles ya te confirmarían: ¡El Santo de Israel está sentado en aquella mesa, entre aquellos que saben aún mucho mejor que yo lo que yo acabo de decirte! Como ahora te lo he demostrado claramente, desde tu infancia nunca has creído en un Dios. ¿Qué te impide ahora a creer en este verdadero Santo de Israel, el único mediante el cual podrás obtener la Vida Eterna?».
18. Dijo el fariseo: «Yo no soy el más eminente del Templo, con lo que he tenido que jurar que siempre cumpliré con aquello que me impone el sumo sacerdote; pues de esto ahora depende mi existencia y el bien de mi piel... Si mis condiciones no fuesen del agrado de algún Dios, entonces este, con su Sabiduría y Omnipotencia, podría fácilmente haber evitado que yo llegara a ser tal como ahora soy. Pero como Él no lo impidió, soy lo que soy, y cumplo con las órdenes que el Templo me impone. Si con esto soy injusto, entonces Dios mismo -si hay uno-es el culpable porque ha permitido que yo saliera así. Pues dado que yo sin culpa mía soy así, y con esto he obtenido mi sustento mundano, ¡también seguiré siendo lo que he llegado a ser sin culpa mía!
19. Sé muy bien que todo nuestro Moisés junto con todos los demás profetas grandes y pequeños no son más que fantasías de muchos sacerdotes antiguos, y que en eso de la existencia de cualquier divinidad -sea pagana o judía- no hay una sola chispa de verdad. Pero como los hombres místicos en su fantasía podrida ya han descubierto un dios, nos dejaron una herencia para la plebe crédula; y nosotros, tontos, cultivamos y mantenemos esta antigua causa humana mientras sea posible. Pero una vez que nuestra causa haya recibido un golpe, evidentemente nos hundiremos - lo que a mí mismo ya me consta con toda claridad.
20. A eso, ciertamente, la doctrina de este hombre milagroso se proliferará, aunque al final su destino será el mismo que él de las leyes mosaicas. Pues todo lo que el hombre mortal establece, esto desaparecerá como él mismo. Solamente lo que fue creado por un Dios eternamente desconocido a nosotros, ¡esto perdurará para siempre igual, como por ejemplo el Sol, la Luna, las estrellas y esta Tierra! De modo que acabas de saber de mi mismo que por mi parte creo en nada, pero que por la causa del pobre pueblo mantengo las cosas antiguas; porque de lo contrario en el pueblo se estallaría la peor brutalidad que acabaría con todo, dado que también ahora a pesar de la mayor vigilancia suceden cosas que de ninguna manera resultan en un honor para la Humanidad.
21. Con esto ya puedes ver que yo creo en nada, y menos aún en un dios que alguna vez haya dado leyes a los seres humanos de esta Tierra. Si existiese un dios que hubiera creado todo de por sí, entonces, por el poder de su voluntad, ¡él habría puesto leyes de bulto en la naturaleza! Pero que tal ser alguna vez haya dado leyes morales a un ser humano, esto, por mi parte, no me lo creo, porque él en aquellos tiempos solamente habrá dado leyes a uno solo47 para todos... ¡y eso a pesar de que a mi parecer todos los seres humanos son iguales! - Como ahora te he confesado como soy y como pienso, ya puedes dejarme en paz con nuestras Escrituras, ¡pues de todos modos no creo en su autenticidad!».
1. Dijo el romano: «¡Ya sabía yo que tú y ciertamente muchos semejantes tuyos no creéis en un Dios, pero vosotros mismos obligáis al pueblo a dar crédito en vosotros, prescribiéndole toda clase de leyes únicamente ventajosas para vuestras panzas. Pero esto ahora no importa, ¡porque ante todo hay que cumplir con las condiciones de la apuesta! Si ya no quieres preguntas que se refieren a la Biblia, ¡en seguida tendremos otras! Pasemos pues a la cuarta pregunta...
2. ¡Dime pues lo que es el Sol en sí!
3. Ves, aquí se trata de una pregunta totalmente natural. Respóndela, ¡pero de manera correcta y verídica!».
4. Respondió el fariseo: «Oye, ¡qué pregunta más ridícula! ¿Quién podría saber eso? Esta pregunta podrías hacerla a un dios, ¡pero no a un mortal! ¡¿Quién ha estado cerca o dentro de él, para poder decir lo que es el Sol en sí?! Nosotros los seres humanos sólo sabemos de él lo que vemos con nuestros ojos y lo que percibimos.
5. Es un disco enorme que desprende mucha luz. Y se dice que su luz intensa produce tanto calor que en el gran desierto de Egipto a veces empieza a derretir piedras. Además de esto, en esta Tierra el Sol sube y se pone, lo que ocasiona día y noche. En el invierno, con regularidad, sale más cerca del Sur, y en el verano más cerca del Norte, marcando así el cambio de las cuatro estaciones. Conforme la graduación de la luz y del calor del Sol, al mismo tiempo la luz y el crecimiento de la flora favorecen la producción de insectos innumerables. A veces se oscurece, lo que sucede raras veces. Pero cómo tal oscurecimiento se produce, ¡nadie en esta Tierra lo sabe! Y también nadie sabe dónde está el paradero del Sol durante la noche...
6. Ves, esto es todo lo que los seres humanos sabemos del Sol, y por eso tampoco puedo decirte más. Que el Sol en sí debe ser un fuego intenso, esto, en parte, se puede deducir del hecho que a pesar de su gran distancia irradia un calor tan fuerte. Lo que ahí sorprende es que en las alturas de las montañas hace mucho más frío que aquí abajo en los valles, a pesar de que las cumbres de las montañas se encuentran más cercanas del Sol que estas profundidades... -¿Acaso también tienes que objetar algo contra esta respuesta?».
7. Dijo el romano: «Que sí, ¡y además mucho! Porque lo que tú dijiste, esto lo sabe cualquiera sin ser un escriba, y cuya sabiduría -como la tuya- no tiene mucho fondo, pues, no espera del pueblo que le adore de manera formal, ¡lo que vosotros, sí, lo exigís del pueblo! ¿Cómo se explica que nosotros los romanos y los muchos discípulos de nuestro gran Maestro y Señor estén perfectamente al tanto de esto, y tú no? ¡Pues es porque no crees en Dios alguno, como la mayoría de tus iguales! Pero si se presenta alguien que os podría introducir en mucha clase de sabiduría, en seguida le perseguiréis a toda costa, porque teméis que su sabiduría predominante podría quitar importancia a vuestra antigua necedad oxidada. De modo que incluso vosotros mismos no queréis aprender ni experimentar algo más sublime... y tampoco permitís que vuestros prosélitos ultra-ciegos lo aprendan y experimenten. ¡Por eso vosotros mismos sois doble culpables!
47. Moisés.
8.' El que no cree en un Dios, evidentemente es un ateo. Pero sin Dios el alma está en tinieblas, pues prácticamente está muerta, porque no ve y no percibe nada de todo aquello que Dios conforme a la Verdad más pura había depositado en el espíritu del alma. Pero el ser humano entusiasmado e inspirado por Dios, todo ve y lo comprende. Por eso también puede observar en su interior todo el Sol, la Luna, las estrellas y toda la Tierra, como si allá estuviese personalmente presente. Si tiene esta facultad, entonces también sabe qué es el Sol, cómo está concebido, y qué es todo lo demás.
9. Yo y muchos otros aquí presentes obtuvimos esta Gracia, por lo que sabemos qué son la Luna, el Sol y las estrellas. Como tú esto no lo sabes, y ni siquiera sabes lo que saben los esenios -a los que nosotros los romanos conocemos muy bien-, siendo así, también la cuarta pregunta la has respondido insípida y equivocadamente. Si quisieres convencerte de esto, tenemos medios de sobra para persuadirte».
10. Respondió el fariseo: «¡Esto no me interesa! ¡Porque seres humanos doctos en la magia como vosotros, podrían llevarme más allá de todas las nubes y hacerme entrar en el Sol; pero semejante vuelo aéreo me daría ninguna gracia! De modo que me conformo haber perdido la cuarta cuestión. ¡Preséntame pues una quinta pregunta!».
11. Dijo el romano: «¡Con todas las preguntas que quedan evidentemente te pasará lo mismo! Ya veo que en lo del cielo eres poco experto; ¡pero tal vez con lo terráqueo tendrás más suerte!
12. ¿Cuál es tu parecer con respecto al diluvio en los tiempos de Noé? ¿Fue general o parcial? ¿Habrá Noé realmente acogido en su Arca una pareja de cada especie? ¿Cómo pudo él junto con los suyos alimentar los muchos animales? Sobre todo para los animales feroces, ¿de dónde tomó la carne, y para los consumidores de peces, de dónde tomó el pescado? Cuando Noé volvió a salir del Arca, ¿de qué luego se alimentaron los animales carnívoros? Porque la Tierra todavía estaba desierta y vacía, pues en ninguna parte había un rebaño de ovejas ni una manada de cerdos, los que al león, al tigre, a la hiena etc. habrían servido de alimento. Parece que el agua en general cubrió por mucho las montañas más elevadas de la Tierra. ¿Pero por dónde finalmente se habrá salido el agua, ante el hecho que toda la Tierra en todas partes se hallaba igualmente inundada?
13. ¡Dame una respuesta razonable, porque incluso a mí esto me resulta increíble y no consigo orientarme! ¿Tal vez puedes tú darme una información satisfactoria de tu manera? -¡Habla!».
14. Perplejo, el fariseo dijo: «Amigo, me estás preguntando por algo que ni tú mismo pareces entender. ¿Qué harás si yo luego te preguntaré por algo parecido?».
15. Dijo el romano: «¡Entonces nada perderás! Pero si en este caso yo mismo no lo entiendo mejor que tú, ¡esto es otra pregunta! ¡Pero ahora llegó tu turno de hablar!».
16. Prosiguió el fariseo: «Pues sí, amigo mío, no habrá mucha cosa para comentar acerca de este asunto sumamente místico de la Escritura de Moisés. Porque observando este asunto bajo el criterio de nuestra propia razón, vemos que en todos sentidos se trata de una absurdidad contraria a la naturaleza. Como nos faltan datos históricos, sólo hay la alternativa: o, creer en todas estas tonterías tal como nos están dadas, admitiendo la caprichosa Omnipotencia divina como auxiliadora, o entonces, simplemente ignorando todos estos trastos antiguos.
17. La Biblia habla de una inundación general que, conforme a las leyes de la naturaleza que nos están más o menos conocidos, son absolutamente imposibles. Si se consulta los antiguos hindúes -los que tienen Escrituras más antiguas que nosotros- nada señalan referente un diluvio de los tiempos de Noé. Sin embargo, nombran un gran cometa que hace muchos miles de años se había aproximado a la Tierra. Este cometa era mera agua, la que fue atraída por la Tierra, causando una inundación de una gran parte de la India baja que, poco a poco, se ligó con el gran Mar Índico. En aquella época todo que vivía en aquellos valles pereció. Pero los habitantes de las montañas anotaron el fenómeno para la posteridad. He aquí pues que coinciden una leyenda hindú y persa.
18. Los antiguos egipcios, aparte de sus inundaciones del Nilo, no saben de cualquier otra inundación. Sólo hay algunos africanos que afirman que allí, donde actualmente se encuentra el gran desierto del Sahara, antes había un lago inmenso.
19. Apóstoles nuestros que habían hecho viajes de investigación, cuando volvieron al Templo, hablaban de un inmenso reino en el Lejano Oriente, más allá de una gran muralla, donde conversaban con los guardias en el idioma hindú. Ellos también buscaban informes acerca de la gran inundación, y querían saber si aquella muralla estaba construida antes o después de la inundación general. Pero aquellos guardias agradables sólo sabían de enormes incendios en las montañas, pues de una inundación general nadie de ellos sabía una sola palabra. Todo esto sabemos por muchas clases de experiencias. De modo que resulta difícil pensar en un diluvio general y menos aún creer en él.
20. Vosotros los romanos en vuestras mitologías ya alegáis dos inundaciones: la ogigica y la de Deucalión y Pirra48 Si en eso hay algo de verdadero o no, esto nosotros los judíos no podemos estimar, ni tampoco vosotros los romanos - pues tampoco podemos saberlo... Si tratándose del diluvio de Noé este no fue general, ¡entonces incluso lo del arca y todo lo demás resultará ilusorio!
21. Seguramente la imagen del diluvio debe contener otro sentido que aquel que es increíble, ¡porque hay tantos otros hechos que hablan contrario a esto! ¿Pero quién tiene la llave para esto? De modo que por todo eso ves que me resulta imposible presentarte otra respuesta aceptable para tu intelecto. Con lo que tu pregunta queda en blanco, sin embargo totalmente disculpable».
22. Respondió el romano: «Pues sí, ¡esto ya lo deduzco de tu comentario! Pero esto no me sirve, porque en ti -que seguramente eres un sacerdote- veo la fechoría que tú de los seres humanos exiges una fe incondicional para lo que tú para ti mismo declaras como absolutamente absurdo. Yo te afirmo que este nuestro gran Señor y Maestro te podría explicar perfectamente lo que ocurre con el Diluvio de Noé; pero como no crees en un Dios y mucho menos en la Misión divina de este Hombre-dios, ¡continuarás en las tinieblas del juicio de tu alma! - De modo que con la respuesta a mi quinta pregunta tampoco hay suerte. Pasemos pues a la sexta pregunta, ¡talvez con esta tendrás más suerte!
1. (Dijo el romano:) ¿Cuál es tu opinión sobre el Libro de Job? ¿Y cómo te gusta el diálogo entre Dios y Job, y luego el diálogo entre Dios y el Satanás? Pues, ¿cómo me explicas esta historia tan extraña?».
2. Respondió el fariseo: «¡Otra de esas preguntas a la cual nunca un ser humano razonable puede responder! ¿Qué dices referente a vuestro Ícaro, vuestro Baco y vuestro Orfeo? Nuestro Job nunca ha existido; y todo es una leyenda piadosa, inventada por cualquier vidente de la antigüedad, que envolvió su escrito con una luz moral tenue conforme él comprendía el asunto. Vemos en aquello un hombre sumamente íntegro y considerado por Dios. Pero primero, Dios acepta la sugerencia de Satanás, que también este Job fallaría si a él -Satanás- fuera permitido a tentarle. Segundo, Dios da a Satanás el derecho de tentar, ignominiosamente, la paciencia del pobre Job, hasta que este comience a reaccionar contra Dios. Luego Dios le manda un emisario que le echa una bronca. Y sólo cuando Job vuelve a someterse a la dura Voluntad de Dios, Este vuelve a ser benigno con él.
48. Véase también Jakob Lorber: El Gran Evangelio de Juan t.04 cap.70,03.
3.' Bueno, aquel que encuentra algo sabio por parte de algún Dios supuestamente muy sabio, él debe provenir de la época de este hombre tan atormentado. Nosotros los judíos leemos esa historia con enfado y desde hace mucho la declaramos apócrifa, porque contiene tan poca verdad y sabiduría como vuestro Atlas, que continuamente está obligado a cargar con el Universo en las espaldas. - ¡Con lo que tampoco en este caso se puede dar una respuesta razonable y comprensible!».
4. Dijo el romano: «¡Esto es el colmo! Como vosotros sois demasiado perezosos para buscar, pensar y aprender algo que no cabe en vuestro concepto perezoso, ¡vosotros preferís abolirlo! En el Libro de Job, yo encontré a primera vista la íntima evolución espiritual del hombre, ¡y vosotros la declaráis un apócrifo! ¡¿Acaso ahí no está demostrado nítidamente cómo el alma, poco a poco, debe desprenderse de todo lo que viene del mundo y de la carne?!
5. Con facilidad un ser humano amparado por la opulencia puede alabar a Dios, porque aun así se lo pasa bien; sin embargo, a su alma esto todavía le sirve poca cosa. Pero luego vendrá el momento en que el ser humano estará puesto a prueba cómo en condiciones de aflicción y miseria demuestra su actitud para con Dios... Y precisamente ahí Job da una imagen preciosa cómo no solamente en el bienestar sino también en extrema desgracia se debe reconocer, alabar y elogiar a Dios... ¿Y tú tienes la cara de clasificar esto como irrisoria? ¡Te digo que con eso te hallas todavía en el lodo más inferior del juicio y de la muerte! Porque ya es la sexta vez que metiste la pata, de modo que voy a formular una séptima pregunta sobre algo totalmente natural y muy fácil. - ¡Oye, pues!
6. Mira, en el Alto Egipto existe un templo para Dios, esculpido en una roca de granito, y que todavía está en un estado bastante bueno. Su nombre es Ja-bu-sim-bil49 Este templo -que es algo totalmente distinto del Templo de Jerusalén- fue construido por los primitivos habitantes del país más significativo de la Tierra, es decir, por conocedores de Dios de aquella época - y eso con el esfuerzo inimaginable de todo el mundo. Delante de la entrada están presentados los cuatro elementos de esta Tierra, sentados, de modo que en posición de un descanso eterno. Su presentación colosal debe representar la Fuerza inmensa de Dios en las Leyes de toda la Naturaleza, y su posición de descanso debe representar el Orden inmutable del Espíritu divino. El interior de este templo -una sala muy espaciosa- aun está dividido en tres partes: En la primera parte hay figuras humanas gigantescas. En la segunda hay otras figuras semejantes a nosotros, y en la tercera, en el fondo ya bastante desmoronados, se ve colocados los símbolos de las letras Ja-bu-sim-bil. Tú, como escriba sabio, ¿cómo me explicarías el interior de este templo memorable de la Tierra, pues supongo que todo esto no te estará desconocido?».
7. Respondió el fariseo: «Pues sí, ya he oído hablar mucho de esto; de modo que la cosa será así como tú acabas de describirla. Pero resulta que este templo es enormemente viejo, ¡¿y quién sabrá quienes fueron los pueblos que lo han construido?! Para nosotros sus jeroglíficos son ilegibles, ¿y quién podría adivinar con certeza lo que significan? Pues no tienen el menor rastro de semejanza con nuestra escritura, de modo que para nosotros parecen muertos... Vosotros los romanos escribís de la izquierda hacia la derecha; y nosotros, lo contrario, por lo que tenéis más facilidad para leer la escritura original de los egipcios que nosotros, pues se dice que también los antiguos egipcios han escrito de la izquierda a la derecha... Como nosotros los judíos escribimos al revés, ya no nos aclaramos en absoluto con aquella antigua escritura. Entonces, ¿qué pueden representar estas tres salas y las grandes y pequeñas esculturas extrañas en las primeras dos salas, y finalmente la tercera sala con aquellas escrituras que nosotros los judíos no sabemos leer?».
8. Exclamó el romano: «¡Pretendidos hijos de Dios que andáis engreídos de la sabiduría de todo el mundo, y como si vosotros hubieseis creado toda la Tierra! ¡No entendéis lo que aquí se halla tan cerca de vosotros, y aun así pretendéis ser educadores y guías de un pueblo escogido por Dios conforme a vuestra escritura! ¡Nadie es capaz de dar algo a alguien lo que él mismo no
49. Véase también Jakob Lorber: El Gran Evangelio de Juan t.04 cap. 193,09.
posee! Pero vosotros en todas las cosas solo tenéis la necedad y la ignorancia... ¿Qué, entonces, puede el pueblo aprender de vosotros? ¡Nada más que vuestra ceguera inconcebible! De veras, en Roma oí muchas veces un dicho que ya es bastante viejo: “¡Este hombre es aún más tonto que un judío!”. ¡Y ahora me entero que realmente es así!
9. Nosotros los romanos nunca hallamos indigno el tratar detalladamente con las revelaciones divinas espirituales de cada país conquistado, ¡y aun así nos llaman paganos! Pero vosotros, que os declaráis como pueblo de Dios, no creéis en vuestro Dios Único y, además de esto, despreciáis cualquier otra orientación divina sin jamás haberla analizado. ¿Qué clase de seres humanos sois? ¡Pues sois más brutos que los epicúreos más viles, a los que interesa solamente su estómago y su paladar!
10. Yo, como pagano desde mi nacimiento, ahora voy a decirte la importancia del templo Ja-bu-sim-bil tan memorable - una importancia que en gran parte me introdujo en conceptos totalmente distintos de la verdadera Divinidad que yo antes alimentaba.
11. Cuando hace diez años en un asunto estatal tuve que hacer un viaje al Alto Egipto, llegué a ver el templo nombrado, y este me causó una enorme impresión. Observé todo con la máxima atención e hice que un sacerdote y guardia de allí -totalmente empobrecido- me diese las explicaciones qué significaba lo uno y lo otro de esta antigüedad. Este anciano, lleno de amor y de humildad, era sumamente solícito y me explicó todo tan minuciosamente que yo mismo me dije que este hombre es sabio y habla la Verdad.
12. Este hombre me dijo lo siguiente: “Mira, amigo, las figuras colosales a la derecha representan los siete Espíritus de Dios, mediante los cuales el ser humano llega a muchos conocimientos, con los que luego se imagina un sinfín de cosas enormes. Las figuras a la izquierda representan las pasiones indómitas, razón por la que a sus pies ves mucha clase de señales de la muerte y del juicio. ¡Y ahora fíjate de la segunda sala! Esta es un poco más baja que la primera, y para entrar en ella hay que pasar por una puerta bastante estrecha. Esto demuestra la humildad del ser humano, sin la cual es imposible llegar al verdadero conocimiento de Dios. Por eso aquí ya ves figuras humanas modestas muy encorvadas. En la tercera sala, la última, todo lo que ves representa lo espiritual, representado por señales bien correspondientes. Y en la cúpula, en forma de un círculo, se ve las señales: Ja-bu-sim-bil, lo que quiere decir: el Verbo Divino está en el corazón de cada ser humano que ama y busca a Dios. Y las señales significan: Yo fui, soy y seré. ¡Yo soy el Único, y aparte de Mí no existe otro Dios!”.
13. Amigo mío, ¡él que busca, también halla! ¡Pues yo busqué desde mi infancia y hallé mucho! ¡Lo más sublime que se pudiese encontrar en este mundo, Lo descubrí aquí, pero no en vuestro Templo con sus conceptos ofuscados sino aquí mismo! Pues aquí, en forma humana, se encuentra sentado entre nosotros Aquel de Quien en el antiguo templo está escrito en la tercera sala: ¡Ja-bu-sim-bil! - Bueno, más allá de esto no importa si tú y tus iguales lo creéis o no; por eso no deja de ser un hecho que igual que yo y miles otros lo creemos y siempre lo creeremos.
14. ¡De modo que también la séptima pregunta quedó sin solución, por lo que voy a presentarte la octava, y ya veremos si en tu interior encontrarás una respuesta!
1. (El romano:) ¡Oye, pues! ¿Qué me dices del oráculo de Delfos que todavía existe? Consta que esta pregunta es bien corta y tú estás muy vinculado a este tema. ¡Habla, pues!».
2. Dijo el fariseo: «Es verdad que alguna vez he oído hablar de ello. ¡Pero cómo podré darte mi criterio acerca de una cosa de la cual apenas he oído el nombre! Que en Delfos existe una pitonisa, llamada Pythia, y que ella se halla sentada en un trípode dando respuestas ambiguas mediante pago, ¡esto lo sé! Pero cómo esta Pythia realiza esto. y cómo están concebidos el templo de esta pitonisa y su trípode. y hasta qué punta se puede fiarse de sus profecías, esto no lo sé; de modo que tampoco puedo darte otra respuesta que aquella que acabo a darte.
3. Protestó el romano: «¡Pues yo te suponía un poco más culto de lo que eres! ¿Y con semejante ignorancia y falta de fe aun pretendéis examinar y probar este sumo Sabio de todos los sabios? ¡Esto es el colmo! Ya he oído en Roma que a las ocasiones de vuestros discursos sabáticos advertís al pueblo con insistencia, sobre todo contra todo lo que se relaciona con el paganismo. Y que vosotros amenazáis a cada judío con la eterna condenación más vil si se atreve a visitar tal templo antiguo a fin de orientarse sobre sus instalaciones, para llegar mediante estas a una sabiduría mediante la cual luego con facilidad pueda reconocer los lados lúcidos y los reveses de los otros pueblos.
4. Ahora te pregunto por la novena vez: ¿Cómo podéis hacer algo así, si no tenéis la menor idea de lo que es el paganismo en sí? Vosotros no entendéis vuestra Escritura, y no creéis en vuestro Dios, ¡y aun así queréis ser jueces sobre seres humanos a los que interesa facilitar a su espíritu un estímulo mediante conocimientos logrados en el exterior! ¡Dime qué es el motivo de vuestra actitud!».
5. Embarazado, el fariseo dijo: «Somos obligados a actuar así porque tenemos que cumplir con ordenes rigurosos del superior del Templo. La cuestión del porqué está fuera de nuestro alcance, porque sólo corresponde a los responsables. Nosotros no somos más que sus instrumentos, pero al mismo tiempo lo pasamos muy bien, porque en secreto podemos reírnos de todo el mundo, pues cuanto más ignorante es, ¡tanto mejor lo pasamos nosotros mismos! También entre nosotros hubo hombres que mediante toda clase de sacrificios y renuncias buscaron el Reino de Dios, y que aun así finalmente no han encontrado otra cosa que aquellos que son como nosotros, pues también nosotros en breve tendremos que enfrentaremos con la muerte física." Aquel que disfruta de su vida, ¿acaso no es más sabio que cualquier piadoso estrafalario que se hace castrar en la esperanza de un Reino celestial desconocido e incierto. y que al final ya no come más que langostas y miel silvestre, la que coleccionan los abejones silvestres en las cavidades de los montes? - Mi lema es: ¡Dígame alguien lo que quiera! Yo, por mi parte, me mantengo firme en mi concepto: ¡Se procure de vivir bien, sano y lo más desahogado posible, porque todo lo demás vale para nada! El que poco aprendió, finalmente tendrá poco que olvidar.
6. Se supone que en el final de nuestra vida terrenal dará lo mismo si los gusanos nos roen como sabedores de muchas ciencias o como ignorantes. Y si un día habrá una resurrección o una vida anímica más allá de la tumba, esta es una pregunta que hasta ahora ningún mortal ha respondido, a no ser por una fe ciega. - ¡ Supongo que esta respuesta te resulta suficiente!».
7. Respondió el romano: «Sabes, -hombre totalmente ofuscado y sin vida anímica- ante semejante afirmación tuya, y eso, además, aquí ante el pueblo, de nuestra parte ya no se puede darte una respuesta. ¡Ya hablé con muchas personas sobre asuntos espirituales; pero nunca, ni entre los gentiles más fanáticos, me encontré con un necio tan ofuscado! ¡Yo, como pagano, podría darte centenas de pruebas contundentes referente a la vida del alma después de haber dejado el cuerpo atrás; pero tú, como sacerdote, hablas de una manera como hablaría el animal más malo si fuera capaz de hablar!
8. Mira, como amigo de la Luz y de la Verdad, en el ámbito de la décima pregunta voy a contarte un caso verídico que yo mismo he experimentado en presencia de muchos testigos, y estoy muy curioso por oír tu opinión.
9. Hace unos siete años atrás, me mandaron para Hispania50 con un encargo estatal. El lugar en que yo tenía que actuar se llamaba Saguntus. Allí, con mi servidumbre, me hospedé en uno de los mayores albergues donde me atendían bastante bien. Al tercer día, muy de mañana en mi estado totalmente despierto, apareció mi padre que ya había muerto hace veinte años. Pues se
50. Nombre antiguo de la peninsula iberica.
presentó tal como entonces había vivido. Me llamó por mi nombre en voz tan alta que también toda mi servidumbre le oyó; y todos los demás también le vieron perfectamente.
10. Yo pregunté al espíritu qué era su deseo.
11. Y el espíritu me respondió: “Lo que vosotros los mortales no presentís, nosotros los inmortales lo prevemos con la mayor claridad. Por eso, ¡abandonad este albergue, y a más tardar dentro de una hora quedaos en el aire libre! Luego durante tres horas tampoco ocupéis otro albergue, sino quedaos en el aire libre, lejos de todas murallas. Pues en este tiempo se producirá un terremoto que derrumbará esta casa y algunas otras más, por ser poco sólidas, lo que causará la muerte de varios seres humanos y animales. Por eso, antes llamad la atención en la plaza de la ciudad, para que algunos más se enteren y lleguen a salvarse. Cuando haya pasado todo el peligro, entonces a vosotros se presentará un muchacho que os llevará a un albergue seguro”.
12. Acto seguido la figura desapareció y nos conmovió un pavor inquietante. De toda prisa recogimos todo nuestro equipaje y salimos al aire libre. Con el ruido que hicimos despertamos a los moradores que luego, de su parte, también huyeron de toda prisa de sus casas. Porque estas personas eran muy crédulas y creían en nuestra visión, pues huyeron y así salvaron su vida.
13. La hora de mal agüero llegó, y con ella un fuerte temblor de tierra que enseguida derrumbó unas veinte casas, incluso el albergue que antes habíamos ocupado. Luego aún hubo algunas convulsiones, pero estas no produjeron un daño digno de mención. Después de que habíamos esperado tres horas con desasosiego, entonces apareció un niño y nos llevó a un albergue un poco más apartado, pero totalmente indemne, de modo que allí encontramos un alojamiento totalmente seguro. Mis colegas aquí presentes pueden atestiguar la autenticidad de este hecho porque entonces también estaban conmigo.
14. ¡Ahora dime tú, qué opinas de este acontecimiento totalmente verídico! Según tú, después de la muerte del cuerpo, ¿continúa el alma viva, o muere junto con el cuerpo para siempre?».
15. Respondió el fariseo, ya bastante perplejo: «Si esta historia es verdad, entonces evidentemente se podría aceptar que un alma sobrevive; pero aun así ignoramos lo que es el alma, y cómo y dónde sobrevive»...
16. Dijo el romano: «Si el espíritu de mi padre sabía lo que nos iba a suceder y dónde yo me encontraba, entonces su Vida y existencia evidentemente deben ser más perfectas y lúcidas, y por lo tanto mejor que esta vida de prueba tan ofuscada en la carne. Si nosotros, paganos, de esto ya tenemos conocimiento y aun así todavía seguimos buscando para lograr esclarecimientos cada vez mayores, ¿por qué no procuráis hacer lo mismo, sino perseguís a Aquel que sería capaz de proporcionaros en ello la noción más elevada? Además, dentro de vuestra ofuscación incluso procuráis matarle, como lo demostrasteis con toda evidencia esta mañana en el Templo»...
17. Respondieron los fariseos, en conjunto: «Eso fue intención de los judíos infames y ni mucho menos la nuestra. Nosotros no vinimos aquí por la causa del Templo, sino por nuestra propia causa - para ver y examinar qué hay de verdadero en este asunto. ¿Vamos a tener fe o no? Pues, hasta ahora aún no nos basta lo que vimos y oímos, por lo que estamos esperando más información. Si nos llega una mayor convicción, ¡entonces también nosotros podremos llegar a ser discípulos de este Maestro! ¡Pero no nos pongáis en aprietos con eso! Tú, amigo, ahora acabas de vencernos con tus preguntas, de modo que te debemos las cien libras de oro. Pero ahora nos toca el mismo derecho de ponerte diez preguntas. Si eres capaz de responder las nuestras, recibirás inmediatamente el dinero. ¿Te parece bien así?».
18. Dijo el romano: «¡Perfectamente! Ya podéis comenzar a preguntarme, pues en seguida tendréis las respuestas».
1. A eso, el fariseo que antes había hablado, preguntó al romano si otra vez él o cualquiera de su grupo podría formular las preguntas que el romano debía contestar.
2. Dijo el romano: «¡Esto me da igual! Que me pregunte cualquiera de vosotros que quiera y que sepa preguntar».
3. Con esta disposición estaban conformes, con lo que se presentó otro quien era un escriba de categoría. De modo que este abrió la boca y dijo: «¡Óyeme! Con una sola pregunta que tú no hayas contestado a la satisfacción de todos, ¡según tus propias palabras perderás mil libras de oro!».
4. Confirmó el romano: «Esto ya lo sabemos. ¡Pero conviene más que pienses en una pregunta sabia y no en el oro reclamado que hasta ahora te resulta nada de seguro! ¡De modo que suelta ahora la primera pregunta, para que yo pueda enterarme de su índole!».
5. A eso el fariseo reflexionó qué clase de pregunta convenía poner al romano como primera para que la respuesta no le resultase demasiado fácil. Ahí al fariseo vino la idea que el romano, supuestamente, ignoraba cuantos libros había escrito Moisés. Porque en general el pueblo sólo sabía de cinco libros escritos por Moisés y no más. Pero como en realidad fueron siete libros más un complemento completamente profético que Moisés había escrito -lo que el fariseo sabía muy bien, y eso suponiendo con toda convicción que nadie más que los iniciados del Templo estaban al tanto de esto- por eso el fariseo preguntó al romano si sabía cuántos libros había escrito Moisés.
6. A eso el romano sonrió -un hecho poco común entre los romanos formales- y dijo al fariseo: «De veras, ¡no habrías podido ponerme una pregunta más adecuada que precisamente esta, porque la respuesta muy cierta probará con toda claridad que ya hace mucho tiempo que vosotros ya no consideráis a Dios y a Moisés! Según mi leal saber y entender, ya desde la época de Samuel fuisteis más bien enemigos de Dios y del pueblo, por lo que, sin el menor escrúpulo, escondisteis ante Dios y el pueblo los dos libros casi más importantes y el complemento profético, en el cual se lee detalladamente vuestra actitud condenable y vuestro final - desde la época de Samuel hasta la actual... En la época cuando vosotros fuisteis conquistados por los romanos, todos vuestros libros desde el alfa al omega tenían que ser entregados a nosotros los romanos para poder estudiarlos y sacar copias, de suerte que los romanos llegamos a saber todos vuestros secretos; con lo que sabemos que Moisés ha escrito siete libros más un complemento profético.
7. En el sexto libro Moisés dio explicación nítida acerca de la formación natural de la Tierra, describió sus estados evolutivos desde el principio hasta la época de él mismo, y desde entonces de forma profética hasta su disolución final. Precisamente en este sexto libro este gran hombre describió también el cielo estrellado, este Sol, la Luna de esta Tierra y sus movimientos, como también los movimientos de todos los planetas, lo que son, qué aspecto tienen y cómo son concebidos como mundos. Además de esto, también describió los cometas, los eclipses solares y lunares, y demostró que para un buen matemático era fácil calcular los eclipses exactamente de antemano. Al final aún explicó qué son las estrellas fijas, señaló sus tamaños y sus distancias colosales, y al final de este libro tan importante señaló que todo esto debía ser enseñado al pueblo, para que el pueblo de Dios ande en la Tierra de Dios, evitando así su caída en la locura del paganismo.
8. Pero vosotros los sacerdotes pronto pensasteis de modo diferente. Pues vosotros sabíais que el pueblo ignorante siempre tiene mucho miedo de los fenómenos extraordinarios en el cielo. Pues pensabais: “¿Para qué el pueblo corriente necesita semejantes conocimientos? ¡Basta con que únicamente nosotros los tengamos, y calcularemos los eclipses para nosotros mismos!
Y al pueblo que nada sabe de esto vamos a amenazar, y obligarlo a ofrendas mayores. Pues ofrendará convencido que nosotros hemos expulsado los eclipses de la Luna y del Sol”. Con unas cuantas más restricciones de este estilo, sin escrúpulos, habéis privado el pueblo del sexto libro de Moisés, y lo guardasteis para vuestras propias ventajas terrestres.
9. El séptimo libro contenía la verdadera creación del ser humano y su evolución espiritual, por la continua insuflación del Espíritu divino. Daba explicación al alcance de cada ser humano acerca del primer libro de Moisés y de los patriarcas Cainán, Enoc y Lamec51 Casi al final señaló las Guerras de Jehová52 o sea, la fiel Historia de los pueblos de las planicies; y al final se lee una seria advertencia dirigida a los doctrinadores populares, que ellos debían enseñar todo esto al pueblo de una manera muy respetable... y que nadie debía casarse o recibir un oficio antes de que se haya interiorizado totalmente todo el contenido de este libro.
10. Pero hicisteis caso omiso de esta advertencia, pues dijisteis: “Para el pueblo valdría más si continuara en la ignorancia de todo aquello, porque con una orientación más profunda en breve ya no precisaría de sacerdotes. Con lo que estos se verían obligados a ganar su sustento por las propias manos”. - Ahí consta que esta estipulación fue muy absurda, dado que Moisés había estrictamente ordenado que la tribu de Leví debiera vivir del diezmo.
11. El séptimo libro tiene un suplemento que casi ya es un libro en sí, que es completamente profético, demostrando con toda claridad que los sacerdotes, los jueces y los reyes harán todo contrario a Dios, y también demuestra cómo Él por eso siempre los castigará.
12. Además de esto, en este suplemento también hay una descripción del gran Mesías y de su Venida a la Tierra, cómo Él vivirá, cómo Él actuará y doctrinará, y cómo los sacerdotes Le odiarán y perseguirán. Luego acontecerá el exterminio de los judíos y surgiría la Iglesia del Mesías, la intensa persecución de esta Iglesia por el anticristo, y al final el fin de este. y luego habrá la Gloria de la pura Iglesia de Dios, en la Tierra. - Y otra vez, al final del suplemento, se lee una advertencia severísima que este suplemento en todo momento debe estar a la disposición del pueblo. ¿Acaso jamás cumplisteis con esto una sola vez?
13. Pues ya en los tiempos de los profetas, de todo esto nada mencionasteis al pueblo, razón por la que Isaías -refiriéndose a la profecía de Moisés- en el capítulo diez ha vuelto a nombrar aquello por cuya explicación yo ya os había preguntado en mi primera pregunta. Así todos los profetas -y sobre todo los cuatro mayores- tuvieron que reproducir para el pueblo lo que Moisés había dicho en su suplemento, pero de lo que vosotros por las razones bien conocidas siempre privasteis el pueblo... Y como últimamente fuisteis demasiado perezosos para orientaros a vosotros mismos en esto, ahora tenéis que tolerar la consecuencia de la astucia de los esenios que os ha quitado incluso la ventaja del lucro material. Porque ellos por lo menos están bien versados con el cielo visible, calculan sus fenómenos y los aprovechan para su propia ventaja terrenal. Pues ved, ¡también esto es un castigo justo de lo Alto! - ¡De modo que estoy convencido que he respondido tu primera cuestión según la plena Verdad y conforme a toda ciencia!».
14. Desconcertado, el escriba dijo: «Pues sí, ¡desdichadamente! Ahora tengo la sensación como si yo ya no debería formular una segunda pregunta, porque es difícil abordar con preguntas a un hombre de una cultura tan elevada. ¡Preferimos pagar las cien libras de oro ahora mismo en vez de ponerte aún más preguntas, porque con cada pregunta de nuevo nos denunciaremos a nosotros mismos; de modo que ante el pueblo nos encontraremos en un aprieto cada vez mayor. ¡pues el pueblo seguramente no se callará de todo eso!».
15. Dijo el romano: «¡Esto poco me importa, porque hay que cumplir con la apuesta, aunque con eso junto con nosotros todo el mundo cayese en pedazos! ¡De modo que haz las preguntas que quedan y yo te las responderé! ¡Pues sólo ahora me felicito de ser un romano!».
51. Véase también Jakob Lorber: El Gobierno de Dios o La historia de la humanidad. (Introducción; Cainán, Enoc, Lamec.
52. Véase también Jakob Lorber: El Gobierno de Dios o La historia de la humanidad, tomo I, cap. 9,05
16. A eso los siete templarios juntaron sus cabezas y cuchichearon qué más podrían preguntar al romano.
1. Después de conjeturas prolongadas, les vino la idea de preguntar al romano el número de granos de arena en el mar y de hierbas sobre la tierra.
2. Observó el romano: «Únicamente personas necias que nunca reflexionan pueden formular preguntas de ese tenor, cuyo registro numérico incluso a ellos mismos les tendría que resultar completamente enigmático. primero: porque lógicamente tal acto de contar resultaría totalmente imposible para cada mortal. segundo: aunque hubiera manera de contar las hierbas de toda la Tierra, hasta ahora no existe un número conocido a nosotros que las representaría. tercero: Y si yo mediante una acumulación casi infinita de números y cifras extremas que nos son conocidos os determinase la cantidad de granos de arena a través de cálculos más elevados, os pregunto: ¿quién podría afirmar que yo haya definido este número infinito demasiado elevado o demasiado bajo? Y si por ventura alguien así hiciese, yo, como romano dotado de prerrogativas gubernamentales por parte del Emperador, podría exigir del adversario de mi indicación la prueba matemática en contra, a ultranza - la que nunca podría ser dada por un ser humano sino únicamente por Dios... Pues antes un mortal tendría que contar con muchos testigos, los granos de arena y todas las hierbas, lo que resulta imposible, ya por las condiciones físicas del proceso, y también porque la duración de la vida a la que llega el hombre no es suficiente, con lo que ni en mil veces mil años, vosotros podríais enfrentaros a mí con una prueba válida en contra de mí.
3. ¿Para qué, pues, semejante pregunta tan ridícula cuya absurdidad cada zoquete tendría que reconocer? Sólo debéis preguntarme por cosas de las cuales vosotros mismos ya tenéis cierto conocimiento confirmado, y donde a lo sumo podéis sospechar que esto a mí es desconocido. Pero preguntas a las que yo podría responder lo que me diera la gana y de las cuales nunca podréis acusarme que yo os haya dado una respuesta incorrecta, ¡con estas evidentemente siempre os ganaré lo más fácilmente! ¡De modo que ahora con la segunda pregunta habéis cometido un traspié aún peor que con la primera! ¡Formulad pues la tercera pregunta, pero razonable!
4. A esta altura el pueblo empezó a reírse de la estupidez del escriba y alabó al romano por su raciocinio tan objetivo y claro. Pero este avisó al pueblo de mantener calma, porque él aún no había terminado con el asunto, pues en cuanto él lo haya terminado, el pueblo podrá cantar júbilo a sus anchas. A eso el pueblo recuperó la calma y el romano reclamó la tercera pregunta.
5. Después de una pequeña pausa, el escriba se dirigió al romano: «Dado que eres tan entendió en nuestra Escritura, te pregunto si conoces el Cántico de Salomón y su sentido».
6. Respondió el romano: «¡Que sí! Desde hace mucho este Cántico fue mi favorito por su gran poesía y mística, aunque hasta hace poco yo no comprendía su profundo sentido. Pero dado que ahora he encontrado precisamente a Aquel a Quién se refiere este Cántico exclusivamente, os aseguro que no hay ni un solo verso que no me resulte tan claro como la luz solar al mediodía. Si os parece bien, luego os daré una prueba que ahora entiendo la canción perfectamente».
7. A eso el escriba se decidió a continuar con las preguntas, porque se dio bien cuenta de que el romano en un sentido muy espiritual iba a referirse a Mí y a mi Doctrina - es decir, a la Nueva Iglesia que en Mí ha encontrado al Amigo buscado, al cual convidó para huésped del Amor y de la Vida.
8. Por eso el escriba respondió: «Ya vemos que también con esta pregunta hemos dado un traspié, por lo que voluntario la damos por perdida; y ya que debemos preguntarte, te ponemos la cuarta cuestión:
9. ¿Qué es el alma del ser humano y dónde se halla en el cuerpo? - ¡Seguro que esta pregunta es respetable, de modo que seguramente no habrá objeciones contra este asunto!».
10. Dijo el romano: «¡Eso de ninguna manera! Pues estoy al tanto de las relaciones del alma y os las contaré de acuerdo con mis propias experiencias, realmente conforme a toda la Verdad, a pesar de que yo sepa perfectamente que nadie de vosotros sabe lo que es el alma y dónde se encuentra en el cuerpo».
1. (El romano:) «Ved, ¡el alma como sustancia espiritual es perfectamente un ser humano, tanto en la figura como también en todos los miembros y órganos del cuerpo; y si no fuese así, no podría hacer el uso óptimo de su cuerpo! Las manos del alma se hallan en las manos del cuerpo, sus pies en los pies del cuerpo, de modo que todas partes del alma se encuentran en las partes correspondientes del cuerpo. Si el cuerpo adolece, el alma también está presente en los órganos afectados, y hace todo lo posible para curarlos. Si el alma no lo consigue, deja de actuar en este asunto, con la consecuencia que tal parte del cuerpo se quedará totalmente paralizada, casi insensible e inerte, de modo que parece ser inactiva. Este conocimiento es una enseñanza buena y verdadera de los psicólogos antiguos e igualmente de los de esta época. ¡Pero ahí habría que saber cómo estos sabios habían llegado a saber tal secreto! - ¡Esta pregunta se explica fácilmente!
2. Primero, a un pensador equilibrado la razón le lleva a tal problema; porque si el alma es el principio vital dentro del ser humano en todas las partes, entonces también debe estar presente en el interior de todas las partes, porque de lo contrario una u otra parte evidentemente estaría sin vida, por lo tanto muerta - conforme acontece con el cuerpo cuando el alma le ha abandonado. Pero como todo el cuerpo está activo, el alma como base de la vitalidad debe estar extendida por todo el cuerpo. Con lo que el alma tan sólo conforme el raciocinio sano de un ser humano, sin duda alguna es puro ser humano en sustancia espiritual que tiene su sede en todo el cuerpo.
3. Pero ahí alguien podría comentar: “Esto no suena mal, ¿pero dónde están las pruebas palpables, únicas válidas para confirmar como plena verdad tales suposiciones racionales?”.
4. También tenemos tales pruebas palpables a base de las muchas experiencias de todos los tiempos, pueblos y países. Por supuesto, en primer lugar cuentan aquellas que uno mismo ha hecho como persona sana que ama la verdad. Y luego las experiencias de muchas otras personas pueden apoyar la propia experiencia y pueden confirmar su verdad.
5. Ya conocéis el hecho peculiar de Saguntus en España. El espíritu de mi padre que continuó viviendo era tan humano, como lo fue en sus tiempos de vida. Esto prueba que él como alma también en el cuerpo tenía que ser lo mismo... es decir, perfectamente un ser humano con cabeza, cuerpo, manos y pies.
6. No es esta la única experiencia en este sector. Cuando hace varios años tuve que viajar a Egipto, hice la siguiente experiencia muy extraña: Con la mayoría de estos compañeros míos me encontraba en Sicilia, para desde allí poner un navío rumbo a Egipto. De modo que por la mañana subimos a bordo de nuestro navío bastante grande y sólido que ya había resistido a muchas tempestades; y, llenos de devoción y fervor, nos entregamos a la protección de los dioses. Y yo, en secreto, además pedí la protección del Dios de los judíos, al que yo había conocido através de vuestras escrituras. Pero cuando queríamos zarpar, no hubo manera para sacar el navío a flote. Mandé que examinasen todo concienzudamente, pero encontramos nada que habría podido ser la causa del impedimento. Dado que el navío se encontraba sobre agua profunda, se empleó todo esfuerzo para empujarlo para que se ponga en movimiento, pero en vano... Yo, y algunos cuantos de estos compañeros míos, nos encontramos de mal humor en la cubierta, mirando por la borda el agua y también miramos en todas direcciones para descubrir qué puede ser lo que nos impedía la salida.
7. De repente descubrí un ser en forma humana vestido de blanco, caminando por la costa de un lado para otro, sujetando nuestro navío con la vista fija. Yo llamé varios de mis compañeros para llamarles la atención a esta figura, y estos se imaginaron que tal vez se trataba de un hechicero de la costa al que se tendrá que hacer una ofrenda para que suelte la embarcación. Por eso salimos del barco para la costa, para dirigirnos hacia aquella figura que nos estaba esperando con la mirada fija. Llegados al hechicero hipotético, con todo valor yo dije a esta figura: “Tú, que estás bloqueando mi navío mediante tu poder hechicero, ¿por qué motivo actúas de este modo? ¿Exiges de nosotros una ofrenda como precio del rescate para el navío? ¡Habla, porque mi viaje a Egipto es urgente!”.
8. La figura me miró con severidad y dijo en voz alta y con toda claridad: “No soy hechicero, y tampoco te exijo sacrificios. Pero como te entregaste a la protección del Jehová de los judíos, fui enviado para protegerte contra el naufragio; porque si partieras hoy, ¡a la tercera hora de esta noche junto con el navío serías presa del mar! Porque a veinte horas de aquí a lo largo de la costa se desencadenará un temporal tremendo, ¡y ay de aquel que fuera alcanzado por la braveza de él! Pero mañana podrás partir, ¡y cumplirás con tu viaje que te resultará feliz!”.
9. Entonces pregunté al espíritu: “¿Quién eres y cómo te llamas?”.
10. Y él respondió: “Yo fui tu bisabuelo; y siempre fui un patricio bueno y honesto para con todos. Por eso ahora también soy bienaventurado, aunque aún no esté perfeccionado del todo. Tú, en la Tierra, aún asistirás a acontecimientos grandiosos. Y cuando esto sucederá, ¡acuérdate de mí, que ahora te revelé tal hecho por el permiso del Dios Único y Verdadero!”.
11. Acto seguido el espíritu desapareció, y nosotros nos quedamos en tierra firme.
12. Bueno, de modo que ahí se trataba de un espíritu al que hemos visto todos, o sea, de un alma que continúa viviendo a pesar de que su cuerpo ya haya muerto hace mucho tiempo y ya se haya descompuesto del todo. Pues esta alma tenía una forma humana perfecta y pronunció palabras bien articuladas en mi beneficio, demostrando una fuerza en su voluntad comparado con la cual nuestra fuerza física resulta nula. Esta aparición es verídica del todo, y la mayoría de estos compañeros míos la puede atestiguar. - ¡Pero pasemos ahora a la otra que nos sorprendió en el Alto Egipto!».
1. (El romano:) «Al llegar a Menfis, paramos en el palacio del comandante romano de aquella ciudad, pues este nos preparó alojamiento para nosotros en su gran palacio. En los tres primeros días visitamos la ciudad, su contorno y sus templos antiguos etc., por supuesto, de gran interés para nosotros los romanos.
2. En la mañana del tercer día percibí que algo se estaba moviendo en mi dormitorio muy espacioso. También los empleados que para mí hacían la guardia hicieron esta observación, razón porque los pregunté qué venía a ser aquello y qué significaba. Preocupados, afirmaron que nunca habían visto cosa parecida. Ora parecía una sombra en la pared, ora una neblina surgida del suelo y se movía flotando como si fuera empujado por una ligera corriente de aire. Evidentemente no podía producirse un fuego porque todo era de piedra, incluso las mesas, las camas y las sillas. Callados, observamos aquel fenómeno aparentemente natural con cierta resignación, y cada uno estaba ansioso por saber qué fin eso iba a tomar.
3. Pero no tardó mucho y este juego de sombras y neblinas de repente desapareció, se produjo un ruido fuerte y apareció una forma humana femenina, joven, sin embargo tristona, y a juzgar por la ropa extraña que llevaba recordaba a los antiguos egipcios.
4. Yo cobré ánimos y la pregunté con voz cordial quién era y qué buscaba aquí.
5. En el mismo instante el ser se irguió y dijo: “Soy Isia, hija de Sesostris. Tú eres de la misma tribu y me puedes liberar de este castillo de miseria y desespero, donde ya me encuentro desde hace muchos años terrenales. ¡Revélame un Dios correcto y verdadero, porque únicamente este puede liberarme de esta agonía prolongada porque tus y mis dioses no son más que imaginaciones de gente ofuscada!”.
6. De modo que dije: “¡Entonces entrégate al Dios de los judíos!”.
7. Nada más que yo había pronunciado esto, la figura se puso blanca y desapareció.
8. No hace falta que mencionemos el resto... Por esta vez la aparición fue femenina y daba la impresión de ser una joven de unos veintitrés años; y como hija de Sesostris consta que también una vez habrá recorrido la Tierra en la carne. Aquí sorprendería mucho si en su antigua forma carnal no hubiera tenido exactamente el mismo aspecto como ahora acabamos de ver.
9. Pero precisamente en esto hay la prueba totalmente indiscutible que cada ser humano corporal tiene un alma inmortal, y que esta alma durante el tiempo de la vida del cuerpo lo habita completamente - con lo que después del fallecimiento del cuerpo para sí tiene exactamente la misma figura que antes llevaba en el cuerpo. Por más no me habéis preguntado. De modo que ya no tengo que responderos más.
10. Pero que el alma ocupa todo el cuerpo, esto todavía puedo probaros por otro hecho verídico que yo mismo he experimentado. ¡Oídme, pues!:
11. Conocí en Roma un soldado que en una batalla había perdido casi una pierna entera, y le habían curado. Cuando yo pregunté al hombre si de la pierna perdida nunca ya notaba alguna sensación que este miembro realmente faltaba, -como si se tratara de una sensación retrospectiva- entonces el hombre afirmó de tener la sensación de nunca haber perdido la pierna... hasta el punto de haber tenido serias caídas en la tentativa de ponerse a caminar.
12. De este acontecimiento verídico otra vez en seguida se puede concluir que el alma, primero, penetra todo el cuerpo sin perder un solo miembro aunque el cuerpo físico haya quedado totalmente mutilado. Y además, segundo, el alma en sí es inmortal, y que después de la muerte del cuerpo físico vive permanentemente pudiendo desenvolverse en el Más Allá.
13. Supongo que con esto he respondido a vuestra pregunta con toda integridad. Consta que yo podría relataros cantidad de hechos semejantes de antiguos tiempos y de todos los pueblos que conocemos, pero esto no acercaría mi respuesta a la Verdad. De modo que también esta pregunta ya os la he respondido bastante bien, ¡con lo que ya podemos pasar a la quinta pregunta! - ¿Qué me decís?».
14. Respondió el escriba: «Todos debemos reconocer que respondiste esta cuarta pregunta de una manera sumamente extraordinaria; pero aun así también confesamos que ya no somos capaces de presentarte más preguntas, porque tú eres un hombre muy docto y enriquecido en muchas experiencias, al que todos nosotros podríamos escolarizarnos... ¿Sobre qué deberíamos o podríamos aún preguntarte más? ¡Pues te pagaremos las cien libras de oro y damos el caso por cerrado!».
15. Dijo el romano: «¡Pues bien! Siendo así, ya podemos soltar este asunto, dado que ahora ya reconocéis que nosotros los romanos ni somos tan tontos como vosotros estabais acostumbrados de imaginároslo. De modo que ahora ya habéis visto que analizamos todo a fondo, y luego guardamos lo Bueno y lo Verdadero. Ya que de esto ahora evidentemente estáis convencidos, ahora os pregunto: ¿Tengo razón si yo os acuso de la mayor insensatez porque vosotros no querréis reconocer a aquel Hombre-dios allí, lo que conforme a mi valorización Él indiscutiblemente lo es?».
16. Respondieron los fariseos: «¡Apreciado amigo tan sumamente sabio! También esto queremos hacerlo, y secretamente para nosotros incluso estamos convencidos que aquel galileo fácilmente puede ser el Mesías prometido, ¡pues también lo será! Ahí podemos citar un refrán antiguo de vosotros, que reza: ULTRA POSSE NEMO TENETUR53 ¡Pues así van las cosas con nosotros! Pero debido a nuestra posición, por desgracia, no lo podemos aceptar. Porque si públicamente nos confesáramos como discípulos de Él, el Templo nos maldeciría y expulsaría sin miramientos. Entonces, ¿adónde nos dirigiremos, qué haremos después, y quién nos proveerá con comida y alojamiento?
17. Si se pudiera vivir como los pájaros en el aire, ¡entonces resultaría muy fácil adherirse a una doctrina en sí llena de verdades más puras, pero completamente contraria al judaísmo actual! De modo que en secreto para nosotros personalmente podemos adherirnos a esto y tener fe en ello. Pero públicamente tenemos que ser en contra de esto, porque nosotros no tenemos otro medio de subsistencia. ¡Pues el que considera esto, también reconocerá lo que nosotros somos capaces de hacer o no!».
18. Dijo el romano: «Vuestra excusa es tan fútil e infundada como un huevo soplado, y en sí no tiene la menor razón que os podría obligar a resistir de aceptar la Verdad. Porque si ahora sabéis y debéis bien reconocer quién es aquel Hombre-dios, ¿cómo aún podéis preguntar qué vais a comer, con qué os vais a vestir y dónde vais a habitar? Si en Él habita el supremo Espíritu de Dios, que ha creado el cielo y Tierra y que mantiene todo y lo gobierna, y si de Él depende cada aliento y cada pulso, entonces se supone que a aquellos que tienen fe en Él y le aman, a todos ellos también les dará todo que les hace falta para el sustento de su cuerpo.
19. ¡Ved los muchos seres humanos que hay por aquí! Todos ellos comen y beben y están bastante bien vestidos. Pues cuando vinieron tenían su ropa con ellos, pero no trajeron la comida de la que ahora aquí están bien disfrutando. También vosotros mismos disfrutáis del vino que nunca se encontraba en un odre, y coméis un pan que nunca ha pasado por un horno. Siendo que vosotros igual que nosotros los romanos debéis ser convencidos de esto, ¿cómo podéis presentarme excusas tan vanas?
20. Finalmente, ¿qué os sirven vuestra posición actual y vuestra subsistencia material? ¿Acaso vuestra posición os garantiza la Vida eterna? En el futuro, ¡¿quién atenderá vuestras almas si volvéis las espaldas precisamente a Aquel que es el Único que lo podría hacer. tal como Él mismo por la mañana en el Templo os ha expuesto en voz suficientemente alta que aquel que tiene fe en Él, en toda Eternidad nunca verá, sentirá y palpará la muerte?! Si ahora según vosotros mismos reconocéis que Él es el gran Prometido, entonces para vosotros -y para cualquiera- no hay motivo sostenible para no aceptarle abiertamente ante todos los seres humanos, y para vivir conforme a su Doctrina... - ¿Tengo razón o no?».
21. Dijeron todos que estaban presentes: «Sí, noble romano, ¡tienes razón en todo, porque así es y nunca puede ser distinto! ¡Y dichosos son aquellos que ahora tienen la suerte de ver al Señor y oír su Doctrina divina - como todos nosotros que tenemos esta suerte de la que no somos dignos en absoluto!».
1. A eso dije Yo: «¡E igualmente feliz es aquel que no se aborrece Conmigo! Vosotros, fariseos ignorantes, afirmáis: “Cuando el crepúsculo está rojizo, entonces el día siguiente será precioso; pero si la aurora es rojiza, el día será nublado”. Fenómenos de poca importancia como (No se exija de nadie más de lo que es capaz de realizar.) este los sabéis interpretar, ¿pero cómo es posible que no percibáis las grandes señales de esta época, las que os doy Yo? Consta que también estas señales las veis y las comprendéis, pero por vuestro mundanismo no las queréis aceptar, e incluso apartáis al propio pueblo de ellas... De modo que vosotros mismos no queréis entrar en el Reino celestial, pero tampoco permitís a otros que entren en Él - ¡por lo que vendrá el día en que os caerá tanta más condenación!
2. Nadie puede criticar a un ciego que se hiere con una piedra. Pero si lo hace alguien que tiene buena vista, entonces evidentemente comete un grave error, porque él podía ver que había una piedra en su camino. Y tanto más esto es el caso cuando se trata se asuntos espirituales. Porque aquel que a causa de la ceguera de su alma no comprende las Señales que Yo realizo y las Palabras que Yo hablo, ¡a él esto no le cae como pecado, sino sí, para aquel que ve y aun así es un enemigo de la Verdad, pues a este esto le cae como un múltiple pecado!
3. Este es ahora el caso con vosotros, los fariseos y los escribas. Por vosotros reconocéis que Yo soy el Prometido; pero al mismo tiempo os queda claro que no es posible mantener vuestro judaísmo corrupto al lado de mi Doctrina, dado que revocasteis casi totalmente a Moisés y los profetas, pues en su lugar implantasteis vuestra constitución en detrimento de viudas y huérfanos (Ex 22,21) y no para agraciar al pueblo. Pero como hacéis esto y no os convertís a Mí, vuestro pecado continúa en vosotros, y junto con él el juicio y la muerte. Realmente, la medida que vosotros ahora aplicáis, ¡un día venidero también será aplicada a vosotros por parte de mi verdadero Padre!».
4. Dijo un fariseo que anteriormente todavía era totalmente incrédulo: «Maestro, ¡este discurso Tuyo suena muy extraño! ¿Acaso nunca podrá ser posible que desde ahora también nosotros podamos llegar a ser discípulos Tuyos?».
5. Dije Yo: «Pues sí, es posible, ¡pero no tan fácilmente como vosotros os lo imagináis! Porque el que quiere ser discípulo Mío debe romper completamente con el mundo, y debe desconsiderar las tentaciones mundanas, porque el mundo es un juicio continuo y una muerte perpetua. El que ama al mundo no se presta para llegar a ser un discípulo justo, porque en el amor a las cosas materiales no se hallan Vida sino sí, juicio y muerte. Pero Yo no necesito discípulos espiritualmente muertos, sino únicamente totalmente libres y vivos. Si vosotros podéis llegar a ser así, entonces también podréis quedar Conmigo.
6. Yo no vine a este mundo para juzgar a los ignorantes y los de vista corta, sino que vine únicamente para buscar lo perdido, para curar a los enfermos, para enderezar lo encorvado y para salvar a los detenidos. El que recibe mi Auxilio también estará socorrido eternamente. Pero aquel que no quiera aceptar mi Ayuda, a él nadie podrá socorrerle, no en el Cielo ni en esta Tierra.
7. Pero ahí no me refiero a mi Personaje, sino a mi Doctrina; porque esta representa el Reino de Dios que ahora ha venido a vosotros, y que garantizará la Vida eterna a cualquiera que la aplica y que vive conforme a ella. De veras, personalmente Yo condeno a nadie; pero mi Verbo que Yo os dirijo, os juzgará así como la Verdad juzga y mata la mentira».
8. A eso dijo el escriba: «Maestro, ¡hablaste la plena Verdad, pues así debe ser! Pero aun así existe algo en lo que no puedo aclararme. Pues alegaste que no se debe amar al mundo, porque el mundo es juicio y muerte - lo que evidentemente está cierto... Pero considera todavía lo enorme que es esta Tierra, y los muchos seres humanos que viven en ella involuntariamente. ¿Pero quién se dirige a ellos para traerles un Consuelo y un Evangelio de los Cielos? Pues ellos surgen como la mala hierba en un brezal y nada conocen y saben. ¿Qué pasa con tales seres humanos a los que la Voluntad todopoderosa de Dios ha colocado como ciegos a esta Tierra que los porta y los alimenta? ¿Acaso estos tampoco deben tener apego alguno a este mundo?
9. Incluso nuestro propio judaísmo ya ha llegado a ser más bien un paganismo. Siendo así, ¡¿qué pasa con los demás pueblos y seres humanos?! Dentro de nuestra comprensión y nuestro conocimiento, ¡nadie puede ser culpado por haber sido parido en este mundo realmente malo y miserable! Pues una vez nacido, el ser humano está fastidiado a toda mecha hasta la orilla de la sepultura. De modo que el final es una muerte dolorosa y amarga...
10. Meditando sobre esto, instintivamente se impone la importante pregunta: ¿Para qué soy un ser humano? ¿Quién me ha colocado aquí en este valle de amargura, y para qué?
11. Si el hombre de esta manera observa toda su miseria, entonces realmente no se le puede criticar si empieza a rebuscar por todo el mundo un lugar más llevadero en que podría mejorar su suerte. Bueno, si después de muchos esfuerzos y molestias el hombre finalmente llega a tal lugar en que para el resto de la vida que le queda se encuentra más a gusto, ¡entonces no tardarán a aparecer profetas y otros mensajeros compenetrados del Espíritu de Dios y le transmiten la Ira de Dios, el juicio, la muerte y un gran número de otros asuntos verdaderamente desagradables! De modo que se acabó con lo de los lugares de reposo elaborados con tanta aplicación.
12. Si el ser humano ya desde su nacimiento hubiese firmado un contrato con un Dios, aceptando las condiciones bajo las cuales tenía que vivir en esta Tierra, ¡entonces, por supuesto, todo habría sido completamente distinto! Pero como esto no es el caso, el ser humano nace desnudo, ciego y casi inconsciente en el mundo, y en seguida es martirizado con muchas cosas conflictivas. Y si tras mucha clase de sufrimientos y fastidios finalmente uno ha llegado a ser un hombre maduro -incluso dotado de una constitución física muy sana que aún le permitiría aprovechar de vez en cuando de algún día de placeres-, ¡entonces de todos los lados ya llueven legiones de leyes de toda clase, acabando así con cualquier día divertido! Porque si he disfrutado de tal día gracioso, entonces habré pecado contra una gran cantidad de leyes que luego activarán mi conciencia atormentadora. Pero si he respetado las leyes, entonces tampoco ya había día placiente alguno en mi vida. ¿Cómo es posible que todo eso sea así?
13. Ahora ya estoy convencido que Tú eres aquel que ahora nos puede ayudar perfectamente. ¿Pero qué pasa con los incontablemente muchos seres humanos que viven en esta Tierra, quién ayudara a estos? ¿Y por qué a nosotros los judíos, a los griegos y a los romanos esta Ayuda no nos llegó ya hace más tiempo?».
1. Dije Yo: «Oye, cómo hay que tratar la humanidad de esta Tierra, ¡esto lo sabe únicamente Aquel que la ha creado! Y Este nunca permitió que alguna vez hayan faltado las muchas insuflaciones de los Cielos de Vida más elevados, para señalar a los seres humanos los caminos más correctos por los cuales deben caminar para alcanzar fácilmente el destino que Dios les ha fijado. Pero cuando los eres humanos cada vez de nuevo se dejaron tentar por las seducciones del mundo y sus tentaciones aparentes y pasajeras. y cuando cada vez de nuevo renegaron de Dios y adoraron el becerro de oro y el dineral del mundo -a lo que ellos mismos en su imaginación ofuscada y en su fantasía huera enaltecieron a una dignidad-, ¡¿acaso ahí Dios tiene la culpa cuando los hombres rechazan sus Leyes y Advertencias, y para sí mismos las substituyen por leyes mediante las cuales pueden apropiarse de cada vez más del dinero nocivo?!
2. ¿Acaso, a través de Moisés, Dios no os demostró visiblemente todo lo posible de la Abundancia de su Creación infinita, cómo y por qué todo esto es así únicamente por causa del ser humano de esta Tierra? ¿Acaso Dios no demostró qué es el hombre de esta Tierra y qué, finalmente, debe resultar de él? Moisés os demostró minuciosamente el motivo de toda la Creación material, y os demostró muy bien por qué cada alma tiene que pasar por el camino de la carne, para que después de dejar el cuerpo atrás pueda aproximarse a Dios como espíritu independiente y perfectamente semejante a Él.
3. Todo esto, en tiempos remotos, Dios ya lo había demostrado a Adán, Set, Enós, Cainán, Malaleel, Enoc, Lamec y Noé. y desde entonces continuamente también a Abraham, Isaac y Jacob. y muchas veces el Señor vivió personalmente entre los seres humanos, enseñándoles caminar por el acertado camino de la Salvación. Pero vosotros, los seres humanos, ¡¿por qué revocasteis todo esto e implantasteis vuestra sabiduría mundana en el lugar de las Revelaciones divinas?!
4. ¿Quién fue Melquisedec, el único Sumo Sacerdote, Rey de Salem? ¿Y dónde se han quedado sus Enseñanzas, sus Leyes sumamente sabias y llenas de Amor, dadas a todos los seres humanos? Ved, ¡vuestros padres las destruyeron!
5. En su sexto y séptimo Libro -muy voluminosos- Moisés devolvió todo lo perdido, ¡pero vosotros volvisteis a esconderlo ante el pueblo, cambiándolo por excrementos!
6. Si ahora por causa de los sacerdotes egoístas y otros hombres dominadores toda la humanidad va por mal camino, ¿acaso Dios es responsable de esto?
7. Dios dio al ser humano la libre voluntad, para que de por sí y para sí mismo pueda ser libre y activo. Además de esto, Dios le dio el raciocinio y el intelecto, para que pueda entender y asimilar los Consejos y las Leyes de Dios, e igualmente le proporcionó la fuerza para actuar conformemente. Pero si un hombre a pesar de su libre voluntad se deja dominar por el mundo y no quiere considerar el Consejo de Dios, ¿acaso no es él mismo el culpable si por su propia voluntad es desconocedor del Orden de Dios, y cae de miseria en miseria?
8. Pero como la situación entre los seres humanos ya ha llegado a ser mucho demasiado grave y tenebrosa, ahora Yo mismo volví a vosotros en Persona como el antiguo Melquisedec, pero esta vez incluso en carne - conforme hice que lo anunciasen todos los profetas con mucha antelación.
9. ¡Ahora estoy aquí para ayudar a los seres humanos para volver a la verdadera senda de la Luz y la Vida, y Yo doctrino y doy Pruebas para que tengáis fe en Mí que Lo soy Yo!. pero vosotros no lo creéis, ¡y tampoco permitís que los demás lo creyesen y así fuesen totalmente felices y bienaventurados! Ahora, ¿a quién cae la culpa si juntos con vuestros seguidores ofuscados continuáis desgraciados por vuestro mal camino? Yo, ¡seguro que no! Y si en adelante aún lo pasarais mil veces peor que ahora, ¡todo esto lo tendríais que reafirmar en vuestro propio registro de culpas!
10. El romano os demostró el verdadero motivo por el cual no queréis creer que Yo soy el Mesías prometido. Pero Yo os repito: El que cree en Mí tendrá la Vida Eterna, y de su interior emanarán corrientes de Agua viva; pero aquel que no cree, él no llevará la Vida Eterna en sí mismo, sino únicamente la muerte del mundo y toda clase de juicio. Aun así me impongo a nadie, sino dejo a cada uno actuar conforme a su voluntad totalmente libre.
11. Ya que para la Salvación de todos los seres humanos Yo vine a vosotros a este mundo, y eso incluso en la carne, Yo debo revelaros que Yo me encuentro aquí para que no podáis decir otra vez que nadie os lo ha señalado, y que Dios ha creado los seres humanos y hace que las mujeres los pariesen, pero luego Él ya no se preocupa de los seres humanos sino siempre los deja abandonados en todo.
12. Pues aquí estoy para ayudar a todos, y envío mis Ángeles a todos los pueblos de la Tierra, para orientar sus sabios de la manera conveniente. El que haga caso no se perderá, aunque esté muy lejos de aquí. Aun así nadie será obligado a hacer caso. Os digo esto para que sepáis que estoy presente y cuál es el motivo. Pues ahora podéis hacer lo que os parezca bien».
13. Dijo el fariseo a los suyos: «¿Qué debemos hacer? Este hombre habla con énfasis y muchos le dan crédito. Pues no podemos afirmar ni negar que él es el Mesías. Yo diría que antes deberíamos orientarnos convenientemente en las Escrituras. Si todo coincide, no podremos dejar de creer íntegramente en él; pero si no todo corresponde con él, ¡entonces continuaremos siendo lo que somos! ¿Qué decís vosotros?».
14. Respondió el escriba: «Esto nos costará mucho trabajo porque la Escritura es enorme y para nosotros difícil de comprender. ¡Pues ahí de todos modos sacaríamos poco para nosotros! A mí me parece más aconsejable quedarnos con él y sobre todo con sus discípulos, y consultarnos con ellos qué, desde el principio, habían oído y visto de él. Esto, evidentemente, nos facilitará un testimonio mejor que todos nuestros libros incomprensibles. Yo ya soy más a favor de la fe en él que en lo contrario. - ¿Qué decís los demás a esto?».
15. Dijo uno que antes ya tenía cierta fe: «Con lo de la fe yo ya no tengo nada en contra. ¿Pero cómo librarse del Templo? He aquí una cuestión que nos resultará más difícil a responder que a cualquier otra».
16. A eso dijo el romano: «Si hay nada más que esto que os desconcierta, yo diría que esto se deja remediar lo más fácilmente de todo. Según tengo entendido, el Templo acostumbra enviar sacerdotes experimentados para todos los rincones del mundo para hacer prosélitos. Caso que dijerais a vuestros superiores que yo, Agrícola, os he convidado, nadie pondría objeciones, pues permitirían que os marchaseis. - ¿Qué decís a esto?».
17. Dijo el escriba: «Esto suena aceptable, de modo que haremos la tentativa. Pero si el sumo-sacerdote no acepta la propuesta, ¿qué haremos entonces?».
18. Respondió el romano: «En este caso mediante mis poderes imperiales os exijo de él, y él ya no tendrá nada para objetar».
19. Todos estaban conformes. Sólo el fariseo aún mencionó las cien libras de oro.
20. Pero el romano dijo: «Si me seguís, ¡entonces estaréis libres de pago!».
21. Todos estaban satisfechos, se dirigieron a los discípulos y conversan con ellos sobre varios asuntos, con lo que aumentó su fe.
1. Mientras estos varios fariseos discutieron con los discípulos, Yo charlé con Lázaro y su hospedero sobre asuntos terrenales en realidad banales. Los muchos publicanos juntos con sus partidarios se fijaron en todo que Yo hablé con Lázaro y su hospedero y descubrieron muchos detalles útiles para su agricultura y ganadería.
2. Yo les llamé la atención a muchas especies de batatas, las que por mi descripción dada podían reconocer, plantar y después preparar para su consumo. Además de esto, les enseñé cómo deben preparar la carne de los cerdos, ciervos, corzos, conejos, como también de las liebres, gamuzas, gacelas, y de una gran cantidad de aves, a fin de que puedan comer esta carne sin que tal alimento les pudiera causar daño. También les demostré cómo y en qué temporada se puede cazar y matar estos animales, y cómo se puede guardar su carne por largo tiempo, adobando o ahumándola.
3. Esto también lo oyeron los romanos, y nuestro Agrícola vino de su mesa a Mí y observó: «Señor y Maestro, me he enterado de todo de esta Enseñanza, ¡y me ha emocionado mucho que Tú también en estas cosas te hayas dirigido a nosotros para enseñarnos! Mira, tenemos la costumbre de alimentar a los presos en las prisiones con cangrejos de río y de mar. Si estos son a la disposición, se los hierve en ebullición en agua salada con algo de tomillo. Entonces, cuando entran en color rojizo, ya han hervido suficientemente, y son entregados a los reclusos para que se las comiesen. Al principio, como se sabe, solamente el hambre los incitó a comer este alimento; pero con el tiempo se habituaron de una manera a esta comida que esta les gustaba cada vez más. Además, al mismo tiempo empezaron a rebosar de salud, pues de día en día tenían un aspecto mejor. Finalmente esperaron ansiosamente que llegaran los cangrejos. Incluso aquellos que habían cumplido su pena, también después daban preferencia por alimentarse de cangrejos - si estaban disponibles. ¿Qué dices Tú a tal alimento? ¿Es recomendable para cualquiera?».
4. Respondí Yo: «¡Por supuesto! Pero esto solamente durante determinadas fases de la Luna que os están bien conocidas. Además, estos cangrejos deben ser frescos y vivos, como se comprende por sí mismo. La forma de preparación es acertada. Si los hay, los cangrejos de río resultan mejores que los marítimos».
5. Con esto Agrícola estaba contento.
6. En aquellos momentos algunos discípulos comenzaron a hablar entre ellos y dijeron: «¡Fijémonos en nuestro Maestro y Señor que desde hace mucho ya no nos ha hablado de cosas como estas! ¿Cómo puede ser posible que esto ahora iba a ser de su Agrado?».
7. Pero también los fariseos que con los antiguos apóstoles conversaron sobre Mí, se fijaron de mis Palabras, pues movieron las cabezas y dijeron: «¡¿Cómo puede Él ahora expresarse contra los estatutos de Moisés, y los romanos le dicen nada en contra, a pesar de que antes nos reprocharon que nosotros hayamos rechazado los estatutos de Moisés y reemplazado por los nuestros?! ¡¿Acaso Él ignora lo que Moisés ha decretado. que la carne de animales impuros ya contamina la criatura, apenas tocándola?! Con preparación o no, lo que es impuro sigue siendo impuro aun con la preparación más cuidadosa, y contagia a aquel que disfruta de ello. ¡Vaya, vaya, cosa más extraña que Él hable de esta manera!».
8. A eso Jacob me dijo en secreto: «Señor, ¿acaso no oyes que los fariseos te toman el pelo? ¡A ver si les vas a dar una reprimenda!».
9. Dije Yo: «¡¿Qué me importan las palabras de los fariseos deslumbrados?! Ellos son ciegos guías de ciegos. Pero donde un guía ciego conduce a otro ciego, ¡ambos caerán en la zanja y ninguno puede socorrer al otro! ¡Por eso no hagáis caso a sus disparates!».
10. Pero también los fariseos habían oído mi Observación y empezaron a cuchichear entre ellos si Yo me había también referido a ellos, dado que ya se consideraban creyentes.
11. Pero Yo me levanté y les dije: «¡Que sí, me referí también a vosotros y a otros como vosotros!... ¡Ciegos más necios que sois! Lo que entra por la boca y es echado por vía natural, esto no contagia al hombre. Pero lo que por la boca sale del corazón, como malos pensamientos, conversaciones obscenas, difamación, perjurio, mentiras de toda clase, fraudes, envidia, avaricia, impudicia, adulterio, gula e incluso vuestros alimentos pretendidamente puros, ¡esto contamina toda la criatura!
12. Consultad las Escrituras, ¡y os enteraréis por qué Moisés os mandó el consumo exclusivo de alimentos puros! Pues lo hizo a causa de vuestras ganas exageradas de comer carne y por causa de vuestra sensualidad e impudicia incontenibles. Pero Yo ahora digo que para todo aquel que en su corazón es puro, también todo lo demás es puro; pero al impuro también todo lo demás resulta impuro.
13. Lo que comes y bebes para la necesaria manutención de tu cuerpo, esto no te hará bienaventurado ni desgraciado, ¡sino únicamente lo que crees y haces! Si crees cosas erróneas no podrás hacer algo de bueno y útil; porque la Verdad no se halla en ti. Aun así, tu alma no quedará en el juicio, ¡porque entonces todos los paganos estarían perdidos! ¡Y algo así se halle muy lejos! Pero si oyes y percibes la Verdad, sin embargo vives conforme tu error, entonces la Verdad te juzgará, ¡pero eso difícilmente para la Vida sino para la muerte de tu alma! ¡Así como la Luz es la muerte de la noche, así la Verdad es el fin de la mentira y de la falsedad! Si ahora ha llegado el Día para tu alma, ¡¿cómo es posible que quieras volver a la noche del juicio y de la muerte?!».
14. Dijo el escriba: «Maestro, ya sé que hablas la Verdad, sin embargo, antes nos habías acusado de haber sustituido las Leyes de Moisés, suplantándolas por otras. No lo negamos porque es realidad; pero si Tú ahora permites a todos los judíos que coman también la carne de animales declarados impuros -eso tras determinada preparación- entonces, en este punto, también Tú revocas las Leyes de Moisés, pues tampoco las respetabas mucho al curar los enfermos en un sábado. Porque está escrito: “¡Debes trabajar seis días, y el séptimo día debes celebrar y consagrarlo a Dios, el Señor!”. - ¿Con qué derecho actúas Tú mismo de este modo?».
15. Respondí Yo: «Siendo Yo Aquel como El que Yo vine a este mundo, hago todo esto con el mismo Derecho con el que el Padre que está en Mí en aquellos tiempos os dio las Leyes para los judíos en el desierto. Y a pesar de tu impresión Yo no revoco en absoluto una Ley de Moisés, sino Yo mismo cumplo personalmente en todos sus puntos. Pero Yo sólo os demuestro vuestra falta de capacidad de distinguir aquellas Leyes del profeta. Vosotros os balanceáis sobre la letra, la que mata, y no conocéis el espíritu que vivifica. Pero Yo ahora os revelo el Espíritu que todo vivifica. ¡¿Cómo, entonces, puedes alegar que Yo derogo la Ley del profeta?!
16. Vosotros que cabalgáis sobre las letras, precisamente con estas letras criáis mosquitos y, en cambio, os tragáis camellos. porque si os atenéis tan rigurosamente la constitución de Moisés, ¡¿cómo es posible que por mucho dinero y otras ofrendas deis dispensa a los judíos ricos?!
17. Vosotros mismos coméis pan fermentado, y eso incluso los sábados; coméis carne de aves salvajes y permitís a los sacerdotes que coman todo lo que las personas comen en cualquier país. Esto lo hacéis por las ventajas terrenales, con lo que violáis las Leyes. Pero Yo aconsejo esto a los seres humanos por Amor y Misericordia, pues no exijo pago por tal dispensa, y tampoco sustituyo la legislación de Moisés. Pues si el hombre cuando tiene hambre sacia su cuerpo con cualquier alimento comestible, ¡entonces no peca contra la Ley! Pero si un judío por gula e intemperancia come la carne de animales impuros o sofocados -muy a pesar de que tenga bastante carne de animales puros a la disposición- así provoca a sus semejantes, por lo que peca por escandalizar a su prójimo que es más pobre.
18. Con otras palabras: En caso de necesidad, el hombre puede aprovechar la carne de los animales que Yo mencioné, sin tener con esto una mala conciencia. Sólo que debe prepararla como ya dije antes, porque entonces no le causará daño. Pero la sangre, sobre todo la de animales sofocados, no debe ser ingerida porque esta contiene ocultos muchos espíritus malos54 De esto estáis bien al corriente; sin embargo, en secreto coméis la carne de gallinas, carneros y terneros, todos sofocados, por agradar a vuestro paladar. Luego os embriagáis, os volvéis lascivos y, al final, impasibles.
19. Reflexionad primero sobre vosotros mismos y vuestras actitudes, y sólo después podéis decirme si revoco las Leyes de Moisés o no. Pero ¿cómo puedes decir a tu vecino: “¡Ven a mí, para que te saque la astilla de tu ojo!”?, ¡mientras que en tu propio ojo se halle una verdadera viga! Insensato, ¡saca primero la viga de tu propio ojo, y después ya verás cómo te lo arreglarás para sacar la astilla del ojo de tu vecino! Cada uno limpie la acera delante la puerta de su propia casa; y sólo después se dirija a su vecino y le diga: “¡La acera delante de mi casa ya está limpia; si quieres, barreré también la tuya, para evitar que los transeúntes se aborrezcan con nuestra suciedad!”».
1. (El Señor:) «Lo que pasa con el consumo de la carne de animales impuros, exactamente lo mismo pasa también con el sábado. Primero, cada día es un día del Señor, y el hombre justo debe hacer el Bien en cada día, ¡y no solamente en el sábado! Luego, segundo, sólo está escrito que se debe glorificar este día y no ejecutar en él trabajos pesados de obreros sin necesidad. Pero que en un sábado no se debe realizar obras de caridad, ¡de esto no se encuentra una sola sílaba en todo el Moisés!
54. Venenos
2. Pero si el profeta dice: “¡Sin estar en apuros y sin un permiso legal, en un sábado no debes realizar el trabajo pesado de siervos!”, ¿cómo, entonces, podéis pretender que Yo profano el sábado si tal día curo un enfermo sin cobrar remuneración? ¡Y eso ante el hecho que vosotros mismos en el sábado traéis heno a los bueyes y lleváis los burros, las vacas, las ovejas y cabras y todos los demás animales al bebedero! ¿Acaso permitiríais que un buey o un burro se ahogase en la cisterna si por ventura se haya caído en esta en un sábado? Si actuáis así con animales caseros, ¿por qué no ibais a ayudar a un ser humano en un sábado? ¿Acaso un ser humano no vale más que un animal?
3. ¡Ciegos! ¡Lo mucho que os habéis alejado de la Verdad! Bien se aplica a vosotros lo que está escrito: “¡Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de Mí (Is 29,13)!”.
4. Si alguien se dirigiera a vosotros y dijera: “¡Tengo mucha faena con mi cosecha, y estos días son muy oportunos! Si puedo aprovechar del sábado, ofrendaré el diezmo triplicado, un buey y tres terneros gordos”, entonces inmediatamente le escribiríais una carta de exención, para que con esta pudiese contratar los mismos labradores también para el sábado. ¡¿Acaso esto no es un vilipendio mayor que socorrer a un doliente en un sábado?!
5. En el sábado es prohibido romper y comer pan antes del crepúsculo; y aun así durante todo el día -aunque sea en un sábado- os entregáis secretamente a la gula y a la intemperancia, dando permiso también a los ricos porque el pobre no lo puede pagar. Ahí pregunto: ¡¿Acaso esto no es profanar el sábado, blasfemando a Dios?!
6. Y Yo pregunto más: ¿Por qué declarasteis el sexto y el séptimo Libro de Moisés como insertos, rechazándolos juntos con el apéndice profético? Porque todo aquello habría sido un manual lúcido para todos, demostrando a cada uno qué actitud debía tomar en todas posibles situaciones. En cambio os dieron una Cábala que se origina en Horus55 en el antiguo Egipto. Pero esta no la entendéis, y a Moisés y los profetas -a los cuales erigisteis monumentos de piedra, y a los que vuestros padres han apedreado- no los queréis comprender; sino vosotros instruís al pueblo que junto con vosotros sólo tiene que venerar y adorar estas escrituras, y que con esto ya es suficiente. ¡¿No es esto un mayor vilipendio del sábado que si Y o, en el sábado, curo a un enfermo?!
7. ¡Pero Yo soy El que soy, y como Tal también soy un Señor del Sábado! Por esto digo: ¡No siento alegría en el sábado tergiversado por vosotros! ¡Porque también en un sábado Yo hago lo que quiero - tal como Yo también en el sábado -y así habla el Señor- hago que el Sol salga y se ponga, que los ríos fluyan, que los vientos y las grandes tempestades soplen, y hago que la Luna y las estrellas graviten en sus órbitas prescritas. que crezcan las hierbas y se forme el dulce néctar de las parras! Si todo esto es cosa de mi Poder absoluto, ¡¿por ventura Yo debería preguntaros qué debo hacer en un día de sábado?! ¡Ahora habla y dame una respuesta válida y razonable!».
1. Con esta Réplica de mi parte el escriba ya no sabía qué responder; porque por un lado se dio demasiado por aludido, y por otro lado el pueblo se regocijó en voz alta por mi Réplica poderosa. Con esto los siete templarios quedaron como clavados al suelo y ni uno de ellos era capaz de pronunciar una sola palabra razonable en contra de Mí. Además, en secreto, se habían enfadado contra Mí porque Yo les había dicho la plena verdad a la cara, sin lástima ni piedad.
2. Después de un rato el fariseo volvió a controlarse y dijo: «Pero Señor y Maestro, ¡desde hace mucho sabemos lo que ahora acabas de explicar, y también te será obvio por qué no hemos
55. Un antiguo dios egipcio con su leyenda.
podido actuar de otra manera! Tú podrías decirnos todo esto y mucho más y no nos importaría -¡pero eso de otra manera! ¡Pero Tú presentas esta cuestión como si nosotros mismos hubiésemos desechado los últimos Libros de Moisés y como si nosotros mismos hubiésemos apedreado los profetas! Si entonces referente el cuerpo hubieses estado personalmente entre nosotros, la situación nunca habría llegado a este extremo. Pero ahora te has presentado repentinamente, con lo que todo es un fallo hasta más allá de todos los cielos. Pues nosotros no podemos cambiar todo esto de hoy a mañana, porque ¿qué representamos los siete frente a cinco mil de nuestros semejantes?
3. Nosotros, en adelante, no tendremos mucho que hacer en el Templo. Pero tampoco somos los únicos culpables por los que las cosas vayan por un camino tan malo. Dime, ¿qué más podemos ahora hacer referente el Templo sino volverle las espaldas de una manera educada? Porque si mañana empezásemos a propagar tu Doctrina buena y verídica, entonces mañana nos apedrearían, con lo que tu Causa nada ganaría... Si conforme la propuesta del romano bajo cualquier pretexto para siempre giramos la espalda a Jerusalén y sus doctrinas falsas, entonces yo digo que en nuestra situación actual con la aceptación de tu Doctrina hacemos todo que nosotros como seres humanos mortales somos capaces de hacer. Más, incluso siendo un Dios, no puedes exigir de nosotros. ¡Danos el Poder de tu Omnipotencia, y pronto estaremos en regla con el Templo! Pero si Tú ahora a nosotros -los que queremos tener fe en Ti- nos declaras por indescriptiblemente malos y falsos, ¡esto, por lo menos a mí mismo, me parece poco loable!».
4. Dije Yo: «Mis queridos amigos, ¡a los ciegos es difícil escribir y a los sordos es difícil predicar! Si Yo os presento vuestro asunto -que todavía está muy apegado a vuestra persona-para vuestra mejoría, ¿acaso pensáis que Yo me refiero a vuestras personas? Lo que Yo presento, esto es lo espiritual de vuestro asunto templario, ¡cosa que no se refiere solamente a vosotros sino a todos los judíos!
5. La Verdad es el Sol del espíritu - un Sol que para todos los seres humanos tiene que brillar con pureza, y sin toda nube de gentileza. Una nube iluminada no es un Sol, y una cortesía tonta es semejante a una mentira pulida que a nadie servirá para la verdadera salvación de su alma. Por eso cada uno que desea ser útil debe hablar francamente la Verdad, porque con una media verdad nadie está servido. ¡Conmigo no hay retención ni indulgencia, sino únicamente Amor y Luz! Si Yo no fuera tan Verdadero como soy, ¿dónde entonces estarían el cielo y esta Tierra, qué seríais vosotros los seres humanos, y dónde estaríais? Yo no he venido para lisonjear a los seres humanos, sino para enseñarles la Verdad, y mediante esta proporcionarles la Vida eterna. Pues para esto retenciones e indulgencia son inservibles... ¡Reflexionad al respecto y después decidme si Yo fui duro contra vosotros!».
6. Dijo el fariseo: «Pues sí, tienes toda razón; de modo que los seres humanos no merecen tu Amor y desde ahora no pueden agradecerte condignamente que Tú hayas venido a ellos en carne, para darles la justa Luz y demostrarles el verdadero camino para la Vida eterna. Aun así por parte de nosotros los seres humanos hay que observar algo ante Ti, lo que consiste en lo siguiente: Tú nunca antes estuviste con los seres humanos de la misma forma como esta vez, enseñándoles a reconocerte a Ti, tu Voluntad y la finalidad de ellos mismos. Siempre se trataba de personas experimentadas con entusiasmo -llamados profetas- que afirmaron estar compenetradas de tu Espíritu. Estos hombres no hablaban ellos mismos sino solamente tu Espíritu hablaba por la boca de ellos. Para la confirmación de sus declaraciones frecuentemente realizaron señales extraordinarias, lo que también se lee en los libros. Pero aun así siguieron siendo seres humanos a los que tocaba la muerte, a pesar de que frecuentemente hablaban de la Vida eterna, lo que también anotaron. Tampoco el propio Moisés fue excluido de esto. Unicamente de Elías dice la Escritura que haya subido al Cielo en un carro de fuego, dejando su manto para su discípulo Eliseo. Pero como esta historia tiene tendencia de ser increíble, no puede servir para una norma, porque algo así ni antes ni después había acontecido a un profeta con lo sabio que haya sido.
7. Ante el hecho que todos estos profetas se murieron y después de su muerte nadie ya llegó a tener noticias de ellos, los hombres comenzaron a dudar de la supervivencia del alma, y finalmente ellos mismos crearon unas reglas de vida más cómodas que aquellas que los profetas habían determinado e impuesto.
8. Cuando después otra vez surgió un profeta entre el pueblo y pretendió que Dios hablaba mediante él, todo mundo se aborrecía con él y le dijo: “¡Ante todo demuestra que eres inmortal, igual que Elías!”, o también: “¡Cita a los padres y profetas muertos ya hace mucho tiempo, para que los podamos ver y para que ellos nos den un testimonio vivo que verdaderamente hay una vida después de la tumba - y cómo esta es! ¡Y demuestra que tú eres un verdadero profeta! Si no nos puedes dar esta prueba, entonces te creemos tan poco como hasta ahora hemos creído en los antiguos profetas... y como también en adelante nunca creeremos en ellos, dado que todos ya han muerto -como también tú un día morirás- pues después de la muerte de los profetas nadie ha percibido algo de ellos. Hemos bien guardado sus escrituras, y aun así se las tragó el suelo nunca saciable. Además, ¡¿para qué nos servirían sus Escrituras llenas de Doctrinas de la Vida eterna si los profetas como doctrinadores después de la muerte no son capaces de presentarnos una prueba contundente que sus Doctrinas son pura Verdad?!”.
9. Ves, Señor y Maestro, con el tiempo los hombres han empezado a pensar y a actuar, e incluso han matado a los profetas cuando estos en general insistieron a anunciarles mucha clase de castigos por parte de Dios. ¿Por qué, pues, no está permitido que un profeta difunto en ocasiones vuelva a esta Tierra, y que con su aparición en la carne da testimonio de lo que ha enseñado en este mundo? ¡¿Y por qué la falta de fe de los hombres siempre está imputada a los profetas?!
10. Si tan sólo una vez viniera alguien -por supuesto de una manera que se le reconociera bien como aquel que en la Tierra se había encontrado en la carne-, entonces esto fortificaría la fe del pueblo, con lo que los seres humanos seguramente vivirían conforme a su Doctrina. Pero según sabemos, esto nunca ha sucedido, con lo que se comprende que los seres humanos lleguen a ser dudosos e incrédulos. Que hace mucho tiempo el Templo ya ha llegado a ser casi totalmente anti-mosaico -lo que ya os indiqué antes- la razón de esto sobre todo es que los saduceos56 separados de nosotros, abiertamente ya no creen en la inmortalidad del alma. ¿Y quién, en rigor, podría descalificarlos por una razón juiciosa? De modo que no sólo los templarios son responsables por la malicia que ahora reina en el Templo, sino que es sobre todo la antigua falta de fuerza demostrativa para una vida después de la muerte del cuerpo físico. Si para esto carecen pruebas contundentes, entonces también se puede olvidarse de una fe en un Dios. Y aunque se creyera todavía en la existencia de un Dios, no se le prestaría el respeto y el amor verdaderamente dignos. Y sus Mandamientos dados a los seres humanos se considera como inventos de estos mismos, que en cierta época para los estilos de vida de entonces pueden haber tenido su gracia, pero que para la época actual prácticamente ya no están aplicables. Yo no digo esto para encubrirnos a nosotros o al Templo; pero aún así no es un invento, ¡pues así fue y todavía continúa así!
11. Tú, Señor y Maestro colmado del Espíritu de Dios, ahora para nosotros eres la prueba y el fiador más contundo para una Vida eterna del alma después de la muerte del cuerpo. Pero existen incontables seres humanos que siempre carecerán de esta prueba. ¿Acaso es culpa de ellos mismos si no creen en una Vida eterna después de la muerte del cuerpo físico sino, igual, adoran el Sol o el fuego como divinidad? ¿No sería por lo menos posible que los padres muertos visitasen a sus niños para explicarles qué es lo que les espera después de dejar el cuerpo atrás, qué es el alma y qué es su aspecto?
56. Partido fundamentalmente político del judaismo.
12. Pero nada de esto acontece, con lo que todo lo que se dice del Más Allá es una fábula que se presta para imbéciles, pero la que un verdadero pensador nunca podrá aceptar como Verdad. Nosotros los sacerdotes incluso hacemos el bien cuando mantenemos el pueblo en la mayor ceguera posible, y cuando le presentamos muchos espectáculos con pompa y seriedad que huelen al Más allá. Porque si impartiésemos al pueblo nuestra cultura superior, entonces dentro de poco se acabaría el judaísmo y pronto la humanidad se encontraría en un estado indescriptiblemente horroroso.
13.- Únicamente nosotros los sacerdotes atamos corto al pueblo. lo estimulamos a labrar los campos y a entregarnos concienzudamente el diezmo; y con esto el pueblo es contento. Pero consta que esta satisfacción pronto se acaba cuando en cualquier momento se presentan profetas intrusos y lo instigan contra nosotros. - Con esto no me refiero a Ti, Señor y Maestro, ¡porque Tú no eres un profeta sino el Señor mismo! ¡Pues ahí yo sólo me refiero a profetas como antes ya los caractericé!
14. Ahora, ¿he hablado bien y he enfocado el asunto de nuestra fe tal como es, conforme a la Verdad o no? ¡Consta que seré muy agradecido a cada uno por toda enseñanza mejor y verídica; pues no tiene ninguna gracia el tener que pensar continuamente en la muerte y en el aniquilamiento eterno, contra los cuales en todo el mundo no se encuentra prueba alguna! Porque todo muere y perece, pues ya no vuelve. Incluso la piedra se descompone y se disuelve en polvo, del cual ya no se formará una piedra sólida. Del mismo modo también un ser humano ya no resucitará de la tumba en cualquier día del juicio final, ¡a pesar de que así lo tenemos que enseñar al pueblo! - ¡Pues acabo de hablar!».
1. Dije Yo: «Ahora te has expresado bastante bien, y en una escuela de saduceos, estoicos y epicúreos57 con tu habla habrías causado mucha sensación; pero aquí tu criterio fue él de un ciego referente a la luz y a los colores, y él de un sordo en cuanto a la armonía de un arpa bien afinada.
2. La vida del alma no te la puede demostrar y probar un hombre y menos aun un espíritu ya desprendido; porque la debes encontrar en ti mismo, y esto sólo es posible por el verdadero amor a Dios y al prójimo.
3. Tú te imaginas que, más que nada, una vuelta de un alma ya desprendida fortificaría la fe en su inmortalidad y en Dios, ¡pero Yo te digo que ahí estás profundamente equivocado! Primero, en el Más Allá, un alma ya desprendida está ocupada de sobra para actuar para sí misma y para sus prójimos de allá, por lo que no dispone de tiempo de ocio para aparecer seguidamente en un cuerpo adquirido de la atmósfera terrestre, a fin de aparecer a los seres humanos terrestres e informarlos qué es lo que pasa en el Más Allá. Segundo, además, cada espíritu perfecto de todos modos puede influir óptimamente en los seres humanos, sin restricción de la libre voluntad de estos - y tal influencia invisible es mucho más salubre para el ser humano que la visión y audición de un espíritu ya desprendido. Porque cuando un espíritu bueno y ya muy iluminado insufla buenos pensamientos y sentimientos en tu corazón, estos ya valen tanto como si los hubieses discurrido tú mismo.
4. Pues si te apareciera un espíritu como por ejemplo él de Moisés, y te dijera: “Si quieres ingresar en la Vida eterna, entonces tienes que hacer lo uno y lo otro, ¡porque si no lo haces, caerás en el Juicio del Dios todopoderoso, de donde difícilmente habrá una resurrección afortunada de la muerte del Juicio!”, tras semejante amenaza te estremecerías y durante toda tu vida no te atreverías de actuar de modo diferente de lo que el espíritu de Moisés te ha mandado.
57. Véase también Jakob Lorber: El Gran Evangelio de Juan t.05 cap. 21,11.
5. ¿Pero qué mérito tendrías tú con esto? - ¡Ninguno! ¡Porque no fue tu propia comprensión progresivamente mejorada la que determinó tu acción, sino sí, el poder de aquel espíritu que se ha acercado a ti, lo que para tu alma prácticamente sirve para nada! Casi lo mismo sucede cuando vosotros los seres humanos amaestráis un animal doméstico para cualquier trabajo; pues sin palos y látigos difícilmente alguien consigue domesticar un animal. Pero una vez que un animal esté preparado para un trabajo de campo, ¡el mérito es vuestro, y no él del animal adiestrado!
6. Si Yo mediante mi Omnipotencia quisiera que nadie jamás cometiese pecado alguno, entonces ya no habría nadie que pecaría, porque para nadie sería posible pasar una sola raya más allá de mi Voluntad, y actuar ahí; igual que nadie puede modificar su cuerpo físico diferente de lo que está formado por la Voluntad de Dios. y tampoco puede prolongar la vida de su cuerpo a discreción, porque todo esto depende de la Voluntad todopoderosa de Dios. Si Él nunca permitiese que el ser humano pudiera pecar, ¿quién para sí solo tendría el mérito propio de la vida virtuosa de un hombre guiado solamente por la Omnipotencia divina, la que también determina el crecimiento de los árboles y de toda la flora, y que lleva los cuerpos celestes por el universo infinito? ¡Seguro que únicamente puede ser Dios mismo, porque ahí la criatura no habría sido otra cosa que una marioneta en las Manos de Dios! Este método también para Dios sería mucho más cómodo, como también para Él resulta más cómodo crear los animales irracionales dotados de diversas particularidades extrañas para guiarlos, y para permitirles que actuasen cada uno conforme a sus aptitudes.
7. Pero los seres humanos de esta Tierra son destinados para llegar a ser hijos de Dios totalmente libres e independientes. De modo que deben ser conducidos de una manera que con esto su voluntad necesariamente totalmente libre de ninguna manera debe sufrir la más mínima coacción por parte de un espíritu más poderoso. sino únicamente mediante Revelación, enseñanza y leyes externas deben ser llevados a condiciones en que ellos de sí mismos sacan todo lo Verdadero y Bueno que les está enseñado, escogiéndolo con su libre voluntad - y que a base de su propia autodeterminación entren en la actividad correspondiente.
8. Mira, ¡el respeto a la libre voluntad de los seres humanos de esta Tierra por parte de Dios llega hasta el extremo que Él en general ni siquiera considera lo que piensan, quieren y hacen! Solamente cuando se han apartado demasiado de Dios, entonces Él los mira y vuelve a despertar videntes, doctrinadores y profetas, para que estos revelasen a los hombres nuevamente la Voluntad divina y las Intenciones que Él tiene con ellos. Si los seres humanos hacen caso de esto, entonces pronto mejorarán; pero si no hacen caso o se burlan de ellos y persiguen los videntes que Dios ha despertado para ellos, entonces Dios se ve obligado a mandarles un castigo - frecuentemente para todo un pueblo. Pero incluso tal juicio nunca viene directamente de la Voluntad divina todopoderosa, sino siempre es consecuencia de la falsedad ofuscada y malvada de la gente.
9. Los poderosos habitantes de Hanoc fueron advertidos por más de cien años para que no destruyesen las montañas para sacar el oro y piedras preciosas. y que tampoco hiciesen el desmonte total por medidas de estratégica, porque con esto abrirían las grandes compuertas de aguas subterráneas, y que todos ellos iban a ahogarse. ¡Pero todo esto nada sirvió! Porque hacían lo que les daba la gana, y perforaron las montañas aún más profundamente, con lo que abrieron las esclusas subterráneas y todos se ahogaron. Como ves, Dios no ha causado esto directamente con su Omnipotencia, sino únicamente por su Consentimiento, lo que inevitablemente tenía que ser una consecuencia del hecho que los hombres ya no querían prestar oído a las advertencias puntuales de Dios.
10. Consta que mediante su Omnipotencia Dios habría podido conjurar a los hombres para que ya no pudiesen continuar destruyendo las montañas. Pues sí, esto Le habría resultado muy fácil; pero entonces los seres humanos habrían dejado de ser seres humanos, porque después también en el Reino Espiritual ya no habría manera de ponerlos en el pie en toda libertad personal. De modo que Él consintió más bien en que todo un Género humano a causa de su voluntad obstinada sucumbiese en lo que se refiere a la carne, en vez de que su alma tenga que sufrir la pérdida más mínima en lo que se refiere a su libre voluntad y plena autonomía.
11. También hubo una tribu que aún por el rey de Salem estaba advertida varias veces que no habitase los terrenos de Sodoma y Gomorra, porque su subsuelo contenía muchos depósitos de azufre y, en parte, también cierta pez. Además, al pueblo fue demostrado clara y comprensiblemente que de tales depósitos continuamente se desprenden espíritus naturales impuros que instigan a los seres humanos carnales a la impureza. Pues igual que en el vino moran los espíritus de la impudicia que, cuando alguien ha bebido vino en demasía, incitan la carne, estos espíritus naturales también se encuentran en el azufre y en la pez... El pueblo también fue advertido que en semejantes zonas frecuentemente se producen terremotos, incendios y tempestades violentas, que podían causar grandes devastaciones, y con eso también causar hambruna y peste. Pero este buen consejo no tuvo éxito, incluso por la Boca de Jehová. Como por lo demás el paisaje era muy fértil, los hombres continuaron instalándose, con lo que antes de que hayan pasado doscientos años, aparte de Sodoma y Gomorra ya había diez ciudades más. Pero los habitantes llegaron a ser completamente materialistas, además, practicando una lujuria indescriptible, incluso con animales.
12. En la época de Najor y Téraj nuevamente fueron avisados a abandonar esta zona, pero nadie hizo caso. Los hijos de Téraj eran Abraham, Najor -cuyo nombre es idéntico a él de su abuelo- y Harán, el padre de Lot. El propio Harán se mudó a Sodoma y Gomorra para allí predicar al Mando de Dios, pero también sin resultado. Lot, su hijo, hizo lo mismo durante varios años, quedándose por turnos en una y en otra ciudad, donde él mismo casi también llegó a ser víctima del elemento impúdico.
13. A eso se presentaron ángeles visibles que primero visitaron a Abraham. Entre ellos estaba Jehová que avisó a Abraham fielmente de lo que iba a suceder con Sodoma y las demás ciudades. Y dos ángeles en forma de adolescentes fuertes fueron enviados allí donde se encontraba Lot, para salvarle todavía. El pueblo ni siquiera les prestó oído porque quería practicar con ellos sus perversidades nada de naturales. Pero gracias a la advertencia por parte de los dos jóvenes Lot aún consiguió huir. Sólo su mujer fue víctima de su propia curiosidad que retrasó su huida: pues se transformó en una estatua de sal -en lo que se refiere a su cuerpo material- conforme habían avisado los dos mensajeros, pues estos habían dicho: “¡Debemos huir sin perder tiempo en mirar para atrás, porque el fuego subterráneo está extendiéndose con rapidez, y los vapores que prorrumpen en todas partes en seguida sofocan toda vida natural, transformándola en sal pedregosa!”. Pero aun así, la mujer de Lot se paró durante algunos momentos y los vapores la alcanzaron, de modo que se quedó víctima.
14. Mira, ahí otra vez no fue la Omnipotencia de Dios que provocó la extinción total de la región pervertida, pues a esta región inmadura esto también habría sucedido por su propia naturaleza, lo que después le ha sucedido en tiempos de Abraham. Pero que con esto hayan muerto tantas personas, la responsabilidad de esto cae a la desobediencia de la libre voluntad de las personas mismas.
15. Consta que Dios con su Voluntad todopoderosa habría podido sacar los seres humanos de allí y haberlos trasladado a un país salubre, pero esto evidentemente habría sido contrario a la voluntad de ellos. Pero siendo esta libre voluntad lo que Dios respeta ante todo -pues la libre voluntad debe ser respetada en todas partes- Él prefirió aceptar que todos estos seres humanos sucumbiesen en lo que se refiere al cuerpo físico, en vez de aniquilar un solo elemento de la libertad de la voluntad de sus almas. Porque incluso para Dios la Obra Maestra de su Amor, su Sabiduría y su Poder es crear seres humanos que en todo llegan a ser completamente idénticos a Él.
16. Para realizar esto es preciso que el hombre nazca acá en este mundo en el mayor desamparo y casi sin fuerzas; y poco a poco debe acumular conocimientos por parte del mundo más exterior. Una vez que así haya acumulado algunas nociones y aptitudes, solamente entonces los espíritus buenos y los malos que le rodean influyen imperceptiblemente en él - los buenos en su ánimo y los malvados en su naturaleza física, a fin de que el alma siempre esté mantenida en el género carnal más perfecto.
17. Si un hombre voluntariamente ha prestado oído a las buenas enseñanzas y advertencias del exterior contra tentaciones por parte de sus propios sentidos, y si él ha arreglado su vida conformemente, entonces la influencia silenciosa de los buenos espíritus aumentará cada vez más. Pero nadie debe sentir la influencia como tal, a no ser que la considera como obra libre de él mismo. Tan pronto que la influencia del Bien provenida de los Cielos por la voluntad del hombre se haya fortificada de manera que el alma se haya integrado en la voluntad, entonces el verdadero Espíritu divino del Amor despertará en ella y la penetrará enteramente. Solo entonces el alma ya habrá entrado en el primer grado de su perfeccionamiento, con lo que ya está indestructiblemente libre; y aunque todavía se encuentre en la carne, puede recibir visiones y revelaciones de espíritus, incluso de arcángeles.
18. Ahí sucede frecuentemente que personas como estas tienen visiones, hablan con almas en el Más Allá y se dejan enseñar de estas almas como si fuera de persona a persona, con lo que estas personas también pueden comunicar lo recibido fielmente a otros seres humanos todavía totalmente materialistas... El que les dé crédito, actuará bien - sólo que él aún no debe exigir a la vez a experimentar esto personalmente. Porque esto no puede suceder antes de que él haya logrado la maduración espiritual del alma antes explicada.
19. Cada ser humano ante todo debe atenerse fielmente a las buenas enseñanzas recibidas; y luego debe prestar atención a su ánimo, pero también debe fijarse en las malas pasiones encubiertas en la carne que se manifiestan por pereza, voluptuosidad, amor propio, terquedad, orgullo, envidia, avaricia y despotismo. A estos últimos debe enfrentarse con amor a Dios y al prójimo, por la paciencia, humildad y mansedumbre, ¡y no tardará mucho en llegar allí donde se le manifestarán los buenos espíritus visible y palpablemente!
20. Además, es raro que una persona no haya recibido alguna vez ciertas señalas e incluso visiones del Más Allá. Pero si luego el ser humano todo esto lo rechaza porque lo considera como simples perturbaciones de los sentidos, ¡entonces no hay manera de ayudarle! Yo diría que ahora con esto ya he dilucidado tu objeción perfectamente conforme a la eterna Verdad, de modo que de esto cada uno debe deducir qué pasa con los seres humanos de esta Tierra. -¿Acaso todavía tienes que objetar algo en contra?».
1. Respondió el fariseo: «Señor y Maestro, contra esto ya no hay nada a objetar, ¡porque la Verdad de todo lo dicho es más que evidente! Pero si las almas de los seres humanos de esta Tierra finalmente se transforman en toda clase de dioses, ¿dónde tendrán espacio para actuar, moverse y gobernar en su libertad divina, en su independencia y su poder? Porque también un espíritu tiene que ocupar cierto espacio y tiempo, a pesar de que gracias a sus cualidades divinas se halle encima de ambos».
2. Dije Yo: «¡Oh ánimo de miras más estrechas! ¿Acaso nunca viste un cielo estrellado? ¡¿Aún no sabes qué son las estrellas cuyo sinnúmero te resulta visible?! Si cada átomo telúrico de toda esta Tierra se transformase en doce mil almas -un número tan colosal que en la época actual incluso el mejor calculador nunca sería capaz de concebir- aun así apenas habría para distribuirlas una sola en cada mundo solar del enorme espacio de la Creación, y mucho menos aun para los mundos terrestres cuyo sinnúmero es aun mayor, y de los cuales no pocas veces muchos miles se encuentran en órbita alrededor de un solo mundo solar.
3. Pero ahora imagínate el Espacio de los Cielos de Dios infinitamente mayor, y el sinnúmero igualmente infinito de sus agrupaciones, los que a los mundos del espacio de la Creación material corresponden como cien mil veces cien mil mundos como esta Tierra -que es casi la más pequeña de todas-, los que hasta esta época ya pueden ser considerados como existentes. Cuántas clases de seres humanos aún se formarán de esta Tierra, esto sólo sabe Dios, pues Él tiene delante de Sí los números infinitos tan claramente como si se tratara de una unidad. Pero si de los seres humanos de esta Tierra en el gran Más Allá aún pueden ser formados incontables asociaciones, ¡¿cuanto más entonces de todos los mundos incontables, de los cuales muchos son tan grandes que ante ellos la Tierra apenas puede ser comparada con un grano de arena?!
4. Si examinas lo dicho, ¡entonces ya te quedará un poco más claro si en otros tiempos aun con un número infinito de verdaderos hijos de Dios ante el conjunto de todos los Cielos eternos e infinitos estos hijos verdaderos aumentarán demasiado o no! ¿Acaso te imaginas que para el gran Dios eterno un número limitado por tu sentido común resultaría eternamente suficiente? Cuenta tan sólo las criaturas de esta Tierra, ten en cuenta la fertilidad casi infinita en todas partes y la facultad de la reproducción de la plantas y de los animales, y de esto ya deducirás que con Dios todo abarca lo Infinito, ¡y nadie puede decir que esto es algo inútil!
5. Si Él no hubiese depositado tal capacidad en las plantas y en los animales, dentro de poco ya no tendríais pan, carne, leche, vino y fruta. Pero como el grano de trigo depositado en el suelo produce fruto centuplicado, siempre tenéis pan y todo lo demás de sobra. De modo que si Dios en todo surte efecto infinito conforme a su suma Sabiduría y su Omnipotencia infinita, ¿acaso alguien puede afirmar que la Creación eterna e infinita es algo inútil? Vuestras propias necesidades diarias para vuestro cuerpo prueban precisamente lo contrario, pues no podéis subsistir sin alimento... ¿Comprendes ahora por qué Dios continuamente crea tan infinitamente mucho?».
6. Sorprendido, a eso el fariseo respondió: «Sí, Señor y Maestro, esto ahora lo reconozco perfectamente y admiro tu profunda Sabiduría. Pero a pesar de todo tengo que pronunciar abiertamente mi opinión porque empiezo a tener vértigo ante la Grandiosidad y el Poder del Creador; pues sólo te pregunto todavía si Dios continuará creando eternamente, porque conforme a tus Palabras el proceso de la Creación evidentemente no tiene fin. - ¡Te ruego que me enciendes una Luz sobre esto, porque de lo contrario voy a marearme!».
7. Dije Yo: «Esto ya habrías podido deducirlo de la misma explicación que Yo te di... Si Dios es Eterno, por cierto también habrá hecho Creaciones desde eternidades; porque ¿qué sino esto Él iba a haber hecho antes de la época en la cual tú supones que Él haya creado este mundo, el Sol, la Luna y todas las estrellas, dado que Él eternamente era igualmente Perfecto?
8. En lo que se refiere al Espíritu, Dios es Eterno e Infinito. Todo surge de Él, consiste en Él y se halla en Él. Todo es Plenitud eternamente infinita de sus Pensamientos e Ideas - de lo más diminuto hasta lo más grandioso... Él piensa sus Ideas en la Luz más clara de su Seguridad en Sí mismo y quiere que se hagan realidad, ¡con lo que ya son lo que deben ser desde el principio original! Para esto Él luego deposita la chispa del germen de su Amor en los Pensamientos y en las Ideas -en cierto sentido extraídos de su propia Personalidad- y los anima para que luego existan como seres independientes. Pues mediante su Influencia continua y cada vez mayor los lleva al nivel más alto de la independencia indestructible.
9. Estos seres -como el Amor divino en ellos los guía y conserva- ellos mismos son llenos de Fuerza creadora, pues se reproducen a sí mismos y pueden multiplicarse en la Infinitud. Además, todo ser que surge de ellos -como los hijos de sus padres- no es solamente semejante al creador, sino también está dotado con las mismas facultades. facultades que tienen el objeto que el creador y lo creado -mediante el fácilmente posible aumento del Amor divino en sí mismo- finalmente puedan pasar de la materia a lo puramente espiritual y a la semejanza total a Dios - a pesar de su independencia individual, y eso eternamente...
10. Así los Pensamientos y las Ideas de Dios, una vez que estén proyectados afuera de Él, vuelven completamente a Él y entran en Él, pero ya no meramente tal como fueron proyectados sino sí, como seres totalmente vivos, autónomos claramente conscientes de sí mismos, los que luego pueden existir, actuar y crear como totalmente independientes de Dios; razón por la cual Yo dije a mis discípulos: “¡Sed perfectos como perfecto es vuestro Padre celestial!”(Mt 5,48).
11. Actualmente Yo obro cosas grandiosas ante vuestros ojos y oídos. Pero vosotros mismos realizaréis obras aún mayores en mi Nombre que es el Amor de Dios en vuestros corazones, sin el cual nadie puede realizar algo eficaz para la Vida Eterna, porque el Amor de Dios es la propia Vida indestructible tanto en Dios mismo como en cada ser surgido de Dios.
12. Pero todo que alguna vez estaba creado de manera terrenal, como tal también alguna vez tendrá un final, cuando por el perfeccionamiento del Amor divino en sí mismo poco a poco se haya transformado en lo puramente espiritual; de modo que tampoco esta Tierra existirá eternamente, sino también pasará sucesivamente al estado espiritual. Pero conforme el cálculo de esta época terráquea, para vuestro intelecto actual todavía tardará mucho hasta que el Fuego del Amor divino haya disuelto toda materia en su elemento espiritual original.
13. La disolución de un mundo se hará tal como la de cualquier otro ser terrestre, donde la muerte externa sobreviene poco a poco y se evidencia cada vez más. Cuando observas un árbol, verás como más y más se vuelve achacoso. Pues se envejece y se pudre, y quedan pocas ramas que todavía son sanas. Otras que se han quedado porosas poco a poco se caen del tronco. Con el tiempo también el tronco empieza a pudrirse y morir parcialmente, con lo que progresivamente todo el árbol resulta podrido y en sí muerto. Pero incluso un árbol en sí totalmente muerto lleva elementos espirituales de vida en sí. Por eso, cuando una tormenta lo ha tumbado, observáis una gran cantidad de musgo y otras hierbas que se forman en la corteza del tronco podrido. Además de esto, su interior es carcomido por gusanos, y una gran cantidad de insectos se alimentan de la sustancia del árbol muerto -mientras todavía haya- hasta que después de algunos cientos años ya no habrá rastro de todo el árbol.
14. Lo mismo, aunque sea en escala mucho mayor, sucederá con un mundo moribundo y finalmente ya muerto. Pero donde se muere un árbol, pronto en su lugar crecerá otro. Del mismo modo también perece un mundo, pero es substituido por uno o varios que acogen los elementos espirituales de vida restantes del antiguo mundo ya totalmente aniquilado, para su cuidado y su educación futuros. Así ves que lo de la auténtica Creación eternamente no tiene fin, porque Dios en su Amor y Sabiduría ilimitados nunca puede parar de Pensar, Querer y Amar.
15. ¡Yo diría que esto para cada uno ya debe ser sumamente fácil de entender! Pero para alguien que todavía lo encuentra demasiado difícil a comprender, a pesar de todo aún le voy a añadir: ¡Imagínate que con fuerza eternamente juvenil continúes viviendo en un mundo de manera inmortal! ¿Acaso intentarás alguna vez a dejar de pensar y de querer? ¿Acaso intentarás alguna vez a quedarte completamente inactivo? ¿O igual ya no quieras disfrutar? ¡Seguro que no, porque consta que cada vez quieras ser más activo, y te esforzarás más diligentemente para proporcionarte mayor prosperidad en la vida! Pues el Amor y la verdadera Vida del Amor mantienen el detalle que nunca se pueden parar, ¡de lo contrario, siempre tienen que estar activos, porque la Vida en sí es una actividad tras otra!
16. Por eso, ¡que nadie de vosotros se imagine que un tiempo venidero se encuentre en el Más Allá en un dulce reposo eternamente inactivo, porque esto sería precisamente la verdadera muerte del espíritu y del alma! Cuanto más espiritual resulte un ser humano en su interior, tanto más activo llega a ser. Si esto ya está comprobado claramente en este mundo, ¡cuanto más claro esto será el caso en el Más Allá donde no hay cuerpo pesado que refrenaría la actividad del alma! - Ahora habla tú, ¡a ver, si lo has comprendido bien!».
LA DILIGENCIA Y LA AUSTERIDAD
1. Respondió el fariseo, sobremanera admirado: «Señor y Maestro, sólo ahora reconozco que Tú debes estar colmado del Espíritu de Dios, porque para cosas como estas únicamente Dios puede transmitir a los seres humanos una verdadera Luz auténtica. ¿Qué pinta ahí el intelecto del hombre más sabio de esta Tierra - intelecto adquirido por experiencias en la observación de las formas exteriores de las cosas? ¿Qué es el pequeño ser humano limitado ante Dios? Por eso el ser humano de por sí nunca podrá desentrañar a Dios y tampoco su eterno modo de Reinar, surtir Efecto y de Crear.
2. Yo desearía que todo el Templo tan sólo fuese penetrado por esta Luz, ¡pero a causa de la testarudez general del Templo esto ni siquiera es imaginable! Sin embargo, nosotros que somos siete, a veces meditamos acerca de tales problemas, por supuesto más bien en contra que en favor. ¡Y lo difícil que nos resultaba abordar lo de esta Luz! Entonces, ¡lo difícil que esto les resultaría a nuestros colegas y co-sacerdotes, los que tal vez nunca habrán reflexionado sobre tales cosas, sino que más bien sólo estaban preocupados cómo podían llenar su estómago cada vez más! Oh, Señor y Maestro, ¡Tú sabes mejor que nadie lo que harás con el Templo y todos sus sacerdotes más que ofuscados! Cuando comparo esta Luz con esa ceguera cardenal del Templo, ¡me sube un verdadero horror! En el Templo, cualquier semejante nuestro pretende ser todo y ser sumamente grande, ¡pero lo infinitamente pequeño que se sentiría si entrase en esta Luz!
3. Oh David, lo cierto que has hablado cuando dijiste: “¡Todos los seres humanos son como nada ante Ti, Señor! ¡No os fiéis de la ayuda por parte de los seres humanos, porque de todos estos nadie os puede ayudar!”. - Cuánto todas las leyes y las instrucciones egoístas del Templo nos han servido, esto sólo ahora nos queda claro, y en adelante seguramente lo sabremos mejor... Señor y Maestro, ¡nunca nos abandones con tu Espíritu!».
4. Dije Yo: «El que permanece en la Doctrina, él también permanece en Mí y Yo permanezco en él. Pero el que abandona mi Doctrina abandonando la actividad conforme a ella, él también me abandona a Mí, pues la Vida no está en él. ¡Yo soy el verdadero Día de la Vida! El que prosigue en este Día no se atropellará, y el que trabaja en este Día, recogerá el justo Premio de la Vida.
5. Por el momento sabéis lo más importante, y aún tendréis suficientes ocasiones para llegar a saber todo lo demás. Pero simplemente el saber no aporta la bienaventuranza, ¡sino únicamente la actividad!
6. Pero existen dos maneras de actividad: una dedicada al mundo por egoísmo, y otra muy justificada dentro del mundo por verdadero amor a Dios y al prójimo. Mediante la primera forma de la actividad el hombre se busca el juicio y fácilmente la muerte eterna; pero mediante la segunda forma de actividad se gana el Amor y la Gracia de Dios, como también la Vida eterna del alma.
7. Con esto no quiero decir que el ser humano no debería cultivar la tierra con toda diligencia y que no se debería ser ahorrador, pues Yo mismo recomiendo a cada uno mucha aplicación y una economía justa. Todo esto se haga para obtener una provisión conveniente, para que en todo momento se pueda remediar la pobreza. Porque todo bien que alguien hace a un pobre en mi Nombre, Yo lo considero como hecho a Mí, con lo que Yo mismo le bendeciré acá y allá. Pero el que trabaja sólo para sí mismo y los suyos, y que no tiene escrúpulos en hacerse con bienes que no le corresponden, este no podrá contar con Bendiciones de mi Parte; y en el Más Allá no saldrá airoso ante mi Sede de Justicia, pues será expulsado a los calabozos en la oscuridad extrema. Allá habrá lloro y crujido de dientes, y será difícil que tal alma una vez llegara a la plena contemplación de Dios...
8. El que a partir de su economía egoísta pasa a la mera avaricia, ya acá es un auténtico demonio en figura humana que continuamente reacciona en contra del Espíritu de Dios -que es puro Amor- y por eso para siempre quedará excluido de la Bienaventuranza. Porque tan cierto como existe un Cielo, tan cierto también hay un infierno cuyo gusano nunca muere y cuyo fuego nunca se apagará. Pero aquel que por su propia voluntad va a parar ahí, nunca ya saldrá aun por su libre albedrío - lo que resulta en la muerte cierta y eterna del alma. Conmemorad esto y evitad a abandonaros en el egoísmo, en el amor propio, en la avaricia y en el orgullo mundano. Porque de todos los demás pecados el hombre consigue liberarse más fácilmente, menos los que acabo de nombrar.
9. Fijaos en Lázaro que ahora evidentemente es uno de los más ricos de toda Judea. Pero él no lo es para sí mismo, sino para muchos miles de pobres, los que con él siempre tienen algún trabajo justo. Por eso también es bendecido, y en el caso que muriera en lo que se refiere a su cuerpo físico, Yo aun le resucitaría para mucho tiempo en el beneficio de los necesitados. No verá ni palpará la muerte, pues en adelante estará libre a abandonar su cuerpo para integrarse en mi Reino, siempre abierto para él. De modo que en la Vivienda donde Yo habitaré eternamente, también él habitará eternamente.
10. Por ahí veis, que Yo no soy solamente Amigo de los pobres, sino sí, también de los ricos, cuando estos aplican su fortuna conforme a la Intención justa de Dios. Todo aquel que es rico, ¡que actúe así y él vivirá!».
11. Sumamente conmovido por amor a Mí, Lázaro dijo: «Señor, Padre bondadoso, ¿qué hago yo de bueno para merecer tanta Gracia. para que a mí -que soy un pobre pecador- me contemples con semejante Gracia?».
12. Dije Yo: «Ya sé qué y cómo actúas; ¡por eso no te admires si te elogio delante de tantas personas!
13. A otro rico que también alguna vez quería seguirme, pero que aun así quería mucho sus riquezas, Yo le dije: “Vende antes tus inmuebles y reparte tus ingresos entre los pobres. ¡Sólo después ven y sígueme!”. Pero como este hombre quería mucho sus bienes, en seguida se entristeció y se fue.
14. Pero a ti Yo te digo: Compra aún más bienes, porque lo que tú llamas propiedades tuyas prácticamente ya pertenece a los muchos necesitados que consumen la mayor parte de tus bienes.
15. Pero a un rico que aprecia sus riquezas demasiado por ellas y por él mismo, le digo que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino del Cielo (Mt 19,24).
16. Pero también entre los pobres hay los que acuden a los ricos bondadosos y los ruegan por una limosna; pero cuando han obtenido alguna la derrochan y, por colmo, a veces son muy ingratos ante su bienhechor. Aun así ningún bienhechor se escandalice por esto, porque cuantas menos gracias os den en este mundo, tanto mayor será vuestro premio en el Más Allá; pues precisamente así los bienhechores demuestran su semejanza con Dios, El que igualmente hace irradiar el Sol sobre buenos y malos.
17. Y os digo aún más: Haced el Bien a vuestros enemigos. orad por aquellos que os maldicen y bendecid a los que os odian y persiguen. y así lo más fácilmente acumulareis brasas encima de sus cabezas, modificando así su índole malvada hacia lo mejor y lo más noble. Prestad vuestro dinero superfluo a aquellos que no os pueden devolverlo con intereses, e invitad a la mesa a los que no pueden ofreceros lo mismo. y en el Cielo acumularéis grandes tesoros para vuestra alma.
18. Si a ti -tú que eres rico- alguien ya te ha acudido varias veces abusado de tu generosidad, ¡entonces adviértele con cariño, pero no le prives de tu amor! Si él mejora, entonces ya le habrás hecho una doble caridad; pero si no mejora, no te aflijas con él, porque al lado de la pobreza material también existe la espiritual, la que es mucho más lamentable que la física».
Este capítulo ha sido revisado con el original alemán.
1. (Continúa el Señor): «Aunque está escrito que se debe perdonar completamente siete veces a alguien ha hecho mal a uno, Yo os digo: ¡setenta y siete veces siete veces debéis perdonar a vuestro ofensor, antes de llevarlo ante el juez! Si incluso así no se arrepiente, ¡expulsadlo de la comunidad! Pero aquel que no cuenta cuántas veces ha sido ofendido, tampoco se le contará en el cielo cuántas veces ha pecado contra Dios.
2. Si alguien os pide hacerle un favor, entonces con alegría dadle aún más de lo que él os ha pedido. Si por ejemplo en el invierno alguien te pidiera un abrigo, dale uno dado que tienes varios y, además, dale aún una capa; y si alguien te pidiera compañía durante una hora para que le muestres un camino que que no conoce, entonces acompáñale durante dos horas, ¡para que le demuestres más amor que él había solicitado de ti! Lo que hayas dado a alguien de suplemento, en el Cielo todo te será recompensado diez, treinta o también cien veces...
3. Por cuanto más amor al prójimo necesitado alguien haga un bien, para él vendrá el día en que lo hecho le será recompensado de manera múltiple. Esto no lo olvidéis y actuad correspondientemente, y como verdaderos hijos de Dios tendréis la Vida eterna; pues cosecharéis eternamente los Tesoros inconmensurables de Dios. — Os digo: ¡Un Sol para todo aquel que lo poquito que tiene, por verdadero amor al prójimo lo haya compartido con el prójimo necesitado!».
4. A eso dijo el fariseo que ya tenía mucha fe: «Señor, ¿qué se debe hacer con tal sol?».
5. Respondí Yo: «¿Acaso nuestro Sol no es la lumbrera del día que calienta todo el orbe?, y con su luz y su calor, ¿no hace que en la Tierra todo crezca y se desarrolle? Pero si Yo digo: “Un Sol para aquel que cumple con mi Doctrina en todo”, entonces no me refiero a un sol material sino sí, a un Sol totalmente espiritual en el corazón del ser humano - lo que quiere decir que su alma es plenamente semejante a Dios. ¿Comprendes esto?
6. Y aún te digo más: Tales almas idénticas a Dios en otros tiempos venideros también recibirán el cargo de dirigir los soles naturales, lo que significa infinitamente mucho; pues así estas almas también estarán encargadas con la dirección de todos los planetas que giran alrededor de un sol. Y otros hijos de Dios aún más perfeccionados serán cargados con la responsabilidad sobre los soles centrales, por parte de los cuales los guías de pequeños soles planetarios en otras ocasiones en casos especiales van a recibir más orientación. Pero para llegar a esto, hace falta que tenga en su interior un Sol espiritual entero.
7. Todo lo que alcanza tu visión está conducido por los espíritus, pues Dios les ha dado la capacidad para esto. Y precisamente en esto consiste la bienaventuranza de cada espíritu: que pueda estar activo en el servicio a Dios dotado con toda Fuerza y todo Poder por parte de Dios.
8. Aquí en la Tierra todos vosotros sólo estáis colocados sobre algo ínfimo; pero el que cumple con esto fielmente, un día venidero en el Más Allá estará colocado sobre algo grande... Pero también os digo que nadie puede servir a Dios y a las riquezas al mismo tiempo; pues con medio servicio prestado ninguno se satisface (Mt. 6:24 y Lc. 16:9-11). ¿Comprendes esto?».
9. Respondió el fariseo: «¡Perfectamente, Señor! Pero resulta que yo a causa de mi posición actual y los demás fariseos hemos recaudado grandes riquezas. ¿Qué debo hacer con estas?».
10. Dije Yo: «De la manera como tú las has obtenido, de la misma manera también deberías repartir las riquezas entre los que las necesitan. Porque el que quiera llegar a ser verdaderamente Mi discípulo y seguidor lo conseguirá si quiere ser firme en ello, y en adelante él ya no tendrá que preocuparse por lo que va a comer o beber, y con qué se vestirá, ¡sino que sólo trate diligentemente a lograr el Reino del Cielo y de su Justicia! Todo lo demás que le haga falta para su Vida le será añadido; porque el Padre en el Cielo sabe muy bien las necesidades de cada uno de los Suyos. Ciertamente Él, que alimenta la hierba en el campo y que cuida del alimento y abrigo de los animales, tendrá mayor celo para con aquellos que caminan en su Amor y su Gracia; pues tal ser humano vale más que toda la flora y fauna de todo el mundo. ¿Comprendes esto?».
11. Respondió el fariseo, acompañado por sus seis colegas: «Sí, Señor, también nosotros comprendemos esto ahora, y también vamos a actuar como Tú nos lo aconsejaste sabiamente. Sólo que aquí en Jerusalén actualmente esto no resultará fácil. Pero llevaremos todo lo nuestro con nosotros y luego ya encontraremos ocasiones de sobra donde actuaremos de acuerdo con tu Consejo. Porque en todas partes la Tierra es de Dios, ¡y los seres humanos, con seguridad, no menos! — ¿Está bien así, Señor?».
12. Dije Yo: «Realmente no importa si es aquí o en otra parte que consideráis la pobreza. Pero allí en la mesa donde está sentada la mujer a la que hoy salvé de las garras libidinosas del Templo, una caridad sería muy necesaria. La mujer y su marido son muy pobres, como también los demás hombres que están sentados en la misma mesa. A estos dadles las cien libras perdidas en la apuesta, pero entregadlas a Lázaro, porque él como justo hermano Mío, sabrá cómo facilitar a aquellos pobres unas entradas modestas pero suficientes.
13. Dijeron los fariseos: «Señor, a Lázaro no le vamos a entregar solamente las cien libras, ¡sino vamos a darle mil libras, para que él con estas pueda obrar y actuar según tu Voluntad! Porque la Luz que recibimos de Ti vale infinitamente más, y tu Paciencia para con nosotros es eternamente impagable. Menos mal que todos nosotros no habitamos en el Templo, porque como nosotros mismos somos muy ricos podemos disponer de nuestras riquezas y posesiones privadas como nos dé la gana. El gran depósito hecho al sanedrín de todos modos está perdido; pues cuando nosotros como sacerdotes honoríficos también viajemos como misionarios, por parte del Templo a pesar de todo no podemos contar con la menor remuneración. Él, por su parte, nada tiene que reclamar de nosotros, porque ya tiene lo que le corresponde... De modo que aún esta noche vamos a entregar el importe a Lázaro. ¿Está bien así?».
14. A eso Yo dije: «Es completamente innecesario preguntarme aún más al respecto. Porque ya os quedará claro que habrá un mayor mérito para el que esté más dispuesto a ofrecer sacrificios con verdadero amor a Dios y al prójimo. Haced esto conforme a vuestra buena voluntad, y seréis recompensados».
15. A eso, los siete fariseos pidieron que varios hombres fuertes —que estaban sentados en la misma mesa en que estaba sentada la mujer— les ayudasen para portar el oro. Pero se levantaron todos los setenta y dos hombres juntos con los siete, y dentro de una hora trajeron las mil libras de oro pesado. Cuando todos se encontraron en la sala, conforme a Mi Consejo, depositaron el oro en cien sacos pesados delante los pies de Lázaro. Y Lázaro primero Me agradeció a Mí por considerarle digno de la Gracia de poder ayudar a los necesitados de esta manera; y sólo después también alabó a los siete por haber regresado, pues él se fijó que también estos Me habían reconocido en sus corazones.
16. Así también Me agradecieron los pobres, y uno de ellos dijo: «Señor, si también nosotros pudiéramos llegar a ser discípulo Tuyo, entonces prescindiríamos de este apoyo tan grandioso, pues vale más ser discípulo Tuyo que poseer todo el oro de todo el mundo. Porque aquellos de los cuales cuidas Tú, ¡estos están bien atendidos por toda la Eternidad!».
17. Dije Yo: «Por ahora, esta noche, el momento aún no es propicio para hablar de esto; entretanto, aún habrá oportunidad para eso porque dejaré Jerusalén sólo en siete días por cierto tiempo. Pero antes aconsejaos aún con Mis apóstoles acerca de las Normas principales de Mi Doctrina; y lo que todavía os falte, lo recibiréis oportunamente por intuición.
18. Por ahora a todos vosotros os digo: Como hoy tuve una cosecha tan abundante, esto también Me da una gran Alegría; por eso esta noche vamos a quedar despiertos, y aun así por la mañana cada uno de vosotros estará fortalecido como si hubiese descansado perfectamente por toda la noche. Aun así vamos a conversar sobre algunos detalles que os llevarán a un punto de vista más elevado acerca del reconocimiento de la Divinidad; porque lo principal para cada ser humano es descubrir y reconocer a Dios lo más profundamente posible.
19. Porque aquel que no reconoce a Dios correctamente, nunca podrá creer en Él, y mucho menos aún amarle más que nada, con lo que nunca podrá participar completamente del Espíritu divino. Porque a través de un conocimiento erróneo de Dios, debido al libre albedrío de los seres humanos, con el tiempo entre estos surge toda clase de engaños -engaños que luego se proliferan como una hidra que llega a tener mil cabezas- que convierte los seres humanos en siervos para ídolos, con lo que les bloquean la entrada a la Vida verdadera y eterna, de modo que luego como almas en el Más Allá les resultará muy difícil entrar en la Vida eterna. Porque lo que un alma acá puede lograr en un día para su perfección, en el Más Allá en general no lo consigue en varios miles de años terrestres. Mis antiguos apóstoles ya tienen muchos conocimientos considerables de Dios; pero vosotros, más novatos, todavía carecéis de ellos. Por eso voy a daros un apoyo».
20.Dijeron todos: «¡De nada nos prives, Señor, porque estamos ávidos por ello como hierba seca por la lluvia vivificante!».
21. Añadieron los romanos: «¡También nosotros lo deseamos, y eso tanto más, dado que somos principiantes en estos Conocimientos importantes!».
22. Dijo Pedro: «También a nosotros los antiguos apóstoles esto será de gran utilidad, ¡porque también nosotros aún no estamos firmes en este tema!».
23. Pregunté Yo: «¿Y qué dudas tenéis vosotros?».
1. Dijo Pedro: «Cuando Tú en el Jordán te dejaste bautizar por Juan el Bautista, se abrieron los Cielos y, en forma de una paloma luminosa, el Espíritu de Dios flotó sobre tu Cabeza; y desde los Cielos se oyó nítidamente las siguientes Palabras: “¡Este es mi Hijo Amado en Quien tengo mi Complacencia, a Él debéis escuchar!”(Mt 3,17). También en otra ocasión percibí exactamente las mismas Palabras, sólo que hasta hoy no nos hemos atrevido a pedirte una explicación detallada. Pero como ahora Tú mismo quieres llevarnos todos a un conocimiento aún más profundo acerca de Dios, yo diría que ha llegado el momento oportuno para que también nos des una Luz más detallada sobre esto - por supuesto, si fuera conforme a tu Agrado divino...
2. Porque hasta ahora, para nosotros, eres solamente el verdadero Hijo del Altísimo, pues sabemos de la boca de tu propia Madre que el arcángel Gabriel le había dicho: “¡Loada seas, porque fuiste escogida por Dios! ¡El Espíritu Santo te cubrirá y tendrás un Hijo a Quien llamarás ‘Hijo del Altísimo’! (Luc 1,35).
3. Ves Señor, sabemos todo esto y mucho más, y no podemos huir de la idea que en el Cielo debe existir un Dios-Padre sublime. ¡Tú eres indudablemente Hijo Suyo; y una tercera Entidad, idéntica a Dios y a Ti, evidentemente es el Espíritu Santo! - ¿Acaso estamos equivocados si también definimos nuestro principio de fe?».
4. Respondí Yo: «La hora para revelaros esto aún no ha llegado del todo, entretanto, ya no tardará mucho. Pero cuando me solicitasteis que os demostrase el Padre, Yo ya os he dicho repetidas veces: El que me ve a Mí, también ve al Padre, porque Yo y el Padre somos completamente Uno. El Padre está en Mí, y Yo estoy en Él. - ¿Cómo, pues, interpretasteis esto?».
5. Dijo Pedro: «El uno tanto como el otro, lo comprendimos de la siguiente manera: Tú eres constantemente penetrado por la plena Fuerza del Padre, mientras Tú aquí en esta Tierra la necesites, con lo que el Padre Eterno e Infinito también se halla en Ti. Tú eres su Perfecta Semejanza. Pero como el Padre siendo el Dios Infinito, Eterno y Todo-presente también está en tu contorno y sobre todo alrededor de ti Mismo, entonces también Tú debes hallarte en el Padre».
6. Dije Yo: «Pues bien. Pero entonces, ¿qué viene a ser el Espíritu Santo y qué es vuestro concepto de Él?».
7. Respondió Pedro: «Señor, todos nosotros no sabemos cómo interpretarle, a pesar de que Tú mismo afirmaste que a los seres humanos todos pecados pueden ser perdonados, ¡pero nunca un pecado contra el Espíritu Santo! Tú, evidentemente, no eres el Espíritu Santo, porque Tú dijiste que pecados contra el Hijo pueden ser redimidos. Tampoco el Padre Lo es, porque también pecados contra el Padre pueden ser perdonadas, y eso más fácilmente. Pues entonces, ¿Quién y Qué es el Espíritu Santo? Le vimos en la figura de una paloma luminosa. ¿Acaso se trata de una tercera Entidad divina, desde Adán oculta a la humanidad; o, acaso, el Espíritu Santo es Uno con el Padre o Contigo? ¿No puede ser posible que el Espíritu Santo sea más Santo que el Padre y Tú? ¡Y aun así afirmaste que pecados contra el Espíritu Santo nunca serán perdonados! ¡Por eso, sin ser consciente de él, el Espíritu Santo evidentemente debe ser lo más Santo de todos los Cielos!
8. Ahí ves que incluso nosotros, los antiguos apóstoles, carecemos mucho del puro reconocimiento de Dios, con lo que tenemos todos los motivos para alegrarnos si estás dispuesto a llevarnos a un reconocimiento aún más puro de Dios.
9. Con Moisés consta con rigor: “¡Yo, Jehová, soy Uno solo; y únicamente Yo soy vuestro Dios! ¡No debéis imaginar y proyectar otros dioses al lado de Mí!” (Ex 20,3) (Jén 35,2) (Jos 24,20) - ¡Pero ahora conforme a nuestros conceptos limitados aparecen tres, a pesar de que sólo debemos creer en un solo Dios! Acerca de esto, Señor, nos convendría recibir una Luz algo más clara, porque en esto nadie de nosotros está al tanto».
10. Dije Yo: «Debéis creer en un solo Dios Único, ¡porque eternamente nunca hubo ni habrá más Dioses!
11. La buena memoria nunca fue vuestro fuerte, porque ¡¿cómo podéis preguntarme por algo que en mejores ocasiones ya os había explicado frecuentemente?! Y aun así estáis todavía en dudas sobre lo principal. pues ya os había explicado hace tiempos que el punto principal de la Vida es el reconocimiento perfecto de Dios, porque sin este reconocimiento no hay una Vida verdadera sino únicamente una vida mecánica confusa, por lo que pronto os demostré Qué y Quién es Dios. - ¡Pero como vuestra memoria es tan flaca y corta.!».
12. Dijeron los discípulos: «Entonces, Señor, ¡fortifica nuestra memoria!».
13. Dije Yo: «Valdría más si pidierais: “Señor, ¡fortalece nuestra carne y nuestra voluntad”, porque la fuerza de la memoria siempre depende de aquella de la voluntad! Aunque vuestra alma tenga una buena voluntad, pero vuestra carne es flaca, por tanto también vuestra memoria, la que sólo se fortificará cuando Yo esparciré el Espíritu Divino sobre vosotros. - ¡Y ahora prestad la máxima atención!».
1. (El Señor:) «Lo que ahora oiréis, ¡de momento guardad silencio acerca de ello y no me reveléis antes del tiempo conveniente! Pero cuando para esto haya llegado el tiempo oportuno, esto, en vosotros mismos, ya os lo comunicará mi Espíritu, que es el Espíritu Santo en Sí.
2. El Padre, Yo como Hijo, y el Espíritu Santo, somos idénticos pero distinguibles desde toda eternidad.
3. El Padre en Mí es el Eterno Amor, y como tal es la Base original y la Sustancia principal de todas las cosas que llenan toda la eterna Infinitud.
4. Yo, como Hijo, soy la Luz y la Sabiduría que surge del Fuego del Amor eterno. Esta Luz poderosa es la Conciencia de sí mismo eternamente más perfecta de Dios, el más claro Conocimiento de sí mismo de Dios, y el Verbo Eterno en Dios, mediante el cual está hecho todo lo que surgió.
5. Para que todo esto pueda ser realizado, para esto hace falta la intervención de la Voluntad más poderosa de Dios, lo que es precisamente el Espíritu Santo en Dios, por el cual obras y seres obtienen su plena existencia. El Espíritu Santo es la gran Palabra pronunciada: “¡Hágase.!” (Gén 1,3). E instantáneamente tiene existencia lo que el Amor y la Sabiduría divinos determinaron.
6. Y ved, todo esto ahora se halla en Mí: el Amor, la Sabiduría y la Omnipotencia... De modo que no hay más que un solo Dios - El que soy Yo. y aquí sólo tomé cuerpo a fin de poder revelarme más detalladamente en la misma personalidad de vosotros los seres humanos de esta Tierra por Mí creados como vivo Retrato Mío a base de la Sustancia primaria de mi Amor - como ahora mismo es el caso...
7. Pero que vosotros en vuestro interior también lleváis el Retrato vivo de la misma Trinidad como Yo, esto en seguida os será demostrado con toda claridad:
8. Ved, cada ser humano incuba un amor, y en consecuencia de este también una voluntad; pues el amor en sí es un deseo y un anhelo, y precisamente en estos se orienta la voluntad. Esta peculiaridad existe también en todas las plantas y en los animales y, de cierto modo, igualmente en toda la demás materia.
9. Incluso el ser humano más rudo e inculto posee amor y voluntad. ¿Pero qué logra con estos? Él va solamente por la satisfacción de las necesidades más ínfimas y materiales, las que su amor rudo instintivamente transforma en su voluntad, de la cual la inteligencia no percibe más que una noción turbada. Fijaos en los efectos que surten tales personas, ¡¿acaso no son mucho peores que aquellos de los animales cuyo amor y sus inclinaciones están conducidos por insuflación de lo Alto?!
10. Pero otra cosa muy distinta sucede con el amor y su voluntad en el caso de aquellas personas cuyo intelecto ya ha llegado a ser una Luz muy clara: pues este intelecto luego dilucida el amor y su voluntad, y de este modo a toda la persona. Sólo entonces el Amor suministra los medios puros, la Luz o la Sabiduría los ordena, y la Voluntad los pone en obra. Pero como el hombre -por ser imagen viva de Dios- también incuba tal facultad, ¿acaso por eso él consiste en tres personas o en una sola?».
6. Respondieron todos, y sobre todo los antiguos apóstoles: «Te agradecemos, Señor, que una vez más nos hayas dado una explicación tan clara y comprensiva, porque no es siempre tu manera de hablar y enseñar con tanta claridad. Sólo ahora estamos perfectamente al tanto cómo hay que comprender lo de la Unidad de Dios; de modo que Tú eres perfectamente Dios, noción que repetidas veces ya nos imaginamos.
1. (Los discípulos:) «Señor, queda una sola cuestión más y ya estaremos bien al tanto...
2. Mira, Señor, ¡aparte de todas las Propiedades que Dios tiene, Él también es Infinito y por eso Omnipresente! ¿Cómo resulta esto compatible con tu caso, dado que Tú te encuentras corporalmente entre nosotros los seres humanos que somos personas completamente delimitadas?
3. Dije Yo: «Ved, mis antiguos apóstoles, ¡he aquí otra falta antigua de memoria de vuestra parte! ¿Acaso ya no os acordáis que cuando de Samaria nos fuimos a Galilea me presentasteis casi la misma pregunta? ¡¿Y acaso no os demostré mediante una señal en el Sol que mediante mi Voluntad a la vez estoy presente tanto allá como también aquí en la Tierra?!
¡¿Y aun así me preguntáis casi por la misma cosa?! Luego también os demostré lo mismo cerca de Cesarea de Filipo... en Cafarnaúm donde está el hospedero Mateo, cuando hice que la cueva profunda se llenase instantáneamente. y en Chotinodora, cuyo Lago era usado para rituales paganos... ¡¿Y con todo esto aún no comprendéis el Secreto del Reino de Dios y menos aún el Secreto de Dios mismo?!
4. Con mi Voluntad penetrada por el eterno Amor y por la Luz flamante de este que es la Sabiduría de Dios, ¡¿acaso ahí no se trata precisamente del Espíritu Santo que para vosotros es tan incomprensible, pero que por parte de Mí eternamente y continuamente está llenando toda la Infinitud?! A través de mi Yo, mi Yo soy, con lo que también por mi Ser y mi Vida, Yo estoy presente en todas partes de la misma manera como Yo actualmente estoy aquí entre vosotros sin intermediario. Todo esto a vosotros mis antiguos apóstoles ya os lo he demostrado varias veces, pero aun así lo olvidasteis - ¡A ver, si por esta vez os acordaréis de todo esto!
5. Yo no me quedaré para siempre con toda mi Naturaleza Primaria entre vosotros; y aun así seguiré siendo Él Mismo entre vosotros, es decir, entre todos aquellos que actuarán y vivirán fielmente conforme a mi Palabra, pues con estos me quedaré hasta el fin de los tiempos de esta Tierra.
6. Pues ahora, cuando haya llegado el tiempo, Yo también convertiré mi Naturaleza Humana totalmente en lo Divino Primario mío - aún en este mundo, y eso mediante grandes sufrimientos y humillaciones. Y luego ascenderé a mi Dios, El que está en Mí, y a vuestro Dios que ahora se encuentra entre vosotros y os transmite tal Verdad por su Boca».
7. Dijeron algunos: «Señor, nos gustaría más si continuaras eternamente entre nosotros; porque donde estás Tú, Señor, allí ya se encuentra el Cielo más sublime, ¡y eternamente nunca pediríamos alguno mejor!».
8. Dije Yo: «Ahí no se expresa vuestro espíritu, sino la carne, en la que vuestra alma todavía se halla profundamente soterrada.
9. Como la Vida puramente espiritual del alma en mi Reino os resulta todavía totalmente desconocida, por eso ciertamente ya os gustaría vivir eternamente aquí. Pero si supierais que en Mi Reino en un solo momento experimentaréis indescriptiblemente más bienaventuranzas que en mil años con un cuerpo más sano en esta Tierra, ¡entonces no hablaríais de esta manera! A vosotros mis antiguos apóstoles ya os he dado algunas nociones anticipadas - pero como vuestra memoria siempre resulta corta, lo mismo pasa también en este caso. Pero en este sentido ya no voy a daros más pruebas, porque en cuanto se derrame mi Espíritu sobre vosotros, ¡entonces Éste de todos modos ya os llevará a toda Sabiduría!».
10. Una vez que se manifestó Tomás, el más incrédulo de todos, pues dijo: «Señor, ¿por qué vimos el Espíritu Santo en forma de una paloma fogosa, y por qué oímos la Voz del Padre desde el Cielo abierto?».
11. Dije Yo: «Yo ya sabía que también tú ibas a formular una pregunta y no la recibo desfavorablemente, porque tú formas parte de aquellos que raras veces preguntan por algo.
12. Para vuestra comprensión limitada la paloma representa ante todo la gran Bondad de mi Voluntad y luego también la enorme habilidad de transmisión de esta, la que en Sí es el Espíritu Santo. Porque donde Yo con mi Voluntad debo surtir efecto, allí ya estoy presente con mi Voluntad en la distancia más infinita que sea, y actúo...
13. Lo que se refiere a la Voz como venidera de los Cielos, también esto fue solamente cosa de mi Espíritu, es decir, del Amor que surge de Mí y que llena al Espíritu colmándole, pues este Amor en todas partes está unido tan íntimamente con mi Voluntad como en mi propio Interior. El hecho que la Voz se haya manifestado como venidera desde lo Alto, sirve para indicar y enseñaros que todo lo Verdadero y todo lo Bueno primero desciende de lo Alto, parecido al ser humano que en su corazón sólo se purifica cuando el intelecto del ser humano iluminado por Dios ilumina así el corazón del hombre, lo que de esta manera se ennoblece verdaderamente.
14. Una vez que el corazón esté iluminado e incendiado por el verdadero Amor, sólo entonces en el ser humano empezarán a hacerse Luz y formarse Vida. Entonces también tu Amor empezará a manifestarse y te hablará: “¡La Luz en mi interior es mi hijo querido que me produce complacencia (Mt 3,17); a tal hijo querido en vosotros le debéis escuchar y hacerle caso, porque él os llamará la atención a todos vuestros deseos y vuestras pasiones!”. - Qué te parece, Tomás, ¿es así o no?».
15. Respondió el apóstol: «Señor, ¡¿cómo podría ser de otra manera?! ¡En Ti, Señor, se hallan el Amor y la Sabiduría más sublimes, con lo que a nosotros fácilmente puedes esclarecer todo detalladamente! ¡Y se supone que no sería inconveniente si también otros creyentes pronto comprendiesen esto como ahora nosotros!».
16. Dije Yo: «A aquellos que ante todo necesitan comprender estos grandes secretos, a estos ahora también he dado esta explicación del Secreto de Dios. En cuanto a los demás que aún no comprenden nada cuando se les habla de asuntos terráqueos y sobre lo del acá, ¿cómo iban a comprender y asimilar cosas tan profundamente espirituales como estas?
17. A niños corresponde otro alimento que a adultos maduros. ¡¿Cómo vas a hacer comprensible a alguien algo que ya es relativamente espiritual, si él la Tierra que le porta y alimenta no la conoce en absoluto y mucho menos aun todo lo que contiene el cielo estrellado?! Pero a vosotros Yo os orienté al respecto, a fin de que pudieseis tener una idea nítida de la Grandeza y del Orden sumamente sabio de Dios, facilitándoos la comprensión de cosas más elevadas y espirituales. Los otros que están aquí ya han hecho algunas experiencias dentro del mundo, con lo que tienen motivos para asimilar algo más sublime, para lo que los capacitó sobre todo su gran amor para Conmigo. De modo que a todos los capacitados Yo ahora les expliqué este gran Secreto. ¡Que todos los demás esperen hasta que como capacitados lo reciban de mi Espíritu!».
1. A eso también Lázaro tomó la palabra: «Señor, hace poco que en Betania también me explicaste muchos detalles sobre el cielo estrellado. Yo te había preguntado por los cometas tan temidos por el pueblo, sólo que evidentemente por razones sabias hasta ahora no has dado la respuesta. ¿Vas a concederme la Gracia de darme una pequeña Luz sobre esto?».
2. Dije Yo: «¡Con mucho gusto! Mira, tal como conforme a mi antiguo Orden Eterno no existe fruto en un árbol que madurase súbitamente, del mismo modo tampoco hay un sol central, un sol planetario, y tampoco una Tierra como esta que surgiesen de pronto, completamente habitados y cubiertos de toda clase de plantas y de árboles frutales. Porque todo se produce poco a poco, pues Dios no necesita apresurarse en lo que fuera, dado que tiene eternidades de sobra para todo - muy a pesar de que a Dios no le resultaría imposible crear un entero Sol, una entera Tierra o incontables astrosos de ambas especies en un solo momento.
3. De modo que un cometa es un sol en desarrollo muy lento que se forma de elementos de luz que se encuentran y concentran en el espacio infinito. Pues en el éter libre estos elementos de luz se concentran más y más - comenzando a pasar del elemento inicialmente espiritual al material, y después de eras inconcebibles para vosotros se forma un sol auténtico. Cuando este sol ha alcanzado la plena maduración, sólo entonces surgen de él planetas o Tierras idénticas a la nuestra, así como polluelos salen de los huevos. Sólo que inicialmente en general salen como aglomeraciones vaporosas, todavía con muy pocos componentes sólidos. La gran fuerza natural íntima de este sol expulsa estas masas al amplio espacio libre; y tan pronto que estas masas hayan alcanzado una distancia suficiente que corresponde a su tamaño y peso, entonces mediante la gran fuerza de atracción de este sol estas masas en cierto sentido recaen sobre el mismo sol.
4. Frecuentemente tal recaída tarda miles de años de esta Tierra. En tal período tal sol todavía muy primitivo, mediante los elementos de luz que se le presentan de todos los lados ya ha empezado a condensarse cada vez más. Frecuentemente, cuando el cometa volviendo de cualquier parte vuelve a aproximarse a nuestro Sol, entonces los seres humanos de esta Tierra como también los de otros mundos lo consideran como una estrella provista de una cola neblina luminosa. Aun así, debido a cierta fuerza repelente del Sol, el cometa nunca podrá volver a caer al Sol - pues ahí se trata de una fuerza repelente que -sobre todo en la cercanía del Sol- consiste en una irradiación de luz muy fuerte. Por eso, si tal cometa todavía es muy ligero y llega a la cercanía del Sol, entonces continúa moviéndose casi con la velocidad de la luz, porque recibe otro impulso muy fuerte y se pierde en las profundidades del espacio. Y una vez que haya llegado al límite extremo de su distancia, ya empezará a volver a una nueva recaída al Sol.
5. En esta Tierra, en un gran incendio, podéis tener un pequeño ejemplo de esto. Pues el fuego, el calor y la luz lanzan una gran cantidad de chispas ardientes muy alto al aire. Una vez que estas hayan llegado a una altura en que la fuerza de proyección del fuego ya no puede influir sobre ellas, entonces en seguida vuelven a caer con agilidad. Pero nada más acercarse al fuego, y en seguida vuelven a ser empujadas con violencia, con lo que las chispas repiten su camino anterior.
6. Todo esto se basa en el Eterno Orden Original de Dios y todo lo que forma parte de la Naturaleza tiene que someterse a estas Leyes. De modo que ahora también sabes lo que son los cometas y puedes hacer que lo comprendan personas inteligentes.
7. En cuanto a los cometas de los que se forman soles, estos nunca se aproximan a otro sol planetario; pues estos llegarán a flotar en profundidades del espacio para vosotros inconmensurables, pero en tiempos posteriores de vez en cuando serán descubiertos mediante ciertas “armas ópticas”, construidos por seres humanos muy eruditos. ¿Comprendes esto?».
8. Respondió Lázaro: «Señor y Maestro desde toda Eternidad, consta que en general comprendí tus Palabras; pero aun así estoy consciente de unas cuantas lagunas considerables donde no me aclaro».
9. Dije Yo: «A ver, ¿qué es lo que aún no comprendes?».
10. Dijo Lázaro: «Señor, lo que es un cometa ahora ya lo sé, ¿pero qué es su cola y qué significa? También nombraste que en una época posterior iba a haber científicos muy doctos que inventarán ciertas “armas ópticas” con las cuales en las grandes profundidades de tu Creación se descubrirá aquellos grandes cometas, de los cuales después de eones de años de esta Tierra van a formarse nuevos soles. ¿Qué de especial ocurrirá con estas armas, y de qué estarán elaboradas? ¿Qué especto tendrán y cómo habrá que servirse de ellas? ¡Ya tengo mucha curiosidad por saber de Ti más detalles de todo esto porque Tú seguramente sabes perfectamente lo que los sabios aún inventarán en diez mil años o más! De modo que si fuera conforme a tu santa Voluntad, ¡ya nos podrías encender una lucecita acerca de esto!».
11. Dije Yo: «¿Cómo no? Porque cuantos más conocimientos alguien tiene, tanto más fácilmente logrará una comprensión verdaderamente pura».
1. (El Señor:) «El propio Moisés fue un gran conocedor de todas las materias del saber humano. En Egipto no existía misterio oculto alguno en el cual él no hubiese sido puesto al corriente. Y también los antiguos egipcios poseían tales instrumentos ópticos, aunque estos aún no tenían la perfección que tendrán los futuros científicos nombrados; pues mediante estos instrumentos podían fácilmente descubrir los planetas y calcular sus trayectos, lo que su zodíaco en Diathira58 hoy día aprueba lo más evidentemente. Consta que la ciencia pura y absoluta estaba en manos de la casta sacerdotal, mientras que el pueblo simple tenía que conformarse con lo que los sacerdotes estaban dispuestos a transmitirle.
2. Pero Moisés, parecido a un príncipe en la corte real, estaba iniciado en todo sin que con esto vacilara en la fe de Israel, adquirida por su madre que en la corte era su nodriza. Así Moisés podía lograr lo más pronto posible el conocimiento puro de Dios, porque todo su intelecto ya había disfrutado de una formación previa, pura y equilibrada.
3. Por eso Yo también os digo que un conocimiento puro y bien fundamentado de toda la Tierra -a ser posible en todas sus partes y en su movimiento, su tamaño bien conmensurado y, además de esto, en el conocimiento del cielo estrellado en todas sus propiedades- para una índole pura puede servir perfectamente para llegar al conocimiento verdadero e integral de Dios, sin el cual los seres humanos no pueden contar con una verdadera Bienaventuranza. Porque únicamente llegan a Dios aquellos que Le conocen verdaderamente, pues de cierto modo ya están con Dios; pero los que no Le conocen, tampoco pueden llegar a Él porque no Le reconocen, pues no se encuentran con Dios...
4. Acercarse a Dios quiere decir ya encontrarse con Él mediante el conocimiento puro y el amor puro, porque sin el conocimiento puro y verdadero nadie puede amar a Dios verdaderamente.
5. ¿Para qué sirve a tu alma si crees en un Dios existente en cualquier parte detrás de todas las estrellas, y si también crees que desde allá -como desde un Centro eterno- mediante su Omnipotencia todo oye y ve. que todo crea, conserva y gobierna. y que así mediante su Poder penetra todo y se halla presente en todas partes? Aun así no conoces a Dios en absoluto, ¡y en tu ánimo te hallas aún mucho más lejano de Él de lo infinitamente lejano que tú te Lo imaginas! De modo que tú por semejante conocimiento nebuloso de Dios seguramente estás todavía muy lejos de Él, con lo que es imposible que puedas amarle, pues apenas podrás tener un presentimiento vago de Él y cierto respecto ante Él...
6. Si en la cercanía de algún joven maduro para casarse había varias chicas que le encantaban y de las cuales podría amar una de todo corazón, ¿qué os respondería este joven si le dijerais: “Esta joven no es la que te corresponde como esposa, porque en la parte más lejana del mundo hay una novia para ti; ¡en ésta enamórate, pues viaja allí y cásate con ella!?”. Seguro que este joven os preguntaría: “¿Pero dónde está esto? ¿En el levante o en el poniente, en el mediodía o en la medianoche?”. Y seguro que conforme a la verdad no podríais decirle sino: “¡Esto ni nosotros mismos lo sabemos! Ya será en alguna parte, ¡pues ama y búscala!”. ¿Acaso pensáis que este joven alguna vez iba a enamorase de una virgen tan distante o que os permitiese que le tomaseis el pelo y que buscara esa virgen en los cuatro puntos cardinales del mundo? ¡Pues consta que él se cuidará de eso! Y prácticamente lo mismo sucederá con el amor a un Dios completamente desconocido e infinitamente distante.
7. ¿Qué es la consecuencia? Como los seres humanos no pueden reconocer un Dios demasiado lejano y desconocido, y menos aún pueden amarle, los hombres inventan sus propios dioses -más cercanos- dedicándoles respeto, amor y veneración, e incluso les dan toda clase de ofrendas. Aun así al Dios verdadero construyen un templo vacío, en el cual sólo debe entrar muy poca luz - un templo que está consagrado al Dios desconocido. Los romanos de ello crearon al dios de la providencia, el que domina incluso a todos los dioses de ellos mismos. De esto se reconoce con suficiente claridad adónde con el tiempo un mal conocimiento de Dios lleva a los seres humanos.
8. Como Yo -el Jehová siempre considerado tan lejano- actualmente Me hallo tan cerca de vosotros los seres humanos, con mucho gusto os explico aquello que a vosotros y vuestra descendencia os puede llevar al verdadero conocimiento de Dios y al amor más fiel a Él. De modo que en pocas Palabras te responderé las dos preguntas que me hiciste.
58. Ciudad en el antiguo Egipto donde actuaron los expertos en instrumentos ópticos.
11. Mira. El cometa que te he mencionado, a una gran distancia del Sol no tiene una cola sino solamente una neblina alrededor de su núcleo. Sólo cuando llega a la cercanía del Sol, entonces su cola se forma debido a la gran velocidad del cometa. Porque a causa de esta gran velocidad -la que en el caso de muchos cometas parecidos es tan extraordinaria que en la proximidad del Sol cruzan un camino espacial de ochenta, noventa y hasta cien mil horas en pocos instantes- la neblina etérea luminosa tan ligera no puede cruzar el espacio con semejante habilidad como evidentemente la tiene el núcleo del cometa mucho más pesado, y también la neblina luminosa que toca y rodea el núcleo directamente, con lo que en la cercanía del núcleo la neblina ya es más densa y más pesada... Pues ahí -en gran escala- acontecería casi lo mismo si tú preparases un trozo de madera que arde mucho y que echa mucho humo: al lanzar esta madera por el aire tan lejos como posible, verías que el humo por ser sustancia muy ligera sigue detrás de la madera encendida, formando así una cola de cometa.
10. Por supuesto, este aire atmosférico es mucho más espeso que el éter puro. Sin embargo, para una velocidad tan enorme también el éter ya resulta determinante, porque también este todavía forma parte de espacio y tiempo, de modo que es cosa material. eso muy a pesar de que sus elementos básicos comparados con los condensados de un mundo terrestre casi no tienen peso. Algo parecido sucede con este aire terrestre que en sí ya es un cuerpo de peso -porque de lo contrario una borrasca no podría arrancar del suelo los árboles más pesados- pero aun así debajo del agua pesa prácticamente nada en absoluto.
11. Como el éter de por sí también es cosa material, a través de su velocidad extrema también puede transformar la neblina de un cometa en una cola y arrastrarla. ¿Comprendéis esto?».
12. Lázaro y todos los demás respondieron: «Sí, Señor, nuestro amor único, ¡esto es claro como el Sol! Pues cuando estas cosas están explicadas con tanta claridad, ¡entonces pueden ser comprendidas incluso por los niños! - Por cierto, ¿también nuestra Tierra habrá sido un cometa?».
13. Dije Yo: «Por supuesto, aunque no haya sido expelido precisamente por este Sol sino por uno mucho mayor... Pero esto no importa porque también los propios Soles centrales Primordiales expulsan tales cometas que son tierras en evolución, y eso con tanta más violencia, porque los expulsan al espacio inconmensurable donde estos luego se acercan a los pequeños soles planetarios que los atraen, los mantienen y los cuidan como hijos propios, cultivándolos para que lleguen a ser auténticos cuerpos terrestres.
14. Como esto ahora lo sabéis, conforme el deseo de Lázaro vamos aún a dar un vistazo a lo de las armas ópticas que habrá en el futuro. Aunque esta explicación resultará un tanto difícil, ya veremos hasta qué punto llegaremos».
1. (El Señor:) «Ved, los antiguos egipcios sabían elaborar una especie de espejos con la que captaban los rayos solares... Todos los rayos que cayeron a la gran superficie perfectamente cóncava de tal espejo, en una distancia de 50 a 100 veces el tamaño de un hombre, este espejo los concentró en un punto que desprendía tanta luz que era imposible observarlo; pues allí los rayos de luz concentrados produjeron un calor tan tremendo que ante este el acero incandescente apenas contaría como agua fresca. La consecuencia totalmente natural de esto era que el objeto al cual el punto incandescente estaba dirigido instantáneamente enardecía desastrosamente -conforme vosotros ya habréis oído hablar frecuentemente, y sobre todo los griegos y romanos...
2. ¿Cómo fue esto posible. ? Pues tal espejo cóncavo recibe una gran cantidad de rayos y los descarga en una superficie mucho inferior, mientras que un espejo plano los descarga tal como llegaron a su superficie.
3. Si alguien se mira en un espejo plano, entonces se ve tan grande como es en la realidad. Pero si se pone ante tal espejo cóncavo comentado, se verá como gigante».
4. Dijo un romano: «Esto ya lo sé de propia experiencia, porque vi tal espejo en Menfis. Estaba hecho de una especie de mármol negro muy duro y tenía un diámetro de más de dos veces la altura de un hombre. La superficie en parte ya había perdido un poco su brillo, pero aun así todavía produjo un buen reflejo; y cuando uno se colocaba delante del espejo, uno se vio reproducido en un tamaño gigantesco. - Somos varios que hemos hecho esta experiencia.
5. También en Roma existen varias personas que fabrican vidrio y luego lo funden en diversas formas. Entre estas también hay las que en ambos lados están un poco redondeadas de forma lenticular, y con estas luego se puede encender con facilidad la yesca59 como la hay en Iliria, o alguna paja muy seca. También las vestalitas60 tienen la costumbre de encender sus lámparas con tal fuego solar cuando les conviene. Cuando se observa un objeto no muy grande a través de tal lente, entonces este parece ser mucho más grande de lo que es en realidad».
6. Dije Yo: «¡Pues ya hemos llegado al tema de las armas ópticas! Tal espejo o tal vidrio -por supuesto con extrema pureza matemática- entonces en parte ya es un arma óptica.
7. Cuando por la influencia de mi Espíritu los seres humanos posteriormente sabrán fabricar tales espejos y vidrios de diversos tamaños y de diversa distancia focal, entonces también pronto tendrán aquellas armas ópticas antes nombradas, con las cuales podrán penetrar y explorar el cielo estrellado; y descubrirán muchas cosas que hasta entonces les resultarán desconocidas, sobre todo a la mayoría de los judíos...
8. Yo haré que los seres humanos posteriormente inventen esto y muchas otras cosas para que todo esto sirva para suprimir y aniquilar totalmente a los falsos profetas que con gran poder y magnificencia mundana exclamaran: “¡Ved, aquí está el Cristo!”; o: “¡Ahí está Él!”; ¡pero entonces no les escuchéis sino huidlos como a la peste! No les deis crédito y huid de ellos como si fuesen la peste! Porque todo lo que inspirarán y predicarán en las escuelas y en los templos será mera mentira, provocando la mayor aflicción entre los seres humanos como nunca la hubo antes en el mundo. Pues habrá mucho pueblo que les sigue a causa de las falsas señales y los falsos milagros que presentan de la manera como los esenios y los magos hindúes.
9. Por eso, primero, despertaré entre los seres humanos la noción de la verdadera ciencia y de muchas clases de arte, y sólo después el Espíritu purísimo de las Verdades celestiales. Entonces todos los falsos profetas y su cabecilla comenzarán a gemir y llorar, afligiendo y condenando al infierno todos aquellos que les girarán eternamente las espaldas. Pero con todo esto los falsos profetas nada adelantarán, porque ante la Verdad la mentira encontrará eternamente su ruina - como el hielo que quiere representar la solidez de una piedra, pero en la luz del Sol siempre se derrite, con lo que con la dureza y la solidez del hierro hay gato encerrado...
10. Muy al norte de esta Tierra donde hace mucho frío, en el invierno los escitas construyen sus cabañas de refugio de hielo. ¿Pero qué pasará con estas cabañas cuando allí se presente el verano que, a pesar de ser muy corto, es muy caluroso? ¡Dentro de pocos días sus hogares se derretirán! Y lo mismo acontecerá en tal época venidera a los grandes palacios de los falsos profetas; pues, antes de que estos se hayan dado cuenta de lo que estaba sucediendo, ¡sus hogares de lujo ya se habrán derrumbado! - ¿Me entendisteis?».
59. Materia muy seca y preparada de suerte que cualquier chispa prenda en ella.
60. Doncellas romanas consagradas a la diosa Vesta.
1. Dijo Lázaro: «Pero Señor, no es imaginable que esta Doctrina Tuya jamás podría ser mutilada, porque tal como la recibimos de Ti, también la comunicaremos a nuestra descendencia, ¡pues nada se quitará ni tampoco se añadirá! Como sabemos escribir, también anotaremos fielmente todo lo que acabamos de oír y ver de Ti, de modo que todos los nuestros cumplirán concienzudamente con todo, punto por punto. Siendo así, ¡no me explico cómo podrían introducirse profetas falsos!».
2. Dije Yo: «Igual que tú ahora hablas, en los tiempos de Moisés también hablaban sus adeptos principales. eso cuando también Yo -lo creas o no- promulgué las Leyes en el Monte Sinaí. La Legislación duró más que siete años -como seguramente todavía sabéis- y luego durante unos treintitres años quedó más bien en secreto y no evidente para cada uno, ¡y ya en los primeros siete años fundieron el becerro de oro y lo adoraron! - Ves, ¡así son los seres humanos!
3. Yo concuerdo contigo que con vosotros y vuestros pocos descendientes mi Doctrina será mantenida pura durante mucho tiempo, ¡pero por general todo tendrá un aspecto diferente!
4. Donde sea que en el mundo suceda algo grande o algo extraordinario, pronto esto será explotado por gente perezosa que se sirve de su intelecto codicioso y aprovecha de ello, transformándolo en una fuente de lucro mundano - lo que es verdad como la verdad misma. Para evitar tales abusos, Yo sólo tendría que enviar al mundo ángeles exterminadores que anticipadamente aniquilasen tales seres; pero en virtud de la libre voluntad del ser humano esto no puede ser, igual que tampoco puede ser que de un golpe se destruyera toda la maleza de un trigal, porque finalmente incluso la mala hierba resulta en un fertilizante para el trigal.
5. Pero como la mala hierba está admitida en el trigal, también se admiten esos abusos, entretanto sin dejar de lado el castigo posterior. - Ved, ¡esto por consiguiente no es totalmente evitable!
6. Por eso os digo que todos aquellos que ahora reciben lo Puro de Mí y posteriormente de vosotros, ¡que siempre deben mantenerse en alerta para que no también caigan en tentación; porque el espíritu del mal husmea por el mundo como un león hambriento que procura tragarse todas las almas nobles y puras! ¡Por esto tened cuidado con los falsos profetas! - ¡He aquí todo lo que Yo os puedo decir y hacer al respecto de ellos!».
7. Preguntó Pedro: «Señor, caso que surgieran aún en nuestros días, ¿cómo los reconoceríamos?».
8. Respondí Yo: «¡Por sus resultados! Porque zarzas espinosas no producen higos, y cardos no dan uvas... En mi Doctrina Yo soy la única Puerta para el establo de ovejas; el que por otra parte irrumpe en él, él es un ladrón. Únicamente Yo soy la Puerta justa, el Camino, la Luz, la Verdad y la Vida. De modo que aquel que quiera venir a Mí, él tendrá que pasar por Mí, en Mí, en mi Camino y en mi Luz que es la Verdad eterna e inmutable en Dios.
9. Todo trabajador dispuesto merece su pago justo; pero un mercenario que acepta que le pagasen un trabajo en lugar de a otro a quién corresponde hacerlo, ¡este raras veces merecerá su recompensa! Pues este trabajará apenas aparentemente, y eso sólo por el dinero; pero el patrón será mal atendido... ¡Así y aun peores serán los doctrinadores y profetas falsos! Su móvil principal -como ahora con los fariseos- será el dinero. Por eso enseñarán y profetizarán cosas estúpidas y falsas. engañarán la humanidad físicamente y sobre todo espiritualmente. embargarán los bienes de huérfanos y viudas, en cambio garantizándoles el Cielo. y finalmente a aquellos que se atienen a la pura Verdad los perseguirán como herejes con fuego y espada. Y de sí mismos dirán con énfasis: “¡Nosotros somos los verdaderos seguidores de Cristo, el Hijo de Dios!”. Yo ahora os aviso de esto, a fin de que vosotros y vuestros seguidores auténticos de antemano sepáis, qué actitud debéis tomar cuando esto suceda - lo que en parte ya ha sobrevenido».
10. Dijo Pedro: «Señor, ¿cómo iba esto a ser posible, ahora ya?».
11. Respondí Yo: «¡Muy fácilmente! ¡Pues cuántas veces Yo ya he doctrinado ante un gran pueblo, donde no siempre había personas que asistieron por la salvación de sus almas, sino sí, por el bien de su monedero! Algo experimentaron ellas mismas, algo les contaron otras personas, y la mayor parte inventaron ellas mismas, acumulando mentiras y más mentiras. Luego emprendieron viajes a todas regiones, haciéndose pasar por enviados de Mí, con lo que ganaron mucho dinero. - ¿Qué me decís a esto?».
12. Dijeron Pedro y Juan: «Señor, ¿acaso no tienes rayos y truenos para vilipendiadores como estos?».
13.- Dije Yo: «¡Vaya, gracia! ¿Acaso vosotros sois hijos del trueno o sois hijos de Dios? El rayo donde caiga destruye; pero los hijos de Dios tienen otras armas, que son: paciencia, mansedumbre y amor...
14. Aun así estos seres humanos son convencidos que con esto hacen un favor bienvenido a Dios... Con gente como esta aún tendréis muchas veces la oportunidad de encontraros, y en muchos casos incluso se convertirán. Pero si ya los liquidásemos inmediatamente con rayos de las nubes, ¿acaso aún podríais convertirlos? ¡Por esto conviene no precipitarse con lo de los rayos!
15. ¡La Verdad es el mejor Rayo contra tales doctrinadores y profetas falsos! Os resultará más fácil secar todos los mares de la Tierra que levantar barreras contra la avalancha de la Verdad. Con mi Ayuda podréis hacer todo, pero sin Mí jamás alguien podrá realizar algo. ¡Porque Yo soy la Verdad, la Luz y la Vida! - ¿Entendéis esto?».
LOS PRIMEROS SERÁN LOS ÚLTIMOS. ADVERTENCIA ANTE LOS CELOS Y LA ALTANERÍA
1. Dijo Felipe: «Señor, si siempre te quedaras con nosotros tal como ahora, entonces todo saldría bien; pero conforme a tus frecuentes anunciaciones sólo te quedarás poco tiempo entre nosotros, con lo que después todo ya no será tan eficaz como ahora que visiblemente estás y surtes efecto entre nosotros».
2. Dije Yo: «Consta que físicamente os dejaré detrás -eso con el Ser de mi Personalidad-, porque esto debe acontecer así para que Yo para vosotros como también para todos que mediante vosotros van a creer en Mí prepare una Morada Eterna en la que seréis sumamente bienaventurados. Pero con mi Espíritu que colma la Infinitud, Yo me quedaré con vosotros hasta el fin del mundo, y esto de manera aún más eficaz que ahora. Y vosotros realizaréis cosas más sublimes que Yo mismo ahora realizo...
3. Todo aquel en quien permanece mi Doctrina -esto es, mi Luz, de modo que también la eterna Verdad-, en él también permanecerán mi Fuerza y mi Poder. Entonces, ¿qué más podéis querer?».
4. Respondió Felipe: «A Ti mismo, ¡porque te amamos más que a nada!».
5. Dije Yo: «¡También esto os será concedido totalmente; pues de veras Yo os digo: donde sea que dos o tres estuvieren reunidos en mi Nombre, allí también Yo estaré en medio de ellos, y eso visible o perceptiblemente en Espíritu - lo que no deja de ser Individualidad Mía!
6. En los tiempos futuros, cuando los seres humanos estén más y más versados en toda clase de ciencias y artes que ahora, entonces Yo apareceré muy raras veces visiblemente entre ellos, pero tanto más concisamente surtiré Efecto mediante mi Espíritu. Y Yo os digo que estos seres humanos serán aun más bienaventurados porque lo que vosotros ahora veis, ellos no lo verán sino tendrán plena fe en ello y vivirán de acuerdo. Vosotros me amáis porque me veis, pero los de los tiempos venideros me amarán sin jamás haberme visto - ¡y lo mucho que luego me amarán cuando me vean en mi Reino! Por esto ya os presenté una vez una imagen donde constaba: “Y así, fácilmente los primeros serán los últimos, y los últimos llegarán a ser los primeros” (Mt 19,30). Porque de veras: vale más ver nada y aun así creer y vivir conforme la fe, en vez de ver todo y sólo después tener fe y vivir conforme esta. - ¿Acaso no sois todos de la misma opinión?».
7. Dijo Lázaro: «¡Consta que sí! Porque ver nada y aun así creer firmemente, ¡esto evidentemente tiene más mérito que ver las muchas señales y oír las muchas alocuciones y enseñanzas emitidas por la Boca puramente Divina, que con un Poder irresistible obligan a tener fe - la que más tarde también obtendrán! El que tiene la fe más débil en Ti, Señor, si a pesar de todo actúa concienzudamente conforme a esta, él evidentemente merecerá el Cielo excelso, pero a los que son como nosotros que tenemos una fe muy firme, sólo corresponde el Cielo más ínfimo. Bueno, ¡por lo menos a mí esto me ha quedado claro!».
8. A eso dijo el apóstol Andrés: «¡A mí aún no! ¿Acaso es nuestra culpa que precisamente ahora estamos en este mundo? En el principio de esta época crítica tendremos que aguantar muchas tribulaciones, ¿y por eso, sin culpa nuestra, vamos a ser los últimos? ¡Esto suena un poco extraño!».
9. Dije Yo: «¡Esto sólo suena extraño para alguien que aún no entiende mis Palabras! ¡¿Qué importancia tiene si aquellas personas son consideradas como vosotros que sois de los primeros, y a vosotros mismos no os consideran por más que por los últimos?! O cuando tú un día venidero estarás bienaventurado en mis Cielos, ¿acaso te encontrarías menos feliz si el último fuera tan feliz como tú? ¡Menudo ignorante que todavía eres!
10. Yo os digo que en la Tierra desgraciadamente existen los celos, pero en el Cielo estos ya no existen porque un celoso allá eternamente nunca tiene acceso.
11. En el Cielo únicamente será primero y mayor aquel que él mismo se considera ser el ínfimo y menos significante; pues vuestra gloria debe consistir en que todos vosotros en vuestra índole consigáis a ser como los niños. El que en su índole no consigue a ser como los niños, él no tendrá acceso al Reino de Dios, porque el camino para el Cielo es estrecho y cubierto de mucha clase de espinos. El mayor obstáculo espinoso es y sigue siendo la altanería y toda una legión de sus variantes.
12. Por eso cada uno debe tener cuidado de la ambición, por ser esta la causa de la envidia y del egoísmo. Y al final, cuando el egoísmo encuentra su satisfacción, entonces la ambición se colma del orgullo que tiene su origen en el infierno... Apóstol mío, ¿me has comprendido?».
13. Respondió Andrés: «Pues sí, Señor, ¡y te agradezco fervientemente esta Enseñanza tan salubre!».
14. Dije Yo: «Bueno, ¡así todo ha quedado bastante bien; y todo aquel que actuará conformemente, él adquirirá la Vida eterna!».
1.A eso el romano se aproximó aA eso el romano se aproximó a Mí y dijo: «Señor y Maestro, estoy completamente convencido que de toda la Infinitud te está conocido todo desde lo mayor hasta lo más ínfimo, y no hay quién me podría quitar esta convicción para mí tan beatificante. Pero repetidas veces fue abordado el tema del “infierno”, ¡y tengo que confesar francamente que no tengo la menor idea a qué atenerme con él! ¿Acaso se trata de un lugar tenebroso y triste, donde los malhechores por sus pecados son martirizados eternamente? ¿O acaso estos martirios -a juzgar por tu Amor y Bondad eternos- sólo son medios extremos para finalmente después de tiempos inimaginables reconducir incluso los espíritus más perversos al Conocimiento verdadero? - ¿Dónde pues se halla este lugar tan desgraciado y qué aspecto tiene?».
2. Dije Yo: «Apreciado amigo, de esto puedes recibir informaciones precisas por parte de mis antiguos apóstoles, porque a estos les demostré todo detalladamente. Pero aparte de esto todavía existen otros factores en el Amor y la Sabiduría de Dios, que, aunque Yo te los explicara ahora, actualmente resultarían incomprensibles para tu intelecto. Además, el infierno y el Cielo no representan lugares determinados, porque ambos son una función de las condiciones psíquicas de las personas.
3. Por eso un ángel y un diablo más malvado pueden estar bien juntos el uno al lado del otro, de pie o sentados, y aun así espiritualmente están infinitamente distantes el uno del otro. Pues el ángel a pesar de que físicamente se halle tan cerca del diablo sin ser importunado por parte de este, se encuentra muy a gusto en el Cielo. Del mismo modo el diablo que se halla en el infierno no tiene la menor noción de la presencia del ángel. - Sólo que esto actualmente te resultará difícil comprenderlo, porque las condiciones espirituales son distintas de las de este mundo material.
4. Pero para un observador atento, también aquí existen situaciones que corresponden a las del Más Allá. Por ejemplo, a un hombre que íntimamente es tu peor enemigo -el que día y noche cavila cómo puede perjudicarte de la manera más sensible-, a este puedes resultar físicamente cerca y psíquicamente lejos. Él no aguanta ver que tú ocupas una posición relevante porque desea ocuparla él mismo. Pero como mundanamente es muy astuto, sabe ocultar su postura ante ti, de modo que tú ni sospechas lo más mínimo de algo parecido. Cuando te acercas a él, te tratará con mucha deferencia y atención; pues te tributará todo honor, mientras que en realidad, si no hubiese un código penal tan riguroso, en seguida habría tenido ganas de aniquilarte. Pero él mismo se dijo: “¡Tú, actualmente, te encuentras en lo alto, mientras que yo todavía me hallo profundamente abajo! De modo que tú aún tendrás que ayudarme para la subida, y una vez que yo haya conseguido esto, ¡ya habrá manera de arrojarte al abismo!”. Ves, ¡ahí ya se trata de un diablo auténtico que con el cuerpo y el alma ya se halla en el infierno, mientras que tú como hombre honesto y prudente ya te hallas en el Cielo!
5. Cuando tú y tu compañero malvado os encontráis en el mismo lugar, entonces en el sentido material el Cielo y el infierno se hallan el uno al lado del otro. Y aun así el infierno no puede perjudicarte, porque entre ambos la Ley forma una barrera brusca e inviolable. Y lo enorme que es la diferencia entre vuestro estado moral. y lo lejanos que se encuentran el uno del otro .
6. Aquí tienes un cuadro del Cielo y del infierno, ¡lo distantes que estos son el uno del otro! Y ahora aún te daré un ejemplo cómo el infierno es constituido en sí. ¡De modo que pon atención!
7. Imagínate dos reyes vecinos muy orgullosos y despóticos. Aparentemente mantienen una buena amistad. Pues cuando se visitan se superan en amabilidades, se abrazan y se besan. Pero íntimamente cada uno de ellos piensa: “¡Bueno, si yo tan pronto como posible tan sólo pudiera verte en el suelo pisoteado como un gusano!”. Pues cada uno de ellos espera una ocasión digna y favorable para él, para aniquilar a su vecino tan odiado. De todos modos cada uno que tiene ganas de entrar en guerra con su vecino, pronto él encontrará una razón para iniciarla. Con pocas palabras: Pronto ambos se asaltarán con una guerra, el más fuerte gana al menos fuerte, y a este no queda otra solución que la huida.
8. Cuando el perdedor tan sólo ha salvado su pellejo, él se dirige a un tercer vecino aún más poderoso. le cuenta su desgracia, le descubre detalladamente su ex-amigo y le propone cómo él mismo encabezando un ataque contra el ex-amigo, con facilidad podría vencerle. A eso mediante un buen sueldo reclutan esbirros, y de repente asaltan al antiguo vencedor antes de que este se lo sospechara, pues le roban sus bienes y sus tierras. Si aquel que está vencido por segunda vez todavía ha logrado la fuga, fácilmente encontrará un cuarto soberano dispuesto a entrar en guerra con el tercero - y tal vez le gana. Luego por cierto tiempo aparentemente hay calma. Pero los vencidos íntimamente no mantienen calma, porque cada uno de por sí busca la ocasión para vengarse de los vencedores de la manera más inaudita. ¡De modo que ves, tal índole infernal está continuamente impelida por el íntimo gusano del mal, pues este no se muere sino continúa viviendo más y más!
9. Y como ahora en este ejemplo de los dos reyes te has fijado, ¡así funciona todo el infierno! ¿Cómo piensas realizar una mejora en esas índoles tenebrosas? - ¿Cómo te gusta este asunto?».
1. Dijo el romano: «Señor, si esto es el aspecto del infierno, entonces, por supuesto, ni en eternidades se podrá contar con un fin de estos extremos ataques mutuos. ¡de modo que este asunto es totalmente diferente de lo que yo me lo había imaginado! ¡Y por eso tales espíritus, a causa de su estado interior más malvado, nunca serán capaces por su propio esfuerzo de llegar a ser verdaderos habitantes del Cielo!
2. Dije Yo: «Por supuesto, porque si durante mil eternidades se los dejara así, de por ellos no mejorarían sino resultarían eternamente peores. Pero ahora imagínate innumerables de espíritus que están compenetrados de nada más que de egoísmo y de una altanería desenfrenada, ¡como estos en vez de mejorar, empeorarán cada vez más! Además, eso ante el hecho que en el Más Allá son totalmente libres porque no hay ley que los atase, y cada cual puede hacer lo que le dé la gana. Si te fijas en esto, ¡entonces verás que ahí hay tamaña anarquía que no tiene ejemplo en la Tierra!
3. Cada uno quiere ser el gobernante de todos los demás; sólo los que son de la misma índole malvada y tramposa se agrupan contra malvados y tramposos de otra especie, ¡de modo que por ahí hay riña, disputa y guerra continuas, y mutilaciones mutuas horrorosas! Tan pronto que los lisiados se hayan recuperado, se llenan tanto más de sed de venganza e intentan llamar atención como hechiceros y artistas; y cuando de esta manera poco a poco hayan conseguido un gran número de seguidores, entonces ¡ay de aquellos que los habían mutilado!
4. De modo que para toda especie de maldad e hipocresía existen enormes agrupaciones que solamente durante cierta temporada conviven en armonía aparente. Pero cuando han asaltado cualquier otro grupo y han hecho su botín, a la repartición cada uno pretende haber sido la cabecilla, con derecho a la mayor parte del botín. De esta manera los vencedores entre sí entran en disputa... Primero, procuran encontrar una solución mediante el sorteo. Y cuando a alguien mediante el sorteo ha caído la mayor parte, entonces le someten a muchas clases de pruebas verdaderamente infernales; a ver si se atreve a someterse a ellas. pues le hacen muchas promesas, incluso de coronación para rey y dios de todas las comunidades. Pero en el caso que él no quiera someterse a las pruebas, entonces del botín recibe solamente la ínfima parte, lo que en secreto, por supuesto, despierta su rabia. No obstante, si acepta las pruebas, le martirizarán terriblemente, de modo que con firmeza tiene que soportar los peores dolores y toda clase de improperios.
5. Ahí entra en vigor vuestro refrán romano: ¡Aut Caesar, aut nihil!61 Si él ha aceptado las pruebas y las soporta, entonces, por supuesto, aparentemente llega a ser un rey. Pero esta honra no dura mucho, porque pronto surgirán sublevaciones y el jefe martirizado será destronado, pues un dictador ocupará su lugar, creando cada vez más constituciones donde cada uno se preocupa únicamente por llenar sus propios bolsillos. Ahí, por su parte, otra vez no están conformes los que salen perdiendo, con lo que de nuevo surgen más conspiraciones, de las cuales pronto se producirán medidas en contra de la peor especie. ¡De modo que así, jamás podrá establecerse un orden!
61. O sea Cesar, o nada.
6. A tales agrupaciones tan dilaceradas de vez en cuando están enviados algunos doctrinadores; pero estos apenas tienen más suerte que los ángeles en Sodoma y Gomorra; porque los espíritus malvados quieren servirse de ellos -por ser tan poderosos- para que en seguida aniquilasen sus enemigos. ¡Por ahí ya ves qué perspectiva tiene lo de una mejora de estos espíritus!».
1. (El Señor:) «Todos los espíritus infernales son muy entendidos en el disimulo, pues por fuera frecuentemente se presentan como ángeles, aunque en su interior sean y sigan siendo bestias feroces. Su arte de fingir es tan perfeccionado que incluso podrían seducir a los propios ángeles - ¡razón por la cual Yo mismo vine a la Tierra para poner al infierno una barrera eterna e invencible!
2. Por supuesto Yo, como Dios desde toda Eternidad, con mi Voluntad podría aniquilar el infierno, ¡sólo que a la vez también destruiría toda la Creación! Entonces, ¿en qué quedaríamos después? ¿Acaso habría que emprender una nueva Creación? Pues sí; esto ya sería realizable. Pero una nueva Creación de mundos materiales no es realizable en otro orden que en el actual; porque la materia es el medio solidificado -que necesariamente se encuentra en el juicio-. mediante el cual a un ser que en todo sentido debe llegar a ser semejante a Mí, ha de pasar la prueba de la libre voluntad, a fin de llegar a la verdadera autonomía de la Vida - y eso totalmente independientemente de Mí.
3. Por lo tanto, es mejor dejar todo conforme está, ¡sin embargo, en un orden específico! Pero este orden sólo pudo ser realizado por Mí mismo, por lo que Yo me hice Hombre. pues Yo mismo penetré toda la materia. con lo que todo su contenido espiritual en juicio -con lo antiguo que fuera- lo capacité para llegar a la bienaventuranza.
4. He ahí la segunda Creación, prevista por Mí ya desde Eternidades . sin la cual ningún ser humano de esta o de otra Tierra habría llegado a ser completamente feliz; porque antes de este mi Descenso de los Cielos Yo fui un Dios eternamente invisible. conforme consta en Moisés: “Nadie puede ver a Dios y continuar viviendo” (Ex 33,20). Pero desde ahora para cada uno soy un Dios visible, y cada uno que me ve, él vive y vivirá eternamente.
5. La Salvación consiste primero en mi Doctrina; y, segundo, en mi Encarnación, mediante la cual el poder predominante del antiguo infierno queda totalmente quebrado y vencido.
6. Esto ya fue señalado por el profeta Isaías, cuando dijo en el capítulo 63, versículo 1-9: “¿Quién es Aquel que viene de Edom, con los vestidos más manchados que los de un lagarero de Bosrá, honrado en su vestido y avanzando en la grandeza de su Poder?
7. ¡ Soy Yo, El que habla Justicia, Poderoso para salvar!
8. ¿Por qué en tu vestido eres rojo; y tu vestido es como él de un lagarero?
9. Los lagares los pise Yo solo, ¡pues no había nadie del pueblo para que me ayudara! Por esto en mi Ira (Justicia) Yo pisé aquellos lagares (el infierno) y en mi Furor (el máximo Orden de la Sabiduría Divina) los machaqué. Por eso la victoria salpicó sobre mi vestido (la Doctrina y la Verdad de la Fe); porque lo del día de la venganza mora en mi Corazón, y la época de mis salvados ha llegado. Mi Brazo (lo Humano del Señor) me trajo la Salvación. Descendiendo a la Tierra Yo realicé la victoria (sobre el infierno). Mi pueblo son aquellos hijos seducidos por el infierno; por esto Yo llegué a ser su Salvador, porque en virtud de mi Amor y Misericordia Yo los salvé”.
10. Y del mismo profeta Isaías en el capítulo 59, versículo 16, consta: “Él vio que no había nadie (es decir, que no había amor ni verdad), y se asombró de no encontrar un representante. Por esto su Brazo (lo Humano del Señor) le trajo la Salvación, y la Justicia le sostuvo (el Orden Divino en lo Humano del Señor). Con lo que Él se vistió con la Justicia como con una coraza y se puso el casco de la salvación en la Cabeza. Se vistió con la túnica de la venganza (la Verdad), y se cubrió de celo como si se tratara de un abrigo. ¡Así es como hubo un Salvador para Sión!”.
11. En Jeremías se lee en el capítulo 46: “Están deprimidos; porque sus héroes (los del infierno), están diezmados. Huyeron sin mirar para atrás. Tal día, en Honra y Loor al Señor Jehová, Sebaot, será un día de venganza para vengarse en los enemigos, ¡pues que su Espada zampe y se harte!”.
12. Y el salmo 45, versículo 4-8 reza excelentemente: “Ciñe la espada (también lo Humano del Señor) sobre tus caderas, ¡Poderoso! Tus flechas (la Verdad) son agudas. Pueblos (del infierno) sucumbirán bajo tu influencia, que en lo interior son adversarios del Rey (del Bien y de la Verdad). ¡Tu Trono (la Iglesia del Señor), es para el futuro y la Eternidad! Amaste la Justicia, por lo que Dios Te ungió”.
13. ¡Existen muchos pasajes como estos donde está descrito que Yo he venido a esta Tierra en la carne, principalmente para levantar una barrera eterna contra los abusos por parte del infierno!».
1. (El Señor:) «¡Pero que nadie de vosotros piense que en los tiempos primordiales Yo también ya haya creado el infierno! Eso ni pensarlo, ¡y tampoco todos vosotros! ¡Y tampoco penséis que el infierno pudiera ser un lugar destinado al eterno castigo de los malhechores de esta Tierra! Pues se ha formado ella sola de todas las muchas almas humanas que en la Tierra durante la vida en la carne ridiculizaron cualquier Revelación divina, pues negaban a Dios y sólo hacían aquello que agradaba a su sensualidad mundana. Aunque finalmente pretendieron que a ellos mismos les correspondía veneración divina. Pues sus cortesanos tenían orden de convencer al pueblo que ellos mismos son los regentes, y que todo el pueblo debía adorarlos, conforme exigió Nabucodonosor en Babilonia... Y otra vez inventaron ídolos y obligaron los pueblos a adorarlos. Y el que se negase a adorar tal ídolo, era cruelmente martirizado.
2. Ahí podéis fácilmente deducir el poder que el infierno ejercía sobre toda la Tierra, y que ya era hora para que Yo mismo descendiera a la materia, a fin de romper este juicio antiguo pero muy necesario con toda mi Plenitud, para poner así una barrera para el infierno, la que este nunca ya podrá romper como hasta ahora.
3. Yo, el Santísimo, tuve que vestirme con la infidelidad de las criaturas débiles, para que como un Héroe valiente pudiera enfrentarme al infierno y vencerlo. Esto es lo que acabo de hacer, pues estoy en su medio y todos los demonios y diablos huyen de Mí como la paja suelta llevada por la borrasca.
4. De modo que con este ejemplo ahora os demostré lo que es el infierno, lo que hizo, lo que en parte todavía hace, y qué es la salvación... ¿Me habéis comprendido por lo menos hasta cierto punto?».
5. Dijo Agrícola admirado: «Señor, ¡nunca oí de una descripción parecida del infierno! Nosotros los romanos lo suponíamos debajo del suelo, sobre todo en zonas donde como en nuestro caso hay montañas que continuamente echan humo y de vez en cuando expulsan masas de lava que destruyen todo donde lleguen. - Bueno, ¡ahora este asunto tiene un aspecto totalmente distinto! ¡Pues ahí toda la Tierra con su humanidad más frívola es un infierno auténtico, porque en este mundo todo sucede exactamente así como Tú nos has descrito el tejemaneje del infierno!».
6. Dije Yo: «Sí, amigo mío, el mundo y el infierno forman una unión como el cuerpo y su alma. La gran alma del infierno se sirve del mundo exterior como el alma de su cuerpo. Si el alma por su amor a Dios y al prójimo es un ángel, entonces también el cuerpo únicamente hará el Bien, porque el alma que vivifica al cuerpo, no quiere ni puede hacer el mal. Pero donde un alma ya ha llegado a ser un diablo auténtico, ¡también el cuerpo físico lo es!
7. Por eso Yo me encarné en este cuerpo mundano, a fin de expulsar de él las incontables legiones de diablos. En el ejemplo de ayer aplicado a esta moza, demostré en medida muy reducida lo que Yo estoy haciendo en gran escala. Ahora limpiaré la casa de los antiguos demonios. Pero si los seres humanos no se atienen a esto, dentro de poco un nuevo infierno con sus diablos será un hecho consumado. Con lo que los diablos invadirán la casa purificada, provocando en el mundo un estado mucho peor que aquel que había antes de mi estancia en esta Tierra.
8. Así como en tiempos anteriores, también ahora y en el futuro cada alma tiene que pasar por la carne para realizar una prueba del reconocimiento de su libre voluntad, la que nunca puede ser realizada sin una tentación permitida por parte del Bien y del mal. Ahora, mediante mi Apoyo, los seres humanos disponen de mi Ayuda, de modo que el infierno que intenta expandirse en su interior lo pueden vencer perfectamente - en lo que resulta mi Salvación... Pero los que esto no lo harán, llegarán a ser siervos del nuevo infierno, peores de lo que fueron los antiguos hasta la fecha».
9. Propuso Agrícola: «Señor, siendo así, ¿acaso no sería mejor destruir tales nuevas almas infernales totalmente, nada más morirse su muerte físico?».
10. Dije Yo: «Amigo mío, ¡esto no puede ser, porque todas las almas, sean buenas o malas, son de Mí! Como Yo eternamente nunca podré destruir algo -con lo que tampoco el alma más malvada-, ¡cada alma, por peor que fuese, vivirá conforme a su amor! - ¿Puedes asimilar esto, más o menos?».
11. A eso todos respondieron: «Señor y Maestro, ¡este punto nos ha quedado bien claro! Pero en nuestro caso ahora nos conmueve un asunto totalmente distinto, porque en nuestro ánimo se hace sentir una gran emoción distinta muy triste, y eso inevitablemente por dos motivos. El primero es que con el cuerpo y el alma evidentemente nos hallamos en el infierno entero... y el segundo es que evidentemente la mayoría de todos los seres humanos de esta Tierra nunca llegará a ser algo mejor que espíritus infernales... y también eso incluso eternamente. - Por ventura, Señor, ¿incluso de tu parte para tales espíritus infernales verdaderamente no hay solución imaginable?».
1. A eso dijeron algunos fariseos y escribas que, en secreto, no estaban verdaderamente contentos con la explicación del infierno: «¡Dejémoslo estar tal como es y entreguémoslo a su Bondad y Sabiduría! Ya habíamos refunfuñado cuando Él había aceptado tantos pecadores y publicanos que ni mucho menos fueron espíritus celestiales. ¡de modo que Él también con los verdaderos espíritus infernales ya tendrá una solución! Pues en su Sabiduría aun habrá mucho que está escondido, lo que no nos revelará. Lo que nos hace falta, esto nos lo revelará. Pero lo que seguramente no nos hace falta, de esto tampoco tenemos que preocuparnos. Si un diablo por su propia voluntad es tan ignorante e insensato porque no quiere aceptar la Luz, ¡que entonces continúe siendo un demonio por toda la eternidad! Si él tiene la continua ocasión de mejorarse, y si para esto tampoco carece de razón, intelecto y voluntad, pero aun así se niega al Bien y a la Verdad. y si en cierto sentido se complace en oponerse a la Voluntad de Dios, ¡entonces que este estúpido continúe actuando de su manera que evidentemente le produce cierto placer, pues con esto Dios y tampoco todos los espíritus bienaventurados nada perderán! - ¡He aquí nuestra opinión objetiva!
2. Dijo Lázaro: «Pues sí, vuestra opinión es acertada; y también los romanos tienen razón cuando dicen: “Para el hombre que por su propia voluntad quiere algo conflictivo, ¡las consecuencias que sufre no son una injusticia!”. Pero yo digo que así sólo se expresa la filosofía lacónica sobre el derecho humano... Porque si veo a un desesperado que intenta suicidarse, o una criatura humana evidentemente inexperta que recoge frutas venenosas para saciar su hambre, ¡entonces consta que yo como ser humano tengo la obligación de intervenir para que tal persona no pueda en seguida cometer lo que se había propuesto! Pues yo debo parar y enseñarla sobre las consecuencias perjudiciales de lo uno o lo otro que se había propuesto a hacer.
3. Por supuesto, donde no sé ni veo que a un ser humano a causa de sus actividades amenaza un peligro, entonces no tengo sentimientos para él, con lo que tampoco puedo socorrerle. Pero donde veo, sé y siento -aunque se tratase de alguien muy simple y obstinado como fuera- yo no puedo exponerle a la perdición causada por su propia voluntad, pues a un ánimo sensible no le puede dar igual si entre 1000 seres humanos 999 se perderán o no. Por eso puedo muy bien alabar a los que se ponen tristes cuando se enteran que incontablemente muchos evidentemente están perdidos para siempre. con lo que también me parece muy natural que estos seres humanos con su índole tan sana se hayan desahogado así ante el Señor. Pues por parte de Él con la mayor confianza se puede esperar que también en este sentido nos dará una explicación, aunque tal vez sólo sea en forma de alguna imagen. - Señor, ¿he juzgado adecuadamente o no?».
4. Dije Yo: «Mi apreciado hermano Lázaro, ¡tu criterio es cierto! Deja que todos los fariseos y escribas refunfuñen sobre esto, ¡porque únicamente Yo soy el Señor! Yo hago lo que quiera y nadie puede pedirme cuentas ni preguntar: “Señor, ¿por qué haces lo uno o lo otro?”.
5. Aún quiero daros algunas imágenes de la verdadera Misericordia de Dios, a fin de que vosotros mismos podáis formaros un criterio sobre Esta. - ¡Escuchadme, pues!».
EL SECRETO DEL AMOR
1. (El Señor:) «Dónde entre vosotros habrá un hombre que tiene cien ovejas, y si una de estas se hubiera perdido, ¿no dejaría las noventa y nueve en el desierto para buscar la perdida hasta que la haya encontrado? Y cuando la haya encontrado, ¿acaso no la cargará al hombro, lleno de alegría? Y cuando haya llegado a casa, ¿acaso no convidaría a todos los vecinos, diciéndoles: “¡Alegraos conmigo, porque encontré mi oveja!? ¡Es por esto que doy esta cena!”.
2. Y Yo os digo: Del mismo modo habrá más alegría en el Cielo por un pecador que estaba perdido si realmente se ha mejorado, que por noventinueve justos que nunca necesitaban hacer penitencia (Lc 15, 3-7).
3. ¡¿Qué mujer sería una que tenía diez monedas de plata y, cuando perdió una, no encendiese en seguida una lámpara para barrer toda la casa con toda diligencia, hasta que la haya encontrado?! Y una vez que tenga la moneda, ¿acaso no va a convidar sus amigos y vecinos, para decirles: “¡Regocijaos conmigo, porque hallé la moneda perdida!”?
4. Y Yo os digo: ¡Así también se alegrarán los Ángeles de Dios en el Cielo por un pecador que estaba perdido, pero que debido a una penitencia rigorosa se arrepintió verdaderamente, por lo que ha facilitado a los Cielos que le recuperasen! (Lc 15, 8-11).
5. He aquí otra imagen muy significativa. Había un hombre muy considerado y sumamente rico que tenía dos hijos. El más joven de los dos se dirigió al padre y le dijo: “Dame la parte o el valor de los bienes que me corresponden como heredero tuyo, porque quiero intentar mi suerte en el mundo”. - De modo que el padre hizo la partición de los bienes y dio al más joven la parte que le correspondía.
6. Pronto el joven recogió todo lo suyo y emprendió su viaje de país a país. Cuando llegó a un lugar que era de su gusto, allí gastó todo su dinero viviendo disipadamente. Y justamente cuando todo lo suyo estaba gastado, en aquel país se produjo una temporada de una enorme carestía, con lo que el joven empezó a pasar hambre. Por eso se dirigió a un ciudadano de aquel país y le rogó conseguirle un empleo; con lo que este ciudadano le mandó que cuidase sus pocilgas. Cuando ya los había cuidado durante varios días, su hambre aumentó cada vez más, con lo que rogó que le permitiesen llenar su estómago con el mismo cebo destinado a los puercos, ¡pero nadie se lo consintió!
7. Pero como se alimentaba apenas con raíces y hierbas, se interiorizó pensando: “Los muchos labradores que tiene mi padre, los que tienen pan en abundancia, ¡y yo me muero de hambre! Pues yo me marcharé y volveré a casa de mi padre y le diré: ‘Padre, ¡yo he pecado en el Cielo y ante ti (Jer 3,12 y Sal 51,6), con lo que en adelante ya no merezco ser hijo tuyo; aun así, ¡haz de mí uno de tus jornaleros más ínfimos!’”.
8. De modo que el hijo se puso en camino para volver a su padre. Y cuando el padre ya le vio llegando desde lejos, el hijo le dio pena. Por eso corrió al encuentro de él, con los brazos abiertos, y le abrazó. Pero el hijo le dijo: “Padre, ¡erré en el Cielo y ante ti, por lo que ya no merezco que me consideres hijo tuyo!”. Sin embargo, el padre dijo a los empleados: “¡Traed en seguida la mejor ropa y ponédsela, dadle un anillo y ponedle también un buen calzado! ¡Luego preparad una ternera bien cebada y vamos a comer con gusto y alegrarnos! Porque este hijo mío estaba muerto y resucitó; pues, ¡estaba perdido y fue recuperado! - ¡Por eso vamos a cantar júbilo!”.
9. Pero el hijo mayor que estaba en el campo, cuando volvió a casa y oyó semejante regocijo, en seguida llamó a uno de los siervos para que le dijera qué estaba pasando. Y el siervo le respondió: “Ha vuelto tu hermano, y el padre mandó a sacrificar una ternera bien cebada para celebrar el sano regreso del hijo perdido”. A eso el hijo se puso furioso y se negó a entrar. Pero el padre salió personalmente, y le rogó que entrara. Sin embargo, el hijo mayor respondió al padre: “Mira, ¡tantos años ya te sirvo y nunca te he transgredido una orden tuya; y aun así nunca me ofreciste tan sólo un simple macho cabrío para disfrutar de él con mis amigos! Pero llega mi hermano que gastó su fortuna con mujeres, ¡y ya mandaste sacrificar una ternera bien cebada para una fiesta!”. - “Hijo mío”, dijo el padre, “¡tú siempre estás conmigo, y todo lo que es mío también es tuyo! ¡Por esto también debes estar contento, porque tu hermano estaba muerto y resucitó, pues estaba perdido y fue recuperado!”. - A estas palabras también el hermano mayor entró en la sala y tenía una gran alegría en su hermano (Lc 15, 11-32).
10. Estos cuadros demuestran lo que necesitan aquellos que en su corazón en el amor parecen al Padre Celestial; pero los que se mueven únicamente dentro de la sabiduría, estos no se enteran de los grandes deseos del Amor en el Padre.
11. David, el hombre conforme al Corazón de Dios, también tenía dos hijos a los que amaba mucho. A pesar de que Absalom (II Sam 13-18) le perseguía y David le oponía toda resistencia posible para dominarle, ¡¿cuál sería el premio que recibiría de David aquel que le trajera vivo al hijo tan amado?! Aunque Salomón era la propia sabiduría que siempre estaba con el padre, pero el amor de David y las inclinaciones de él estaban siempre con Absalom...
12. Mis queridos, ¡este cuadro dice infinitamente mucho! ¡Qué inmensa alegría inundará el corazón de David cuando Absalom su hijo perdido algún día vuelva a regresar lleno de vida!
13. Mis queridos, ¡en el Amor aún se halla mucho oculto, lo que ninguna sabiduría ha descubierto; por eso el Padre como Eterno Amor es Mayor que el Hijo que, como Luz Suya, ahora se halla delante de vosotros!
14. Por eso digo: ¡Hay mucho que incluso para los hombres más sabios resulta imposible, pero lo que para Dios en su Amor es posible! - ¿Me creéis esto?».
15. Respondió Lázaro lleno de alegría: «Señor, te agradecemos desde el fondo del corazón por esta enseñanza; y todo aquel que no estuviere completamente ciego en su alma y su ánimo, él debe notar palpablemente lo que Tú señalaste con todo esto. Yo por mi parte te he comprendido muy bien, y estoy seguro que muchos de los demás también lo han comprendido».
16. Casi todos los presentes confirmaron de haber comprendido todo.
1. Solamente los fariseos aún no estaban de acuerdo, y el escriba dijo: «Esta explicación suena bien esperanzadora, pero aun así nunca puede concordar con la idea opuesta de una recompensa eterna. Si el hombre bueno en el Más Allá es premiado por sus buenas acciones, y por su paciencia en sufrimientos y dolores de toda clase, ¡entonces el malvado que en esta Tierra vive una vida holgada también merece un castigo eterno!
2. Y si se comunicara a los seres humanos que al final también desde el infierno es posible lograr una Salvación, ¡entonces pronto habrá aún más maleantes en la Tierra! Ahora el miedo de los castigos eternos los retiene de acciones malignas, y la esperanza de la eterna felicidad los induce a hacer el Bien. Pero si constase que también los condenados al infierno todavía tienen expectativas de bienaventuranza futura, entonces poco a poco se orientarían en los condenados, con lo que lo verdaderamente Bueno pronto será tan raro como los diamantes . Para un corazón manso esto sería muy consolador, ¡pero ahí la sensación para la justicia se hunde! - He aquí mi impresión».
3. Dije Yo: «¡Para ti esta justicia puede ser muy lógica, pero Yo la veo muy torcida! Si tú te imaginas que el Cielo o el infierno pueden ser motivo para insinuar a los seres humanos que se apartaran del mal y se dirigiesen al Bien, ¡entonces tu creencia es completamente errónea, porque el hombre verdaderamente malvado se ríe de tu infierno y de tu Cielo! Y el bueno sigue siéndolo, también sin tu infierno y sin tu Cielo. Pues el infierno y el Cielo, tal como tú te los imaginas, sólo se prestan para empeorar aun más cada ser humano.
4. Los que hacen el bien únicamente en virtud del premio, estos prestan su capital a intereses elevados, porque no tienen amor al prójimo y aún mucho menos a Dios. Pues el que no ama a su prójimo al que ve, ¡¿cómo va a amar a Dios a Quien no ve?!
5. Descartemos el Cielo y el infierno, y miremos después tus personas beatas... Pues estas comenzarán a rabiar más violentamente que un mediador codicioso cuyo deudor se ha fugado junto con el dinero prestado; y como estas personas ya no tienen que temer castigos infernales, sólo podrán ser dominadas por las leyes mundanas sancionadas.
6. Ya desde el principio fue mal hecho por parte de los ancianos que a sus niños les presentaban el infierno como algo muy fogoso, mientras que el Cielo lo pintaron con todos los coloridos de la Luz y de las mayores perspectivas para los sueños humanos. Consta que con esto consiguieron despertar cierto temor de Dios, el cual por la caída demasiado fácil en el infierno y la conquista tan difícil del Cielo nunca se convirtió en un verdadero amor a Dios y al prójimo; sino tratándose de ánimos débiles, estos siempre se degeneraron en un miedo cada vez mayor. mientras que con los ánimos más fuertes y con algo más de Luz interior esta fe se desvirtuó en una indiferencia ante Dios y el prójimo cada vez peor. Porque estas personas más fuertes en sí nada creían, pues más bien sólo imitaban a los otros “pro forma” para mantener la muchedumbre en la creencia, impidiendo que el pueblo se rebelase contra los sacerdotes para los cuales tenía que trabajar. De este modo por la fe perdida en Dios, en el Cielo y el infierno los sacerdotes prepararon en este mundo un Cielo “non plus ultra”.
7. La consecuencia de esto es el ateismo actual casi total de los seres humanos que ya se habrían rebelado con toda violencia contra estos dueños del mundo, indagando con qué derecho son obligados a la obediencia y sumisión. si no fuesen las Leyes de Roma que con la espada les hacían desistir de una sublevación.
8. Mira, todo esto es la consecuencia de un sentimiento de justicia en las almas de los seres humanos que, igual que tú, siempre predicaban a los seres humanos con las palabras más violentas que Dios a los buenos en el Cielo recompensa eternamente, pero que a causa de su Justicia implacable también castiga a los malos eternamente con martirios indecibles en el infierno enormemente horrible, ¡y eso eternamente sin el menor alivio!
9. ¡Insensatos! ¿Acaso existe un padre dotado de una mínima chispa de amor para con sus hijos, y si uno de ellos haya fallado contra una orden, lo arrojase a una cárcel perpetua, además castigándole todos los días hasta que se muriera? Si algo así es imposible para un padre terrenal que en el fondo es malo, ¡cuanto menos lo haría el Padre Celestial que es puro Amor y pura Bondad!
10. O imagínate en la Tierra un hombre verdaderamente sabio y comprensivo. ¿Por ventura podrá este aprobar un castigo eterno de un pecador o colaborar en su aplicación? ¡Cierto que no, y Dios, el sumamente Sabio, aún mucho menos!
11. Pero Yo os digo que en el futuro entre mis verdaderos seguidores ni siquiera ya deben existir puniciones temporales, a pesar de que hasta ahora siempre constaba: “¡Vida por vida, ojo por ojo y diente por diente!”. - Y si alguien te aplica una bofetada, no debes devolvérsela sino debes tenderle la otra mejilla para que pueda repetir el golpe, y para que así pueda haber paz y unión entre vosotros. Y si alguien te saltase un ojo, ¡no le hagas lo mismo, sino perdónaselo, y tú como lesionado mejorarías su corazón! ¡Nunca paguéis el mal con el mal, y precisamente así como verdaderos discípulos míos tendréis paz en el mundo, y demostréis, que realmente sois discípulos míos!».
1. A eso dijo el escriba: «Señor y Maestro, ya percibo que únicamente Tú eres sumamente Bueno y Sabio, de modo que es lo mejor comportarse, creer y hablar conforme Tú ahora acabas de demostrarlo de abajo arriba. Pero aún no puedo aclararme del todo con la abrogación de la pena de muerte, porque si la vida humana no fuera protegida poniendo en riesgo la vida de un asesino, ¡entonces pronto nadie ya sería seguro de su vida, pues únicamente la pena de muerte garantizada hace que muchos desistan de las crueldades extremas!».
2. Dije Yo: «Esta es otra opinión tuya, ¡pero ahí la Mía es totalmente distinta! Un tigre genera otro, y lo mismo sucede con un león, una pantera, una hiena y otros.
3. Si algún hombre bestialmente descuidado, empujado por sus pasiones crueles abate a un semejante, entonces el abatido en realidad también tendría el derecho de matar a su asesino; sin embargo un tercero que nunca fue provocado por el criminal, ¡en realidad no tiene derecho de vengarse en lugar del asesinado! Pero como tal hombre bestial también puede llegar a ser peligroso para más personas hay que detenerle; y una vez que se hayan apoderado de él, o se le lleva a una buena custodia, o se le da una enseñanza y se procura convertirle en un hombre. Si habéis conseguido esto, entonces habéis convertido un diablo en un ser humano, con lo que vosotros en vuestro interior podréis contar con una recompensa vital mucho mayor que si hubierais matado al asesino. Esto, por supuesto, sería una alternativa mejor cómo proceder con un asesino.
4. En otro caso, si se trata de un asesino que es un demonio de muy mala fama, ¡dadle caza! Y cuando le habéis capturado, interrogadle en seguida, por qué motivo él ha cometido semejantes barbaridades y si por ventura está arrepentido de haberlas cometido. Si confiesa la verdad, ¡actuad conforme ya os indiqué! Si desmiente su crimen, y no responde a vuestras acusaciones fundadas a pesar de que tengáis pruebas que él es el malhechor, ¡entonces tomad medidas para impedidle otras tentativas perjudiciales a la sociedad! Pero eso no mediante la muerte, sino sí, a través de una prisión muy severa. o cegándole la vista, o por el destierro a un país remoto de donde nunca podría volver.
5. De modo que esto es mi Consejo cómo vosotros debéis proceder y comportaros como verdaderos discípulos Míos. Podéis mejorar y sanear vuestra comunidad de los malhechores, ¡pero nunca debéis aplicar justicia a nadie! Porque aquel que juzga, un día venidero también será juzgado por Mí. Pero aquel que no juzga, él tampoco será juzgado por Mí. Y si maldecís y condenáis a los que os perjudican, entonces un día venidero vosotros tendréis que contar con lo mismo de mí parte. pero si procedéis conforme a mi Doctrina, ¡entonces tampoco seréis juzgados ni maldecidos!
6. Ni siquiera debéis calificar a un hermano vuestro de “pícaro”, porque con esto -si lo decís en serio- ya os habéis hecho culpables de un juicio en un hermano vuestro... Y mucho menos aun a un hermano necio le debéis decir en serio que es un estúpido, ¡con lo tonto que fuera!, ¡porque el hecho que vosotros sois más inteligentes que él es una Gracia de Dios! Si con esto os habéis engreído y el necio os da vergüenza, entonces ni siquiera querréis hablar con él, pues decís: “¿Quién puede hablar con un estúpido?”. ¡Que sepáis que tal juicio ya surge de la semilla infernal en vuestro interior, con lo que ya os hacéis culpables del fuego del infierno (celo)! Pues es conflictivo si entre mis verdaderos discípulos tan sólo a través de un celo fuera de lugar se encendiesen chispas infernales aunque sean ínfimas . porque también de una simple chispa puede formarse un gran incendio.
7. En el infierno el fuego del orgullo arde con la mayor violencia. En el Cielo ilumina únicamente la Luz de la suma humildad y modestia. Y el suave fuego del Amor calienta y vivifica todo... - ¿Comprendes esto?».
1. Dijo el escriba: «Sí, Señor y Maestro, ¡ahora también a mí todo me queda claro! Pero aun así todos nosotros juntos nada conseguiremos en contra del poder de los soberanos del mundo. Por eso estos aun ante tu Doctrina no modificarán su código penal, sino continuarán dictando sus sentencias de muerte como antes. ¡De modo que en este sentido tu Doctrina no cambiará la orientación de los grandes y poderosos del mundo!».
2. Dije Yo: «Lo que tú sabes también Yo lo sé, ¡pues sé muy bien cómo están las cosas con los poderosos de todo el mundo! ¡Pero tampoco me he dirigido a estos sino únicamente a vosotros! Aun así todavía entraréis en contacto con estos poderosos del mundo y tendréis oportunidad para comunicarles mi Voluntad. Aquellos que aceptarán mi Versión lo pasarán bien. Pero los que no la aceptarán -los que continúan adheridos a su juicio como antes-, estos también después obtendrán su paga de allá donde habían elegido su juicio. Pues los que no tienen su juicio de Mí -y que tampoco en el futuro quieran obtenerlo de Mí-, ¡estos evidentemente no podrán tenerlo de otra parte que del infierno, con lo que estos también obtendrán su paga de allá!».
3. Dijo el fariseo erudito: «Señor, al oír y entender la parábola del “hijo perdido”, ¡poca importancia darán los poderosos del mundo al infierno!».
4. Dije Yo: «Tú, ¡preocúpate de otras cosas! La época dentro de la cual al “hijo perdido” está dada la esperanza prometida no es tan corta como tú te la imaginas. Pues te demostraré la duración de los mundos que se hallan en el juicio... - ¡Oye pues!».
5. Evidentemente la Tierra no es un astro pequeño, y el Sol es aproximadamente un millón de veces mayor que toda esta Tierra. Pero el sol central más cercano ya es más de un millón de veces mayor que nuestro Sol que ilumina esta Tierra y que pronto va a salir. pues el sol central más cercano tiene un volumen mayor que todos los 1.000.000.000 soles planetarios, incluso todos sus planetas, lunas y cometas, los que con su accesorio giran en órbitas para vosotros inimaginablemente extensas con una velocidad también inimaginable alrededor de tal sol central. Aun así, sobre todo los soles planetarios más distantes, frecuentemente necesitan un millón de años terráqueos para recorrer una sola vez su trayectoria inimaginablemente extensa, para volver a pasar por el lugar donde empezaba su última órbita.
6. Existe, además, una segunda especie de soles centrales, en cuyo derredor giran enteros campos solares con sus soles centrales en trayectos infinitamente mayores, de los cuales los territorios más alejados ya necesitan un sinnúmero de años terráqueos para orbitar este segundo sol central tan solo una sola vez... Tal segundo sol central, en cuyo derredor ya giran enteros campos solares con sus soles centrales -incluyendo sus millones de campos solares- lo denominaremos un “universo solar”...
7. ¡Ahora imaginaos la existencia de un número igual de tales universos solares! Estos, en una profundidad y lejanía inconcebibles al intelecto humano, tienen un sol central común que, como astro, aun es 10.000.000 veces mayor que dichos universos solares que giran por ellos en órbitas inconmensurablemente amplias.
8. Tal agrupamiento de universos solares con un sol central lo vamos a denominar un “enjambre solar”. De estos enjambres otra vez hay una cantidad incontable para vosotros, y todos estos -en una profundidad infinita- tienen otro sol central primario inimaginablemente gigantesco, alrededor del cual los enjambres giran sin alteración de sus muchos movimientos individuales, como si se tratara de un solo cuerpo en órbita - y eso en un trayecto solamente conmensurable para ángeles... Tal sistema de soles y mundos que gira alrededor de un sol central primario, para que tengáis un término comprensible, lo llamaremos un “cúmulo cósmico globular de soles y mundos”, porque todos los enjambres antes nombrados -que giran en todas direcciones por el sol central primario- forman un globo inconmensurable. A causa del movimiento de los enjambres necesariamente casi tan veloz como los pensamientos, en consecuencia estos, su fuerza de proyección hacia el exterior en el espacio infinito forman una especie de sustancia cuya densidad es parecida a la atmósfera de esta Tierra... Tal globo, para estimar sus dimensiones comparándolas con las de esta Tierra, pues suponiéndolas con 1.000.000.000 veces las de la Tierra todavía serían demasiado subestimadas».
9. Exclamaron el escriba, el romano y mi Lázaro: «Señor, ¡nos sentimos mareados ante esta Grandiosidad asustadiza de tu Creación! ¿Acaso jamás un ángel podría captar y comprenderla en su totalidad?».
10. Respondí Yo: «¡Por supuesto, porque de lo contrario no sería un ángel! Pero frenad vuestro mareo, ¡porque ya se hinchará el asunto dado que hasta ahora os demostré apenas un grano de la Grandiosidad de mi Creación!
11. Nos habíamos parado con lo del gran cúmulo cósmico globular como envoltura común de todos los enjambres incontables. Pues la manera cómo se forma esta envoltura ya os la expliqué en pocas palabras. ¿Qué pensáis para qué esta sirve?
12. Ved. Toda cosa que en sí es completa, desde lo mayor hasta lo más ínfimo, posee una cobertura para la protección de su interior primoroso. Además, esta cobertura tiene la finalidad sumamente importante de absorber las impurezas del mecanismo interior de un cuerpo animado y, como sustancias inútiles para una vida orgánica, las expulsa al exterior. En cambio, del exterior esta cobertura absorbe nutrientes vitales depurados, los que suministra al mecanismo vital del cuerpo orgánico. - De esto ahora por lo menos podéis haceros una idea clara por qué Yo denomino todo el compendio de enjambres solares y mundos un cúmulo cósmico globular.
13. ¡Pero de ninguna manera indaguéis las dimensiones de tal cúmulo cósmico globular! Porque para el ser humano en esta Tierra difícilmente podría ser definido un número mediante el cual se pudiera definir suficientemente las dimensiones de tal cúmulo cósmico globular. y eso, sirviéndose de la distancia entre el Sol y la Tierra como referencia, pues estos tienen una distancia de unas 44 millones de horas de camino. Aun así casi infinitudes de tales distancias son apenas suficientes para cubrir un solo enjambre solar - de los cuales en un cúmulo cósmico globular casi hay incontables. - Aun así entre vosotros Yo ya he observado una cierta consciencia referente el tamaño casi infinito de un cúmulo cósmico globular; de modo que con esto ya tenemos una primera base sobre la cual podemos seguir construyendo...
14. Ved, tal cúmulo cósmico globular en realidad no es más que un solo punto en mi gran Espacio de la Creación. Pero cómo hay que interpretar y comprender esto, ¡esto en seguida Yo os lo demostraré a todos vosotros!
15. Ahora imaginaos totalmente afuera de esta envoltura tan enorme ya descrita un espacio inimaginablemente grande y en todas direcciones totalmente vacío; y esto hasta el extremo que incluso alguien con la visión más aguzada, del cúmulo cósmico globular de un tamaño casi infinito ya no descubriría más que un puntito minúsculo de luz flojísima. y en la dirección opuesta se viera otro de estos puntitos ínfimos que, por supuesto, sería otro cúmulo cósmico globular. Pues esto serviría de modelo de medida para la distancia entre dos cúmulos cósmicos globulares, el uno tan grande como el otro. Y aun así a causa de la enorme distancia, ya en la mitad de esta distancia, estos se reducirían en un puntito casi imperceptible. - ¡De modo que ya os habéis enterado de dos cúmulos cósmicos globulares vecinos!
16. ¿Pero qué vais a decir si Yo ahora os señalo que en el Espacio infinito de la Creación, de tales cúmulos cósmicos globulares -para vuestra perspicacia- hay incontablemente muchos. y que todos conforme mi Orden en su totalidad en todo presentan un Hombre perfecto?
17. Pregunto: ¡¿Qué tamaño debe tener este Hombre, dado que tan solo un cúmulo cósmico globular ya es infinitamente enorme, e incontablemente más lejana es la distancia de los cúmulos cósmicos globulares entre ellos mismos?!
18. También este gran Hombre Cósmico en su envoltura extrema lleva una especie de “piel”, igual que cada uno de los cúmulos cósmicos globulares. Por supuesto, la “piel” de este Hombre es mucho más espesa que aquella de los cúmulos cósmicos globulares. Aun así en general tiene la misma finalidad como la “piel” de un cúmulo cósmico individual. Ahora os preguntaréis qué puede haber afuera de este Hombre, en qué él está basado y qué es su actividad como Hombre...
19. Afuera de este gran Hombre Cósmico en todas las direcciones continúa el espacio etéreo eternamente libre, por el cual este Hombre transita en una órbita para vuestro concepto infinita, empujado por mi Voluntad, y eso en una velocidad inimaginable para vosotros. Pues así absorbe los nutrientes del mar etéreo infinito, en el que avanza como un pez. Como en el espacio infinito no hay un “arriba” ni un “abajo”, y ningún ser puede caer a un lado o al otro, así el gran Hombre cósmico se encuentra perfectamente equilibrado y firme en el espacio etéreo como la Tierra, el Sol y todos los innumerables soles de un cúmulo cósmico globular.
20. La finalidad de este gran Hombre Cósmico consiste en la actividad de hacer madurar todos los grandes Pensamientos y las Ideas de Dios en el Hombre contenidos, para su destino futuro espiritual, totalmente libre e independiente».
1. El Señor:) «Así como ahora vosotros, aún surgirán innumerables otros de él, y eso hasta que todo lo juzgado y preso en él contenido se haya convertido en vida espiritual totalmente libre. Pero mientras este Hombre Cósmico no esté totalmente convertido en espíritu totalmente libre e independiente, ¡el juicio y el infierno perdurarán! De modo que nadie de vosotros tiene que temer que incluso a los espíritus infernales del peor género con sus sufrimientos y tormentos -de los que ellos mismos son los culpables- no les queden alternativas.
2. El período de revolución de este Sol en rededor de su sol central dura aproximadamente 28.000 años terrestres - un espacio que para el Sol mismo significa un “año solar”.
3. Antes de la existencia de esta Tierra, el Sol tal como ahora es, ya había recorrido esta trayectoria por incontables veces. pero también con esta Tierra el Sol ya había recorrido este trayecto tantas veces, que vosotros para la multitud de tales años solares en vuestros cálculos no encontráis un factor que abarcara una cifra tan grande en vuestras cuentas; y mucho menos aun se lograría formular una cifra que consideraría todo lo que el Sol en su enorme trayectoria aún tendrá que realizar hasta que llegue su disolución total... - ¡Os afirmo que eones de tales eras solares habría que considerarlas casi como una nada en comparación con a tal cifra!
4. ¡¿Pero qué significa la edad de un sol planetario comparada con la de un sol central de un campo solar que ya existía infinitamente antes de que un primer sol planetario hubiera dado Luz a los planetas que giraban alrededor de él?! Por otra parte, ¡¿qué significa esta duración de la existencia comparada con la de un sol central de un universo solar?! Además, ¡lo poco que resulta la duración de este sol central comparada con la de un sol central primario en un cúmulo cósmico globular - lo que en el fondo es el tatarabuelo original de todos los soles y mundos en un cúmulo cósmico globular original!
5. Siendo así, ¿qué calculador podría definir la edad de tal sol central primario, y a qué edad aún va a llegar? ¡¿Cuántos soles centrales y campos solares ya surgieron de este sol central primario, y los que ya hace mucho tiempo quedaron totalmente disueltos . y cuántos nuevos los han restituido hace tiempos inimaginables. Y los muchos que después de mucho tiempo aún serán restituidos para dar lugar a nuevos?!
6. Pero también a este sol central primario en tiempos venideros tocará la disolución - eso una vez que todos los soles dentro de él hace tiempos hayan realizado su disolución. ¡pero ni mucho menos el entero gran Hombre Cósmico!. Pues tal como el proceso de morir un ser humano es paulatino, ¡el mismo caso se da con el Hombre Cósmico!
7. ¿Por qué el cuerpo de una persona ya mayor poco a poco resulta más débil? Es porque ciertos nervios y fibras con el tiempo dejan de funcionar y mueren, provocando debilidad y envejecimiento del cuerpo. Aun así la persona todavía puede vivir muchos años sin perder algo de su fuerza espiritual, sobre todo si siempre ha vivido conforme a la Voluntad de Dios. ¡De modo que en otros tiempos venideros lo mismo acontecerá con el gran Hombre Cósmico. Porque cuando en él ya se habrá disuelto un sinnúmero de cúmulos cósmicos globulares, entonces él ya podrá subsistir por tiempos para vosotros incontables; pues los cúmulos cósmicos globulares en el gran Hombre Cósmico son lo que para vosotros los seres humanos son vuestras fibras y vuestros nervios.
8. Este gran Hombre Cósmico que acabo de presentaros es el “hijo perdido”, al que Yo ya os había presentado en una parábola. Actualmente este “hijo perdido” está en el camino de regreso, y el Padre que viene a su encuentro soy Yo, como Ser humano entre vosotros. Pues a cada ser humano que vive y actúa conforme a mi Doctrina, Yo vuelvo a ampararle en mi Casa Paternal.
9. ¡Feliz será el pecador que hace penitencia y que arrepentido vuelve a Mí! Pero que nadie se imagine que el regreso típico se realizará en un tiempo demasiado corto, y que por eso los habitantes que forman el infierno o el juicio no languidecen suficientemente por el gran desorden y las atrocidades que ellos mismos han cometido voluntariamente. Por supuesto, cuanto más tercos son, tanto más sufrirán, y los que se interiorizarán antes, también tendrán que sufrir menos... - Supongo que tú como escriba me habrás comprendido».
GRANDEZA ESPIRITUAL DEL SER HUMANO
1. Respondió el fariseo totalmente perplejo: «¡Señor, mi eterno Dios Todopoderoso! Conforme tu Explicación que acabas de dar tan claramente, para los condenados al infierno hay muy poca esperanza para que lleguen a una bienaventuranza. ¡porque tales períodos de tiempo eterno que no tienen número ni medida resultan en lo mismo como una sola eternidad inconcebible! Vaya, ¡pues ahí se trata de dimensiones con las cuales hasta ahora ningún ser humano ha soñado ni lejanamente! Con esto, ¡a qué futilidad eterna se reduce un ser humano! Gran Dios, ¡¿por qué eres tan infinitamente Grandioso, Poderoso y Sabio, mientras que nosotros, los seres humano, somos tan infinitamente nulos, tontos y débiles?! Señor, ¡ahora me invade un gran miedo de Ti, porque en tu Espíritu eres demasiado eterno, infinitamente grande, sabio y todopoderoso! ¡Lo que menos comprendo es como Tú en la Plenitud de tu Divinidad hayas podido venir a nosotros a esta Tierra tan nula, y encarnarte en un cuerpo humano tan limitado!».
2. Dije Yo: «¡No te preocupes, porque desde toda eternidad nada hago sin tener un motivo muy sabio! Se sobrentiende que un médico experimentado e inteligente, cuando se presenta a un enfermo, ante todo procura averiguar dónde en el cuerpo se halla el punto flaco del mal del enfermo. Logrado esto, mediante sus remedios en seguida tratará a curar y reanimar el nervio más afectado, con lo pequeño que fuera. Una vez que tal nervio haya vuelto a entrar en el orden de la salud, entonces pronto todo el ser humano resultará sano y salvo.
3. Ves, del mismo modo Yo conozco más que nadie lo que atañe al nervio afectado del gran Hombre Cósmico, y precisamente por esto Yo me he acercado a este nervio enfermo -primero para curar al mismo nervio, y luego para que se cure el gran Hombre Cósmico él mismo. - ¿Ahora la cosa te ha quedado más clara?».
4. Respondió el escriba: «Que sí, mi Dios y mi Señor, ¡todo esto ya está en el mejor orden! Aun así, ¡delante de Ti me siento cada vez más reducido a la mera nada!».
5. Dije Yo: «¿Acaso en lo que se refiere a mi Cuerpo, no soy Yo también una Nimiedad comparado con la Grandeza de toda la Creación que acabo de demostraros? Y aun así, ¡mi Espíritu la sobrepasa infinitamente!».
6. Observó el escriba: «¡En tu caso que sí! Pero ¿dónde ahí se halla mi espíritu?
7. Dije Yo: «Bueno. ¡¿acaso tu espíritu -junto con el Mío- no sobresaltó todos los cúmulos cósmicos globulares casi infinitamente grandes, y al final sobrepasó incluso al gran Hombre Cósmico infinitamente lejos?! ¿No viste junto Conmigo los casi infinitos cúmulos cósmicos como puntitos minúsculos de luz flojísima, y así también el gran Hombre Cósmico entero? ¡¿Y, acaso, no te lanzaste junto Conmigo infinitamente más allá de la envoltura del Hombre Cósmico, al Espacio libre, de modo que incluso todo el Hombre Cósmico en la visión espiritual de tus pensamientos apenas te parecía más que una hormiga luminosa?! Si tú eres capaz de seguirme en tu espíritu hasta tales profundidades infinitas de la Creación, -y eso de una manera que estas Creaciones ante ti se convierten en una nada real-, entonces, ¿cómo puedes pretender que tú y cualquier otro ser humano podáis ser una nada comparado con la infinita Creación?
8. ¡Mira por la ventana que está abierta, y justamente ahora verás al Régulus en la gran constelación del Leo Mayor! ¡Ahí se trata del Sol Central Primario de este cúmulo cósmico globular! La distancia incalculable de este Sol Central Primario desde aquí lo ha comprimido en un simple punto... ¿Cuántos Régulus como este podrías imaginarte uno al lado de otro? Te lo digo: ¡un sinnúmero! En este plan también tu espíritu al lado del gran Hombre Cósmico en el espacio infinito, en seguida empezó a imaginarse unos cuantos más Hombres Cósmicos. ¡¿Y con el espíritu dotado de tales facultades puramente divinas, tú pretendes que un ser humano es nada más que una nulidad?! Bueno, tu cuerpo como materia es realmente una nada; por eso el ser humano en sí inmortal no debe cuidar de su nulidad temporal y material, sino sí, de su totalidad espiritual, con lo que no habrá motivo de considerarse una nada. Pues en Mí y Conmigo, el ser humano es un Todo en todo.
9. Aunque a ti la visión de la grandeza natural de mi Creación revelada a vosotros te haya comprimido a la nada, aun así te digo que, una vez en mi Reino, el menor será incomparablemente mayor en todo lo que ahora te parece tan infinitamente grandioso. - ¿Me comprendes?».
10. A eso todos respiraron con alivio, satisfechos por Yo haberles ayudado a salir de su nada que amenazaba a agobiarlos. Pues así, mediante la observación final, recuperaron sus ánimos.
1. A eso Lázaro se acercó a Mí y me preguntó: «Señor, ¿un cúmulo cósmico globular -al que yo por tu Gracia a pesar de sus dimensiones enormes ahora ya me lo puedo imaginar bastante bien- acaso no tiene otro movimiento que el típico del gran Hombre Cósmico?».
2. Dije Yo: «Oh, que sí, ¡la rotación por su propio eje! Y eso para que su envoltura se roce continuamente con el éter que lo rodea por todas partes, produciendo una cantidad justa de fuego eléctrico -igual que él de los rayos-, lo que luego sirve de nutriente principal para todos los astros contenidos en tal cúmulo cósmico globular; pues la masa colosal de esa sustancia producida mediante la fricción de los cúmulos cósmicos globulares con el éter exterior está llenando el Espacio etéreo de todo el cúmulo. Por el movimiento de los innumerables astros dentro de tal cúmulo cósmico, esta sustancia vuelve a irritarse por las atmósferas que la rodean. En gran medida, estas atmósferas transmiten estas sustancias a las atmósferas, y después estas mismas las transmiten a los propios astros. Cuanto mayor es un astro -por ejemplo un sol o un Sol central- y cuanto más violento es su movimiento, tanta más cantidad de esta luz y de nutrientes es producida. Por parte de los soles lo que les sobra es pasado a los planetas.
3. De esto ya puedes concluir que también un cúmulo cósmico globular tiene que tener su movimiento propio. Su rotación que es increíblemente veloz ya es más que suficiente, y eso aun ante estas grandes necesidades del cúmulo cósmico. Pero aún más productivo resulta la velocidad del movimiento del gran Hombre Cósmico en el Espacio etéreo totalmente libre. La rapidez de su movimiento en un círculo tan infinitamente grande es tan extraordinaria, que en un solo instante adelanta mil veces la anchura de un cúmulo cósmico, para lo que a pesar de todo precisa de 100.000.000 años solares para volver al antiguo punto de partida.
4. De eso, primero, podéis haceros una idea de la inmensidad del circuito que el gran Hombre Cósmico recorre cada vez de nuevo, y que ahí de esta manera ya recibe nutrición más que suficiente para sus nervios y sus fibras. Además, segundo, de esto podéis haceros una idea más lúcida del Poder, de la Sabiduría y del Orden en Dios, que hasta ahora... - ¿Comprendéis esto?».
5. Respondió el escriba: «Señor, ¡ahora todo me ha quedado claro! En alguna ocasión dijiste que no es posible que el ser humano ame a Dios en Verdad si no le ha reconocido antes en su Profundidad, ¡y ahora apruebo tu axioma tanto más! ¡Pues ahora reconozco a Dios, y en Ti, Señor, Le amo encima de todo! ¡Pero aquí resulta fácil reconocer a Dios, cuando Tú como Dios mismo te nos das a entender de una manera tan extraordinaria! Pero ahí, por supuesto, no tenemos el menor mérito, ¡porque todo esto es mera Gracia tuya! ¡¿Pero quién de todos los seres humanos de toda la Tierra jamás habría podido analizar tus Profundidades inconmensurables y revelarlas?! ¡Esto sólo resulta posible a Aquel que las creó y concibió tan sabia y artísticamente!
6. Señor, aquí nosotros no podemos hacer otra cosa sino presentarte nuestra gratitud calurosa y llena de Amor desde el fondo del corazón. y a pesar de todo todavía te presentamos nuestros ruegos que continuamente nos mantengas en esta Gracia, y que nos fortalezcas cada vez más en ella. - Señor, tus antiguos apóstoles seguramente ya habrán tenido muchas ocasiones para obtener explicaciones referente tus Dimensiones. ¿Nos está permitido obtener más esclarecimientos por parte de ellos sobre todo lo que sepan de tus Dimensiones?».
7. Respondí Yo: «¡Por supuesto! Pues ya están al tanto de mucho, y como pronto se hará de día tendréis muchas ocasiones para preguntarlos. Ahora conviene que cada uno de vosotros memorice bien lo que acaba de oír, y que lo guarde fielmente para transmitirlo a aquellos a los que hablará en mi Nombre.
8. Pero ahora vamos a salir al aire libre, y observaremos el día que se está formando y la salida del Sol. A ver si cada Ánimo se solaza. Mientras tanto los empleados del hospedero pueden preocuparse por un desayuno».
9. En seguida el hospedero avisó a sus empleados y pronto había mucha actividad en la casa. Nosotros nos levantamos y salimos al aire libre.
10. Al Oeste aun se percibía bastante bien varias estrellas “fijas”, y Lázaro me preguntó si entre ellas se hallaba cualquier Sol central.
11. Y Yo le dije: «Entre estas estrellas que todavía se ve hay ningún sol central; pero muy lejano detrás de estos soles existen muchos de los cuales solamente en noche oscura con vista aguda se nota algunos puntitos de luz tenue apenas visibles.
12. Hay una especie particular de soles, común en todos los campos solares; pues se trata de soles dobles que en cada campo existen repetidas veces. Pero por eso no son soles centrales sino solamente soles planetarios de una especie más rara, donde la una es considerablemente mayor que su acompañante. En pocos casos estos soles tienen una distancia de más de 6.000.000.000 horas de camino recto de su acompañante. El menor está en órbita alrededor del mayor como si se tratara de un gran planeta; pero aun así alrededor de cada uno de los dos soles todavía está en órbita determinado número de planetas de diversos tamaños, cuyos habitantes llevan una vida feliz; pues casi nunca tienen noche completa, y prácticamente nunca les toca algo de frío; sobre todo en los planetas menores en época de pasaje entre los dos soles.
13. Pero ahí también existen planetas mayores que describen una gran trayectoria elíptica al rededor de ambos soles. Pero los habitantes de estos no lo pasan tan bien como los de los pequeños planetas.
14. En cada campo solar estos soles dobles tienen una finalidad muy importante; pues son los organizadores naturales de las rotaciones de los simples soles planetarios, y son los distribuidores de las mencionadas sustancias nutrientes para todo un campo solar. Y eso de manera que por cada 700.1000 soles simples hay un sol doble. En Mi Reino iréis a aprender todo esto; pues aquí todo saber es problemático.
15. Pero ahora volvamos a dirigir nuestra mirada a la salida del Sol, porque dentro de poco saldrá nuestro Sol en todo esplendor y en toda majestad. ¡Y la aurora de hoy la debéis observar con toda atención!».
El Gran Evangelio de Juan — Tomo 6
Título original: Großes Evangelium Johannes, Band 6
Traducción del portugues: Sara Ramirez, cotejado con el alemán por Meinhard Füssel
Audiolibro © by LMC — Edición: 15.09.2020